FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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martes, 9 de octubre de 2018

EL PAPA FRANCISCO – UN HOMBRE DE PALABRA (Universal Pictures) - HD

TODO LO CUMPLO


col depalma
Mc 10,17-30
Está claro que no hay una única respuesta a la pregunta: ¿Qué he de hacer? Resulta llamativo que Jesús, que conoce los corazones, diga primero al joven una cosa y que, al ver su respuesta, dé un paso más y endurezca las condiciones para adquirir el “tesoro en el cielo”.
El joven pretende “heredar” la vida eterna. Jesús le responde en su propio lenguaje: para tener un “tesoro”… Pero si el joven quiere adquirir algo, Jesús le dice que lo que tiene que hacer es soltar eso mismo que tanto anhela. En la lógica de Jesús, la manera de adquirir es dar. Porque la confianza no puede estar puesta en las cosas que nos dan una supuesta seguridad.
De hecho, los discípulos podrían esperar que, de acuerdo con la respuesta de Jesús, ellos sí deberían recibir la recompensa, pero, sin embargo, en un primer momento, se espantan por la dureza de Jesús para entrar en el Reino. ¡Qué difícil es para los ricos entrar en el Reino! Pero si ellos lo han dejado todo, ¿por qué se asustan y temen por su salvación? Tal vez porque comprenden que si ellos hicieran la misma pregunta: ¿qué tengo que hacer? las propuestas de Jesús serían cada vez más incisivas hasta llegar al núcleo del problema. ¿Dónde tenemos puesta nuestra confianza? ¿Dónde nuestra seguridad? Y cuando llegue Jesús allí, nos propondrá soltar.
Pero las palabras de Jesús son tranquilizadoras: no depende de ellos la salvación sino de Dios. Pedro se anima entonces y defiende su posición y la de los demás en cuanto a los bienes que han dejado. Y Jesús confirma que están en el buen camino.
Si leemos detenidamente el relato, hay varias cosas que llaman la atención. La primera es la denominación de Jesús como Maestro “bueno” y el rechazo por parte de Jesús. Él no acepta el apelativo bueno, ni siquiera para sí mismo: “Solo Dios es bueno”. El joven parece darse cuenta y, a continuación, solo lo llama “Maestro”.
Otra cosa que llama la atención es la actitud del joven. Este se acerca corriendo, con todas sus fuerzas puestas para conseguir su objetivo. Sabe que es un cumplidor de la ley que corre con ventaja. Cree que no habrá problemas para hacer y cumplir lo que Jesús le diga. Él siempre ha cumplido todo y ahora no será una excepción. Podemos pensar que él se considera a sí mismo bueno. Pero la respuesta de Jesús lo desconcierta. Y ya no podrá decir con tanta facilidad “todo lo cumplo”, “soy bueno”. La propuesta de Jesús le producirá tristeza hasta que no pueda desprenderse de todo aquello en lo que pone su confianza. Comprenderá, en fin, que la bondad no se consigue por cumplir lo mandado, sino que es don de Dios.
Sabemos que se fue triste. Sabemos que su conversión es posible desde la acción de Dios. ¿Se desprenderá al fin de su fuente de seguridad? Hay biblistas que afirman que no podemos decir qué fue de él. Otros ven la realización de esta vocación en Mc 14,51-52. Allí aparece un extraño muchacho siguiendo a Jesús hacia su muerte con solo una túnica. Lo intentan atrapar, pero él suelta la túnica y escapa. Ciertamente es la contracara de este joven que realiza la máxima expresión de libertad, desapego y seguimiento. Ya sea que se trate o no del mismo joven, el evangelista muestra la plenitud de este relato. Y demuestra que “Para los hombres es imposible, no para Dios. Dios lo puede todo”.

EL RICO Y EL POBRE ESTÁN A LA MISMA DISTANCIA DEL REINO


col fraymarcos
Mc 10, 17-30
Es un episodio entrañable, pero es muy ambiguo en la redacción y desconcertante en el desenlace. El hombre rico no se decide a dar el paso. Aunque lo verdaderamente importante es el motivo por el que se niega a seguir a Jesús: las riquezas. Para los judíos, las riquezas habían sido siempre signo de la bendición de Dios. Jesús no puede arremeter contra ellas y hacernos ver que son la causa de todos los males. Sabemos que fue un tema muy discutido entre los primeros cristianos. El relato nos deja ya una muestra de esta controversia.
El llegar corriendo, indica gran interés y una urgente necesidad. El joven era rico, pero no las tenía todas consigo. Sin duda, el rico esperaba de Jesús algún precepto aún más difícil que los de Moisés, que estaría dispuesto a cumplir. Jesús no añade más preceptos sino una propuesta original. En vez de seguridades, confianza sin límites. En vez de cumplimiento de la Ley, seguimiento. Jesús sube a Jerusalén, va a la muerte. Seguir a Jesús supone estar dispuesto al fracaso. El arrodillarse, es un signo exagerado de respeto y admiración.
“Heredar vida definitiva”. No está nada claro el sentido de esa expresión. El texto dice “zoe aionion” que es una expresión muy ambigua. Al traducirla la Vulgata por ‘vida eterna’ condicionó su sentido durante demasiado tiempo. En tiempo de Jesús, significaba garantizar una existencia feliz más allá de la muerte. El rico ya tenía garantizada la existencia feliz en el más acá. Lo que busca en Jesús, es asegurar las misma felicidad para el más allá. No podemos mantener hoy este significado, pero tampoco tenemos claro un sustituto.
Los mandamientos que Jesús le recuerda son los de la segunda tabla, es decir los que se refieren al prójimo, no los que se refieren directamente a Dios. Esta enseñanza es original y exclusiva de Jesús. Para cualquier judío, los más importantes eran los de la primera tabla, que se refieren a Dios. Está clara la intención de hacernos pensar en una nueva manera de religiosidad: la humanidad se manifiesta en la relación con los demás, no con Dios. Es imposible tener acceso a Dios si me desentiendo del próximo que me necesita.
¿Por qué me llamas ‘bueno’? El texto griego dice “agazos” no “kalos” que él mismo se aplica. Jesús revela donde está la verdadera pobreza. Él se siente vacío hasta de la misma bondad. El hombre ni es nada ni tiene nada, porque ni siquiera hay un sujeto (ego) capaz de ser o tener. Es difícil no dejarse atrapar por las riquezas, pero es mucho más difícil superar el sentimiento de superioridad. Lo nefasto será creerme bueno y con derechos ante Dios.
Una cosa te falta. Es lo verdaderamente importante del relato. Jesús no da importancia al cumplimiento de la Ley. Lo que le falta no es vender lo que tiene sino seguirle. El desprenderse de todo es una exigencia del seguimiento. Para ‘heredar la vida’, basta cumplir la Ley; para entrar en el Reino hay que preocuparse de los demás. Con todo no está claro a qué se refiere Jesús. El joven le pregunta por una vida para el más allá y el texto sugiere que le responde con una invitación a seguir a Jesús en el grupo que le acompañaba.
¡Qué difícil será entrar en el Reino, al que pone su confianza en las riquezas! Las riquezas en sí ni son buenas ni son malas. Es absurdo pesar que Dios prefiere que pasemos necesidades. El apego a las posesiones sin tener en cuenta al pobre o, peor aún, a costa de él, es lo que impide al hombre alcanzar una meta verdaderamente humana. El desenlace es triste, pero el comentario que hace Jesús es aún más desolador. Los discípulos no están preparados para entender a Jesús y quedan hundidos en la miseria.
Entonces, ¿quién podrá ‘salvarse’? Los discípulos siguen pensando que es imposible subsistir sin seguridades. La pregunta no se refiere a quién podrá salvarse en el más allá, como la salvación tal como la entendemos hoy, sino quién podrá mantener una vida verdaderamente humana, si se desprende de todo lo que tiene y no asegura su futuro. Así cobra sentido la respuesta de Jesús, “para los hombres, imposible, no para Dios”.
Estamos ante uno de los textos más difíciles de comprender de todo el evangelio. Llevamos veinte siglos dando tumbos entre la demagogia barata y el espiritualismo tranquilizador pero estéril. No podemos sacar una norma general de una propuesta individual. Si vende los bienes, se supone que tiene que haber un comprador, que estará, de entrada, condenado. Jesús no puede dar una norma, que, para poder cumplirla, exige que otro no la cumpla.
Buscar la propia salvación individual aquí abajo o en el más allá, es la mejor señal de no haber superado el “ego”. El objetivo último de todo ser humano es la entrega incondicional al servicio del otro. El apego a las riquezas nace siempre del falso yo. Mientras exista la preocupación por uno mismo, no puede alcanzarse la meta. El obstáculo no son las riquezas sino la existencia del yo que me lleva a buscar seguridades para más acá o para el más allá.
Pensar que el rico está condenado y el pobre está salvado, es demagogia. El hecho de tener, o no tener bienes materiales, no es lo significativo. El que no tiene nada, puede estar más apegado a los bienes que ambiciona, que el rico a lo que posee. Lo difícil es mantener un equilibrio que nos permita cubrir las necesidades imprescindibles para mantener una sana biología y alcanzar una verdadera humanidad, dándose al otro. Tanto el pobre como el rico tendrán que dar un paso para entrar en la dinámica del evangelio.
Otra trampa frecuente es creer que el evangelio propone solo la pobreza de espíritu. Según esta interpretación, no importa lo que hayas acumulado, con tal de que tengas “espíritu cristiano”, lleves una vida “religiosa” y seas capaz de dar limosna y hacer “obras de caridad”. La Iglesia como institución ha caído en esta trampa. Bajo el pretexto de tener para dárselo a los pobres, no le ha importado acumular ingentes riquezas. No basta que la Iglesia atienda a los pobres. La Iglesia tiene que ser pobre y renunciar a las seguridades.
El relato no ofrece un cristianismo a dos velocidades. Los ‘consejos evangélicos’ serían un plus voluntario para los más decididos. Esto ha hecho mucho daño, porque ha dado motivo a la mayoría de cristianos para pensar que lo que dice el evangelio no va con ellos. Ha hecho daño también a los que optan por la vida religiosa, porque les ha hecho creer que son los perfectos y con más derechos ante Dios porque han renunciado a las posesiones materiales.
El fariseísmo que seguimos manteniendo en este tema es desconcertante. Seguimos buscando mil escusas para no vernos obligados a entrar en la dinámica del evangelio. Incluso cuando renunciamos al consumo o a las seguridades terrenas lo hacemos esperando que me lo paguen con creces en el más allá. Es un hecho que muchos de los puestos de la jerarquía se buscan expresamente para medrar y tener más dinero y más poder.
La propuesta de Jesús no conlleva ninguna renuncia. Si, al llevarla a la práctica, tenemos la sensación de perder algo, es que no hemos comprendido nada. Se trata de elegir el camino que me lleve a la plenitud de humanidad. Como seres limitados, elegir un camino lleva consigo el renunciar a otro. En contra del sentir común, el renunciar a tener más no es de tontos, sino de personas muy despiertas. La sabiduría consistiría en la libertad de elección.

Meditación
¿Qué sentido tiene emprender una carrera
si no tienes intención de llegar a la meta?
Es ridículo pensar que Dios nos exige renunciar a algo.
Tomar conciencia de lo que es mejor será el primer paso.
La plenitud de ser y los apegos son incompatibles.

SALOMÓN, EL JOVEN RICO Y LOS DISCÍPULOS


col sicre

Las lecturas de este domingo enfrentan tres posturas: la de Salomón, que pone la sabiduría por encima del oro, la plata y las piedras preciosas; la del rico, que pone su riqueza por encima de Jesús; la de los discípulos, que renuncian a todo para seguirle. El evangelio contiene dos escenas: en la primera, los protagonistas son el rico y Jesús; en la segunda, Jesús y sus discípulos.
Primera escena: El rico y Jesús
Ofrece detalles curiosos, típicos de la forma de contar de Marcos. Se acerca uno «corriendo», «se arrodilla», lo llama «maestro bueno» (provocando cierto malestar en Jesús), formula su pregunta, Jesús «lo mira con cariño». Al final, el individuo «frunce el ceño» y se va triste. El protagonista, antes de formular su pregunta, pretende captarse la benevolencia de Jesús o, quizá también, justificar por qué acude a él: lo llama «maestro bueno», título que no se aplica en Israel a ningún maestro (Strack-Billerbeckx sólo recoge un ejemplo del siglo IV d.C.).
La pregunta
El problema que le angustia es «qué he de hacer para heredad vida eterna», algo fundamental para entender todo el pasaje. Lo que pretende el protagonista es, dicho con otra expresión judía de la época, «formar parte de la vida futura» o «del mundo futuro»; lo que muchos entre nosotros entienden por «salvarse». Este deseo sitúa al protagonista en un ambiento distinto del normal: admite un mundo futuro, distinto del presente, mejor que éste, y desea participar en él. Por otra parte, su pregunta no es tan rara como podemos imaginar. Si nos preguntasen qué hay que hacer para «salvarse», las respuestas es probable que variasen bastante. Una pregunta parecida la encontramos hecha al rabí Eliezer (hacia el año 90) por sus discípulos. Y responde: «Procu­raos la estima de vuestros vecinos; impedid que vuestros hijos lean la Escritura a la ligera y haced que se sienten entre las rodillas de los discípulos de los sabios; y, cuando oréis, sed conscientes de quién tenéis delante. Así conseguiréis la vida del mundo futuro».
La respuesta de Jesús
Jesús, antes de responder, aborda el saludo y da un toque de atención sobre el uso precipitado de las palabras. El único bueno es Dios. (Afortunadamente, por entonces no existía la Congregación para la Doctrina de la Fe, que lo habría condenado por error cristológico).
Luego responde a la pregunta haciendo referencia a cinco mandamientos mosaicos, todos ellos de la segunda tabla, aunque cambiando el orden y añadiendo «no defraudarás», que no está en el decálogo.
Lo curioso es que Jesús no dice nada de los mandamientos de la primera tabla, que podríamos considerar los más importantes: no tener otros dioses rivales de Dios, no pronunciar el nombre de Dios en falso, y santificar el sábado. Según Jesús, de forma bastante escandalosa para nuestra sensibilidad, para «salvarse» basta portarse bien con el prójimo.
Cuando el protagonista le responde que eso lo ha cumplido desde joven, Jesús lo mira con cariño y le propone algo nuevo: que deje de pensar en la otra vida y piense en esta, dándole un sentido nuevo. Ese sentido consistirá en seguir a Jesús, de forma real, física; pero antes es preciso que venda todo y lo dé a los pobres. El programa de Jesús se limita a tres verbos: vender, dar y seguir.
La reacción del rico
Entonces es cuando el personaje frunce el ceño y se aleja, «pues era muy rico». Con esta actitud, no pierde la vida eterna (que depende de los mandamientos observados), pero sí pierde el seguir a Jesús, dar plenitud a su vida ahora, en la tierra.
Segunda escena: Jesús y los discípulos
Sirve para completar su enseñanza, en este caso sobre el peligro de la riqueza y el problema de los ricos. Marcos, indicando que Jesús «miró en torno» antes de decir nada, introduce un elemento de suspense. ¿Qué dirá ante la reacción del rico?
El problema de los ricos
Sus palabras: «¡Qué difícil es que los ricos entren en el reino de Dios!», requieren una aclaración. Entrar en el reino de Dios no significa salvarse en la otra vida. Eso ya ha quedado claro que se consigue mediante la observancia de los mandamientos, sea uno rico o pobre. Entrar en el Reino de Dios significa entrar en la comunidad cristiana, comprometerse de forma seria y permanente con la persona de Jesús en esta vida.
Ante el asombro de los discípulos, Jesús repite su enseñanza añadiendo la famosa comparación del camello por el ojo de la aguja. Ya en la alta Edad Media comenzó a interpretarse el ojo de la aguja como una puerta pequeña que habría en la muralla de Jerusalén; pero esa puerta nunca ha existido y esta explicación solo pretende suavizar las palabras de Jesús de manera un tanto ridícula. Jesús expresa con imaginación oriental la dificultad de que un rico entre en la comunidad cristiana. 
La reacción de los discípulos
¿Por qué se asombran y se espantan los discípulos? Su reacción podemos interpretarla de dos formas: 1) ¿quién puede salvarse?; 2) ¿quién puede subsistir?
En el primer caso, los discípulos refle­jarían la mentalidad de que la riqueza es una bendición de Dios; si los ricos no se salvan, ¿quién podrá salvarse?
En el segundo caso, los discípulos pensarían que la comunidad no puede subsis­tir si no entran ricos en ella que pongan sus bienes a disposi­ción de todos.
En cualquier hipótesis, la respuesta de Jesús («para Dios todo es posible») parece dar por terminado el tema.
De hecho, la intervención de Pedro no empalma con lo anterior, sino que contrasta la actitud de los discípulos con la del rico: «nosotros hemos dejado todo y te hemos seguido». Ahora quiere saber qué les tocará.
Una riqueza distinta de la de Salomón
La respuesta de Jesús enumera siete objetos de renuncia, como símbolo de renuncia total: casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos, campos. Todo ello tendrá su recompensa en esta vida (cien veces más en todo lo anterior, menos en padres) y, en la otra, vida eterna. Pero, al hablar de la recompensa en esta vida, Mc añade «con persecuciones».
Decía Salomón que, con la sabiduría «me vinieron todos los bienes juntos». A los discípulos, la abundancia de bienes se la proporciona el seguimiento de Jesús.

OPRIMIR AL POBRE


comentario editorial

“Mientras que la pobreza, la injusticia y la desigualdad existan en nuestro mundo, ninguno de nosotros podrá realmente descansar” (Nelson Mandela)
Mc 10, 17-30
Jesús lo miró con cariño y le dijo: Una cosa te fe falta: Anda, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después sígueme
Un comentarista de este texto del evangelio de Marcos viene a decir que, al joven rico, aunque se esfuerza en ser bueno, su riqueza le convierte en constructor de una sociedad injusta y no en el reino de Dios. La opción por los pobres no excluye a los ricos; son los ricos los que se auto excluyen por no optar por los pobres. Al joven rico le distingue el verbo acumular: riqueza, prestigio, méritos, etc. Jesús le propone un cambio: el de “acumular” por el de “compartir” su vida y su riqueza con los pobres.                      
Los profetas del Antiguo Testamento denuncian la riqueza como un obstáculo para el reino: Isaías: “¡Ay de los que añaden casas a casas y juntan campos con campos, hasta no dejar sitio, y vivir ellos solos en medio del país! (Is 5, 8); Amós: “Así dice el Señor: A Israel no le perdonaré, porque venden al inocente por dinero y al pobre por un par de sandalias, y revuelcan en el polvo al desvalido y tuercen el proceso del indigente” (Am 2, 6-7).
Jesús, interpretando el AT en vertiente positiva, se preocupaba por satisfacer las necesidades espirituales de la gente, pero antes procuraba atender sus necesidades físicas, y respondía mediante actos de misericordia“Entonces el rey dirá a los de la derecha: Venid benditos de mi Padre, a heredar el reino que obtengo preparado desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, sed y me disteis de beber, era inmigrante y me acogisteis, estaba desnudo y me vestisteis, estaba enfermo y me visitasteis, estaba encarcelado y vinisteis a verme” (Mc 25, 34-36). Las obras de misericordia realizadas por amor aparecen libres de cualquier limitación que condicione su valor.
Interpretación, no sólo del Maestro, sino también de sus discípulos. En su primera Carta, 3, 18, dice: Hijitos, no hablemos de palabra y con la boca, sino con obras y de verdad. Así conoceremos que procedemos de la verdad y ante él tendremos la conciencia tranquila. Pues, aunque la conciencia nos acuse, Dios es más grande que nuestra conciencia y lo sabe todo”.
Ya seis siglos antes de Cristo, Confucio (551- 459), reconocido pensador chino dijo: “En un país bien gobernado, la pobreza es algo de lo que avergonzarse. En un país mal gobernado, la riqueza es algo de lo que avergonzarse”. Y Nelson Mandela en nuestros días: “En un país bien gobernado, la pobreza es algo de lo que avergonzarse. En un país mal gobernado, la riqueza es algo de lo que avergonzarse”.
Hay dos clases de Obras de Misericordia: Corporales y Espirituales. En Marcos 25 se mencionan las seis primeras de las corporales, como la razón por la cual los pobres heredan el reino. El himno del Magníficat, atribuido a María en su visita a su prima Isabel, pone en su boca estas palabras reconociendo la providencia de Dios en el mundo: “Él hizo proezas con su brazo: dispersó a los soberbios de corazón, derribó del trono a los poderosos y enalteció a los humildes, a los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada”
Muchos compositores famosos: Tomás Luis de Victoria (1548-16-11), Claudio Monteverdi (1567-1643), Vivaldi (1678-1741), (Johann Sebastian Bach (1685-1750), Franz Schubert (1797-1818) y Anton Bruckner (1824-1896), entre otros.
“Mientras que la pobreza, la injusticia y la desigualdad existan en nuestro mundo, ninguno de nosotros podrá realmente descansar” (Nelson Mandela). Y Mc 10, 21 nos presenta a un Jesús que quiere remediar esa desigualdad e injusticia.
“Jesús lo miró con cariño y le dijo: Una cosa te fe falta: Anda, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después sígueme. A estas palabras frunció el ceño y se marchó triste, pues era muy rico” (Mc 10, 21-22)

TESOROS EN EL CIELO
Yo los quiero en la tierra,
y no quiero tesoros en el cielo.
Quizás mañana es tarde. El banco cierra.

Yo no quiero “un tendrás”, yo quiero “un tengo”
que mantenga mi hacienda.

Quiero seguir tus pasos y consejos,
pero quiero también mis tierras,
legado de mis padres y mi esfuerzo.

No me place, Maestro de cosechas,
dejar mis campos y fruncir el ceño
únicamente por perder mi hacienda.

¿Seguirte sólo por un sueño?
(EVANGÉLICO CUARTETO. Ediciones Feadulta)
  

Pronunciamiento en protesta por la instrumentalización política de los derechos humanos nicaraguenses de parte de Amnistía Internacional


Benjamín Forcano y otras firmas

Enviado a la página web de Redes Cristianas
Nicaragua
Si desea firmar, no tiene más que comunicarlo *.
Amnistía Internacional vuelve a degradar sus funciones emitiendo un informe contra el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de la República de Nicaragua con sesgados encuadres y bajo una intencionalidad política maliciosa. El lamentable comportamiento de esta organización, ha quedado demostrado a lo largo de su historia. Existe un inventario de dudosas actuaciones que ponen en entredicho su labor. Veamos:

Foro de Curas de Madrid: “Que sus restos descansen en paz, pero mejor en otra tierra”


foro curas de Madrid
“NO COMPARTIMOS LA DECISIÓN DE NUESTRO OBISPO Y ESPERAMOS QUE LA RECONSIDERE”
“Propicia que parezca que sigue vigente la unión que durante su régimen hubo entre ‘el trono y el altar'”
Consideramos que si consiente que dicho enterramiento tenga lugar contribuiría a que los franquistas sigan tratando de convertir a Franco no solo en prototipo de buen estadista sino también de buen cristiano
Como a muchas otras personas, a los miembros de la Comisión Permanente del FORO “CURAS DE MADRID Y MÁS nos ha causado sorpresa la determinación de la familia de Francisco Franco de depositar sus restos, cuando sean exhumados de la basílica del Valle de los caídos, en la sepultura donde yacen los de su yerno, don Cristóbal Martínez Bordiú, y los de su hija, doña Carmen Franco Polo. Es decir, en el suelo de una de las naves laterales de la cripta de la catedral de la Almudena, muy cerca del altar mayor.
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La libertad en España

Jaime Richart, Antropólogo y jurista
Dicen que en los países comunistas no hay libertad…
Y tienen razón. En esos países la seguridad individual prima sobre la libertad individual, grupal y colectiva. Pero en todos los países donde la libertad prima sobre la seguri­dad, la injusticia social termina siendo estructural. En unos países más que en otros, desde luego. Pero en paí­ses escanda­losamente atrasados en conciencia social como Es­paña, no se atisba que la evolución lleve el camino de ajus­tarse a la que han seguido los países de su mismo sis­tema.

En España los que mandan virtualmente desde siempre; esos que se van traspasando de siglo en siglo el poder econó­mico y el político de unos a otros, que fueron capa­ces de hacer la guerra para impedir que otro régimen dis­tinto del que existe se adueñe del país, parecen estar dis­puestos a mantener la misma determinación: hasta hacer de nuevo la guerra. Pero la historia y el presente nos de­muestran una y otra vez para qué quieren ellos esa liber­tad por la que dije­ron luchar para que el comunismo no se enseñorease del país. Ellos quieren la libertad sencilla­mente para su exclu­sivo provecho, para saquear, para vio­larla, para sodomi­zarla, para destrozar las condiciones de vida más igualitarias deseables en una sociedad mo­derna…
Porque los que amamos realmente a la libertad, nos nega­mos a abusar de ella. Lo mismo que el amor que pro­fesa un hombre cabal a una mujer empieza por anularse la intención de hacerla infeliz, y el amor de una mujer cabal a un hombre, lo mismo. Desde luego en España la injusti­cia social, el en­gaño y el abuso cunden por todas partes y están presentes en todos los ámbitos de la vida ordinaria: desde el modo de responder el Estado, la justicia y las ins­tituciones al indivi­duo común no privilegiado, hasta la ma­nera de funcionar todo cuanto se relaciona con el ámbito comercial. El abuso y la trampa son las señas de identidad de esta caricatura de de­mocracia que es la espa­ñola…
En España hay tres clases de individuos en este aspecto. Los primeros son los legatarios, los herederos del espíritu in­movilista franquista, porque en esa esfera del poder con­ser­van los mejores resortes: la banca, los medios, el Se­nado, los gobiernos civiles y la propia justicia… para ejer­cer su predomi­nio. Los segundos son en general los hijos y nietos de los perdedores de la guerra civil, todos concentra­dos en un partido político también mayoritario cuyo espíritu conci­liador y voluntarioso no está a la altura de su conciencia so­cial que no ha progresado lo suficiente como para no caer a menudo en el mismo defecto que los otros, acaparador de ventajas y privilegios mantenidos por leyes previas (algunas promulgadas o consentidas por ellos), que tampoco mues­tran mucho interés en derogar o reformar. Y los terceros son los radicales, los dispuestos a cambiar el statu quo general de la sociedad española, la constitución, con la consiguiente supresión de los focos de la injusticia.

Pero son tal la fuerza, el ímpetu y la capacidad de manio­bra en materia tramposa de los primeros, y tal la debilidad de los segundos hasta el extremo de incurrir a menudo en si­milares graves defectos de los primeros, que todo parece indi­car que los terceros deberán esperar por lo menos otro si­glo entero más para alcanzar las condiciones sociales, políti­cas y económicas existentes en los países del mismo sis­tema; países que, a su vez y para entonces habrán avan­zado lo suficiente como para pensar que en ese momento ellos ya habrán ganado el cielo…

Elogio de lo humano

José M. Castillo, teólogo
Castillo1
Entiendo por “humano” lo propio y específico de los seres vivientes que pertenecemos a la condición o categoría del “Homo Sapiens”. Dicho esto, de manera tan genérica y superficial, en nuestra cultura se suele pensar y decir que, por encima de “lo humano”, está “lo divino”. Y, por debajo de “lo humano”, está “lo inhumano”, lo meramente instintivo o animal.

Esto supuesto, lo que quiero decir, en esta breve reflexión, es que lo más necesario y lo más urgente, que todos tenemos que afrontar, es centrar y concentrar nuestro mayor interés y nuestros mejores esfuerzos en recuperar “lo humano”. Y en luchar, con todas nuestras posibilidades, contra todo “lo inhumano”, que nos deshumaniza en cuanto nos descuidamos. Más aún, a todo lo anterior, añado una tarea que, en no pocos casos, es la más complicada y seguramente la más urgente que nos acucia. Me refiero a “lo divino”, que, en no pocos ámbitos de la vida, es lo más complicado de todo. Porque, con la gloria y grandeza que le corresponde, por ser “lo divino”, lo más grande y sublime, por eso mismo es lo que más nos puede engañar.
Confieso que, desde hace algunos años, estas cuestiones – aparentemente tan elementales – son las cuestiones que más me preocupan en la vida. Porque, empezando por abajo, lo que yo veo y palpo cada día es que “lo inhumano” se ha hecho el dueño de nuestra sociedad. La pasión por el poder y la pasión por el dinero nos deshumanizan y nos tratan sin piedad. De ahí, la deshumanización de la política y la deshumanización de la economía.
Aunque nos presenten estas dos deshumanizaciones como ciencias y saberes de una enorme complejidad o como cosas de las que no entendemos los profanos en esos ámbitos de saberes tan avanzados. Maldita sea la hora en que inventaron el complicado saber del capitalismo, que, a fin de cuentas, lo que está consiguiendo es que la riqueza se concentre cada día en menos capitalistas desvergonzados, al tiempo que cada día se mueren de hambre y miseria miles de criaturas. Como también sea maldita la hora en que inventaron las ciencias políticas, sus técnicas y sus procedimientos, que nos han llevado a casi todos a depender de los más canallas y de los más corruptos.
Y si de lo más bajo, “lo inhumano”, saltamos a lo más alto, “lo divino”, entonces me quedo más perplejo. Y, por supuesto, bastante más preocupado. No porque yo no crea en “lo divino”, sino porque entre “lo divino” y “lo humano” se ha interpuesto “lo religioso”. Y la Religión, ya lo sabemos, puede (y suele) ser manipulada de forma que, ni el que la manipula, se da cuenta o es consciente de lo que está haciendo. Pero bien puede suceder (y sucede) que los “hombres de la religión” se sirven de “lo divino”, no digo ya para manipular “lo humano”, sino para conseguir cosas mucho más feas, turbias y sucias. Hasta alcanzar, con el instrumental de la Religión, “lo más inhumano”: el poder y el dinero, el estatus social de la dignidad y sobre todo la “seguridad” que pocos grupos humanos pueden alcanzar.
Así las cosas, lo más genial que ofrece el cristianismo es que tiene su centro y su clave de explicación en que Dios mismo, para traer al mundo la esperanza y la salvación, se ha “humanizado” (Flp 2, 6-8). De forma que, por eso, Jesús es “la humanización de Dios” (Jn 14, 9-11). Y el Evangelio es la recopilación de relatos que nos resumen y explican cómo, siendo profundamente humanos, es como los “seguidores de Jesús” podemos (y debemos) buscar y encontrar a Dios (Mt 25, 31-46).

Los cristianos tendríamos que asumir, con más claridad, vigor y firmeza, que la teología cristiana no nos ha hecho caer en la cuenta debidamente de una cosa que es fundamental: la Iglesia le ha dado (y le sigue dando) más importancia a la Religión que al Evangelio. No olvidemos que fue la Religión la que mató a Jesús. Porque Jesús le dio más importancia a “lo humano” que a “lo religioso”. En la “teología narrativa” de los evangelios, lo que queda más claro y patente es esto: siempre que Jesús se encontró ante la disyuntiva de remediar el “sufrimiento humano” o someterse a la “observancia religiosa”, no lo dudó ni un instante, lo primero fue siempre dar vida, aliviar el dolor, devolver la dignidad y sus derechos a los seres humanos. La cosa está clara: encontramos a Dios en la medida en que nos hacemos profundamente humanos. Sólo así podremos ser auténticamente “divinos”. 

José I. González Faus, a Viganó: “Dios escribe derecho con nuncios torcidos”


González Faus
“UNA CARTA PARA AGRADECER SUS CRÍTICAS A FRANCISCO, AUNQUE NO LAS COMPARTA”
“Otros críticos también han obrado buscando el mayor bien de la Iglesia”
Hermano en el Señor: Le llamo así porque mi ordenador espiritual no me tolera palabras como Eminencia o Príncipe de la Iglesia; me las subraya de rojo y cuando le pido alternativa me ofrece otras en la línea de fraternidad, servicio…
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El cardenal Ouellet, a Viganó: “Tus acusaciones al Papa, un montaje político carente de fundamento real”


vigano
“NO LLEGO A COMPRENDER CÓMO HAS PODIDO DEJARTE CONVENCER DE ESTA ACUSACIÓN MONSTRUOSA QUE NO SE SOSTIENE”
“¿Cómo puedes pronunciar el nombre de Francisco en la misa?”
Ouellet concluye su misiva lamentando “la rebelión abierta y escandalosa” de Viganò y le pide que salga de “la clandestinidad”, se arrepienta de su revuelta y regrese con “los mejores sentimientos” ante el papa
El cardenal Marc Ouellet tildó hoy de “montaje político carente de un real fundamento” las acusaciones que sostienen que el papa conocía desde 2013 las denuncias por abuso sexual contra el exarzobispo de Washington Theodore McCarrick
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Respuesta de la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones al Fondo Monetario Internacional


La Coordinadora Estatal aclara determinados puntos, tanto al FMI, como al total del arco parlamentario que rige la política en nuestro país.
La Directora del F.M.I. Christine Lagarde, advierte a España que para llevar a cabo la revalorización al IPC se tendrán que llevar a cabo reformas estructurales como aumentar la cotización mínima de autónomos, elevar la contribución social para los asalariados que más ganan, además de aumentar la edad de jubilación (incluso más que a los 67 años), en consonancia con la evolución de la esperanza de vida.
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El pensamiento positivo

Redes Cristianas
Gabriel Mª Otalora
Pensar en positivo supone elegir la mejor entre las posibilidades que se nos plantean. No suele ser necesariamente la más agradable, sino aquello que resulta útil y conveniente en cada momento de la vida. De hecho, las personas que suelen comportarse positivamente parece irles mejor en sus relaciones sociales y laborales, generan empatía y aguantan mejor el estrés; incluso suelen resultar más creativas.
La mente puede ser la gran aliada o nuestra peor enemiga, depende de la capacidad que tengamos para saber controlarla: no somos nuestros pensamientos, somos mucho más que lo que damos vueltas con la mente. Los pensamientos llegan, pasan o se quedan por un tiempo. Pero si los retenemos y alimentamos cuando son negativos, se hacen fuertes hasta condicionarnos de tal manera que nos hacen sufrir de lo lindo. Que se lo pregunten a los profesionales de la psicología. La mente es la protagonista en las enfermedades llamadas psicosomáticas y pocos dudan de que las personas positivas y alegres, las que sonríen desde el corazón, gozan de mejor salud que las pesimistas y amargadas.
Es muy interesante el ensayo que ha publicado Barbara Ehrenreich (“Sonríe o muere”) criticando al pensamiento positivo, porque lo que ella hace es desenmascarar una ideología extendida en Estados Unidos que propugna ciertas actitudes sociales materialistas para ganar la felicidad, y eso que “no hay una afinidad natural o innata entre el capitalismo y el pensamiento positivo”: cuantas más cosas materiales tienes, las posibilidades de ser feliz aumentan, como si fuera esto lo más natural del mundo.
Sin embargo, esta manera materialista de medir la felicidad subjetiva, choca con las encuestas: en el caso de los estadounidenses, aparecen siempre como no demasiado felices, ni siquiera en épocas de bonanza; por algo el consumo de antidepresivos en Estados Unidos representa dos terceras partes de las ventas mundiales. No es de extrañar, señala Ehrenreich, que el pensamiento positivo que se lleva en Estados Unidos, se desplace desde una actitud que ayuda a una obligación social impuesta culturalmente a los estadounidenses.
Alrededor de esta corriente materialista escondida tras el falso pensamiento positivo que ha logrado embaucar a muchas personas, se ha tejido una red de apoyo muy potente para reforzar dicha ideología muy bien empastada al consumismo del bien-estar como moneda que ofrece triunfar en la vida, dejando arrinconado al bien-ser. El tener frente al ser como motor de una sociedad opulenta pero insatisfecha que conocemos y padecemos igualmente en Europa al haberse convertido en cultura individualista y poco humanizada que no acepta el fracaso. Y de paso, convertir al cristianismo en soporte de esta ideología.
Este comportamiento individualista e insolidario es un problema con múltiples efectos negativos para la sociedad misma. Quizá esto ayude a explicar la tendencia al alza de los suicidios por falta de sentido vital. Choca el dato de que el número de personas que se quitan la vida duplican a las muertes por accidente de tráfico, es ochenta veces superior a la violencia machista y la segunda causa de muerte en los jóvenes.
  
El verdadero pensamiento positivo convive con los problemas y la realidad que nos rodea. En lugar de buscar una burbuja idílica, que no existe, valora la realidad adecuadamente, haciéndonos conscientes de que nuestras emociones van acordes con lo que pensamos y hacemos. Y esto, como casi todo, se educa y logra con esfuerzo, no con poseer más cosas ni con desentendernos de nuestras responsabilidades más humanas. Y en la medida que se convierte en una pauta de comportamiento, tiene su reflejo en un signo externo bien visible: la alegría interior que se manifiesta en la sonrisa, la que nace del corazón. Evangelio puro.


Barbara Ehrenreich logra desenmascarar en su ensayo la impostura que se esconde tras el concepto del pensamiento positivo; y lo hace analizando los riesgos y los peligrosos fines que persiguen sus mentores. Lo que resulta menos comprensible es que tras el esfuerzo por desenmascarar esta posverdad, no ponga en valor el verdadero pensamiento positivo, teniendo en cuenta que es uno de los fundamentos de la madurez humana. Cuánto afán ponemos en las causas y qué poco en las soluciones desde las actitudes y conductas, como Jesús de Nazaret.

Octubre de 2018: un mes crucial tanto para Venezuela como para los Estados Unidos

 Redes Cristianas
Carlos E. Lippo

““Los métodos terroristas para derrocar al poder en el país (Venezuela) son inaceptables”
Vladimir Putin, el 03 de octubre de 2018
Como es sabido por muchos, el venidero martes 06 de noviembre habrán de celebrarse en los Estados Unidos lo que ellos llaman las elecciones intermedias o de medio término, a partir de las cuales habrán de ser renovadas parcialmente ambas cámaras del congreso y al mismo tiempo serán electos algunos gobernadores de estado; siendo oportuno y necesario señalar que es algo tan habitual que los gobiernos de turno ejecuten acciones más o menos espectaculares destinadas a garantizarles resultados favorables en dichos comicios, que los gringos que todo lo etiquetan, han bautizado este tipo de acciones, que suelen ser fraudulentas y hasta ilegales, con el estúpido y alcahuete nombre de “sorpresas de octubre” .

Según una encuesta del Washington Post y ABC publicada a comienzos de septiembre, los demócratas cuentan con ventaja para esas elecciones en las que buscan arrebatar la mayoría a los republicanos, dándose por seguro que cuentan con posibilidades reales de recuperar el control de la cámara baja, mientras que el senado se mantiene en disputa; tales pronósticos son avalados por el conocido escritor Michael Snyder, fallido candidato republicano a la cámara de representantes, quien ha señalado que si las elecciones se hubiesen celebrado en las mismas fechas de la encuesta, “los Demócratas controlarían casi seguramente la cámara de representantes y pudieran aún ganar una mayoría en el senado” (1).
A juicio nuestro, los demócratas habrán de obtener la mayoría en la cámara de representantes, con lo cual podrían dar inicio al pretendido juicio político del presidente; pero aunque podrían también ganar el senado, la mayoría obtenida en esa cámara probablemente habría de ser inferior a los 2/3 (66,67%), requeridos para poder sancionarlo.
Es en medio de estos muy poco auspiciosos pronósticos que la contraofensiva de Trump, quien busca movilizar a la base de sus seguidores del WASP (Blancos Protestantes Anglosajones), llegó a niveles nunca vistos durante una cena privada con 100 dirigentes y personalidades evangélicas cristianas en la Casa Blanca, en la que advirtió sobre la inminencia de una guerra civil en la nación en el caso de una derrota del partido republicano y de un triunfo del Antifa (movimiento antifascista), organización política ubicada a la izquierda del partido demócrata.
Leyendo entre líneas las frases exactas usadas por este enajenado mental que habita en la Casa Blanca desde hace casi dos años puede constatarse el miedo cerval que estaría sintiendo ante la probabilidad de ser defenestrado por el nuevo congreso; ya que con la petulancia y falta de escrúpulos que le son características, se atrevió a decir: “El nivel de odio y cólera es absolutamente increíble en su potencia. Eso se debe en parte a las cosas que he hecho por Ustedes, para mí y mi familia, y cómo las he hecho… esta elección del 6 de noviembre es más que nada un referéndum, y no solamente sobre mí, es un referéndum de su religión, es un referéndum sobre la libertad de expresión y la Primera Enmienda. Si el Partido Republicano pierde, van a pulverizar todo lo que hemos hecho, y lo harán rápido y en forma violenta, y muy violenta. Existe violencia por doquier. Si Uds. ven al grupo Antifa y a otros grupos del mismo género, son gente muy violenta” (1). Es por las posibles implicaciones que frases como éstas entrañan al ser pronunciadas por un jefe de estado, aunque éste no acostumbre hacer un “uso abusivo” de su cordura mental, como es el caso, por lo que me he atrevido a decir que este mes de octubre, durante el cual habrá de ser desarrollada la parte medular de la campaña legislativa, será un mes crucial para los Estados Unidos.
Dado que en los Estados Unidos la confrontación militar con un enemigo exterior ha sido desde siempre una fórmula capaz de concitar fuertes apoyos internos, a causa del mal entendido patriotismo de sus grandes masas populares de escasísima o ninguna formación ideológica, no tendría nada raro que en esta oportunidad Trump optase por un enfrentamiento militar como “fórmula salvadora” ante el previsible descalabro electoral del 06 de noviembre.
Podría resultar nada fácil el descubrir cuál sería el “enemigo seleccionado”, por ser tantos los países con los cuales Estados Unidos, por obra de la administración Trump, se encuentra librando una guerra no declarada, ejecutada fundamentalmente hasta ahora por medio de amenazas de intervención militar, sanciones económicas, financieras y diplomáticas y colosales campañas mediáticas de difamación y desprestigio, tales como Rusia, China, Corea del Norte, Irán y Venezuela; así como países en los cuales ha estado librando desde hace años una cruentísima guerra real, por medio de gobiernos y organizaciones terroristas interpuestas, como en el caso de Siria y Yemen. Sin embargo, con base en la neurosis que ha venido experimentando Trump con Venezuela, casi desde el inicio de su gestión, suficientemente demostrada en trabajos anteriores (2) y (3), me atrevo a señalar que será nuestro hermoso país el blanco de una nueva “sorpresa de octubre”, un pronóstico en el cual coincido con el demócrata Ralph Emanuel, exjefe de gabinete de la Casa Blanca de Barack Obama y actual alcalde de Chicago (3), que desde luego no tengo el más mínimo deseo de acertar. Es por ello que me he atrevido a señalar que octubre 2018 también será un mes crucial para nosotros en Venezuela.
Otros comentarios del antes citado Michael Snyder servirán para poder evaluar con toda propiedad la extremadamente delicada situación interna del imperio en el momento actual. Snyder juzga que: “Trump está en lo cierto de que habrá probablemente violencia si los republicanos pierden, pero habrá también probablemente violencia si los republicanos ganan. Porque en cualquier caso, Antifa y otros grupos de la izquierda radical continuarán la escalada de su retórica y violencia” cuando “muchos partidarios de Trump han sido atacados en varias ciudades con frecuencia alarmante”; concluyendo con esta lapidaria frase que no hace más que augurar una más temprana que tardía caída del imperio: “este país se está volviendo una caldera de furia, y no va a tomar mucho tiempo para que explote el caos”.
En resumen, ningún escenario creíble del 6 de noviembre vislumbra estabilidad alguna para el imperio, que habrá de oscilar entre el caos de una guerra civil y el inminente inicio de su balcanización; a pesar de ello y tomando en consideración que la decadencia del imperio romano duró tantos siglos que los historiadores aún no se ponen de acuerdo en una estimación aceptable para todos, considero que no debemos ni podemos bajar la guardia frente a él.
En ese ánimo de no bajar la guardia frente al imperio bajo ningunas circunstancias debo decir con toda responsabilidad que en el caso de que Trump diese la orden de intervenir militarmente sobre Venezuela en los próximos días, lo haría utilizando como ejecutor interpuesto al ejército de Colombia, que con toda seguridad actuaría articulando con las bandas paramilitares de la frontera asociadas al narcotráfico y el contrabando de extracción, las cuales están siendo severamente golpeadas por las recientes medidas de carácter económico tomadas por el gobierno revolucionario.
En apoyo de la hipótesis anterior podríamos mencionar:
Un acuartelamiento de las Fuerza Aérea de Colombia, iniciado el pasado 26 de septiembre (4), que pudiese haber sido ordenado en acatamiento a la “sugerencia” del vicepresidente Pence, quien desde su cuenta Twitter había acusado a Venezuela el día anterior, de ejecutar maniobras “intimidatorias” en la frontera (5), presumiblemente a causa unas exitosas maniobras militares conjuntas que realizara nuestra FANB con unidades militares de Rusia, China y Cuba, a lo largo de la frontera, entre los días 22 y 29 de septiembre (6).
Un acuartelamiento de todas las unidades militares del país, ordenado el lunes 1° de octubre por el Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia (6) seguramente acicateado por el apoyo ofrecido por Pence en el twit antes referido; siendo necesario y oportuno señalar que dicho acuartelamiento, que nada bueno puede augurar, debe estar vigente aún puesto que no hemos podido obtener en la red ninguna información sobre el hecho de que lo hayan levantado.

Sabido es que más allá de la antipatía que los sectores oligárquicos de Colombia y parte de las capas medias pudieran sentir por la Revolución Bolivariana, densos sectores poblacionales entre los cuales se encuentran políticos, intelectuales y activistas sociales, han alzado la voz para criticar acremente que su gobierno asuma una aventura militar de esta naturaleza; sabido es también que su alto mando militar tiene que estar consciente de que Venezuela sería un hueso extremadamente duro de roer para ellos. Lo que ocurre es que Colombia es un país cuya soberanía ha sido entregada totalmente al imperio por todos sus sucesivos gobiernos desde finales del siglo pasado y por ello no puede negarse a satisfacer los deseos y exigencias del amo imperial.
Simultáneamente con esta intervención a través de la frontera occidental y tal como lo planteásemos en un trabajo anterior titulado “Colombia y Guyana Habrán de ser las puntas de lanza de la intervención militar del imperio en Venezuela” (7), habría de producirse a través de la frontera oriental, en las cercanías del delta del Orinoco, una intervención de las fuerzas estadounidenses, británicas y francesas, bajo el pretexto de un apoyo a la débil nación guyanesa ante un supuesto ataque desde Venezuela.
Dicha intervención, que mediante una acción rápida pudiese ponerles temporalmente en control de instalaciones tan estratégicas para el país como lo son los complejos hidroeléctricos del Caroní, es algo que debe haber sido contemplado en algunos de los encuentros de asesores militares estadounidenses con miembros del ejército guyanés, que con la manida excusa del combate contra el narcotráfico se efectúan con frecuencia en la base militar de Camp Ayanganna, y en su ejecución pudiesen participar también efectivos de la tristemente célebre Legión Extranjera de Francia acantonados en la base aeroespacial francesa de Kourou (Guayana Francesa), tal como ya lo hicieron en la intervención militar “humanitaria” de Haití.
Como lo que abunda no sobra queremos reiterar que a pesar de haberlas formulado deseamos fervorosamente que tan terribles hipótesis no lleguen nunca a materializarse, y por otra parte queremos manifestar nuestra confianza en el efecto disuasivo que habrá de tener el apoyo militar que estamos recibiendo de países amigos como Rusia, China y Cuba, puesto en evidencia muy recientemente con las exitosas maniobras militares conjuntas ejecutadas por más de 100.000 efectivos de los cuatro componentes de la FANB y de las fuerzas armadas de dichos países, que ya mencionásemos en uno de los párrafos precedentes.

No tengo duda alguna sobre que el alto mando militar del imperio habrá de pensarlo más de dos veces antes de recomendar la ejecución de una intervención militar en Venezuela, porque ¿cómo podrían hacerla sin arriesgarse a crear en América un nuevo espacio de confrontación con Rusia y China, adicional a los que ya tienen en diversos puntos del planeta, en momentos en los cuales la hegemonía del imperio se encuentra en una franca declinación? Mi única duda deriva del hecho de que su comandante en jefe ha dado muestras de padecer de una neurosis extrema en contra de Venezuela y su revolución.