FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

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ATALAYA DE MAYO DE 2024

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jueves, 16 de mayo de 2024

La Familia Salesiana inicia su novena a María Auxiliadora

 


A lo largo de 9 días desde todos los rincones salesianos del mundo las oraciones miran hacia María. Este año, especial por el aniversario del sueño de los 9 años de Don Bosco, el tema que centra estos 9 días es “El Secreto de María”. 

LEER NOTICIA

El mundo contempla cómo Israel tritura la Carta de Naciones Unidas y el derecho internacional Olga Rodríguez

 


el diario

EEUU persiste en su apoyo a Israel oponiéndose a más derechos para Palestina en la ONU y con la reciente aprobación de otro gran paquete de ayuda militar
En un mundo idílico podríamos pensar que las declaraciones de los dirigentes de grandes potencias se ajustan a la realidad y que, por tanto, actúan guiados única y genuinamente por la defensa de los derechos humanos, del derecho internacional y del bien común. Pero no vivimos en un mundo idílico. Ver noticia

Juan Pablo II y Benedicto XVI alertaron sobre el cambio climático escrito por Sandra Estrada Real

 


Cristianismo y Justicia

Se cumplirá un mes que Ecuador sufre cortes de energía en todo el país porque las hidroeléctricas están en crisis. Al mismo tiempo, en Colombia y México existe racionamiento de agua. Hace unos meses se alertaba en Latinoamérica por la escasez de agua, ya que afectaría otros sectores como el energético, el alimentario, el médico, el restaurantero, y tantos trabajos home-office que se sirven de la electricidad de las casas. Ver noticia 

¿Qué sucede cuando las universidades dialogan con los estudiantes solidarios con Gaza, en lugar de pedir que los arresten? Amy Goodman – Denis Moynihan

 Rebelión

Fuentes: Democracy Now!
¿Qué sucede cuando las universidades optan por dialogar con los estudiantes que participan en las protestas de solidaridad con Gaza, en lugar de llamar a la policía para que los arresten violentamente? El movimiento estudiantil que se opone al actual ataque de Israel contra Gaza se ha extendido como un reguero de pólvora estas semanas. Ver noticia 

InicioRevista de prensatemas socialesInvirtamos en paz y no en guerra##Redacción de Alandar Invirtamos en paz y no en guerra Redacción de Alandar


 Alandar

“Haz el amor y no la guerra” es un lema pacifista que se hizo popular en la década de los 60. Tal vez habría que resucitarlo en estos tiempos en que nos ensordecen con tambores de guerra. Curiosos tambores que nos avisan, sin decir quién los aporrea, quizás para no reconocer la autoría.
El Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) publicó hace apenas un par de semanas, como cada año, los gastos militares mundiales. En 2023 aumentaron por noveno año consecutivo, llegando a 2,44 billones de dólares (unos 2,30 billones de euros), cifra que supone un aumento del 6,8% en términos reales respecto al 2022. Ver noticia

InicioRevista de prensaiglesia catolicaLas monjas cismáticas podrían ser expulsadas del convento de Belorado si consuman... Las monjas cismáticas podrían ser expulsadas del convento de Belorado si consuman su salida de la Iglesia Jesús Bastante

 


Religión Digital

Confusión y preocupación entre las clarisas y las diócesis implicadas
El escándalo de las monjas cismáticas, que cada vez tiene más pinta de cuestión patrimonial -y de pugna por el poder de una abadesa que, en apenas dos semanas, el 29 de mayo, tendría que abandonar su puesto- que de lucha religiosa Ver noticia

Iceta admite su «absoluto estupor y perplejidad» ante el cisma de las monjas de Belorado


 Religión Digital

Telefoneé tres veces al teléfono personal de la abadesa, pero no conseguí hablar con ella»
«Hace tres semanas comencé, junto con el obispo de Vitoria y de Bilbao, una investigación para dilucidar si era verdad lo que se venía rumoreando», explica Iceta, quien denuncia que «las cosas se han precipitado de un modo drástico antes de ayer», pero espera encontrar «una vía razonable de salida a este asunto» Ver noticia

¿SON POSIBLES UNAS REDES SOCIALES LIBRES DE HATERS Y POLARIZACIONES?


col koldo

 

Fraternidad, alegría y esperanza. Estas tres palabras resumen muy bien lo que hemos vivido este fin de semana en Roma en el World Meeting on Fraternity Human. Éramos un total de 200 personas, entre ellas 30 premios nobeles y 50 influencers católicos y de distintas confesiones religiosas, incluso algunos agnósticos y también tres representantes de la comunidad LGTBI+. Convocados todos por una única preocupación: la fraternidad universal que recoge la encíclica del Papa Francisco, Fratelli Tutti. Podríamos decir que de alguna manera entre los 200 representábamos juntos la realidad plural del mundo y mostrábamos la posibilidad de hacer realidad esa fraternidad universal.

Se sentía la fraternidad, especialmente con los que teníamos más cercanos. En mi caso me encontraba en el grupo de los 50 influencers, y decimos influencers y no misioneros digitales porque no todos tienen como objetivo ofrecer el Evangelio en sus redes sociales. Veníamos de distintas partes del mundo y muchos, sin conocernos presencialmente, ya llevábamos tiempo trabajando juntos online por lo que al vernos había una explosión de alegría y amistad. El proyecto La Iglesia te escucha, en coordinación con la Fundación Fratelli Tutti, nos había convocado con un doble objetivo: 1) Reflexionar sobre cómo hacer realidad la cultura de la fraternidad en las redes sociales y 2) Dar la máxima visibilidad a los contenidos de la encíclica del Papa en todo el mundo.

Creo que puedo asegurar que se cumplieron ambos objetivos y lo hicimos en un ambiente festivo, alegre y muy fraterno. Los cálidos abrazos, las largas conversaciones y ese querer “arreglar el mundo” con pasión por Jesucristo y su Iglesia, eran la mejor visualización. Pero además, publicamos videos e imágenes sobre las 50 palabras más importantes de la Fratelli Tutti consiguiendo un alcance de más de 6,3 millones de visualizaciones a partir de nuestros 475 post en un tiempo récord de 24 horas con los hashtags #fratellitutti, #fratellitutti2024 y #beHuman. Estos 50 contenidos han quedado publicados también en la web: www.parole.fondazionefratellitutti.org para consulta de todos.

Nuestra reflexión se centró en los problemas más importantes que impiden vivir la fraternidad universal en las redes sociales y, después de un proceso de criba, los dos resultantes fueron el YO (individualismo, hater, polarización) y la superficialidad. Dos problemas que todos sufrimos en las redes sociales, lamentablemente muchas veces desde nuestros propios hermanos en la feque se han auto adjudicado el papel de jueces bajo el autoengaño de que deben aclarar a su audiencia los errores de los demás.

En respuesta al creciente clima de polarización y agresión en Internet, totalmente contrario al testimonio de comunión que nos pide Jesús (Que todos sean uno), se ha propuesto un enfoque renovado para el diálogo online. ¿Cómo? A través del compromiso de tener una actitud y un nuevo lenguaje más fraterno e impulsar una cultura de escucha y comunión.

Se identificó una lista de 12 temas problemáticos (como polarización, hater, soledad, superficialidad, etc.) sobre los cuales se publicará una reflexión mensual coordinada para provocar un cambio positivo. Esta iniciativa buscará la participación de una red más grande de influencers que contribuyan con sus perspectivas y soluciones a estos problemas. Además, se prevé la creación de nuevos manifiestos para una comunicación fraterna, con partes del contenido compartidos a través de la Fundación Fratelli Tutti y medios de prensa, subrayando de este modo el esfuerzo colaborativo para mitigar los desafíos identificados en el ambiente digital. 

Se insisitió también en la necesidad de ser agentes de cambio en un mundo dominado por algoritmos, proponiendo una serie de contrastes clave tales como: cambio/pasividad, comunidad/ autorreferencialidad, tiempo/inmediatez, responsabilidad/superficialidadhaciendo una clara opción por el lado positivo de los binomios, para liderar así la cultura de la fraternidad con el ejemplo.

Este compromiso fue asumido por los 50 influencers, incluyendo a los no católicos. Con lo que pudimos ver en todo el proceso cómo es posible establecer lazos de fraternidad más allá de las propias convicciones religiosas. Esto crea esperanza en que es posible unas redes socialess donde reine la fraternidad universal, libres de hater y polarizaciones. Solo se trata de elegir hacerlo y empeñarse en ello. Las diferencias deben enriquecer nuestra humanidad, nunca dividirla.

 

Xiskya Valladares rp.

Religión Digital - 14.05.2024

LA GENTE COMO BÁLSAMO


col zapatero

 

Íbamos caminando hacia la parroquia de Mazan cuando nos agarró la lluvia, uno de esos aguaceros que te obliga a ponerte a cubierto si no quieres estar empapado en medio minuto. Nos metimos bajo la entrada de una casa; la señora, que estaba barriendo, nos sacó amablemente unas sillas. Y así sentados asistimos a la sesión de juegos acuáticos de este sonriente personaje en calzoncillos.

Muchas veces en mi vida he experimentado el bien que me hace irme a estar con la gente sencilla, el pueblo menudo. Cuando me he sentido cancamurrioso, o mantujo, en palabras de mi tierra (es decir: bajo de ánimo, afligido, mustio, desazonado), simplemente mezclarme con las personas, escuchar, mirar, quedarme a su lado, cerca, en sus cosas, me ha espabilado y entonado.

Claro que lo que siento este tiempo se encuentra en un territorio emocional nunca antes transitado por mí. No es mera tristeza, tiene medidas de desamparo, trazas de extrañeza y estupor, por momentos oleadas de desconsuelo… No acierto a encontrar el nombre de lo que me aqueja, sé lo que es, pero no cómo manejarlo, así que intento lo que tantas otras veces ha funcionado: “te tienes que ir con tu pueblo”.

Comienza la misa, me encuentro cómodo en este espacio celebrativo, veo los rostros y pienso que ellos no saben ni tienen por qué saber. De hecho, no hay tantos pésames

como esperaba, y eso paradójicamente me descarga. “Ya soy caserito”, digo al principio, y se levantan las sonrisas. Ya soy conocido, acostumbrado, habitual. No es mi circunstancia el centro, es lo que celebramos, estamos juntos, la vida y la fe que compartimos.

Está programada una reunión del Consejo de Pastoral, pero en cambio pasamos a la maloka, y de pronto me veo con un gentío de niños, jóvenes y mayores. Es un momento nomás para acoger al vicario general, hay algunas palabras, y muchos aplausos antes del correspondiente plato de arroz con pollo. Hay instantes en que, confieso ahora que no me oye nadie, está mi lágrima al borde del precipicio.

No se pueden imaginar el efecto que me causa cada palmada, cada mano que estrecho, cada gesto cordial que reflejo. Desde luego no eliminan el pesar no, pero alivian, suavizan, como un lenitivo amable o una caricia certera. Tantos “gracias por venir” me suenan como “gracias por regresar, por obedecerla, por estar acá con nosotros”.

El día anterior, en el almuerzo de la minga en la que se afanaban un buen grupo de parroquianos, me tocó sentarme con Abel, con Teddy, con don Aurelio. La conversación, si se puede llamar así, fue una ristra interminable de bromas y carcajadas ante los platos de mazamorra de doncella y tallarín con pollo (por supuesto). El carácter de nuestro pueblo lindo, totalmente desprovisto de rigidez o solemnidad, me otorga ligereza para ir remontando.

Se trata no de evadirme, pensar en otra cosa o alejar la mente de forma ortopédica; es más bien ir fluyendo, dejarme llevar en esa corriente de calma, en la naturalidad de la vida que continúa para todos, en medio de los dramas cotidianos, a veces tremendos, que cada cual carga.

Y ahí encuentro mi lugar, y descubro que soy querido. Ese milagro que es lo que hace que el mundo gire. Caía el agua a raudales, la tarde declinaba, el niño chapoteaba feliz, su mamá le reconvenía con media sonrisa, y todo estaba bien.

 

César Luis Caro

Religión Digital

UN VICARIO GENERAL SIN PELOS EN LA LENGUA: KLAUS PFEFFER PIDE EL FIN DEL CELIBATO


col koldo

 

Es "evidente que cada vez menos personas están dispuestas a aceptar esta forma de vida en relación con la profesión sacerdotal. En nuestro país, el ministerio sacerdotal está prácticamente en vías de extinción". Son las declaraciones de Klaus Pfeffervicario general de la diócesis alemana de Essen, al diario de Düsseldorf Rheinische Post, en donde se muestra partidario de poner fin al celibato obligatorio de los sacerdotes. Para muchos sacerdotes, renunciar al matrimonio y a la familia es una carga y conduce a la soledad, sobre todo en la vejez, añadió en la entrevista, recogida por el portal Katholisch.

En su opinión, el fin de la obligación del celibato es concebible porque, de lo contrario, el sacerdocio sería cada vez menos relevante, según añadió en la entrevista en donde también comentó otras cuestiones eclesiásticas controvertidas. Por ejemplo, considera que el acceso de las mujeres a los ministerios ordenados es el siguiente paso que debe dar la Iglesia católica romana.

Actualmente existe una resistencia masiva a ello. Se trata de "una cuestión de justicia de género, que hace necesario que las mujeres y los hombres de nuestra Iglesia tengan las mismas oportunidades de ejercer ministerios de responsabilidad, y por tanto también ministerios ordenados". Sin embargo, según Pfeffer, todavía son necesarios "debates encarnizados" en la Iglesia antes de que pueda establecerse un sacerdocio femenino.

La postura católica de que los homosexuales no pueden casarse también es controvertida dentro de la Iglesia y a ella se ha referido el vicario general en la entrevista "Hay poca voluntad de abrirse a la constatación de que existen orientaciones e identidades sexuales muy diferentes, que también son creadas y queridas por Dios", afirma. 

En este sentido, la indignación causado por la autorización papal para bendecir a parejas homosexuales tras la nota doctrinal Fiduccia supplicans del pasado mes de diciembre, demuestra, en su opinión, lo difícil que es encontrar una solución uniforme en una Iglesia mundial. Pfeffer está a favor de permitir esas bendiciones, pero actualmente no considera realista el matrimonio católico para los homosexuales.

 

RD/Agencias

COMUNIDADES ACOGEDORAS y MISIONERAS


col kowalski

 

El pasado 6 de mayo se dio a conocer la exhortación apostólica de la CEE: "Comunidades acogedoras y misioneras. Identidad y marco de la pastoral con migrantes"

En este valiente documento se afirma claramente que los migrantes no son números, ni flujos; son personas. Nuestra actitud no puede ser otra más que la de acoger a todas y todos, sencillamente porque todos somos hijos e hijas de Dios.

Nuestras parroquias y comunidades cristianas están llamadas a concebir el fenómeno migratorio como un proceso en el que ir integrando, construyendo una ciudadanía donde la diversidad sea una riqueza para todos.

La Iglesia ha de llevar a cabo su pastoral desde la mirada del Evangelio de Cristo, que señala la dignidad de todo ser humano como punto fundamental, sin caer en intereses ni en ideologías ni en politiqueos.

Cada cristiano tendría que preguntarse qué dice Dios ante las migraciones y cuál debe ser nuestra actitud para con los migrantes.

¿Cómo me relaciono yo y con quién?

Señor, ¿cuándo te vimos y te atendimos y cuándo te vimos y no te atendimos? (Cfr. Mt. 25)

La aportación de las personas migradas a nuestra sociedad ha de ser reconocida y valorada.

Hemos de aplicar la vacuna de la hospitalidad y decir no a la hostilidad contra los que han llegado a España desde otras latitudes.

Ellas y ellos nos han ayudado a crecer y a progresar como sociedad.

En momentos de incertidumbre hemos de recuperar la reconstrucción de vínculos en la sociedad con los más vulnerables, los más pobres.

Debemos preguntarnos cómo volver a Jesucristo y cómo colocar su Evangelio en el centro de nuestra vida personal y social, recuperando el valor de la hospitalidad que la Iglesia aporta a la civilización y construcción europea y fuera de ella.

Trabajemos con proyectos que nos ayuden a construir comunidades acogedoras y misioneras con un conjunto de baterías de buenas prácticas para aterrizar la teoría a fin de que lo que podamos hacer revierta en el bien común de toda la sociedad, sin que nadie quede discriminado.

Ser migrante no es delito ni está tipificado como delito; por eso no se puede penalizar o castigar a una persona por no tener documentación; hay otras alternativas.

Sobre los menores no acompañados nos acogemos al derecho internacional y al trato y acompañamiento que merecen estos menores.

El presente y el futuro de la Iglesia en España pasa por la diversidad.

La vida consagrada lleva viviendo muchos años en esta sana diversidad.

Es el futuro de la Iglesia Católica en España, de mestizaje, donde la diversidad cultural estará presente y mostrará mucho mejor la catolicidad de toda la Iglesia, una Iglesia al servicio del reinado de Dios.

Aportación del sacerdote José Vicente Martínez desde Valencia.

DE CARTELES Y LOCUTORIOS: EL CAPITALISMO MATA


col anso

 

Hace ya muchos años que José María Mardones nos ayudó a caer en la cuenta de que la religión más poderosa del mundo se llama capitalismo. El capitalismo es mucho más que un sistema económico. Es también una antropología, una forma de vida, una cosmovisión. Tiene dioses propios (el dinero), su credo (“fuera del mercado no hay salvación”), sus rituales y sus templos (la Bolsa, los maratones de consumo, etc.). Su dios es un dios selectivo que decide qué vidas cuentan y cuáles valen menos que la bala que los mata, que el banco que los desahucia o que la firma con que las grandes trasnacionales compran sus tierras y expulsan a las poblaciones originarias de ellas condenándolas a la exclusión. Pero una de las características más terribles de esta religión es que coloniza nuestras conciencias de manera imperceptible, a la vez que tremendamente eficaz, a través de los medios de comunicación, de las redes sociales y de la publicidad a su servicio.

Me sorprendió hace unos días en un escaparate de una tienda de móviles un gran cartel  con el mensaje: “Lo inteligente de ir por libre es que tiene muchas ventajas”, publicitando la red de fibra más rápida de España. “Ir por libre”, “tú a lo tuyo”, “sálvese quien pueda”, no son consignas ingenuas sino creencias que se traducen en prácticas cotidianas y políticas que hacen cada vez un mundo más inhóspito y selectivo, en el que prima el darwinismo social, como una nueva modalidad de selección de las especies. Por eso al salir de la tienda de móviles imaginé otros carteles animándonos, como dice el papa Francisco a “ampliar un nosotros cada vez más grande e inclusivo”, a “tejer común”, para ganarle territorio al individualismo dominante.

El individualismo no nos hace más libres, más iguales o más hermanos. La mera suma de intereses individuales no es capaz de generar un mundo mejor para toda la humanidad (FT 135). Su punto de partida es la idea de que el individuo no accede a su libertad más que en la medida en que se comprende a sí mismo como propietario de su persona y sus capacidades, antes que como un todo moral o como una parte de un todo social. Es fruto, a la vez que reproduce, una antropología depredadora, funcional y pragmática, en la que el interés privado o de unas élites está por encima del bien común. El individualismo se vincula también a la meritocracia, lo cual cuestiona radicalmente el reconocimiento de la universalidad de los derechos humanos y sociales. De este modo se termina por otorgar legitimidad ética a la desigualdad, que acaba siendo concebida como justo reconocimiento al trabajo y al esfuerzo.

Sin embargo, son las tramas comunitarias y no el individualismo las que día a día sostienen el milagro de la vida frente a todo pronóstico. Es el poder de los vínculos, el poder de dar y el poder de recibir de cada persona el dinamismo que nos permite sobrevivir como género humano. En la crisis eco-social que atravesamos, estas tramas comunitarias son hoy más que nunca sacramentos de la esperanza que nutren y sostienen las de muchas gentes: acceder al sistema público de salud, no ser invisibles, no ser desahuciado, tener comida y material escolar para los hijos, no perder el trabajo, no estar solo, esperanzas muchas de la cuales pasan por la materialidad de la vida y remiten a compromiso con “las tres t”: Techo, tierra, trabajo. Pero no solo eso, sino que las tramas comunitarias son también signo de que “otro mundo está siendo posible” en medio de esta crisis civilizatoria. Son esos lugares en los que las sumas de nuestras derrotas se convierten en esperanza por el hecho de estar juntos, y donde la suma de nuestras oscuridades se convierte en luz para estar en conexión y atravesar la incertidumbre.

Definitivamente, hay que cambiar los carteles de la puerta del locutorio.

 

Pepa Torres

Religión Digital / Cristianisme i Justícia

¿TAN DIFÍCIL ES A LOS HUMANOS CONVIVIR EN PAZ?


col arregi

 

La violencia, la agresión, el crimen, las guerras son tan antiguas como la humanidad. Los datos arqueológicos muestran que desde muy pronto los seres humanos, que habían adquirido la capacidad de ser responsables de sus actos, se enfrentaban unos y otros. Y no solo es producto de la necesidad de supervivencia biológica de los más aptos, que diría Charles Darwin. Debe haber algo más en la estructura cultural de las sociedades humanas que las impulsa a la destrucción de los que no son como yo.

Aquí está la tarea interdisciplinar de antropólogos, sociólogos, psicólogos del comportamiento, prehistoriadores, expertos en ética e incluso en teología para dar respuestas, siempre parciales, al problema de las guerras y de la eliminación del diferente.

En los años 60 del siglo pasado tuve ocasión de leer “Sobre la agresión: el pretendido mal” del etólogo Konrad Lorenz. Y desde entonces es una pregunta que está abierta: ¿tan difícil es convivir en paz?

Precisamente el 16 de mayo de cada año las Naciones Unidas y la UNESCO repiten la misma pregunta en el Día Internacional de la Convivencia en Paz. En el año 2024, según datos de la NNUU, hay 64 conflictos armados en el mundo. En la prensa solo de habla de Palestina, de Ucrania y de vez en cuando de Sudán. Pero hay muchos más conflictos armados.

Y por otra parte, basta abrir la prensa, la televisión o las redes sociales para sentirse abrumado por las noticias de agresiones, asesinatos, xenofobia, crímenes, insultos y descalificaciones, reprobaciones y “cancelaciones”.

La Asamblea General de Naciones Unidas en la sesión efectuada el 5 de diciembre de 2017 declaró el 16 de mayo como Día Internacional de la Convivencia en Paz, entendiendo que “constituye un compromiso permanente promover e impulsar la cultura de la paz y la no violencia en todas las esferas y quehaceres a fin de beneficiar a la humanidad, en especial a los niños y las futuras generaciones”.

La que se denomina “cultura de la paz y de la no violencia” nos debía permitir la prevención –y a la vez eliminación radical– de todas las formas de discriminación e intolerancia. Nos gustaría que no existieran comportamientos sociales que impliquen contaminación de toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, el color, el sexo, género, el idioma, la religión, la opinión política o de otra índole, como son el origen nacional, étnico o social, la posición económica, los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier otra condición que detente los niños y cualquier ser humano.

En esta línea, la destacada poeta Gabriela Mistral –maestra y premio Nobel de 1945– reflexionó sobre la paz, su significado y transcendencia para la humanidad, lo que plasma tanto en su obra poética, como también se observa en sus diversos documentos originales. Es así que el 27 de septiembre de 1951 la insigne poeta en unos de sus manuscritos y que tituló “Paz”, nos dice:

“La paz, además de ser un dictado vertical de la razón, es el sentimiento en el cual, más se regodean los evangelios. Y, para todos nosotros, ella es la condición ineludible que permite vivir, crear, prosperar. Apenas ella se rompe, todo lo ganado por nosotros se dobla y se tumba arrasado por el ciclón orate que es la guerra”

Luego de ello, nos expresa:

“Por eso, la causa de la Paz viene a ser la causa de los niños y por ellos tenemos que defenderla con una porfía terca y con todo el fuego del corazón”

La paz, entonces, permite que todas y todos alcancen el mayor desarrollo de acuerdo a sus habilidades y capacidades, a la vez, requiere que las relaciones humanas se estatuyan en el respeto irrestricto de los derechos humanos, como también, en la protección del medio ambiente. Y, esto sólo será posible mediante el diálogo, sino que además debemos comprender que la diferencia se funda en la igualdad de derechos.

Conmemorar este día internacional implica, no solo sensibilizarse como sociedad civil, sino también promover que las distintas culturas, religiones, confesiones, creencias, cosmovisiones dialoguen y reflexionen sobre aquellas cuestiones que afectan a toda la humanidad, como también, grupos y/o colectivos en particular. Sólo así se podrán alcanzar acuerdos representativos y democráticos, por ende, resulta relevante que este diálogo sea intercultural o multicultural comprendiendo que la diferencia enriquece nuestro quehacer, como también fortalece la cultura de paz y la no violencia.

A propósito de lo indicado precedentemente, es menester considerar la obra del connotado escritor mapuche Elicura Chihuailaf –exponente de la poesía etnocultural–, quien en su libro “Recado Confidencial a los chilenos” señala:

“Le pregunto ahora: ¿cuánto más cree saber usted acerca del Pueblo mapuche, de nuestra cultura? ¿Cuánto cree usted saber acerca del Pueblo chileno, de su cultura? Se lo digo porque se da la paradoja -entre tantas surgidas del mirarnos distantes y desconfiados, inventado “encuentro” mediante- que a nosotros se nos tilde por un lado de “ignorantes” y por otro lado se nos exija y/o se nos “admire” por un conocimiento más o menos amplio respecto de la sabiduría de nuestros Antiguos”.

“A mí, le digo, me enseñaron a valorar, a creer en la fuerza de la palabra. Las palabras expresan la concepción de mundo de quienes las crearon: su gestualidad. Ellas –unas más que otras– revelan el pensamiento de sus hablantes, sus gestuantes, dicen.”

La paz permite, entonces, que la convivencia se funde en aquella palabra que construye espacios de diálogos que favorecen que las personas se encuentren y puedan vivir plenamente de acuerdo a su cosmovisión, cultura y estructura social en armonía con otros y otras. Respetando además los ciclos de la naturaleza, hábitat y protegiendo la biodiversidad.

Por último y de acuerdo a la Resolución aprobada por la Asamblea General el 25 de septiembre de 2015, la convivencia en paz constituye un pilar fundamental de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en tanto ello, fomentar el entendimiento multicultural, ético y además respetuoso con el medio ambiente, en tanto ello, la responsabilidad es compartida y por ello debemos construir espacios sociales pacíficos a fin que toda controversia se solucione mediante el diálogo, fortaleciendo así la democracia y la justicia social.

paz convivencia internacional

 

Leandro Sequeiros. Presidente de la Asociación Interdisciplinar José de Acosta (ASINJA)

COMO UNA BRASA INEXTINGUIBLE Jn 20, 19-23


col labrador

 fe adulta


Celebramos este domingo la fiesta de Pentecostés, la recepción del espíritu del Resucitado por parte de las primeras comunidades cristianas. Esta fiesta se arraiga en la tradición judía de la Celebración de las cosechas, que se celebraba 50 días después de la Pascua, y se ofrecían los primeros frutos. Una fiesta de agradecimiento y fecundidad. El Pentecostés cristiano nos recuerda que la humanidad no está abandonada de la mano de Dios, sino que el espíritu del Viviente está presente en nuestro mundo y en la hondura del corazón humano y que acude siempre en auxilio de nuestra debilidad (Rm 8,26). Los textos de estos días se refieren al Espíritu como Paráclito, es decir, el que alienta y consuela. Asi le sucedió a la primera comunidad cristiana, que como nos recuerda el evangelio de hoy se encontraban desconcertados e inseguros tras la muerte de Jesús: en una casa con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. ¿Cómo llevar adelante su encargo de hacer del mundo un banquete sin primeros ni últimos en medio de tantas dificultades, frente a una realidad que se les resiste?

Probablemente también nosotras y nosotros hoy podemos experimentar algo similar. La impotencia, el miedo, el desconcierto y la incertidumbre nos atraviesan como personas y comunidades en el contexto global de un mundo en guerra contra la vida como es el nuestro. Pero el Paráclito es también Restaurador de sueños y Engendrador de resistencias. Como señala Leonardo Boff el Espíritu aparece siempre como resistencia, elevándose por encima de todos los odios, esperando contra toda esperanza. El espíritu es esa pequeña brasa que se oculta en el rescoldo. La lluvia apaga la llama, el viento disipa el humo, pero debajo de todo sigue una brasa encendida, inextinguible... El espíritu sostiene el débil aliento de vida en el imperio de la muerte[1]. Pero para ello es imprescindible la experiencia comunitaria, porque la resistencia y la esperanza para poder abrirse camino en la historia, necesitan tramarse entre muchos, trenzarse en colectivo. Por eso el Espíritu se recibe en comunidad, a la vez que uno de sus frutos más fecundos es su fortalecimiento, desde la diversidad de dones, carismas y ministerios.

Pero el Evangelio de este domingo nos recuerda también algo sumamente importante: el Espíritu brota del costado y las manos heridas del Resucitado, no es ajeno por tanto a la violencia, la injusticia y al sufrimiento. No se nos ofrece pese a ellos, sino que desde ellos mismos se derrama como aliento, como resistencia, como lucidez, como energía, para atravesar la densidad de los infiernos humanos y enfrentarlos, como contrarios a la vida, urgiéndonos a denunciarlos y a buscar colectivamente terminar con ellos. Por eso celebrar Pentecostés es siempre incómodo desinstalador. La paz que nos regala el Espíritu no es tranquilizadora sino una provocación honda para ser iglesia en salida, para desordenar el mundo hasta que la humanidad y la creación sean reconciliadas. Por eso recibir el Espíritu nos urge siempre a la misión, Una misión que no se sostiene en nuestras propias fuerzas, sino que es recibida y alentada como una brasa inextinguible que nos mueve siempre agradecimiento y gratuidad. ¿Sentimos su ardor?

 

Pepa Torres Pérez

 

[1] Citado en Elizabeth Johnson, La que es, Herder, Barcelona2002pág. 183-185

ALIENTO DE VIDA José Antonio Pagola


 Los hebreos se hacían una idea muy bella y real del misterio de la vida. Así describe la creación del hombre un viejo relato, muchos siglos anterior a Cristo: «El Señor Dios modeló al hombre del barro de la tierra. Luego sopló en su nariz aliento de vida. Y así el hombre se convirtió en un [ser] viviente».

Es lo que dice la experiencia. El ser humano es barro. En cualquier momento se puede desmoronar. ¿Cómo caminar con pies de barro? ¿Cómo mirar la vida con ojos de barro? ¿Cómo amar con corazón de barro? Sin embargo, este barro ¡vive! En su interior hay un aliento que le hace vivir. Es el Aliento de Dios. Su Espíritu vivificador.

Al final de su evangelio, Juan ha descrito una escena grandiosa. Es el momento culminante de Jesús resucitado. Según su relato, el nacimiento de la Iglesia es una «nueva creación». Al enviar a sus discípulos, Jesús «sopla su aliento sobre ellos y les dice: Recibid el Espíritu Santo».

Sin el Espíritu de Jesús, la Iglesia es barro sin vida: una comunidad incapaz de introducir esperanza, consuelo y vida en el mundo. Puede pronunciar palabras sublimes sin comunicar el aliento de Dios a los corazones. Puede hablar con seguridad y firmeza sin afianzar la fe de las personas. ¿De dónde va a sacar esperanza si no es del aliento de Jesús? ¿Cómo va a defenderse de la muerte sin el Espíritu del Resucitado?

Sin el Espíritu creador de Jesús podemos terminar viviendo en una Iglesia que se cierra a toda renovación: no está permitido soñar en grandes novedades; lo más seguro es una religión estática y controlada, que cambie lo menos posible; lo que hemos recibido de otros tiempos es también lo mejor para los nuestros; nuestras generaciones han de celebrar su fe vacilante con el lenguaje y los ritos de hace muchos siglos. Los caminos están marcados. No hay que preguntarse por qué.

¿Cómo no gritar con fuerza: «¡Ven, Espíritu Santo! Ven a tu Iglesia. Ven a liberarnos del miedo, la mediocridad y la falta de fe en tu fuerza creadora»? No hemos de mirar a otros. Hemos de abrir cada uno nuestro propio corazón.

DIOS-ESPÍRITU ES ‘RUAH’, FUERA, ENERGÍA QUE EMPUJA A LA META PENTECOSTÉS (B) Jn 20,19-23


 fe adulta


Para entender hoy lo que celebramos, debemos mirar a la Trinidad. Lo que digamos lo tenemos adelantado para el próximo domingo. Que yo sepa, la teología oficial nunca ha dicho que el Padre, el Hijo o el Espíritu actuaran por separado. La distinción de las personas en la Trinidad, solo se manifiesta en sus relaciones “ad intra”, es decir, cuando se relacionan una con otra. En sus relaciones “ad extra”, es decir, en sus relaciones con las criaturas, se comportan siempre como uno.

La fiesta de Pentecostés es la culminación de todo el tiempo pascual. Las primeras comunidades tenían claro que todo lo que estaba pasando en ellas era obra del Espíritu. Todo lo que había realizado el Espíritu en Jesús, lo estaba realizando ahora en cada uno de ellos y queda reflejado en la idea de Pentecostés. Es el símbolo de la acción del Espíritu a través de Jesús. También para cada uno de nosotros, celebrar la Pascua significa descubrir la presencia en nosotros de Dios-Espíritu.

Según lo que acabamos de decir, siempre que hablamos del Espíritu, hablamos de Dios. Y siempre que hablamos de Dios, hablamos del Espíritu, porque Dios es Espíritu. Pentecostés era una fiesta judía que conmemoraba la alianza del Sinaí a los cincuenta días de Pascua. Nosotros celebramos hoy la venida del Espíritu, también a los cincuenta días de la Pascua, pero sabiendo que no tiene que venir de ninguna parte. Para nosotros el fundamento de la nueva comunidad no es la Ley sino el Espíritu. 

Tanto la “ruah” hebrea como el “pneuma” griego, significan viento. La raíz de esta palabra en las lenguas semíticas es rwh, que significa el espacio entre cielo tierra, que puede estar en calma o en movimiento. Sería el ámbito del que los seres vivos beben la vida. En estas culturas el signo de vida era la respiración. Ruah vino a significar soplo vital. Cuando Dios modela al hombre de barro, le sopla en la nariz el hálito de vida. En el evangelio que hemos leído hoy, Jesús exhala su aliento para comunicar el Espíritu. La misma tierra era concebida como un ser vivo, el viento era su respiración.

No es tan corriente como suele creerse el uso específicamente teológico del término "ruah" (espíritu). Solamente en 20 pasajes del las 389 veces que aparece en el AT, podemos encontrar este sentido. En los textos más antiguos se habla del espíritu de Dios que capacita a alguien para llevar a cabo una misión que salva al pueblo. Con la monarquía el Espíritu se convierte en un don permanente para el monarca (ungido). De aquí se pasa a hablar del Mesías como portador del Espíritu. Solo después del exilio, se habla también del don del espíritu al pueblo en su conjunto.

En el NT, "espíritu" tiene un significado fluctuante, hasta cierto punto todavía judío. El mismo término "ruah" se presta a un significado simbólico. Solamente en algunos textos de Juan parece tener el significado de una persona. El NT no determina con precisión la relación de la obra salvífica de Jesús con la del E. S. No está claro si el Pneuma es una entidad personal o si por el contrario significa un aspecto de Dios.

Es una pena que incluso hayamos materializado al Espíritu. Pensamos en él como un ser individual que anda por ahí haciendo de la suyas separado del Padre y del Hijo. La devoción al Espíritu Santo o las innumerables oraciones que le dirigimos dan cuenta de ello. Como nos pasa con el Padre y el Hijo estamos incapacitados para no hacernos ninguna imagen individual de ellos. Querer comprenderlos racionalmente se convierte en un nudo gordiano que nos tiene atados y no sabemos ni deshacer ni cortar.

Jesús es concebido por el Espíritu, baja sobre él en el bautismo, es conducido por él al desierto, etc. No podemos pensar en un Jesús teledirigido por otra entidad desde fuera de él. Según el NT, Cristo y el Espíritu desempeñan la misma función. Dios es llamado Pneuma; y el mismo Cristo en algunas ocasiones. En unos relatos lo promete, en otros lo comunica. Unas veces les dice que la fuerza del E. S. está con ellos, en otros dice que no les dejará desamparados, que él mismo estará siempre con ellos.

Hoy sabemos que el Espíritu Santo es un aspecto del mismo Dios. Por lo tanto, forma parte de nosotros mismos y no tiene que venir de ninguna parte. Está en mí, antes de que yo mismo empezara a existir. Es el fundamento de mi ser y la causa de todas mis posibilidades de ser en el orden espiritual. Nada puedo ser ni hacer sin él, pero tampoco estaré nunca privado de su presencia. Todas las oraciones que piden la venida del E. S. nacen de la ignorancia de lo que queremos significar con ese nombre.

Está siempre en cada uno de nosotros, pero no siempre somos conscientes de ello y como Dios no puede violentar ninguna naturaleza, porque actúa siempre conforme a ella, podemos pasar toda la vida sin descubrir su presencia. Dios-Espíritu es el mismo en todos y nos empuja hacia la misma meta. Pero como cada uno estamos en un “lugar” diferente, el camino que nos obliga a recorrer, será siempre distinto.

No es la meta la que distinguen a los que se dejan mover por el Espíritu, sino los caminos que llevan a ella. El labrador, el médico, el sacerdote tienen que tener el mismo objetivo vital si están movidos por el mismo Espíritu, pero su tarea es distinta. Una mayor humanidad será la manifestación de su presencia. La mayor preocupación por los demás, es la mejor muestra de que uno se está dejando llevar por él.

Si Dios está en cada uno de nosotros como Absoluto, no hay manera de imaginar que pueda darse más a uno que a otro. En toda criatura se ha derramado todo el Espíritu. Esgrimir el Espíritu como garantía de autoridad es la mejor prueba de que uno no se ha enterado de lo que tiene dentro. Porque tiene la fuerza del Espíritu, el campesino será responsable y solícito en su trabajo y con su familia. En nombre del mismo Espíritu, el obispo desempeñará las tareas propias de su cargo. Siempre que queremos imponernos a los demás con cualquier clase de autoridad, estamos dejándonos llevar de nuestro espíritu raquítico, no del Espíritu.

La presencia de Dios en nosotros nos mueve a parecernos a Él. Pero, si tenemos una idea masculina de Dios como poder, señorío y mando, que premia y castiga, repetiremos esas cualidades en nosotros. El intento de ser como Dios, en el relato de la torre de Babel, queda contrarrestado en este relato que nos habla de reunir y unificar lo que era diverso. El único lenguaje que todo el mundo entiende es el amor. Si descubrimos el Dios de Jesús que es amor total, intentaremos repetir en nosotros ese Dios, amando, reconciliando y sirviendo a los demás. Esta es la diferencia abismal entre seguir al Dios-Espíritu o a nuestro espíritu.

 

DOMINGO DE PENTECOSTÉS

 

fe adulta

El “Gloria”, el himno que rezamos los domingos al comienzo de la misa, comienza alabando al “Dios Padre Todopoderoso”; sigue exaltando al “Señor nuestro Jesucristo”. Al final, casi de pasada, y como con vergüenza, termina: “Con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre”. Es un símbolo perfecto de la poca importancia que la mayoría de los católicos concede al Espíritu Santo. Aunque la situación ha cambiado notablemente en las últimas décadas, la fiesta de hoy ayuda a advertir la enorme importancia del Espíritu en nuestra vida cristiana y en la vida de la Iglesia.

La importancia del Espíritu (1 Corintios 12, 3b-7.12-13)

En este pasaje Pablo habla de la acción del Espíritu en todos los cristianos. Gracias al Espíritu confesamos a Jesús como Señor (y por confesarlo se jugaban la vida, ya que los romanos consideraban que el Señor era el César). Gracias al Espíritu existen en la comunidad cristiana diversidad de ministerios y funciones (apostolado, enseñanza, gobierno, etc.). Y, gracias al Espíritu, en la comunidad cristiana no hay diferencias motivadas por la religión (judíos ni griegos) ni las clases sociales (esclavos ni libres). En la carta a los Gálatas dirá Pablo que también desaparecen las diferencias basadas en el género (varones y mujeres). Se cumple lo anunciado por el profeta Joel: «Después derramaré mi espíritu sobre todos: vuestros hijos e hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones. También sobre siervos y siervas derramaré mi espíritu aquel día». En definitiva, todo lo que somos y tenemos los cristianos es fruto del Espíritu, porque es la forma en que Jesús resucitado sigue presente entre nosotros.

Ciento veinte contra diez. Dos versiones del don del Espíritu Santo.

Lucas y Juan cuentan el don del Espíritu de manera muy distinta. Lucas, en la línea del profeta Joel, lo presenta como un don a toda la comunidad cristiana, simbolizada por las ciento veinte personas reunidas en Jerusalén, que la impulsa a proclamar las grandezas de Dios. Juan, en cambio, lo relaciona con la promesa de Jesús durante la última cena: «Yo pediré al Padre que os dé otro abogado que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad» (Jn 14,15), ese Espíritu que «os enseñará todo y os irá recordando todo lo que yo os he dicho» (Jn 14,26). Una promesa hecha a los Once (Judas ya se ha ido de la cena) y que se cumple a los Diez (porque Tomás está ausente).

En resumen, Lucas enfoca el don desde el punto de vista de la alabanza universal, Juan desde el punto de vista de la misión de los apóstoles.

La versión de Lucas (Hechos de los apóstoles 2,1-11)

A nivel individual, el Espíritu se comunica en el bautismo. Pero Lucas, en los Hechos, desea inculcar que la venida del Espíritu no es sólo una experiencia personal y privada, sino de toda la comunidad. Por eso viene sobre todos los presentes, que, como ha dicho poco antes, eran unas ciento veinte personas (cantidad simbólica: doce por cien). Al mismo tiempo, vincula estrechamente el don del Espíritu con el apostolado. El Espíritu no viene solo a cohesionar a la comunidad internamente, también la lanza hacia fuera para que proclame «las maravillas de Dios», como reconocen al final los judíos presentes.

La versión de Juan 20, 19-23

Tratándose de algo tan importante, resulta curioso la brevedad con la que trata el don del Espíritu, relegándolo al final, después del saludo, la confirmación de que es Jesús quien se aparece, y el envío de los apóstoles.

El saludo es el habitual entre los judíos: “La paz esté con vosotros”. Pero en este caso no se trata de pura fórmula, porque los discípulos, muertos de miedo a los judíos, están muy necesitados de paz.

Ese paz se la concede la presencia de Jesús, algo que parece imposible, porque las puertas están cerradas. Al mostrarles las manos y los pies, confirma que es realmente él. Los signos del sufrimiento y la muerte, los pies y manos atravesados por los clavos, se convierten en signo de salvación, y los discípulos se llenan de alegría.

Todo podría haber terminado aquí, con la paz y la alegría que sustituyen al miedo. Sin embargo, en los relatos de apariciones nunca falta un elemento esencial: la misión. Una misión que culmina el plan de Dios: el Padre envió a Jesús, Jesús envía a los apóstoles. [Dada la escasez actual de vocaciones sacerdotales y religiosas, no es mal momento para recordar otro pasaje de Juan, donde Jesús dice: “Rogad al Señor de la mies que  envíe operarios a su mies”].

Todo termina con una acción sorprendente: Jesús sopla sobre los discípulos. No dice el evangelistas si lo hace sobre todos en conjunto o lo hace uno a uno. Ese detalle carece de importancia. Lo importante es el simbolismo. En hebreo, la palabra ruaj puede significar “viento” y “espíritu”. Jesús, al soplar (que recuerda al viento) infunde el Espíritu Santo. Este don está estrechamente vinculado con la misión que acaba de encomendarles. A lo largo de su actividad, los apóstoles entrarán en contacto con numerosas personas; entre las que deseen hacerse cristianas habrá que distinguir entre quiénes pueden ser aceptadas en la comunidad (perdonándoles los pecados) y quiénes no, al menos temporalmente (reteniéndoles los pecados).

Resumen

Estas breves ideas dejan clara la importancia esencial del Espíritu en la vida de cada cristiano y de la Iglesia. El lenguaje posterior de la teología, con el deseo de profundizar en el misterio, ha contribuido a alejar al pueblo cristiano de esta experiencia fundamental. En cambio, la preciosa Secuencia de la misa ayuda a rescatarla.

El don de lenguas

«Y empezaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse». El primer problema consiste en saber si se trata de lenguas habladas en otras partes del mundo, o de lenguas extrañas, misteriosas, que nadie conoce. En este relato es claro que se trata de lenguas habladas en otros sitios. Los judíos presentes dicen que «cada uno los oye hablar en su lengua nativa». Pero esta interpretación no es válida para los casos posteriores del centurión Cornelio y de los discípulos de Éfeso. Aunque algunos autores se niegan a distinguir dos fenómenos, parece que nos encontramos ante dos hechos distintos: hablar idiomas extranjeros y hablar «lenguas extrañas» (lo que Pablo llamará «las lenguas de los ángeles»).

El primero es fácil de racionalizar. Los primeros misioneros cristianos debieron enfrentarse al mismo problema que tantos otros misioneros a lo largo de la historia: aprender lenguas desconocidas para transmitir el mensaje de Jesús. Este hecho, siempre difícil, sobre todo cuando no existen gramáticas ni escuelas de idiomas, es algo que parece impresionar a Lucas y que desea recoger como un don especial del Espíritu, presentando como un milagro inicial lo que sería fruto de mucho esfuerzo.

El segundo es más complejo. Lo conocemos a través de la primera carta de Pablo a los Corintios. En aquella comunidad, que era la más exótica de las fundadas por él, algunos tenían este don, que consideraban superior a cualquier otro. En la base de este fenómeno podría estar la conciencia de que cualquier idioma es pobrísimo a la hora de hablar de Dios y de alabarlo. Faltan las palabras. Y se recurre a sonidos extraños, incomprensibles para los demás, que intentan expresar los sentimientos más hondos, en una línea de experiencia mística. Por eso hace falta alguien que traduzca el contenido, como ocurría en Corinto. (Creo que este fenómeno, curiosamente atestiguado en Grecia, podría ponerse en relación con la tradición del oráculo de Delfos, donde la Pitia habla un lenguaje ininteligible que es interpretado por el “profeta”).

Sin embargo, no es claro que esta interpretación tan teológica y profunda sea la única posible. En ciertos grupos carismáticos actuales hay personas que siguen «hablando en lenguas»; un observador imparcial me comunica que lo interpretan como pura emisión de sonidos extraños, sin ningún contenido. Esto se presta a convertirse en un auténtico galimatías, como indica Pablo a los Corintios. No sirve de nada a los presentes, y si viene algún no creyente, pensará que todos están locos.

PAZ Nuestra Domingo de Pentecostés 19 de mayo Jn 20, 19-23

 

fe adulta

Nuestra propia constitución paradójica hace que todas las realidades valiosas sean, a la vez, don y tarea. Son realidades transpersonales y las percibimos de forma personal. Son presencia y las vivenciamos como secuenciales. Lo cual es un reflejo de nosotros mismos, en los dos planos que nos constituyen: consciencia y yo, plenitud de presencia (vida) y forma frágil, identidad estable y personalidad impermanente.

Frente a nuestra realidad paradójica, el riesgo mayor consiste en el olvido de cualquiera de las dos dimensiones: por un lado, el olvido de la dimensión transpersonal que, en la práctica, va de la mano con la absolutización del yo, conduce al error de pensar que lo real es secuencial y que todo es tarea por hacer; por otro, el olvido de la dimensión personal, aun afirmando teóricamente que “todo es pleno”, desemboca, antes o después, en una pseudo-espiritualidad o espiritualismo desimplicado.

Ambos olvidos, cualquiera que sea la forma que adopten, son ignorancia: ignoran nuestra realidad «completa». Y la ignorancia es siempre dañina. Porque, al basarse en el error acerca de lo que somos, de manera inevitable, generará sufrimiento.

Por el contrario, la sabiduría o comprensión experiencial da cuenta de toda nuestra verdad, nos reconoce en lo que somos y, desde ahí, nos capacita para vivir nuestra realidad completa, con las claves que ella misma aporta.

Ya somos paz. ¿Qué nos impide verlo y vivirlo? La algarabía mental -las lecturas que la mente hace de lo real- y la ignorancia que nos hace tomarnos por lo que no somos. Acallados esos ruidos mentales y egoicos, emerge y resplandece lo que hay, la paz, es decir, lo que somos.

PENTECOSTÉS


col munarriz

 

Jn 20, 19-23

«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo»

El espíritu de Dios se cernió sobre la Tierra poniendo orden en el caos primitivo, se coló por las narices del muñeco de barro para que en el mundo pudiese haber amor, tolerancia, libertad, felicidad… suscitó profetas que guiasen a los hombres y mujeres por el camino de la vida y sopló como un huracán en Jesús de Nazaret.

El texto de hoy nos presenta al Espíritu empapando a los discípulos encerrados en Jerusalén tras la muerte de Jesús. Aquellos hombres y mujeres habían creído en él y lo habían dejado todo por seguirle, pero durante todo el tiempo que permanecieron a su lado estuvieron creyendo mal. Estuvieron creyendo que era el mesías esperado por Israel, el que iba a expulsar a los romanos e instaurar un reino de paz y justicia como nunca se había visto otro en el mundo… Y hasta discutían por ver cómo se iban a repartir los altos cargos de ese reino.

Pero subieron a Jerusalén y todo se desbarató.

La muerte de Jesús en la cruz supuso un golpe demoledor para su fe, porque los hechos demostraban que Dios no estaba con él, sino con los sacerdotes que lo habían vencido. Quizás en un primer momento esperaron que bajase de la cruz, o que resucitase tal como ellos le habían entendido, pero pasaron las horas, pasaron los días, y fueron perdiendo la esperanza.

Dicen los especialistas que permanecieron encerrados en Jerusalén hasta que finalizó la Pascua, y que salieron de allí mezclados con los peregrinos que volvían a sus lugares de origen tras celebrarla. Esta interpretación parece corroborada por el propio Juan, quien afirma en el capítulo 21 de su evangelio que regresaron a Galilea y retomaron sus ocupaciones. Pedro, Andrés y los Zebedeos volvieron a la mar.

Su fe había muerto y el mensaje de Jesús parecía irremisiblemente perdido, pero Dios estaba con él a pesar de las apariencias, y su Espíritu, el espíritu de Dios, actuó sobre ellos con tal fuerza, que sus ojos se abrieron definitivamente y al fin creyeron bien. Y recuperaron la esperanza, y con ella recuperaron también el coraje necesario para abrazar con ímpetu arrollador la misión —aparentemente imposible— de proclamar la fe en el profeta crucificado. Dice Lucas en Hechos que en su primera aparición pública se convirtieron tres mil personas.

Sin duda ha sido también el espíritu de Dios el que ha mantenido el mensaje de Jesús hasta nuestros días a pesar de las innumerables barbaridades que sus seguidores hemos cometido en el seno de “su” Iglesia, y ello nos hace albergar la esperanza de que seguirá soplando hasta llevar a la humanidad a plenitud.

Como decía Ruiz de Galarreta «Creer en el viento de Dios es una hermosa profesión de fe en que Dios no está ausente, sino presente y activo de una manera concreta: alentando, empujando».

 

Miguel Ángel Munárriz Casajús 

Para leer el comentario que José E. Galarreta hizo sobre este evangelio, pinche aquí