FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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sábado, 1 de abril de 2017

¿Por qué hemos de morir? - 5º Domingo de Cuaresma, Ciclo A

Echarkt Tolle - Aceptación y rendición - Narrado castellano

Mística

ATRIO

Carlos F. Barberá

Carlos BarberáLa palabra mística ha vuelto a utilizarse, manifestando con ello lo que ahora se ha dado en llamar una tendencia. No es que el término hubiera desaparecido pero se usaba únicamente para referirse a las experiencias de los grandes contemplativos del cristianismo o de otras religiones. Hoy, al menos en ciertos medios, es una palabra de uso común para caracterizar un componente esencial de una existencia cristiana.
Es lo que anticipó la frase de Karl Rahner, ya convertida en tópico, según la cual el cristiano del siglo XXI sería un místico o no sería.

El teólogo alemán insistió repetidamente en sus obras en el hecho de que, frente a la concepción del teísmo corriente, Dios es el misterio absoluto. Dios habita en una luz inaccesible, ningún ojo humano lo ha visto ni lo puede ver.
Y ¿cuál deberá ser, pues, nuestra actitud ante ese Dios misterio? Teilhard de Chardin lo expresaba de esta manera: “Perderse en el Insondable, sumergirse en el Inagotable, pacificarse en el Incorruptible, absorberse en la inmensidad indefinida (…) darse a fondo a Aquel que no tiene fondo”.
Es ya bien conocido que la última frase del Tractatus de Wittgenstein asevera que “de lo que no se puede hablar hay que callarse”. Pero precisamente eso de lo que, según el filósofo austriaco, no puede hablarse es lo “místico”.
Parece, pues, cada vez más claro que la religión es un instrumento para ayudar a hacer la experiencia de ese Dios insondable y de la entrega a El sin reservas. Y, en consecuencia, la catequesis debería ser sobre todo una iniciación a la experiencia mística.
Lo decía el mismo Rahner, hablando de la piedad del futuro: “la iniciación debe darnos una verdadera ´imagen de Dios`, a partir de la experiencia de que Dios es el incomprensible, de que su incomprensibilidad crece cuanto mejor se le comprende, cuanto más se acerca a nosotros su amor, que sólo se convierte en nuestra felicidad cuando se le adora y se le ama incondicionadamente. Pero tampoco basta un Dios lejano: Dios no es lo contrapuesto a la cercanía del mundo, sino que está por encima de estas contraposiciones. Esta iniciación nos debe enseñar a estar cerca de Dios, a llamarle ´Tú`, a penetrar en su misterio, a no tener miedo de perderlo mientras invocamos su nombre, porque Dios no está fuera de nosotros. Finalmente esta iniciación debe mostrarnos cómo Jesús de Nazaret, el Crucificado y Resucitado, forma parte de ella misma”.
Es que, si en esa invocación a la mística el cristianismo coincide con otras religiones, a continuación juega con una dialéctica en la que a Dios, a quien nadie ha visto, lo hemos contemplado en Jesús. El Dios innombrable es nuestro Padre y lo que es invisible e intangible lo hemos visto con nuestros ojos y tocado con nuestras manos.
Detrás de lo que acaba de decirse está mi convencimiento de que sólo puede llegar a Jesús quien se ha adentrado en ese camino de la mística. El mismo se quejaba de los que “tienen ojos y no ven, tienen oídos y no oyen” es que estaba convencido de que sólo podrían hacerlo los adoradores en espíritu y en verdad.
Sin ese acceso desde la mística, muchos verán a Jesús únicamente como un predicador del amor a los demás, una conclusión a la que veo con sorpresa que llegan ahora algunos cristianos veteranos. Pero ciertamente no es difícil acabar en esa reducción que elimina o seculariza frases y afirmaciones de Jesús o sus discípulos. ¿Cómo, si no es desde una experiencia profunda, puede afirmarse algo que parece desmentido por la realidad, que “todas las cosas colaboran para el bien de los que aman a Dios”? Lo mismo ocurre con la argumentación de Pablo sobre la cruz, escándalo para los judíos, necedad para los gentiles pero para los creyentes poder de Dios y sabiduría de Dios.
Parece que la mística se abre camino. Como decía Thomas Merton: “Quizá sea muy importante, en nuestra época de violencia e intranquilidad, redescubrir la meditación, el rezo intuitivo, íntimo y silencioso, el silencio creativo cristiano”.

El modelo Valencia y las contradicciones de Ximo Puig

ATRIO

Caselles
Dado que ATRIO radica en Valencia (España) la atención fina a lo que aquí pasa es disculpable. Pero en esta pugna dentro del PSOE entre aparatos y bases militantes en una elección interna que se inicia mañana, es también un paradigma lo que está pasando con el, hasta hora, primer partido de la oposición, que bien merecería un análisis más riguroso. Yo, por ahora, me dedico al juego de buscar semejanzas y diferencias con el partido PDI italiano y el PSOE. Tal vez un día plasme lo hallado, que pueda servir de enseñanza para todos los partidos antiguos que quieran sobrevivir. AD.
“El secretario general del PSPV-PSOE y presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha afirmado este lunes que “esa especie de dicotomía entre dirigentes y bases no tiene ningún tipo de sentido, es absurda”, y ha recalcado que ese “maniqueísmo no es real”. (El Mundo)”.

Hay que ver qué cosas se ven y se dicen desde la altura de eso de ser dirigente. Veamos: Si los dirigentes dirigen es que las bases son dirigidas y parece que no es lo mismo dirigir que te dirijan. Es verdad que los dirigidos hasta pueden hacerlo con gusto o resignación, lo mismo da, la realidad es que se limitan a obedecer, lo que evita la necesidad de pensar, que es cosa que queda reservada a las élites, faltaba más. Lo que está claro y meridiano es que no es lo mismo ser base que dirigente, como no es lo mismo ser el jefe en una oficina y ser empleado de la misma, o entre ser empresario y ser eventual por horas en la empresa. (Esto lo digo por aquello de que hay quien dice que ya no hay clases).
Quizá lo que pasa es que sus propias contradicciones le afectan al buen funcionamiento de la maquinita de pensar. Porque Ximo se queja mucho de lo mal que trata Rajoy a la Comunitat Valenciana, pero no tiene inconveniente en apoyarlo. O apoya a la corriente sociata de ningunear a Podemos (versión andaluza), mientras gobierna gracias al apoyo de Podemos, con los que gobiernan a gusto sus militantes.
Digo yo que quizá sería bueno que en Valencia tuviéramos gobernantes con más juicio.

LA CUARESMA HOY

col loidi

Es frecuente escuchar que estamos en horas bajas para la religión. No lo voy a negar. Pero me parece que refugiarse en esa realidad no nos estimula. Ha habido una forma de ser cristiana, que está quedando atrás. Los cambios de nuestras sociedades los arrumban.
Un recuerdo que guardo del pasado reciente es que en el sábado santo –que no era sábado de gloria– había siempre estrenos teatrales de categoría. ¿Qué ocurría? Que en cuaresma no había teatro o apenas había. Los directores y actores se volcaban para el sábado santo. Es un ejemplo de todo un conjunto diferente, porque también desaparecían o disminuían los cantantes y los demás espectáculos. Y no había el pluralismo cultural y religioso que tenemos ahora. Hay gente cristiana no católica que no va a sumarse a nuestra cuaresma.
Estamos en esta situación. Pluralismo cultural y religioso. Apertura de tiendas a todas las horas del día y de la noche. Tenemos toda clase de espectáculos todos los días, a todas horas. Nuestras sociedades, a pesar de su enorme desigualdad, siguen cargadas de todo lo imaginable en cualquier época del año. Y tenemos internet, WhatsApp, con sus inmensas posibilidades, incuso de entontecer a las personas y vaciar la interioridad. El ambiente cuaresmal, que la gente mayor hemos vivido, no va a volver. En la sociedad no se va a notar que estemos en cuaresma, absolutamente nada, aunque saquemos el Santísimo por las calles y hagamos públicamente otros muchos signos. Asumamos que la fuerza social de la Iglesia es menor que en la época anterior y seguirá disminuyendo. ¿Qué hacer en estas circunstancias? No vamos a señalar cosas específicas; el problema es mucho más profundo. Daré algunas pequeñas pinceladas.
No volvamos al pasado ni a nada que se le parezca. Hay gente empeñada en volver al pasado, quizás confundida por ciertas predicaciones, ciertos seudo-pastores y ciertos signos emocionales.
Evitemos también la espiritualidad acumulativa. No crecemos por acumulación, ni física ni espiritualmente, sino por buena digestión y asimilación. Inevitablemente habrá un aumento de actos durante la cuaresma. Pero que sea un aumento sobrio. No abusemos de ellos. Lo que logramos por esa vía es cargar a la gente que trabaja y tiene hijos pequeños, y entretener a quienes no tienen mucho que hacer. O sea, dar gusto interior.
El punto más importante es fortalecer la interioridadfortalecer el núcleo de las personas. Cuando el ambiente nos es adverso, la solución no está en competir con él, sino en acrecentar el amor a Jesús, un amor apasionado. Acrecentar las devociones no es precisamente fortalecer el núcleo. Probablemente lleva a dispersarlo. Es posible que, inicialmente, las devociones nos aumenten la clientela; pero la gente necesitará pronto otra novedad.
Enseñemos a nuestra gente a orar, pero una oración centrada en Jesús. Nuestra gente ora poco; no sabe qué hacer en la oración. Oran en grupo y con canciones, con escasos tiempos para penetrar en sí mismas. Cantar, aplaudir, moverse, son tan superficiales, que lo que logran es dar algunas emociones fáciles. Enseñemos a la gente a orar a solas con regularidad y constancia, aunque sea costoso. Enseñemos a orar con menos palabras. Comentemos el texto de Mateo 6,6. Lo tenemos a mano, sin necesidad de acudir a novedades. ‘Cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre en lo secreto. (…) Y no hables mucho en la oración. Tu Padre sabe de antemano lo que vosotros necesitáis’.
La oración personal, hecha con regularidad y constancia fortifica el núcleo de la persona y lo transforma. Desde ahí se expande la transformación al resto de la persona. Muchos rezos, sí los hay, en ciertos ambientes; mucha espiritualidad acumulativa. Oración penetrante y creciente, escasa. Y nos cuesta mucho dar este tipo de educación religiosa.
Comprendo que habría que añadir más cosas. Habrá ocasiones para volver sobre este tema.

"Sueños de un viejo teólogo, una Iglesia en camino"

Una representación de la editorial salesiana edebé entrega un libro al Papa Francisco

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- Por: Marta Muntada, edb



Una representación de edebé formada por el P. Francesc Riu y el director general, Antonio Garrido, acompañada por el arzobispo de Barcelona, monseñor Juan José Omella, entregan el libro Exhortación del Papa Francisco. La Alegría del amor a su Santidad.
Fue en el marco de la tradicional audiencia general, el miércoles 29 de marzo, en la Plaza de San Pedro en Roma, al finalizar el acto.  Recibió el ejemplar de manos de los representantes de edebé y el grupo de matrimonios que han participado en la obra. El Papa Francisco firmó un ejemplar y expresó su satisfacción por el trabajo realizado y la importancia de que este documento sobre el amor y familia llegue al máximo de matrimonios y parejas de novios.


Su Santidad recibió también con interés la anterior obra de Francesc Riu, Carta del Papa Francisco - Ecología integral, pensada para acercar el mensaje de la encíclica Laudato sì sobre el medio ambiente, y publicada por edebé. Fue el gran interés que suscitó este libro el motivo por el cual los arzobispos de Madrid y Barcelona animaron al autor a realizar el proyecto sobre la exhortación Amoris Laetitia.

Exhortación del Papa Francisco. La Alegría del amor, editada en tres volúmenes, contiene el documento del Papa así como comentarios y propuestas de debate para matrimonios, parejas de novios, asociaciones de familias y agentes de pastoral familiar.
 Un libro realizado por Francesc Riu y editado por Edebé.