FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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ATALAYA

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jueves, 4 de abril de 2024

La teología del dominio: refutando una falacia

Leonardo Boff

Está siendo discutido entre analistas políticos, en el seno de grupos neopentecostales, en gran parte bolsonaristas, el paso de la teología de la prosperidad a la teología del dominio. Estimo que el actual conflicto entre el Estado sionista de Israel y la Franja de Gaza con características de carnicería e incluso de genocidio de palestinos haya reforzado en Brasil este paso. Se sabe desde hace mucho tiempo que Benjamín Netanyahu es un sionista radical de extrema derecha que expresó su proyecto de restaurar Israel con las dimensiones que tenía, en su auge, en tiempos de David y de Salomón. De ahí su apoyo sin restricciones a la expulsión y a la colonización de los territorios de la Cisjordania, de población árabe musulmana.

La teología del dominio o el dominionismo nació en los USA en los años 70 del siglo pasado, en un contexto de reconstrucción cristiano calvinista. Como es sabido Calvino en el siglo XVI instauró en Ginebra un gobierno religioso extremadamente riguroso y violento hasta con pena de muerte. Sería un modelo para todo el mundo.

El dominionismo agrupa varias tendencias cristianas fundamentalistas, inclusive integristas católicos que postulan una política exclusivamente religiosa, de base bíblica, a ser aplicada en toda la humanidad con exclusión de cualquier otra expresión, considerada como falsa y por eso sin derecho a existir. Es la ideología totalizadora central para la derecha cristiana en el campo de la política y de las costumbres.

Veamos cuál es la base bíblica fundamental que sustenta esta teología. Se basa en el primer capítulo del Génesis. A decir verdad en el Génesis hay dos versiones de la creación, pero se aprovecha solo la primera, que se refiere directamente al dominio. Veamos el texto:

“Dios dijo: hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza para que domine sobre los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos y todos los animales salvajes y todos los reptiles que se arrastran sobre la tierra. Dios creó el hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó, macho y hembra los creó. Y Dios los bendijo y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra y subyugadla, mandad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo lo que vive y se mueve sobre la tierra” (Génesis 1,26-29).

Este texto así como está legitima todo tipo de dominación y ha servido a los desarrollistas de argumento para su proyecto de crecimiento ilimitado.

Sin embargo, ha sido leído de forma fundamentalista y literalista, sin tener en cuenta que entre nosotros hoy y el relato bíblico distan por lo menos 3-4 mil años. El sentido de las palabras cambia. Esos grupos no consideran lo que ellas significaban en la época en que fueron escritas hace miles de años. Desvelemos su significado en hebreo. Veremos que el texto, interpretado hermenéuticamente como debe ser, muestra la falacia de la teología del dominio. Ella representa un delirio paranóico, irrealizable en la fase del mundo plural y globalizado en el que nos encontramos.

El texto debe ser interpretado en la óptica de la afirmación del ser humano creado “a imagen y semejanza de Dios”. Con esta expresión, no se quiere en hebreo definir lo que es el ser humano (su naturaleza); al contrario, se quiere determinar lo que él, operativamente, debe hacer. Así como Dios sacó todo de la nada, el ser humano, creado creador, debe llevar adelante lo que Dios creó con benevolencia: “Dios vio que todo era bueno” (Génesis1,25). El significado original en hebreo de “imagen y semejanza” (selem y demût) quiere decir que el ser humano es el representante y el lugarteniente del Creador.

Las expresiones “subyugar” y “dominar” deben ser entendidas, simplemente, como “cultivar y cuidar”. Pero vamos a los detalles. Para “dominar” usa la palabra hebrea radash (Génesis 1,26) que significa gobernar bien como el Creador gobierna su creación. Para subyugar emplea en hebreo el término kabash (Génesis 1,28), que significa actuar como un rey bueno, no dominador, que sabiamente mira hacia sus súbditos. Por eso el salmo 8 alaba a Dios por haber creado al ser humano como rey:

“Tú lo hiciste apenas inferior a un ser divino, tú lo coronaste de gloria y honra, le diste el dominio (kabash) sobre las obras de tus manos, sometiste (radash) todo a sus pies; las ovejas y todos los bueyes y hasta los animales salvajes, las aves del cielo y los peces del mar, todo lo que se abre camino por el mar” (Salmo 8,6-9).

Aquí, como en el Génesis 1, no hay nada de violencia ni de dominación: hay que actuar como el Creador, que obra con amor hasta el punto de decir en el libro de la Sabiduría que “creó todos los seres con amor y ninguno con odio, si no, no los habría creado… Él es el apasionado amante de la vida” (Sabiduría 1,24.26). Aquí se desvanece la base para cualquier teología del dominio.

Hay una segunda versión del Génesis (2,4-25) que es distinta de la primera y nunca ha sido referida por los representantes de la teología del dominio. En esta segunda, Dios saca a todos los seres del polvo de la tierra, también al ser humano, estableciendo con eso un lazo de profunda hermandad entre todos. Creó al hombre, que vivía en soledad. Entonces le dio una mujer, no para procrear, sino para ser su compañera (Génesis 2,23). Los puso en el Jardín del Edén, no para dominarlo, sino para “cultivarlo y guardarlo” (2,15), usando las palabras hebrea abad para arar-cultivar y shamar para guardar o cuidar.

Esta comprensión que pone a todos los seres sacados del mismo origen, del polvo de la tierra, y confía a la pareja humana la misión de cultivar y guardar, proporcionaría otro tipo de fundamento para la convivencia de todos los seres humanos con todos los demás seres de la naturaleza. Aquí no existe ninguna base para el dominio, al contrario, lo niega en favor de una convivencia armoniosa entre todos.

Este análisis, basado en el hebreo, es decisivo para dejar de apoyar una interpretación fuera de tiempo, fundamentalista, al servicio de un sentido político, excluyente y totalitario del dominio sobre los pueblos y sobre la Tierra, como si fuera el proyecto de Dios. Nada más distorsionado y falso. Por más que el fundamentalismo y la orientación de extrema derecha en política esté creciendo en el mundo, esta tendencia no ofrece las condiciones objetivas reales para prevalecer y constituir una única forma religiosa de organizar la política de la humanidad, una y diversa.

*Leonardo Boff, profesor de teología sistemática con acento en la teología bíblica. Véanse algunas fuentes entre tantas: Aubrey Rose (org.) Judaism and Ecology., N.York 1992; Ronald A.Simkins, Criador e Criação: a natureza da mundividência do Antigo Israel, Vozes 1994, pp.158-160; James B.Martin-Schramm&Robert L.Stivers, Christian environmental Ethics, N.York 2003 esp, pp. 102-104; von Rad. Das erste Buch Mose, Genesis, Göttingen 1967.

Traducción de MªJosé Gavito Milano

Cómo evitar el fin del mundo

Leonardo Boff

La espiritualidad natural, la ética, el cuidado

La crisis de nuestro modo de vivir en este único planeta nos envuelve a todos, hasta a las naciones imperiales. ¿Quién iba a decir que en Estados Unidos iba a haber una severa erosión de los valores democráticos? El sueño original americano, repiten sus mejores, «implicaba un nuevo mundo en el cual el pueblo vivía libre para realizar sus sueños, dentro de un ambiente social que generaba ciudadanos ilustrados, responsables y comprometidos, con una preocupación apasionada por la dignidad y los derechos individuales y de los otros en la perspectiva del bien común». Evidentemente ese era el sueño de la población, no de los órganos gubernamentales y del aparato militar de seguridad que buscaban y siguen buscando por todos los medios, incluso bélicos, el monopolio del poder mundial. Para estos el sueño era y es otro.

Lo que está ocurriendo desde los años 60, nos dice Steven Rockefeller, de la familia de los multimillonarios Rockefeller, uno de los ideadores de la Carta de la Tierra, de opción budista, una de las personas más dialogales con quien pude convivir en los trabajos de la redacción de dicha Carta, es que la juventud actual ha olvidado los valores mencionados, vive centrada en su propio yo, desprecia a su propio país y ha perdido el sentido de la solidaridad. Concluye diciendo: “América es una nación en busca de su propia alma” (Spiritual Democracy and our Schools, N.York 2022, p.15).

Lo que se dice de Estados Unidos vale prácticamente para todos o para los principales países, también para el nuestro, ya que somos todos interdependientes y rehenes de la cultura del capital, acumulador, materialista, consumista, excluyente e insensible al destino de las mayorías pobres. Como profesor y pedagogo, Steven Rockefeller escribió el referido libro «para renovar el espíritu americano a través de la educación desde la más tierna infancia».

Maneja tres categorías con las cuales me identifico y con las cuales he trabajado desde hace años con vistas a un nuevo paradigma y otro estilo de educación: la espiritualidad, la ética y el cuidado de la Casa Común.

Steven ve la espiritualidad como una dimensión esencial del ser humano con el mismo derecho de ciudadanía que el cuerpo, la inteligencia, la voluntad, la psique. Por eso es natural. No se trata de identificar la espiritualidad con la religión, aunque pueda haber interrelaciones entre ellas. La espiritualidad natural es innata. De ella nacen las religiones como canalizaciones culturales de esta dimensión espiritual originaria.

Como nos lo han mostrado, dice Steven, la filosofía, la psicología de lo profundo y las neurociencias, la «espiritualidad es una capacidad innata en el ser humano que, cuando se alimenta y se desarrolla genera un modo de ser hecho de relaciones consigo mismo y con el mundo, promueve la libertad personal, el bienestar, y el florecimiento del bien colectivo» (p.10). La espiritualidad natural plantea las preguntas inevitables del ser humano: por qué estamos en este mundo, qué nos espera más allá de esta vida y la percepción de una Realidad Suprema. Ella se expresa por el amor incondicional, por la reverencia ante el Universo, por la solidaridad, por el cuidado hacia todo lo que existe y vive y por la compasión por quien sufre.

Esta comprensión me hace recordar las palabras de Mijaíl Gorbachev al cerrar la redacción de la Carta de la Tierra en la sede de la UNESCO en París en el año 2000: “Si queremos salvar la vida en el planeta necesitamos valores nuevos y otra espiritualidad”. Es decir, no son suficientes nuestros bienes materiales ni la tecnociencia. Todo esto debe venir impregnado de los valores del corazón, sede del amor, del afecto, de la empatía, de la ética, del cuidado y de la espiritualidad. Sólo así se consigue establecer un lazo afectivo y solidario con todos los seres y con la Tierra y así salvarlos. Todo ser posee un valor en sí mismo, más allá del uso humano. La espiritualidad natural nos permite sentir todo esto, es una especie de órgano natural de nuestra vida que ninguna otra parte de nuestra naturaleza puede desempeñar adecuadamente. La física cuántica Danah Zohar y su marido neurólogo, I. Marshall, demostraron que tenemos dentro de nosotros lo que llamaron “el punto Dios en el cerebro”. Siempre que de forma existencial se abordan lo Sagrado y lo Espiritual se verifica una aceleración de las neuronas de una parte del cerebro. Es una especie de órgano interior por el cual la espiritualidad natural e innata capta aquella Energía poderosa y amorosa que sustenta todo y que obra también en nuestro interior (D.Zohar, O ser quântico, Rio 1991).

La espiritualidad natural nos remite directamente a la ética, en el sentido clásico de los griegos: la Casa (ethos) bien cuidada, ahora la Casa Común, la Tierra. El “ethos” busca el bien vivir. La “ética”, las formas y maneras de concretar el bien vivir, por las virtudes del amor, de la justicia, de la justa medida, de la belleza y demás virtudes, según el sentir de la distintas culturas. Desde la más tierna edad y en el proceso educativo se debe esclarecer la espiritualidad natural que viene siempre acolitada por la ética del bien vivir.

Hoy más que nunca se hace urgente el cuidado, entendido como la esencia de todos los vivientes, especialmente del ser humano, según el mito romano de Higino, explorado por la filosofía y la antropología (cf.L. Boff. Saber cuidar: ética de lo humano-compaixão pela Terra, Vozes 2023). Dejado a sí mismo, ningún organismo vivo sobrevive sin cuidado.

En la actualidad se están confrontando dos paradigmas: el del poder y el del cuidado. El del poder actual como dominación caracteriza la modernidad. Con este poder se sometieron pueblos, muchos esclavizados, se explotó despiadadamente la naturaleza, la materia, la vida y la propia Tierra, hoy en busca de sostenibilidad. El paradigma del cuidado renuncia al poder como dominación, establece una relación amistosa con la naturaleza y respeta a la Tierra como la Gran Madre y Gaia. Actualmente ante la devastación al modo de la modernidad, se impone el paradigma del cuidado si queremos asegurar las condiciones ecológicas para nuestra supervivencia.

La humanidad se encuentra en una encrucijada: o sigue el camino del poder que implica una explotación ilimitada de los recursos naturales hasta el punto de haber afectado al equilibrio de la Tierra, visto el cambio climático irreversible; camino que puede llevarnos a un armagedón ecológico. O sigue el camino del cuidado: la humanidad para, reflexiona sobre los peligros para sobrevivir y define un rumbo más benevolente, marcado por el cuidado de la naturaleza, de unos a otros y de la Tierra. En caso contrario, dice la Carta de la Tierra, «nos arriesgamos a nuestra destrucción y a la destrucción de la diversidad de la vida» (Preámbulo). No dice otra cosa el Papa Francisco en la Fratelli tutti: «estamos en el mismo barco, o nos salvamos todos o nadie se salva» (n.24)

Queda poco tiempo para dar un viraje a nuestro destino común con la Tierra, vamos a sobrevivir y a inaugurar otra forma de habitar el planeta, con sentimiento de pertenencia y con la conciencia de ser sus fieles guardianes.

La educación posee esta misión mesiánica de desentrañar desde el nacimiento la espiritualidad natural, la ética de la Tierra y el cuidado de la creación. Por ese camino habrá salvación.

*Leonardo Boff ha escrito Cuidar de la Casa Común: cómo retrasar el fin del mundo, Vozes 2024.

Traducción de MªJosé Gavito Milano

InicioRevista de prensaáfricaLos jóvenes senegaleses celebran el cambio político tras años de protestas y... Los jóvenes senegaleses celebran el cambio político tras años de protestas y represión: «Hemos hecho historia» Soraya Aybar Laafou

 


Rebelión

Fuentes: El diario
Bassirou Diomaye Faye acaba con más de una década de gobierno de Macky Sall y da esperanzas a los jóvenes del país, más de la mitad de la población, en un momento de fuerte incremento de la emigración a Canarias
Cuando no habían cerrado las urnas, Sidi, de 25 años, ya había salido a la calle a celebrar el cambio político en Senegal. Saint Louis, uno de los principales puntos de partida de los cayucos hacia Canarias y ciudad de pescadores, cerraba la jornada sin vítores en contra del presidente saliente, Macky Sall. Ver noticia

María Magdalena, pionera de la igualdad uan José Tamayo , teólogo

 


Tras las huellas de Sophia

Recuperar el cristianismo igualitario de María Magdalena y re-crear comunidades cristianas libres de discriminaciones de género, religión, cultura, identidad sexual y clase social.
Llevar a cabo dicha recuperación y re-creación en sintonía y colaboración con los movimientos feministas.Ver noticia 

La masacre del hospital de Shifa en Gaza: 300 personas asesinadas y destrucción total

 


Kaosenlared

Tras la retirada del ejército sionista este lunes del hospital de Shifa, el más grande del enclave palestino de Gaza tras dos semanas de asedio, los datos de esta acción genocida son escalofriantes: según fuentes palestinas “más de 300 mujeres, niños y hombres masacrados. Ver noticia 

 


Religión Digital

El obispo emérito publica ‘Roma locuta,¿ causa finita?’
“¿Por qué no se permite a las mujeres ser ordenadas? Hasta hoy, no he encontrado una respuesta que me convenza. Y sé que no hay una respuesta realmente convincente”

Es la pregunta que se hace -y la respuesta que se otorga- el obispo emérito de la prelatura brasileña de Xingu, Erwin Kräutler, en un cuadernillo titulado Roma locuta, ¿causa finita? Sobre la ordenación de mujeres en la Amazonía, editado por el Observatorio Latinoamericano de la Sinodalidad Ver noticia 

“Los jesuitas nos negamos a callar”

 


Religión Digital

Declaración de la Compañía de Jesús ante la guerra en Gaza “Los jesuitas nos negamos a callar”
«Casi seis meses de guerra en Gaza, y las armas no han callado. Nosotros, los miembros de la Compañía de Jesús (los jesuitas), como tantos otros católicos, cristianos, hombres y mujeres de todos los credos y no creyentes, nos negamos a callar. Nuestras voces siguen alzándose en oración, en lamento, en protesta por la muerte y la destrucción que siguen reinando en Gaza y otros territorios de Israel/Palestina, extendiéndose a los países vecinos de Oriente Medio» Ver noticia

Cadiñanos, el obispo de los migrantes: «Los pobres nos estorban» José Lorenzo


 Religión Digital

El obispo de Mondoñedo-Ferrol lamenta las «miradas ideológicas» contra los migrantes Cadiñanos, el obispo de los migrantes: «Los pobres nos estorban»
«A las personas migrantes se las ve como indocumentados, ilegales, invasores, okupas. Son miradas a la realidad marcadas por la ideología y por el sentimiento y la emoción que nos opaca la razón. La mirada tiene que ser más amplia» Ver noticia 

UNA OJEADA A LA RAZÓN


col zapatero

 

Cada vez me convenzo más de que el problema para mantener fe hoy depende del  monopolio veritativo (decisorio sobre lo que es verdad o no) que se da a la razón, que, por otra parte, está cada vez más monopolizada por la única razón científico-matemática, que sería la única jueza dispensadora del certificado de objetividad. Por eso, esta reflexión de Mariano sobre las competencias de cada tipo de razón es muy importante para quienes se encabezonan hoy por apostar por una fe personal. AD. 

Desde siempre se nos ha dicho que el ser humano es un animal racional, es decir, dos realidades en una, y siempre me he preguntado cómo es posible lograr tal equilibrio. Por lo pronto lo animal no define a la razón y la razón si define a lo animal además de definirse a ella misma, aspecto éste último algo contradictorio, pues es ella misma quien afirma que lo definido no debe entrar en la definición bajo el riesgo de caer en una tautología, y que en este caso sería además una pedante egología:” Esto es así porque lo digo yo”.

Mal empezamos si la propia razón empieza contradiciéndose e imponiéndose autoritariamente. La razón-sujeto (definidora) es a su vez razón-objeto (definida), es decir, juez y parte, y ya se sabe que quien parte y reparte se queda con la mejor parte. Pero la situación no queda aquí, todavía se complica más al entrar la razón en una esquizofrenia múltiple, pues en todo juicio (ámbito exclusivo de la razón), además del juez, intervienen el fiscal que acusa y el defensor que se justifica ante dicha acusación. Es como si el acelerador y el freno de un vehículo fuesen el mismo pedal, derraparíamos constantemente, y no digamos nada si además queremos que tome parte el jurado, dejémoslo aparte de momento.

Así las cosas, la razón dista mucho de ser una destiladora de equilibrios. Pero la cosa no queda tampoco aquí si su prepotencia le lleva a querer universalizarse como agente clarificador y ordenador de toda realidad. ¿Será esta la causa de que en su interior surja una inconsciente razón llamada duda? ¿Quién hará de juez entre ambas?

Así resulta que este animal racional, el ser humano, asume un cierto pragmatismo dual, el de convivir con su razón científica objetiva sin dudas y a la vez con su razón filosófica llena de dudas. Es como no acabar de fiarse uno mismo de sí mismo. ¡Menudo desasosiego! Con todo esto, la razón resulta ser ya de entrada un principio de diferenciación social, autoclasificándonos unos como de letras y otros como de ciencias, pero no nos preocupemos, nuestra realidad va mucho más allá de las ciencias y las letras, incluso más allá de la razón que en este caso sería de las razones.

Este más allá de toda razón en la persona, reside en una facultad suprarracional, pero muy anclada a su materialidad, aunque la razón en su papel de agente clarificador y ordenador no se haya podido negar a ponerle nombre con el calificativo de “voluntad”. No hay razón que se le resista. Cuando a alguien se le pide explicaciones sobre ciertos actos y decisiones inexplicables, acaba exclamando: ¡Porque me lo pide el cuerpo! ¡Porque me da la gana!…

Si la razón se afana en limpiar, abrillantar y dar esplendor creando un orden enmarcado por leyes, la voluntad muchas veces actúa reactivamente contra dicho marco legal, confirmando así el principio de la dinámica de toda realidad física y que la propia razón expresa diciendo que: “A toda acción se le opone una reacción igual y de sentido contrario”.

Pero este aparente irracionalismo que emerge desde los sentimientos, no se ve exento de tener que dar razón de lo que su cuerpo le pide como bien apuntaba B. Pascal en su conocida expresión de: “El corazón tiene razones que no entiende la razón”.

Por lo que la cuestión que nos debemos plantear no reside tanto en considerar a una como la buena y la otra como la contraria. Hay que procurar limpiar y esclarecer, pero sin renegar de lo emotivo, de lo pulsional, lo pasional, y en definitiva de lo que nos pide el cuerpo o nos dé la gana, pero ambas han de aproximarse en una dinámica de complementariedad que las unifique.

Razón y corazón no funcionan por separado. El pensamiento meramente espiritual, descansa en su base cerebral, que se extiende por todo el entramado neuronal del sistema nervioso conformando su base somática, de ahí que somos también inteligencia sintiente, pero, así como una exaltación de la razón sobre el corazón se traduce en una “cabezo-nada”, también una exaltación del sentimiento sobre la razón se traduce en una “corazo-nada”. En definitiva, ambas por separado quedan en nada. En este contexto, no hemos hecho nada más que un intento de resucitar la vieja filosofía de la doble verdad, que algunos filósofos árabes, en su día, trataron de introducir en contraposición a la verdad filosófica y teológica.

La buscada sabiduría se aviene cuando empezamos a trabajar en ese buscado equilibrio dinámico “racio-cordial”, equilibrio que demanda la presencia de la sabiduría hebrea y de la razón helénica. La primera empieza diciendo “tú”, para poder reflejarse en él y percibirse. La segunda empieza por un “yo” que duda hasta de sí mismo.

La primera se encuentra a “sí” por un acontecimiento que le viene de fuera de “sí”. La segunda se busca a “sí” sin querer salir de “sí”.

El mundo griego comienza con el “yo” de la duda, que es como un “no yo”, pues esa es su esencia, la de negarse continuamente y reafirmarse a partir de su negación, que también por necesidad lógica debería ser una negación dudosa. El mundo hebreo comienza con el “creo”, te creo, te veo, me fio, es el “fiat” del asentimiento. Son dos cosmovisiones que o se reclaman en una complementariedad o se contraponen, no hay más opciones.

Kant que era un pensador de oficio, decía que la razón no es solamente un pensar invadido por la duda que no nos permite salir de un hiperbólico racionalismo, sino también un querer práctico que busca su norte, su sentido, en donde el riesgo, la apuesta, la voluntad, el tanteo, el instinto y podríamos añadir el sufrimiento, las alegrías y en definitiva a toda pulsión inconsciente.

También Wittgenstein, un gran apasionado por la filosofía y la matemática, considerado un gran pensador metafísico de este siglo pasado (ayer), desmitificaba la razón diciendo que cualquier decir racional es un decir paradójico. Recordemos que toda paradoja es una idea contradictoria, pero sin contradicción lógica, lo que la convertiría en un sofisma. Toda paradoja es un razonamiento en apariencia válido, pero que contraviene al sentido común. ¡Cuántas paradojas se nos cuelan inconscientemente en nuestro llamado sentido común simplemente porque no rompen las reglas de la lógica!

La presencia que acontece al “yo” del mundo hebreo que razona para poder reconocerse y poder responderle, le dice: Heme aquí dispuesto y abierto a tu palabra para acogerte y para ser acogido, pues sin “ti” no podría decir “yo”, y sin mí, tú tampoco podrías pronunciarte y no se produciría ni encuentro ni acontecimiento alguno.

Del saber al querer y del querer al saber, cuanto no sea así, no pasaría de ser un absurdo Kafkiano.

La racionalidad humana es a su vez ética y metafísica, carne y espíritu, animal y racional, y ambas acaban siendo el substrato de una voluntad bien informada para poder afrontar el reto de su existencia en libertad.

En este punto, primigenio y último, nada separa al creyente del no creyente sino la fe. Para creer y tener fe, la voluntad es quien tiene la última palabra para poder enfrentarse a ese abismo que supera a toda razón y a todo querer. Ante este abismo llamado libertad, la voluntad no solo está sola, sino que debe renunciar a su soledad para abandonarse libremente en la alteridad de en Quien se puede ver reflejado y ya pueda decir “yo” sin dudas…… ¡Qué riesgo!

La vida humana tiene su singular riesgo llamado libertad, que nos singulariza uno a uno sin límites espacio-temporales. Solamente la voluntad es quien asume en última instancia dicho riesgo, por muchas “cabezo-nadas” y “corazo-nadas” que le vengan en forma de hipótesis o en forma de ganas, ya que siempre la tesis, su tesis, la confirma su voluntad.

 

Mariano Álvarez Valenzuela

Atrio

CONTRAPUNTO A CIERTOS TEMORES SOBRE LA SINODALIDAD Y TRES POSIBLES MALENTENDIDOS


col martell

 

La 'hoja de ruta' del actual Sínodo

Después de unos cuantos años de servicio en funciones de gobierno… provincial y general… hay ciertas palabras que pueden despertar inmediatamente una sensación de precaución (no voy a decir ‘malestar’). Una de ellas es la palabra ‘sinodalidad’.

La Comisión Teológica Internacional decía, al referirse a la sinodalidad en la vida de la Iglesia, que este término en griego eclesiástico expresaba el ser convocado a una asamblea de discípulos de Jesús y, en algunos casos, era sinónimo de comunidad eclesial. Con un significado específico, desde los primeros siglos, la palabra 'sínodo' se utilizaba para designar las asambleas eclesiales convocadas a diversos niveles para discernir, a la luz de la Palabra de Dios y a la escucha del Espíritu Santo, las cuestiones doctrinales, litúrgicas, canónicas y pastorales que se planteaban. También se mencionaba que el sustantivo sinodalidad se refería a la implicación y participación de todo el Pueblo de Dios en este discernimiento de la voz del Espíritu sobre la vida y la misión de la Iglesia. 

La razón de la emoción no siempre positiva que puede suscitar este término, junto con otros de significado similar, es que evoca innumerables y fatigosas reuniones, comisiones y grupos de trabajo en los que se intenta un discernimiento eclesial, pero que, al menos a veces, no conduce a resultados significativos, o cuyos resultados no han sido aceptados por la base eclesial, por la totalidad de la Iglesia, etc. Una de las razones de estas dificultades para vivir los procesos sinodales podría ser una inadecuada comprensión de sus características teológicas, que da lugar a algunos arriesgados malentendidos en cuanto a su funcionamiento. Por ejemplo propongo tres posibles malentendidos.

Tres posibles malentendidos 

1.- El malentendido más grave que puede surgir en un proceso sinodal es la suposición de que ese proceso puede producir un consenso tan amplio que permita tomar decisiones compartidas, hasta el punto de que éstas no generen conflictos de ningún tipo. Al fin y al cabo, el sueño de todo pastor (Papa, Obispo, párroco…) es poder ejercer su ministerio en santa paz y sin tener que imponerse penosamente a una parte de su comunidad eclesial. Por eso, a veces se recurre a la sinodalidad con la secreta esperanza de que consiga poner a todos de acuerdo. En realidad, esto casi nunca sucede. Aunque lo que el Espíritu Santo sugiere a los creyentes vaya en la misma dirección, no todos son realmente capaces de escuchar su voz y distinguirla de sus propias opiniones no siempre del todo evangélicas. 

La sinodalidad siempre presenta y entrega a una comunidad cristiana una serie de soluciones contradictorias, audaces proyectos de reforma mezclados con el miedo y el deseo de no cambiar nada por temor a fuertes laceraciones en el tejido eclesial. Por eso, los procesos sinodales pueden acabar produciendo decisiones irrisorias, o terminar simplemente pasando a otro tema, sin conclusión alguna. En algunos casos, se mantienen en un standby durante muchos años, hasta que se ha olvidado el camino recorrido para poder comenzarlo de nuevo.

Y sin embargo, si se escucha al Espíritu Santo de manera sinodal no se puede retroceder en el momento de la toma de decisiones, porque eso significaría ignorar su voz e, incluso, pecar muy gravemente. Por el contrario, hay que aceptar que, al final de un proceso de discernimiento comunitario, el pastor debe tomar decisiones necesariamente discutibles y que, por desgracia, es inevitable que algunas personas consideren oportuno "retirarse" de una o de otra manera o incluso oponerse y marcharse.

La sinodalidad, como el Evangelio, es "arriesgada", y esta característica afecta necesariamente al ministerio de los llamados a acompañar la comunidad cristiana presidiéndola. Lo demuestra el hecho de que cualquier reforma significativa de la Iglesia siempre ha provocado pequeños o grandes cismas, similares a la fuerte reacción de una parte del mundo católico ante algunas decisiones del Papa Francisco. Tras el Concilio de Jerusalén, la decisión última de los Apóstoles dio la razón a una comprensión del Evangelio y de la Iglesia, y no la dio a otra.

2.- Un segundo posible malentendido del itinerario sinodal es que se ocupe de elaborar decisiones programáticas sin verificar su aplicación en la vida de las comunidades cristianas. No hay que olvidar que la palabra humana de los documentos eclesiales, a diferencia de la palabra divina, no es creadora, es decir, no realiza inmediatamente lo que dice, sino que necesita tanto una amplia difusión y explicación como la verificación de su recepción.

Este último momento de la recepción representa, por lo tanto, el inicio de un nuevo camino sinodal en el que las decisiones tomadas son acogidas creativamente por las diversas comunidades, y por tanto no debe confundirse con un proceso de imposición. Sin embargo, no se puede tolerar un cierre prejuicioso o ideológico a lo que se ha establecido al final de un camino sinodal eficaz, porque esto representaría un cierre a la voz del Espíritu.

3.- Otro malentendido de la sinodalidad es fijarse en las preguntas de partida. En realidad, si se escucha al Espíritu Santo, es necesario reconocer la posibilidad de cambiar las preguntas con las que se empezó a reflexionar en el itinerario sinodal. Así, por poner un ejemplo, se puede iniciar un camino sinodal sobre el problema del celibato en el ministerio ordenado, y darse cuenta, por el camino, de que esa cuestión se comprende mejor y de nuevo si se plantea la cuestión de qué ministerio ordenado en el siglo XXI. En ese momento, y si uno se atrinchera en las preguntas de partida, impidiendo que quienes captan la necesidad de un cambio de perspectiva puedan siquiera proponerlo, se está cerrando una vez más la posibilidad a la novedad alternativa de la voz interpelante del Espíritu Santo.

La lógica de la sinodalidad exige renunciar a predecir el desarrollo del camino de reflexión eclesial y estar dispuestos a cambiar las preguntas de partida o a buscar, encontrar, dejarse decir por respuestas inesperadas.

A mí me parece que la sinodalidad no se reduce, valga la expresión (para nada despectiva en mi intención), a ‘mesas redondas’, ‘espacios circulares’,... Sin restarle importancia a nada de eso, la sinodalidad no es solamente, tampoco de modo principal, una dinámica de grupo… sino que supone e implica una espiritualidad y una comprensión del Evangelio y de la Iglesia.

“El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe a dónde va” (Antoine de Saint-Exupéry). Y éste es el liderazgo que le corresponde a Pedro - hoy Francisco - por encargo de Jesús. Digo esto también porque San Lucas nos recuerda en su Evangelio que Jesús tomó la decisión, una entre tantas, de subir a Jerusalén (Lucas 9, 51ss).

 

Joseba Kamiruaga Mieza CMF

Religión Digital

GALLAGHER: "CUANDO ESTO TERMINE, HABRÁ UN NUEVO ORDEN MUNDIAL Y NO SOLO DOS BLOQUES; ES INEVITABLE"


col koldo

 

El "terrible" atentado en Moscú, la inestabilidad general en Europa y en el mundo, la insistencia en "trabajar por la paz y tratar de promover la paz" en Ucrania a través de la negociación y con una defensa que no se hace sólo con armas sino con acuerdos. Luego el miedo a la escalada nuclear, "un nuevo orden mundial" tras el cese de los conflictos. Después, una mirada a Tierra Santa con esperanza en la "solución de dos pueblos, dos Estados" y dolor por la "catastrófica" situación en Gaza, la necesidad de renovar el liderazgo palestino y la cuestión de los rehenes israelíes.

También un pensamiento para la princesa Kate y una mención a la salud del Papa Francisco, que se presenta "fuerte" y "muy decidido" pero que probablemente estos días esté "tratando de equilibrar sus esfuerzos" para las celebraciones de Semana Santa y, sin embargo, "siempre consigue sorprendernos".

Se trata de una amplia entrevista emitida en la noche del 26 de marzo, en el canal italiano Tg1 con monseñor Paul Richard Gallagher, secretario vaticano para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales. A su regreso de un viaje a Montenegro y, antes, a Jordania, el arzobispo británico comenta la actualidad internacional, expresando el punto de vista de la Santa Sede.

El atentado en Moscú 

La conversación con el vaticanista Ignazio Ingrao parte del reciente atentado en Moscú: "Una cosa terrible" que "debe hacernos reflexionar", porque "podemos ver que hay elementos en nuestras sociedades que sólo quieren destruir y hacer sufrir", subraya. Señala el riesgo real de que la masacre de Moscú pueda inflamar aún más la situación mundial: "Un país que sufre un trauma como éste también puede reaccionar muy fuertemente, como reaccionó Israel tras el 7 de octubre".

Toda esta inestabilidad, para Gallagher, es "el resultado de la disolución de un orden que creíamos haber establecido tras las dos guerras mundiales, tras la Guerra Fría, donde los Estados resolvían sus conflictos negociando entre sí, hablando, negociando, dialogando". Hoy ya no parece existir esa "atención al derecho", sino más bien "una falta de confianza en nuestras instituciones", empezando por la ONU, la OSCE y la misma Europa, "pilares de nuestro mundo durante tantas décadas", que sin embargo "ahora no pueden o no parecen capaces de hacer frente a estos graves desafíos".

Guerra en Ucrania

Vuelve su mirada a Ucrania y al reciente llamamiento del Papa Francisco a las negociaciones. "El Papa -aclara- siempre ha dicho que las guerras terminan en la mesa de negociaciones. Creo que el Papa ha querido animar a la parte ucraniana a dialogar por el bien del país. Al mismo tiempo, creo que la Santa Sede siempre ha sido muy clara con la parte rusa, pidiendo que también ellos deben enviar señales en esta dirección, empezando por dejar de disparar misiles sobre territorio ucraniano. Y el conflicto, los armamentos y todos los conflictos cotidianos deben cesar".

La defensa no es sólo una cuestión de armas

Siempre recordando el pensamiento del Papa, monseñor Gallagher, respondiendo a una pregunta sobre el relanzamiento del proyecto de defensa europea, afirma que "Europa debe asumir la responsabilidad de su defensa", pero al mismo tiempo "la defensa no es sólo una cuestión de armas", sino "una defensa integral" que "se hace a través de las instituciones, promoviendo acuerdos entre los pueblos".

El temor al nuclear y un nuevo orden mundial tras los conflictos

En esta línea, el Secretario para las Relaciones con los Estados reitera que "debemos hacer todo lo posible para evitar una derrota de Ucrania", porque eso "cambiaría radicalmente las cosas". En lo que insisten la Iglesia, la Santa Sede y el Papa es en "trabajar por la paz y tratar de promover la paz. No se puede pensar en llegar a una solución mediante la victoria o la derrota". El prelado no deja de reiterar el temor a la escalada nuclear: "Esto nos hace tomar conciencia de que debemos construir un mundo sin armas nucleares y de que, en realidad, la posesión de estas armas nos hace más vulnerables y no nos garantiza la seguridad". Si bien el ataque nuclear sigue siendo una posibilidad dramática, para Gallagher es "inevitable" que cuando terminen los conflictos "haya un nuevo orden mundial": no sólo una división Occidente-Oriente, sino "más grupos aliados en el mundo".

La solución de los dos Estados para Israel y Palestina

En la entrevista se dedicó amplio espacio a la guerra en Oriente Medio, empezando por la "desastrosa", "catastrófica" y "terrible" situación en Gaza. Como el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, en otras ocasiones, monseñor Gallagher reitera la solución de "dos pueblos, dos Estados" para el futuro de Israel y Palestina. Una solución que requiere "esfuerzos" y "sacrificios" y que parecía "archivada", en cambio ahora se habla mucho más de ella en la comunidad internacional. Esto "nos da alguna esperanza", dice el prelado: "La Santa Sede siempre ha seguido insistiendo en esta solución, pero para muchos ya no se consideraba posible. Ahora vemos las grandes dificultades en Cisjordania, el problema del futuro de la misma Gaza, pero al menos la gente ve ahora que hay que buscar una solución política".

Hablando de Cisjordania, sigue existiendo el "enorme problema" de los colonos israelíes, quizá "el mayor problema a resolver" en el futuro para detener el conflicto. No hay "soluciones mágicas" dado el "enorme número de personas" dispersas por el territorio y las "exacerbadas" relaciones; también aquí el camino es "hablar y dialogar también con las autoridades israelíes" y buscar soluciones "en beneficio de todos".

Resolución sobre el alto el fuego en Gaza: un mensaje fuerte

Vuelven de nuevo las palabras del Papa y su insistencia en la liberación de los rehenes, el acceso a la ayuda humanitaria y el alto el fuego. Una solución, esta última, que de momento parece imposible; hay que trabajar, dice Gallagher, "para que las armas dejen de disparar no dentro de unos meses, sino inmediatamente, en estos días". Ciertamente, se ha abierto una nueva página con la resolución de alto el fuego, aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU con la abstención de Estados Unidos: según el arzobispo, es "un mensaje muy fuerte y una indicación de que la administración estadounidense no puede seguir con las mismas posiciones, utilizando su derecho de veto para bloquear cualquier acción de la ONU". De hecho, la resolución demuestra que "la posición de la gran mayoría de los países de la ONU es poner fin a esta guerra, lograr la paz, salvar lo que se pueda salvar". En cuanto al drama de los rehenes israelíes en manos de Hamás, Gallagher confirma los diversos contactos de familiares que "nos han pedido ayuda y estamos intentando hacer todo lo que podemos".

Renovar el liderazgo palestino

Hablando de Hamás, el Secretario para las Relaciones con los Estados afirma que la organización terrorista "no tiene futuro como entidad política": "Ellos también -señala en la entrevista- deben renunciar a la destrucción del Estado de Israel. Ellos también deberían tener mucho más en cuenta el bien del pueblo palestino". Para Gallagher, es necesario "renovar las instituciones palestinas" y "escuchar mucho más la voluntad del pueblo para el futuro", y su deseo de poder expresar su "autodeterminación" en las urnas. Por último, el arzobispo reiteró todo el apoyo posible a los cristianos de Gaza, "muy pocos" y ahora refugiados en torno a la parroquia católica con ortodoxos y musulmanes en una situación "dramática" en cuanto a recursos y supervivencia diaria.

Apoyo a la princesa Kate

También se mencionó en la entrevista de Tg1 el viaje a Montenegro del 21 al 24 de marzo, una región que "se encuentra en una situación delicada" y que merece "la atención de la comunidad internacional". En general, todos estos países con un pasado difícil "están intentando realmente avanzar, promocionarse. La mayoría de ellos han hecho una opción por Europa y merecen todo nuestro aliento".

Por último, monseñor Gallagher expresó su afecto y sus oraciones por la princesa Kate Middleton, que en los últimos días anunció su enfermedad y el curso de su tratamiento: "Cuando se ve a un ser humano en toda su fragilidad, esto no puede dejar de suscitar todo nuestro afecto y apoyo".

 

Vatican News

Religión Digital

LA VIDA CONSAGRADA NICARAGÜENSE DENUNCIA A ORTEGA Y MURILLO: "NINGUNA DOCTRINA POLÍTICA PUEDE SUSTITUIR AL EVANGELIO"


col zapatero

 

“Un pueblo que se organiza y defiende sus valores, su justicia, es un pueblo que se hace respetar” (Monseñor Romero).

A todas nuestras hermanas y hermanos del Pueblo de Dios:

El pueblo oprimido de Nicaragua vive su viacrucis en esta Semana Santa y lo hacemos compartiendo desde dentro de Nicaragua una reflexión sobre la coyuntura nacional actual.

Reunidos clandestinamente en una de las ciudades cuna de la fe de Nicaragua, saludamos el esfuerzo que hacen nuestros hermanos sacerdotes y religiosos en Costa Rica, visibilizar las violaciones a los Derechos Humanos a los que se ha sometido al pueblo de Nicaragua es una tarea constante, de quienes optamos por la verdad, la solidaridad y la justicia como base de desarrollo de toda una sociedad.

En Nicaragua no se es permitido que la gente celebre como es tradición la Semana Santa y las expresiones de piedad que son características de nuestras comunidades, a la dictadura Ortega-Murillo le decimos que ninguna doctrina política puede sustituir al Evangelio, así como tampoco ningún líder político puede dárselas de Mesías redentor. Solo el Evangelio salva al mundo. 

La represión, el espionaje y la persecución de la que somos víctimas nos reafirma que Jesús y su Evangelio no son políticamente neutros. La Iglesia, tiene un rol determinante en la denuncia social; y lo ha demostrado desde el estallido de la crisis hace seis años, su voz autorizada y su capacidad de llegar a miles que ven un ente iluminador y directivo, significa para la Iglesia, una verdadera responsabilidad y compromiso para con la sociedad a la que sirve. 

Responsabilidad que no es asumida por la jerarquía en su totalidad, como el caso del arzobispo Brenes y el Obispo Sandigo, dos señores que, como judas, traicionan al pueblo crucificado de múltiples formas, desde este grupo de Religiosos Nicaraguenses en Resistencia en la Clandestinidad rechazamos categóricamente la cercanía del Cardenal Brenes con la Vice dictadora Rosario Murillo, persona encargada de perseguir al clero y a la vida religiosa, así como al pueblo de Nicaragua, cercanía que fue puesta en manifiesto en la ocasión del cumpleaños del señor arzobispo. 

El comportamiento del Cardenal y del obispo Sandigo sobre el destierro de los dos obispos y 15 sacerdotes de Nicaragua nos hace recordar el “Salmo Nicaragüense” de Pedro Molina (Confidencial, 10 de marzo del 2024): 

Dichoso el hombre 

que no sigue el consejo de los malvados, 

ni entra por la senda de los pecadores, 

ni se sienta en la reunión de los cínicos 

que secuestran, torturan y destierran a 

sacerdotes y demás religiosos; 

ni pacta con los que mandan a asesinar a 

monaguillos; 

ni calla cuando sus ovejas son abusadas, 

sus templos saqueados, y sus propiedades confiscadas. 

EL PUEBLO DE DIOS –ES DECIR, USTEDES Y NOSOTRAS Y NOSOTROS— NOS MANTENEMOS EN UNA POSICIÓN DE RESISTENCIA EVANGÉLICA MÁS FUERTE QUE NUNCA. Históricamente, dictaduras nicaragüenses –¡hemos tenido bastante!— se fortalecen a través de pactos con los “de arriba”. El fin de dictaduras siempre es el resultado de la resistencia del pueblo “de abajo”. (Ejemplo: La estrepitosa derrota de esta dictadura frente a Francisca Ramírez y el Movimiento Campesino, defendiendo su tierra y agua, y la soberanía nacional.) Y ¡aquí estamos, ustedes y nosotras y nosotros! ¡Juntos somos un volcán!

Durante estos meses en la clandestinidad, rodeadas y rodeados por ustedes, el Pueblo de Dios, hemos adoptado como nuestra consigna colectiva palabras de nuestras hermanas Madres de Abril y de nuestros hermanos jesuitas: “En todo amar y servir... y NO OLVIDAR”. La dictadura y otras cúpulas—los “de arriba”—de este mundo quieren olvidar y hacernos olvidar de los crímenes de lesa humanidad de este régimen tan corrupto, violento, y brutal: más que 700 asesinados y desaparecidos; más que 800,000 exiliados; más que 800 presos y presas políticas, de los cuales 120 siguen encarcelados; más que 300 desterrados y desterradas. Estas víctimas—y sus familiares—nos animan—¡y obligan! —a profundizar nuestra lucha para conseguir lo único que va a traer paz duradera a nuestra patria: JUSTICIA. 

El Pueblo de Dios siempre ha tenido que luchar para mantener su integridad —su compromiso con nuestro Padre y Madre Dios y la comunidad. En esta lucha nuestro Hermano Mayor Jesús siempre está de nuestro lado. Especialmente en estos días cuando acompañamos a Jesús en su camino de Jerusalén y su último conflicto con las autoridades religiosas y políticas —la “jerarquía” y dictadura de su tiempo— nuestra confianza no está en nuestro “poder”, sino en el acompañamiento de Jesús siempre a nuestro lado.

Finalmente, hacemos un llamado a las comunidades y grupos de Nicaraguenses en todo el mundo a que articulemos espacios de resistencia porque a como dijo Monseñor Silvo Báez: “Nicaragua crucificada resucitará”. 

En nombre de religiosas, religiosos, clero diocesano y grupos de laicos y laicas de diversas partes de Nicaragua, nos despedimos recordando a Monseñor Romero en el 44 aniversario de su pascua: “Un pueblo desorganizado es una masa con la que se puede jugar, pero un pueblo que se organiza y defiende sus valores, su justicia, es un pueblo que se hace respetar” (Homilía 2 de marzo de 1980, VIII p. 301). 

Que tengamos todas y todos una Pascua con la confianza en que Nicaragua será libre de toda opresión. 

Managua 26 de marzo de 2024 

Religión Digital

ELIZALDE: “NO HAY EN LA IGLESIA NADIE SIN MISIÓN Y ESO NOS IGUALA A TODOS”


col koldo

 

Este miércoles santo el Obispo de Vitoria ha presidido la tradicional Misa Crismal en la Catedral de Santa María. Han acudido más de 180 sacerdotes diocesanos y unos 200 fieles que también se han sumado a la celebración. En la misma los sacerdotes renuevan sus promesas de fidelidad al obispo, confirman la colegialidad del presbiterio y se bendicen los óleos que se repartirán por todas las parroquias para ser usados en bautizos, confirmaciones, consagraciones y unciones de enfermo

El obispo en su homilía ha dicho: “Hoy arropamos a los sacerdotes y diáconos en la Eucaristía de la Misa Crismal donde actualizan su ministerio sacerdotal como colaboradores del Obispo renovando sus promesas”. Y ha recordado que “el sacerdocio es entendido dentro de la misión de la Iglesia que continúa y prolonga la misión de Cristo”. 

“No hay en la Iglesia nadie sin misión y eso nos iguala a todos”, y por ello “nos alegramos de todos los carismas”. El Obispo ha recordado que “estamos ungidos por el óleo de la alegría”, algo que es “incorruptible para el pueblo que se nos encomienda”. “Es la gente la que nos hace vivir el sacerdocio, la que cree en lo que nosotros representamos y que se acerca en su grandes necesidades”. 

A este respecto, D. Juan Carlos Elizalde ha afirmado que “nadie se siente amenazado por la diversidad de sensibilidades, acentos, vocaciones y estilos porque todos participamos de un mismo sacerdocio” y ha recordado que “a los pastores se nos exige velar por integrar todos los carismas”. Esta idea la ha reforzado con palabras del recientemente fallecido Obispo emérito de San Sebastián, Mons. Juan María Uriarte, cuando decía que “la misión del sacerdote es suscitar y detectar carismas, ayudar a discernirlos y armonizarlos en la comunidad”. 

Sobre la identidad sacerdotal, el Obispo de Vitoria ha advertido que “no debemos engañarnos” y ha pedido que “aceptemos con claridad nuestra situación”. “Donde no hay presente no puede haber futuro y como sea el presente del sacerdocio que vivimos, de igual manera plantearemos su futuro”. 

Elizalde también ha dedicado parte de su reflexión a las vocaciones sacerdotales. "Sin sacerdotes nuestras comunidades se extinguen” y por ello ha defendido su tarea de “incidir en las vocaciones sacerdotales por su efecto multiplicador”. "El tejido social de nuestra tierra es ya multicolor e intercultural, también nuestros seminaristas y lo irán siendo nuestros sacerdotes”. Resaltando la migración en todos sus aspectos, el Obispo ha afirmado que “los migrantes avivan la presencia de familias autóctonas” y que “nuestros seminaristas de otras latitudes ya son referencia para inquietudes vocacionales que están surgiendo”. 

En este aspecto del relevo sacerdotal, el Obispo ha confirmado que en la pasada reunión de obispos y vicarios del norte de España se acordó “proponer a la Conferencia Episcopal y a Roma la opción de tres sedes de Seminarios: Burgos, Vitoria y Pamplona". Por ello ha pedido “redoblar la oración y el trabajo vocacional en nuestra Diócesis” y ha anunciado que “próximamente renovaré el Equipo Vocacional Diocesano con un nuevo matrimonio, una religiosa y un sacerdote”. 

Mons. Juan Carlos Elizalde ha finalizado “haciendo presentes a los sacerdotes que hoy no están aquí por su salud o vejez, por estar viviendo situaciones personales conflictivas, por falta de sensibilidad o porque no han podido venir”, mientras ha “agradecido vivamente la presencia de tantos sacerdotes que enriquecen el presbiterio con su carisma”. 

Al finalizar la Misa Crismal, el Obispo de Vitoria ha regalado a cada uno de los presentes el libro ‘Manual de Espiritualidad’ del sacerdote alavés Satur Gamarra, donde desarrolla la esperanza y la alegría que se rebosan en la vida del sacerdote. 

Tras su homilía, los sacerdotes han renovado sus promesas sacerdotales y el Obispo ha bendecido los óleos colocados en tres grandes vasijas. La celebración, de poco más de una hora de duración, ha finalizado como empezó, procesionando todos los sacerdotes junto al Obispo de Vitoria por las naves de la Catedral de Santa María. Posteriormente han tenido una comida fraterna. 

Non solum sed etiam

Después de muchos años la misa crismal ha regresado a la Catedral Vieja de Santa María y en ella se ha reunido un alto porcentaje del clero en activo de la diócesis de Vitoria. Aunque ha habido ausencias que el mismo Elizalde ha recordado: “por su salud o vejez, por estar viviendo situaciones personales conflictivas, por falta de sensibilidad o porque no han podido venir”. Es de suponer que en alguno de esos grupos se incluyen los que han evitado renovar su adhesión al obispo propia de la celebración de hoy, aunque Elizalde sabe que cada día y cada año serán porcentualmente menos. 

Esa realidad de un clero masculino diverso incluso de etnias es la evidencia de que hay futuro, como proclama el obispo de Vitoria, pero sigue sin haber vocaciones, aquí. Por lo que el problema vocacional sigue latente y la importación de nuevos seminaristas garantizará y justificará el Seminario de Vitoria, pero seguiremos teniendo un problema de vocaciones. 

Antiguamente vincularse a la Iglesia, y no digo ya formar parte de la institución, era algo que daba prestigio a la persona y a la familia. Hoy, ya no se ve así. Se valora más un cooperante de cualquier ong que un misionero. ¿Si al menos se equiparase por igual?

Por lo tanto algo habrá que cambiar en la Iglesia y en consecuencia en la diócesis. 

Y para ese cambio es muy acertada la reflexión de monseñor Elizalde en esta homilía: les ha emplazado a los sacerdotes a “ser integradores de otros carismas y estilos eclesiales”. La pregunta que me surge es ¿qué han de hacer los sacerdotes ante quienes sientan vocación al sacerdocio o al diaconado y sean mujeres, o abierta y públicamente homosexuales, o divorciados, o con alguna discapacidad o enfermedad crónica como sucede en la película del Milagro del Padre Stu basada en hechos reales? ¿Qué han de hacer los sacerdotes ante quienes defienden una iglesia sinodal codecisiva como propugna la Iglesia en Alemania? ¿Qué han de hacer los sacerdotes ante quienes defienden una liturgia más sencilla, accesible, y adaptada al tipo de fieles con los que se celebra como se demanda en algunos lugares de la tierra? ¿Qué han de hacer los sacerdotes ante los que apuestan por una pastoral más social que sacramental como era el modelo anterior de la Iglesia en Vitoria? ¿Qué han de hacer los sacerdotes ante quienes mantienen una mentalidad preconciliar, que siempre van a seguir con nosotros? ¿Qué han de hacer los sacerdotes ante quienes reniegan del Papa Francisco y se alinean con sus detractores, que de todo hay en la viña del Señor?

Les ha trasladado la misión, lo que no sé es si les ha dado las herramientas para cumplirla, ojalá así sea, sino tendrán que volver a acudir al pastor de pastores y entonces la pregunta se la harán a él.

 

Vicente Luis García Corres (Txenti)

Religión Digital

¡FELIZ PASCUA!


col kowalski

 

(Pascua: la clave, no la respuesta)

De nuevo, la Pascua. Como cada año, cuando llega, no puedo por menos de retrotraerme a la vida. O a la resurrección, que para el caso es lo mismo, intentan matizar algunos de mis amigos y conocidos. En absoluto, les contesto yo sin dar tregua. Pero, como no son precisamente las cuestiones dogmáticas y teológicas las que me preocupan,  por lo que a este asunto se refiere, sino el compromiso con la vida, o la falta del mismo; es de esta gran realidad, la vida, que, al fin y al cabo, nos une o debiera unirnos a todas las personas y que, a su vez, no está relacionada o no debiera estarlo con cuestionas religiosas, de fe o de ideología; es de esta realidad, insisto, que quiero hablar y a la cual me quiero referir desde la Pascua, como la gran experiencia existencial.

Quiero comenzar diciendo que la Pascua, para mí, no es la "respuesta" para el "después", sino la "clave" para el "ahora". Es verdad que Jesús, en quien intento poner toda mi confianza, me recuerda que Él es la resurrección; pero, para añadir al instante, que también es la vida. Pero no una vida sin más, sino una vida en "abundancia", me vuelve a recordar en otro momento. 

Y, yo me pregunto: ¿es que se puede hablar, acaso, de la vida como si tuviera diferentes grados, niveles o intensidades? Intuyo que sí. Por ello las religiones y las filosofías, en general, se han afanado en la búsqueda de una respuesta a semejante injusticia o sin sentido. La vida en plenitud, dicen todas o casi todas, llega con la destrucción del cuerpo y la "resurrección de la carne". Es evidente que en semejantes respuestas subyace una profunda carga de filosofía, en el primer caso, y de fe o religiosidad en el segundo. Quiero, por ello, dejar a ambas un tanto de lado, para centrarme en la vida concreta de la gente; y todo ello desde la propia experiencia del Jesús resucitado: "Ellas se acercaron, le abrazaron los pies y se postraron ante Él. Jesús les dijo: «No temáis: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán" (Mt 28, 8-15).

Por tanto, es a la "galilea de la vida" donde hay que ir para encontrar al Jesús vivo. Pues es allí, donde se encuentra la gente que, en su mayoría, no entiende de culto, ni de ritos ni de religión. Tampoco de dogmas ni de verdades de fe. Es la "galilea" donde se vive la abundancia, el disfrute, los negocios, el poder, el dinero, las influencias, etc. Pero, al mismo tiempo, la "galilea" donde el hambre, la guerra, el sufrimiento, la indigencia, la degradación humana, etc., campan a sus anchas.

Es la "galilea" donde unos se otorgan la autoridad para dictar sentencia sobre cuando el amor es santo, religioso, legítimo, válido, lícito, etc., aduciendo, como criterio para ello, lo que dice la ley, la norma, el precepto o, incluso, diciendo que esa es la voluntad de Dios, lo cual es más grave. Obviando, para ello y sin ningún tipo de escrúpulos, la sinceridad de los corazones y la sacralidad de las conciencias de quienes se aman y comparten amor.

La misma "galilea" en la que las religiones, precisamente, gastan todas sus fuerzas por seguir marcando una profunda brecha entre lo sagrado y lo profano, entre los varones y las mujeres, entre los creyentes y los ateos, entre los agnósticos y los que dudan, entre los comprometidos y los indiferentes. Como si la bondad de las personas, la fraternidad entre las gentes y los pueblos, y el respeto por el cosmos que habitamos todas las personas tuviera que llegar por medio de la fe y la pertenencia a una confesión religiosa, en vez de hacerlo a través de la ética, amando y practicando la misericordia.

Quiero, por ello, felicitar la Pascua a todas y todos cuantos se esfuerzan por hacer de la "galilea de cada día" un lugar en el que se descubra al Dios de la vida, desde el encuentro, la confraternización, el diálogo y la convivencia.

Feliz Pascua, pues, a todas y todos cuantos hacen lo que está en sus manos para que llegue, de manera abundante, la vida a toda criatura. Una vida sin aditivos ni epítetos confesionales, ideológicos ni de nada por el estilo. Una vida con sabor, no de corto plazo, sino de plenitud y de eternidad.

¡FELIZ PASCUA!

LAS MUJERES SIGUEN A JESÚS: MEMORIA Y CONFLICTO


col anso

 

María Magdalena y el protagonismo de las mujeres

Al comienzo de la Semana Santa quizá no esté de más recordar el lugar de las mujeres en los acontecimientos que celebramos estos días y a partir de ellos preguntarnos por el horizonte de seguimiento al que hoy las mujeres creyentes podemos aspirar. En esa encrucijada entre la pregunta y el recuerdo está la legitimación de los anhelos de muchas mujeres de encontrar en la Iglesia un lugar propio, inclusivo y liberador y de un reconocimiento pleno de su palabra y de su experiencia espiritual.

El camino sinodal ha puesto en evidencia el malestar de las mujeres tanto por su ausencia en los espacios de liderazgo y toma de decisiones como por el clericalismo y machismo que muchas veces se sufre dentro de los grupos y comunidades en las que se participa. Las mujeres somos mayoría en la Iglesia y si embargo seguimos teniendo que pedir ser escuchadas, justificar la legitimidad de nuestro pensamiento teológico o que se reconozca nuestra adultez en la fe sin paternalismo ni sospechas. Se van dando pasos, sin duda, pero todavía queda mucho camino por recorrer y muchos cambios que implementar para que la Iglesia sea de verdad esa comunidad inclusiva que Jesús proclamó.

Una memoria conflictiva

María Magdalena es quizá un ejemplo paradigmático de cómo el horizonte del discipulado de las mujeres se fue resignificado para que encajara en las expectativas y valores que las sociedades tradicionalmente han asignado al sexo femenino colaborando en su silenciamiento y a su lugar secundario en la Iglesia.

En la memoria colectiva cristiana sigue arraigada, a pesar de los estudios serios y contrastados que se han hecho sobre su figura, la idea de su identidad pecadora y redimida por su amor a Cristo. Las relecturas que se han ido haciendo de ella a lo largo de los siglos en el arte, la literatura, el cine o las reflexiones religiosas la han perpetuado como un modelo de la fragilidad y dependencia femenina.

Un modelo con el que cada vez se identifican menos las mujeres. Como nos recuerda Carmen Bernabé: “Desde en el último tercio del siglo XX, la memoria de María Magdalena discípula de primera hora, apóstol, enviada con autoridad ha sido reivindicada como ejemplo, inspiración y modelo de autoridad por teólogas feministas y grupos de mujeres que encuentran en ella la fuerza y legitimidad para empoderarse en situaciones muy difíciles, para reivindicar una mayoría de edad en la Iglesia y una participación igual a los varones en los órganos de decisión de la vida comunitaria “ (Qué se sabe de… María Magdalena, 2020, 216).

Ella alienta así el testimonio y la audacia de muchas mujeres que nos reconocemos en su impotencia, en su silenciamiento, pero también en la confianza y en su adhesión a la persona de Jesús, que la mantuvo en la certeza de la esperanza, la capacitó para reconocerlo resucitado y la fortaleció en la difícil y arriesgada misión de ser portadora del primer anuncio del kerigma a pesar de muchos obstáculos.

Pero no las creyeron… (Lc 24, 8)

El evangelio de Lucas nos transmite con claridad la dificultad que la primera comunidad de Jesús tuvo en creer el testimonio de las mujeres sobre su encuentro con Jesús resucitado. Siglo tras siglo las mujeres seguimos experimentando como se cuestiona nuestra palabra y de nuestra experiencia. No se duda de nuestra fe ni de nuestra necesaria implicación eclesial, pero se sigue sosteniendo en la teología y a tradición un techo de cristal para nuestros carismas y dones.

La “negra sombra” de los abusos dentro y también fuera de la Iglesia planea en la vida de las mujeres como una niebla mucho más densa. El testimonio de muchas mujeres víctimas de abusos sexuales, de autoridad y de conciencia, muchas más veces de las esperables, son puestos entre paréntesis porque se considera que, siendo adultas, hay libre consentimiento. No falta, tampoco, quien sigue pensando que la seducción es un arma de mujer, descargando así de culpabilidad a quien agrede.

Las mujeres en nuestras parroquias, asociaciones, comunidades… nos seguimos encontrando con situaciones cotidianas que evidencian multitud de micromachismos que, casi imperceptiblemente, nos relegan a un lugar segundario, nos silencian o nos obligan a escuchar explicaciones o reflexiones en tono paternalista como si nuestra condición natural fuese la ignorancia (mansplaining).

Estas experiencias no son anecdóticas y tienen nombres propios, sufrimiento y cansancio. Ya no basta con apelar a la paciencia, a la humildad o a la entrega. Es tiempo de cambiar estructuras y procedimientos, pero también la mirada y el corazón. Es tiempo de posibilitar espacios inclusivos donde varones y mujeres nos reconozcamos mutuamente autoridad en el anuncio de Buena Noticia, nos respetemos en igualdad y nos impulsemos mutuamente en el compromiso y en la fe. Es tiempo de escuchar una vez más a Magdalena anunciar: He visto al Señor y me ha dicho esto (Jn 20, 18).

 

Carme Soto Varela

Religión Digital