FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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miércoles, 31 de enero de 2018

San Juan Bosco, el santo de los jóvenes



Hoy, 31 de enero, se celebra la fiesta de San Juan Bosco, fundador de la Familia Salesiana.
 Conoce quién fue este sacerdote piamontés, conocido como Don Bosco…
El 16 de agosto de 1815 nace Juanito Bosco, en el caserío de I Becchi, Castelnuovo D´Asti, 
entre las colinas de Monferrato a 30 kilómetros de Turín, capital de Piamonte, Italia.
Tiempos de hambruna, desocupación y crisis campesina. El Congreso de Viena reorganiza 
Europa tras la caída de Napoleón y restaura las monarquías europeas.
Casi a los dos años mamá Margarita le dice: “ven, Juan, ya no tienes padre”. 
La orfandad y pobreza constituyen su infancia. A sus nueve años Juan tendrá un sueño que será 
un primer indicio de sus búsquedas vocacionales y del proyecto que Dios tenía para él y
 para millones de jóvenes.
Juan crece con muchas dificultades, pero con la ayuda de personas muy concretas descubre 
la paternidad de un Dios que lo sostiene y acompaña en lo cotidiano: don Juan Calosso, que 
con las primeras letras le enseña lo importante que es tener un “amigo del alma” en quien
 confiar, atiende sus necesidades de manutención y de estímulo para el estudio.
Las ciudades de Castelnuovo y de Chieri son el espacio donde Juanito estudia y trabaja
 en preparación para el sacerdocio, a la muerte de don Calosso. Dando lecciones particulares, 
siendo mozo de café, aprendiz de sastre y otros oficios Juan se va costeando los estudios 
con la ayuda de su madre. Con sus amigos de escuela forma la “Sociedad de la Alegría”, 
por la cual hace una experiencia de la amistad compartida que ayuda a cumplir con el deber
 cotidiano y a mirar la vida desde la fe.
En 1841, ya sacerdote, es don José Cafasso –hoy santo-, su confesor y padre espiritual, 
quien lo ayuda a ir al encuentro de los jóvenes más abandonados de Turín: los muchachos 
que pueblan la cárcel.
Recorre las calles de Turín descubriendo en el rostro de tantos chicos explotados por sus 
patrones, de tantos otros desocupados y abandonados a sí mismos, la llamada de Dios a
 ser padre, maestro y amigo. Desde su propia historia de orfandad y pobreza, releyendo 
los signos de la presencia tierna y fuerte de la paternidad divina en su vida, con la creación
 del primer Oratorio en Valdocco, dará respuesta concreta a esa juventud pobre, abandonada, 
en peligro y peligrosa. Juanito se hará entonces Don Bosco, y Don Bosco será casa, 
patio, escuela y parroquia para sus jóvenes. Su método educativo será el Sistema Preventivo.
Don Bosco siempre tuvo colaboradores: sacerdotes y laicos. A fin de darle continuidad 
a su obra, el 18 de diciembre del 1859 funda la Sociedad de San Francisco de Sales, más
 conocida como Congregación Salesiana o Salesianos.
Desde los talleres y las aulas de Valdocco el Oratorio se expande a Francia y a España. 
Se hace misionero, y su Obra cruza el océano para llegar a América. Entre las múltiples
 iniciativas del fundador de los Salesianos, destacan las Lecturas Católicas y el Boletín Salesiano,
 en las que se comprueba la importancia que Don Bosco dio siempre a la prensa.
En 1886, Don Bosco, ya muy anciano, realiza un viaje a Barcelona.
Muere el 31 de enero de 1888 en Turín, Italia.

LIBERARTE Y LIBERAR, CLAVES DE LA VIDA ESPIRITUAL


col fraymarcos

Mc 1, 29-39
Recuerda que los evangelios no son crónicas de sucesos. Son teología narrativa. No tiene ninguna importancia que las palabras de Jesús sean exactamente las que él pronunció; ni que los hechos narrados hayan acontecido así. Lo importante es el mensaje que quieren trasmitirnos y que seamos capaces de traducirlo a nuestro lenguaje, siempre relativo, de manera que lo podamos entender hoy. Para ello es imprescindible que nos coloquemos en el ambiente de aquella época y conozcamos las características de aquella cultura.
Seguimos en el primer día de la actuación de Jesús. Mc intenta perfilar a grandes rasgos y con firmes trazos, la figura de Jesús. Se trata de un montaje programático para dejar muy clara la manera habitual que tenía Jesús de desarrollar su ministerio. No podemos desligar la perícopa que hemos leído hoy de la del domingo pasado. Ambas forman un todo teológico progresivo, que empieza en la sinagoga, y termina orando solo en descampado. Allí consigue reavivar la experiencia de Dios, que le permite hablar y actuar con autoridad.
El paso de la sinagoga a la casa, y después a la calle, nos dice que Jesús lleva la salvación a todos los lugares en donde se desarrolla la vida y a todas las personas que tienen necesidad de liberación. Con toda naturalidad se nos habla de la suegra de Pedro, aunque nunca se hable de la esposa. En aquella sociedad era impensable el estado de soltero, y Jesús nunca cuestionó las normas existentes con relación a la sexualidad, al matrimonio o a la familia. Los cambios que después se produjeron, no se pueden vender como mensaje evangélico.
La cogió de la mano y la levantó. La palabra katekeito para decir “estaba postrada”, puede significar enfermedad o muerta, en cualquier caso, falta de vida. También para decir que la levantó, Mc emplea hgeiren, que puede significar levantar o resucitar. Está claro que Mc quiere dar un doble sentido a las dos palabras, más allá del sentido material.
Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Jesús cura para que la mujer pueda servir. En el mundo griego, el servicio (diakonía) se consideraba una deshumanización. En las primeras comunidades cristianas, era el signo de seguimiento de Jesús. El verbo que se utiliza en griego es dihkonei = servía a la mesa. Los cristianos eligieron precisamente la palabra “diakonía” para expresar el nuevo fundamento de las relaciones humanas en la comunidad. El mismo Jesús dirá que no ha venido a ser servido sino a servir.
Al anochecer... Nos está indicando que los que se admiraban de las palabras y obras de Jesús, eran judíos y no habían superado la dependencia de la Ley, que era la causa de la opresión. Al ponerse el sol terminaba el sábado y la obligación de descanso. Por lo tanto, ya podían ellos llevar a los enfermos y Jesús curarlos, sin faltar al primer precepto de la Ley.
Curó a muchos y expulsó muchos demonios. Todos buscan a Jesús para ser curados. Aquí debemos hacer una profunda reflexión. En todos los evangelios se comienza con un éxito espectacular de la predicación de Jesús. Más tarde se verá que no les interesa nada más que ese beneficio material de ser atendidos en sus necesidades.
Se marcha a descampado y allí se puso a orar. En muchos lugares de los cuatro evangelios se dice lo mismo: "Se levantó de madrugada, se fue a un descampado y allí se puso a orar". "Pasó la noche en oración". "Por la mañana estaba allí sólo". Es la clave de la vida de Jesús. Realmente necesitaba orar como verdadero ser humano que era. Descubrir lo que era su Abba para él, fue la clave de su espiritualidad. Esto solo se puede hacer aparatándose del bullicio de la gente y en silencio.
El domingo pasado decía el evangelio que hablaba con autoridad, no como los letrados. La clave está en este descubrimiento continuado de la presencia de Dios en él. A pesar de la absorben­te actividad, encontraba tiempo para estar a solas consigo mismo y cargar las pilas. Los evangelios nos dicen que también iba a la sinagoga y al templo, pero el verdadero encuentro con Dios lo realizaba a solas y en medio de la naturaleza.
¡Todo el mundo te busca! En el relato encontramos tres exageraciones intencionadas: todo el mundo te busca; la población entera; todos los enfermos y poseídos. Los discípulos están en la misma dinámica que la gente. No quieren que su Maestro pierda la ocasión de afianzar su prestigio (poder). Jesús sabía muy bien lo que tenía que hacer: “Vámonos a otra parte”. En el principio del relato se habló por dos veces de su enseñanza (didach). Ahora dice predicar (khruxw, de donde viene kerigma, concepto clave de la primera comunidad).
Todos los evangelios empiezan constatando la euforia con que la gente sigue a Jesús. Pero pronto, se va apoderando de ellos, primero la decepción, después el abandono, y finalmente la oposición total. En Jn este proceso se escenifica de manera genial en el capítulo 6, después de la multiplicación de los panes, cuando quieren hacerle rey y terminan abandonándole todos diciendo: “¿quién puede hacerle caso?” El por qué de esta actitud es claro: buscan ser curados, liberados, queridos, no están interesados en curar, servir y amar.
Si tomásemos conciencia de este cambio en la gente, comprenderemos donde falla nuestro cristianismo. La respuesta está en el relato de la curación de la suegra de Pedro. Jesús cura para que seamos capaces de servir. Esto es precisamente lo que no nos gusta. Cuando Jesús va dejando claro que Dios no es un tapagujeros, que su predicación lo que persigue es cambiar las actitudes fundamentales del ser humano y convertirle en libre servidor en vez de opresor, la gente empieza a sentirse incómoda y le abandona sin contemplaciones.
El evangelio no habla de resignación ante cualquier clase de dolor, sea físico, sea psíquico, sea moral. Pero no identifica la salvación con la supresión del dolor. Todo lo contrario, afirma expresamente que la verdadera salvación puede alcanzarla todo hombre a pesar del mal que nos rodea (bienaventuranzas). Siempre que se pueda, se debe suprimir, pero la victoria contra el mal no está en suprimirlo, sino en evitar que te aniquile.
La solución al problema vital del hombre no puede venir de fuera, la tenemos que encontrar dentro. Solo un conocimiento de lo hondo del ser nos descubrirá lo que somos. El hombre tiene que aceptar sus limitaciones. Pero solo lo conseguirá descubriendo que esas limitaciones no le impiden alcanzar su plenitud. Conocerme a mí mismo es conocer a Dios como fundamento de mi propio ser. Ser fiel a mí mismo es la única manera de ser fiel a Dios.
El fallo del cristianismo fue convertir la buena noticia del evangelio en una religión. Jesús quiso liberar al ser humano de todo lo que le impide ser él mismo, incluida la religión. Jesús nos quiso enseñar cómo ser libres a pesar de los problemas y aunque no se resuelvan. Hay problemas que no tienen solución, pero una vida más humana siempre es posible. El esperar que cambien las circunstancias adversas para sentirme bien es señal de pobre hedonismo.

Meditación
No puede haber espiritualidad sin verdadera contemplación.
No se trata de “rezar”, sino de fundirse con el Abba.
Lo que te cambiará será la conexión con lo Absoluto que hay en ti.
El conseguir la conexión puede llevar hora días o años.
El quedar impregnados de Dios
es cuestión de un instante.


LA CONDUCTA ATÍPICA DE JESÚS


col sicre

El evangelio del domingo pasado contaba el asombro causado por la predicación de Jesús y por su poder sobre los espíritus inmundos. Todo eso ocurrió un sábado en la sinagoga de Cafarnaúm. El evangelio de este domingo nos cuenta cómo terminó ese sábado y qué ocurrió en los días siguientes.
Jesús cura en sábado
La doctrina de Jesús causó admiración porque enseñaba con autoridad, no como lo escribas. Y esa misma autoridad la demuestra curando en sábado a la suegra de Pedro. Quien lee este relato de Marcos no presta atención al hecho de que la curación tenga lugar en sábado. Pero cuando se conocen los otros evangelios, y se sabe que una de las acusaciones más fuertes contra Jesús fue la de curar en sábado, el detalle adquiere mayor importancia.
Un relato de milagro consta generalmente de los siguientes elementos: a) se presenta al enfermo, subrayando a veces la gravedad de la enfermedad; b) el interesado u otra persona pide su curación; d) Jesús lo cura, a veces con solo su palabra, a veces con algún tipo de acción; e) el enfermo demuestra que ha sido curado; p. ej., el paralítico carga con su camilla, el cojo da saltos. En nuestro caso, el relato es extraordinariamente breve y todo se cuenta con rapidez: «La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles.»
La fiebre de la enferma no es de escasa importancia, le obliga a guardar cama. Y el hecho de que se lo cuenten a Jesús significa que le preocupa a la familia. Él no dice una palabra, se limita a tomarla de la mano y levantarla. Para demostrar que se ha curado plenamente, se pone a servirlos.
Una feminista radical estadounidense dedujo de este detalle final que ni siquiera el evangelio libera a la mujer de su situación de esclavitud a los varones. Pero es una visión demasiado estadounidense y actual del relato. Lo que quiere decir Marcos no es que la mujer cristiana deba estar al servicio del varón, sino que la suegra se curó plenamente.
Un día en la vida de Jesús: ayuda y oración
Nosotros, no sé desde cuándo ni por qué, comenzamos el nuevo día a las 0 horas, cuando cualquier persona sensata está en la cama (menos muchos españoles). En la Biblia, el día termina al ponerse el sol (a eso de las 17:30 o algo más tarde según la época del año). Al ponerse el sol termina el sábado, día de descanso, y comienza el día siguiente. La gente puede caminar, comprar, etc., y aprovecha la ocasión para llevar ante Jesús a todos los enfermos y endemoniados. En este contexto dice Marcos, casi de pasada, que Jesús “expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.” Esta idea, que ya apareció el domingo pasado en el relato del endemoniado y que se repetirá en otros momentos, la presentó Wilhelm Wrede en 1901 como “el secreto mesiánico en Marcos”. Jesús no quiere que la gente sepa desde el principio su verdadera identidad, tienen que irla descubriendo poco a poco, escuchándolo y viéndolo actuar.
Él se dedica a curar enfermos. No se dice cuánto tiempo les dedicó. Se supone que hasta tarde. En Israel, como en todo el Mediterráneo, la noche no cae de repente. Tampoco se dice dónde cenan Jesús y sus discípulos, ni dónde se quedan a dormir. Los evangelios no son biografías ni se detienen en detalles que consideran secundarios.
En cambio, Marcos indica que Jesús se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Vienen a la mente las palabras del Salmo 63: “¡Oh Dios, tu eres mi Dios, por ti madrugo.” Estamos al comienzo del evangelio, y Marcos indica algo que será una constante en la vida de Jesús: su oración, el contacto diario e intenso con el Padre, del que saca fuerzas para llevar adelante su misión.
Esta misión no se caracteriza por elegir lo cómodo y fácil. En Cafarnaúm toda la gente pregunta por él, quiere verlo y escucharlo. Sin embargo, él decide recorrer de nuevo toda Galilea. Ya lo había hecho solo, cuando metieron a Juan en la cárcel. Ahora lo hace acompañado de los cuatro discípulos. Y no sólo predica, también expulsa demonios.
Job, Jesús y nosotros
El texto de Job ha sido elegido como primera lectura pensando, probablemente, en los enfermos a los que cura Jesús. Existe una gran diferencia entre ellos. Job es el hombre destrozado por el sufrimiento, sin horizonte, que considera la vida un absurdo, convencido de que sus días se consumen sin esperanza y de que sus ojos no verán más la dicha. En cambio, los enfermos del evangelio y las personas que los rodean alientan la esperanza de encontrar la curación en Jesús, y la consiguen. De aquí no se pueden sacar conclusiones exageradas, como si cualquier enfermo actual que confía en Jesús se vaya a ver curado de su enfermedad. Pero, quien confía en él y se le acerca no terminará desilusionado y amargado como Job.

CURÓ A MUCHOS


comentario editorial

Cuando ayudas a los demás te ayudas a ti mismo (S. Agustín, sermón 355, 2)
4 de febrero. Domingo V del TO
Mc 1, 29-39
Jesús sanó a muchos que sufrían de diversas enfermedades
El Salmo 46 es un cántico de consolación, de poder y bondad de Dios, presentándole como quien sana corazones y venda heridas. En sus versículos leemos el momento histórico difícil que atravesaba el pueblo de Israel, destruido su reino y su templo, sin tierra y deportado al exilio en Babilonia: “El Señor reconstruye Jerusalén, reúne a los deportados de Israel; él sana los corazones destrozados y venda sus heridas” (Sal 146, 2-3), entona el salmista. Y el evangelio del domingo se hace eco de este lamento.
Una actitud bíblica mantenida tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. En este caso centrado en las viudas, aunque podríamos comprobar que todos cuantos necesitan algún tratamiento paliativo –sea del orden que sea- tienen ventanilla abierta las veinticuatro horas del día al hospital del Evangelio. En 1 Reyes 17, 12, la viuda de Sarepta responde a Elías: “¡Por la vida del Señor, tu Dios! No tengo pan; solo me queda un puñado de harina en el jarro y un poco de aceite en la aceitera”. Baruc dice en 4, 12: “Que nadie se alegre viendo a esta viuda abandonada de todos”, e Isaías maldice a los notarios: “que hacen su presa de las viudas y saquean a los huérfanos” (Is 10,2). El Deuteronomio propone dar el diezmo de todas las cosechas: “al huérfano y a la viuda para que coman hasta hartarse” (Dt 26, 12).
En el NT las viudas aparecen también como objeto de especial afecto por parte de Jesús, especialmente en Lucas. En 7, 13, al ver a la viuda de Naín: “sintió compasión y le dijo: No llores”; y en 20, 47 lanza esta invectiva contra los escribas que devoran las fortunas de las viudas: “Ellos serán juzgados con mayor severidad”. Y como colofón Santiago nos recuerda que: “Una religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre consiste en cuidar de huérfanos y viudas”.
Este particular afecto lo muestra también en el caso de los publicanos y pecadores. Y de nuevo Lucas. “Todos los publicanos y pecadores se acercaban a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: “Este acoge a los pecadores y come con ellos” (15, 1-2). “Algunos de los que se acercan a Juan el Bautista en señal de arrepentimiento son publicanos” (3, 12); como publicano es Leví, uno de los discípulos de Jesús (5, 27). Y, por supuesto, no falta Zaqueo (cuyo nombre especialmente significa Sr. Justo), jefe de publicanos y el hombre más rico de la ciudad, que, por su baja estatura, se sube a un sicomoro para ver a Jesús cuando entra en Jericó (19, 1-10).
A Jesús le traían ciegos, tullidos y todo tipo de enfermos para que los curara. Les miraba por dentro, les daba confianza en sus propias fuerzas, y muchos se curaban. ¿Cómo explicar estos supuestos milagros? La fe mueve montañas (Mt 17, 20). Lo que Jesús no podía saber, porque en su tiempo nadie lo sabía es que la fe mueve endorfinas.
La felicidad sólo vive, respira y crece si se comparte y se transmite. Como dijo un sabio en una ocasión: “Lo que das, lo ganas. Lo que te quedas, lo pierdes. San Agustín, había puntualizado en su sermón 355, 2: “Cuando ayudas a los demás te ayudas a ti mismo”.
John Boynton Priestley, fue un escritor, dramaturgo, locutor y activista político británico, autor de la obra teatral Llama un inspector. La representación termina, dirigiéndose a Eva, con esta reflexión: Pero, reténgalo bien, ha muerto una Eva Smith… ¡Quedan millones y millones de Evas Smiht y de Johns Smith entre nosotros! Con sus vidas, sus esperanzas, sus temores, sus sufrimientos y sus posibilidades de ser felices: todos ellos ligados a nuestras vidas, a lo que pensamos, decimos o hacemos. Nadie vive aislado. Somos miembros de una comunidad, y dependemos los unos de los otros.
El poeta alicantino Miguel Hernández nos invita a colaborar con él en la generosa tarea del dar y darse.

LAS MANOS
Dos especies de manos se enfrentan en la vida,
brotan del corazón, irrumpen por los brazos,
saltan, y desembocan sobre la luz herida
a golpes, a zarpazos.

La mano es la herramienta del alma, su mensaje,
y el cuerpo tiene en ella su rama combatiente.
Alzad, moved las manos en un gran oleaje,
hombres de mi simiente.

Ante la aurora veo surgir las manos puras
de los trabajadores terrestres y marinos,
como una primavera de alegres dentaduras,
de dedos matutinos.

Endurecidamente pobladas de sudores,
retumbantes las venas desde las uñas rotas,
constelan los espacios de andamios y clamores,
relámpagos y gotas.


Francisco ordena reabrir el ‘caso Barros’ y envía a Scicluna a escuchar a las víctimas


Jesús Bastante

Papa Francisco35
EL ARZOBISPO DIRIGIÓ LAS INVESTIGACIONES CONTRA KARADIMA Y CONTRA MARCIAL MACIEL
El Papa rectifica ante “algunas informaciones recientes” sobre el polémico obispo de Osorno
Nueva vuelta de tuerca en el ‘caso Barros’, el polémico obispo de Osorno a quienes las víctimas de la pederastia en Chile acusan de encubrir los abusos sufridos a manos de Fernando Karadima, y a quien el Papa defendió en su reciente visita a este país. Ahora, tras “algunas informaciones recientes”, Francisco ha decidido reabrir el caso, y enviar al arzobispo Charles J. Scicluna a Chile “para escuchar a quienes han manifestado la voluntad de dar a conocer elementos que poseen”
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Los laicos tienen la palabra. Jóvenes, adultos mayores, cuestionan a la Iglesia y a sus representantes


Olga Lucía Álvarez Benjumea ARCWP

¿POR QUÉ LOS JÓVENES CUESTIONAN Y SE ALEJAN DE LA IGLESIA ?
En la proclamación del Credo. Un niño: ” ¿Quien está sentado a la izquierda?
Con temor, se cuestiona el dogma. Un niño: “Abuela, te puedo hacer una pregunta, y no me regañas? ¿Por qué si se dice que Dios es Todopoderoso, principio y fin de todas las cosas, decimos: “Santa Madre de Dios” es que María, está por encima de Dios?
Sin saber de la existencia del canon 1024 de la Iglesia, que trata el asunto, lo cuestiona. Un niño: ” ¿Por qué solo los hombres, pueden ser curas y decir misas?
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