FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

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ATALAYA

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miércoles, 2 de noviembre de 2016

IDEOLOGÍA O PERSPECTIVA DE GÉNERO

col mesa

Desde hace bastante tiempo se viene condenando sin paliativos la ideología de género, diciendo que “no es compatible con la doctrina cristiana sobre la persona humana y sobre el matrimonio y la familia. Es una imposición contraria la antropología sobre el matrimonio y la familia".
No he oído, en cambio, hacer declaraciones claras y contundentes contra el machismo, en la Iglesia y en la sociedad, sobre la desigualdad entre hombres y mujeres, contra el maltrato y la violencia machista, la discriminación de las mujeres, el odio contra ellas, la necesidad de una plena igualdad… que es lo que está en la base de la inequidad en las relaciones entre hombres y mujeres.
Para empezar habría que aclarar que el empleo del término “ideología” ya es un intento de desprestigiarla, pues no se utiliza con el significado de “las ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona o colectividad”, sino como una más de las formas (peores, dicen algunos) de pensar trasnochadas, que ya no tienen utilidad en nuestros días, pues ya estarían superadas en nuestra historia.
Lo que no se dice es que lo que miles de mujeres, feministas en su inmensa mayoría, aplican para superar la discriminación en la sociedad y en la Iglesia, es la perspectiva o categoría de género, que es un instrumento de análisis para denunciar desigualdades, cuestionando roles y papeles excluyentes de los derechos y la igualdad que les corresponden, hasta alcanzar la plena igualdad con los hombres.   
El análisis que realiza la perspectiva de género es profundamente liberadora, porque aporta autoestima, respeto y dignidad a las mujeres, cuando son marginadas y tratadas como inferiores por una sociedad patriarcal, androcéntrica y machista. Los malos tratos, las injusticias, las diferencias salariales, el desprecio… y, en último término, el asesinato hacia ellas, es una clara y dramática demostración de ello.
Todo este entramado androcéntrico es una construcción histórica de relaciones sociales y de poder que, igual que se ha ido forjando a lo largo de miles de años, se puede derribar con un esfuerzo colectivo y con voluntad política, mediante actuaciones transversales, inclusivas, en una permanente búsqueda de equidad para recobrar la estima personal y social.
Los análisis de género que identifican, desenmascaran todas estas injusticias (sea en el ámbito que sea) y realizan propuestas transformadoras e inclusivas, no tienen ninguna incompatibilidad con el mensaje de Jesús, que es profundamente liberador de cualquier clase de opresión, discriminación o marginación. Y, en concreto contra las mujeres, a quienes unió a su grupo en un plano de igualdad, las sanó de sus dolencias y se dejó interpelar y cambiar en su relación personal con ellas. Hoy día Jesús, estoy seguro, estaría mucho más cercano a esta perspectiva y análisis de género, que a las críticas y descalificaciones que se realizan cada día con más intensidad y sin pudor.
Siguiendo el espíritu de Francisco, en lugar de desprestigiar y condenar (sin conocer en la mayoría de los casos de lo que se habla), se debería acoger, dialogar, confraternizar y comprender este instrumento de análisis feminista, tal como se está haciendo con los movimientos sociales, los homosexuales y transexuales, el diaconado femenino… Porque conocer y relacionarse, estando abiertos, intentando aprender del otro, es la base del aprecio y del posible cambio de perspectivas e ideas cerradas y excluyentes. Para dejarse interpelar y no seguir perdiendo a más mujeres de la comunidad eclesial.

Y EL SOL BRILLÓ

col gerardo

Una de las comunidades cristianas con las que comparto mi fe es un pueblo con 10 personas censadas. En verano crece enormemente.
En septiembre ya se van para sus lugares la mayoría. Un matrimonio, ya mayorcitos, fue a la capital y a la vuelta vieron que les habían forzado la puerta y les habían robado. El susto fue muy grande. Y – no se sabe si por esta razón– pero a la mujer le dio un infarto y a la mañana siguiente murió.
Me lo comunicaron y subí al pueblo a la mañanita.
La verdad es que me impresionó y mi interior se llenó de niebla, tristeza y pena. Al subir –el pueblo está a 1.140 metros–, había una niebla ciega, cerrada. Pero mi interior también estaba triste, obscuro.
Era como las mujeres del evangelio que al amanecer van a embalsamar a Jesus en el sepulcro. Y aquí comienza otra experiencia. Al legar al pueblo veo que hay dos personas haciendo el hoyo en el cementerio, otras dos limpiando las calles y dos preparando la iglesia. Todo el pueblo.
Recordé aquello del angel: “estaba un angel vestido de blanco a la derecha del sepulcro”. Así vi yo a estas personas colaboradoras.
Y recordé aquello de “id a Galilea, allí me veréis”. Y descubrí a Jesús presente en ellas. Y de repente, se rasgó la niebla y brilló el sol.
Mi espíritu se serenó y surgió la esperanza. A la hora de enterrarla, había siete personas tirando de pala para echar tierra en el hoyo.
Qué grande es la piedra que cierra nuestros sepulcros, pero siempre está Jesus Resucitado, vivo, que se presenta de mil formas y nos ayuda a superarlo, a correrla, a dejar el sepulcro abierto y nuestro corazón lleno de alegría.
Cierto que a lo largo del día hubo alguna tiniebla “es que hay que matar a todos los ladrones...” pero poco a poco se fueron superando esas tinieblas y el velo se rasgó”… Vete a saber en qué situación estaban los que robaron”, “qué buena era esta mujer...”
Las mujeres fueron corriendo a contárselo a los apóstoles. Y surgió la solidaridad hacia su familia: amistad y presencia orante en el entierro. Cantamos convencidos de que Jesús es la Resurrección y la Vida.
Al sábado siguiente nos juntamos los tres pueblos para empezar el curso. Nos explicaron maravillosamente el cuadro de la Vuelta del Hijo Pródigo de Rembrant Las mujeres de ese pueblo nos trajeron unas rosquillas exquisitas. Las habían hecho todas juntas por la mañana. Y las demás les pidieron la receta.
Yo también quiero pedirles que me transmitan cómo se encuentra a Jesús resucitado para superar la niebla y que brille el Sol.

Católicos y luteranos se comprometen a “eliminar los obstáculos que nos impiden la plena unidad”

 
Jesús Bastante


Francisco y Munib Younam firman una histórica declaración conjunta en Lund
“Instamos a trabajar conjuntamente para acoger al extranjero y defender los derechos de los refugiados”
Ambos reconocen que “luteranos y católicos han dañado la unidad de la Iglesia” por culpa de “prejuicio y los conflictos”, que hicieron que “la religión fue instrumentalizada con fines políticos”
“Nosotros, luteranos y católicos, instamos a trabajar conjuntamente para acoger al extranjero, para socorrer las necesidades de los que son forzados a huir a causa de la guerra y la persecución, y para defender los derechos de los refugiados y de los que buscan asilo”. Con un histórico abrazo, el Papa y el presidente de la Federación Luterana Mundial, Munib Younam, firmaron una declaración conjunta, tras la oración ecuménica en Lund. ··· Ver noticia ·

Francisco prepara la rehabilitación de Martín Lutero


Jesús Bastante

Lutero
El Papa podría proponer la fórmula de la “intercomunión” con los luteranos
Para Bergoglio, el agustino “era un reformador, y en aquel tiempo la Iglesia no era un ejemplo a imitar”
El 31 de octubre de 1517, el agustino Martín Lutero clavaba en la puerta de la iglesia de Wittemberg sus famosas 95 tesis, en las que denunciaba la corrupción y la venta de indulgencias en la Iglesia de Roma. Este fue el germen del segundo gran cisma de la Historia de la Cristiandad, tras el que en 1054 separó a católicos y ortodoxos. Ahora, 499 años después, Francisco quiere sentar las bases para acabar con la división entre católicos y luteranos. ··· Ver noticia ···

Eneritz

JOSÉ ARREGI

José Arregui1Era de Zestoa, pero por sus venas corría la savia alegre de los viñedos de la Rioja, la voluntad resuelta de las laderas y crestas de Errezil, la energía vital de los prados y vientos de Oñatz (Azpeitia).
Era de muchos lugares. De Gipuzkoa, Bizkaia y Asturias. De Almería y de Málaga, su querida Málaga. Era del Cantábrico y del Mediterráneo, vasca hasta la médula y andaluza hasta las entrañas. Era de Perú, de sus valles, mesetas y altas cumbres. También era de Cabo Verde, rodeado de mares, frente a Senegal. Vivió en muchas tierras, y era de todos, pero prefería a los últimos. Era de donde hubiese una herida que aliviar, una soledad que acompañar, una sordera a la que hablar.


Se llamaba Eneritz, como un pueblecito navarro en cuyo escudo figura una cepa con dos racimos. Así era ella, como una cepa llena de racimos maduros dorados al sol. Como un racimo de vida sonriente y dulce, colorida como sus vestidos. Había que ver sus ojos luminosos, la sonrisa en su cara, ¡qué chorro de vida y de bienestar su sonrisa! La llamaban Eneritz, o Ene, o la Ene. Alegraba la vida.
Recién estrenado el otoño, colmada ya de fruto su vida, en apenas un mes, inesperadamente, se nos fue. Tenía treinta y un años. Fue terrible. Se rasgaron de nuevo las entrañas de su madre en un parto mucho más difícil. Y el corazón de su padre, y la entereza de su hermano Aritz. La pena, la soledad, las lágrimas los inundaron, a ellos y a las innumerables amigas y amigos de Eneritz.
¿Y ahora? ¿Qué deciros ahora, Lourdes y Dioni? ¿Cómo reaprenderéis a vivir sin vuestra adorada y admirada Eneritz? Hago silencio, y en silencio evoco su memoria entrañable, su figura llena de risas y de besos, de viajes y proyectos, de tertulias y conciertos, de teatro y de cultura, de delicadeza y cuidado. En el silencio emerge su corazón latiente lleno de vida, “tu corazón de Picasso solidario y activista”, como dijiste, Dioni, en la ceremonia del adiós. Corazón que le llevó con tan solo 18 años a colaborar en un centro de protección de menores en Cabo Verde, y, terminados sus estudios, a viajar a Perú para trabajar con los más necesitados, siempre ellos. Y a irse luego a Málaga a estudiar la lengua de signos para sordos. Allí se quedó a trabajar durante años, enamorada de Málaga y Málaga enamorada de ella. “Cuando pensábamos que la Costa del Sol no podía tener más luz, llegaste tú”, dijo Arantxa, una de sus amigas malagueñas, en su despedida. Tanta vida vivida, derramada en tan poco tiempo.

¡Gracias, Lourdes y Dioni, por habernos dado a Eneritz, por haberle regalado la vida que nos regaló! La vida, el gran misterio. En silencio invoco la Vida inmortal que, sin nacer ni morir, todo lo hace vivir. La Vida que es darse, y vivir dándose hasta morir es vida eterna. Así vivió ella hasta que, en plenas vacaciones en Almería, se le descubrió una leucemia terminal. Pocos días después murió como si fuera a nacer, escribiendo en su último e-mail a sus amigas desconsoladas: “¡Arriba los corazones!”.
Joven santa laica, te entregaste a todas las causas justas, por perdidas que parecieran. Nos enseñaste que ninguna causa justa está perdida, aunque nosotros sintamos el ánimo y las fuerzas perdidas, nosotros mismos perdidos. Nos enseñaste que, como escribió Pere Casaldáliga, somos luchadores derrotados de una causa invencible. Que la Fuerza o el Espíritu del Bien, del mundo nuevo, está con nosotros, en nosotros, más allá de religiones y dogmas. Que “trabajando juntos lo lograremos”, como escribiste una vez en una campaña dirigida por Change.org al Parlamento europeo por la asociación “Educación feminista, llave de la igualdad”. ¡Gracias, Eneritz! ¡Qué pena que no te tengamos como antes! ¡Qué suerte que te hayamos tenido!
No encontraría en el diccionario palabras más bellas y apropiadas que las que te dirigió tu padre allí en Málaga, donde quisiste morir, en aquella ceremonia llena de lágrimas y de fiesta: “Eneritz, hija mía, nunca te olvidaremos y allí donde estés tú serás nuestra guía. Hoy, en un rincón ausente de sus casas, unas gitanillas y gitanillos de Málaga y Bizkaia llorarán y en Cabo Verde y en Perú podrán ver una nueva estrella que brillará con la intensidad y alegría que tú tenías”. Sí. Amén.
José Arregi
(Publicado en DEIA y en los diarios del Grupo Noticias el 30-10-2016)

El Papa se despide de Suecia, tras ganar el corazón de los luteranos y enorgullecer a los católicos


José Manuel Vidal

Papa Francisco7
Francisco dio un paso más en el ansiado sueño de la plena unidad
Realiza un ejemplo práctico del ecumenismo de la cercanía y de los pequeños pasos
Contento, satisfecho y siempre sonriente, el Papa Francisco se despide de Suecia. Tras una visita que ha sido un éxito clamoroso, a pesar de las dificultades que encerraba. Bergoglio se ganó el corazón de los luteranos y enorgulleció a los católicos, minoría de “sal y levadura”. ··· Ver noticia ···

Aquí y ahora, carpe diem

Carlos Miguélez Monroy, Periodista



Somos estúpidos al olvidar que las cosas son finitas. Es una de las más grandes limitaciones humanas que impiden que gocemos de cada momento.
Se me escapa la vida y me da miedo. Cuanto más se acerca el día, más añoranza siento por lo que aún no termina. Ahora sé que ese temido día llegará y que, como todos los demás capítulos de mi vida, éste también terminará. A pesar de que comenzará uno nuevo, éste no se repetirá; tan sólo permanecerá en mi memoria, que tiende a ser nostálgica y a echar de menos todo lo que se me escapó de las manos, y que sólo puedo rehacer con las cenizas de mis recuerdos.


Como agua se han ido estos cuatro años. A diferencia de los episodios anteriores de mi vida, considero que la experiencia aquí ha sido la más fructífera de todas, la que más me ha formado como hombre; la que me ha enseñado más. Me acompañaron por momentos la alegría, la tristeza, la soledad, el gozo y la euforia. Al final, se quedarán las vivas imágenes de mí recorriendo estos desconocidos caminos a los que entré sin temor y de los que salí fortalecido. De entre todos los enfrentamientos que tuve todo este tiempo, el más presente fue el que tuve conmigo mismo. Miré a los ojos a mi miedo, a mis demonios, a lo peor de mí. Saqué también lo mejor; mi parte creadora, mi lado valiente, positivo, aventurero y emprendedor. Hice amigos para siempre y vi caras que jamás olvidaré.

Somos estúpidos al olvidar que las cosas son finitas. Es una de las más grandes limitaciones humanas que impiden que gocemos de cada momento, sea agradable o lamentable, sea triste o memorable. Es un error caer en la falacia de posponer todo para mañana, por creer que seguiremos teniendo lo que hoy tenemos. Es una gran mentira. Cuando vemos el final del túnel nos doblamos, nos rendimos y admitimos por fin nuestra condición de seres mortales. Aceptamos que lo que vivimos hoy ya pasó y no volverá a pasar.
Aférrate a este momento como si fuera el único respiro que tienes. No lo dejes ir. Siéntelo. No vayas a dormir si hay algo que quieres aún hacer el día de hoy. No sabes qué calamidades o cambios te traerá el mundo mientras duermes. No hay mañana, no hay futuro. Sólo existe aquí y ahora. Disfruta el día. Al final, todo futuro se convierte en pasado. A medida que aceptes el inevitable fin de las cosas, podrás gozar más de la vida, sin tener que esperar el momento en que casi todo habrá terminado.


Era un niño cuando me subí a ese avión, que para siempre cambió mi rumbo. Nunca volveré a sentir esa ansiedad de dirigirme por aire a mi destino universitario. Jamás volveré a ser un estudiante de primer año, con aquella inocencia en cada uno de mis actos. No podía imaginar mi vida a los 22 años que ahora tengo, a tres meses de graduarme y de entrar al “mundo competitivo”. Aunque claro, no hay mundo ficticio, ni siquiera en nuestras mentes. Todo lo que habita en nuestras cabezas es una realidad.
Ahora sé que, cuando me vaya de esta universidad norteamericana, habrá muchas personas a las que no volveré a ver jamás. Debo de reconocer mi debilidad como persona y decir que esto me provoca una angustia y tristeza enormes. Siento un profundo dolor desde que hoy desperté. Quiero tener conmigo todos estos inolvidables momentos, todas estas grandiosas personas. Quiero aferrarme a todo eso y quedarme con ello. No puedo, y me frustro. Sólo podrán permanecer en mi corazón.


¿Por qué cometo siempre el mismo error? Mañana lo llamo, mañana la invito, mañana le digo. Ahora no hay mañana. Mañana me voy de este país y, por dejar todo para después, no hice muchas cosas que me hubiera gustado hacer. Y todo por pensar que las cosas siempre serían iguales. Nunca lo son.
Este texto que acabo de encontrar “por casualidad” lo escribí pocos meses antes de terminar la universidad. Esa noche me levantó de la cama una angustia que no me dejaba dormir. El texto mantiene su vigencia, en especial ahora que comienza en la Universidad Complutense de Madrid una nueva edición del Taller de Periodismo Solidario, que dirige el profesor al que envié esta carta en una noche de insomnio.

El mundo educativo reclama nuevas finalidades


Tere Iribarren


Nadie lo ha expresado mejor que Albert Camus en su obra póstuma titulada El primer hombre. Camus vuelve a Argelia a la búsqueda de su infancia, “el había crecido en una pobreza desnuda como la muerte” (p. 61) en un barrio “como un cáncer aciago, exhibiendo sus ganglios de miseria y fealdad” y en “una familia en la que se hablaba poco, donde no se leía ni escribía, una madre desdichada y distraída” (p. 33).

Cuando buscaba su infancia, Albert Camus se encuentra con la figura del maestro, “uno de esos seres que justifican el mundo, que ayudan a vivir con su sola presencia” (p. 39). ··· Ver noticia ···