jueves, 3 de noviembre de 2022
La paz no se alcanza conquistando, nunca es violenta ni armada
Mil personas esperan en el mar tras la negativa del Gobierno de Meloni a acoger a rescatados por ONG extranjeras
Los antiFrancisco, encabezados por el cardenal Müller, celebran una cumbre en Madrid. Dios los cría…y el CEU los junta
José Manuel Vidal
Del ‘Totus Tuus’ de Juan Pablo II a atacar a Francisco: una Iglesia española más ultra a 40 años de la primera visita de un papa
Jesús Bastante
El Resucitado y el Cordero del Apocalipsis
Maite Parga
Exministros europeos dicen que Israel viola sistemáticamente los derechos humanos y comete ‘Crímenes de Apartheid’. Criticaron la doble moral y el silencio de la comunidad internacional.
El viaje apostólico a Baréin y un nuevo llamamiento a la paz
Fausta Speranza – Ciudad del Vaticano
Lula da Silva y su primer discurso tras la victoria
Redacción de Atrio
El Papa nombra este mediodía a Fernando Prado nuevo obispo de San Sebastián
Jesús Bastante
EL FOTÓGRAFO QUE NOS CONECTA CON LO INVISIBLE EN MEDIO DE LA GUERRA
religión digital
Dicen que una mujer se acercó a Jesús cargado con la cruz y movida por la compasión, franqueando las barreras que ponían los violentos que lo victimizaban, secó su rostro sucio de sudor y sangre y que en ese trapo quedó plasmada la imagen de Cristo; fue la primera instantánea de la divinidad. Los creyentes, Moisés y los profetas, siempre habían suplicado poder ver el rostro de Dios y en ese momento, por fin, Dios se mostraba y la sorpresa fue que tenía los rasgos de una víctima, de un condenado a muerte, de uno que sacaban de la ciudad sagrada y llevaban al lugar de los malditos. Nosotros, los que creemos en Jesús, adoramos a Dios en esa imagen que se reveló en el trapo de Verónica, y después de ella, en las que a lo largo de la historia retratan a los que sufren.
Creo que este es el valor para nosotros, gente de fe, de la obra de Jesús Abad Colorado; en sus muchas fotografías de los que han sufrido la guerra podemos encontrar al Cristo que nos salva, al Dios que se nos revela de modo privilegiado en la humanidad del crucificado Jesús y de todos los crucificados. Su obra, en sus diversas manifestaciones, en el documental que podemos ver en Netflix, en la exposición que cuelga en el claustro de San Agustín en Bogotá, y ahora en cuatro tomos impresos, se llama El Testigo y este nombre es bien acertado porque todas esas imágenes y las historias que las acompañan nos llevan al misterio de las víctimas que en su dolor están diciendo lo más santo; la obra de Jesús Abad Colorado es un viacrucis y como todo viacrucis lleva a la pascua, a la vida que siempre gana, a la resurrección.
Jesús Abad Colorado dice que “hay que trabajar más desde el sentimiento, hay que ser más amoroso” y que a él, desde chiquito, ya en su casa, “le enseñaron a ver con el corazón”; y el corazón, ya lo decía Antoine de Saint-Exupery, ve lo esencial, ve la belleza, ve a Dios mismo; bien describe la curadora de la obra María Belén Saéz a nuestro fotógrafo cuando dice que es “un gran periodista con una gran capacidad de conectarnos con algo más que lo físico, algo que tiene que ver con lo inmaterial, con lo invisible”. Creo que Jesús Abad Colorado es el testigo que nos ayuda con sus fotos en blanco y negro a tocar con el alma la humanidad de las víctimas y esa humanidad es oportunidad única para acercarnos al mismo Dios. La obra de Jesús Abad Colorado es una versión de la buena noticia, en sus retratos tenemos el “Evangelio según los que han sufrido”.
Algo que me conmueve de esas fotografías de Jesús Abad Colorado es que aunque duras y nos arrancan lágrimas y nos indignan, al mismo tiempo nos inundan de belleza, infunden esperanza y nos aseguran que todavía podemos amar, creer y esperar: “La novia de Granada”, la foto de Beatriz, la que se casa con Oscar un día después de que las bombas arrasan a su pueblo dejando muerte y desolación, esa mujer joven, toda linda y vestida con esplendor, nos dice en medio de la destrucción que todavía vale amar y soñar y dar vida, que la última palabra no es la del odio y la muerte; “El Hijo de Colombia”, que retrata a Juan Carlos, un muchachito de apenas diez años que ayuda a limpiar y vestir el cadáver de un hombre asesinado en una de las masacres de San Carlos, nos dice que la cordura inocente nos sigue arropando a pesar de todo; la imagen de un papá, Eugenio, que vuelve a Bojayá después de la matanza de sus seres queridos, y que abraza y estrecha en su pecho a su hijita, Sandra Patricia, de apenas treinta y tres días de nacida, a la que Felipa, la esposa, había dado a luz mientras huían, nos grita que se puede volver al territorio, que hay que resistir a pesar de los pesares, que nadie puede matar el amor y que la vida se abre paso; la foto de Clirio, un joven negro que alza una bandera blanca mientras navega en un bote sobre el río Atrato, acompañando a Aniceto que lleva a enterrar a su esposa asesinada, nos da fe en la resiliencia de de los inermes y no violentos; la niña de la Comuna Trece de Medellín, Camila, que observa por los agujeros que dejaron las balas de la Operación Orión en la ventana de su casa, nos asegura que esa mirada limpia, sin prejuicios y que no deforma la dignidad de nadie, es la que nos puede salvar de la locura de la violencia; y, por último, una foto emblemática, la del Cristo mutilado de Bojayá, imagen en la que Jesús Abad Colorado, significa, como místico que es, a todas las víctimas de esta guerra, al ver esa imagen tirada en el suelo de la pequeña iglesia bombardeada por los cilindros y en la que murieron casi un centenar de personas, comprendo que aquí en Colombia no hay forma de adorar a Cristo si no es poniéndonos de rodillas delante de los que han sufrido.
Sí, en la humanidad de todas esas personas retratadas, de las que Jesús Abad Colorado sabe los nombres y las fechas, conoce sus historias y con las que ha establecido compañía y amistad, porque no es un fotógrafo que hace su trabajo y se va y sí alguien que sigue volviendo y que no se queda en las imágenes y se compromete con la gente que aparece en sus obras, en esa humanidad nosotros los creyentes podemos ver el rostro de Dios, el rostro de Cristo; es por esto por lo que este fotógrafo es un testigo, uno que, como Verónica y todos los que después de ella se han fijado en las víctimas y las rescatan del olvido, nos pone de frente al misterio.
Gracias a El Testigo, a Jesús Abad Colorado, es un poco más fácil mantener la fe aquí en este país.
QATAR, ¡ASÍ NO! UN MUNDIAL DE INHUMANIDAD
Este artículo fue publicado en La Vanguardia el 23 de octubre del 2016.
Me permito retomarlo para preguntar de qué ha servido y convocar a una huelga de espectadores.
Regresados ya a la droga futbolera habitual, conviene saber algunas cosas. En 2010 el mundial de fútbol del 2022 fue asignado a Qatar: pequeño país, gran productor de petróleo, con unos 2,300.000 habitantes de los que casi el 90% son inmigración. Entre esos habitantes algunos diplomáticos, negociantes etc. y el resto mano de obra, atraída sobre todo por las obras del mundial: más de 600.000 indios, medio millón de nepalíes y 250.000 filipinos…
Amnistía Internacional, Human Rights Watch, la OIT y la Confederación Sindical Internacional (CSI) han denunciado varias veces las condiciones injustas e inhumanas en que viven esos trabajadores que construyen campos, hoteles y demás instalaciones para los fastos balompédicos del 2022. Los Medios de Comunicación occidentales no suelen dar eco a esas denuncias y el gobierno qatarí se encarga de desmentirlas, mientras la policía persigue a los curiosos que se interesan por la suerte de esos trabajadores.
Los “domicilios” (o campamentos de trabajadores) son auténticos barrios de chabolas: a veces, en un dormitorio de 9 metros cuadrados se superponen ocho camas con colchones sucios. Los sueldos pueden tardar 4 meses en llegar y, entre tanto, los trabajadores se endeudan con unas tasas usurarias criminales. Se quiso arreglar eso con una obligación de liquidar en seguida todos los impagos pendientes; pero esa liquidación sólo puede hacerse por transferencia, y sólo una quinta parte de esos trabajadores tiene cuenta bancaria: “los bancos no quieren ver llegar a hordas de trabajadores” explica un abogado.
Se trabaja a veces 13 horas diarias (tiempo de transporte incluido), seis días a la semana y con temperaturas que pueden llegar a los 50 grados. Se cobran unos 300 € al mes, en el país con la mayor renta per capita del mundo, donde las clases altas llegan a salarios de 30.000 € mensuales (10.800 para clases medias) y pueden alquilar mansiones por 7.500 €. Los trabajadores domésticos de esas viviendas lujosas tienen prohibido ir al baño…
En Qatar los sindicatos están prohibidos, como en casi todos los países del Golfo. Los extranjeros están sometidos a la ley de la kafala, una especie de sistema de patrocinio, que implica la prohibición de cambiar de empleador si no lo autoriza el actual, y de salir del país sin permiso del patrón. Esa ley se suavizó algo en 2014 para los inmigrantes occidentales, pero parece que la reforma no entrará en vigor hasta el 2017. Se han dado casos de nepalíes que no pudieron volver a su país a ver a sus familiares tras los terremotos del 2015.
Las embajadas de India, Nepal y Bangladesh registraron 900 defunciones durante los dos últimos años, por causas como deshidratación o infarto, mientras el gobierno niega que esas muertes tengan que ver con las condiciones laborales en las que se prepara el mundial.
Nada de lo dicho quiere ser una denuncia directa y exclusiva a Qatar: debo añadir que el 90% de esas empresas son multinacionales occidentales, a menudo más despiadadas que la ley qatarí. Quizá por eso se ha tejido una red de intereses creados, que silencia estos datos, mientras se dedica a irritarnos sólo contra las injusticias de Venezuela. El pasado mayo, un buen funcionario qatarí fue encarcelado por haberse ido de la lengua ante una delegación de la OIT.
Desde que Qatar fue designado organizador del mundial, se ha pedido a los periodistas que miren para otro lado. Pero el año pasado, la OIT decidió enviar una misión de alto nivel que confirma mucho de lo aquí expuesto. Se aumentaron entonces los medios de inspección, pero resultan ridículos: 365 inspectores para una población laboral de dos millones que no hablan árabe, y con sólo diez intérpretes. Incluso el nuevo presidente de la FIFA prometió el pasado abril crear un órgano de supervisión para asegurar “condiciones laborales decentes”. Ya veremos.
Protestas como las de este artículo suelen provocar alguna carta de desmentido, de cónsules o diplomáticos del país señalado. Por eso reitero que de ningún modo quiero atacar a Qatar: ni los qat ni los cat son peores o mejores que otros pueblos o seres humanos: todos somos de la misma pasta. Si se produce ese desmentido no hará falta comenzar una guerra de datos. Bastará simplemente con pedir al gobierno qatarí que garantice la más absoluta libertad de información para los periodistas que deseen investigar, y de expresión para todos los trabajadores que quieran quejarse.
En caso contrario, me atrevo a pedir que algún experto en redes sociales (Amnistía Internacional, Avaaz…) organice una recogida mundial de firmas pidiendo que se retire a Qatar el encargo de organizar los mundiales del 22. Sería precioso si los primeros firmantes fuesen figuras del fútbol: porque lo que está ahora en juego no es la buena fama de ningún país, sino la pregunta de qué tiene para nosotros más valor: la dignidad de dos millones de seres humanos pobres, o nuestra esclavitud ante la droga del fútbol y de los hidrocarburos.
(N.B. Casi todas las informaciones de este escrito proceden de Le Monde Diplomatique, junio, pgs 12-13).
(NB en 2022: ingenuo de mí si esperaba que los futbolistas firmasen esa petición: ahí está el gran Neymar pidiendo el voto para Bolsonaro)
José I. González Faus
SI DIOS QUIERE
¡Cuántas veces me ha hecho mi padre volver de la cama a la cocina por no haber dicho "hasta mañana, si DIOS QUIERE"! Y es una frase que ahora la oigo menos, pero sí de vez en cuando. Y además se dice como signo de convencimiento cristiano como que todo depende de la decisión de Dios.
Voy descubriendo que Dios siempre me acompaña y está conmigo en todas las realidades. Pero Él deja libre a la naturaleza.
Da la impresión de que algo va a ocurrir porque la voluntad de Dios es esa. Como que Dios dirige y gobierna la marcha del mundo, la vida de cada uno y de toda la creación. Por eso, todo lo supeditamos a la voluntad de Dios. Me cuesta creerlo así, porque Dios no está dirigiendo y organizando los acontecimientos. La vida, la muerte, el aprobado, el suspenso, las guerras, la paz... todo sucede según los hombres actuemos y pongamos los medios y las causas PARA QUE EL RESULTADO SEA UNO U OTRO.
Sería fácil el que lloviese en caso de sequía, el que se curase una enfermedad, el que aprobase unas oposiciones. Bastaría con pedírselo a Dios o encender una vela a un santo, para que lo que deseamos ocurriese.
Así lo vemos en el Antiguo Testamente, pues todos los infortunios, las enfermedades y hasta la misma muerte aparecen queridos y originados por Dios. Lo expresa así el libro de Isaías “Dios dice al profeta: Yo, creo la luz y las tinieblas, yo mando el malestar y la desgracia, yo hago todo” (Is.44,7).
Constantemente se lee en las páginas del Antiguo Testamente la ira de Dios contra su pueblo.¿Cómo se puede decir esto? Cuando se escribe esto, la ciencia aún no se había desarrollado. No se conocían las causas de la naturaleza. Esto hizo que se concibiese a Dios como causa inmediata de los bienes y de los males.
Muchas realidades y calamidades, que en aquella época no tenían explicación, eran consideradas sobrenaturales y por lo tanto venidas de Dios. Él era el autor de todo lo que ocurría.
Hoy sigue esta mentalidad en muchísimas ocasiones “Dios se lo ha llevado (ante la muerte), rogativas para que llueva, velas a los santos… Una mentalidad de Dios como agente de todo lo bueno y lo malo. Pero vamos a dar el gran salto del Nuevo Testamento. Jesús anuncia un Mensaje nuevo: Dios no manda males a nadie. Dios solo manda el bien.
Para demostrarlo Jesús pasó haciendo el bien, solo el bien, curó, dio vida, quitó el hambre... Anuncia la Buena Noticia de que Dios nos quiere. Devuelve la vida a los muertos.
Ante el ciego de nacimiento, confirma que eso no es un castigo ni por los pecados del enfermo ni por los de su padre. Los muertos al caerse la torre no son castigados por Dios, es fruto del quehacer humano. Jesús no explicó quien provoca los males, pero sí explicó que no los provoca Dios. Las enfermedades no son enviadas por Dios.
¡Hasta hay una frase que podemos cambiar “no hay ningún pájaro que caiga sin que lo permita Dios! Los nuevos traductores dicen “ningún pájaro cae sin que caiga con él Dios” Es decir: Dios está con el que sufre.
Termino resumiendo: ¿Hasta mañana si Dios quiere? No. Hasta mañana, acompañado por Dios.
RESPUESTA A DOS PREGUNTAS DE UN LECTOR
fe adulta
Estimado amigo, me has enviado dos peguntas y me pides mi opinión. Ante todo quiero agradecerte que hayas leído con interés estos artículos o libros, que hayas reflexionado sobre ellos, y que hayas presentado estas preguntas.
Ciertamente he presentado a Jesús como profeta; eso no quita que podamos considerarlo también como Señor y Mesías, y, en algún sentido, también como Hijo de Dios. Lo que sí excluye es que lo consideremos como el mismo Dios (Jahvé para la cultura judía). Y me baso fundamentalmente en la lectura, sin pre-juicios dogmáticos, de los primeros escritos cristianos; porque estos escritos afirman claramente que Dios resucitó a Jesús, el Espíritu Santo lo estableció a partir de su resurrección en Hijo de Dios con poder, y al final de los tiempos Cristo entregará el reino a Dios Padre (Hechos 3,15; 4,22; Rom 1,4; 8; 1Cor 8,5-6; 15,24-26; Apocalipsis 1,4-8; y otros textos semejantes).
Digo que en algún sentido podemos considerarlo como Hijo de Dios, incluso como Dios porque todos somos hijos de Dios (una gitana me decía que "toos semos hijos de Dios"). Personalmente me adhiero a la interpretación pan-en-teísta, que puede entenderse con la semejanza de que somos un subconjunto incluido en el gran conjunto que es Dios, o como el feto en el seno de su madre. Por tanto, de alguna manera, todos podemos decir yo soy Dios (como dijo un místico sufí, y creo que lo mataron).
En cuanto a si coincide con la apreciación de los musulmanes, en principio creo que puede coincidir, aunque no conozco bien todo el sentido que ellos le dan. En definitiva y para mayor claridad, creo que todos somos manifestaciones de Dios, pero Jesús fue una manifestación extraordinariamente transparente de Dios. Y no soy el único teólogo católico que mantiene esta interpretación.
En cuanto al pecado de Sodoma y al Levítico 18 no creo que fuera un mandato revelado verbalmente por Dios a Moisés. Se cita de una célebre carta dirigida por un radioescucha a una emisora religiosa muy "tradicional", en la que argumentaba que, si tomaba literalmente y con valor permanente todas las normas del Antiguo Testamento, entonces podría vender a sus hijas como esclava, y otras acciones que hoy consideramos grandes aberraciones éticas. Creo que llamamos Revelación a lo que hemos entendido de la voz de nuestra conciencia, interpretada con el lenguaje y los conceptos que nos facilita nuestra cultura para poder expresarnos.
Actualmente algunos consideran todo acto de sodomía como un mal moral, social y humano, contrario a los dictados inmutables de la conciencia (de alguna manera impresa por Dios en todo ser humano). Otros consideramos que la homosexualidad puede provenir de una tendencia honestamente afectiva entre personas del mismo sexo. Las implicaciones de la fisiología y de la psicología humana son muy complejas, y crean situaciones humanas distintas, de modo que no pueden establecerse normas rígidas para todo ser humano; es la propia conciencia la que debe decidir.
Por ejemplo, consideramos el robo como un delito social y un pecado contra el séptimo mandamiento; ahora bien, cuando una madre sin trabajo roba para llevar a sus hijos algo que comer quizás sea castigada por el delito de robar, pero ciertamente no peca contra el séptimo mandamiento (los que pecamos, aunque no lo diga ningún mandamiento, somos nosotros porque la hemos marginado socialmente).
Estimado amigo, me pedías mi opinión y te la he dado según mi conciencia, aunque no esté muy acorde con la doctrina oficial de la Iglesia. Espero que sigas leyendo la Biblia y procures entenderla como la experiencia progresiva de un pueblo que va interpretando la voz de Dios, que alcanza su punto culminante en Jesús de Nazaret, el Verbo, la Palabra de Dios expresada en acciones concretas (más que en discursos) durante su vida. Muy cordialmente.
'MINDFULNESS' TAMBIÉN ES PALABRA CRISTIANA
religión digital
Vaya por delante que “Mindfulness” aún ni ha sido, ni por ahora será, acogida bajo el ancho y ecuménico paraguas protector y legitimador del diccionario de la RAE y de tantos otros al uso en el lenguaje popular hispano y adyacentes. Pero el caso es que se va haciendo un hueco en ciertos tiempos y espacios convivenciales, y tal vez más en los que las actualizadas preocupaciones cristianas hacen acto de presencia, por lo que puede y debe afirmarse estar a punto de “bautismo” y hasta de consagración académica.
Atenta siempre la editorial “Desclée De Brouwer” a los signos de los tiempos, sobre todo desde el ventanal de la colección “A los cuatro vientos”, que dirige Manuel Guerrero con sus 107 números ya publicados , con satisfacción bibliográfica notoria, acaba de echar a volar el nuevo título “MINDFULNESS PARA CRISTIANOS”, con sus 114 páginas de texto.
Lo firma Rafael Pardo, asiduo colaborador de la editorial, sacerdote, Licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla y Doctor en Historia de la Iglesia, por la de Navarra, -que todo hay que decirlo-, y quien en la actualidad completa estudios universitarios en Psicología. Como nota de interés bibliográfico personal es de destacar que “es autor de numerosos libros de espiritualidad, psicología e historia, estableciendo un diálogo entre estas disciplinas”, dato y apreciación muy dignos de ser tenidos en cuenta a la hora de seleccionar nuestras lecturas.
"Y, entre tanto, nosotros y los posibles lectores ¿qué? ¿Practico el mindfulness o no? ¿Es malo hacerlo si soy cristiano? ¿Se trata de un camino religioso? ¿Cambiará mi psicología. ¿Afectará esto a mi fe?"
¿Y en cuanto al contenido de libro de título tan misterioso y difícil de ser pronunciado para su encargo y referencia?
Del prólogo – presentación destaco algunas de las ideas que el mismo autor nos propone, después de comprobar que “médicos, terapeutas o amigos” le hayan comentado que el término empleado tiene raíces budistas, y que el sistema de educación-reeducación puede provocar problemas psicológicos, a la vez que ser fuentes, que afirmarán su efectividad contra la ansiedad y el estrés”
Y, entre tanto, nosotros y los posibles lectores ¿qué? ¿Practico el mindfulness o no? ¿Es malo hacerlo si soy cristiano? ¿Se trata de un camino religioso? ¿Cambiará mi psicología. ¿Afectará esto a mi fe?
Son preguntas a las que el autor responde con ponderación y desde el constructivo convencimiento de que es posible un diálogo entre el cristianismo y los principios del mindfulness, pero haciéndolo no desde una manera teórica, sino sencilla, amable y con ejercicios prácticos.
Y es que la fe es preciso cuidarla y re-crearla permanentemente y sin ahorrarse ningún medio, aun cuando algunos teman correr así el muy lejano riesgo de echarse en los brazos del budismo.
“La espiritualidad cristiana propone un crecimiento con sobriedad y una capacidad de gozar con poco. Es un retorno a la simplicidad que nos permite detenernos valorar lo pequeño, agradecer las posibilidades que ofrece la vida sin apegarnos a lo que tenemos ni entristecernos por lo que no poseemos, lo que supone evitar la dinámica del dominio y la mera acumulación de placeres”.
Domingo 6 de Noviembre 32º Ordinario Severo (303)
Los saduceos eran los más conservadores en el judaísmo de la época de Jesús. Pero sólo en sus ideas, no en su conducta. Tenían como revelados por Dios sólo los primeros cinco libros de la Biblia, que atribuían a Moisés. Los profetas, los escritos apocalípticos, todo lo referente por tanto al Reino de Dios, a las exigencias de cambio en la historia, a la otra vida... lo consideraban ideas “liberacionistas” de resentidos sociales. Para ellos no existía otra vida, la única vida que existía era la presente, y en ella eran realmente los privilegiados –tal vez por eso, pensaban que no había que esperar otra–. IR A LA PÁGINA
ES NECESARIA UNA REFORMA PERMANENTE DE LA IGLESIA, DE SUS ESTRUCTURAS Y DE SU ESTILO
religión digital
"El mensaje del Sínodo es sencillo: estamos aprendiendo a caminar juntos y a sentarnos juntos para partir el único pan, para que cada uno y cada una encuentre su lugar. Todos están llamados a participar en este viaje, nadie está excluido. Nos sentimos llamados a ello para poder anunciar de forma creíble el Evangelio de Jesús a todos los pueblos”. Esta es una de las conclusiones de «Ensancha el espacio de tu tienda» (Is 54,2), el documento de trabajo para la Etapa Continental del Sínodo que se acaba de presentar en Roma.
Un documento intenso, de 46 páginas, que resume los centenares de miles de folios llegados a Roma durante la primera etapa del Sínodo, desde las conferencias episcopales a la vida religiosa, pasando por la propia Curia, el ‘Sínodo digital’ o propuestas enviadas fuera de lo institucional (como las mujeres católicas o los gays cristianos).
Y que lo hace bien estructurado, con referencias continuas a varios textos (la síntesis española apenas aparece en una ocasión, y refiriéndose a la necesidad de “asumir ministerios estables, ejercer una corresponsabilidad real en el gobierno de la Iglesia, dialogar con las otras Iglesias y con la sociedad para acercarse fraternalmente a los alejados”) y sin tomar postura en ninguno de los temas polémicos, como el papel de la mujer, el acceso a la comunión de divorciados vueltos a casar, las reformas en los ministerios o las bendiciones de parejas gay.
Una permanente conversión
Sí asume, en sus conclusiones, dos horizontes temporales clave. “El primero es el horizonte a largo plazo, en el que la sinodalidad toma la forma de una perenne llamada a la conversión personal y a la reforma de la Iglesia. La segunda, claramente al servicio de la primera, es la que centra nuestra atención en los encuentros de la Etapa Continental que estamos viviendo”.
Y una convicción: “El Pueblo de Dios expresa el deseo de ser menos una Iglesia de mantenimiento y conservación, y más una Iglesia misionera”, y por ello “la alegría de caminar juntos y el deseo de seguir haciéndolo”, aunque no define cómo: “el modo de conseguirlo como una comunidad católica verdaderamente global es algo que todavía está por descubrirse del todo”.
“Somos una Iglesia que aprende, y para ello necesitamos un discernimiento continuo que nos ayude a leer juntos la Palabra de Dios y los signos de los tiempos, para proceder en la dirección que el Espíritu nos señala”, culmina el texto, que proclama la necesidad de “una reforma igualmente permanente de la Iglesia, de sus estructuras y de su estilo”, siguiendo “las huellas” del Concilio Vaticano II.
"No faltaron las dificultades” , entre los que no se fían del Sínodo y los que muestran su preocupación de que las discusiones “puedan presionar para que se adopten en la Iglesia mecanismos y procedimientos centrados en el principio de la mayoría democrática”
¿Cuáles son los grandes temas del documento?
En primer lugar, la constatación de que “el Sínodo avanza”, pese a las dificultades. Y es que la participación ha superado cualquier expectativa. En general, la Secretaría del Sínodo recibió las síntesis de 112 de las 114 Conferencias Episcopales y de todas las 15 Iglesias Orientales Católicas, además de las reflexiones de 17 de los 23 dicasterios de la Curia Romana, así como las de los superiores y superioras generales (USG/UISG), los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica, las asociaciones y movimientos de fieles laicos. Además, se recibieron más de mil contribuciones de particulares y grupos, así como las opiniones recogidas a través de las redes sociales gracias a la iniciativa del “Sínodo Digital”.
En el proceso, apunta el documento, “no faltaron las dificultades” , entre los que no se fían del Sínodo y los que muestran su preocupación de que las discusiones “puedan presionar para que se adopten en la Iglesia mecanismos y procedimientos centrados en el principio de la mayoría democrática”. Por el otro lado, existe “la percepción de la Iglesia como una institución rígida que no quiere cambiar y modernizarse”.
Resistencia del clero, pasividad de los laicos
“Numerosas síntesis mencionan los temores y las resistencias de parte del clero, así como la pasividad de los laicos, su miedo a expresarse libremente y la dificultad de articular el papel de los pastores con la dinámica sinodal”, añade el resumen, aprobado por el Papa Francisco. “Existe una percepción generalizada de separación entre los sacerdotes y el resto del Pueblo de Dios”, al que se suma “el escándalo de los abusos cometidos por miembros del clero o por personas que ejercen cargos eclesiásticos”. Una de las tesis mayoritarias entre los grupos sinodales, precisamente, giró en torno a “pedir un cambio en la cultura eclesial con miras a una mayor transparencia, responsabilidad y corresponsabilidad”.
El título del documento (Ensancha el espacio de tu tienda), apunta a la idea de “imaginar a la Iglesia como una tienda, o más bien como la tienda del encuentro que acompañó al pueblo en su travesía por el desierto. Está llamada a expandirse, pero también a moverse”, “acogiendo a otros en ella, dando cabida a su diversidad”.
La vida religiosa, clave
En este sentido, cobran especial relevancia las percepciones de la vida religiosa, que clama por “el sueño divino de una Iglesia global y sinodal que vive la unidad en la diversidad. Dios está preparando algo nuevo y debemos colaborar”.
No es fácil: son muchas las síntesis que señalan “la persistencia de obstáculos estructurales, por ejemplo: estructuras jerárquicas que favorecen las tendencias autocráticas; una cultura clerical e individualista que aísla a los individuos y fragmenta las relaciones entre sacerdotes y laicos; disparidades socioculturales y económicas que benefician a las personas ricas e instruidas”.
Es generalizada la preocupación por la escasa presencia de la voz de los jóvenes en el proceso sinodal, así como por su cada vez mayor ausencia en la vida de la Iglesia, resultando de “la necesidad de una Iglesia más sinodal con miras a la transmisión de la fe en la actualidad”.
Numerosas síntesis señalan la falta de estructuras y formas adecuadas para acompañar a las personas con discapacidad, pese a que episcopados como el español obviaron por completo esta realidad. Del mismo modo, se destaca el compromiso del Pueblo de Dios por la defensa de la vida frágil y amenazada en todas sus etapas.
Divorciados vueltos a casar y comunidad LGTBQ
Una fuente particular de sufrimiento son todas aquellas situaciones en las que el acceso a la Eucaristía y a los demás sacramentos se ve obstaculizado o impedido por diversas causas. Son intensas las peticiones para que se busque una solución a estas formas de privación de los sacramentos, como “el uso del cobro de tarifas por el acceso a las celebraciones, que discrimina a los más pobres. Muchas síntesis también dan voz al dolor que experimentan los divorciados vueltos a casar por no poder acceder a los sacramentos, así como los que han contraído un matrimonio polígamo” aunque, admiten, no hay unanimidad en estas cuestiones.
¿Quiénes son los descartados? “Los grupos que experimentan un sentimiento de exilio son diversos, empezando por muchas mujeres y jóvenes que no ven reconocidos sus dones y capacidades. Dentro de este conjunto heterogéneo de personas, muchos se consideran denigrados, abandonados, incomprendidos”, reconoce el documento, que señala a los que, “por diversas razones, sienten una tensión entre la pertenencia a la Iglesia y sus propias relaciones afectivas, como, por ejemplo: los divorciados vueltos a casar, los padres y madres solteros, las personas que viven en un matrimonio polígamo, las personas LGBTQ".
"Las síntesis muestran cómo este reclamo de una acogida desafía a muchas Iglesias locales: «la gente pide que la Iglesia sea un refugio para los heridos y rotos, no una institución para los perfectos. Quieren que la Iglesia salga al encuentro de las personas allí donde se encuentren, que camine con ellas en lugar de juzgarlas, que establezca relaciones reales a través de la atención y la autenticidad, y no con un sentimiento de superioridad”. Algo similar sucede con los curas casados.
También, excluidos en la Iglesia y la sociedad, “los más pobres, los ancianos solos, los pueblos indígenas, los emigrantes sin pertenencia alguna que llevan una existencia precaria, los niños de la calle, los alcohólicos y drogadictos, los que han caído en las manos de la delincuencia y aquellos para los que la prostitución es la única posibilidad de supervivencia, las víctimas de la trata de personas, los supervivientes de abusos (en la Iglesia y fuera de ella), los presos, los grupos que sufren discriminación y violencia por motivos de raza, etnia, género, cultura y sexualidad”.
Moral sexual, sin posición comunitaria definitiva
“Algunas síntesis destacan la importancia del papel de la Iglesia en el espacio público, particularmente en relación a los procesos de construcción de la paz y la reconciliación”, señala el texto, que también considera que “no hay sinodalidad completa sin la unidad entre los cristianos”.
"Cuestiones como la enseñanza de la Iglesia sobre el aborto, la anticoncepción, la ordenación de mujeres, los sacerdotes casados, el celibato, el divorcio y las segundas nupcias, la posibilidad de acercarse a la comunión, la homosexualidad y las personas LGBTQIA+” en las que, se confirma, “no es posible formular una posición comunitaria definitiva sobre ninguna de estas cuestiones”
Como ejemplo, el documento aborda la síntesis de Sudáfrica, en la que se constatan “cuestiones como la enseñanza de la Iglesia sobre el aborto, la anticoncepción, la ordenación de mujeres, los sacerdotes casados, el celibato, el divorcio y las segundas nupcias, la posibilidad de acercarse a la comunión, la homosexualidad y las personas LGBTQIA+” en las que, se confirma, “no es posible formular una posición comunitaria definitiva sobre ninguna de estas cuestiones”.
Jomar Cala
Las síntesis expresan un profundo deseo de reconocer y reafirmar la dignidad común como base para la renovación de la vida y los ministerios en la Iglesia.
Contra el clericalismo, por la mujer
Así, aunque “el tono de las síntesis no es anticlerical (contra los sacerdotes o el sacerdocio ministerial”, si se observa “la importancia de librar a la Iglesia del clericalismo, para que todos sus miembros, tanto sacerdotes como laicos, puedan cumplir con la misión común. El clericalismo se considera una forma de empobrecimiento espiritual, una privación de los verdaderos bienes del ministerio ordenado y una cultura que aísla al clero y perjudica al laicado”.
Junto a ello, uno de los temas más abordados es el de “establecer una nueva cultura, con nuevas prácticas, estructuras y hábitos”, especialmente, respecto “al papel de las mujeres y a su vocación, enraizada en la dignidad bautismal común, a participar plenamente en la vida de la Iglesia”.
“Se trata de un punto crítico sobre el que se registra una creciente consciencia”, apuntan el documento, que insiste que “desde todos los continentes llega un llamamiento para que las mujeres católicas sean valoradas, ante todo, como miembros bautizados e iguales del Pueblo de Dios”.
"La Iglesia debe encontrar formas de atraer a los hombres a una participación más activa en la Iglesia y permitir que las mujeres lo hagan más plenamente en todos los niveles de la vida eclesiástica"
“En una Iglesia en la que casi todos los responsables de la toma de decisiones son hombres, hay pocos espacios en los que las mujeres puedan hacer oír su voz. Sin embargo, son la columna vertebral de las comunidades eclesiásticas, tanto porque representan la mayoría de los miembros practicantes como porque se encuentran entre los miembros más activos de la Iglesia”, se lee en una síntesis, mientras que el documento constata que “está claro que la Iglesia debe encontrar formas de atraer a los hombres a una participación más activa en la Iglesia y permitir que las mujeres lo hagan más plenamente en todos los niveles de la vida eclesiástica”.
Religiosas, "mano de obra barata"
“Ante las dinámicas sociales de empobrecimiento, violencia y humillación a las que se enfrentan en todo el mundo, las mujeres piden una Iglesia a su lado, más comprensiva y solidaria en la lucha contra estas fuerzas de destrucción y exclusión”, sostiene el texto, que vuelve a echar mano de la denuncia de la vida religiosa, que constata que “Las religiosas suelen ser consideradas mano de obra barata. En algunas Iglesias se tiende a excluir a las mujeres y a confiar las tareas eclesiales a los diáconos permanentes; y también a infravalorar la vida consagrada sin hábito, sin tener en cuenta la igualdad fundamental y la dignidad de todos los fieles cristianos bautizados, mujeres y hombre”.
Casi todas las síntesis plantean la cuestión de la participación plena e igualitaria de las mujeres, aunque “no concuerdan en una respuesta única o exhaustiva a la cuestión de la vocación, la inclusión y la valoración de las mujeres en la Iglesia y en la sociedad”.
“Se expresan posturas mucho más diversificadas con respecto a la ordenación sacerdotal de las mujeres, que algunas síntesis reclaman, mientras que otras la consideran una cuestión cerrada”
Muchas síntesis, tras una atenta escucha del contexto, piden que la Iglesia continúe el discernimiento sobre algunas cuestiones específicas: el papel activo de las mujeres en las estructuras de gobierno de los organismos eclesiásticos, la posibilidad de que las mujeres con una formación adecuada prediquen en los ambientes parroquiales, el diaconado femenino. “Se expresan posturas mucho más diversificadas con respecto a la ordenación sacerdotal de las mujeres, que algunas síntesis reclaman, mientras que otras la consideran una cuestión cerrada”.
Una Iglesia "toda ministerial"
Algo similar sucede en la corresponsabilidad de los laicos, que como afirma la síntesis italiana, ha ayudado a redescubrir la corresponsabilidad que proviene de la dignidad bautismal y ha permitido la posibilidad de superar una visión de la Iglesia construida en torno al ministerio ordenado para avanzar hacia una Iglesia “toda ministerial”, que es comunión de carismas y ministerios diferentes”.
No faltan los interrogantes sobre los espacios para el posible ejercicio de la ministerialidad laical: «muchos grupos desearían una mayor participación del laicado, pero el margen de maniobra no está claro: ¿qué tareas concretas pueden realizar los laicos? ¿Cómo se articula la responsabilidad del bautizado con la del párroco?”, se preguntan desde Bélgica.
¿Hay soluciones? No las pretende este documento de síntesis, que apunta a que “el proceso sinodal ha puesto de manifiesto una serie de tensiones, explicitadas en los párrafos anteriores. No hay que tenerles miedo, sino articularlas en un proceso de constante discernimiento en común”.
“Corresponderá al derecho canónico acompañar este proceso de renovación de las estructuras a través de los cambios necesarios en las disposiciones vigentes actualmente”, añade el documento, que interpela directamente a la sinodalidad en el interior de la Curia Romana, y a la hora de hallar “lugares institucionales de inclusión, diálogo, transparencia, discernimiento, evaluación y responsabilidad de todos”.
La liturgia, y el enfrentamiento ideológico
Otro punto de fricción, constata el documento, está en la liturgia, con el “discernimiento de la relación con los ritos preconciliares”, advirtiendo que “la Eucaristía, sacramento de la unidad en el amor en Cristo, no puede convertirse en motivo de enfrentamiento ideológico, ruptura o división”.
Con todo lo que sí preocupan son “las limitaciones de la praxis celebrativa, que oscurecen su eficacia sinodal. En particular, se subraya: el protagonismo litúrgico del sacerdote y la pasividad de los participantes; el alejamiento de la predicación respecto a la belleza de la fe y la concreción de la vida; la separación entre la vida litúrgica de la asamblea y la red familiar de la comunidad”.
Finalmente, en cuanto al debate futuro, el documento reclama que “todas las Asambleas sean eclesiales y no solo episcopales, asegurando que su composición represente, de manera adecuada, la variedad del Pueblo de Dios: obispos, presbíteros, diáconos, consagradas y consagrados, laicos y laicas”, con “una particular atención en la adecuada presencia de las mujeres y los jóvenes (laicos y laicas, consagrados y consagradas en formación, seminaristas); personas que viven en condiciones de pobreza o marginación y quienes están en contacto directo con ellas; delegados fraternos de otras confesiones cristianas; representantes de otras religiones y tradiciones de fe y algunas personas sin afiliación religiosa”.
Jesús Bastante
SI SEGUIMOS FALLANDO A MUJERES, NO TENDREMOS FUTURO COMO IGLESIA
La Hermana María Rosaura González Casas, miembro del Centro de Protección del Menor de la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, reclama que haya "más espacios" y "más formación" para las mujeres consagradas en la Iglesia.
"Estamos en tiempo de cambio. Es una cuestión de justicia dar más espacios y más formación a nuestras religiosas. Si miras a quién frecuenta la Iglesia, está siempre el sacerdote y todas mujeres. Si les seguimos fallando a las mujeres, no tendremos, en mi opinión, un futuro por delante como Iglesia", ha manifestado en una entrevista con Europa Press.
González, que ha coordinado una encuesta sobre los abusos a las religiosas en América Latina y Caribe que revela que una de cada cinco habría sufrido abusos sexuales, señala que las estructuras "jerárquicas" y la "cultura eclesial clerical" los han provocado.
"La cultura eclesial y las estructuras jerárquicas han favorecido esto. Hemos visto en la Historia de la Iglesia mujeres que han brillado porque eran muy dotadas o que sobresalían porque habían recibido una preparación exclusiva, pero digamos que, en general, esto no ha sido así. Las mujeres, en muchas ocasiones, hemos sido consideradas en la Iglesia solo como fuerza de trabajo; personas de segunda clase que no están preparadas para decir una palabra", asegura.
"Una vergüenza"
Del mismo modo, denuncia que "en muchos contextos a nivel de cultura eclesial y clerical las religiosas son despreciadas", lo que considera "una vergüenza".
El libro 'Vulnerabilidad, abusos y cuidado en la vida religiosa femenina' -coordinado por González Casas- también recoge, por ejemplo, que un 55,2% de religiosas de América Latina y el Caribe dice haber experimentado algún tipo de abuso de poder en el ámbito de la vida religiosa. A la encuesta de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) respondieron 1.417 monjas de 23 países de la región.
La monja teresiana ha asegurado que el objetivo del sondeo era "hablar del tema y que fuera una provocación para empezar a crear una conciencia sobre estos abusos". En este sentido, subraya la necesidad de "cambiar la estructura de la vida religiosa dentro de la Iglesia". "Nadie externo tiene que venir a decirnos a la Iglesia lo que va mal", recalca para enfatizar que debe ser la propia Iglesia la interesada en cambiar.
González Casas ha considerado que el libro, que también recoge testimonio de víctimas, da "herramientas" y es una "guía y un instrumento de ayuda pedagógica" para que las congregaciones femeninas enfrenten estos casos.
DOCUMENTO FRUTO DE LA PRIMERA ASAMBLEA ECLESIAL DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
religión digital
Ofrecer un aporte significativo a la reflexión y al caminar de las comunidades en nuestro continente con la certeza de que «todos somos discípulos misioneros en salida», es el objetivo del documento que surge como fruto de la primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe.
Un evento efectuado en México de modo presencial y virtual del 21 al 28 de noviembre de 2021 y que la presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) entregó al Papa Francisco este 31 de octubre.
"Hacia una Iglesia sinodal en salida a las periferias; reflexiones y propuestas pastorales a partir de la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe," es el título del documento que en tres capítulos, profundiza en la historia de una experiencia única en su naturaleza, cuyos aportes son fruto del desborde del Espíritu, como lo califican sus autores.
La publicación muestra los pasos de un proceso que aún no termina, un itinerario que plantea desafíos desde lo conceptual y actitudinal para la Iglesia latinoamericana y caribeña. Se destaca entre estas fases, la referida al discernimiento y el diálogo; porque plantea nuevas propuestas pastorales que intentan responder a los clamores del pueblo de Dios tras pronunciarse de múltiples maneras durante el tiempo dedicado a la escucha. Oportunidad que abrió la posibilidad de reconocer los avances en muchas de las apuestas de la Iglesia, sin desconocer las incertidumbres y vacíos que deben atenderse, si estamos decididos a dejarnos interpelar por el llamado del Papa Francisco a vivir la sinodalidad.
Realidades que llaman y alientan
El documento "Hacia una Iglesia sinodal en salida a las periferias” inicia recordando que la Asamblea Eclesial es un camino de escucha recíproca que aspira construir un futuro más sinodal. Para ello, toma como punto de referencia los signos de los tiempos que llaman a la acción y alientan en la tarea.
La pandemia como hito histórico, marca un cambio de época en el mundo con efectos tangibles en la realidad de nuestros pueblos; perceptibles en las profundas inequidades socioeconómicas, la fragilidad de nuestras democracias y el grave peligro que corre nuestra casa común; mientras los pueblos y ciudades son determinados por el fenómeno migratorio. Contextos en los que se desarrolla la fe de los pueblos latinoamericanos y caribeños en donde emergen los rostros de quienes son protagonistas de estas realidades: los jóvenes, mujeres, familias, además de los pueblos originarios y afrodescendientes; todos con el mismo punto de encuentro.
La Iglesia, pueblo de Dios que en la juventud adelanta un camino en el discipulado, las mujeres que trabajan por un lugar más determinante en su misión, los pueblos originarios y afrodescendientes que claman por un mayor protagonismo.
En la misma medida, están temas como la necesidad de reflexionar sobre los itinerarios formativos en seminarios y casas religiosas, las voces que piden escucha y acción ante los casos de abuso al interior de la Iglesia y la experiencia personal de encuentro con Cristo que no deja de plantar semillas en los corazones.
Una Iglesia sinodal y misionera
Expuesta la realidad, la segunda parte del documento profundiza en la interpelación que hace Dios de ella, el desafío de trabajar por una vida plena, para nuestros pueblos que exigen un examen de conciencia que incida en la conversión pastoral. En esta impronta Aparecida es una carta de navegación para el camino de la Iglesia latinoamericana y caribeña que asume los principios del Concilio Vaticano II; latentes en el Magisterio del Papa Francisco, líder de una reforma sinodal y misionera que ha presentado el itinerario hacia el Sínodo sobre la sinodalidad.
Así, el texto indica que la Asamblea Eclesial se desarrolló en el espíritu de Aparecida, reavivando su espíritu vivificador en el que Jesús es fuente de amor y misión. Para ello, el documento plantea la comunión sinodal, como un camino efectivo para motivar la salida misionera mediada por la escucha, el diálogo y el discernimiento.
Un caminar con la familia humana, una sinodalidad misionera en la que todos aportan con la conciencia de que la Iglesia, debe estar al servicio de la fraternidad, objetivo para el que necesariamente apelará al denominado “desborde creativo” que no es otra cosa que la manifestación del espíritu misionero de los creyentes que no se cansa de emprender y proponer.
Un nuevo camino por recorrer
Las realidades identificadas y los análisis hechos desde la perspectiva de la fe, nutren el deseo de aportar a la construcción de un modo diferente de ser y actuar. Esta es la intención del tercer capítulo del documento. Propuestas para una Iglesia que evangelizada es capaz de ser profética ante flagelos como la violencia o la vulneración de los derechos humanos. Y evangelizadora para otros; porque asume su tarea desde la perspectiva misionera.
Esto quiere decir que es una Iglesia que hace presente el Reino de Dios en el mundo, asumiendo que la Evangelización es integral e integradora, primero porque abarca todos los aspectos de la vida del ser humano y en segundo lugar, porque se atreve a superar el miedo a la diferencia, el prejuicio y el orgullo de perfección.
Ante este panorama puede surgir un cuestionamiento sobre el método, el camino a seguir. Al respecto, el documento propone unas líneas de acción desde seis dimensiones: la primera de ellas es la kerigmática y misionera, entendiendo que la Iglesia ha de ser signo e instrumento del encuentro con Jesucristo. En segundo lugar, está la dimensión Profética y formativa, porque debe capacitar y empoderar en lo referente a la sinodalidad y el compromiso social; pensando en superar vicios como el clericalismo y alentando la renovación de los itinerarios formativos de los aspirantes a la vida consagrada.
Religiosidad: lugar de encuentro
Lo espiritual, litúrgico y sacramental, hacen parte de la tercera dimensión propuesta por el texto, esto para que se redescubra la vivencia de los sacramentos desde la inculturación de la Palabra y valore la religiosidad popular.
En cuarto lugar, aparece la dimensión Sinodal y participativa, por cuanto las acciones pastorales que surjan a partir de la Asamblea Eclesial han de valorar la Iglesia como pueblo de Dios aceptando los nuevos ministerios y adoptando una cultura eclesial marcada fundamentalmente por lo laical, donde las mujeres tengan el merecido protagonismo por el que han trabajado y que la conversión de las estructuras sea tangible.
Luego, está la dimensión socio transformadora donde la pastoral es profética y reconoce el rol de los cristianos en los ámbitos de la política y la economía, impulsando acciones para prevenir y reparar las situaciones de abuso sexual, de poder y conciencia al interior de la Iglesia. La idea es que se pierdan de vista las urgencias de las comunidades, entre ellos los pueblos originarios y afrodescendientes. Así este apartado del documento se cierra con la dimensión ecológica que propende por una educación y una espiritualidad comprometidas con el cuidado de la Casa Común.
El texto de la Asamblea Eclesial finaliza con el mensaje dirigido al pueblo de América Latina y la oración de consagración a la Virgen de Guadalupe. Un documento para dejarse interpelar y continuar con el itinerario transformador al que ha sido llamada la Iglesia continental.