FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

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ATALAYA

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viernes, 21 de febrero de 2020

Senderos de gloria a la española

Redes Cristianas
Jaime Richart , Antropólogo y jurista
Por tercera vez he visto la película “Senderos de gloria”.
Pues si es cierto que en España hay libertad de expresión, yo digo aquí que la similitud entre la trama que describe el film y la trama -bien digo, la trama- contra siete gobernantes catalanes por el delito de rebelión, luego reformada la sentencia por el de se­dición, es palmaria…

El argumento del film de Kubrick es el siguiente: el ataque sui­cida del Regimiento 701 del ejército francés contra las posicio­nes alemanas en la colina de las hormigas (Ant Hill), un punto estratégico de vital importancia para el desarrollo de la Primera Guerra Mundial, se convierte en un fracaso estrepitoso. Para es­carmentar a las tropas con un castigo ejemplar, el general Mi­reau, uno de los principales responsables del ataque y de su es­trepitoso fracaso, convoca un consejo de guerra: tres soldados elegidos al azar por sus mandos directos son acusados falsamen­te de cobardía ante el enemigo y son fusilados.
En la película, el general Broulard ha citado antes en el Alto Es­tado Mayor al general Mireau para tantearle. Le dice, no le or­dena, que desea que sean las tropas de su Regimiento las que lleven a cabo la operación contra las colinas de Ant Hill. Ini­cialmente Mireau declina la sugerencia de Broulard porque sus tropas están demasiado maltrechas por otra acción muy reciente. Pero Broulard le tienta a continuación con la oportunidad de ser nombrado general del 12 Cuerpo si se hace cargo de la opera­ción. Entonces Mireau acepta el desafío. El coronel Dax, subordinado del general, inter­pretado por Kirk Douglas (recientemente fallecido a la edad de 103 años), se resiste en un primer momento ante su superior, pero al final cumple la orden; a la que sigue el fracaso dicho y el fusilamiento de los tres soldados.
El proceder de los generales Paul Mireau y George Broulard y todo lo sucedido en el relato cinematográfico tiene su equivalen­cia en España en la cruda realidad. El juicio seguido contra los gobernantes catalanes fue en realidad un consejo de guerra en tiempos de paz. La parodia de votación sobre la autodeterminación de Cataluña (pues sabían de antemano que ni era válida la votación al no haber sido autorizada por el Estado, como preceptúa el artículo 149 de la Constitución, ni que tampoco sería refrendada), dio paso a una pantomima. Pues pantomima fue el juicio del Tribunal Supremo. Al igual que en la farsa del consejo de guerra de la película, ese juicio por rebelión sólo fue un trámite. La suerte estaba echada antes de empezarse.
Y así ocurrió que tal espectáculo, pues fue una puesta en escena de la infamia que hay en todo consejo de guerra, la práctica de las pruebas, todas testimoniales, el re­chazo de otras propuestas por las defensas, la condena por rebe­lión y la sentencia de sedición que habría de reemplazar a ésta, todo fue un preparado a la carta que, gracias a que no hay pena de muerte y España pertenece a la Unión Europea la cosa no fue más le­jos. Ambos consejos de guerra, uno en la ficción cinematográfica y el otro desfigurado por el tiempo en que se desarrolló, tres meses, tienen la misma calaña. La trama del film transcurre en 1916. El asunto de fondo de este juicio a siete políticos españoles sucede a finales de 2019. Pero en el espacio de un siglo, el cerebro de los juzgadores civiles españoles sigue asimilado al militar, en el asunto territorial al menos, y no ha evolucionado…
Y las diferencias de forma, en cambio, son tan notables que se convierten en pieza acusatoria también contra el proceder del tribunal español. Si el consejo de guerra del film se solventa de un día para otro, como es costumbre en esos trances, el juicio contra los siete políticos dura tres meses para hacer más creíble la añagaza de culpabilidad con un desfile de pruebas testimoniales que falsean asimismo los hechos violentos; trans­formando la carga de las fuerzas de seguridad españolas contra la ciudadanía que iba a votar a los centros donde se habían pues­to las urnas, en violencia supuestamente cometida por los siete gobernantes o en violencia colectiva de la que el tribunal les hace responsables. Si el motivo de dicho consejo en el film es la co­bardía falseada de todo un regimiento que termina con el fusi­lamiento de tres soldados, el motivo del juicio español es el fal­seamiento de unas conductas que nada tuvieron que ver con la rebelión propiamente dicha, pues la misma reforma de la sen­tencia que les condena por sedición, lo prueba. ¿Cómo es posible que en tan poco espacio de tiempo cambie la justicia de parecer!

La incógnita es: en el film los dos generales comercian con el destino de tres seres humanos. En este caso, ¿qué clase de co­mercio pudo haber entre los componentes del tribunal para condenar a presidio, inicialmente casi vitalicio, a siete inocentes, y para que prevaleciese no la ley, siempre interpretable por la epiqueia, sino el franquismo hecho ley? Y si no hubo comercio, ¿qué clase de entendimiento tiene la Justicia es­pañola para acercarse tanto a la manera militar de entender la vida y la democracia, tan próxima a la que tenía el dictador que firmó cinco penas de muerte poco antes de morir, penas que se ejecutaron el 27 de setiembre de 1975? Eso, o el Tribunal Supremo ha prevaricado gravemente en este asunto, es decir, dictó sentencia a sabiendas de que era injusta. En re­sumen, un monumento de justicia ordinaria transmutada en justicia militar cuando sea menester, de una imagi­naria democracia en una nación de pícaros… 

Los religiosos españoles apoyan la concentración por la igualdad de la mujer en la Iglesia


Lucía López Alonso

IMG Revuelta de MujeresConvocada para el próximo 1 de marzo en la Almudena
Tradicionalmente invisibilizadas, las mujeres se han unido en “revuelta”, organizando este especial evento de reivindicación “hasta que la igualdad se haga costumbre”
Queriendo hacerse oír de todas las maneras, las convocantes están preparando para el encuentro diferentes actividades de reivindicación ··· Ver noticia ··

MUCHAS PERSONAS, CUANDO ESTÁN AL FINAL, LO QUE QUIEREN ES HACER ALGO PARA QUE NO SUFRAN


col bastante
Este martes, el Congreso de los Diputados aprobó la tramitación de la ley de la eutanasia que, de concluirse, convertiría a nuestro país en el cuarto estado europeo en regular esta práctica. Días antes, conversamos con el religioso camilo José Carlos Bermejo, uno de los mayores expertos del mundo en humanización de la salud.
Bermejo, autor de '¡No quiero sufrir! Sobre la eutanasia y otras cuestiones bioéticas del final de la vida' (Sal Terrae), constata que "en las cuestiones sobre el final de la vida hay consenso. Y el consenso gira en torno a lo que hemos elegido como título: que no queremos sufrir. Al menos, no queremos sufrir esa parte del sufrimiento evitable.
"En torno al final de la vida hay mucho sufrimiento. Hay una parte inevitable, que es lo que significa tomar conciencia de que termino, o de que termina el ser querido. El duelo anticipado. O terminar de repente y que no haya tiempo para una despedida. Esto hace sufrir", subraya Bermejo, quien añade que "lo que más queremos es no sufrir lo que se puede evitar; se puede evitar el encarnizamiento diagnóstico, el poner apellido a lo que nos pasa. Podemos evitar el encarnizamiento terapéutico -hoy preferimos decir técnico, porque si es realmente terapéutico, no es encarnizamiento-".
En el desafío de superar el ensañamiento, con el arsenal de tecnología que tenemos, en torno al final, estamos todos de acuerdo. Y en que hay que impregnar los procesos de mucha racionalidad, y no solo de la emotividad que puede llevar a decir a cualquiera que nos quiere, “por mi hermano, todo lo que se pueda”. Hoy estamos de acuerdo en que no 'todo lo que se pueda', sino 'todo lo que se deba'. Que sea proporcionado, o que realmente esté indicado en alguna praxis y las evidencias del momento y la conjugación de valores que se den cita; la complejidad del final de la vida. Hay mucho consenso.
P.- ¿Y dónde se rompe ese consenso?
R.- Se rompe cuando lo que queremos decir, ni siquiera lo sabemos decir con claridad. La gente al querer decir no quiero sufrir, a veces -lo vemos en la mitad de la muestra de nuestros estudios- confunde la sedación paliativa con la eutanasia.
Con el encarnizamiento terapéutico, todos nos ponemos de acuerdo aunque podamos discutir un poco sobre la nutrición por vías artificiales. Pero, en realidad, muchas personas lo que quieren decir es que cuando estén al final, se pueda hacer algo para que no sufran. Esto, en muchas ocasiones significa, sencillamente, que la persona esté sedada, en los casos en los que esté indicada como praxis. Y, por supuesto, que con el consentimiento del individuo o de la persona que legítimamente lo representa, es una muy buena praxis porque es vivir dormido cuando hay síntomas refractarios o, lo que es lo mismo, que no conseguimos tratar por los caminos indicados. Sobre esto hay consenso.
Donde el consenso se rompe es cuando manejamos mal la terminología y queremos decir muchos lo mismo, y creemos que para defenderlo tenemos que utilizar la palabra eutanasia. Cuando, en verdad, la eutanasia es una realidad de alta complejidad y baja frecuencia, como dicen algunos. Cierto que esto de baja frecuencia es distinto para cada uno. Para unos cinco es mucho y para otros poco.
Donde no estamos de acuerdo es en que unos dicen que tiene que haber un marco legal, y otros decimos que no por razones como de conocimiento de la regulación de las leyes, de diferentes generaciones. Los pocos, muy pocos, países donde se ha legalizado: Benelux, Colombia, algunos estados de EE.UU. En ellos se ha despenalizado la eutanasia o el suicidio asistido. También, porque sabemos que es verdad el argumento de la pendiente resbaladiza, que es verdad que se produce una cierta atracción de la muerte ante la fragilidad, que es verdad que nos empeñamos menos a conjugar el verbo cuidar... Ayer, decían, en una conferencia: “sueño con que la sociedad cuidáramos tanto y tan bien, que nadie quisiera morirse”.
P.- Lo que pasa es que luego llegan casos concretos y para eso, no sé si es necesaria o no una regulación. Al menos en casos extremos. La sociedad no está tan informada como para tener un testamento vital, y no todo el mundo sabe cuál es la voluntad de un familiar, si pasa algo. Porque no siempre ocurre cuando eres mayor; puedes tener un accidente con veintitantos años, que no es tan extraño, y de repente te encuentras conectado a una serie de máquinas. Eso ¿qué es?... La desconexión. Porque no estamos hablando de dejar de sufrir, tampoco son cuidados paliativos.
R.- Hay que tener información de cada caso. En algunas ocasiones, desconectar algunos aparatos es hacer lo que se debe porque la persona está fallecida clínicamente, y hay ser coherente con la situación biológica y biográfica de esta persona. En otros casos, puede ser limitación del esfuerzo técnico, que consiste en no iniciar o en dejar de utilizar unas medidas que ya no responden.
P.- Me refiero a los casos como el de Francia, tan mediático. Esos casos de retiro del soporte vital, que no sé si lo son, porque si se demuestra que una persona no tiene posibilidad de curación, los soportes de respiración o alimentarios ¿son, o no son maniobras de eutanasia?
R.- En el caso de la alimentación por vía artificial está muy debatido. En particular, se debate si son medidas de soporte vital o son un tratamiento. En la última ley italiana, en la exposición de motivos, antes de entrar en el articulado, ya se define como tratamiento. La Conferencia Episcopal, en un documento de noviembre, refiriéndose a este tema, en algunos párrafos lo define también como tratamiento.
P.- Eso me parece muy importante.
R.- Hoy somos muchos más conscientes, por sensibilidad social. Y desconocedores, también, del planteamiento de la Congregación para la Doctrina de la Fe de agosto de 2007 y de 2004, donde se respondía a preguntas que venían de la Conferencia Episcopal norteamericana a propósito de esto, y donde se decía que, en principio, estas medidas son moralmente obligatorias. “En principio”. Este “en principio” añadía que hay que demostrar que cumplen su función. Y es que es un tema delicado porque, efectivamente, hay situaciones en las que al ser humano, a nivel biológico, introducirle líquido no lo consigue hidratar. Y de la misma manera, introduciéndole nutrientes, no se le consigue nutrir porque no lo procesa. La persona se está muriendo y parece que se muere si no le damos de comer. La realidad es que esa persona no come porque se está muriendo. Y aceptar esto y reflexionar, no significa estar en contra de la eutanasia, sino tratar situación con mucha información. En estos últimos documentos del magisterio, estamos diciendo que hay que demostrar que estos tratamientos cumplen su función. Que quiere decir que hay que superar los impulsos. Necesitamos mucha alfabetización ética.
P.- Esto es lo primero.
R.- En la sociedad, está sucediendo, también, que probablemente tengamos campo docente, en este caso en las escuelas, en los diferentes contextos. Hubo una especie de boom, cuando surgieron algunos master para prepararse en estas cuestiones, tan delicadas, en varias universidades. Y ahora estamos en un valle.
P.- Estamos en un valle y, sin embargo, en la política estamos en el pico. Porque parece que sí o sí se va a aprobar, o, por lo menos, se va a llevar al Parlamento una ley, que no conocemos exactamente por dónde va a ir en todos sus flecos, pero que regula.
R.- Yo me he leído el proyecto de ley presentado en 2018 por el grupo socialista y el diario de sesiones. Qué es lo que se ha discutido.
P.- ¿Y qué te parece?
R.- Es un trabajo donde lo que más hay es consenso. Llega el momento en el que tenemos que decidir si despenalizamos o legalizamos esa práctica en la que alguien, no encontrando sentido a su vida quiere pedir ayuda, y si el sistema de protección jurídico y sanitario entiende que ayudarle a morir es un servicio más de la cartera de Sanidad.
P.- Pero, eso será suicidio asistido y no eutanasia.
R.- Será suicidio asistido si entendemos que el médico entrega lo necesario y el otro se lo autoadministra.
P.- Entonces sería medicamento asistido... Necesitamos lenguaje.
R.- Sería suicidio médicamente asistido si el médico entrega...
P.- Sí. Pero si tú quieres acabar con tu vida porque no tienes opciones, por ejemplo, una enfermedad, una ELA, un caso de este tipo, y puedes procurarte los medios, eso es un suicidio.
R.- Hay 3.900 al año en España. Es un dramón silenciado.
P.- Pero es ilegal, si alguien me ayuda.
R.- Ayudar al suicidio es un delito penado en la ley del mundo entero. Porque no sería 'médicamente asistido'. Es otro concepto.
Del tema del suicidio deberíamos ocuparnos porque se está ocultando, y hay indicaciones para tratarlo de una manera no oculta por parte de la Organización Mundial de la Salud. Parece que en los medios estamos siguiendo las mismas indicaciones de cuando eran contrarias.
P.- Es una de las mayores causas de muerte en el mundo civilizado.
R.- Después de los accidentes, y a veces , en franjas de edad, por encima. Hay que estar muy atentos a este tema. Algunas comunidades autónomas, afortunadamente, en materia de prevención de salud mental, están haciendo planes de prevención del suicidio y de atención a las personas supervivientes y vulnerables. Si no hacemos esto, la muerte va a tener cada vez más poder de atracción ante la experiencia del fracaso y del malestar, para no volver a la palabra 'sufrimiento'.
P.- Gestionar las frustraciones.
R.- Y el malestar, el malestar social. Es una salida el terminar con lo más grande que tenemos, que es la vida. Que podemos estar mal, pero también bien, y también mejor.
P.- Pero estamos.
R.- La vida es el sustrato de todo tipo de valor.
P.- Una última pregunta, ¿qué te ha parecido el documento de la Conferencia Episcopal de noviembre al que te has referido, respecto al tema de la eutanasia?
R.- Me ha gustado. Me ha parecido un modo de alinearse con la terminología. Y de clarificar, en primer lugar, los conceptos. Y no hay ninguna argumentación, para estar en contra de la eutanasia, de las pudieran haberse manejado en otros momentos de la historia, como era el de dar valor al sufrimiento por sí mismo. Lo que podríamos llamar 'dolorismo'.
Las argumentaciones que se presentan, me parece que son nobles: el rechazo a toda forma de encarnizamiento, la clarificación de que se entiende la sedación como una buena praxis cuando realmente lo es, no cuando es indiscriminada... Me parece que ha habido un trabajo de discernimiento y de puesta al día muy saludable. Y sueño con que se pueda difundir más. Porque, a veces, parece que hay prejuicios. Como si la Iglesia no manejara argumentos. Y puede que haya sido así en otro momento de la historia. A veces yo también me digo a mí mismo: «¿qué se podría decir, desde la identidad cristiana, cuando no había analgesia?» Pues otras palabras: resignación, aceptación... Hoy, conjugamos otros verbos: integración, desafío al crecimiento...
P.- Quizá los prejuicios vengan porque parte de la Iglesia que se escucha todavía piensa en clave de siglos anteriores, cuando no había tanto conocimiento. Y, a veces, la identificación de esos grupos con la auténtica verdad de lo que dice la Iglesia y los auténticos valores, y la no respuesta de la propia institución de la Iglesia ante esas declaraciones, también hace mucho. Pero este, tal vez, sea otro debate.
R.- El documento 'Sembradores de esperanza' yo invito a leerlo y a aprender con él, porque tiene una valencia pedagógica muy grande.

DEJAR MORIR DIGNAMENTE NO ES MATAR, SINO AYUDAR A VIVIR DIGNAMENTE AL MORIR Y EN EL MORIR


col masia

Decálogo de eu-thanasia justa, humana y espiritualmente:
1.- La persona paciente tiene derecho a que se respete su dignidad cuando pide que le ayuden a vivir dignamente mientras se muere.
2.- Hay que reconocer el derecho a vivir dignamente durante el proceso de morir y mientras se muere.
3.- Hay que acompañar a la persona doliente moribunda, apoyando razonable y responsablemente sus demandas de ayuda humana y espiritual para vivir dignamente el proceso de morir.
4.- Hay que acompañar la decisión autónoma de la persona doliente que elige el cuidado paliativo justo, incluida la sedación terminal, debidamente protocolizada y consentida.
5.- Hay que acompañar la decisión autónoma de la persona doliente que elige el rechazo de recursos sanitarios fútiles, desproporcionados u onerosos, sobre todo cuando solo sirvan para alargar el proceso de morir; (opción por limitarse al uso proporcionado de los medios de prolongación de la vida incluida la renuncia a la alimentación e hidratación artificiales).
6.- Hay que acompañar la decisión autónoma de la persona doliente que solicita la ayuda personal y social (sanitaria, legal y psicológica o de acompañamiento espiritual), para llevar a cabo responsable y justamente la aceleración directa e intencionada del proceso de morir. Hay que proteger los derechos, autonomía y dignidad de la persona paciente en los casos de opción justificada por una aceleración del proceso de morir que, al menos, convendría despenalizar.
7.- Las opciones arriba mencionadas pueden calificarse como eu-thanasia justa o ayuda a vivir dignamente el proceso de morir. Etimológicamente, eu-thanasia es buen morir, vivir dignamente el proceso de morir. Eu-thanasia valdría para designar la eutanasia justa. La eutanasia injusta sería simplemente “mala muerte”.
8.- Ética cívica y legislación democrática han de garantizar la seguridad jurídica para la protección del vivir durante el proceso de morir:
  1. A) Ante las solicitudes de ayuda en el proceso de morir: Hay que proteger la gradualidad en el uso de los recursos paliativos, así como el acceso justo a ellos. Hay que proteger la práctica de la moderación del esfuerzo terapéutico (incluida la retirada de alimentación e hidratación artificiales).
  2. B) Ante las solicitudes de ayuda para morir pacíficamente: Hay que proteger el control prudente de la sedación profunda en fase terminal. Hay que proteger las decisiones autónomas y responsables de aceleración del proceso de cese vital, asegurando que no se viole la dignidad y derechos de las personas pacientes que opten por solicitarlo (despenalización de la aceleración asistida del proceso de morir).
9.- Dejar morir dignamente no es matar.
Dejar morir dignamente no es matar, sino ayudar a vivir dignamente al morir y en el morir. La persona tiene derecho a vivir dignamente hasta el momento de morir. Es un extremismo identificar el respeto a la dignidad con la prolongación a toda costa de la vida biológica. Es un extremismo suspender los soportes vitales por motivos meramente económicos u otros intereses no confesados, o por no reconocer la dignidad de la persona en esa situación. El buen morir respetando la dignidad de la persona (que puede conllevar a veces una solicitud de eutanasia justa) no se debería confundir con una eutanasia irresponsable. Una eutanasia justa (cumplidas las condiciones de respeto a la dignidad y libertad de la persona) no se puede equiparar con el homicidio, como tampoco puede ni debe llamarse suicidio al asumir responsable y libremente la propia muerte.
10.- Tomar decisiones creativas acerca del fin de la vida no tiene necesariamente que estar en contra de una fe religiosa, si se entiende que el Creador ha creado criaturas creadoras encargándoles que co-creen, es decir, que cooperen a la creación y cuidado continuo de la vida. Lo cual no significa absolutizar el mantenimiento a ultranza de la vida biológica, sin tener en cuenta las exigencias de la vida personal y espiritual destinada a transformarse en vida eterna, en el seno de la Vida de la vida.



ECUMENISMO


col munarriz

Erich Fromm, psicoanalista alemán, decía: «Si percibo en una persona solo lo superficial, percibo fundamentalmente las diferencias; percibo lo que nos separa. Si penetro hacia el núcleo, percibo nuestra identidad, nuestra hermandad». A los seres humanos nos separa solo lo superficial; la raza, la cultura, la lengua, las costumbres... pero si penetramos hacia el núcleo, descubrimos que nos une lo esencial, es decir, que nos une la “humanidad”; ese sentimiento impreso en nuestra condición humana que nos impide permanecer indiferentes ante la desgracia ajena. Y aquí encontramos la forma más genuina de ecumenismo; sentirnos unidos a todos los seres humanos en humanidad; solidarizarnos con ellos hasta el punto de percibir esa hermandad de la que nos habla Fromm.
Una parte de ese género humano busca el sentido de la vida en Dios, y las religiones pueden considerarse como los cauces para encontrarlo. Todas las religiones son fruto de la evolución cultural de cada pueblo, y por eso son distintas y proponen distintas formas de buscar a Dios. Estas diferencias nos pueden separar hasta el extremo de provocar guerras, pero son siempre diferencias superficiales que afectan a la cultura, y no al núcleo. En el núcleo está Dios como fundamento de todo cuanto existe o acontece; aunque unas le otorguen una naturaleza personal, independiente del mundo, y otras lo identifiquen con toda la realidad existente en el mundo. Y aquí encontramos la segunda forma de ecumenismo, la identificación con todos los seres humanos que ansían a Dios y esperan llegar a Él, o fundirse con Él, tras la muerte.
Dentro del cristianismo encontramos no pocas Iglesias que históricamente se han considerado antagonistas. En este contexto, puede haber dos formas de entender el ecumenismo: como un proceso de negociación entre ellas para el logro de una misma jerarquía, un mismo contenido dogmático, unos mismos sacramentos y unos mismos ritos y ceremonias… o como una actitud de humildad y tolerancia, que reconozca a las otras como cauce válido para llegar a Dios. Esta actitud nace de la convicción de que lo importante, lo nuclear, es aquello que nos une, Jesús, y que todo cuanto nos separa es secundario, banal; simples notas a pie de página que solo añaden criterios que no por respetables son menos opinables. Que nadie está en posesión de la verdad, y que el respeto a la diversidad es un valor de primer orden.
¿Pero cuál es ese núcleo del cristianismo capaz de concitar la adhesión de todos los cristianos y poner de manifiesto su identidad y su hermandad?... No lo sabemos, pero limpiando el mensaje evangélico de todas las adherencias que lo enmascaran, quizás llegásemos a una formulación más o menos así: “Creo en Jesús visibilidad de Dios. Creo en el Dios de Jesús; en Abbá. Creo que Abbá me quiere con locura, y respondo a su amor amando a sus Hijos más necesitados”. Y si éste es el núcleo, no debemos perder nuestra hermandad, cegados por lo secundario. Y lo secundario es que unos reconozcan siete sacramentos y otros solo dos; que unos admitan al Papa como vicario de Cristo y otros no… Incluso, que unos consideren al pecador como un ser necesitado, y otros piensen que merece castigo por sus culpas; que unos tengan la esperanza de que a Abbá no se le pierda ningún hijo, y que otros afirmen que habrá Hijos perdidos castigados por sus culpas…
En cualquier caso, si verdaderamente existe una sincera vocación de ecumenismo, habría que empezar por calificarnos con aquello que nos une: como cristianos seguidores de Jesús, y desterrar otras calificaciones —como protestantes, católicos, ortodoxos, anglicanos o evangélicos— que nos separan.

Espejos - 7º Domingo Tiempo Ordinario, Ciclo A

Domingo 23 de Febrero 7º Ordinario Policarpo (155)


Todos estamos llamados por Dios a ser santos, a ser perfectos, como el mismo Padre lo es; y el camino para llegar a la plena santidad es el amor: amor a Dios y a los hermanos, amor a los que sufren, amor a sí mismo, a la familia, amor a la naturaleza, al cosmos-caos entero.
Las tres lecturas de hoy podría considerarse que están centradas en el tema de la «santidad por el amor».

La primera lectura, un fragmento del «código de santidad» del libro del Levítico, presenta una imagen de santidad mediada por la responsabilidad con el prójimo; es decir, que el camino para llegar a Dios y lograr la santidad comienza con el respeto hacia la vida y la dignidad del otro. Este criterio es el centro de la Ley y los Profetas, el eje que determina nuestra verdadera relación con Dios, el elemento fundamental de la fe, ya que a través de la apertura a los demás es como ciertamente somos partícipes de la promesa de salvación dada por Dios a su pueblo. IR A LA PÁGINA 

Nicolás Castellanos”Las expectativas quedaron en el camino entreverado de la Curia”


Nicolás castellano1“¿Entonces el Espíritu Santo no habló por la voz unánime de los pueblos originarios?”
“No deja de ser un irresponsable el que crea que el Espíritu Santo ya lo ha dicho todo”
“Acepto con alegría que se retrase la imposición de manos a los “Viri Probati” y que las mujeres puedan ejercer el diaconado, como la Iglesia primitiva” ··· Ver noticia

El Carnaval de Cádiz la toma con Zornoza: “A Cádiz le ha tocado un obispo que no merece, no ayuda a los necesitados mirando por sus intereses”


Zornoza2Dura respuesta de la chirigota Aquí estamos de paso a las críticas del prelado
La chirigora Aquí estamos de paso, se venga del obispo por su dura crítica a la recreación de una procesión en el teatro Falla, mientras alaban al Papa Francisco: “Si por él fuera habría menos pobres”
“En este rebaño de Dios es usted la oveja negra, ojalá Dios sea verdadero y te cobre desde el cielo lo que has hecho tú en la tierra”
La copla continúa diciendo que el Obispado “tiene pisos por todas partes”, que son “pisos que se pudren cerraos mientras hay pobres en las calles” ··· Ver noticia ··

LA MISA DEL DOMINGO Semana VII del tiempo ordinario Domingo 23 de febrero de 2020



Levítico 19, 1 – 2. 17 – 18 Salmo 102. 1  Corintios 3, 16 – 23 Mateo 5, 38 – 48 



El evangelio que hemos escuchado hoy siempre ha sido una lectura controvertida, que nos sorprende y nos parece imposible de cumplir. Comienza Jesús mostrando cuál era la ley que cumplían en aquel momento: la ley del Talión. Según esa ley, cuando uno era dañado por otro, para que la venganza no fuese desproporcionada, era pagado con el mismo daño. IR A LA PÁGINA

MISA CON NIÑOS DOMINGO VII ORDINARIO (A) “Pero yo os digo” 23 de febrero de 2020

IÑAKI LETE SDB


(El evangelio de hoy está en continuidad con el del domingo pasado. Hay que situar ambos textos en el ambiente del “sermón de la montaña”. El domingo pasado Jesús recordaba algunos aspectos del Antiguo Testamento y hoy va a continuar con la misma dinámica, diciendo “pero yo os digo”. 

Un signo para la celebración: una tablet u ordenador sobre una mesita, para simular que se puede consultar. Durante la homilía el sacerdote va diciendo la primera parte de las frases de Jesús en el evangelio y uno o más niños (con los que mejor ya ha quedado antes) contestarán, como que consultan, la segunda parte. 
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CG28: La prioridad de la misión salesiana entre los jóvenes más pobres


- Por: Samuel Segura


Todavía en los comienzos de la experiencia capitular, los próximos tres días tienen una característica especial. Combinan un momento de oración-reflexión por la mañana sobre cada uno de los tres núcleos temáticos del Capítulo, y un momento de reunión por grupos de Región por la tarde, para examinar el Informe del Rector Mayor.


 
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El miércoles 19, la mañana ha sido animada, en la charla y en la presidencia de la Eucaristía, con el salesiano Rossano Sala, que fue secretario especial en el Sínodo de los Jóvenes convocado por el Papa. Rossano Sala, desarrolló el tema de "la prioridad de la misión salesiana entre los jóvenes más pobres". Para ello se sirvió de textos del evangelio (encuentros de Jesús con jóvenes) y de las Memorias del Oratorio (primeros pasos de la labor de Don Bosco entre los jóvenes más pobres de Turín). 

Nos recordó cómo Don Bosco, acompañado por su guía espiritual San José Cafasso, renunció a un trabajo educativo seguro y bien remunerado con la Marquesa Barolo, por dedicarse a los chicos de la calle, "que no tenían a nadie más que a él para atenderlos", e indicando además: "No puedo alejarme del camino que la Divina Providencia me ha señalado".

En reunión de la tarde de nuestra Región Mediterránea, trabajamos sobre las prioridades y desafíos que surgían de la Relación del Vicario del Rector Mayor y de los miembros del Consejo Superior de los Salesianos. El diálogo fue rico y muy participado.

En esta semana, la animación de la oración de Vísperas de la tarde ha correspondido a nuestra Región, y concretamente ayer y hoy, a la España salesiana. Han sido Fernando dirigiendo, Samuel tocando la guitarra y Juan Carlos nuestro inspector, quienes "han dado la nota" ante la Asamblea. En la cena nos acompañó el Card. Tarcizio Bertone. Y la jornada se coronó con un sencillo concierto clásico en el que se interpretaron dos piezas de cámara de Beethoven.


Adjuntos