FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

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lunes, 8 de abril de 2019

Papa: “Dar de comer a los pobres es algo que todos los cristianos debemos hacer”


Papa Francisco 12“El único momento que es lícito mirar una persona del alto hacia el bajo, es para ayudarlo a levantarse”, afirma
La visita del Papa Francisco a la Parroquia de San Julio del domingo 7 de abril, se da en el marco de la reinauguración del Aula Litúrgica: el Romano Pontífice preside allí la Celebración de la Santa Misa con el rito de dedicación del altar. Camino a la parroquia de San Giulio, el Santo Padre saludó a algunos huéspedes de la cercana residencia de ancianos “Ciudad de Roma”, que se habían reunido para esperar a que pasara el coche con el Papa.··· Ver noticia 

Abascal y la ‘Iglesita cobarde’


José Lorenzo

Vida Nueva
Los nietos de los que gritaban “Tarancón al paredón” y renegaban de Pablo VI están digiriendo muy malamente la entrevista de Francisco en La Sexta y algunos de su mensajes, que van contra la línea de flotación de la extrema derecha patria que asoma en las encuestas. Olvidan que no son mensajes del “ciudadano Bergoglio”, como dice el neocaudillo Santiago Abascal, sino Evangelio.··· Ver noticia ·

El Papa denuncia que “la rica Europa y América venden armas para matar a los niños”


Papa Francisco7“Dios no crea las injusticias, son los hombres los que generan desigualdad”, alerta
“Sobre la consciencia de un pueblo que fabrica y vende armas está la muerte de cada niño y persona y la destrucción de las familias”, advierte
“Somos nosotros quienes creamos diferencias. Ya sea con sistemas económicos injustos o con armas, para que el resto se mate”··· Ver noticia

La Conferencia Episcopal Española, (CEE), no se atreve a la corrección fraterna con Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares


Jesús Mª Urío Ruiz de Vergara
Redes Cristianas
Reig Pla¡Ya está bien!
El caso del obispo de Alcalá está sobrepasando todas las líneas rojas imaginables. No se trata de la libertad de opinión, que tienen todos los ciudadanos españoles, consagrada por nuestra Constitución. Los personajes con una misión pública tienen que guardarse su opinión en el fondo de la alcoba, cuando la publicidad de la misma puede dañar la fiabilidad y credibilidad de la institución, de la que el personaje público es no solo funcionario, sino guardián. Y hay más: un obispo, sucesor de los apóstoles, no es un funcionario cualquier, sino un testigo de Jesucristo, un predicador del Kerigma, de la Resurrección de Jesús, y un anunciador del Reino de Dios.
Antes de exponer una opinión, tendrá siempre, ¡siempre!, que preguntarse qué haría el Señor Jesús. Y esto en el ámbito de la teoría, de la pura intelectualidad, de los principios, de los criterios y valores, sin pasar, todavía, al mundo de los hechos, de las realizaciones, de las actuaciones.
Ahora pasemos a este ámbito, el de las actuaciones, de las concreciones, de los comportamientos. No es lo mismo decir que uno no está de acuerdo con la ley que protege la LGTBI, que incumplir esa ley, y hacer que otros la incumplan. Ya no es cuestión de libertad de opinión, sino de comportamiento ilegal, o, peor, antilegal, pudiendo llegar hasta delictivo, que es, presuntamente, el caso actual del obispo, Reig Plá. Del que ha escrito el Diario.es un artículo que titula, “EL obispo de Alcalá no está por encima de la ley”. Es bueno recordar que ni el de Alcalá ni ningún otro, por si algunos obispos creen que estamos todavía en una época feudal.
También hemos sabido que los que levantaron la liebre, publicando no solo el asunto actual que sucede en la diócesis complutense, sino cómo de modo parecido el obispo Reig Pla también, según todos lo indicios y noticias, hizo lo mismo en la diócesis de Cartagena, en la que ejerció su ministerio previamente, acudieron a la Conferencia Episcopal Española, (CEE) para conocer su opinión sobre estas actuaciones del prelado. La respuesta de la CEE fue que ni ella, ni ningún obispo, ni el metropolitano de Madrid, del que Alcalá es diócesis sufragánea, tienen ninguna potestad para intervenir con autoridad ni en éste, ni en ningún caso conflictivo de cualquier obispo, pues éstos son autónomos, y solo están bajo la autoridad del obispo de Roma. Pero no es así como se puede, y debe, plantear el caso, como si se tratara de la intervención de una autoridad superior sobre un obispo desviado, o díscolo, o bajo cualquier tipo de sospecha, aun cuando ésta, como es el caso, sea de un presunto comportamiento delictivo. Justamente un día de éstos la Comunidad Autónoma de Madrid ha penado con una multa significativa a una señora que se dedicaba, sin la debida habilitación, a realizar algunos de estos cursos de los que se le acusa al obispado de Alcalá.
No. Lo que la CEE puede, y según el parecer de todos a los que he pedido su opinión, debe hacer es, como enseña el Evangelio, aplicar a su hermano equivocado, ya que no hay más que escuchar la opinión de la mayoría de los fieles, incluso de los muy institucionalmente católicos, como nos pasó ayer con todos los asistentes al curso de Biblia, verdaderamente escandalizados con el historial de este prelado. Intentar, decía, con el hermano obispo, algo tan evangélico como una corrección fraterna, realizada desde el respeto al otro, la humildad, y el espíritu de servicio que instauró el Señor Jesús en su Iglesia. Además, no conviene olvidar la reconvención que se repite muchas veces en el Antiguo Testamento, AT, recogida así mismo en el Nuevo, según la cual, quien no ejerce su carisma profético con un hermano claramente desviado, se hace, también, responsable de los errores que aquél pudiera cometer. O, si no se atreven a esta intervención fraterna, informar, por lo menos, a la Santa Sede, ante el caso, bastante claro e indiscutible, del rechazo que las opiniones homófobas, y las intervenciones extemporáneas de este obispo, están produciendo en el Pueblo de Dios que camina en España.

Solo le pido a Dios que África no nos sea indiferente


Javier Vitoria

Africa[En diciembre de 1996 Javier Vitoria escribió este texto que se publicó en Iglesia Viva y que hoy recuperamos a petición del autor en relación a las consecuencias del ciclón Idai en Mozambique y demás países ya que las cuestiones de fondo que platea siguen intactas].
Javier Vitoria. Periódicamente el estallido de una emergencia compleja -como el que se está viviendo en la zona de los Grandes Lagos– convierte África subsahariana en noticia. Este nuevo tipo de crisis humanitaria, que combina guerra civil, hambruna, desplazamientos de población y quiebra del Estado y se alimenta del exclusivismo étnico o religioso, la saca de “la sección de objetos perdidos” y la devuelve a la realidad. Todo por obra y gracia de los medios de comunicación social, especialmente de los audiovisuales.··· Ver noticia ···

¡Una Iglesia sin clérigos!


Pablo de Caricuao (Caracas-Venezuela)
abr072019

Enviado a la página web de Redes Cristianas
Comunidad de base1Desde Venezuela
La comunidad de seguidores que inauguró Jesús de Nazaret no tenía “clérigos”; es decir, hermanos separados ni divididos: TODOS ERAN HERMANOS(AS). Ninguno de los Apóstoles eran “sacerdotes, ni escribas, ni de la casta clerical”; eran pescadores, publicanos, prostitutas y gente común del Pueblo.
El PAPA FRANCISCO en reiteradas ocasiones ha denunciado el “clericalismo” que todavía existe en nuestra iglesia; es decir, una “casta sacerdotal y clerical” que se cree representar a toda la IGLESIA DE CRISTO y se consideran ellos la IGLESIA y los demás son “feligreses laicos”.
El concilio Vat. II ha insistido que la Iglesia es EL PUEBLO DE DIOS, basado en la Palabra de Dios (I Pd. 2, 9-10). “Ustedes son la familia de Dios, un sacerdocio a su servicio, una nación Santa, pueblo consagrado a Dios… para que anuncien sus obras maravillosas; ustedes antes ni siquiera eran pueblo pero ahora son EL PUEBLO DE DIOS”.
La Iglesia PUEBLO DE DIOS NECESITA MINISTROS, no “clérigos”; hermanos(as) escogidos por ese Pueblo para ser sus “SERVIDORES” y no sus “mandatarios” y mucho menos “superiores” sino todo lo contrario, servidores del Pueblo según los dones (carismas) que el Espíritu Santo les ha concedido para ese fin: “Quien quiera ser el primero que se haga el último y servidor de todos(as)”.
Los “ministros” son necesarios para que ejerzan su servicio por el bien de la comunidad pues su ministerio no tendría sentido sino es en relación a la comunidad Cristiana en la cual sirven. Ellos no deben formar una “casta de clérigos” para servirse de los demás o creerse superiores a nadie; son solamente “siervos” de aquel que no vino a ser servido sino a servir y a dar la vida en rescate por todos.
Somos hermanos(as), debemos estar integrados a una comunidad y no vivir “aislados” (clase aparte). Deben ser hombres y mujeres humildes que desde la comunidad ejercen funciones de servicio a la misma, obedientes a las inspiraciones del Espíritu. Hay un SOLO SACERDOCIO, el de CRISTO, del cual todos(as) participamos pues “ministros” debemos ser todos los miembros de la Única iglesia para la honra y gloria de nuestro Salvador y único Señor. Por lo tanto, basta ya de llamarnos: “eminencia, excelencia, santidad, monseñores y otros epítetos que pertenecen a una “iglesia imperial” inventada por los hombres al servicio de los imperios de turno, que no tiene que ver nada con la COMUNIDAD DE SEGUIDORES que inició JESUS DE NAZARETH.
Rechacemos de una vez todo “clericalismo”, toda “casta”, todo lo que nos divida y nos haga creer que somos “superiores o inferiores” sino que todos somos SERVIDORES  e IGUALES; distintos en los tipos de servicio que debemos ejercer para el bien de todos en la comunidad. (I Cor. 12).
LA CASTA DE LOS CLERIGOS
Al principio de la Iglesia no era así. No existían los “clérigos y los laicos”, eran todos hermanos y hermanas; con diferentes funciones según los “carismas” que el ESPÍRITU les había concedido al servicio de los demás.
Nadie era superior ni inferior; los “dirigentes” servían al Pueblo como “siervos a sus amos”. Pero esto duró poco. Ya en el siglo segundo de la era cristiana, los dirigentes pusieron la mirada en las autoridades “judías” (sumos sacerdotes, escribas, letrados) y empezaron a imitarlos y a separarse del resto del Pueblo de Dios. Los Obispos (epíscopos=vigilantes); presbíteros (ancianos) y diáconos vivían junto al Pueblo; eran del Pueblo y comían y se vestían como el Pueblo.
Esto empezó a desaparecer y empezaron a crear la “organización jerárquica” la cual se empezó a llamar “clérigos”. De ese cambio empezó a surgir entre ellos la “casta de los clérigos”. Empezaron a vestirse distinto, a comer distinto, a ocupar los primeros puestos en los banquetes y asambleas; a que los trataran con cierta “distinción”.
Se hacían llamar “excelencias”, “eminencias”, monseñores, príncipes, magistrados, etc. Solo se reunían con el Pueblo para presidir sus Eucaristías y demás celebraciones, pero ya no convivían con ellos; se hicieron una “casta”; es decir, una “clase aparte”, que no se mezclaban con el resto de la Iglesia, se relacionaban entre ellos, no formaban “familias”, como el resto del Pueblo y renunciaban a “tener hijos y casarse” para estar así “más cerca de Dios y también más lejos de la masa-pueblo que empezaron a llamarle los “laicos”.
Esta “casta” se empezó a creer que ellos eran la IGLESIA y los “laicos” empezaron a ser simples “feligreses”; es decir, fieles al servicio de la IGLESIA que la “casta” se había adueñado. Ya no participaban en la Eucaristía sino que solo iban a “oír misa” que solo podía celebrarse si participaba algún miembro de la “casta”.
Sin los “clérigos” no había Eucaristías ni tampoco IGLESIA pues la IGLESIA eran ellos, los laicos solo se beneficiaban si eran “fieles” a sus mandatos; por eso los clérigos se convirtieron en “mandamás” y los “laicos en sus servidores”; tergiversando por completo el mandato de Jesús de Nazaret: “los primeros deben ser últimos y los últimos primeros”.
¡Basta ya de “casta” en la IGLESIA DE CRISTO! EN ELLA TODOS SOMOS IGUALES, con distintas funciones como es lógico, según el “carisma” que cada uno haya recibido según el ESPIRITU LES HAYA CONCEDIDO. Basta de separaciones ni distinciones de clase ni de categoría. Todos somos HERMANOS(AS), AL SERVICIO DE LOS DEMÁS.
Es hora ya de RE-FUNDAR nuestra IGLESIA; buscar nuestra IDENTIDAD yendo a nuestra “RAÍCES” (eso significa ser “radical” y lanzarnos juntos a una “acción profética” para hacer que el Reino de Dios se haga en la tierra como en el cielo pues es esa la voluntad de nuestro PADRE; solo así santificaremos su NOMBRE SANTO. Solo a EL la gloria por los siglos de los siglos. AMÉN
 Pablo de Caricuao. Un servidor:urquiaga1@yahoo.es
Caracas, Venezuela.