FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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jueves, 16 de enero de 2020

Cambiando el rumbo - 2º Domingo Tiempo Ordinario, Ciclo A

2 Tiempo ordinario – A (Juan 1,29-34)

JOSÉ ANTONIO PAGOLA

LO PRIMERO

Algunos ambientes cristianos del siglo I tuvieron mucho interés en no ser confundidos con los seguidores del Bautista. La diferencia, según ellos, era abismal. Los «bautistas» vivían de un rito externo que no transformaba a las personas: un bautismo de agua. Los «cristianos», por el contrario, se dejaban transformar internamente por el Espíritu de Jesús.
Olvidar esto es mortal para la Iglesia. El movimiento de Jesús no se sostiene con doctrinas, normas o ritos vividos desde el exterior. Es el mismo Jesús quien ha de «bautizar» o empapar a sus seguidores con su Espíritu. Y es este Espíritu el que los ha de animar, impulsar y transformar. Sin este «bautismo del Espíritu» no hay cristianismo.
No lo hemos de olvidar. La fe que hay en la Iglesia no está en los documentos del magisterio ni en los libros de los teólogos. La única fe real es la que el Espíritu de Jesús despierta en los corazones y las mentes de sus seguidores. Esos cristianos sencillos y honestos, de intuición evangélica y corazón compasivo, son los que de verdad «reproducen» a Jesús e introducen su Espíritu en el mundo. Ellos son lo mejor que tenemos en la Iglesia.
Desgraciadamente, hay otros muchos que no conocen por experiencia esa fuerza del Espíritu de Jesús. Viven una «religión de segunda mano». No conocen ni aman a Jesús. Sencillamente creen lo que dicen otros. Su fe consiste en creer lo que dice la Iglesia, lo que enseña la jerarquía o lo que escriben los entendidos, aunque ellos no experimenten en su corazón nada de lo que vivió Jesús. Como es natural, con el paso de los años, su adhesión al cristianismo se va disolviendo.

Lo primero que necesitamos hoy los cristianos no son catecismos que definan correctamente la doctrina cristiana ni exhortaciones que precisen con rigor las normas morales. Solo con eso no se transforman las personas. Hay algo previo y más decisivo: narrar en las comunidades la figura de Jesús, ayudar a los creyentes a ponerse en contacto directo con el evangelio, enseñar a conocer y amar a Jesús, aprender juntos a vivir con su estilo de vida y su espíritu. Recuperar el «bautismo del Espíritu», ¿no es esta la primera tarea en la Iglesia?

EL PERDÓN. CLAVE DE LA CONVIVENCIA


col ramon hdez
“¡Perdón!” es una palabra que utilizamos con frecuencia para reparar los efectos de las equivocaciones, descortesías o despistes involuntarios con que incomodamos a quien se cruza en nuestro camino, pero que nos resistimos a pronunciar con magnanimidad cuando alguien nos humilla, nos ofende o nos causa severos daños.
Entre cuantos poderes detenta el hombre, sea siervo o señor, actúe de forma legítima o abusiva, el más grande es, seguramente, el de perdonar, poder tan diáfano y limpio que no permite ningún tipo de abuso. Siempre que se perdona se acierta, es decir, nunca se pecará por perdonar demasiado. Los cristianos olvidamos a veces lo de “setenta veces siete” (Mt 21:22).
Las religiones lo atribuyen exclusivamente a Dios. De ahí que el perdón que ellas mismas administran sea considerado facultad delegada y graciosa. En el cristianismo, se trata de una delegación que consta explícitamente en los Evangelios: cuanto atéis o desatéis en la tierra, será atado o desatado en los cielos (Mt 16:19 y Jn 20:23), un mandato que engloba, obviamente, el poder de perdonar.
La imagen evangélica de Dios es la de un padre amantísimo que perdona a sus hijos en toda circunstancia, sin atender siquiera a la gravedad de sus ofensas y fechorías (hijo pródigo: Lc 15:11-32).
Pero no haría falta remontarse tan alto ni apuntar tan lejos para encontrar la razón última del perdón. La facultad de perdonar nace directamente de la condición social de un hombre que no puede vivir en absoluta y total soledad. La convivencia crea roces, genera intereses contrapuestos y diseña atajos a la hora de apropiarse de algún bien. En otras palabras, desencadena conflictos y produce ofensas. Ahora bien, si es de la condición humana cometer abusos y atrocidades, también lo es cubrirlos con un tupido velo, olvidarlos y perdonarlos.
Purificación y perdón
Según la RAE, la catarsis es una “purificación ritual de personas o cosas afectadas de alguna impureza”. Lo malo y lo impuro son dos conceptos enquistados de tal manera en las entrañas de la cultura humana que se filtran por los poros de cualquier ideología y acción hasta invadir las conversaciones ordinarias y las manifestaciones literarias, artísticas y musicales. Porque somos impuros, necesitamos purificarnos; porque somos malos, necesitamos arrepentirnos. Purificación y arrepentimiento van de la mano en todos los ámbitos del comportamiento humano. 
Ahora bien, salvo que se trate de una farsa, ambas acciones requieren penitencia o pago de un tributo por la conducta a rectificar. Penitencia viene de pena y, en cuanto tal, equivale a castigo, concepto este que expresa una extralimitación procedimental, pues nadie debería “castigar” a nadie. Globalmente, el hecho de vivir es ya de por sí una eficaz penitencia, a la que cabe añadir la carga que imponen los Códigos cuando se infringe una ley, y también lo son los remordimientos de conciencia, tan flagelantes, cuando se incumple el imperativo moral.
En el ámbito religioso, penitencia connota ascetismo, austeridad, sacrificio. En general, la penitencia es consustancial a la vida humana, pues va inserta en todo dolor y esfuerzo. En particular, se refiere a la que se impone tras el sacramento del perdón que solo administran los clérigos autorizados. A la postre, la penitencia pone freno a la conducta licenciosa y contrarresta los efectos nocivos de los comportamientos contrarios a los mandamientos y al sentido común; achica los contravalores y agranda los valores de la vida humana.
La confesión
El sacramento de la penitencia, con la exigencia ineludible, tantas veces recordada por la jerarquía eclesial, de la confesión vocal de los pecados al sacerdote, previo un sincero arrepentimiento y el consiguiente propósito de enmienda, se ha impuesto, en el pasado, con fuerza rayana en la obsesión paranoide, a determinados grupos cristianos, como los miembros del clero y de las congregaciones religiosas.
En nuestro tiempo, de mayor autocrítica y de catarsis más recoletas, tales procedimientos se han ido diluyendo poco a poco hasta desaparecer de la vida de muchos cristianos por considerarlos abusivos e innecesarios. Hay movimientos eclesiales que incluso postulan su reducción al ámbito comunitario, a la liturgia penitencial que introduce la celebración de la misa. Estas tendencias, proscritas en los primeros momentos, se van abriendo camino en la práctica cristiana hasta colmar, en la actualidad, las exigencias más irrenunciables de muchos cristianos.
Por otro lado, adelantados hay que, sirviéndose de las modernas comunicaciones, proponen que la confesión verbal tradicional se valide a nivel virtual. Que hoy todavía no se le reconozca valor jurídico a la comunicación virtual entre confesor y penitente no quiere decir que no se llegue a hacer en el futuro, pues uno no acierta a comprender qué añade la presencia física al contacto virtual, sobre todo si se tiene en cuenta que el sacramento de la penitencia, para tener algún valor, ha de consistir mucho más en una dirección espiritual personalizada que en el hecho del perdón en sí, perdón que Dios ofrece a manos llenas a quienes se lo piden, en todo momento y circunstancia.
Perdón universal
Volviendo a lo que en realidad importa, el poder de perdonar lo tiene en realidad todo el que haya sido ofendido de alguna manera. El cristianismo lo reconoce abiertamente cuando en el Padrenuestro se pide a Dios que nos perdone “como nosotros perdonamos”, expresando con ello no similitud de perdones sino deseo de imitar la sublime conducta divina. A veces, deberíamos decir: “perdónanos por no perdonar”. El cristiano que de verdad pide perdón a Dios, al reconocer su condición de criatura que claudica fácilmente a lo más placentero y aparentemente beneficioso, se obliga a reconocer también la de sus semejantes.
Otra cosa es hablar de “pecado” como si Dios pudiera ser ofendido. El concepto de “pecado” nos asoma a una dimensión confusa e incluso de extravío mental, pues a Dios no lo tocamos más que en sus criaturas: pedimos perdón a Dios porque lo ofendemos en sus criaturas. En este contexto, sería de locos atreverse a “perdonar a Dios” por las cosas que nos salen mal o los daños que nos causan sus criaturas. Después de todo, los “pecados” no dejan de ser simples equivocaciones, torpezas o despistes.  
La disposición a perdonar debería estar grabada a fuego en la psique de todo ser humano como contrarréplica a los desaguisados que ocasiona su esencial limitación. Queriendo o sin querer, causamos trastornos a nuestros semejantes por los que debemos pedirles perdón y, si los hubiere, reparar los daños causados. Pero, mientras Dios disculpa y perdona siempre, nosotros a veces nos resistimos a hacerlo o no lo hacemos. Resulta paradójico que muchos cristianos pidan constantemente perdón a Dios y ellos se venguen de quienes los ofenden. El “perdono, pero no olvido”, tan frecuente, es solo un “perdón 0-0”, sin fuerza ni trascendencia.
Quien no perdona es necio y engreído, reniega de su condición de criatura divina y se corta las alas. Pedir perdón y perdonar son poderes que encumbran a quienes los prodigan. Cuanto más duro resulte el perdón, como en los casos de ofensas que remueven las tripas y obnubilan la mente, más engrandece y magnifica. Pedir perdón y perdonar son poderes divinos transferidos al hombre por su condición de tal. De haberlos ejercido como era debido en la trayectoria humana nos habría ahorrado mucho dolor y evitado atroces guerras. Sin el perdón de por medio, pedido y dado, la convivencia humana y la evangelización quedan fuera de juego.

Parte todavía útil del Pentateuco


Antoni Ferret

Redes Cristianas
El Pentateuco, primeros 5 libros de la Biblia, contiene:
Unos mitos muy antiguos, sobre un supuesto origen del mundo y del pueblo de Israel; una Narración mítica sobre una supuesta estancia de los israelitas en Egipto y su salida gloriosa; y un cúmulo de legislación israelita muy propio de la época de los siglos X-V aC. Pero, además, tenemos un Decálogo básico y un conjunto de leyes y prescripciones sociales de la misma época. Podemos decir que casi todos los textos del Pentateuco cumplieron una importante función durante determinadas épocas, y que ahora los deberíamos considerar debidamente «amortizados». En cambio, todavía nos son útiles y necesarios: el Decálogo, los principios sociales y la moral sexual, textos que intento presentar en este escrito.

El Tribunal Supremo se enroca


Javier Pérez Royo

De la misma manera que el Tribunal Supremo (TS) se resistió a aceptar que Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Toni Comín adquirieran la condición de diputados europeos y no lo ha conseguido, también se resiste a aceptar la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) que les reconoció dicha condición con efectos distintos para cada uno de ellos. ··· Ver noticia ··

Una enorme metedura de pata cardenalicia que nada tiene que ver con la Iglesia africana


cardenal sarahSarah intentó involucrar a Ratzinger en los ataques a Francisco
Para un Cardenal que ha jurado fidelidad al Papa, publicar un escrito que crea un ambiente de sospecha contra quien es su superior inmediato es un verdadero disparate, y mas intentando involucrar a Benedicto XVXI, con quien Francisco siempre ha tenido un trato exquisito. ··· Ver noticia ··

El libro ‘de Ratzinger’ contra Francisco no es de Ratzinger y acaba por beneficiar al papa Bergoglio


Jesús Bastante

Papa BenedictoEl intento por presionar a Francisco para que frenara el documento que habla de ordenar curas casados en la Amazonía no ha surtido efecto
La polémica por el libro ha obligado al cardenal Robert Sarah a reconocer que el ex sumo pontífice no lo escribió con él ni sabía de su publicación
Los ‘enemigos’ de Bergoglio quedan en una situación delicada: Sarah en el papel de mentiroso o traidor, y el secretario de Ratzinger como nexo en las intrigas contra el actual Papa ··· Ver noticia ··

Benedicto XVI aclara que él no es autor del libro en el que aparece como coautor con el cardenal Sarah y en el que se enfrenta al Papa


Juan Cejudo, miembro de MOCEOP y de Comunidades Cristianas Populares

cardenal sarahBenedicto XVI, ante el escándalo que se ha producido en todo el mundo, en el que aparece como coautor, junto con el muy crítico con el Papa Francisco, cardenal Sarah, ha dado orden a su secretario particular para que difunda a toda la prensa lo siguiente:
“Puedo confirmar que esta mañana, por indicación del Papa emérito, he pedido al cardenal Robert Sarah que se ponga en contacto con los editores del libro y les pida que retiren el nombre de Benedicto XVI como coautor del libro mismo, y también que retiren su firma de la introducción y las conclusiones”. ··· Ver noticia ···

Una ética del respeto ilimitado

Leonardo Boff
BoffLa producción de un programa humorístico por el Grupo Porta dos Fundos que habría sugerido una eventual relación homoafectiva de Jesús y las reacciones negativas de muchos, incluida una bomba contra el local de Porta dos Fundos, nos invitan a hacer una reflexión sobre el respeto. Este, el respeto, es uno de los ejes básicos de la ética en cualquier cultura y es también necesario para la convivencia pacífica de las diferencias dentro de un Estado Democrático de Derecho.
Para enriquecer la discusión que concierne también a un ministro STF, un ministro del STF que liberó el programa humorístico después de ser prohibido por otro juez, conviene proponer las reflexiones de un pensador que, más que nadie, profundizó la cuestión del respeto: Albert Schweitzer (1875-1965). Era originario de Alsacia, un renombrado exégeta bíblico y un conocido concertista de Bach.
Como consecuencia de sus estudios sobre el mensaje y la ética de Jesús, especialmente el Sermón de la Montaña, que da centralidad al pobre y al oprimido, resolvió abandonar todo, estudiar medicina y marchar a África en 1913 como médico en Lambarene (Togo), exactamente en aquellas regiones que habían sido dominadas y explotadas furiosamente por los colonizadores europeos.
Dice explícitamente en una carta, que “lo que necesitamos no es enviar allí misioneros para convertir a los africanos, sino personas dispuestas a hacer para los pobres lo que hay que hacer, si es que el Sermón de la Montaña y las palabras de Jesús tienen algún valor. Si el Cristianismo no realiza eso, ha perdido su sentido. Después de haber reflexionado mucho, ha quedado claro para mí que mi vida no es la ciencia ni el arte, sino ser un simple ser humano que, en el espíritu de Jesús, hace alguna cosa, por pequeña que sea” (A. Schweitzer, Wie wir überleben können, eine Ethik für die Zukunft, 1994, p.25-26).
En su hospital del interior de la selva tropical, entre la atención a un paciente y a otro, tenía tiempo para pensar sobre los destinos de la cultura y de la humanidad. Consideraba la falta de una ética humanitária como la mayor crisis de la cultura moderna. Dedicó años al estudio de las cuestiones éticas y escribió varios libros, siendo el principal El respeto ante la vida (Ehrfurcht vor dem Leben).
Todo en su ética gira alrededor del respeto, de la veneración, de la compasión, de la responsabilidad y del cuidado hacia todos los seres, especialmente hacia aquellos que más sufren.
El punto de partida para Schweitzer es el dato proto-primario de nuestra existencia, la voluntad de vivir que se expresa: “Yo soy vida que quiere vivir en medio de vidas que también quieren vivir” (Wie wir überleben können,73). A la “voluntade¡ de poder” (Wille zur Macht) de Nietszche, Schweitzer contrapone la “voluntad de vivir” (Wille zum Leben). Y continúa: “La idea-clave del bien consiste en conservar la vida, desarrollarla y elevarla a su máximo valor; el mal consiste en destruir la vida, perjudicarla e impedir que se desarrolle. Este es el principio necesario, universal y absoluto de la ética” (Ehrfurcht .52 e 73).
Para Schweitzer, las éticas vigentes son incompletas porque tratan solamente de los comportamientos de los seres humanos frente a otros seres humanos y olvidan incluir a todas las formas de vida. El respeto que debemos a la vida “engloba todo lo que significa amor, donación, compasión, solidaridad y compartir” (op. cit. 53).
En una palabra: “la ética es la responsabilidad ilimitada por todo lo que existe y vive” (Wie wir überleben,52 e Was sollen wir tun, 29).
Como nuestra vida es vida con otras vidas, la ética del respeto deberá ser siempre un con-vivir y un con-sufrir (miterleben und miterleiden) con los otros. En una formulación suscinta afirma: “Tu debes vivir conviviendo y conservando la vida, este es el mayor de los mandamientos en su forma más elemental” (Was sollen wir tun, 26).
De esto deriva comportamientos de gran compasión y cuidado. Interpelando a sus oyentes en una homilía proclama: “Mantén tus ojos abiertos para no perder la ocasión de ser un salvador. No pases de largo, inconsciente, del pequeño insecto que se debate en el agua y corre peligro de ahogarse. Toma un palito y sácalo del agua, sécale sus alitas y experimenta la maravilla de haber salvado una vida y la felicidad de haber obrado a cargo y en nombre del Todopoderoso. Al gusano que se perdió en el camino duro y seco y no consigue hacer su huequecito, sácalo de ahí y ponlo en medio de la hierba. ‘Lo que hicísteis a uno de estos más pequeños, a mi me lo hicísteis’. Estas palabras de Jesús no valen solo para nosotros los humanos sino también para las más pequeñas de las criaturas” (Was sollen wir tun, 55).
La ética del respeto de Albert Schweitzer une inteligencia emocional con inteligencia racional. Todo lo que impida el respeto de unos a otros, debilita la convivencia social. Nadie tiene el derecho de constreñir a otro con su falta de respeto. Todas las libertades tienen sus límites impuestos por el respeto.
El mayor enimigo de la ética del respeto es el embotamiento de la sensibilidad, la inconsciencia del valor fundamental del respeto ilimitado. Incorporando el respeto, el ser humano alcanza el grado más alto de su humanidad.
Si no respetamos a todo ser, acabamos no respetando al ser más complejo y misterioso de la creación que es el ser humano, hombre y mujer, particularmente el más vulnerable, el pobre, el enfermo y el discriminado. Sin el respeto y la veneración perdemos también la memoria de lo Sagrado y de lo Divino que atraviesan el universo y que emergen, de algun modo, en la conciencia de cada uno.

*Leonardo Boff es teólogo, filósofo y escritor.

Traducción de Mª José Gavito Milano

Fernando García Sánchez, nuevo Provincial de Santiago el Mayor

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El Rector Mayor de los Salesianos ha nombrado al salesiano sacerdote Fernando García Sánchez nuevo Provincial de la Inspectoría Salesiana Santiago el Mayor, con sede en Madrid, para el sexenio 2020-2026.


El Rector Mayor de los Salesianos ha nombrado a Manuel Fernando García Sánchez nuevo Provincial de la Inspectoría Salesiana Santiago el Mayor, con sede en Madrid, para el sexenio 2020-2026. El nuevo Inspector sustituirá a Juan Carlos Pérez Godoy, quien asumió este mismo cargo en junio de 2014.

Fernando García (Madrid, 1974), que asumirá su cargo a finales del próximo mes de mayo, era en la actualidad miembro del Consejo Provincial y Coordinador inspectorial de Escuelas de Salesianos Santiago el Mayor. Hizo su primera profesión religiosa en Arévalo el 16 de agosto de 1993, y fue ordenado sacerdote en Madrid - Paseo de Extremadura el 19 de junio de 2004.

El nuevo Provincial obtuvo la Licenciatura en Filosofía y Letras en la Universidad Pontificia de Salamanca y el Bachillerato en Teología en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma, en donde también cursó estudios de Pastoral Juvenil. Ha sido coordinador de pastoral, director del centro juvenil y coordinador de deportes en la Casa salesiana de Soto del Real, así como director de Salesianos Aranjuez y Salesianos Atocha.

Provincia salesiana Santiago el Mayor
En España, existen dos circunscripciones salesianas (inspectorías o provincias): Santiago el Mayor, con sede en Madrid, y María Auxiliadora, con sede en Sevilla. La de Santiago el Mayor agrupa las obras salesianas de Asturias, Cantabria, Castilla La Mancha, Castilla y León, Galicia, La Rioja, Madrid, Navarra y País Vasco.

Son 54 comunidades con 523 salesianos que animan 36 colegios, 22 centros de Formación Profesional, 44 centros juveniles, 30 parroquias y más de 70 proyectos de intervención social en las plataformas sociales. Un trabajo educativo y pastoral que es posible gracias a la dedicación de unos 6.000 educadores y animadores que atienden a alrededor de 64.000 jóvenes en las diferentes obras salesianas.

¿A qué se enfrenta la humanidad con la política exterior de los Estados Unidos?


Óscar Ugarteche

TrumpEn los últimos tres meses, se han producido tres acontecimientos significativos en términos de política exterior de Estados Unidos:
El primero fue el golpe militar en octubre, respaldado por EE.UU. en Bolivia. Dijo el Presidente Trump: “Estados Unidos aplaude al pueblo boliviano por exigir la libertad y al ejército boliviano por cumplir su juramento de proteger no sólo a una persona, sino la Constitución de Bolivia. Estos eventos envían una fuerte señal a los regímenes ilegítimos de Venezuela y Nicaragua de que la democracia y la voluntad del pueblo siempre prevalecerán. Ahora estamos un paso más cerca de un Hemisferio Occidental completamente democrático, próspero y libre”. (Sitio web de la Casa Blanca: Declaración del presidente Donald J. Trump sobre la renuncia del presidente boliviano Evo Morales emitida el: 11 de noviembre de 2019)··· Ver noticia ··

El cardenal Sarah utilizó a Benedicto XVI para orquestar una nueva campaña contra Francisco


Papa1El Papa emérito no escribió, ni vio, ni autorizó un libro a cuatro manos con el cardenal Sarah
Elisabetta Piqué (La Nación) y Juan Vicente Boo (ABC) aseguran que Sarah urdió una trama para atacar a Bergoglio
“Desde hace meses, Benedicto XVI no está en condiciones de escribir y apenas de hablar, como han constatado personas que le visitan”
Todo parece indicar una grave manipulación de Benedicto XVI por parte del cardenal guineano, prefecto de la Liturgia y uno de los principales opositores visibles a Francisco, en connivencia con su publicista, Nicolas Diat, junto con las editoriales Fayard de Francia, Ignatius Press de Estados Unidos y Cantagalli de Italia ··· Ver noticia ··

El libro sobre el celibato: una aclaración de Monseñor Gänswein


Papa1El Prefecto de la Casa Pontificia y secretario particular del Papa emérito declaró que Benedicto XVI no había autorizado la doble firma como coautor del ensayo del Cardenal Sarah.
Monseñor Georg Gänswein, Prefecto de la Casa Pontificia y secretario particular del Papa emérito ha emitido a las agencias KNA y ANSA una declaración acerca del libro sobre el celibato que se publicará mañana en Francia con las firmas de Benedicto XVI y del cardenal Robert Sarah.··· Ver noticia ··

El discurso medieval de la ultraderecha española arrastra también a la Iglesia católica


José Antequera

Ricardo BlazquezUna vez más, como ya ocurrió durante los 40 años de franquismo, los obispos asumen los planteamientos de la extrema derecha
La Iglesia católica española también está virando a la derecha. Son los signos de los tiempos que corren. Atrás quedan aquellos años del Concilio Vaticano II, cuando la jerarquía eclesiástica se bajó de los altares para humanizarse, adaptarse a los nuevos tiempos y abrirse al mundo. Fue una auténtica revolución que sacó el oscuro latín medieval de los púlpitos y trató de acercar a Dios al ser humano.··· Ver noticia ···

HAY UNA FORMA DE NO AMAR AL PRÓJIMO UN POCO ESCONDIDA. ES LA INDIFERENCIA


col masotti

(Vatican News).- La lectura, tomada de la Primera Carta de San Juan Apóstol, gira enteramente en torno al tema del amor y es sobre este tema que el Papa Francisco invita a la reflexión en su homilía de la misa matutina en la Casa Santa Marta. El apóstol, dice, comprendió lo que es el amor, lo experimentó, y entrando en el corazón de Jesús, comprendió cómo se manifestaba. En su Carta, entonces, nos dice cómo amamos y cómo hemos sido amados.
Dios nos amó primero
Hay dos afirmaciones que el Papa define como "claras". La primera es el fundamento del amor: "Amamos a Dios porque Él nos ha amado primero". El principio del amor viene de Él. "Yo empiezo a amar, o puedo empezar a amar - dice el Papa - porque sé que Él me ha amado primero". Y continúa: "Si no nos hubiera amado, ciertamente no podríamos amar". Francisco da entonces un ejemplo:
Si un recién nacido, de pocos días, pudiera hablar, seguramente explicaría esta realidad: "Me siento amado por los padres". Y lo que los padres hacen con el niño es lo que Dios hizo con nosotros: nos amó primero. Y esto hace nacer y hace crecer nuestra capacidad de amar. Esta es una clara definición de amor: podemos amar a Dios porque Él nos amó primero.
Quien dice que ama a Dios pero odia al hermano, miente
La segunda cosa que el Apóstol dice "sin medias palabras" es ésta: "Si alguno dice: 'Yo amo a Dios' y odia a su hermano, es un mentiroso". El Papa señala que Juan no dice que es un "mal educado", o "uno que se equivoca", dice "mentiroso" y también nosotros debemos aprender esto:
Yo amo a Dios, rezo, entro en éxtasis... y luego descarto a los demás, los odio o no los amo, simplemente, o soy indiferente a los demás... No dice: "te equivocaste", dice "eres un mentiroso". Y esta palabra de la Biblia es clara, porque ser un mentiroso es la forma de ser del diablo: es el Gran Mentiroso, nos dice el Nuevo Testamento, es el padre de la mentira. Esta es la definición de Satanás que nos da la Biblia. Y si dices que amas a Dios y odias a tu hermano, estás del otro lado: eres un mentiroso. No hay concesiones en esto.
Descartados
Muchos pueden encontrar justificaciones para no amar, algunos pueden decir " Yo no odio, Padre, pero hay muchas personas que me hieren o que no puedo aceptar porque son maleducadas o groseras". Y el Papa comenta subrayando la concreción del amor indicada por Juan cuando escribe: "Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto”. Y afirma: "Si no eres capaz de amar a las personas, desde las más cercanas hasta las más lejanas, no puedes decirnos que amas a Dios: eres un mentiroso".
El amor es concreto y cotidiano
Pero no sólo existe el sentimiento de odio, sino que también puede existir la voluntad de no "entrometerse" en las cosas de los demás. Pero esto no es bueno, porque el amor "se expresa haciendo el bien":
Si una persona dice: "Yo, para estar bien limpio, sólo bebo agua destilada": ¡morirás!, porque eso no sirve para la vida. El verdadero amor no es agua destilada: es el agua de todos los días, con los problemas, con los afectos, con los amores y con los odios, pero es esto. Amar la concreción, el amor concreto: no es un amor de laboratorio. Esto nos enseña, el Apóstol, con estas definiciones tan claras. Pero hay una forma de no amar a Dios y de no amar al prójimo un poco escondida, que es la indiferencia. "No, no quiero eso: quiero agua destilada. No me meto en los problemas de los demás". Tú debes, para ayudar, para rezar.
El Papa Francisco cita a continuación una expresión de San Alberto Hurtado que decía: "No hacer el mal es bueno; pero no hacer el bien, es malo". El verdadero amor "debe llevar a hacer el bien (...), a ensuciarte las manos en las obras de amor".
A través del camino de la fe conquistamos el mundo
No es fácil, pero a través del camino de la fe existe la posibilidad de superar el mundo, la mentalidad del mundo "que nos impide amar". Este es el camino, dice de nuevo el Papa, "aquí no entran los indiferentes, los que se lavan las manos de los problemas, los que no quieren inmiscuirse en los problemas para ayudar, para hacer el bien; no entran los falsos místicos, los de corazón destilado como el agua, que dicen que aman a Dios pero prescinden de amar al prójimo", y concluye: "Que el Señor nos enseñe estas verdades: la certeza de haber sido amados primero y la valentía de amar a los hermanos".

JORGE COSTADOAT: "A MI JUICIO, LA SITUACIÓN DE LA MUJER EN LA IGLESIA ES UN PECADO"


col costa

Reputado teólogo jesuita, el chileno Jorge Costadoat ha participado en el Seminario organizado en Caracas para visibilizar lo que el Papa impulsa a nivel teológico. Le entrevistamos para saber su opinión sobre el pontificado de Francisco, en el que ve más urgente y fundamental "colocar a los pobres en el centro" y cuidar a la comunidad que reformar la curia. La aprobación de los viri probati, por otra parte, confiesa que le parece "más que razonable", como la ordenación sacerdotal de la mujer. Por último va a darnos su punto de vista sobre el estallido social en Chile, consecuencia del "neoliberalismo salvaje", que ha pillado a la Iglesia "sin autoridad moral" para intervenir en el problema.

¿Esta convocatoria de teólogos es, al final, un acto de apoyo al Papa?
Sí, nosotros estamos en sintonía con lo que el Papa está impulsando. Una reforma en distintos niveles. Una reforma del corazón, de lo que Dios hoy día quiere decir a su Iglesia. En ese sentido, nosotros estamos colaborando humildemente con este movimiento. A mí concretamente me ha tocado la ponencia sobre La conversión pastoral a los signos de los tiempos. Esto quiere decir que, cuando se habla de conversión pastoral, lo fundamental no es entender que es una renovación de los métodos para transmitir el mensaje más fácilmente, sino que es más profundo: Dios quiere una conversión que tiene que ver con todo ser humano, no solo con el desarrollo de una pastoral de parroquia o iglesia local... Esto es lo que Dios le está diciendo al ser humano, y requiere una atención mucho mayor, contando con que todos los seres humanos, en principio, están condicionados para oír la Palabra de Dios.
¿Para plasmar después esa conversión en las estructuras pastorales?
Exactamente. Si uno tiene en cuenta, por ejemplo, que hoy el signo de los tiempos tiene que ver con la conciencia planetaria, el peligro ecológico de devastación de la tierra... Si uno tiene en cuenta que Dios le está diciendo a todo ser humano que hay que poner atención, eso en la pastoral tendría que tener un lugar muy importante.
"La Iglesia, institucionalmente considerada, ha perdido su capacidad de reforma"
¿Cómo se inserta eso en la pastoral?
Por lo pronto, en la catequesis, que tendría que integrar transversalmente ese tema. Desde un punto de vista teórico y práctico, enseñar a los niños a descubrir que Dios, el Creador del Universo, es el que cuida a toda la humanidad y a todos los seres vivos de este planeta, pero que las personas pueden involucrarse en ese cuidado.
¿Porque eso hasta ahora no está en los planes de catequesis?
No sé, puede que en algunos. Lo importante es que esté, tiene que estar para que hablemos hoy pastoralmente de cuidar este planeta. Esto hace quinientos años no era tema, pero hoy sí es un tema muy importante. La mujer, las migraciones... Son otros grandes signos de los tiempos, que tendrían que estar incorporados en la pastoral de la Iglesia.
¿No estamos llegando ya tarde a la implantación de esos temas? El feminismo, por ejemplo, en la sociedad está mucho más asentado que en la Iglesia, que desconfía desde su jerarquía.
Claro, estamos tarde.
Esa actitud, ese discurso que lo reduce a "ideología de género"...
Ya... Pero nunca es tarde, y este Papa está impulsando cambios en esa dirección. Creo que, en lugar de dejarlo solo, es importante sumarse.
¿Está cuajando este Primavera del Papa, sus reformas?
Hablando desde América Latina, mi impresión es que en amplios sectores de la Iglesia los gestos del Papa son energía para ir más allá de lo establecido, del establishment eclesiástico. Todo eso que está cambiando ha sido bien recibido por el pueblo católico en general y no solamente por los católicos. Se recibe como necesario. Ahora, a veces uno entiende que el Papa no puede ir más rápido, como uno quisiera, pero por lo mismo no se le puede dejar solo.
Eso tiene que ser difícil para él: el equilibrio. No dejarse retrasar por la facción de la Iglesia que no quiere avances ni por una izquierda radical que lo que quiere es que vaya a toda prisa. ¿Cómo encontrar el justo medio?
Es complicado para una Iglesia que tiene una tradición de dos mil años y que tiene que avanzar a pesar de ella.
Y que es muy diferente dependiendo del contexto.
Está en continentes muy distintos, en situaciones muy diferentes. No es lo mismo en África que en Asia, en Europa, en América Latina... Pero un Papa tiene que avanzar con todo. Con una tradición de dos mil años no puedes sino avanzar con cuidado. Pero avanzar, aunque sea lentamente. Si no avanza, estamos mal. Este Papa está siendo bastante audaz, llevando la cuestión a lo principal: anunciar el Evangelio a los pobres, acompañar a los últimos.
¿Eso se está consiguiendo? ¿Colocar a los pobres en el discurso teórico, pero además en la praxis de la institución? Porque me da muchas veces la sensación de que hablamos mucho de pobres, pero solo en la teoría.
Sí. La palabra se gasta. La opción preferencial por los pobres no hay que gastarla en la palabra. En América Latina, todo el mundo la invoca. Pero en la práctica no todos la establecen. Pero muchas veces eso se traduce en acciones concretas de un modo muy discreto, como tiene que serlo según el mandato evangélico. Hay mucha acción de cristianos que no están preocupados por aparecer en nada, pero que están en situación de solidaridad, de compromiso, en comunidades pequeñas o parroquias. Son opciones personales de ayudar a la gente.
¿Y a nivel de estructura clerical? ¿Los curas os estáis convirtiendo de verdad?
No sé... A mí, si me coge el Padre Eterno al final de mi historia... No sabría sacar la cuenta. Luego no sabría decir qué es lo que hacen los demás...
Pero cuando el Papa habla de clericalismo, por ejemplo, ¿el clericalismo se va revirtiendo?
Un poco. Pero creo que eso viene de la formación de los sacerdotes, profundamente clerical. Hay que cambiar radicalmente porque venimos de la Cristología que se enseñaba antes del Concilio. Los manuales que estudiábamos, los tratados... desembocan en que la figura de Cristo es sumo y eterno sacerdote, que se cumple en la Eucaristía, donde hay un sacerdote. Esa es, con lo cual, la máxima expresión del cristianismo: alguien que representa a Cristo y celebra la misa. Ese es el fundamento de todo clericalismo. Lo dicen los informes de Australia, de los alemanes, de todas partes. Se concluye que gran parte de los abusos sexuales que se han cometido tienen que ver con este fenómeno del clericalismo. Un personaje que es un "semidios", que tiene una trascendencia... es una persona en peligro de establecer relaciones asimétricas, captando la libertad personal de los fieles, dejándolos en una mala situación, de sumisión y no libertad.
Esa mentalidad del clero se filtra en la estructura a través del carrerismo.
Claro, y en todas direcciones. Lo que el sacerdote supuestamente sabe se ha interiorizado tanto que vivimos clericalizados: el sacerdote enseña. Nosotros pensamos que el sacerdote es el que camino con el pueblo en una relación de enseñanza-aprendizaje recíprocos. Queremos romper con la idea de que el sacerdote es el referente de la cristiandad. Todos lo somos. Todos podemos caminar, ayudarnos, enseñarnos.
Eso nos lleva al Sínodo y a los nuevos ministerios.
Exactamente. Se ha empezado a hablar en el Sínodo pero el problema es que no conozco el documento final. La cuestión es que los seminarios siguen formando en este registro: forman a sacerdotes que sentencian. Entonces, no vamos a terminar con este modo de relacionarse, de ministro sobre resto del pueblo.
¿Habría que romper la forma en que se está formateando al clero desde el seminario?
Sí, es lo principal. De lo contrario, puede ser que un sacerdote caiga en la cuenta de que su modo de relación con los demás es totalmente unilateral, vertical. Uno como sacerdote debe tomar cada vez más conciencia de que eso es así, una realidad que puede ser tremendamente problemática.
¿Los obispos podrían urgirlo, ya que el Papa se lo está exigiendo a ellos?
El Papa ha urgido a los obispos de todos lados. En Santiago, cuando el Papa les habla a los obispos en privado, sabemos que les dice esto: basta de clericalismo. Entonces, es un trabajo que todos, obispos y sacerdotes, tenemos que hacer. Caer en la cuenta de que nosotros tenemos un impacto enorme en la vida de la gente. Sin caer en la cuenta de que eso es así, nosotros vamos a actuar inconscientemente, como si nada pasara, y podemos atropellar a la persona que nos escucha. La toma de conciencia es fundamental. Debemos hablar de una conversión en esta dirección: entender que uno tiene que dar el paso de retirarse para que las otras personas empiecen a actuar con libertad, probando, equivocándose. Poder, entonces, ser sujetos reales de su Iglesia.
Eso sería una revolución.
Eso ha empezado a construirse en América Latina y creo que también en Europa. Ha empezado en distintas partes. En las comunidades de base, por supuesto. No siempre, pero a veces sí. Mi experiencia es esa: un sacerdote tiene que cuidar la comunidad, cuidar de que la comunidad crezca y las personas desarrollen su capacidad de ser responsables de sí mismas, de los otros y de la comunidad. Evitar que se produzcan conflictos...
¿Las parroquias están cambiando en ese sentido?
No, pero es lo que creo, lo digo con ignorancia porque no lo sé... Lo desearía, pero... No tengo muchas señales.
¿Y las curias diocesanas?
No tengo idea.
¿Y la curia romana?
No creo.
¿Se puede cambiar la curia? ¿Por qué parece imposible cambiar la curia romana?
Uno de los problemas que tenemos es que la Iglesia, institucionalmente considerada, ha perdido su capacidad de reforma.
¿Por?
Porque se ha institucionalizado tanto que es muy difícil de reformar. Todos los papas han tenido dificultades para hacer la reforma de la curia. Además de que me parece, por otro lado, que esa no es la reforma fundamental. Hacer una curia mejor puede ser todavía más complicado cuando un cristianismo reaccionario se dirige a Asia, África y América Latina. Nosotros no necesitamos una mejor curia: necesitamos que nos dejen tranquilos. Que nos permitan desarrollarnos como Iglesias continentales que somos. Y, para eso, no necesitamos Roma. Para eso Roma es un estorbo. Déjennos desarrollarnos, tener nuestras propias organizaciones. Que la curia romana esté al servicio de potenciar los cristianismos regionales en vez de al servicio de mejorar el mecanismo que lo sigue centralizando todo. A este respecto, asumo el planteamiento de Rahner. Él abunda en que la Iglesia, en un futuro, se desarrolle como en la antigüedad: mediante cristianismos diversos, comunidades que tenían sus modos de ser particulares.
"En América Latina queremos que la curia romana esté al servicio de potenciar los cristianismos regionales en vez de al servicio de mejorar el mecanismo que lo sigue centralizando todo"
¿Ese es el poliedro del que habla Francisco? De unidad en la diversidad...
Esa sería la idea, en el fondo. La idea no es perfeccionar la Iglesia romana. A mí cuando se habla de reforma de la curia, no me entusiasma mucho. A ver si nos van a hacer más romanos todavía... No, basta.
¿Satisfecho con los resultados del Sínodo?
Esta vez no lo he seguido tanto como la anterior. Amoris laetitia lo seguí al pie de la letra. Pero las cosas que he leído me han gustado. Un sínodo en relación a Laudato Si. Con esto el Papa está atinando: es el signo de los tiempos número uno, es la toma de conciencia mundial porque, por primera vez, la humanidad está en peligro de desaparecer. Y de destruir, también, otras formas de vida.
Y además da la sensación de que ese mensaje del Papa está calando a nivel global.
Claro, en los gobiernos. A mí me llamó la atención que muchas de las peticiones en estas conferencias venían de sectores no eclesiales, porque partidos políticos, organismos públicos... se han sorprendido de que la Iglesia se haga cargo de esto. El Sínodo de la Amazonía ha estado en la misma dirección, y su importancia, en este caso, me parece que ha sido el cuidado de los pueblos originarios. Porque realmente da mucha pena pensar que esta devastación forestal implica el genocidio de esos pueblos.
Una deuda histórica, además, que se tenía como institución, desde la colonización. La opresión de esos pueblos se hizo en nombre de la cruz.
Claro. Y lo interesante es que han despuntado en América Latina otro tipo de mártires, que son los mártires ecológicos. En Brasil tenemos el caso de la religiosa Dorothy Stang. Pero habría que buscar los datos de los múltiples mártires ecológicos, cristianos o no cristianos... Te puedo asegurar que en América Latina son muchos. Y donde hay martirio, hay cristianismo.
¿Por qué le cuesta tanto al establishment eclesiástico asumir esa parte indigenista? Montaron un cirio por una imagen de la Pachamama... No sé si estás al corriente de ese rito que tuvo el Papa en los jardines vaticanos en el que hubo una figura de la Pachamama que tildaron de ídolo.
A veces la Teología se pasa de apologética y provinciana, no asumiendo los últimos desarrollos teológicos. Por ejemplo, hay que entender que Cristo no es lo mismo que el cristianismo. Cristo está en muchas culturas y religiones, media en espiritualidades que no son solo la católica... La paradoja es que, en esa relación de evangelización de otros pueblos, Cristo ha estado del lado del evangelizado y no del evangelizador. Cristo crucificado ha padecido al evangelizador. Esa separación entre Cristo y cristianismo me parece fundamental, y eso mucha parte del clero y los obispos no lo tenemos claro. Hemos sido formados para evangelizar como quien lleva la verdad a los demás y no como alguien que está dispuesto a encontrar la verdad de Cristo en los otros.
Sigue muy vigente eso de que fuera de la Iglesia no hay salvación.
Sí. Muchos se la creen. A lo mejor no lo andan anunciando, pero actúan como si eso fuera verdad.
Lo de los viri probati. ¿Llegamos tarde, es una escapatoria...?
A mí sí me parece muy importante esta cuestión, porque es una experimentación que, para empezar, responde a una necesidad real. El 70% de las comunidades en Brasil no tienen Eucaristía, porque hoy solo la celebran los sacerdotes. Esas comunidades tienen sus coordinadores, a veces una religiosa, un laico, un diácono... y tienen sus actividades. Entonces, me parece muy razonable que haya un cristiano que tenga una vida ordenada, que sea una persona seria, que aporte a la comunidad... que pueda recibir el sacramento del orden y pueda celebrar la Eucaristía en su comunidad. Me parece muy bien e, incluso, mejor que un chiquillo que entra en un seminario aculturado y lo meten de nuevo a otras comunidades, como si nada...
El tema aquí pendiente es el de la mujer. Ordenamos varones para solucionar un problema, ¿y qué pasa con la mujer? Sigue siendo postergada, aunque es interesante que en el sínodo haya habido una indicación razonable y consistente de que se siga estudiando el diaconado femenino.
Dentro se tiene miedo y, desde fuera, no se entiende. Se está llegando tarde y, encima, todavía se duda.
Sí, porque hay presiones gigantescas de algunos sectores.
¿Más que sobre el celibato?
Sí. Hay prejuicios machistas muy asentados en el clero. Hay partes de la Iglesia que no quieren cambios. A veces no podemos avanzar mucho en cuestiones doctrinales porque nos dejan de financiar este u otro proyecto... Esto es así: hay resistencias de los sectores más conservadores de la Iglesia a abrirnos a los signos de los tiempos a través de estas cuestiones de actualidad. Hoy se nos está diciendo que la situación de la mujer en la Iglesia no da para más, debe renovarse... hay que alcanzar esa dirección. A mi juicio, la situación de la mujer en la Iglesia es un pecado. No puede ser que la mujer no participe en ninguna decisión importante de la Iglesia Católica. Se dice que, claro, la mujer es la coordinadora en las comunidades de base... Eso es pura demagogia, como lo son las alabanzas a la mujer, a la mamá que transmite la fe... Todas esas alabanzas no las cree nadie. Es una vergüenza que la mujer en la Iglesia no pueda elegir un Papa.
"Las alabanzas a la mujer, a la mamá que transmite la fe... Todas esas alabanzas no las cree nadie, mientras la mujer no puede participar en la toma de decisiones de la Iglesia"
Cuando, además, no afectaría a la doctrina.
La Iglesia tiene una tradición a partir de la que, con el Espíritu Santo, puede sentir qué es lo que Dios quiere en cada época, y formular y reformular la doctrina. Así lo ha hecho en dos mil años. No veo problema en que se siga haciendo, y hay bastantes argumentos teológicos para que se piense que, hoy por hoy, la mujer tiene que ser ordenada sacerdote.
Cuando amenazan de cisma las partes más resistentes, ¿es creíble esa amenaza?
Sí. Pero no por miedo al cisma uno va a dejar de avanzar. La historia dirá. Uno tiene que hacer lo que cree que le corresponde hacer. Si hay gente que se va, lamentable. Es muy lamentable porque la unidad católica siempre ha sido un bien que los católicos tenemos en alta estima, pero no a cualquier precio.
Pasando a Chile, a lo que está pasando, ¿cuál es la síntesis?
En primer lugar, hay que tener la cautela de decir que no sabemos exactamente qué es lo que ha pasado, porque es un fenómeno muy especial.
Pero allí se ha vivido en primera persona.
Incluso entre los que estamos en Chile, los mejores comentaristas son los cautos. Los que no se apuran a decir "Esto es lo que ha pasado". Va a requerir algún tiempo hasta que las aguas se aquieten y podamos discernir. Con todo, hay algunos datos que son irrebatibles: Chile tiene un problema de desigualdad muy importante.
¿Más que otros países?
Más que otros países. Chile ha logrado superar la pobreza en treinta años, de un modo increíble. Ha bajado en treinta años de 48 a 10% los índices de pobreza. Otras países de América Latina también lo han hecho. Pero la desigualdad es espectacular, ha disminuido poco. Y además la percepción es que la conciencia de desigualdad ha permanecido o crecido, al margen de lo que digan las cifras. La media de la población vive con sueldos muy discretos (no se puede decir que porque hayan superado la pobreza están bien) y condicionada por dos fenómenos: estar en una sociedad de consumo, en la que la gente consume permanentemente, y estar endeudados, porque para consumir adquieren deudas que enredan y que hacen que terminen pagando cifras mucho más altas. Entonces, ahí se ha producido un malestar muy grande, que tiene que ver con el modo neoliberal de organizar la sociedad chilena, mediante el que las personas han quedado expuestas a las empresas.
Llega el Niño del pesebre y ¿qué dice a nuestra convulsionada América latina?
¿Eso se pensó estratégicamente, la aplicación de un capitalismo duro, con la receta neoliberal?
Sí, fue un acto de fe de los economistas de Pinochet. Creyeron que el neoliberalismo de la Escuela de Chicago iba a producir un crecimiento que se traduciría en una abundancia económica que bendeciría a todo el mundo. Pero fue un acto de fe muy simplón y peligroso porque en Chile la salud, en gran parte, está entregada a la empresa privada. Los servicios de agua, electricidad... Las pensiones no son públicas, son en el fondo un sistema de ahorro individual. No hay un pilar de solidaridad. ¿Qué pasa con las personas que, durante años, no han podido ahorrar?
¿La educación también es privada?
La educación lo mismo. Al final todo es pagado, de alguna manera. Algo de progreso ha habido... En Chile años atrás todo era pagado. Después se hicieron reformas para que, por ejemplo, la gente sin dinero pudiera estudiar, quedando endeudada para el futuro. Los intereses eran muy altos, luego se bajaron, hace poco se amplió la educación gratuita a a algunas personas, las más pobres. Ha habido progresos, pero al final siguen siendo muchas cosas las que los chilenos tienen que pagar. Que en otros países las paga el Estado.
¿Había rabia acumulada, y de ahí la violencia que se ha desatado?
Se ha notado una violencia impresionante por ambos lados. Por eso digo que es muy difícil saber las dimensiones que ha tenido esta explosión. Los datos son duros. El sistema neoliberal afecta a la educación y a todo. Pero hay cosas todavía más profundas, incluso, que tienen que ver con malestares significativos, con enojos que no se desahogan. Hubo una marcha de las mujeres y llamó la atención que los temas eran muy diversos, no solo el de la mujer. Estaba el tema indígena, el ecológico, el de los mayores (su salud y las pensiones). El estallido ha recogido todos estos temas. Han estallado todos los temas que implican sensación de injusticia y sufrimiento.
La violencia institucionalizada nos ha dejado imágenes que hacen pensar en la época de Pinochet.
Sí. Es claro que eso está ahí: hay actos de mucha violencia, incluso de tortura. De violación de Derechos Humanos. Pero es algo difícil de discernir porque, si tú expones a la policía a una confrontación de semanas, la policía va a atacar. Porque va a estar soportando insultos, piedras, bombas molotov y todo lo demás. Y muchas personas no tienen la cabeza fría para distinguir que hay cosas que no se pueden hacer, sobre todo cuando el ser humano está puesto al límite de sus posibilidades. La violencia ha sido mucha, pero podía haber sido más, por la masividad del fenómeno. Ha sido tremendo, como ha señalado un gran historiador, muy de izquierda, que ha dicho que esta explosión social no ha terminado en matanza, pero podría haberlo hecho. No han sido marchas episódicas, han sido semanas y semanas y no para. Mucha gente, actos de destrucción por todos lados... Con ese nivel de violencia, uno piensa que la represión podría haber sido todavía peor. Porque la policía tiene la misión de poner orden y eso le permite ejercer la violencia de un modo legal y conduce a la impunidad.
Encima, ha pillado a la Iglesia en horas bajísimas, con la autoridad moral por los suelos, como para poder mediar...
Es interesante la comparación con el año 1986, cuando la Iglesia, en plena dictadura, fue capaz de convocar, encabezada por el cardenal, a los principales partidos de la oposición para decidir la manera de llegar a un acuerdo nacional. Esos partidos se prestaron a aceptar las reglas de Pinochet para poder ganar a Pinochet. La autoridad eclesiástica, en ese caso, tenía una enorme carga. Era, efectivamente, una autoridad moral. Eso ahora no está, porque el catolicismo se ha reducido a lo sexual y no a lo social: el tema del aborto, de la píldora, de los preservativos... y se ha ganado la malquerencia de la sociedad. Porque, encima, predica moral sexual mientras abusa sexualmente...
No es que se haya despreocupado, los obispos han sacado tres declaraciones... pero no han tenido relevancia. Un recuadro pequeño en los periódicos. Un documento de la Iglesia, en otros años, habría ocupado portadas. Ahora da lo mismo. A las cuestiones eclesiásticas, los medios no les dan importancia. Muchas otras iniciativas en las parroquias, de diálogo sobre lo que está pasando en Chile hoy día, iniciativas ecuménicas... tampoco aparecen en los periódicos, pero no por eso se puede decir que la Iglesia se haya desentendido del todo.
¿Hay esperanza de una solución pacífica?
El paso que han dado los políticos creo que hay que celebrarlo. Acordar un cambio de Constitución y generar un mecanismo para generar un plebiscito en abril del próximo año es decisivo. Eso no soluciona todo, pero sí lo destraba. El gobierno va a tener que avanzar por los dos carriles, el político y el económico. Pero de momento lo que está ocurriendo es muy positivo y un motivo de esperanza.
¿Las sacudidas sociales en Latinoamérica, cada una en su contexto, tienen rasgos en común?
No lo sé, es complejo. Lo que puede estar facilitando la simultaneidad son los medios que tenemos para saber los unos de los otros. Por las redes sociales se contagia la movilización. Eso puede ser un factor que haga que en principio se parezcan unos estallidos a los otros. Y eso tendríamos que cruzarlo con la situación de la economía internacional, de capitalismo desatado. Un sistema mundial que pone a todas las personas, en última instancia, en una situación de competencia. Y esa competencia es el primer factor de conflicto.
Lo que el Papa llama el "capitalismo que mata".
Exactamente. El capitalismo, nos guste o no, nos pone en situaciones conflictivas: hay que ganarle a alguien. En todos los contextos. La universidad, por ejemplo, te pone en situación de tener que ganar un puesto en un ranking. Todo es ganar, competir. Eso está en todos los órdenes de las personas, el capitalismo nos hace enemigos más que personas. El cristianismo, más que nunca, tiene algo que decir, porque el cristianismo cuida del prójimo. Estos dos asuntos, éste y la facilidad para comunicarnos, pueden estar influyendo en América Latina. Dentro de ella, la desinformación: hay por ahí mucha mentira en curso. Nos rodean las fake news y, ¿a quién creer?