FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
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ATALAYA

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lunes, 31 de julio de 2017

Derechos y política del sufrimiento: sobre expulsiones y huelgas de hambre


Josetxo Ordóñez Echeverría

A poco más de un mes de la presentación del informe anual 2016 sobre Centros de Internamiento de Extranjeros del SJM-España, el 15 de junio de 2017, la actualidad de lo que ocurre dentro y alrededor de los CIE desborda ya los hechos fijados en el informe. Sin embargo, hay una constatación en el modo en que el informe CIE presenta sus conclusiones: la política y el derecho de extranjería provocan una exposición de las personas a un sufrimiento y a la vulneración de su dignidad que es directamente proporcional a sus escasos recursos económicos, jurídicos o sociales: cuánto más pobre, desinformado e indefenso sea alguien más posibilidades tiene de que el derecho y la política de extranjería lo entreguen a una dolorosa intemperie sin derechos.··· Ver noticia

Gana la democracia en Venezuela


Alfredo Serrano Mancilla-Director CELAG

venezuelaYo no comparto las reglas de la representación electoral en España y, sin embargo, ejerzo mi derecho a votar. De ninguna manera se me habría ocurrido hablar de fraude ni de dictadura a pesar de que la proporcionalidad electoral no exista. Cada voto en España, según el lugar donde votes, vale diferente. Pero esto no quiere decir que España tenga un régimen totalitario. La democracia está vigente desde hace décadas, aunque podamos cuestionar la matemática electoral.··· Ver noticia ··

Ignacio de Loyola y Lutero: quinientos años más para la Iglesia


Xabier Pikaza, teólogo

Lutero“Pasar del Ignacio soldado de una Iglesia militante, al Ignacio pobre peregrino”
“Ha llegado el tiempo de iniciar otros quinientos años volviendo a Jesús”
Los últimos quinientos años de la Iglesia (1517-2017) han estado marcados por Lutero e Ignacio de Loyola, muy distintos, pero complementarios.
Lutero clavó sus tesis el año 1517, iniciando una Reforma Protestante (de protesta contra lo anterior) que no ha culminado plenamente todavía. Insistió en la fe y la libertad cristiana, en la libre interpretación de la Escritura, en el valor radical de la conciencia creyente, quizá a costa de la comunión de la Iglesia, pero siempre al servicio de Jesús.··· Ver noticia

COMPRENDER Y HABLAR DE DIOS DESDE EL BUDISMO (II)

col sequeiros

Tres capítulos dedica Knitter al problema de Dios. Repasemos sus ideas más sobresalientes. Parte de su situación: “Hace mucho tiempo, en 1975, di mi primer curso de posgrado en teología (en la Unión Católica Teológica en Chicago), titulado “El problema de Dios”. Para mí, como para muchos, este problema sigue vigente. En mi intento de sortear e identificar las diferentes facetas de mi problema con Dios –o las razones por las que a menudo me incomodo cuando escucho o leo cómo nosotros mismos, los cristianos, hablamos de Dios– encuentro tres desconcertantes imágenes: el Dios Otro trascendente, el Dios Otro personal y el Dios Otro desconocido” (pág 26-27).
I. Nirvana y el Dios Otro trascendente
Este es el primer capítulo de su ensayo. Y parte de sus problemas, hace un viaje de ida hacia el budismo y desde allí regresa al cristianismo, reelaborando el lenguaje sobre Dios.
a) Mis conflictos: el Otro trascendente (pág 28)
Para Knitter, el problema de fondo es la dificultad para superar una mentalidad occidental dualista. “Aunque puede que muchos de mis profesores de la Pontificia Universidad Gregoriana en los años sesenta fueran demasiado escrupulosos en su determinación de salvaguardar la intocabilidad trascendente de Dios, aunque la alteridad de Dios pueda pesar más para mi generación que para la de mis hijos, de todos modos, sé que para muchos cristianos contemporáneos hay un problema fundamental y de profundo alcance en la forma en cómo los cristianos imaginan y hablan sobre el Dios Otro. Voy a darle un nombre filosófico a este problema […]. Durante la mayor parte de su historia […], el cristianismo ha estado asediado por el problema del dualismo” (pág. 34).
“Este es el problema del dualismo: hace tanto hincapié en la diferencia entre dos realidades que las acaba separando, y después no las podemos volver a juntar y mostrar que en verdad van mano a mano, que se complementan, se necesitan y tienen una relación genuina la una con la otra. ¡Así es! Es el quid de la cuestión: el dualismo cristiano ha exagerado tanto la diferencia entre Dios y el mundo que ya no puede mostrar que realmente los dos forman una unidad” (pág. 35) El budismo puede ayudarnos.
b) Viaje de ida hacia el budismo: No Dios, solo conexiones.
“De todos modos, se dice que bajo el árbol de Bodhi, los ojos de Buda se abrieron (este es el significado del título de “Buda”). Vio las cosas tal como realmente son. Experimentó la iluminación, el despertar. Y el contenido u objeto de ese despertar más adelante se llamó nirvana. Así, esto es lo más importante para los budistas, alcanzar la iluminación y llegar a la realización del nirvana” (pág. 37)
“Esta es la experiencia que tuvo Buda y que los budistas buscan: quieren volverse iluminados hacia la verdad real de las cuatro nobles verdades, hacia la realidad de la transitoriedad y de la interconexión de todo, y hacia la libertad y la paz que resultan del despertar a esta realidad de impermanencia. Así como los cristianos buscan a Dios, los budistas buscan el despertar. Se podría decir que el despertar es lo “Absoluto” de los budistas. Pero ¿significa esto que para los budistas lo Absoluto es una experiencia personal? Pues bien, sí y no. Sí, porque la iluminación es, ante todo, una experiencia propia de cada uno. Pero hay un “algo”, es decir, la iluminación es una experiencia de algo. Y ese algo es cómo son las cosas, la forma en que funcionan. No es una “cosa” tal como solemos utilizar esta palabra; no se puede localizar aquí o allá, como todo lo demás en el mundo; pero aún más, no tiene su propia existencia” (pág. 40).
“Sin embargo, sí utilizan palabras para llegar al contenido o a la realidad de la iluminación. Después de nirvana, uno de los términos más comunes de budismo es sunyata. Apareció dentro de la tradición mahayana del budismo (el movimiento de reforma que surgió unos cuantos siglos tras la muerte de Buda) y literalmente significa “vacío”, pero no vacío en el sentido puramente negativo de ausencia […], sino vacío en el sentido de ser capaz de recibir algo (un cuarto que se puede llenar). La raíz su significa vacío/lleno, “hinchado”, no solo la vacuidad de un globo, sino también la potencialidad de una mujer embarazada” (pág. 41)
“Thich Nhat Hanh, un moderno estudioso y practicante del budismo zen que ha hecho mucho por popularizarlo, ofrece una traducción de sunyata más libre pero también más sugerente: “inter-Ser”Se trata del estado interconectado de las cosas que constantemente produce nuevas conexiones, nuevas posibilidades, nuevos problemas, vida nueva” (pág. 42). No tiene existencia. Es solo el estado de interconexión.
“Otra imagen que se puede utilizar para describir sunyata es la de un campo energético. Es el campo en el cual y por el cual todo lo demás se activa para interactuar e inter-convertirse. Tal campo energético “existe” a través de y con todas las actividades dentro de sí y no podría existir sin estas actividades. Sin embargo, no se puede reducir a estas actividades. Como dice el tópico: sunyata o “inter-Ser” es la suma de sus partes y a la vez mayor que todas ellas juntas” (pág. 44)
“Hay una expresión mahayana que dice: “El vacío es la forma, y la forma es el vacío”; es decir, la trascendencia, la realidad abstracta del vacío, se encuentra en cada forma concreta de este mundo y le da expresión: la gente, los animales, las plantas, los acontecimientos. No se pueden tener todas estas formas individuales sin el vacío; pero tampoco se puede tener vacío sin estar formas individuales” (pág. 44-45).
c) El viaje de vuelta al cristianismo: el Dios espíritu de conexión.
“Si existe alguna palabra para referirse a Dios en el léxico cristiano que guarda estrecha relación con el lenguaje que los budistas usan para aquello que están buscando, esta es Espíritu. […] Mi diálogo con el budismo me ha permitido no solo recuperar, sino también ser recuperado por la imagen del Espíritu como un símbolo de Dios. Volver al Espíritu tras haberme acercado a sunyata me permite entender y sentir “de nuevo por primera vez” que el Espíritu se refiere más significativamente a una energía penetrante que a un ser particular; que el Espíritu anima muchas cosas sin ser contenido en ninguna de ellas, y que el Espíritu se funde con lo que anima de una manera que es mucho más que una materia de interpenetración que de asimilación” (pág 55).
Siguiendo a Rahner, “Dios tiene que ser una experiencia antes de que “Dios” pueda ser una palabra. Si Dios no es una experiencia, cualquier palabra que usemos para designar lo Divino estará falta de contenido, como una señal de la carretera que no indique nada o una bombilla sin electricidad” (pág. 47).
“A menudo este tipo de experiencias suceden antes de que haya consciencia explícita o de que se hable de “Dios”. Suceden, y algunas palabras, como Dios, Misterio, Presencia, o incluso Silencio, parecen apropiadas para describirlas” (pág. 47).
“He usado mucho la palabra experiencia en la sección anterior, principalmente para insistir en que, sin ningún tipo de vivencia mística, la religión es una mera farsa o cáscara vacía. Tengo que decir algo más respecto a lo que me refiero con “experiencia, vivencia mística”. Y para ello, con la ayuda del budismo, hablaré más sobre lo que mis compañeros cristianos y yo queremos decir con “Dios” (pág. 48).
“Quizá el adjetivo dominante o el primero que los eruditos del misticismo comparativo usan para describir la experiencia mística sea unitivo […] Los místicos cristianos son muy claros con respecto a aquello a lo que están conectados. En la literatura mística cristiana proliferan expresiones como “uno con Cristo”, las “esposas de Cristo”, la “morada divina”, los “participantes en la naturaleza divina” […]. Me preguntaba si la proclamación del budismo nos puede ayudar a entender la descripción filosófica de Rahner sobre “lo existencial sobrenatural” […] En otras palabras, ¡lo “natural” es realmente lo “sobrenatural”! ¿O pueden las enseñanzas budistas del “inter-Ser” ayudarnos a entender la elegante propuesta de Paul Tillich […] de que Dios se puede entender más coherentemente como fundamento del ser?”. (pág. 49-50).
“El Dios con quien tanto mi cabeza como mi corazón se identifican, ese Dios o mi Dios mantiene un mayor parecido con sunyata y el “inter-Ser” que con la prevalente imagen cristiana de Dios como el Otro trascendente” (pág. 50)
“El autor de la primera carta de Juan anuncia que “Dios es amor” (1Juan 4,8). El autor no dice que Dios es un padre que ama, sino que Dios es amor. […]. Amar es salir de uno mismo, vaciar el ser y conectarse con los demás. El amor es esa energía de vacío, de conexión, que en su poderío origina nuevas conexiones y nueva vida. El Dios que, como dice Dante, es “el amor que mueve el Sol y las otras estrellas”, es el “inter-Ser” de las estrellas y el universo” (pág 52).
Es más, “creer en un Dios trinitario es creer en un Dios relacional. La verdadera naturaleza de lo Divino no es otra cosa que existir dentro y fuera de las relaciones; para Dios, ser no es otra cosa que relacionarse. Eso, junto con otras cosas, es lo que la doctrina de la Trinidad les dice a los cristianos” (pág. 52).
“Aquí es donde el budismo me ayudó a sentir o a captar lo que todo esto significa. Experimentar y creer en un Dios trinitario es experimentar y creer en un Dios que no es, como Tillich diría, el fundamento del ser, sino ¡el fundamento del “inter-Ser”! Dios es el acto de dar y recibir, de saber y amar, de perder y encontrar, de morir y vivir, que nos abarca y nos infunde a todos nosotros, a toda la creación” (pág 53-54)
“Desde la perspectiva divina, existe “un Dios, Padre de todos, que está sobre todos, entre todos, en todos” (Efesios 4,6). Esta presencia “arriba, a través y por dentro” se puede fácilmente imaginar como un campo de energía que nos impregna y nos influye a todos, llamándonos a tener relaciones de conocimiento y de amor, dándonos ánimos cuando estas relaciones se vuelven difíciles, llenándonos de felicidad profunda cuando nos vaciamos y nos encontramos con los demás” (pág. 54)
Y concluye: “Es evidente, creo, que pensar o imaginar a Dios como “inter-Ser” y relacionarse con Dios como Espíritu de conexión es el mayor antídoto para el dualismo que ha empobrecido la teología y la espiritualidad cristianas […] Con Dios como Espíritu de conexión, el Creador no puede ser “lo totalmente otro” respecto a la creación […] Lo que Dios crea, agregó Rahner, Dios lo incluye. Por esto una mejor imagen de la creación podría ser una efusión de Dios, una extensión de Dios, en la cual lo Divino continúa la tarea divina de interrelación en y con y a través de la creación” (pág 56-57).

Leandro Sequeiros
Tendencias 21 de las Religiones

LA CIENCIA ES SABIDURÍA; LOS CIENTÍFICOS A VECES SON DOGMÁTICOS (III)

col enrique art

El equilibrio, decía, siempre es delicado. Porque el reconocimiento de la apertura ilimitada de lo real no puede servir de pretexto para la irracionalidad ni de soporte para charlatanes que se aprovechan de la credulidad ajena.
Entre ambos extremos –el dogmatismo científico y la propaganda pseudocientífica e irracional– parece que tendría que moverse la búsqueda desapropiada de la verdad. De hecho, si nos escuchamos con limpieza, tal vez podamos advertir que tanto un extremo como el otro nos chirrían interiormente.
Es lo que me ocurre al leer artículos como el de Javier Sampedro, titulado Ofensiva contra la ciencia ­–en una versión digital del mismo, se hablaba de “un ataque sin precedentes contra la ciencia” (cómo recuerda a los “ataques contra la religión”, de los que se queja periódicamente la jerarquía eclesiástica–, en el diario El País, del 16 de junio pasado[i].
Rescato todas sus valiosas aportaciones, así como su espíritu crítico frente a cualquier tipo de charlatanería pseudocientífica, pero me apena comprobar el reduccionismo estrecho en el que se mueve.
Algo parecido puede decirse sobre la anteriormente citada lista de “terapias pseudocientíficas”, elaborada por la APETP[ii]. También en este caso es de valorar la aproximación crítica a cada una de esas terapias o supuestas terapias. Bienvenido sea todo esfuerzo por someter a crítica cualquier teoría o método que aparezca en el mercado, sobre todo cuando se presentan de manera igualmente “dogmática”. Sin embargo, el error parece estar de nuevo en el dogmatismo de base según el cual no puede ser verdadero sino aquello que previamente –y desde un reductor paradigma cientificista– se ha decidido.
¿Acaso no hay nada verdadero y valioso en cada de las terapias mencionadas? ¿Puede descartarse la ancestral sabiduría china o india con el pretexto de que no se acomoda a los estándares occidentales? ¿Quién negaría hoy que los bloqueos emocionales repercuten en la salud o que las experiencias afectivas de la infancia repercuten decisivamente en el futuro de la persona…?
Sin duda, es preciso estar atentos a todo lo que se nos quiera “vender”, particularmente cuando se presente como remedio mágico o panacea definitiva para resolver nuestros problemas. Pero tal lucidez crítica no tiene nada que ver con el rechazo dogmático, cuando no pueril, de lo que previamente se ha descartado como “no científico”.
El error de base parece fácil de detectar: debido al proceso cultural de Occidente, se llegó a identificar la “ciencia” con el “materialismo (o positivismo) científico”. Pero, mientras la primera es camino de sabiduría, el segundo no pasa de ser una creencia acientífica que, en no pocos casos, se ha llegado a asumir como verdadera y, por tanto, incuestionable. Con ello, se ha caído en una trampa cargada de ironía: se otorga carácter científico a lo que solo es una creencia acientífica (indemostrable).
Para terminar, quiero señalar un detalle que me parece significativo y que viene a confirmar el dicho de que “los extremos se tocan”: tanto este perfil de científicos como los obispos –a los que aquellos acusan de “dogmáticos” y enfrentados a la ciencia– muestran su rechazo a las mismas expresiones. Así, en un documento reciente, los obispos vascos exigían a los colegios católicos que “huyan de las nuevas formas de espiritualidad como el yoga, el reiki o el zen”[iii]. También aquí se hace manifiesta, no solo la descalificación gratuita, sino la ignorancia de quienes llaman “nuevas” a tradiciones milenarias.
¿De dónde puede nacer esa actitud ultradefensiva en unos y otros? Tal vez –aun hallándose en paradigmas completamente diferentes– todos ellos tienen algo en común: la defensa dogmática de sus creencias o posiciones mentales, que consideran como la “única verdad”. Lo curioso es que, mientras se está en esa actitud, no se la reconoce. Es necesario tomar distancia –a veces por el simple paso del tiempo– para comprobar la cerrazón y los peligros que encierra.
Y para contribuir al debate en torno a una cuestión concreta -la homeopatía, que tantas diatribas está provocando–, dejo un resumen escrito sobre lo que fue la I Jornada sobre Evidencias Científicas en Homeopatía, celebrada en San Sebastián, el pasado mes de junio: “Homeopatía: la evidencia científica que necesitan los escépticos”, en:

Enrique Martínez Lozano
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CREO EN JESÚS

col valls

Creo en Jesús por lo que Jesús significa: “Yeshua: DIOS AYUDA”
En su nombre se contiene toda mi fe. Un Dios que se acerca y ayuda, que se inclina y nos socorre, que nos ama y acompaña.
“Dios ayuda” ¿hace falta algo más?
Creo en Jesús sensible y atento a la situación límite de su pueblo, de su gente y a la vez impotente para solucionar todos los problemas. Hizo lo que estuvo a su alcance.
Creo en Jesús que se puso al lado de los que sufren, de los excluidos por la sociedad y por la religión: pecadores y prostitutas, enfermos y pobres, mujeres y niños y les infundió amor y la certeza que Dios los ama, no están solos.
Creo en Jesús porque Él se sintió Hijo amado y porque esa filiación es don universal; filiación que todos hemos recibido desde nuestra concepción y que nos invita a decirle a Dios ABBA, Papá-Mamá como niño que descubre la maravilla de la paternidad-maternidad divina sin comprenderla
Creo que Jesús no es un Señor que nos somete sino el que nos hace libres como El y nos libera de todos los señores que se creen poderosos oprimiendo y sometiendo.
Creo en Jesús que nos devuelve la confianza en nosotros mismos y nos dice: “Tu fe te ha salvado”
Creo en Jesús que le inspira el Espíritu de Dios, que es el Hombre del Espíritu por excelencia. Y que fue concebido por el Espíritu Santo, que es Dios, no en el sentido biológico de que el Espíritu realiza en María la acción de José sino q experimenta q el Espíritu es  la esencia de su ser, de su vida.
Creo en Jesús que el Espíritu, desde que apareció la especie Homo en el Universo, fue encarnándose en cada uno y en todos sin distinción alguna y nos enseñó así q la Paternidad-Maternidad Divina nunca fue ni es enemiga de la paternidad-Maternidad hna. Y a la vez que no es enemigo del cuerpo.
Creo en Jesús porque me regaló una madre q es santa no porque sea inmaculada, angélica, irreal sino porque en su seno aceptó el don de Dios: su Hijo. Su santidad no consiste en ser perfecta, dejaría de ser humana sino porque vivió en la fe el misterio de la encarnación, como lo viven todas las madres, sin saberlo.
Toda mujer, todo hombre está llamado a encarnar a Dios.
El ser carne no es obstáculo sino camino para la realización plena de la filiación divina en lo humano.
Creo en Jesús porque es el perfeccionador de nuestra fe.
No necesito más dogmas ni miedos ni castigos. Tengo quien me anima en mis flaquezas y debilidades, en mis sufrimientos y en mis dudas.
Creo en Jesús porque en Jesús Dios me acompaña y habita en mí.
Creo en Jesús porque mi deseo es creer en Dios como Jesús creía en Dios

TODAVÍA HAY CRISTIANOS QUE AÑORAN UNA IGLESIA PODEROSA, QUE IMPONGA SU RELIGIÓN

col pagola art

Al cristianismo le ha hecho mucho daño a lo largo de los siglos el triunfalismo, la sed de poder y el afán de imponerse a sus adversarios. Todavía hay cristianos que añoran una Iglesia poderosa que llene los templos, conquiste las calles e imponga su religión a la sociedad entera.
Hemos de volver a leer dos pequeñas parábolas en las que Jesús deja claro que la tarea de sus seguidores no es construir una religión poderosa, sino ponerse al servicio del proyecto humanizador del Padre -el reino de Dios- sembrando pequeñas «semillas» de Evangelio e introduciéndolo en la sociedad como pequeño «fermento» de una vida humana.
La primera parábola habla de un grano de mostaza que se siembra en la huerta. ¿Qué tiene de especial esta semilla? Que es la más pequeña de todas, pero, cuando crece, se convierte en un arbusto mayor que las hortalizas. El proyecto del Padre tiene unos comienzos muy humildes, pero su fuerza transformadora no la podemos ahora ni imaginar.
La actividad de Jesús en Galilea sembrando gestos de bondad y de justicia no es nada grandioso ni espectacular: ni en Roma ni en el Templo de Jerusalén son conscientes de lo que está sucediendo. El trabajo que realizamos hoy sus seguidores parece insignificante: los centros de poder lo ignoran.
Incluso los mismos cristianos podemos pensar que es inútil trabajar por un mundo mejor: el ser humano vuelve una y otra vez a cometer los mismos horrores de siempre. No somos capaces de captar el lento crecimiento del reino de Dios.
La segunda parábola habla de una mujer que introduce un poco de levadura en una masa grande de harina. Sin que nadie sepa cómo, la levadura va trabajando silenciosamente la masa hasta fermentarla por completo.
Así sucede con el proyecto humanizador de Dios. Una vez que es introducido en el mundo va transformando calladamente la historia humana. Dios no actúa imponiéndose desde fuera. Humaniza el mundo atrayendo las conciencias de sus hijos hacia una vida más digna, justa y fraterna.
Hemos de confiar en Jesús. El reino de Dios siempre es algo humilde y pequeño en sus comienzos, pero Dios está ya trabajando entre nosotros promoviendo la solidaridad, el deseo de verdad y de justicia, el anhelo de un mundo más dichoso. Hemos de colaborar con él siguiendo a Jesús.
Una Iglesia menos poderosa, más desprovista de privilegios, más pobre y más cercana a los pobres siempre será una Iglesia más libre para sembrar semillas de Evangelio y más humilde para vivir en medio de la gente como fermento de una vida más digna y fraterna.

José Antonio Pagola
Religión Digita