FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

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jueves, 23 de julio de 2020

Nuevos directores en Lugo, León, Cambados, Santander y Madrid Procura


El miércoles 14 fueron las presentaciones de la casa Santiago el Mayor de León y el Centro Don Bosco, el miércoles 15, Cambados; el jueves 16, Lugo y el viernes 17 Santander. Cerrará los cambios está semana, el viernes 24 con la presentación del director de la Procura en Madrid. IR A LA PÁGINA

Domingo 26 de Julio 17º Ordinario


Hay que tener muy claro que la presentación que de Salomón hace el primer libro de los Reyes, pretende mostrar (bastante románticamente) lo que para el escritor sagrado representaba este rey “maravilloso” en la teoría, pero que en la práctica y por lo que consiguió en la historia del pueblo, no pasó a ser sino un rey como tantos, que se corrompió y aprovechó su poder para explotar, esclavizar y manipular la conciencia débil del pueblo, y construir su reinado de gloria según la imagen literaria que se construyó en torno a su figura y su reinado. IR A LA PÁGINA

Evangelio del 26 / Jul / 2020 17 Tiempo ordinario – A (Mateo 13,44-52)

José Antonio Pagola

DESCUBRIR EL PROYECTO DE DIOS

No era fácil creer a Jesús. Algunos se sentían atraídos por sus palabras. En otros, por el contrario, surgían no pocas dudas. ¿Era razonable seguir a Jesús o una locura? Hoy sucede lo mismo: ¿merece la pena comprometerse en su proyecto de humanizar la vida o es más práctico ocuparnos cada uno de nuestro propio bienestar? Mientras tanto se nos puede pasar la vida sin tomar decisión alguna.
Jesús cuenta dos breves parábolas. En ambos relatos, el respectivo protagonista se encuentra con un tesoro enormemente valioso o con una perla de valor incalculable. Los dos reaccionan del mismo modo: venden todo lo que tienen y se hacen con el tesoro o con la perla. Es, sin duda, lo más sensato y razonable.
El reino de Dios está «oculto». Muchos no han descubierto todavía el gran proyecto que tiene Dios de un mundo nuevo. Sin embargo, no es un misterio inaccesible. Está «oculto» en Jesús, en su vida y en su mensaje. Una comunidad cristiana que no ha descubierto el reino de Dios no conoce bien a Jesús, no puede seguir sus pasos.
El descubrimiento del reino de Dios cambia la vida de quien lo descubre. Su «alegría» es inconfundible. Ha encontrado lo esencial, lo mejor de Jesús, lo que puede trasformar su vida. Si los cristianos no descubrimos el proyecto de Jesús, en la Iglesia no habrá alegría.
Los dos protagonistas de las parábolas toman la misma decisión: «venden todo lo que tienen». Nada es más importante que «buscar el reino de Dios y su justicia». Todo lo demás viene después, es relativo y ha de quedar subordinado al proyecto de Dios.
Esta es la decisión más importante que hemos de tomar en la Iglesia y en las comunidades cristianas: liberarnos de tantas cosas accidentales para comprometernos en el reino de Dios. Despojarnos de lo superfluo. Olvidarnos de otros intereses. Saber «perder» para «ganar» en autenticidad. Si lo hacemos, estamos colaborando en la conversión de la Iglesia.

22 de Julio. Fiesta de María Magdalena


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Vivir “soltando” (Juan 20, 1. 11-18)
En las primeras comunidades cristianas el liderazgo de María Magdalena como apóstol de los apóstoles fue indiscutible a la vez que problemático por su condición de mujer. María Magdalena, formaba parte del grupo que permaneció fiel a Jesús hasta la cruz y que al día siguiente de su muerte junto con otras mujeres acudió al sepulcro con perfúmenes y ungüentos para honrarle. Su inmenso dolor no la dejó paralizada, sino que continuó manteniéndose anhelante y en búsqueda superando la tentación de instalarse en el dolor y la nostalgia.
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José Ignacio Munilla prepara su salida de San Sebastián y deja colocados a sus ‘black men’


José M. Vidal

Munilla
Al ex rector del seminario, que acusó al Papa de hereje, le nombra párroco de Zumárraga José Ignacio Munilla prepara su salida de San Sebastián y deja colocados a sus ‘black men’
Los cinco miembros de su círculo de confianza copan las mejores parroquias de la diócesis
La mayoría del clero, descontento con los nombramientos
Tras varias decepciones, los curas no acaban de creerse que, por fin, vaya a irse el prelado
Zamora podría ser el próximo destino del todavía prelado donostiarra, siguiendo las huellas de monseñor Uriarte
Sus compañeros curas donostiarras les llaman los ‘black men’ de Munilla. Son cinco de los sacerdotes que forman parte de la camarilla más restringida del obispo de San Sebastián, a los que el obispo acaba de colocar en algunas de las mejores parroquias de la diocesis. ¿Signo de afianzamiento del prelado o pago de favores a sus amigos, a los que quiere dejar bien colocados ante su eventual marcha? Es la pregunta a la que no se atreve a responder la mayoría del clero donostiarra, escaldado como está de los numerosos rumores de salida de su obispo que, al final, no se concretaron.
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Consuelo Vélez: “María Magdalena fue apóstol igual que los apóstoles”


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La fiesta de María Magdalena y el protagonismo de las mujeres
Esperemos que este 22 de julio, la solemnidad de María Magdalena sea ocasión para afirmar y reconocer su participación y protagonismo en el movimiento de Jesús
Fue ella la primera evangelizadora y la que anunció a los otros apóstoles que Jesús había resucitado
El año pasado comentando en clase que el Papa Francisco en 2016 había elevado la memoria de María Magdalena a la solemnidad de “Fiesta” porque ella fue Apóstola (así la llamó Santo Tomás) igual que los demás apóstoles; una estudiante, muy emocionada por conocer la verdadera historia de María Magdalena, dijo que lo iba a contar en su comunidad para que al otro día celebraran esa fiesta con la solemnidad que merecía.

Paso histórico en la revuelta de las ‘mujeres apóstoles’ por la plena igualdad en la Iglesia


Jesús Bastante

Siete mujeres siguen los pasos de Anne Pousa y se postulan para obispa, párroca, nuncia, diaconisa o cardenala
Se trata de Laurence de Bourbon-Parme, Claire Conan-Vrinat, Sylvaine Landrivon, Hélène Pichon, Loan Rocher, Marie-Automne Thépot y la española Christina Moreira
“La ausencia de mujeres en puestos de responsabilidad no es tanto un escándalo como un contra-testimonio de la Iglesia. Esta inmensa injusticia no es un problema menor, sino que afecta a todo el cuerpo eclesial”
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LA IGLESIA DE LOS POBRES NO ES UNA MODA DE PONTIFICADO, ES UNA OPCIÓN TEOLÓGICA

col castellanos
Con la llegada del obispo de Roma, Francisco, se estrena un nuevo paradigma eclesial. Este vocablo de origen griego, significa modelo y se utiliza en la investigación. Siempre se investiga desde un modelo, tanto en las ciencias como en la pastoral. Pero los modelos se gastan y se agotan. Y no queda más remedio que cambiar de paradigma, porque el viejo ya no sirve, ni ofrece respuestas, ni soluciones a los problemas de hoy.
El modelo de Iglesia antes del Papa bueno, Juan XXIII, era extremadamente rígido, centralizado, “romano”, con un estilo de poder, muy clerical; según Francisco el clericalismo es un cáncer en la Iglesia. La situación eclesiástica la describe y condena el gran teólogo perseguido y al final nombrado cardenal por Juan Pablo II, Yves Congar, que se expresa así: Absolutizan una eclesiología en la que “hay un Papa que lo piensa todo, que lo dice todo y obedecerle es lo que constituye a uno como católico… Es una concepción de Iglesia en la que no queda más salida que repetir y orquestar totalmente los posicionamientos del Papa, sus “effata”, oráculos, exclamando: ¡Realmente es genial!... Para mí es una evidencia que Roma sólo ha buscado siempre y busca ahora una sola cosa: La afirmación de su autoridad… Toda la historia de Roma es una reivindicación asumida de su autoridad, y la destrucción de todo lo que no acepta otra cosa que no sea la sumisión”.
Lo mismo que en la Edad Media, el papado, con su Curia, tomó la forma que ha regido en la historia, el obispo de Roma, Francisco, con el mismo derecho diseña un nuevo paradigma de Iglesia, inspirado en el Evangelio, en la gran tradición, en los signos de los tiempos, interpretados a la luz del Evangelio, que sabe estar en la cresta del cambio, caminar contra corriente que sabe discernir todo lo bueno, válido y bello.
Y aunque no le guste a ciertos grupos, Opus Dei, Comunión y Liberación, Heraldos del Evangelio… que se atreven a llamarle a Francisco hereje. El obispo de Roma, Francisco, con su mensaje profético y parresia, sin miedos, nos ha diseñado los parámetros de la Iglesia hoy. Una Iglesia de los pobres y para los pobres, no por ser una opción ideológica, ni una moda del pontificado, sino por ser una opción teológica y cristocéntrica, que escucha la voz de los pobres y de las víctimas.
Porque el grito de los pobres se hace cada vez más fuerte, pero también menos escuchado, sofocado por el estruendo de unos pocos ricos, que son siempre menos, pero siempre más ricos. En este paradigma de Francisco, lo que cuenta es lo pequeño, lo suficiente, lo austero, las presencias en las periferias humanas y geográficas, porque la fuerza no está en el poder, sino en la Palabra, en la Profecía, en la Cultura del Encuentro, en el Anuncio de la oferta gratuita del Reino y la ecología integral; y en la aplicación de la Pastoral Social y en la denuncia de ese mundo basado en la injusticia, en la desigualdad, y en la injusta distribución de la riqueza.
En definitiva, una Iglesia en salida, samaritana, experta en humanidad, identificada con el proyecto de humanización de Jesús que cuida igualmente las tres dimensiones de la comunidad cristiana la fe, celebración de los sacramentos y la dimensión social y caritativa, hoy muy devaluada porque existe un criterio generalizado de una Iglesia centrada solo en los sacramentos.

EL CELIBATO ECLESIÁSTICO NO ES DOGMA DE FE, TAMPOCO QUE LOS PRESBÍTEROS TENGAN QUE SER NECESARIAMENTE VARONES

col castillo

La pandemia, que estamos sufriendo, además de una desgracia, es también una gran maestra, que nos está enseñando cosas importantes, que no podíamos imaginar. Por ejemplo, una de esas cosas, que la pandemia está poniendo al descubierto, es lo poco que representan e influyen las religiones en los problemas más graves que afectan y preocupan a la humanidad. ¿Qué está aportando la religión en el desastre espantoso que está sufriendo un país como es Estados Unidos? ¿Para qué ha servido la religión en esa potencia mundial? ¿Para que el presidente se haga una foto enseñando una Biblia que levanta con una mano? ¿Y qué decir de España?
Cuando han cerrado los templos y han prohibido las procesiones, la “gente de Iglesia” no sabía qué hacer. Según los Evangelios, Jesús no mandó construir un templo. Ni organizó procesiones. Y, sin embargo, la imagen de Jesucristo es probablemente la imagen mundial más conocida y presente en el mundo. ¿Qué nos viene a decir todo esto?
Me limito al cristianismo. Lo que puedo decir, desde mi avanzada edad, es que el acontecimiento más importante, que se ha vivido en la Iglesia, desde la segunda guerra mundial hasta este momento, ha sido el Concilio Vaticano II (1962-1965). Sin embargo, este acontecimiento tan importante, ¿ha sido el más influyente?
Paradójicamente, más influyente que el Concilio, para el futuro de la Iglesia, está siendo, no el Concilio, sino la crisis del clero. Una crisis, que estamos palpando, sintiendo y viviendo, cada día con más fuerza, precisamente por causa de la pandemia que nos azota, sobre todo a los mayores.
¿Por qué digo que la crisis del clero va a ser más determinante, para el futuro de la Iglesia, que las decisiones de gobierno que tomó el Concilio? Porque el Concilio dijo muchas cosas sobre la teología de la Iglesia y su presencia en el mundo. Pero, en realidad, modificó muy pocas cosas importantes, para el cambio que la Iglesia necesitaba –y sigue necesitando– para tener una presencia influyente en este mundo y en la sociedad en que vivimos. Lo estamos palpando: la pandemia, no sólo ha marginado a la religión y a la Iglesia, sino que además está dejando patente que una situación tan grave como ésta, ni necesita la religión, ni necesita a la Iglesia, tal como religión e Iglesia vienen funcionando desde hace siglos.
¿Cabe decir –como escapatoria– que, ni la religión ni la Iglesia, están en este mundo para resolver (o ayudar a resolver) situaciones y crisis como la que estamos padeciendo? Entonces, ¿para qué están en este mundo la religión y la Iglesia? ¿para que seamos “buenos” y “vayamos al cielo”? Eso, por supuesto. Pero, ¿eso es todo?
Vuelvo a lo que he dicho antes. Uno de los hechos más patentes, que estamos viviendo y se está agudizando con la actual crisis mundial, es que, además de la crisis sanitaria y de la crisis económica, estamos viviendo y palpando que el futuro de la Iglesia, tal como está organizada y como actúa en la actualidad, será relativamente pronto insostenible. ¿Por qué?
Porque el clero, tal como está legislado actualmente en la Iglesia católica, envejece y disminuye de manera que, dentro de pocos años, no habrá hombres célibes, suficientes y debidamente preparados, para que sea posible que todos los fieles cristianos puedan participar en la eucaristía, según la actual legislación de la Iglesia.
Este hecho se basa, como es lógico, en dos hechos que el gobierno supremo de la Iglesia puede modificar, sin necesidad de modificar para nada la teología dogmática de la Iglesia católica. El celibato eclesiástico no es dogma de fe. Como tampoco lo es que los presbíteros tengan que ser necesariamente varones, de forma que no puedan ser mujeres en ningún caso.
Por otra parte, la debida preparación de hombres casados y de mujeres, para ejercer el ministerio sacerdotal, no se puede improvisar. Es una formación que requiere su tiempo. Y ya no se puede diferir más. Los fieles cristianos tienen derecho a ser atendidos debidamente por la autoridad competente de la Iglesia. Y ha llegado el momento de que esta decisión se tome lo antes

¡CORRE LA VOZ! ¡EN BRASIL HAY UN GENOCIDIO!

col betto

Cuando recuerdo que en la Guerra de Vietnam, durante más de 20 años, se sacrificaron 58,000 vidas del personal militar de EE. UU., tengo el alcance de la seriedad de lo que está sucediendo en mi país. Este horror causa indignación y revuelta. Todos sabemos que las medidas cautelares y restrictivas, adoptadas en tantos otros países, podrían haber evitado tal número de muertos.
Este genocidio no es el resultado de la indiferencia del gobierno de Bolsonaro. Es intencional. Bolsonaro está satisfecho con la muerte de otros. Cuando un diputado federal, en una entrevista televisiva en 1999, declaró: “¡Al votar no cambiarás nada en este país, nada, absolutamente nada! Desafortunadamente, solo cambiará si un día vamos a una guerra civil aquí, y hacemos el trabajo que el régimen militar no hizo: matar a unos 30 mil”. Al votar a favor del juicio político de la Presidente Dilma, ofreció su voto en memoria del torturador más notorio del ejército, el coronel Brilhante Ustra.
Debido a que está tan obsesionado con la muerte, una de sus principales políticas gubernamentales es liberar el comercio de armas y municiones. Cuando se le preguntó en la puerta del palacio presidencial si no le importaban las víctimas de la pandemia, respondió: “No creo en estos números” (27 de marzo, 92 muertes); “Todos moriremos algún día” (29 de marzo, 136 muertes); “¿Y qué? ¿Qué quieres que haga?” (28 de abril, 5,017 muertes).
¿Por qué esta política necrófila?
Desde el principio, declaró que lo importante no era salvar vidas, sino la economía. De ahí su negativa a declarar un cierre, cumplir con las pautas de la OMS e importar respiradores y equipo de protección personal. La Corte Suprema tuvo que delegar esta responsabilidad a los gobernadores y alcaldes.
Bolsonaro ni siquiera respetó la autoridad de sus propios ministros de salud. Desde febrero, Brasil ha tenido dos, ambos despedidos por negarse a adoptar la misma actitud que el presidente. Ahora, al frente del ministerio, está el general Pazuello, que no entiende nada sobre el tema de la salud; trató de ocultar los datos sobre la evolución del número de víctimas del coronavirus; empleó a 38 militares en funciones clave del ministerio, sin las calificaciones requeridas; y canceló las entrevistas diarias para las cuales la población recibió orientación.
Sería exhaustivo enumerar aquí cuántas medidas para liberar recursos para ayudar a las víctimas y las familias de bajos ingresos (más de 100 millones de brasileños) nunca se implementaron. Las razones de la intención criminal del gobierno de Bolsonaro son evidentes. Dejar morir a los ancianos para ahorrar recursos de la Seguridad Social. Dejar morir las enfermedades preexistentes para ahorrar recursos del SUS, el sistema nacional de salud. Permitir que los pobres mueran para ahorrar recursos de Bolsa Familia y otros programas sociales para los 52.5 millones de brasileños que viven en la pobreza y los 13.5 millones que están en la pobreza extrema. (Datos del gobierno federal).
No satisfecho con tales medidas letales, el presidente ahora vetó, en el proyecto de ley sancionado el 3 de julio, el tramo que requería el uso de máscaras en establecimientos comerciales, templos religiosos e instituciones educativas. También vetó la imposición de multas para quienes infringen las reglas y la obligación del gobierno de distribuir máscaras a las personas más pobres, principales víctimas de Covid-19, y a los prisioneros (750 mil). Sin embargo, estos vetos no anulan las leyes locales que ya establecen el uso obligatorio de una máscara.
El 8 de julio, Bolsonaro anuló extractos de la ley aprobada por el Senado que requería que el gobierno proporcionara agua potable y materiales de higiene y limpieza, instalaciones de internet y distribución de canastas básicas, semillas y herramientas agrícolas a las aldeas indígenas. También vetó fondos de emergencia para la salud de los indígenas, y facilitó el acceso de indígenas y quilombolas a ayuda de emergencia de 600 reales (100 euros o 120 dólares) durante tres meses.
También vetó la obligación del gobierno de ofrecer más camas de hospital, ventiladores y máquinas de oxigenación de la sangre a los pueblos indígenas y quilombolas. Los indígenas y los quilombolas han sido diezmados por la creciente devastación socioambiental, especialmente en la Amazonía.
Corra la voz sobre este crimen contra la humanidad tanto como sea posible. Las denuncias de lo que sucede en Brasil deben llegar a los medios de comunicación de su país, las redes digitales, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra y la Corte Internacional de La Haya, así como a los bancos y empresas que protegen a los inversionistas tan codiciados por el gobierno de Bolsonaro.
Mucho antes de que lo hiciera el periódico The Economist, las redes digitales trataron al presidente con BolsoNerón: mientras Roma arde, toca la lira y anuncia cloroquina, una droga sin eficacia científica contra el nuevo coronavirus. Sin embargo, sus fabricantes son aliados políticos del presidente …
Le agradezco su amable interés en difundir esta carta. Solo la presión del exterior podrá detener el genocidio que está asolando a nuestro amado y maravilloso Brasil.
Fraternalmente, Frei Betto.

NO, ÉSTA VEZ NO NOS CALLAN

col bennasar
Iniciar un retiro largo el día de María de Magdala no es casualidad. Ha habido muchos astros alineados para que esto pudiera ocurrir, incluido el inicio del desconfinamiento con posibilidades de viajar. Lo cual es muy importante ya que nos juntamos gente de norte, sur, este y oeste, si contamos los que participaréis online. También gente de varios países europeos y americanos de norte y sur, y de Egipto, hasta ahí que sepamos.
Me sale de dentro la expresión "No, esta vez no nos callan" tratando de entrar en el espíritu de nuestra hermana silenciada por el patriarcado tan pronto como se libraron de Jesús. Gracias a su amor más fuerte que la muerte y a la fuerza para realizar la tarea que Jesús le encomienda "ve y diles a los hermanos...", ella es hoy, a lo largo y ancho del globo, en todas las iglesias cristianas, la primera testigo de la Resurrección, la primera apóstol de hecho, la primera predicadora, la primera que posiblemente, bendijo múltiples cenas en las que el Espíritu de Jesús se hacía presente a través de ella, enviada por Él, a decirles a los hermanos que Vive, que está entre nosotros y que en personas como ella, deja su legado y contagia su Espíritu.
¡Bendito contagio! ¿Dónde están los y las contagiadas para que me acerque y les abrace y haga todo lo posible para contagiarme? Y aquí están, mujeres y hombres de todos los estados, edades e iglesias.
Nuestra comunidad Hermanas Para la Comunidad Cristiana (SFCC) celebramos estos días el 50 aniversario de fundación. Precisamente gracias a un contagio de los que estamos hablando, otra mujer, veinte siglos después, intrépida e inteligente descubre una fórmula de seguimiento que da respuesta al momento y al futuro.
Contagiada e inspirada por el espíritu de las primeras comunidades y del concilio Vaticano II en el que participó como oyente, por supuesto,  Lillana Kopp da forma junto con un grupo de pioneras como ella, a un estilo de comunidad que se te mete por los poros.
A nosotras nos dio la fuerza para pedir el "indulto" –así se llama en derecho canónico– (qué ofensivo) cuando quieres salir de una congregación o instituto religioso. Como decía, nos dio la fuerza para dejar más de 40 años en nuestra primera comunidad, para iniciar otro proceso, con esta comunidad ecuménica. Estos días hace un año de nuestro compromiso final y llevamos casi un año con un grupo de 10 personas haciendo el proceso de pertenencia, contagiados por ese mismo espíritu. Entre ellos un joven de 29 años que con su pareja de otra iglesia, desde Bruselas, caminan con nosotros, la mayoría ronda los 50, algunos hemos cumplido los 60: varias médicas, una bióloga, profesores, maestras, empresarias, relaciones internacionales, teólogas..., también personas sin "títulos", queriendo llevar el espíritu de Jesús a todos los lugares donde nos movemos.
Formamos parte del tejido social europeo, con tendencia a ser críticos, a ser gente que cultiva su espiritualidad y desde ese silencio habitado toma decisiones de cómo mejor invertir los talentos y carismas recibidos para realizar juntos el sueño de Jesús.
Tenemos que recoger la antorcha de las "marías de magdala" que a lo largo de la historia se han jugado la vida para que el espíritu del resucitado no se encerrara en instituciones rancias y mucho menos en un patriarcado podrido y repugnante.
Para ello, todo esfuerzo es poco, la ilusión que tenemos el grupo que podremos juntarnos el día 22 en Haro (La Rioja, España) es incalculable. Y luego estáis tantos otros online. Esta última forma puede hacerse a la par que hacemos el retiro o recibir los audios por mail y hacer tu retiro cuando puedas y donde puedas. Todo está ahí.
María de Magdala a nosotras nos saca de nuestras catacumbas donde por persecución real, a través de difamación... nos han metido varias veces, con las secuelas que estos confinamientos dejan... pero esto es imparable. La Vida, cuanto más raíces profundas echa, como el bambú, más alta y fuerte se hace.
Desde el espíritu de Jesús, el de María Magdalena y el de Hermanas Para la Comunidad Cristiana os invitamos a vivir unos días orando, escuchando, paseando por el sagrado templo de la naturaleza, con el corazón abierto al espíritu profético que hoy se necesita desesperadamente.
Basta de misas aburridas, ahora entre mascarillas y calor es bastante rollo, anoche casi salimos enfermas: la homilía donde "el varón ordenado solamente puede predicar" fue la narración de un cuentito de dos minutos. ¿Qué? Sí. Para alimento de la semana de la comunidad cristiana... porque lo dicen ellos. ¿Lo mejor? la brevedad. Sentadas en los bancos había varias teólogas, catequistas, religiosas, seglares comprometidos, y llega el de turno y suelta el cuentito.
No, esta vez no nos callan.
Todavía quedan una o dos plazas presenciales y todas las que queráis online. Pedimos una matrícula, porque es justo y además lo necesitamos, pero esto no impedirá que nadie que desee hacer el retiro lo haga. Siempre hay alguna beca, que llega en su justo momento. Os esperamos.

Magdalena Bennasar y Carmen Notario, SFCC  <espiritualidadcym@gmail.com>

EL TESORO MÁS VALIOSO, POR EL QUE MERECE LA PENA VENDERLO TODO

col pepa torres com
Mt 13, 44-52
Vivimos rodeados y rodeadas de ofertas seductoras de consumo que nos ofrecen una falsa, efímera y parcial sensación de felicidad a cambio de dinero. La lógica del reino es a la inversa. Su valor es la gratuidad y la integralidad. Por eso abrirnos a su don requiere estar dispuestos y dispuestas a venderlo todo, como el mercader de perlas finas o el campesino al que se refiere este texto. Poner nuestra seguridad no en el dinero, en la apariencia o en el poder, sino en los valores del Evangelio: la libertad, la hondura del ser, la autenticidad de las relaciones, la bondad del corazón, la confianza, el valor del encuentro humano, la solidaridad y el compromiso con la liberación del sufrimiento.
El contexto de pandemia global que atravesamos y la incertidumbre radical que se nos impone como compañera de camino nos fuerza como personas y como comunidades cristianas a hacernos preguntas incómodas y desinstaladoras. Una de ellas sin duda es ¿cuál es hoy nuestro tesoro? porque sólo desde ahí entenderemos también que es lo que nos moviliza, donde están nuestros miedos, nuestros riesgos, nuestras confianzas, ya que como   nos recuerda también el Evangelio donde esta nuestro tesoro esta nuestro corazón (Mt 6,19-23).
Nuestros aparatos ideológicos pueden autoengañarnos, pero hay un criterio de objetividad que desvela siempre la realidad y desnuda nuestros discursos y opciones es el criterio de los afectos: las razones del corazón. Las convicciones son importantes, pero más poderosas que ellas son el amor y la fuerza de los vínculos: historias de vida, relaciones, geografías, concretas que nos ayudan a descubrir que el Evangelio es verdad y entre quienes decidimos aventurar la vida más allá de todo pragmatismo y calculo.
En un contexto en el que impera un mercado salvaje y no se distingue valor y precio el Evangelio encarnado en las vidas de los y las descartables se nos revela como un bien mayor  irreductible  por el que merece la pena apostarlo todo, aunque no suponga más “ventaja” que la propia libertad y plenitud de una vida colmada más allá de todo pronóstico y calculo económico.
Pepa Torres

NO SOMOS UN CAMPO QUE CONTIENE UN TESORO

col fraymarcos
Mt 13,44-52
El evangelio de este domingo nos propone las tres últimas parábolas del capítulo 13 de Mt. comentaremos el tesoro y la perla, que tienen un mismo mensaje. Si descubrimos lo que más vale, daremos a nuestra voluntad un objeto claro, porque la voluntad no puede ser movida más que por el bien, y en el caso de dos bienes siempre será movida por el mayor. Lo que Dios es en mí, es el tesoro, es la perla. No se trata de un conocimiento discursivo o racional, sino de una experiencia profunda y viva. Seguimos empeñados en descubrir a un Dios que está fuera y que nos dé seguridades desde allí.
Menos mal que la comunidad de Mt no se atrevió a alegorizarlas. No lo tenía fácil. El mensaje es idéntico en las dos pero tiene matices significativos. Una diferencia es que en un caso el encuentro es fortuito. Y en el otro, es consecuencia de una búsqueda. Otra es que en la primera se identifica el Reino con el tesoro, pero en la segunda se identifica con el comerciante que busca perlas. Puede ser una pista para descubrir que la comparación no es con uno ni con otro, sino que hay que buscarla en el conjunto del relato. Las dos opciones se hacen con un grado de incertidumbre. Los dos se arriesgan al dar el paso.
La parábola no juzga la moralidad de las acciones narradas; simplemente propone unos hechos para que nosotros nos traslademos a otro ámbito. En efecto, tanto el campesino, como el comerciante, obran de forma fraudulenta y por lo tanto injusta (aunque legal). Los dos se aprovechan de unos conocimientos privilegiados para engañar al vecino. No actúan por desprendimiento sino por egoísmo. “Renuncian” a unos bienes para conseguir bienes mayores. No es su objetivo vivir de otra manera, sino conseguir una vida material mejor. Da un ejemplo material pero en el orden espiritual las cosas no funcionan así.
En estas dos parábolas vemos claro cómo no todo lo que dicen es aprovechable. Jesús en el evangelio advierte una y mil veces del peligro de las riquezas; no puede aquí invitarnos a conseguirlas en sumo grado. El mensaje es muy concreto. El punto de inflexión en las dos parábolas es el mismo: “vende todo lo que tiene y compra”. Sería sencillamente una locura. Si vende todo lo que tiene para comprar la perla, ¿qué comería al día siguiente? ¿Dónde viviría? Esa imposibilidad radical en el orden material, es precisamente lo que nos hace saltar a otro orden, en el que sí es posible. Ahí está la clave del mensaje.
Hay dos matices interesantes. El primero es el abismo que existe entre lo que tienen y lo que descubren. El segundo es la alegría que les produce el hallazgo. Yo la haría todavía más simple: Un campesino pobre, que solo tiene un pequeño campo, en el que cava cada vez más hondo, un día encuentra un tesoro. O un comerciante de perlas que un día descubre, entre las que tiene almacenadas, una de inmenso valor. Evitaríamos así poner el énfasis en la venta de lo que tiene, que solo pretende indicar el valor de lo encontrado. Todo lo contrario, se trata de un minucioso cálculo, que les lleva a la suprema ganancia.
No damos un paso en nuestra vida espiritual porque no hemos encontrado el tesoro en lo que ya somos. Sin este descubrimiento, todo lo que hagamos por alcanzar una religiosidad auténtica, será pura programación y por lo tanto inútil. Nada vamos a conseguir si previamente no descubrimos lo que somos. Nuestra principal tarea será tomar conciencia de esa Realidad. Si la descubrimos, prácticamen­te está todo hecho. La parábola al revés, no funciona. El vender todo lo que tienes, antes de descubrir el tesoro, que es lo que siempre se nos ha propuesto, no es garantía ninguna de éxito.
Un ancestral relato nos ayudará: cuando los dioses crearon al hombre, pusieron en él algo de su divinidad, pero el hombre hizo un mal uso de esa divinidad y decidieron quitársela. Se reunieron en gran asamblea para ver donde podían esconder ese tesoro. Uno dijo: pongámoslo en la cima de la montaña más alta. Pero otro dijo: No, que terminará escalándola y dará con él. Otro dijo: lo pondremos en lo más hondo del océano. Alguien respondió: No, que terminará bajando y la descubrirá. Por fin dijo uno: ¡Ya sé dónde lo esconderemos! La pondremos en su corazón. Allí nunca lo buscará.
Tenemos que aclarar que el tesoro no es Jesús, como deja entender Pablo, y sobre todos los santos padres. Jesús descubrió la divinidad dentro de él. Éste es el principal dogma cristiano. “Yo y el Padre somos uno”. Tampoco la Escritura puede considerarse el tesoro. En muchas homilías, he visto estas interpretaciones de las parábolas. La Escritura es el mapa que nos puede conducir al tesoro, pero no es el tesoro. Tampoco podemos presentar a la Iglesia como tesoro o perla. En todo caso, sería el campo donde tengo que cavar (a veces muy hondo) para encontrarme a mí mismo.
Jesús no pide más perfección sino más confianza, más alegría, más felicidad. Es bueno todo lo que produce felicidad en ti y en los demás. Solamente es negativa la alegría que se consigue a costa de las lágrimas de los demás. Cualquier renuncia que produzca sufrimiento, en ti o en otro, no puede ser evangélica. Fijaos que he dicho sufrimiento, no esfuerzo. Sin esfuerzo no puede haber progreso en humanidad, pero ese esfuerzo tiene que sumirme en la alegría de ser más. Lo que el evangelio valora no es el hecho de renunciar. Lo que me tiene que hacer feliz es descubrir la plenitud que ya soy.
El tesoro es el mismo Dios presente en cada uno de nosotros. Es la verdadera realidad que soy, y que son todas las demás criaturas. Lo que hay de Dios en mí es el fundamento de todos los valores. En cuanto las religiones olvidan esto, se convierten en ideologías esclavizantes. El tesoro, la perla no representan grandes valores sino una realidad que está más allá de toda valoración. El que encuentra la perla preciosa, no desprecia las demás. Dios no se contrapone a ningún valor, sino que potencian el valor de todo. Presentar a Dios como contrario a otros valores, es la manera de hacerle ídolo.
Vivimos en una sociedad que funciona a base de trampas. Si fuésemos capaces de llamar a las cosas por su nombre, la sociedad quedaría colapsada. Si los políticos nos dijeran simplemente la verdad, ¿a quién votaríamos? Si los jefes religiosos dejaran de meter miedo con un dios justiciero, ¿qué caso haríamos a sus propuestas? En cambio, si de la noche a la mañana todos nos convenciéramos de que ni el dinero ni la salud ni el poder ni el sexo ni la religión eran los valores supremos, nuestra sociedad quedaría purificada. Los intereses materiales y egoístas son lo que de verdad mueven los hilos de la sociedad.
Tener claro que soy el tesoro supremo, la perla más valiosa, me permite valorar en su justa medida todo lo demás. No se trata de despreciar el resto sino de tener claro lo que vale de veras. El “tesoro” nunca será incompatible con todos los demás valores que nos ayudan a ser más humanos. Es una constante tentación de las religiones ponernos en el brete de tener que elegir entre el bien y el mal. Esta postura es radicalmente equivocada. Lo que hay que tener muy claro es cuales son las prioridades, dentro de los valores. Debemos tener claro dónde está el valor supremo y qué valores son relativos o falsos.

Meditación
Eres el mayor tesoro que puedas imaginar.
Si aún no te has dado cuenta,
es que has buscado algo imaginado por ti
o que no has bajado al centro de tu ser.
Una vez descubierto lo que hay de Dios en ti,
todo lo demás es coser y cantar.


PARÁBOLAS PARA TIEMPO DE CRISIS (FINAL)

col sicre

DOMINGO 17. CICLO A
En los dos domingos anteriores, el discurso en parábolas ha respondido a tres preguntas que se hace la antigua comunidad cristiana y que nos seguimos planteando nosotros:
1) ¿Por qué no aceptan todos el mensaje de Jesús? (parábola del sembrador).
2) ¿Qué hacer con quienes no lo aceptan? (el trigo y la cizaña).
3) ¿Tiene futuro esta comunidad tan pequeña? (el grano de mostaza y la levadura)
Quedan todavía otras dos preguntas por plantear y responder.
¿Vale la pena?
La pregunta que puede seguir rondando en la cabeza de los segui­dores de Jesús es si todo esto vale la pena. A la pregunta responden dos parábolas muy breves, aparentemente idénticas en el desarrollo y con gran parecido en las imágenes. Por eso se las conoce como las parábolas del tesoro y la perla. Lo que ocurre en ambos casos es lo siguiente:
a) El protagonista descubre algo de enorme valor.
b) Con tal de conseguirlo, vende todo lo que tiene.
c) Compra el objeto deseado.
Sin embargo, hay curiosas diferencias entre las dos parábolas, empezando por los protagonistas.
El suertudo y el concienzudo (el tesoro y la perla)
El protagonista de la primera es un hombre con suerte. Mientras camina por el campo, encuentra un tesoro. Su primera reacción no es llevarlo a la oficina de objetos perdidos (que entonces no existe) ni poner un anuncio en el periódico (que tampoco existe). Ante todo, lo esconde. Repuesto de la sorpresa, se llena de alegría y decide apropiarse del tesoro, pero legalmente. La única solución es comprar el campo. Es grande y caro. No importa. Vende todo lo que tiene y lo compra.
El protagonista de la segunda parábola es muy distinto. No pierde el tiempo paseando por el campo. Es un comerciante concienzudo que va en busca de perlas de gran valor. Por desgracia, la traducción litúrgica ignora este aspecto: en vez de “El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas”, debería decir “a un comerciante en busca de perlas finas”. No la encuentra por casualidad, va tras ella con ahínco. Como buen comerciante, calculador y frío, no salta de alegría cuando la encuentra, igual que el protagonista de la primera parábola. Pero hace lo mismo: vende todo lo que tiene para comprarla.
La perla y el comerciante. Otra diferencia curiosa es que la primera parábola compara el Reino de los Cielos con un tesoro, pero la segunda no lo compara con una perla preciosa, sino con un comerciante. Este detalle ofrece una pista para interpretar las dos parábolas.
Ni bonos basura ni timo de la estampita. No olvidemos que estas parábolas se dirigen a una comunidad que sufre una crisis profunda y se pregunta si ser cristiano tiene valor. En términos modernos: ¿me han vendido bonos basura o me han dado el timo de la estampita? La respuesta pretende revivir la experiencia primitiva, cuando cada cual decidió seguir a Jesús. Unos entraron en contacto con la comunidad de forma puramente casual, y descubrieron en ella un tesoro por el que merecía la pena renunciar a todo. Otros descubrieron la comunidad tras años de inquietud religiosa y búsqueda intensa, como ocurrió a numerosos paganos en contacto previo con el judaísmo; también éstos debieron renunciar y vender para adquirir.
Las parábolas, aparte de infundir ilusión, animan también a un examen de conciencia. ¿Sigue siendo para mí la fe en Jesús y la comunidad cristiana un tesoro inapreciable o se ha convertido en un objeto inútil y polvoriento que conservo sólo por rutina?
Al mismo tiempo, nos enseñan algo muy importan­te: es el cristiano, con su actitud, quien revela a los demás el valor supremo del Reino. Si no se llena de alegría al descubrir­lo, si no renuncia a todo por conseguirlo, no hará perceptible su valor. Estas parábo­las parecen decir: «Cuando te pregunten si ser cristiano vale la pena, no sueltes un discurso; demuestra con tu actitud que vale la pena».
¿Qué ocurrirá a quienes aceptan el Reino, pero no viven de acuerdo con sus ideales?
A esta última pregunta responde la parábola de la red lanzada al mar. No queda claro si se habla de toda la humanidad, donde hay buenos y malos, o de la comunidad cristiana, donde puede ocurrir lo mismo. Ya que el tema del juicio universal se ha tratado a propósito del trigo y la cizaña, parece más probable que se refiera al problema interno de la comunidad cristiana. Interpretada de este modo, empalmaría muy bien con las dos anteriores. Hay gente dentro de la comunidad que no vive de acuerdo con los valores del evangelio, que no mantiene esa experiencia de haber descubierto un tesoro o una perla. ¿Qué ocurrirá con ellos? La respuesta es muy dura («a los malos los echarán al horno encendido») pero convie­ne completarla con la última parábola del evangelio de Mateo, la del Juicio final (Mt 25,31-46), donde queda claro cuáles son los peces buenos y cuáles los malos. Los buenos son quienes, sabiéndolo o no, dan de comer al hambriento, de beber al sediento, visten al desnudo, hospedan al que no tiene techo… Los que ayudan al necesitado, aunque ni siquiera intuyan que dentro de ellos está el mismo Jesús.
Conclusión
Mateo termina las siete parábolas comparando al predicador del evangelio con un padre de familia. Parece un nuevo enigma, esta vez sin explicación. En sentido inmediato, el escriba que entiende del reinado de Dios es Jesús. Para exponer su mensaje ha usado cosas nuevas y viejas. Del baúl de sus recuerdos ha sacado cosas antiguas: alguna alusión al Antiguo Testamento, la técnica parabólica y el lenguaje imaginati­vo de los profetas. Pero la mayor parte consta de cosas nuevas, fruto de su experiencia y de su capacidad de observación: la vida del campesino, del ama de casa, del pescador, del comerciante, de la gente que lo rodea, le sirven para exponer con interés su mensaje. Por eso, la comparación final es también una invitación a los discípulos y a los predicadores del evangelio a ser creativos, a renovar su lenguaje, a no repetir meramente lo aprendido.
La primera lectura nos invita a pedir a Dios esta sabiduría, igual que Salomón se la pidió para gobernar a su pueblo.

UN TESORO ESCONDIDO

comentario editorial
“Son muchos los que ni siquiera hacen el esfuerzo de imaginar el tesoro que duerme en el corazón de los demás”.
26 de julio. DOMINGO XVII TO
Mt 13, 44-52
El reinado de Dios se parece a un mercader en busca perlas finas, y al descubrir una de gran valor, va, vende todas sus posesiones y la compra.
El entorno presupone que alguien ha enterrado un tesoro y más tarde murió, y el propietario actual del campo no es consciente de su existencia.
El buscador, tal vez un trabajador agrícola, tiene derecho a ella, pero es incapaz de extraer convenientemente a menos que compre el campo. Para un campesino, un descubrimiento de tal tesoro representaba el gran sueño.
El hombre, que encontró el tesoro, descubrió lo que no buscaba. No se entra en el reino de Dios por los propios méritos, sino que se trata de un don que pide una respuesta y a los afortunados del hallazgo les queda una vida para ello.
Esta parábola se interpreta generalmente como ilustrando el gran valor del reino de los cielos, y por lo tanto tiene un tema similar a la parábola de la perla.
John Nolland comenta que la suerte del hallazgo refleja un privilegio especial y una fuente de alegría, pero también un desafío. El hombre de la parábola renuncia a todo lo que tiene afirmando que el tesoro encontrado es mayor.
Y la mejor manera de guardarlo, no es llevándolo al Banco, sino a la caja fuerte del corazón, que es donde sin duda estará más seguro.
caja fuerte
Las dos primeras de estas parábolas están destinadas a instruir a los creyentes a preferir el reino de los cielos antes que todo lo que hay en el mundo, y por lo tanto les invita a negarse a sí mismos todos los deseos de la carne. Nada puede evitar la obtención de tan valiosa posesión que representa el tesoro de Israel.
Por lo tanto, aquellos que llevan su tesoro abiertamente, que vigilen, porque los ladrones van a intentar robarle en el camino.
Y cuando digo esto; no quiero decir que nuestros vecinos no vean nuestras obras, sino que en lo que hacemos, no hay que buscar la alabanza desde el exterior.
El evangelista Mateo nos lo recuerda igualmente cuando dice que… El reinado de Dios se parece a un mercader en busca perlas finas, y al descubrir una de gran valor, va, vende todas sus posesiones y la compra.
El reino de los cielos se compara con las cosas de la tierra para que la mente pueda pasar de cosas familiares a cosas desconocidas, y pueda aprender a amar lo desconocido por lo que conoce. Se ama cuando se conoce y cuando se ama, lleno de gozo, se vende todo lo que se tiene.
En mi libro Yo amo la Tierra, escribí este poema:
El violín del Evangelio
sonaba en las cuerdas de mis venas.
Jesús, estaba trepidante
como siempre en ellas.
.................................
Sobre los trastes
de la guitarra del Planeta,
unos dedos divinos
pulsan las temblorosas cuerdas.
Evangelio y Planeta hechos Uno,
hacen sonar la Canción de la Tierra:
“Atesora la abundancia de vino
en tu bodega”.
Lo escribió Gustav Mahler
cuando le brumaban las penas.
También cantó:
“Te llenarás de flor en primavera”.