FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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viernes, 7 de diciembre de 2012

Se suprime el subsidio para mayores de 45 y el de 52 pasa a los mayores de 55, entre otras sorpresas del BOE Javier Peña

Se suprime el subsidio para mayores de 45 y el de 52 pasa a los mayores de 55, entre otras sorpresas del BOE
Javier Peña

El gobierno se olvidó citar algunos aspectos importantes de las medidas de recorte, aprobadas en el Consejo de Ministros del pasado viernes, como es la supresión del subsidio para mayores de 45 años, la elevación de los 55 años del subsidio que hasta ahora era para mayores de 52 años y la posibilidad de suspender la prestación por desempleo “cuando se aprecien indicios suficientes de fraude en el curso de las investigaciones realizadas por los órganos competentes en materia de lucha contra el fraude”. Y se confirma que será más difícil acceder a la Renta Activa de Inserción (RAI).SEGUIR LEYENDO EN PORTALPARADOSSEGUIR LEYENDO EN PORTALPARADOS

Carta de Navidad Arciprestazgo de Cartuja (Granada)

Cada año, los párrocos del Arciprestazgo de Cartuja, que agrupa a todas las parroquias de la zona Norte de la ciudad, escriben una carta con motivo de la Navidad, que este año quieren compartir a través de GranadaiMedia para que “se escuche otra voz de la Iglesia”.
En la misiva navideña, critican a un sistema “que idolatra el dinero” y que ve hasta en Dios “una posible fuente de ingresos”, apuntan que vivir la Navidad cristiana no es lo mismo que cristianamente y llaman a sus fieles a “iniciar una vida más sencilla, más racional y más solidaria , o sea, que lucha con otros por el reconocimiento eficaz , y a veces, hasta jurídico de nuestros derechos“.
Carta de Navidad 2012
Hace más de veinte siglos, el emperador de Roma, en su deseo de controlar, someter y recaudar el tributo decidió hacer un censo de todos los ciudadanos del imperio, sometidos a su poder.
Entre ellos se encontraba una joven pareja de Nazaret que. a pesar del avanzado estado de gestación de la muchacha, tuvo que desplazarse hasta Belén.
Y es que esta chica, que se llamaba María, se había quedado embarazada, con apenas quince años; y a pesar de la fuerte amenaza de ser repudiada y brutalmente apedreada, hasta la muerte, como mandaba la ley, encontró amparo y comprensión en su compañero José, que en vez de despedirla en secreto, como había pensado al principio, decidió acogerla y hacerse cargo de ella y también de la criatura.
María y José no tenían su situación en regla, así que el Niño tuvo que nacer en una covacha (…) como siempre nacen los hijos de los pobres
El caso es que, una vez llegados a Belén, al no tener su situación en regla, ni disponer de dinero, ni influencias, aquel Niño tuvo que nacer en una covacha que había a las afueras de la ciudad, rodeado de carencias y de inseguridad… Como siempre nacen los hijos de los pobres.
Este es el sencillo relato de lo que se ha convertido, para nosotros, en el acontecimiento más grande de este mundo. Y ello, porque creemos que precisamente en este Jesús, hijo de María, es donde Dios asume la condición humana y el hombre recibe la dignidad divina.
Más adelante, quiso llamarse el hijo del carpintero cuyo oficio aprendió y ejerció la mayor parte de su vida, hasta que un día sintió una fuerte llamada que le llevó a dejar el taller para hacerse educador de calle… y empezó a buscar entre sus paisanos (que estaban hartos de una sinagoga llena de letrados y profesionales de la religión) gente sana que le ayudara a elaborar su proyecto de fin de carrera que, según él, consistía en un programa de fraternidad tan auténtico y universal que mereciera hacerse eterno en el Reino de los cielos; y en ello estamos, después de veinte siglos.
Sin embargo, como en la primera Navidad, hoy los poderosos siguen dominando el mundo. Los políticos, los banqueros, los especuladores financieros… nos siguen sometiendo, por decreto, a todo tipo de recortes, desahucios o impuestos abusivos.
Hasta Dios mismo es para este sistema y los que lo sustentan una posible fuente de ingresos
En definitiva, seguimos siendo víctimas de la gran idolatría del dinero que produce cada vez más injusticias, hambre, paro y desigualdad… y que humilla y envenena cada día más nuestro entorno y nuestra tierra.
Y lo más grave es, que a este sistema y a los que lo sustentan, solo les interesa sacar provecho de todo lo humano y lo divino; hasta el punto de que Dios mismo, para ellos, no es otra cosa que una posible fuente de ingresos.
Por eso, en estas fechas, se hace el paripé de celebrar la Navidad cristiana, pero no cristianamente, sino comercialmente; con lo cual se está intentando someter, una vez más, el Dios de la vida a la insoportable presión del dios dinero.
La Navidad es sinónimo de vida, nacimiento y creación.
Lo cual supone, para nosotros, una toma de conciencia de las graves situaciones de vida amenazada y degradada que estamos padeciendo.
Que sepamos celebrar lo que hay que celebrar: la noticia de que hay otro mundo mejor… y que además es posible
Y debe ser también, un compromiso de estar más atentos al incesante clamor de los pobres y al grito estremecido de la tierra.
Todo lo cual, nos debe llevar a iniciar una vida más sencilla, más racional y más solidaria , o sea, que lucha con otros por el reconocimiento eficaz , y a veces, hasta jurídico de nuestros derechos; a cuidar nuestra tierra para que pueda germinar el trigo, el vino y el aceite que permita paliar el hambre y la sed que padecen tantos hombres y mujeres hermanos nuestros.
Que sepamos celebrar lo que hay que celebrar, y no otra cosa, con la alegría de la Buena Noticia que gritaron los pastores en la noche palestina; la noticia de que hay otro mundo mejor… y que además es posible.
Feliz Navidad para todos.
Parroquias del Arciprestazgo de Cartuja
Granada

Los obispos extremeños piden “el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones” José M. Vidal

Ven la causa de la crisis en que se “ha dejado de lado toda referencia a Dios”
“Es imprescindible emprender y reforzar políticas de ayuda económica y social”
Queremos animarles a la esperanza, que se hace más necesaria en los momentos difíciles, como los que ahora vivimos con la crisis económica y social
Los tres obispos extremeños no suelen pronunciarse demasiado públicamente. Y menos, los tres juntos. Pero, ante la progunda crisis que atraviesa el país, decidieron lanzar un comunicado, en el que, entre otras cosas, piden que se mantenga el poder adquisitivo de las pensiones, “soporte para las maltrechas economías de bastantes familias”, al tiempo que denuncian el aumento de la pobreza y las luchas intestinas entre los políticos.
El manifiesto está firmado por el arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil; el obispo de Plasencia, Amadeo Rodríguez Magro; y el de Coria-Cáceres, Francisco Cerro Chávez.
Se trata de un documento de reflexión desde la fe sobre la actualidad nacional y regional que no se daba desde octubre de 2008, cuando los tres prelados de la Iglesia extremeña acordaron dar su propia visión sobre la asignatura de Educación para la Ciudadanía.
Texto íntegro del comunicado de los obispos extremeños
1.- En este Adviento del Año de la Fe en que la Iglesia, bajo la guía del Papa Benedicto XVI, está empeñada en la Nueva Evangelización, nos dirigimos a los hombres y mujeres de Extremadura, donde el Evangelio ha arraigado con frutos fecundos a lo largo de los siglos y ha conformado nuestra propia historia y cultura. Queremos animarles a la esperanza, que se hace más necesaria en los momentos difíciles, como los que ahora vivimos con la crisis económica y social.
2.- Los Obispos de la Provincia eclesiástica de Mérida-Badajoz mostramos, ante todo, nuestra especial cercanía a las personas afectadas por esta crisis: a los parados, sobre todo a los jóvenes y a los desempleados de larga duración, así como a los necesitados que han visto acabar sus prestaciones sociales. A ellos se unen ahora personas y familias que, hasta hace muy poco, podían hacer frente a sus compromisos económicos más comunes: el pago de su vivienda, de su hipoteca, de su alimentación y de los suministros básicos, agua, luz y combustibles, así como a la enseñanza y educación de los hijos; personas que cada día van engrosando dolorosamente las cifras de la pobreza en nuestra región, y a las que es preciso acompañar en su angustia, darles esperanza y de, alguna forma, hacerles ver que no están solas.
3.- La solución a estos graves problemas económicos y sociales corresponde ciertamente a la entera sociedad civil y, en primer lugar, a quienes en ella tienen funciones de gobierno a todos los niveles: los responsables de las administraciones públicas y de los mercados, los políticos, economistas, empresarios y dirigentes sindicales, y, en no menor medida, las entidades financieras y los organismos comunitarios europeos y mundiales, desgraciadamente muchas veces lejanos de los problemas y aspiraciones de los ciudadanos.
4.- Ciertamente, “la Iglesia -como señala el Papa Benedicto XVI- no tiene soluciones técnicas que ofrecer y no pretende ‘de ninguna manera mezclarse en la política de los Estados’. No obstante, tiene una misión de verdad que cumplir en todo tiempo y circunstancia en favor de una sociedad a medida del hombre, de su dignidad y de su vocación” (Caritas in veritate, 9); por esto mismo, los Obispos invitamos a todos, muy especialmente a los propios católicos y a las comunidades eclesiales de nuestra Región, a empeñarse de una manera más activa en ayudar a buscar vías de solución a esta crisis, y a realizar por ello una seria reflexión, a la luz del Evangelio. No se trata de señalar culpables de ella. En cierto modo lo somos todos por haber minusvalorado, en mayor o menor medida, algunos de los valores esenciales que engrandecen la dignidad de la persona. Con frecuencia se han ido sustituyendo por un sistema o estilo de vida en el que, dejando a un lado toda referencia a Dios, se relativiza todo comportamiento y se sitúa al ser humano en un individualismo cada vez más cerrado y volcado en lo terreno. Sin visión alguna de trascendencia no es posible la esperanza.
5.- En este ambiente, en el que impera de primacía de lo material, el éxito fácil y el olvido del esfuerzo, con las consiguientes carencias éticas y morales, con frecuencia nuestros semejantes no son considerados hermanos, sino simples competidores. Por ello se termina relegándolos socialmente a la hora de participar de manera justa de los bienes del mundo. En este ambiente, lo “políticamente correcto”, prima muchas veces sobre la Verdad y el Bien, y los deberes y exigencias personales son ignorados. En consecuencia se aprecian poco, cuando no se silencian, los comportamientos éticos ejemplares, donde la primacía de la persona y del bien común siempre se han tenido en alta estima.
6.- El Papa Benedicto XVI afirma que la “mentalidad que se ha ido difundiendo en nuestro tiempo, renunciando a cualquier referencia a lo trascendente, se ha mostrado incapaz de comprender y preservar lo humano. La difusión de esta mentalidad ha generado la crisis que vivimos hoy, que es crisis de significado y de valores, antes que crisis económica y social. El hombre que busca vivir sólo de forma positivista, en lo calculable y en lo mensurable, al final queda sofocado. En este marco, la cuestión de Dios es, en cierto sentido, ‘la cuestión de las cuestiones’. Nos remite a las preguntas fundamentales del hombre, a las aspiraciones a la verdad, la felicidad y a la libertad inscritas en su corazón, que tienden a realizarse” (Discurso al Pontificio Consejo para los Laicos, 25.11.2011).
7.- Por todo esto, creemos que la necesaria y urgente salida de la crisis económica precisa también un rearme ético y moral de valores que nuestro pueblo extremeño ha vivido a lo largo de los siglos como consustancial a su más genuina manera de ser, y que tiene, entre sus ingredientes principales, nuestras raíces y concepción cristiana de la vida.
8.- En ella ocupa un lugar primordial la verdadera familia, nacida de la unión de un hombre y una mujer, tan defendida por la Iglesia y tan atacada desde ciertos sectores ideológicos y políticos. Por ello, la familia ha resultado ser, como siempre ocurre, el único dique, el sólido sostén que ha funcionado razonablemente bien, a la hora de frenar la riada de calamidades económicas que nos han sorprendido a todos por su rapidez, su agresividad y su alcance en la presente crisis.
9.- Para ayudar a superar la actual coyuntura económica y social, considerando la desprotección legal en la que hoy se ve sometida la institución matrimonial y familiar, es imprescindible emprender y reforzar políticas de ayuda económica y social. Urge la protección a las familias más necesitadas ante el desempleo de muchos de sus miembros, mediante ayudas a la natalidad, a la compatibilidad de la adecuada atención al hogar y el derecho a un trabajo digno, en especial para la mujer; así como la prosecución de una mejor calidad del sistema educativo que abarque a todos.
10.- A ello ayudará también, por su significativo peso en nuestra Región, el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones de nuestros mayores, ya que están constituyendo, de hecho, un gran soporte para las maltrechas economías de bastantes familias que acuden a ellos buscando amparo en la crisis económica.
11.- Como hemos afirmado los Obispos españoles en nuestra pasada Asamblea Plenaria, “sin la familia, sin la protección del matrimonio y de la natalidad, no habrá salida duradera de la crisis. Así lo pone de manifiesto el ejemplo admirable de la solidaridad de tantas familias en la que abuelos, hijos y nietos se ayudan a salir adelante como solo es posible hacerlo en el seno de una familia estable y sana” (C Asamblea Plenaria de la CEE. Nov. 2012).
12.- Ante el clima de desánimo en muchos sectores de la sociedad civil, así como ante los descontentos e inestabilidad social que percibimos en no pocos colectivos, es necesario propiciar mayores cauces de entendimiento de todos los grupos y sectores desde el ámbito político, económico, laboral y empresarial. Debe preocuparnos aunar fuerzas con las que ofrecer soluciones eficaces para remontar la crisis económica, pues esto es condición para un adecuado clima de cohesión social, imprescindibles para la convivencia pacífica en libertad.
13.- No queremos dejar de agradecer y animar a las parroquias y comunidades cristianas de nuestras diócesis, en especial a las Cáritas diocesanas y parroquiales y a cuantos en ellas trabajan, a proseguir en este gran empeño de servicio a los más desfavorecidos de la sociedad. Es deber de caridad promover la justicia y socorrer a los que sufren la pobreza, la marginación y cualquiera de las carencias que puedan poner en peligro el respeto a su inalienable dignidad personal.
14.- Queremos expresar también un especial reconocimiento al redoblado esfuerzo, más allá de los límites de los propios recursos, que están llevando a cabo otras instancias y asociaciones eclesiales, así como las comunidades de vida consagrada presentes en nuestra Región. Dios os pague esta gran dedicación que muestra el rostro samaritano de la Iglesia, y hace manifiesta la caridad como distintivo de la comunidad cristiana. En el conocimiento de Doctrina Social de la Iglesia, se encuentra siempre una luz imperecedera para el necesario compromiso social.
15.- Hacemos extensivas nuestra gratitud y aliento a las organizaciones de la sociedad civil, de iniciativa privada y pública, que están colaborando en este mismo empeño de ayuda a los más afectados por la crisis.
16.- La labor de la Iglesia, en la acción social y caritativa, siempre ha de nacer de nuestra identidad confesante de cristianos y está destinada, como beneficiarios, a todos los hombres y mujeres sin ninguna distinción. Por ello necesitamos de modo imprescindible la ayuda del Señor Jesús a quien acudimos confiados con nuestra oración. A Él, cuya venida esperamos en este tiempo de Adviento, “podemos dirigirle la palabra -como señala el Papa-, presentarle los sufrimientos que nos entristecen, la impaciencia y las preguntas que brotan de nuestro corazón. Estamos seguros de que nos escucha siempre. Y si Jesús está presente, ya no existe un tiempo sin sentido y vacío. Si él está presente, podemos seguir esperando incluso cuando los demás ya no pueden asegurarnos ningún apoyo, incluso cuando el presente está lleno de dificultades” (Homilía I Vísperas Primer Domingo de Adviento, 2009).
17.- Queremos terminar este comunicado de Adviento, confiando nuestros anhelos y esperanzas a la Santísima Virgen María, a quien invocamos con el querido y entrañable nombre de Nuestra Señora de Guadalupe. A Ella, que sabe como nadie de los sufrimientos y de las esperanzas de los hombres y mujeres de nuestra Región Extremeña, acudimos pidiendo su protección y le suplicamos que, como reza la popular oración de la Salve, nos muestre a Jesús, fruto bendito de su vientre.
Con nuestro afecto y cercanía os aseguramos nuestra plegaria y os impartimos nuestra bendición.
† Santiago García Aracil
Arzobispo metropolitano de Mérida-Badajoz

Proyecto Europa: Concluyó la cuarta reunión, se sigue trabajando

El futuro del Proyecto Europa (PE) fue el tema de la última sesión de la cuarta reunión de los Inspectores salesianos de Europa reunidos en la Casa General del 30 de noviembre al 2 de diciembre. Al trabajo de estos días también estuvieron presentes la Madre Yvonne Reungoat, la Vicaria General, sor Emilia Musatti, y la consejera del Ámbito de la Familia Salesiana y la Pastoral Juvenil sor María Luisa Miranda y sor María del Carmen Canales, una señal de cómo el Proyecto Europa debe ser también un compromiso de la Familia Salesiana.
ANS-Roma 
Qué aspectos han de mejorar, cambiar, ser introducidos en la aplicación del PE son las preguntas que han guiado la reflexión y discusión en los grupos de trabajo que se abrieron por la mañana.
Muchas de las intervenciones en la reunión tuvieron como tema central de fondo la necesidad de la revitalización endógena, es decir, el redescubrimiento y fortalecimiento del entusiasmo vocacional y carismático en todo salesiano con el fin de dar sentido y apoyar nuevos proyectos, la reorganización y la reestructuración de las obras, inspectorías y regiones, y especialmente la animación vocacional.
Don José Miguel Núñez Moreno, Consejero Regional para Europa Occidental, ha presentado una hipótesis de configuración de de las regiones de Europa, para que los Capítulos Inspectoriales puedan reflexionar y proporcionar orientación adicional. El  Capítulo General 26o encomendó al Rector Mayor y su Consejo definir “la naturaleza y los objetivos de intervención de la Congregación para la renovación de la presencia salesiana en Europa”. En los últimos meses, en particular los tres Consejeros Regionales correspondientes, han hecho una primera reflexión presentada luego al Consejo General.
Las contribuciones que lleguen de las Inspectorías ayudarán al Consejo General para afinar la propuesta que se presentará al Capítulo 27, que tiene entre las tareas establecidas la pensar en la configuración de las tres regiones de Europa.
El Rector Mayor, concluyendo, afirmó haber registrado en esta cuarta reunión de los Inspectores de Europa una mayor participación e interés en este proyecto de la Congregación. “¡El Proyecto Europa sigue!”, fue la consigna del Rector Mayor que ha señalado en el CG27 y el bicentenario del nacimiento de Don Bosco, vivido como una oportunidad para una profunda renovación, un recurso adicional para su actuación. “Necesitamos gente que tenga fuertes raíces en la persona de Jesucristo.”
A continuación, ha compartido una lectura de la evolución de la Vida Consagrada, y por tanto también de la salesiana producida en las últimas décadas, donde algunos paradigmas que se han centrado en una serie de dimensiones, han demostrado ser poco eficaces y que parecen encontrar en el trío inseparable de la espiritualidad, la fraternidad y  la misión su renacimiento.
Entregando a los Inspectores de Europa, el texto del “Mensaje al Pueblo de Dios”, que resume el trabajo del Sínodo sobre la Nueva Evangelización, ha hecho la lectura de algunos pasajes compartiendo su experiencia de participación en el evento eclesial. Una entrega que ha querido ser un mensaje de esperanza.
Por la tarde, la Comisión para el Proyecto Europa se reunió para recoger las diversas aportaciones realizadas durante los tres días de trabajo. Fue la última sesión antes del Capítulo General 27.
En ANSchannel hay un breve vídeo resumen de la reunión .

¿A dónde vas, Israel?


El pasado jueves día 29, Palestina fue aceptada como “Estado observador no miembro” de la ONU, con 138 votos a favor, 9 en contra y 41 abstenciones. ¡Enhorabuena, Palestina! ¡Enhorabuena, palestinos! Está muy lejos de quedar reparada con ello la injusticia histórica de la que sois víctima desde hace 65 años, cuando otra ONU muy distinta, en 1947, creó el estado judío y le asignó más de la mitad de vuestras tierras, sin contar en absoluto con vosotros; quisieron reparar a vuestra costa otra espantosa injusticia de la que los judíos habían sido víctima y de la que vosotros, sin embargo, erais enteramente inocentes.
Desde entonces sois extranjeros en vuestra tierra o habéis sido cruelmente expulsados de ella. Desde entonces, la sangre y las lágrimas de vuestros hijos no han cesado de correr por vuestra árida tierra, vuestros hijos no han cesado de derramar la sangre y las lágrimas de sus hermanos judíos y la suya propia. ¡Ojalá este tardío y todavía inicial reconocimiento de las Naciones Unidas sea el comienzo de un porvenir mejor! Que cesen el odio y la sangría. Si hay voluntad de justicia y de paz, habrá tierra para todos.
Hoy quiero dirigirme sobre todo a vuestro odiado pueblo hermano, el pueblo judío. O, más bien, quiero dirigirme a sus gobernantes ciegos. Admiro demasiado al pueblo judío, para identificarlo con la arrogancia y la infamia de sus dirigentes. Me dirijo a vosotros, Benjamín Netanyahu y todo su gobierno: ¿a dónde estáis conduciendo a vuestro pueblo, tan admirable por tantas cosas? Ha sido el Abel de la historia, y vosotros lo estáis convirtiendo en Caín para sus hermanos palestinos. Habéis sido errantes y apátridas durante miles de años, sí, pero ahora estáis condenando a millones de palestinos a ser errantes y apátridas como fuisteis vosotros. ¿No leéis en vuestra Torah: “No oprimáis al extranjero, pues vosotros fuisteis extranjeros”? (Ex 23,9).
Tras la votación de la ONU, en el mismo lugar en que el mundo os reconoció el derecho a poseer una tierra donde vivir en paz, hemos oído de vuestros labios declaraciones altaneras: “No nos importa cuántos dedos se levanten en la ONU a favor de Palestina o contra nosotros. No cambiará nada”. Y acto seguido habéis anunciado la construcción de 3.000 nuevas viviendas en tierras robadas a vuestros hermanos palestinos. Gran cinismo el vuestro, o tal vez simplemente una enorme desorientación que os ofusca del todo, hasta la desesperación. Vuestra reacción, ante la mirada atónita de todo el mundo, no podía haber sido más ciega y miserable, ni más necia. ¿Era acaso un alarde de seguridad y de poder? No, lo hemos entendido muy bien: era una exhibición del miedo y de la impotencia que no queréis reconocer. No viviréis en paz mientras no reconozcáis lo que todo el mundo ve, incluso vuestros mejores aliados, que ya empiezan a dudar.
¿A dónde vas, Israel? Nadie os niega el derecho a vivir en esa tierra, o en cualquier otra, pues no hay más que una tierra y es de todos, o ha de serlo. La misma OLP de Yaser Arafat reconoció la legitimidad de vuestro estado, exponiéndose a la incomprensión y la hostilidad de los suyos. Pero lo hizo. Reconoced también vosotros el derecho de los palestinos a vivir en esa tierra, que es la suya, tanto o más que la vuestra. En esa tierra vivían sus antepasados, cuando la conquistaron los vuestros hace 3.000 años. Nos estremece la lectura del libro profeta Josué, que forma parte de vuestra Tanak, de nuestra Biblia. En él se narra cómo vuestros antepasados, liderados por Josué, se fueron apoderando de esa tierra y de sus ciudades-estado. Se nos narra cómo, por orden de “Dios” y con su ayuda, conquistaron la antigua y bella Jericó, y leemos: “Consagraron al exterminio todo lo que había en ella, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, bueyes, ovejas y asnos, pasándolos a cuchillo” (Jos 6,21). ¡Horror! Y lo mismo en Ay, Yarmut, Laquis, Eglón, Guezer, Debir, Gueder, Jormá, Arad, Libná, Maqueda, Betel, Tafuaf, Jefer, Afec, Sarón, Madón, Simerón-Merón,  Axaf, Tanac, Meguido, Cades, Yocneán en el Carmelo, Dor, Goyín en Galilea, Tirsá, Jasor, Hebrón Jerusalén; el Neguev, Gosen, la Sefela, el Arabá, y los montes de Israel con sus valles, desde el monte Jelac hasta Baal-Gad en el valle del Líbano, a los pies del Hermón… Y el mismo estribillo una y otra vez: “Los pasaron a cuchillo”, “los batieron sin dejar ni un superviviente”. ¿No os estremece también a vosotros la lectura del libro de Josué –que, sin embargo, significa “Yahveh salva”, al igual que “Jesús”, pues es el mismo nombre–? ¿En esa historia de violencia y exterminio queréis fundar vuestro derecho a vivir en esa tierra? Y vosotros, los que os decís practicantes religiosos, ¿a ese “dios” del anatema adoráis como Dios de la Justicia y de la Vida?
Es vuestra tierra, sí, pero sabed que vuestras fronteras, como todas las fronteras, son creaciones y testigos históricos bien elocuentes de violencias y exterminios sin cuento. Es vuestra tierra, ¿por qué no?, también vuestra, pero tanto o más lo es también de los palestinos. En ella vivían sus abuelos y sus padres y ellos mismos, cuando la ONU os la dio a vosotros hace 65 años. Vosotros venías de una gran catástrofe: el Holocausto nazi, la Shoah. Reconoced que vuestra llegada fue también una catástrofe para ellos, los palestinos.
No obstante, y por difícil que sea, alguna solución debe existir para todos. De alguna manera debéis vivir en una tierra compartida o repartida, y es lo que acordaron vuestros representantes y los representantes palestinos en Oslo en 1993: dos estados con las fronteras anteriores a las ocupaciones que vuestro ejército llevó a cabo en el año 67. Pero vosotros, con Ariel Sharon al frente, con una estrategia suicida tan opuesta y tan afín a la vez a la estrategia suicida de los palestinos más violentos, habéis dinamitado sistemáticamente aquellos acuerdos de Oslo, con el asentimiento y el apoyo incondicional de los EEUU, que entre 1972 y 2011 han ejercido en nada menos que 31 ocasiones su vergonzoso derecho de veto contra resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a favor de Palestina. No teníais la fuerza del derecho, sino exclusivamente la fuerza de las armas y del dinero. ¿A dónde vas así, Israel?
¿A dónde queréis conducir a vuestro pueblo matando a los niños junto con sus madres, matando 100 palestinos por cada judío, robando sus tierras y sus aguas, arrancando sus árboles, destruyendo sus cosechas? ¿A dónde queréis conducir a vuestro pueblo con esos insolentes y perversos asentamientos y ese muro de la infamia que hacen imposible la existencia de Palestina y la vida diaria de los palestinos, pues deja incomunicadas a sus familias y casas, sus ciudades y aldeas y todas sus tierras?
¿A dónde conducís a vuestro admirable pueblo? Estáis deshonrando vuestra historia, llena de terribles sufrimientos y de fantásticos méritos. Estáis ofendiendo la memoria de vuestros antepasados perseguidos a lo largo de la historia, de los millones de hermanas y hermanos vuestros que fueron arrancados de sus casas, cargados en viejos vagones de ganado tierra, torturados hasta la muerte en campos de concentración, asfixiados en cámaras de gas. Estáis arruinando la asombrosa aportación de vuestro pueblo a la cultura universal, a incontables pensadores, poetas y artistas de vuestra etnia y tradición. Estáis dilapidando las formidables razones históricas de vuestro pueblo. Sois el peor enemigo de vuestro pueblo, su mayor amenaza.
“Tenemos derecho a vivir seguros en nuestra tierra”, decís. Sí, tenéis derecho a vivir seguros, y nadie lo debe negar. Pero ¿no veis que vuestra política arrogante y asesina es la mayor fuente de vuestra inseguridad? Dais argumentos a vuestros peores enemigos y mináis el apoyo de vuestros mejores amigos. Sabedlo con toda certeza: nunca tendréis seguridad mientras no desmanteléis vuestros asentamientos, derribéis el muro y os retiréis a las fronteras reconocidas por la ONU en 1947.
Innumerables mujeres y hombres, intelectuales, escritores y artistas de vuestro pueblo lo saben y os lo recuerdan. Escuchadlos. Escuchad a Yael Dayan, hija del general Moshe Dayan, vencedor de la guerra de 1967, que el jueves pasado, tras la votación de la ONU, declaró: “Es una lástima que Israel no sea lo bastante sagaz para hacer de esta situación una gran oportunidad. Creo que Israel debería ser el primer país en votar a favor de la resolución”.
Volved a leer en vuestra Torah la historia de vuestro padre Abraham: fue un arameo errante, vino de Irak a Palestina, vivió como peregrino en esa tierra y nunca poseyó en ella más que un terrenito que compró a su dueño, para ser enterrado él y su esposa Sara; y junto a su tumba se reunieron sus hijos rivales Isaac e Ismael, hijo de Sara el primero e hijo de Hagar el segundo, y allí lloraron juntos y se reconciliaron.
Volved a leer en vuestro profeta Isaías: “No alzará la espada pueblo contra pueblo, ni se adiestrarán para la guerra” (Is 2,4). Volved a cantar en vuestros Salmos: “Desead la paz a Jerusalén. Vivan seguros los que te aman. Por mis hermanos y compañeros voy a decir: La paz contigo” (Sal 122).
¿A dónde irás, Israel? ¿A dónde te llevarán tus dirigentes, si de una vez no se convencen –aunque solo fuera por razones estratégicas, y ojalá también por motivos éticos– de que vuestra seguridad y bienestar son inseparables de la seguridad y bienestar de vuestros hermanos palestinos?