martes, 16 de agosto de 2016
13ª carta al Pueblo de Dios
Curas en la opción por los pobres
11 de agosto de 2016
En el evangelio del domingo (Lucas 12,49-53) Jesús nos presenta un conflicto y dice muy claramente que sus seguidores no pueden quedar a “media agua” como diplomáticamente, sino que han de tomar partido. El conflicto es constitutivo del mensaje de los profetas y del profeta Jesús. La ambigüedad se parece más a la diplomacia que al Evangelio. El compromiso del seguidor de Jesús es con el Evangelio del Reino, y nuestra misión es “quedar de ese lado” de la brecha. El cristiano no es aquel que huye de los conflictos sino quien ante el conflicto existente toma partido por la justicia y la paz, la verdad y la vida.
Los duros momentos que estamos viviendo como país nos exigen posicionarnos y decir una palabra que no podemos callar. ··· Ver noticia ···
Ha muerto Jesús Martín Mendieta, el cura de la UVA y de los obreros
José Moreno Losada
Un consiliario apóstol de la HOAC, un sacerdote de cuerpo entero
“Entregado allí donde la Iglesia lo llamó a trabajar por el Reino, entre los últimos”
Ha celebrado la vida, la muerte y los sufrimientos de todos ellos y ha deseado transmitir la fe y la esperanza
Acaba de morir Jesús Martín Mendieta, un sacerdote nacido en el mundo obrero y dedicado en alma vida y corazón al mismo. Ha fallecido en la residencia sacerdotal de la diócesis de Bilbao, donde fueron sus comienzos y desde donde evangelizó en Galicia, Andalucía y Extremadura, siendo el cura de la UVA durante decenios. ··· Ver noticia ···
Clelia Luro, viuda del obispo Jerónimo Podestá
Josemari Lorenzo Amelibia
“Memoria viva de una Iglesia sufriente”
Podestá: “Deseo que mi vida con Clelia sea leída con ojos limpios, como haría Cristo”
Jerónimo Podestá y CleliaLuro, la pareja invencible Jerónimo Podestá y CleliaLuro, la pareja invencible
Ante el fallecimiento de Clelia Luro
Fallece Clelia Luro, viuda de Jerónimo Podestá
Podestá fue muchas veces al Vaticano a explicar al Papa cómo sus problemas en Argentina lo eran por su predicación en favor de los pobres, no por una supuesta relación amorosa con su secretaria. Roma no le creyó.
Pese a que el Vaticano siempre se refirió a ella, con gran ridículo, como “esa mujer” o “la consabida persona”, el nombre de la argentina Clelia Luro ocupó grandes espacios en los medios de comunicación en la última parte del siglo pasado y primeros años del actual. ··· Ver noticia ···
Los Juegos Olímpicos: metáfora de la humanidad humanizada
LEONARDO BOFF, TEÓLOGO
Desde el día 5 de este mes de agosto Río de Janeiro es la sede de los Juegos Olímpicos de 2016. Se ha creado una inmensa infraestructura de arenas, estadios, nuevas avenidas y túneles que dejarán un legado inolvidable a la población carioca.
La apertura y la clausura son ocasión de grandes celebraciones, en las cuales el país que hospeda intenta mostrar lo mejor de su arte y singularidad. La apertura esta vez fue de un esplendor inigualable, a semejanza de los grandes desfiles de las escuelas de samba. Los efectos de luces y de imágenes proyectadas en pantallas enormes creaban una atmósfera de mágica y casi surrealista, provocando en muchos lágrimas de emoción.
El momento principal fue el desfile de las delegaciones de 206 países, un número mayor que el de los países representados en la ONU, que son 193. Cada delegación desfilaba con trajes típicos de sus pueblos, destacándose por sus colores vistosos y elegantes, los trajes africanos y asiáticos.
Sabemos que en todas las relaciones sociales e internacionales subyacen intereses y maniobras de poder. Pero aquí, en los Juegos Olímpicos, si existieron, fueron prácticamente invisibles. Predominaba el espíritu deportivo y olímpico por encima de las diferencias nacionales, ideológicas y religiosas. Aquí todos estaban representados, hasta un grupo, muy aplaudido, de refugiados que hoy inundan especialmente Europa. Tal vez este evento sea uno de los pocos espacios en los cuales la humanidad se encuentra consigo misma, como una única familia, anticipando una humanización siempre buscada pero nunca definitivamente mantenida porque todavía no hemos avanzado en la conciencia de que somos una especie, la humana, y tenemos un único destino común junto con nuestra Casa Común, la Tierra.
Este tal vez sea el mensaje simbólico más importante que un evento como este envía a todos los pueblos. Más allá de los conflictos, diferencias y problemas de todo tipo, podemos vivir anticipadamente y, por un momento, la humanidad que finalmente se humanizó y encontró su ritmo en consonancia con el ritmo del propio universo. Este es uno y complejo, hecho de redes incontables de relaciones de todos con todos, constituyendo un cosmos en cosmogénesis, gestándose continuamente a medida que se expande y se complejiza. A este ritmo no escapa tampoco la humanidad.
Los Juegos Olímpicos nos invitan a reflexionar sobre la importancia antropológica y social del juego. No pienso aquí en el juego que se volvió profesión y gran comercio internacional como el futbol, el baloncesto y otros que son más bien deportes que juegos. El juego, como dimensión humana, se revela mejor en los medios populares, en la calle o en la playa o en algún espacio con hierba o con arena. Este tipo de juego no tiene ninguna finalidad práctica, pero lleva en sí mismo un profundo sentido como expresión de alegría de divertirse juntos.
En los Juegos Olímpicos impera otra lógica, diferente de la cotidiana de nuestra cultura capitalista, cuye eje articulador es la competición excluyente: el más fuerte triunfa y, en el mercado, si puede, se come a su concurrente. Aquí hay competición, pero es incluyente, pues participan todos. La competición es para el mejor, apreciando y respetando las cualidades y el virtuosismo del otro.
La tradición cristiana desarrolló toda una reflexión sobre el significado transcendente del juego. Quiero concentrarme un poco sobre ella. Las dos Iglesias hermanas, la latina y la griega, se refieren al Deus ludens, al homo ludens e incluso a la eccclesia ludens (Dios, el hombre y la Iglesia lúdicos).
Veían la creación como un gran juego de Dios lúdico: hacia un lado lanzó las estrellas, hacia otro el sol, más abajo puso los planetas y con cariño colocó la Tierra, equidistante del Sol, para que pudiese tener vida. La creación expresa la alegría desbordante de Dios, una especie de teatro en el cual desfilan todos los seres y muestran su belleza y grandeur. Se hablaba entonces de la creación como un theatrum gloriae Dei (un teatro de la gloria de Dios).
En un bello poema dice el gran teólogo de la Iglesia ortodoxa Gregorio Nacianceno (+390): «El Logos sublime juega. Engalana con las más variadas imágenes y por puro gusto y por todos los modos, el cosmos entero». En efecto, el juguete es obra de la fantasía creadora, como lo muestran los niños: expresión de una libertad sin coacción, creando un mundo sin finalidad práctica, libre del lucro y de beneficios individuales.
«Porque Dios es vere ludens (verdaderamente lúdico) cada uno debe ser también vere ludens, aconsejaba, ya mayor, uno de los más finos teólogos del siglo XX, Hugo Rahner, hermano de otro eminente teólogo, que fue profesor mío en Alemania, Karl Rahner.
Estas consideraciones sirven para demostrar cómo puede ser sin nubarrones y sin angustia nuestra existencia aquí en la Tierra, al menos por un momento, especialmente cuando se vislumbra en la belleza de las diferentes modalidades de juegos la misteriosa presencia de un Dios lúdico. Entonces no hay que temer. Lo que nos bloquea la libertad y la creatividad es el miedo.
Lo opuesto a la fe no es tanto el ateísmo sino el miedo, especialmente el miedo a la soledad. Tener fe más que adherirse a un conjunto de verdades es poder decir, siguiendo a Nietzsche, “sí y amén a toda la realidad”. En lo profundo, ella no es traicionera sino buena y bonita, alegre acogedora. Alegrarse por formar parte de ella lo expresamos en el juego y, de forma universal, en los Juegos Olímpicos. Tal vez este sea su sentido secreto.
Leonardo Boff es articulista del JB online y ha escrito Virtudes para otro mundo posible: convivencia, respeto y tolerancia, Sal Terrae 2006.
Traducción de MJ Gavito Milano
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