FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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ATALAYA

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jueves, 27 de junio de 2013

Gabilondo EXPLOTA ‘Debería darle vergüenza a Mariano Rajoy decir que las cosas van bien”

 (Vídeo de 2´17´´)

Para ver el vídeo pulsar aquí:
http://www.youtube.com/watch?v=ltb3rn6Z4Jc

Casaldáliga pide al Papa: “Que la Iglesia se reconcilie con la Teología de la Liberación” José Manuel Vidal

El obispo pide a Francisco la rehabilitación de los teólogos latinoamericanos
Pérez Esquivel: “El Papa es un pastor, otros fueron funcionarios. Ésta es la diferencia”
De Pedro a Francisco a traves de Adolfo. El Premio Nobel de la Paz argentino, Adolfo Pérez Esquivel, le transmitió al Papa Francisco un mensaje de Pedro Casaldáliga claro y directo: “Que la Iglesia se reconcilie con la Teología de la liberación”.
Antes de visitar al Papa, en compañía del líder indígena Qom argentino, Félix Díaz, el Nobel argentino, Pérez Esquivel, llamó a su viejo amigo Pedro, obispo emérito de Sao Felix do Araguaia, poeta, profeta del os pobres y pastor de los indios.
Y el obispo brasileño de origen español aprovechó la ocasión para mandarle dos peticiones al Papa: que defienda a los indígenas y que rehabilite la Teología de la Liberación.
“Le llevé un mensaje de Pedro Casáldáliga, quien me dijo: ‘Lo vas a ver a Francisco, decile que trate de escuchar, reflexionar y de llegar a un acuerdo, una reconciliación con los teólogos latinoamericanos. Que se preocupe por toda la cuestión de los pueblos originarios en el continente’. Eso, para mí, sería una señal positiva”, afirmó el Nobel.
Tras la audiencia con el Papa, Esquivel reconoció: “Es verdad que existieron problemas con muchos teólogos de la liberación. Hay que revisar muchas cosas. Las teologías nunca son definitivas, son caminos a construir”.
Sin saber lo que va a hacer el Papa al respecto, lo que sí tiene claro el pensador argentino es que “Francisco tiene un compromiso con los pobres. Es un pastor y esto lo está manifestando continuamente. Hay tiempo para todo, apenas lleva 100 días de Pontífice: No son fáciles los cambios ahí (en el Vaticano). Hay que esperar. No esperen cambios de golpe porque no se van a dar. Hay que dar pasos, hay que ver y orientar para identificar qué es lo mejor”.
Paso a paso, pero en la dirección pedida por Casaldáliga: “Yo creo que el Papa promoverá la reconciliación con la Teología de la Liberación. El Papa es un pastor, otros fueron funcionarios. Ésta es la diferencia”.
El Pacto de las catacumbas
El Nobel argentino también desveló que, en la reunión con el Papa que duró 45 minutos, le entregó una copia del llamado “Pacto de las catacumbas”, un manifiesto firmado por 40 obispos, entre ellos grandes personalidades latinoamericanas, a los pocos días de la clausura del Vaticano II.
Cuenta Esquivel que el Papa, al ver entre los firmantes a Helder Cámara, Luigi Betazzi, Manuel Larraín, Leónidas Proaño, Sergio Méndez Arceo o Faustino Zazpe, exclamó: “Uy, quiénes está ahí”.
Y el Nóbel explica que el tema le interesó mucho al Papa y, aunque no se comprometió a nada, dijo que lo iba a ensar. Por su parte Esquivel se comprometió a “reunir a los teólogos de la Liberación, como Leonardo Boff y otros, que tanto aportaron a la Iglesia”
Texto íntegro del Pacto de las Catacumbas
“Nosotros, obispos, reunidos en el Concilio Vaticano II, conscientes de las deficiencias de nuestra vida de pobreza según el evangelio; motivados los unos por los otros en una iniciativa en la que cada uno de nosotros ha evitado el sobresalir y la presunción; unidos a todos nuestros hermanos en el episcopado; contando, sobre todo, con la gracia y la fuerza de nuestro Señor Jesucristo, con la oración de los fieles y de los sacerdotes de nuestras respectivas diócesis; poniéndonos con el pensamiento y con la oración ante la Trinidad, ante la Iglesia de Cristo y ante los sacerdotes y los fieles de nuestras diócesis, con humildad y con conciencia de nuestra flaqueza, pero también con toda la determinación y toda la fuerza que Dios nos quiere dar como gracia suya, nos comprometemos a lo que sigue:
1. Procuraremos vivir según el modo ordinario de nuestra población en lo que toca a casa, comida, medios de locomoción, y a todo lo que de ahí se desprende. Mt 5, 3; 6, 33s; 8-20.
2. Renunciamos para siempre a la apariencia y la realidad de la riqueza, especialmente en el vestir (ricas vestimentas, colores llamativos) y en símbolos de metales preciosos (esos signos deben ser, ciertamente, evangélicos). Mc 6, 9; Mt 10, 9s; Hech 3, 6. Ni oro ni plata.
3. No poseeremos bienes muebles ni inmuebles, ni tendremos cuentas en el banco, etc, a nombre propio; y, si es necesario poseer algo, pondremos todo a nombre de la diócesis, o de las obras sociales o caritativas. Mt 6, 19-21; Lc 12, 33s.
4. En cuanto sea posible confiaremos la gestión financiera y material de nuestra diócesis a una comisión de laicos competentes y conscientes de su papel apostólico, para ser menos administradores y más pastores y apóstoles. Mt 10, 8; Hech 6, 1-7.
5. Rechazamos que verbalmente o por escrito nos llamen con nombres y títulos que expresen grandeza y poder (Eminencia, Excelencia, Monseñor…). Preferimos que nos llamen con el nombre evangélico de Padre. Mt 20, 25-28; 23, 6-11; Jn 13, 12-15.
6. En nuestro comportamiento y relaciones sociales evitaremos todo lo que pueda parecer concesión de privilegios, primacía o incluso preferencia a los ricos y a los poderosos (por ejemplo en banquetes ofrecidos o aceptados, en servicios religiosos). Lc 13, 12-14; 1 Cor 9, 14-19.
7. Igualmente evitaremos propiciar o adular la vanidad de quien quiera que sea, al recompensar o solicitar ayudas, o por cualquier otra razón. Invitaremos a nuestros fieles a que consideren sus dádivas como una participación normal en el culto, en el apostolado y en la acción social. Mt 6, 2-4; Lc 15, 9-13; 2 Cor 12, 4.
8. Daremos todo lo que sea necesario de nuestro tiempo, reflexión, corazón, medios, etc. al servicio apostólico y pastoral de las personas y de los grupos trabajadores y económicamente débiles y subdesarrollados, sin que eso perjudique a otras personas y grupos de la diócesis.
Apoyaremos a los laicos, religiosos, diáconos o sacerdotes que el Señor llama a evangelizar a los pobres y trabajadores, compartiendo su vida y el trabajo. Lc 4, 18s; Mc 6, 4; Mt 11, 4s; Hech 18, 3s; 20, 33-35; 1 Cor 4, 12 y 9, 1-27.
9. Conscientes de las exigencias de la justicia y de la caridad, y de sus mutuas relaciones, procuraremos transformar las obras de beneficencia en obras sociales basadas en la caridad y en la justicia, que tengan en cuenta a todos y a todas, como un humilde servicio a los organismos públicos competentes. Mt 25, 31-46; Lc 13, 12-14 y 33s.
10. Haremos todo lo posible para que los responsables de nuestro gobierno y de nuestros servicios públicos decidan y pongan en práctica las leyes, estructuras e instituciones sociales que son necesarias para la justicia, la igualdad y el desarrollo armónico y total de todo el hombre y de todos los hombres, y, así, para el advenimiento de un orden social, nuevo, digno de hijos de hombres y de hijos de Dios. Cfr. Hech 2, 44s; 4, 32-35; 5, 4; 2 Cor 8 y 9; 1 Tim 5, 16.
11. Porque la colegialidad de los obispos encuentra su más plena realización evangélica en el servicio en común a las mayorías en miseria física cultural y moral -dos tercios de la humanidad- nos comprometemos:
* a compartir, según nuestras posibilidades, en los proyectos urgentes de los episcopados de las naciones pobres;
* a pedir juntos, al nivel de organismos internacionales, dando siempre testimonio del evangelio, como lo hizo el papa Pablo VI en las Naciones Unidas, la adopción de estructuras económicas y culturales que no fabriquen naciones pobres en un mundo cada vez más rico, sino que permitan que las mayorías pobres salgan de su miseria.
12. Nos comprometemos a compartir nuestra vida, en caridad pastoral, con nuestros hermanos en Cristo, sacerdotes, religiosos y laicos, para que nuestro ministerio constituya un verdadero servicio. Así,
* nos esforzaremos para “revisar nuestra vida” con ellos;
* buscaremos colaboradores para poder ser más animadores según el Espíritu que jefes según el mundo;
* procuraremos hacernos lo más humanamente posible presentes, ser acogedores;
* nos mostraremos abiertos a todos, sea cual fuere su religión. Mc 8, 34s; Hech 6, 1-7; 1 Tim 3, 8-10.
13. Cuando regresemos a nuestras diócesis daremos a conocer estas resoluciones a nuestros diocesanos, pidiéndoles que nos ayuden con su comprensión, su colaboración y sus oraciones.
Que Dios nos ayude a ser fieles

El Papa nombra una comisión de investigación sobre el banco vaticano Pablo Ordaz

La entidad tendrá como objetivo recoger información sobre la marcha del IOR para “llegar a una mejor armonización del instituto respecto a la misión de la Iglesia católica”
Dijo el otro día el papa Francisco que jamás había visto un coche de mudanzas detrás de un entierro. Desde que fue elegido, hace ahora 100 días, el argentino Jorge Mario Bergoglio no desaprovecha la ocasión para lanzar un mensaje, de obra o de palabra, contra la tentación del dinero, sobre todo de puertas adentro de la Iglesia.
A sus gestos de no habitar el lujoso apartamento papal, reducir la escolta o renunciar a las principescas vacaciones en el palacio de Castel Gandolfo se añade ahora una decisión de mucho calado: la creación de una comisión para investigar la situación económica y jurídica del banco del Vaticano, el siempre polémico y oscuro Instituto para las Obras de Religión (IOR). La comisión, que estará presidida por el cardenal salesiano Raffaele Farina, de 80 años, tendrá como fin último la reforma del banco para que “los principios del Evangelio impregnen también las actividades de carácter económico y financiero”.
El reto no es fácil. El IOR, fundado en 1942 por Pío XII, siempre se ha visto envuelto en numerosos escándalos financieros internacionales. Juan Pablo II y Benedicto XVI hicieron el amago de emprender una limpieza, pero los poderes fuertes del Vaticano lograron mantener el control. De hecho, los últimos días de Joseph Ratzinger estuvieron marcados por el escándalo provocado por la destitución del anterior presidente, Ettore Gotti Tedeschi, quien —según publicó la prensa italiana hasta que el Vaticano anunció querellas a diestro y siniestro— habría recopilado un gran dossier que incluiría pruebas de irregularidades de todo tipo amparadas en la opacidad del IOR y en la que habrían participado prelados, políticos e incluso mafiosos. Tras la destitución de Tedeschi, Benedicto XVI nombró al armador alemán Ernest von Freyberg, quien ha emprendido una operación de imagen para intentar lavar el nombre de la institución. Pero Francisco prefiere una remodelación total, o incluso un cierre, y no una operación de cirugía estética sobre un cuerpo demasiado corrupto.
ENTREVISTA. ERNST VON FREYBERG / Presidente del Instituto para las Obras de Religión
Además del cardenal italiano Farina, los otros cuatro miembros de la comisión son el cardenal francés Jean-Louis Tauran, la profesora estadounidense Mary Ann Glendon —mujer y laica, todo un desafío en el Vaticano—, el arzobispo español Juan Ignacio Arrieta —que actuará como coordinador— y monseñor Peter Bryan Wells, un teólogo estadounidense que trabaja como asesor para la Secretaría de Estado. La comisión ha sido creada a través de un motu proprio, una ley promulgada directamente por el Papa, y tendrá libertad para recoger “documentos, datos e informaciones necesarias para el desarrollo de sus funciones”. Según advierte el documento papal, “el secreto profesional y otras restricciones establecidas por el ordenamiento jurídico no limitarán el acceso de la comisión”.

¿Un lobby gay? Poder más que sexo Xavier Pikaza, teólogo

Se venía diciendo desde atrás (y sobre todo se dice desde ek 11.06) que hay un posible lobby gay que dirige ciertos hilos de la política del Vaticano (no de la Iglesia de Jesús, en su noble acepción ¡Dios me libre!). El problema, si es que tal lobby existe, no es el sexo (¡bendito sea!), sino un tipo de poder corrupto, que es el que debe desaparecer, salvando a las personas por amor, como hace Jesús con la prostituta de Lc 7, del domingo pasado).
Según la acepción más corriente, lobby (del inglés sala de espera) es «un colectivo con intereses comunes que realiza acciones dirigidas a influir ante la Administración a fin de obtener beneficios» para un grupo o sector de la sociedad. En principio, es bueno que haya lobbis (o lobbies), siempre que se sepa quiénes son sus participantes y qué quieren, dentro del diálogo de intereses, tendencias y grupos de toda sociedad (y en este caso del mismo Vaticano). Lo malo es cuando se hacen secretos, y apelan a medios “inconfesables”, buscando intereses turbios, de tipo económico o personal (y para tapar posible “pecados”), en una línea que podría vincularse con la mafia (para situarnos en línea italiana).
Ésta es la noticia que viene corriendo y creciendo desde el 11.06, cuando el Papa Francisco dijo en plática privada con la directiva de la CLAR le preocupaba (en sentido extenso) la existencia de un lobby gay, al parecer influyente en el gobierno Vaticano. Muchos hablaban de ello. Nuevo es que lo diga el Papa, y de la manera más apropiada: En un grupo pequeño para que todo el mundo se entere (Obviamente, estas cosas no se dicen en un Encíclica solemne. Conozco un poco a uno de los que estaban con el papa aquel día).
El problema de fondo es más la “mafia” de poder que la conducta sexual de una parte pequeña pero significativa del clero católico, que ha hecho promesa de celibato. Por otra parte, la noticia en sí no se vincula con la homosexualidad en cuanto tal (¡bendita sea!), sino con un tipo de práctica “secreta”, vergonzante (y a la postre impositiva) de algunos “oficiales” de la Curia Vaticana, dados a una “doble vida” que han debido ocultar (con los medios a su alcance, entre ellos el de acusar a otros “homosexuales”) para seguir ocupando los lugares que ocupan (es decir, por temas de poder).
Quiero que este post sea esperanzado… en la línea de Jesús que se puso a expulsar del viejo templo a un lobby de poder… Ciertamente, le mataron por intentar limpiarlo (¡no era tema de sexo, sino de dinero!), pero su testimonio y tarea sigue y avanza, porque Dios le ha resucitado. Buen domingo, día de Pascua a todos.

Posible lobby gay… Trece reflexiones
Algo sé de esos temas, pues he vivido seis años en el entorno de Roma, porque he estudiado, he leído y he conocido cientos de vidas de clérigos y de religiosos. Desde ese fondo, de un modo puramente indicativo, me atrevo a ofrecer algunas reflexiones que quieren ser bodadosas, por si ayudan a pensar a otras personas:
1. El celibato “consagrado al servicio del Reino” es un don en la Iglesia de Jesús. No es “el” don (en ese sentido sólo el amor es don de verdad, como sabe 1 Jn y 1 Cor 13, que no hablan de celibato), pero es “un” don importante, un signo carismático, allí donde es signo de encuentro con Dios, de comunión persona y de servicio comunitario.
2. El celibato es carisma y tarea (forma de maduración personal y de relación social) que puede cultivarse tanto entre hetero- como entre homo-sexuales. Como todo gran don implica un riesgo, y allí donde se impone (y se quiere mantener) por obligación puede volverse y a veces se vuelve peligroso (en línea de destrucción personal y de tapadera para ejercer un poder). Algunos piensan que el celibato es más riesgo para los homo-sexuales, por la misma situación en que se encuentran todavía en la Iglesia, pero no lo veo claro, dejo el tema así.
3. El celibato clerical y la “castidad comunitaria” (consagrada) y sido y sigue siendo un don inmenso dentro de la Iglesia, y por la per-versión de algunos no se puede acusar ni condenar a todos. He conocido y conozco, de forma directa a indirecta, ciertos de hombres y mujeres célibes de una inmensa talla humana, que realizan un gran servicio eclesial y social.
4. El gran riesgo católico del celibato está en que se ha vinculado no con un servicio gratuito de amor y de testimonio de vida (cosa que es buena, muy buena), sino con un tipo de “poder eclesial y social”. Allí donde el celibato se pone al servicio de un poder (un poder que sólo se mantiene guardando o fingiendo que se guarda) pierde su sentido y corre el riesgo de corromperse. Ya no vale en sí, por amor a los demás en libertad, sino como medio de poder, y eso es malo.
5. En esa línea, como diré mañana, soy partidario de un celibato opcional y revisable, de hombres y mujeres, de hétero- y de homo-sexuales, con los valores y riesgos que implica en cada caso, sin que se convierta nunca en una forma establecida de poder. Puede haber algunos casos testimoniales de “episcopado” (no éste actual, de la Iglesia de Roma) vinculados al celibato (como en las iglesias de oriente), pero ese es un tema abierto.
6. Puede (y a mi juicio debería) haber en la iglesia un celibato comunitario, de vida religiosa, como testimonio carismático, tanto en hombres como en mujeres. Pero un celibato “sin poder añadido”, como signo de libertad, de desprendimiento (¡pobreza!), de apertura al amor… sin demasiadas normas canónicas, sin demasiadas estructuras económica…
7. Pero quiero pasar ya a lo que hoy toca (Vaticano…), y empezaré diciendo que, por mi profesión, he leído bastante sobre el tema, y he tenido la “suerte” de conocer a varios nuncios y “funcionarios” vaticanos. Algunos han sido grandes personas, otros han vivido el celibato de forma “penosa”, quizá sin gran pecado externo, pero con gran “problemática” de evangelio: En el paquete de su celibato “político” entraba el BMW o el Porsche, con casa oficial, criadas “sagradas” (¡monjas!) a su servicio. Nunca me han cuadrado esos datos, porque a Jesús le importó menos el celibato, pero mucho un tipo de riqueza.
8. Entre los 4.000 (¿es así?) funcionarios del Vaticano muchos son célibes y tienen que seguir siéndolo para mantener el puesto, que no implica muchísimo dinero, pero sí seguridad, y, sobre todo, un tipo de honor. De esos 4.000 (la mayoría varones) hay bastantes “santos” en el sentido convencional del término homo- y hétero-sexuales, personas que “guardan” bien su celibato y que, sobre todo, realizan una función “de amor” por la Iglesia (quizá equivocada, en el sitio equivocado, pero personalmente buena). Hay más hétero- que homo-sexuales, pero (según las estadísticas que corren) el número de homosexuales es muy grande. Es muy normal que algunos (bastantes) tengan problemas con el celibato (y precisamente los malos-célibes son los que imponen a los otros cargas más duras).
9. Ese mismo dato constituye ya “tentación contra el Espíritu” (¡no un pecado, que eso es más serio!). No es normal, ni es serio, fundar una organización de “poder religioso” como el Vaticano sobre el carisma celibatario de sus miembros. ¿Se le habría ocurrido a Jesús pedir el celibato para guardar-mover-vigilar-expedir papeles? Es evidente que entre los “grados de poder” del Vaticano hay problemas de sexo (de hétero- y homo-sexuales), pero sobre todo de poder. Y allí donde el poder se une al sexo (a la apariencia del celibato), como aquí (y en otros lugares semejantes) ha sucedido en los últimos decenios estamos creando una bomba de relojería (y es bueno hacerla estallar; así pido a Dios que el Papa Francisco sea un buen desactivador, pero que lo haga pronto).
10. La culpa no es de nadie (¡y es de todos, en especial de los que forman parte de la red-vaticana!). La culpa viene (¡permítaseme decirlo!) en gran parte de una torcida teología y de una pésima praxis moral rigorista (jansenista, clerical en el mal sentido de la palabra), una teología y moral que ha condenado casi todo tipo de sexo como gran pecado, olvidándose de la justicia, de la fidelidad y de la misericordia… (Mt 23). Lo primero que tenemos que hacer es “normalizar” (humanizar) el sexo y el amor, perder la obsesión por un tipo de pecados sexuales, pues de esa obsesión nacen estos males…
11. Una parte de los “funcionarios” vaticanos (y más cercanos) han vivido obsesionados por un tipo de sexo (¡siempre pecado!); no han abierto las puertas al amor de verdad, en libertad generosa, en gozo humano… Se han hecho ellos (algunos) bien “pequeños” en amor… y es normal que han tenido que buscar “escapes”. Dios perdona todo, perdona siempre, pero la “naturaleza” tiene sus caminos, y no se puede represar el agua de la vida (como sabía Pablo). Algunas condiciones de “poder” y de formación comunitaria de niños y jóvenes no han sido buenas para la maduración en el amor. Es normal que haya habido problemas, escapatorias… a pesar de la bondad y de la grandeza de una gran parte de los religiosos y clérigos.
12. Y voy terminando con el posible lobby gay del Vaticano. He dicho que “no sé hasta qué medida existe”… pero me parece normal que exista, y además el Papa lo ha dicho. Es evidente que no puedo trazar la solución, y creo que el Papa Francisco está empeñado (según creo) en buscar el camino… Pero sé una cosa: Si es del todo cierto que existe tal lobby gay (que no es malo por gay, sino por lobby de poder oculto), la solución está en tomarlo con normalidad, sin grandes escándalos, pero sin miedos. Decir lo que hay, salvando en lo que se pueda a las personas, pero no dejarlas que sigan estando donde están, ni mandando como manda, ni imponiendo sobre los demás unas cargas en las que ellos no creen (y vuelvo Jesús del Evangelio).
13. Estoy convencido de que se deben abrir las puertas y ventanas del Vaticano, con gran amor, para que muchos salgan y quizá no vuelven, es decir, para no volver a construir otro tipo de Vaticano sobre el poder de 4.000 célibes (quizá algunos menos), con poder y no siempre con “buen celibato de amor”. Es evidente que entre esos 4000 (¡quizá algunos menos!) hay algunos que no pueden vivir el amor con normalidad, sin ocultarlo, y que así tienen que ocultarse y defenderse (y crear estructuras de poder para seguir viviendo como viven). Empezar de otra manera, es lo que hace falta (y procurando hacer justicia de verdad a la víctimas; pero con esto dejamos el tema abierto quizá para otro día). Buen domingo a todos.
(Seguirá, si Dios quiere).

Nazismo económico José Ignacio González Faus, teólogo

Comparemos: por un lado la propuesta andaluza de expropiar a los Bancos las casas inutilizadas, para dar vivienda a desahuciados y las críticas destempladas de cierta prensa: “robo, atraco, ataque a la propiedad”… Por otro lado el Banco de España propone crear trabajo con un salario inferior al mínimo legal (que en España es el más bajo de la zona euro y no es ya salario mínimo sino salario mierda). ¿Dónde está la moral, al menos desde una óptica cristiana?.
Veamos. “Todo hombre tiene derecho a encontrar en la tierra cuanto necesita. Los demás derechos, sean los que sean, incluido el de propiedad y comercio libre, están subordinados a ello: no deben estorbar sino facilitar su realización. Y es un grave y urgente deber social reconducirlos a su finalidad primera” (Pablo VI, Pop. Prog. 22).
“El hombre, en cuanto a su persona, y por consiguiente en cuanto a sus bienes, más es de la república que de sí mismo… Mediando una justa causa, puede disponer la república de los bienes de cualquier particular, porque los bienes de éste más son de la república que suyos… (Por eso) el que se exime fraudulentamente de pagar los tributos no puede estar tranquilo en conciencia y está obligado a restituir… Es una iniquidad que se grave más a los que deberían estar menos gravados… Y así se hace ahora: que exentos los ricos, pagan tributos los pobres” (Francisco de Vitoria, Sentencias morales I, 93-94 y103-104).
Corrijo la primera frase, matizando que el hombre es tanto (no más) de la república como de sí mismo. Pero me pregunto por qué nuestras derechas exaltan al P. Vitoria como gloria española, “prez de nuestro siglo de oro y padre del derecho de gentes”, cuando tan poco caso le hacen. ¿No deberían decir (con su jerga) que Vitoria era un perfecto cabrón y un comunista camuflado?.
Dicho lo cual, saquemos algunas consecuencias de los textos citados.
1.- El 25 de marzo del año pasado este periódico publicó un artículo titulado: ¿Crear empleo o crear esclavitud? Los hechos van respondiendo a aquella pregunta.
2.- Vivienda y empleo dignos son derechos primarios irrenunciables que están muy por encima del (supuesto) derecho a poseer una gran fortuna. Por tanto, si la iniciativa privada no puede o no sabe crear empleo, recae sobre los gobernantes la obligación grave de satisfacer esos derechos. Si no ¿para qué gobiernan? Pero ya nos avisan los sabios que “salir de la crisis” significará sólo que ya no estamos en recesión, mientras que el empleo seguirá siendo precario y los salarios más bajos. (Añadamos que el PP sí ha creado empleo; pero sólo para cargos y dirigentes del partido, que tienen sueldos dobles).
3.- “Los Bancos se hicieron para el hombre, no el hombre para los banqueros” parafraseando una conocida frase evangélica. El dinero que tienen los Bancos no es suyo: lo tienen para ayudar a invertir a quienes crean riqueza, no para hacer negocios ellos. Si quieren negociar con ese dinero ajeno y les sale mal es problema suyo; pero eso no les autoriza a dejar de dar créditos. Clama al cielo que un banquero, condenado por la justicia e indultado por el gobierno socialista, se jubilara con una pensión de 88 millones (más otros 11 de un seguro acumulado). Ya el editorial de este diario consideraba esa cifra como “astronómica”. Démosle un millón (que ya lo quisieran muchos) y digamos que aquel señor es moralmente un ladrón que robó 87 millones. Si fuera católico habría que negarle la comunión como pecador público.
4.- Todo esto no afecta sólo al PP. Rubalcaba y otras prominentes figuras del PSOE tienen fortunas de más del millón de euros. Ese solo dato ya explica la crisis actual del partido, porque es profundamente antisocialista. Sueño que esos millonarios del PSOE se reunirán un día y, además de las propuestas que están haciendo, sensatas quizá pero inútiles (pues Rajoy ya declaró que, para él, eso de dialogar significa: “haga Ud todo lo que yo digo y comparta las responsabilidades”), nos comuniquen que han decidido reducir sus fortunas a unos dos o trescientos mil euros y, con todo lo que pase de ahí, buscar modos de invertir, sin más objetivo que crear empleo y sin buscar beneficios. Eso sería socialismo. Y así no necesitarían adornarse con lo que antaño llamé ”izquierdas de plástico”.
5.- Un sistema montado para satisfacer los caprichos de unos pocos y no las necesidades de todos, es puro nazismo económico tan intolerable como fue antaño el nazismo racial. Europa puede imponernos una reducción sensata y justa de nuestra deuda. Pero no puede exigir que esa reducción se haga precisamente recortando gastos sociales y derechos primarios, sobre todo cuando nosotros no hemos elegido a esos poderes. Menos aún debe alabar tales atrocidades como si pensara que los destinatarios de esos recortes no son personas sino una raza infrahumana (son PIGS, cerdos, como ya se dijo; y es sabido que del cerdo “se aprovecha todo”).
6.- Sin una revisión muy seria de nuestra moral de la propiedad, no habrá salida para este mundo. Por supuesto, lo dicho vale también, y primariamente, para la Iglesia, las órdenes religiosas y para mí.