FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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miércoles, 27 de marzo de 2024

La ONU considera que hay «motivos razonables» para concluir que Israel está cometiendo un genocidio en Gaza

 


Público

Los daños físicos y mentales graves estarían probados, entre otras evidencias, por los más de 70.000 palestinos heridos en el conflicto, o por provocar deliberadamente escasez de suministros médicos entre la población palestina, dice un informe. Ver noticia 

Sufre hambruna 70 por ciento de la población en Gaza -- ONU


 Redes Cristianas

Fuente: Observatorio eclesial
La desnutrición es aterradora: PMA. Menores de 4 años
ya están muriendo. Hospitales reportan abortos por
inanición. Estancada, negociación para una tregua.
Verdadero riesgo de genocidio: Oxfam

Tel Aviv. Una hambruna extendida es inminente en el
norte de Gaza, donde se estima que 70 por ciento de la
población enfrenta un hambre catastrófica, señala un
reporte de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El informe advierte de una importante aceleración de la
mortandad si no se acuerda un alto el fuego inmediato,
junto con un incremento en la ayuda.

La Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Ali-
mentaria (IPC, por sus siglas en inglés), cuyas evalua-
ciones sirven de base a todas las agencias de la ONU,
señaló que casi tres cuartas partes de las personas en
zonas del norte de Gaza padecen ahora el nivel más
severo de escasez de alimentos, muy por encima de la
marca de 20 por ciento, que indica hambruna.

Quienes viven en las dos regiones del norte de Gaza
enfrentarían hambruna entre este mes y mayo, señala
el organismo. Estima que son inminentes los decesos
de residentes a escala de hambruna, mientras los niños
menores de 4 años quizá ya estén muriendo.

En total, 1.1 millones de palestinos en Gaza, la mitad
de la población total, experimentan escasez catastrófica
de alimentos, la peor categoría, casi el doble de los ni-
veles del reporte anterior, en diciembre. En el peor es-
cenario, la IPC estimó que en centro y sur de Gaza po-
drían también enfrentar hambruna hacia el próximo ju-
lio.

Las acciones necesarias para prevenir la hambruna re-
quieren una inmediata decisión política de alto el fuego,
junto con un aumento significativo e inmediato del ac-
ceso humanitario y comercial a toda la población de
Gaza, de acuerdo con la IPC.

Deben hacerse todos los esfuerzos por
asegurar la provisión de comida, agua,
medicinas y protección a civiles, así co-
mo restaurar y proporcionar servicios de salud, agua y
saneamiento, además de energía.

En los 13 años pasados, sólo se ha declarado hambru-
na dos veces: en partes de Somalia en 2011 y en par-
tes de Sudán del Sur en 2017, pero nunca en Medio
Oriente. El informe señaló que la falta de acceso de las
agencias de ayuda a la franja ha tenido un impacto sig-
nificativo, que ha llevado a funcionarios de la ONU y de
la Unión Europea a acusar a Israel de una hambruna
creada por el hombre.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ex-
presó que los datos de la IPC son una espantosa de-
nuncia de las condiciones en el terreno.
Este es un desastre totalmente creado por el hombre, y
el informe deja en claro que puede ser detenido, decla-
ró a reporteros en el cuartel general de la ONU en Nue-
va York, y demandó a Israel asegurar el acceso a pro-
ductos humanitarios a todo el territorio de Gaza.

Guterres se unió a un coro de condena de diplomáticos
internacionales, organizaciones de ayuda y grupos de
derechos, que afirman que Israel utiliza el hambre como
arma, lo que constituye un crimen de guerra.

La inanición se utiliza como arma de guerra. Israel pro-
voca hambruna, manifestó ayer Josep Borrell, alto re-
presentante de la UE para asuntos exteriores y política
de seguridad, en la apertura de una conferencia sobre
ayuda humanitaria para Gaza, en Bruselas.
Antes de la guerra, Gaza era la mayor prisión a cielo
abierto. Hoy es el mayor cementerio a cielo abierto,
añadió.

La directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimen-
tos de la ONU (PMA), Cindy McCain, expresó: ―la gente
en Gaza muere de hambre ahora mismo. La velocidad
a la que esta crisis artificial de hambre y desnutrición ha
desgarrado a Gaza es aterradora… Queda una peque-
ña ventana abierta para prevenir una hambruna y para
hacerlo necesitamos acceso total e inmediato al norte.
Si esperamos hasta que la hambruna se declare, será
demasiado tarde. Miles más perecerán‖.

La agencia británica Oxfam afirmó que la rapidez con la
que los niveles de hambre se han alcanzado en Gaza
no tiene precedente. Nunca se había visto un deterioro
tan rápido hacia la inanición generalizada, aseveró
Aleema Shivji, jefa ejecutiva interina de Oxfam, en res-
puesta al reporte de la IPC. La fabricación deliberada
de sufrimiento por parte de Israel es sistemática y en tal
escala e intensidad, que crea un riesgo verdadero de
genocidio en Gaza.

Israel exige se reconozca su derecho a la autodefensa
El ministro israelí del Exterior, Israel Katz, rechazó las
acusaciones y manifestó específicamente que Borrell
debe dejar de atacar a Israel y reconocer nuestro dere-
cho a la autodefensa contra los crímenes de Hamas.

Israel ha permitido el ingreso de extensa ayuda humani-
taria en Gaza por tierra, aire y mar a cualquiera que
desee ayudar, afirmó Katz en la red social X.
Israel ha lanzado un bombardeo sin precedente contra
Gaza y un bloqueo paralizante en represalia por los
ataques del 7 de octubre en el sur de su territorio, en
los que militantes de Hamas dieron muerte a unas mil
200 personas y tomaron a 250 rehenes.

Desde entonces, su ofensiva ha matado a más de 31
mil personas en Gaza, de acuerdo con funcionarios de
salud palestinos, quienes declararon a The Independent
que se han reportado al menos 27 decesos por hambre
y deshidratación, entre ellos los de 23 niños.
Médicos que luchan por atender a los enfermos, ham-
brientos y heridos en el norte de Gaza sostuvieron que
los más vulnerables ahora son los niños, así como las
embarazadas y lactantes.

Imagínense, de 10 mujeres que dan a luz, siete termi-
nan en la unidad de cuidados intensivos de nuestro
hospital, la mayoría por desnutrición, comentó en un
mensaje de video Ahmed Kahlout, enfermero en el
hospital Kamal Adwan, y agregó que muchas están su-
friendo abortos por el hambre.

Las lactantes no pueden alimentar a sus bebés porque
no encuentran suficiente comida para ellas, añadió, y
describió que incluso el propio personal médico se ve
obligado a consumir alimento para animales.
El informe de la IPC subraya que por falta de ayuda ca-
si todos los hogares se saltan comidas cada día y que
los adultos reducen sus ingestas para que los niños
puedan tomar algo.

En el norte de Gaza, agrega, en casi dos terceras par-
tes de los hogares la gente recurre a medidas extre-
mas, como que los adultos dejen de comer por días y
noches. En zonas del sur, eso se aplica
a uno de cada tres hogares.

Toda la evidencia apunta a una impor-
tante aceleración de la muerte y la desnutrición. Espe-
rar una clasificación de hambruna en retrospectiva an-
tes de actuar es indefendible, advierte.
Israel ha negado en repetidas ocasiones que bloquee suministros en Gaza

Las negociaciones por un alto el fuego, que están en su
sexto mes, deberían reanudarse ayer, con una delega-
ción israelí encabezada por el jefe de espionaje del
país, en ruta hacia Qatar.

Pero un funcionario israelí comentó que las negociaciones podrían tardar por lo menos dos semanas más, lo que es una clara desilusión para Washington, que había buscado un acuerdo a principios del mes sagrado
del Ramadán.
(jornada.com.mx) 19/03/2024

Por una Europa de los pueblos contra la UE fortaleza del capitalismo Eric Toussaint

 


Rebelión

Fuentes: CADTM
La Unión Europea tuvo su origen en la CECA, la Comunidad Económica del Carbón y del Acero, y posteriormente la Comunidad Económica Europea (CEE) y el «Mercado Común». La construcción europea estuvo fundamentada en la idea de la primacía del mercado capitalista, de la producción industrial en el interés del gran patronato, y no en el de los trabajadores y las trabajadoras, ni en el de los pueblos que constituyen Europa. Ver noticia 

ÓSCAR ROMERO: PROFECÍA Y EVANGELIO


col zapatero

 

Mons. Romero tomó posesión del Arzobispado de San Salvador el 22 de febrero de 1977 hasta que fue asesinado el 24 de marzo de 1980 durante la celebración de la eucaristía en la capilla del «Hospitalito» de La Divina Providencia en San Salvador. Durante esos tres años su honradez humana se vio sumida en un proceso de conversión al entrar en contacto con la realidad que vivían los más pobres de su pueblo. Esta experiencia, fruto de un seguimiento a Jesús crucificado, lo llevó a asumir la causa de los pobres a través de la promoción de la justicia y la construcción de la paz. Y lo hizo en medio de condiciones violentas, provocadas por el totalitarismo reinante, tanto en lo político-militar como en lo económico.

La acción pastoral de Romero partía de un discernimiento evangélico de la realidad. Es un método que sintoniza con el modelo de Iglesia que el Papa Francisco ha querido promover: una que se reconozca desde el seguimiento de la praxis de Jesús, que se inspire en los valores evangelios, se done en servicio fraterno a los más pobres, y que muestre con el ejemplo que quiere llegar a ser una Iglesia pobre.

Sus homilías

Para conocer su vida y su proceso de conversión como creyente, no existe otro mejor camino que el de leer sus homilías semanales, que compartía cada domingo por la mañana en la Catedral. Ellas eran legendarias y se podían escuchar por radio. Generalmente, tenían una primera parte donde explicaba los textos de las Escrituras, siempre con un espíritu catequético conectado con la realidad que se vivía en El Salvador, y con el fin de fortalecer la fe y la esperanza en medio de tanta violencia y opresión reinante. Las homilías ofrecían en una segunda parte el discernimiento que Romero hacía de la Palabra de Dios y cómo la aplicaba a las circunstancias concretas del país. Repasaba los eventos más importantes de la semana y emitía un juicio profético sobre ellos, denunciando a los victimarios y urgiéndolos a cambiar, o también acompañando a las víctimas y fortaleciéndolas con su mensaje.

Al leer los textos completos de las homilías de Romero podemos descubrir al creyente que parte de los evangelios y desde ahí hace un análisis de su realidad, preguntándose qué haría Jesús, cómo reaccionaría ante los problemas que vivimos y cómo podemos ser fieles a su seguimiento hoy. Es un método que lo aleja de los intentos por ideologizar la fe y lo muestra como un hombre sencillo que tomó en serio la opción por los pobres de su tierra, desde una respuesta fiel y honrada a su seguimiento de Jesús.

Modelo y reto para la Iglesia

Estos escritos representan un reto para la Iglesia en el mundo actual. La ayudarían a superar los espacios de confort a los que se ha acostumbrado y volver a su dimensión profética para ser voz de los dramas que viven las grandes mayorías actualmente. El modo cómo Romero lee, discierne y explica las Escrituras muestra la importancia de desmoralizar el talante del discurso homilético, para centrarlo nuevamente en la praxis de Jesús y transmitirlo con un tono evangélico en la línea de las bienaventuranzas y la defensa por las víctimas. Es un estilo evangélico que entiende a lo social como dimensión fundamental de la comunicación cristiana.

Con su canonización, el Papa Francisco ha querido dar señales de cómo avizora la identidad y la misión de la Iglesia de cara a las nuevas condiciones globales. Es un acontecimiento que se levanta como signo de un cristianismo que necesita recuperar la promoción activa de la justicia y la lucha por la equidad, así como lo hizo la teología de liberación en su época. Aunque la figura de Romero no ha dejado de ser controversial para grupos conservadores dentro de la Iglesia, ella simboliza la puesta en práctica del Concilio Vaticano II y la fidelidad a los documentos de Medellín y Puebla, al hacer un llamado a todos los creyentes a optar por la causa de los pobres y asumirlos como sacramentos de Cristo crucificado.

Fiel al magisterio universal, entendió que la salvación pasaba por el reconocimiento de la dignidad humana, el desarrollo socioeconómico de cada sujeto y el respeto por la libertad. Así lo había proclamado el Concilio Vaticano II (1962-1965) en la Constitución Gaudium et Spes 1: «los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo». Romero hizo suya esta opción pastoral, expresada por vez primera en el magisterio latinoamericano como una opción teológica cuando los obispos reunidos en Medellín (1968) apostaron por la «opción de Dios por los pobres», ratificada luego en la reunión de Puebla (n.733; 1134;1153) como «opción seguida por Jesús» (n.1141-1142).

La figura del Pastor

Son muchos los semblantes que se pueden describir de Romero como pastor. Quisiera destacar tres de gran actualidad que han inspirado el ministerio del Papa Francisco. Romero fue un pastor que optó por los pobres; antepuso la verdad y la profecía antes que lo políticamente correcto (el politically correct del mundo sajón); y superó la tentación clerical de vivir el poder como privilegio antes que como servicio y entrega fraterna.

Viviendo así encontró a Jesús entre los pobres y desesperanzados de su tiempo, y los cargó como los nuevos crucificados, en sus palabras y acciones. Desde esa entrega fraterna al pobre, llamó a construir una civilización de amor, sin odio ni violencia, donde todos podamos convivir, superando las ideologías y las creencias que nos dividen. Fue así como se convirtió en la voz de los que no tenían voz. 

Por ello, el camino de Romero al martirio es ejemplo para muchos pastores hoy en día, en tantas Iglesias locales, que prefieren cubrirse las espaldas, como se dice coloquialmente, antes que decir la verdad acerca de la violación de los derechos humanos, y denunciar las nuevas formas de totalitarismos y la exclusión social que impera en tantas culturas actualmente. El haberse colocado del lado de las víctimas le costó su vida. Queda hoy el mensaje de aprender a ser fieles a Jesús y salir a la defensa de las nuevas víctimas socioeconómicas, políticas y religiosas de nuestro tiempo.

La Iglesia que Romero vivió y la que Francisco quiere

Veamos algunos rasgos, dejando hablar a Romero a través de algunas de sus homilías: 

Primero, Romero fue hijo e impulsor del Concilio Vaticano II y de los documentos de la Iglesia en América Latina, como fueron Medellín y Puebla. Así lo reconoció: «no hagamos la impresión de ser dos Iglesias, sino que somos una sola Iglesia en la línea proclamada por el magisterio de esa Iglesia, sobre todo para los tiempos nuevos en el Concilio Vaticano II y en los documentos de Medellín» (Homilía 02-10-1977). Por eso llamó a hacer: «un esfuerzo para que todo lo que nos ha querido impulsar el Concilio Vaticano II, la reunión de Medellín, y de Puebla, no sólo lo tengamos en las páginas y lo estudiemos teóricamente, sino que lo vivamos y lo traduzcamos en esta conflictiva realidad» (23-03-1980).

Segundo, creyó y vivió un modelo de Iglesia que debe estar al servicio de los pobres y más sufridos, y no al servicio de los poderosos. Como proclamó en otra homilía: «la Iglesia no se apoya en ningún poder, en ningún dinero. Hoy la Iglesia es pobre. Hoy la Iglesia sabe que los poderosos la rechazan, pero que la aman los que sienten en Dios su confianza. Esta es la Iglesia que yo quiero. Una Iglesia que no cuente con los privilegios. Una Iglesia cada vez más desligada de las cosas terrenas, humanas, para poderlas juzgar con mayor libertad desde su perspectiva del evangelio, desde su pobreza» (Homilía 28-08-1977).

Tercero, entendió que la misión de la institución eclesiástica debía ser la de promover el diálogo y no el conflicto, la reconciliación y no la violencia, la del servicio y la solidaridad y no la absolutización o la idolatrización del dinero y los bienes. No se cansó de llamar al respeto por la dignidad humana, así como al mejoramiento de las condiciones de vida en un mundo donde aún existen sujetos que no son reconocidos como tal, y que son tratados como meros objetos. Como él mismo lo dijo: «este es el pensamiento fundamental de mi predicación. Nada me importa tanto como la vida humana. Es algo tan serio y tan profundo, más que la violación de cualquier otro derecho, porque es vida de los hijos de Dios y porque esa sangre no hace sino negar el amor, despertar nuevos odios, hacer imposible la reconciliación y la paz» (16-03-1980). Por eso, no se cansó de denunciar que «hay vidas entre nuestros hermanos verdaderamente infrahumanas, y la Iglesia predica la liberación de esa gente» (Homilía 19-06-1977).

Conclusión

A partir de Romero se recupera un sentido fundamental del martirio cristiano. Ya no sólo podrá ser visto como consecuencia del odium fidei, sino también del odium caritatis, el que vivió Jesús cuando los poderes políticos y religiosos de la época decidieron matarlo para que su mensaje de bienaventuranza y amor no fuese escuchado.

El mensaje de Monseñor Romero no es sólo reconocido por el mundo religioso. La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de marzo, aniversario de su martirio, como el «día internacional por el derecho a la verdad, en relación con violaciones graves de los Derechos Humanos y la Dignidad de las víctimas». En él se nos da a conocer un testimonio de vida creyente y una persona que optó por vivir su humanidad como servicio y entrega hasta el final, incluso hasta la muerte.

 

Rafael Luciani

DE INTERÉS CRISTIANO PERSONAL


col koldo

 

Voy por la calle y veo carteles anunciando la Semana santa en Logroño. ”SEMANA SANTA DE INTERÉS TURÍSTICO NACIONAL“. Lo hace una serie de capirotes de las distintas cofradías. Me traslado a Jerusalén en el año 30. No hay cofradías.

Volvemos a nuestra semana santa. Hay personas que pasan de los sufrimientos, de la pasión y el dolor de Jesús. Expresan sentimientos que no calan ni transforman. Y me duele que esos dolores sean de Valor turístico. En nuestra ciudad y en muchos pueblos se oye el sonido rítmico del tambor. ¿Así se expresa el sufrimiento y la compasión con Jesús?

Yo prefiero leer el Evangelio. Procuraré tener los sentimientos propios de Jesús, que se complicó la vida por el Reino de Dios y desterró el templo, porque el verdadero culto está en las personas y meditar el evangelio, la pasión de Jesús intentando contactar con Jesús. Si orar es, según santa Teresa, “estar a solas tratando de amor con quien sabemos nos ama”, intentaré contemplar y contactar con el Jesús que sufrió y sufre en tantos hermanos en Ucrania, Gaza, Sudán… Logroño.

Y llegar a sentir con Él. Sin ruidos, -me molestan-, en silencio, con oración profunda, sin capirotes ni trajes especiales. No necesito guardar el ritmo.

Y una cosa especial. Veo que hay muchas cofradías de la Pasión de Jesús. Y solo una de la Resurrección. Prefiero contemplar a Jesús Resucitado. Sentir la misma experiencia de Jesús resucitado por el Padre. Es Jesús Victorioso.

Estos sentimientos me llevan a las celebraciones litúrgicas de la Iglesia y a dedicar ratos a encontrarme con Jesús. Por la pasión, vivida hoy hacia la Resurrección actual de Jesús.

Hago mías las palabras del Nuncio en Ponferrada: “España es de cultura católica, más que de religión católica“.

Pienso que habrá muchas personas que viven en sus cofradías con sentimientos profundos, pero lo que yo capto son sufrimientos, vivencias de unos ratos, pero no sé si están en línea con los sentimientos de Cristo.

Las celebraciones de las ceremonias de ese triduo santo son muy ricas. Quizás se podrían enriquecer y actualizar más, pero podemos aprovecharlos porque se prestan a mayor expresividad, calado y encuentro con los sentimientos de Jesús.

Mientras… seguiremos leyendo en los carteles de propaganda “de interés turístico nacional”

CONSPIRACIÓN CONTRA JESÚS, EL CARPINTERO DE NAZARETH


col zapatero

 

Jesús no llevó a cabo una de estas guerras moralistas actuales para demostrar que el adversario es peor. Él no vino a condenar, sino para salvar. El que lo sigue ya está cambiando el mundo para siempre, dejando una marca de eternidad en la historia.

Su nueva ética consistió en vivir la experiencia del mal en carne propia, solidarizándose con el doliente. Él decía con su vida: lo que a ti te pasa, a mí me pasa y vamos a hacer lo posible para solucionarlo, que para eso he venido al mundo, ése es el sentido de mi vida.

No le interesaba ser “bueno” cumpliendo con el “deber” o los reglamentos escritos por "los que mandan". Conocía la trampa burguesa de los que "cumplen y mienten". Era bastante criticado por esto. Más de una vez se pasaba por alto las normas rituales cuando lo que estaba en juego era el hambre o la salud de la persona. A nadie andaba “psicopateando” con eso de la “culpa” para manipular religiosamente las conciencias. Hoy también busca liberarnos del egoísmo y la vanidad no para caer en otras esclavitudes rituales e ideológicas, sino para "amar como Él nos ha amado” (Jn 13,34). No es un mandamiento más, sino uno "Nuevo".

Sabía que el pecado era algo muy serio y no había que disimularlo en un mar de contravenciones ritualistas de control clerical. El pecado del mundo tiene que ver con usar los talentos de modo egoísta, para hacer daño, para someter y aprovecharse de los demás, para ser indiferentes al sufrimiento humano y la complicidad silenciosa con los sistemas injustos, máquinas reproductoras del mal.

A los “doctores de la ley” de ayer y de siempre no les gusta esta simplicidad, porque destruye su emperifollado chiringuito montado para “colar el mosquito y tragar el camello” (Mt 23,24). Por eso “Jesús no se fiaba de ellos, porque sabía lo que había su corazón” (Jn 2,24) Podrían engañar a muchos y sostener su sistema con trampas e hipocresía, pero “Dios ve en lo secreto” (Mt 6,6) y “no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz”. (Mc 4,22). La pandemia de pederastia de clérigos "célibes", es una muestra de ese pus que sale a la superficie de un sistema farsante y soberbio, tan habituado a juzgar, condenar y discriminar a los demás.

A Jesús le interesaban las personas, ellas son lo real, no las ideas. Le interesaba y disfrutaba al darles de comer, curarlas, compartir la mesa, aliviar las cargas de la vida… Jesús es una vida para los demás, que Él llamó Reino de Dios y su Justicia.

Él no enseñó técnicas de introspección para gurúes, exóticas espiritualidades intimistas “fuga mundi” para unos pocos iluminados, sino la compasión para vecinos de la puerta de al lado. Puso todo de sí para darse de comer a los pobres y nos pidió que hagamos eso “en memoria de Él”…, en vez de “hacer tres carpas” para una embriaguez mística que nos aleje de la realidad.(Mc 9,5)

El centro de la vida de Jesús es la convivencia como fruto de la misericordia y el amor, no de la superioridad moral para justificar el dominio sobre los otros.  Él vino para convivir, no para “mandar” y que le hagan reverencias…por ser “más sagrado” que la plebe “profana”. Las reverencias deben ser para los que sufren, a quienes llama “bienaventurados” y son el Templo de la Nueva Alianza. El mérito no es competir y ganarle a los demás, sino hacer crecer los talentos para el bien común, que nunca será “bien” si no tiende a ser “común” y alcanza a los excluidos.

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se anonadó así mismo, y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte y una muerte de cruz”. (Filipenses 2 6)

Él es un Dios hecho carpintero, uno del montón, pobre y sin “contactos” o “enchufes” que lo pudieran sacar airoso de los problemas. No era como tantos otros delincuentes que hoy vemos entrar por una puerta y salir por la otra. Sin embargo, hizo falta un complot religioso-militar para “acabar” con Él, ya que su tiraje popular ponía en riesgo los sistemas de este mundo basados en el tener, el poder, la violencia y la vanidad del lujo protegido por un exagerado "derecho" de propiedad para pocos a costa de muchos.

"Los dirigentes religiosos del judaísmo se dieron cuenta de que Jesús y ellos eran incompatibles. El peligro mayor estaba en la fe de los que tomaban a Jesús en serio. La fe, cuando es fe de verdad, representa una amenaza de muerte para el templo y para todo sistema religioso-político. Los hombres del Sanedrín fueron lúcidos y consecuentes: o él o nosotros. Y tomaron la decisión lógica: hay que matarlo. Los sacerdotes exigían sumisión (hasta la muerte), mientras que Jesús daba vida." ("La religión de Jesús…”J.M.Castillo)

Al comenzar su vida pública en el desierto, Jesús había sido tentado por el príncipe del mal para usar sus mismas artimañas . Pero para Él, el fin no justifica los medios. No usa el método del demonio para hacer la voluntad de Dios. Es la historia que se repite todos los días. Y cada día tiene su aflicción y su juicio.

La asimetría del poder económico, político o religioso generan las estructuras de pecado que condenan a Jesús. Ésta solo puede ser confrontada con la estructura de Gracia que Él inaugura y se llama Reino de Dios. Es un tejido de perdón y amor donde las asimetrías del sometimiento son allanadas y los dones e iniciativas individuales crecen para el servicio al Bien Común y no para las falsas meritocracias del postureo.

Jesús es la redención de la puerta de al lado. La salvación desde lo pequeño, como el grano de mostaza, que se vuelve grande y estructural. Su prédica no es bonachona y complaciente. Su propuesta de ser como niños para entrar en la lógica del Reino implica nacer de nuevo, una conversión profunda, una transformación que no está al alcance de lo humano pero que nos hace mucho mas humanos.

Él pone el dedo en la llaga permanentemente. Su misericordia es conflictiva, "hace lío". Polemiza a rabiar con los escribas y fariseos que se creen “dueños de Dios”, llama “zorro” a Herodes, hecha a los mercaderes del templo a latigazos.

Él sabe lo que es la pobreza desde que nació. No es como esos ricos buenorros con sentimiento de culpa que hacen un poco de beneficencia y volunturismo por el mundo para tranquilizar la conciencia y de paso posturearse aún más. Centra su atención en los que sufren, en los descartados, desprecia a los soberbios como proclama su madre en el Magnificat (Lc 1,46). Y a los que ayuda les pide que no lo anden divulgando (Mc 1,43), que Él no vino para montar un club de fans en las redes para alimentar su vanidad, como tantos predicadores del "éter".

Ni se defiende en un juicio amañado cuya sentencia ya fue preparada de antemano. Incluso se muestra irreverente en el momento de ser juzgado ante Pilato: “ninguna autoridad tendrías sobre mi si no te fuese dada de arriba” (Jn 19)

Así como fue perseguido Jesús, sus seguidores de verdad, también lo son. Asistimos actualmente a una persecución fariseo- integrista del papa Francisco. Un fundamentalismo destructivo para la convivencia, la comunión eclesial y el servicio a la humanidad. El objetivo siempre es el mismo: callar a uno para que la ideología de este mundo siga beneficiándoles.

Una intransigencia pseudocatólica, cerrada al diálogo, que tiene más de Maurrás que de Francisco de Asís. Inspirados en los retrógrados Syllabus y Mirari vos más que en el esperanzador Gaudium et Spes. Reacios a comprender la evolución de la cultura y la ciencia, la democracia, las libertades, los derechos humanos, el nuevo papel de la Iglesia del Vaticano II y la Sinodalidad que vencen la soberbia del clericalismo y la autorreferencialidad eclesiástica. 

 El Nazareno continúa con su revolución de la compasión en las calles y en la voz de profetas como Francisco. Difícil encontrarlo en domesticadas imágenes en los templos de los mercaderes. Por eso están vacías las iglesias a no ser para el consumismo turístico que todo lo fagocita. Jesús es aclamado de día con ramos por un Pueblo sencillo que lo reconoce por su amor cercano que cura, alimenta y comparte. De noche, los conspiradores siguen planificando el sacrificio de los crucificados del mundo para perpetuar las estructuras del pecado.

 

Guillermo Jesús Kowalski

Religión digital

CON UN DIOS REY, TODAVÍA SOMOS PAGANOS; CON UN DIOS CRUCIFICADO, YA SOMOS CRISTIANOS


col koldo

 

Muy queridos hermanos y hermanas, es domingo de pasión, inician los días santos de la pascua.  Este día es escandaloso, comenzamos llenos de alegría agitando los ramos, gritamos que viva el rey, y terminamos aquí en la catedral, viendo que ese rey muere en la cruz, ajusticiado como un criminal; el rey resultó ser una víctima.

Nos alegrábamos con ese rey que entra a Jerusalén y lo confesamos como Dios, pero nos desilusiona el crucificado de esta misa y nos da lidia creer que sea Dios.  Nos infla el pecho pensar en un Dios rey, nos deprime pensar en un Dios crucificado.   Preferiríamos mil veces quedarnos en la procesión de ramos y terminar allí, en la apoteosis del Dios rey, y no aquí en la pasión y muerte del Dios crucificado.  En la procesión con los ramos, todavía éramos paganos, aquí en la misa, haciendo memoria de la cruz, somos cristianos.

Si, hermanos y hermanas, nuestro Dios es un crucificado; es un condenado a muerte, es una víctima; la gente se burla de él y le grita: “sálvate a ti mismo, a otros ha salvado y no puedes salvarte”.  Sí, es el misterio más tremendo, es el todopoderoso y no puede hacer nada, está clavado al madero; es inmortal, vive desde siempre y para siempre, y muere de muerte fea y violenta.  Él vistió este mundo de color y belleza y ahí está, desnudo, la piel llagada, su túnica se la juegan a los dados.  Él es la sabiduría y allí, apretado en angustia, pregunta por qué y el cielo se le queda mudo; nuestro Dios parece sin Dios, se siente abandonado del Padre, olvidado, desechado, ninguneado. Nuestro Dios está derrotado, parece un gusano, no parece ni siquiera hombre; está desfigurado; es mejor no verlo, voltear la mirada.  Ese es nuestro Dios.

No nos gusta este Dios, nos repugna, no hay en el parecer, no hay en él hermosura, así lo habían anunciado los profetas y nadie les creyó; quién iba a creer si nos satisface tanto la idea de un Dios que todo lo puede y que arregla nuestros asuntos con milagros; un Dios que domina y se pone por encima de todo y nos da puestos en su gloria y justifica que abusemos del poder; un Dios que se las sabe todas y nos garantiza que estamos en la verdad y nos da permiso de imponer doctrinas a los otros; un Dios de cara bonita que ayuda nuestra vanidad y nos hace aparecer como gente fina y de buen gusto. No, nadie le creía a Isaías cuando anunciaba un Dios así y todavía hoy nos cuesta creer. El crucificado no es un Dios como lo queremos, no puede, no domina, no se las sabe todas, no tiene la cara bonita.

La Biblia que cuenta la historia de la salvación, nos dice que muchos creyentes le habían estado pidiendo a Dios, “muéstranos tu rostro”, “muéstranos tu rostro”; y Dios no era fácil para dejarse ver, un día se le apareció a Moisés, pero no le mostró su rostro; se le presentó caminando y Moisés sólo pudo ver su espalda; Moisés se puso a seguirlo, queriendo pasársele para verle la cara, pero no pudo. 

Finalmente, después de mucho implorar, “tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro”, después de muchos ires y venires, cuando menos lo esperaban, Dios mostró su rostro: llevaban a crucificar a tres hombres condenados a muerte;   una mujer, dicen que se llamaba Verónica, se apiadó de uno de ellos que iba coronado de espinas, un rey de burlas, y le limpió con su lienzo la sangre y el sudor que corría por su frente y sus mejillas; y el rostro del condenado quedó grabado en la tela.  Dios escuchó la súplica, mostró su rostro; ya conocemos a Dios, tiene el rostro de las víctimas, es un ajusticiado, es un condenado, es un sufrido.  Tenían razón los anuncios de Isaías.  Dios se nos mostró en el crucificado, es en la cruz donde conocemos a Dios; Dios es el crucificado; es rey, pero es un rey crucificado.

Jesús, Dios con nosotros, nos dijo dónde lo podíamos seguir encontrando cuando no estuviera más con nosotros, “lo que hicieron a uno de estos pequeños a mí me lo hicieron” “lo que hicieron a uno de esos crucificados a mí me lo hicieron”; el rostro de los que tienen hambre y sed, de los que están enfermos o en la cárcel, de los perseguidos y desplazados que buscan techo, de los que están desnudos  y desarrapados, es el rostro de Dios; en ellos adoramos a Dios; no pueden salvarse a sí mismos, mueren antes de tiempo, los asesinan, parece que no saben nada, están vestidos de andrajos, no son agradables a la vista; y así y todo, sus rostros nos dejan ver a Dios.

Hermanos y hermanos, en esta semana santa, en esta pascua, no nos podemos quedar en la procesión de ramos aclamando al rey; esto es mero triunfalismo y no da culto a Dios; tenemos que entrar en la pascua del Señor y reconocerlo en el crucificado, reconocerlo en las víctimas; esto es fe y es la religión que agrada a Dios.  Cada vez que queramos ver a Dios, conocerlo en persona, acerquémonos a un crucificado, a una víctima, ahí Dios se deja conocer.  Dios está en todas partes pero se hace denso en los pobres.

La pasión de Cristo que acabamos de traer a la memoria no es algo que sucedió hace más de dos mil años; es algo que sucede hoy, así como Dios sufrió en Jesús y dejó ver su rostro en él, así Dios sigue sufriendo en las víctimas; tener un Dios para que nos ayude es de todos, hasta de los idólatras, tener un Dios al que hay que ayudarle porque es una sola cosa con las víctimas, es solo de creyentes.

Colombia es un país de víctimas; después del acuerdo de paz, sobrevivieron más de nueve millones de víctimas; y el conflicto se ha reciclado y sigue produciendo más y más víctimas; no podemos hacer memoria de la pasión y muerte de Jesús, sin hacernos cargo de la pasión y muerte de las nuestras, los que sufren violencia y muerte; Dios se nos muestra en los desplazados y sacados a la fuerza de sus territorios, en los secuestrados y privados de sus derechos, en  los desaparecidos y las personas que los buscan, en los que han perdido a sus seres queridos asesinados o no los encuentran porque los desaparecieron, en  las mujeres violentadas, en los niños y las niñas reclutados para la guerra, en los líderes sociales y firmantes de la paz asesinados, en los pueblos enteros masacrados.  No nos es lícito buscar a Dios sólo en los templos, hay que buscarlo sobre todo donde hay dolor. Lo único que Dios quiere es que lo bajemos de la cruz; ayer estaba crucificado en Jesús de Nazaret, hoy está crucificado en todos los que sufren.

Que en esta pascua recibamos la gracia de ver el rostro de Dios y no escandalizarnos; de adorar no sólo al rey, también al crucificado. No, nuestro Dios no puede salvarse a sí mismo, somos nosotros los que lo tenemos que salvar, bajando de la cruz a las víctimas.

 

Jairo Alberto Franco Uribe

Religión Digital

CRISIS DE ORACIÓN, CRISIS DE FE


col kowalski

 

Estamos educados en ´creer que´, en lugar de ´creer en´. Nuestra crisis nace en que rezamos poco y mal dando por hecho que, a tanto esfuerzo obtendremos tanto resultado. Pero eso ya no sería amor, sino mero interés. Todo es gracia, don; la eficacia de la oración no es mercantil. Es lo más alejado a las enseñanzas de Jesús sobre la fuerza de la oración, aparentemente más lenta pero más fecunda, conforme a su hacer misterioso y transformador.

Si se me permite el simplismo, los conservadores rezan mal y los progresistas rezan poco. A todos cuesta fiarnos de esa otra “eficacia” sobrenatural que no resuelve todo según nuestras peticiones. Deberíamos cambiar la costumbre de orar sobre todo cuando arrecian los problemas. Dejemos que Dios trabaje nuestro interior a su manera incomprensible, aunque sea por las decenas de veces que se exhorta a orar en el Evangelio tomando como ejemplo a Jesús, quien no dejaba de orar al Padre incluso sin tiempo ni para descansar.

Lo cierto es que orar, hacer oración, es una práctica de minorías. Se ha convertido en algo secundario a lo que dedicamos poco tiempo al cabo del día y de manera superficial. El abandono de esta práctica disminuye la capacidad de introspección y la apertura a la alteridad amorosa. Por otra parte, algunas oraciones como la Eucaristía, tampoco nos comunica demasiado su liturgia, poco participativa porque no la vivimos como una celebración. Para colmo, entre los mayores valedores de la oración se significan sectores conservadores de la Iglesia con fórmulas y propuestas más formales que ejemplares.

Las crisis son tan inevitables como necesarias si nos renovamos sacando lo mejor de cada ser humano para vivir con mayor plenitud lo esencial: el Amor por y para lo que hemos sido creados. De hecho, no hemos venido a entender, sino a amar (Alexis Carrel dixit). Dios se sirve de todo, incluso de lo negativo y doloroso que acaece, para que lleguemos a ser lo mejor de cada ser humano.

Dios nos acompaña convirtiendo la noche en crecimiento personal. La oración en los tiempos difíciles impide caer en la tentación del desánimo, la desesperación, el abandono, la cobardía o el peligroso autoengaño. Nunca estamos solos. Dios salva.

En este contexto, la mejor definición breve de oración es abrirse a la escucha de Dios. Una experiencia de fe que como tal comunicación está sustentada en el saber más que en el sentir. Saber no implica sentir, aunque nos encantaría. Los místicos tienen honda experiencia de esto, como lo canta san Juan de la Cruz: ¡Qué bien sé yo la fuente que mana y corre, aunque es de noche! Abrirse al Misterio nos hace crecer como personas. Lo que significa, al menos para mí, que el verdadero poder de la oración es que nos enseña a amar mejor si rezamos bien.

El amor verdadero es siempre un movimiento hacia Dios. Nada que ver con rezar como si Dios nos debiera algo. La oración, en fin, es lo contrario al temor ¿En qué hemos convertido la Eucaristía, que no puede ser otra cosa que una alabanza entusiasta y hermanada basada en la admiración agradecida a aquél que ha realizado maravillas increíbles? Falta dejarnos sorprender por un Dios que nos sigue amando incondicionalmente hasta en nuestras peores flaquezas.

Con todo, resulta difícil rezar. Conozco a muy poca gente que le resulte fácil: las distracciones, el ambiente arreligioso, las preocupaciones, la falta de tiempo, nuestra propia manera de ser, el desaliento por no sentirnos escuchados, la sequedad interior o todas a la vez. Y encima tenemos que lidiar con la duda, la pereza y las tentaciones. Pero lo cierto es que Dios confía en nosotros más que nosotros mismos.

La perseverancia es fundamental en la oración. Los efectos ocurrirán de una manera imprevisible, única, gratuita y salvadora, de un Dios Padre que cumple sus promesas aunque no coincidan con nuestros deseos. El cardenal Manning llegó a decir que todas las experiencias humanas, en el fondo, no son otra cosa que vivencias teológicas. La oración, en definitiva, no está hecha para cambiar a Dios sino para cambiarnos nosotros. O lo que es lo mismo, el fruto principal de la oración es ser mejores personas, a pesar de las dificultades de la vida en el día a día.

Teresa de Calcuta lo expresó en una secuencia que me parece inmejorable: “El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio”.

LAS PROCESIONES DE SEMANA SANTA, EN LA MIRADA DE SUS PROTAGONISTAS


col anso

 

Devoción. Orgullo. Ayuda y colaboración. Hermandad y trabajo en equipo. ¿Cómo se vive la Semana Santa en España desde dentro? ¿Qué significa para cofrades, hermanos mayores, penitentes? ¿Cómo se sienten estos días tan especiales? Desde RD, con la colaboración de la web Semanasantaenespaña.com, hemos querido sondear la opinión de los protagonistas.

Estas son las respuestas de hermanos mayores de Granada, Zaragoza, León o Barbastro. Algunos de ellos están procesionando, hoy mismo, con la mirada puesta en el cielo por una doble razón: el fervor religioso... y el tiempo. ¡Buena levantá!

Ignacio Figueruela, Hermano Mayor de la Hermandad Sacramental Paciencia y Penas (Granada)

1.- ¿Qué esperas de esta Semana Santa?

Espero y deseo que todos los hermanos que forman parte de nuestros cortejos puedan realizar su estación de penitencia a la S.I. Catedral y que esta sea fructífera.

2.- ¿Qué significa para ti, cómo la vives?

Desde mi posición la vivo intensamente, no sólo los 8 días de Semana Santa, sino todo el año y, en especial, desde Navidad.
Estos días son días de Hermandad, de encontrarte con hermanos que viven fuera de la ciudad y se acercan en estos días para estar presentes el miércoles santo.

3.- ¿Qué destacas de vuestra hermandad/paso/procesión?

Es difícil destacar sólo una cosa de nuestra Hermandad. En primer lugar, a nuestros Sagrados Titulares, que para nosotros lo son todo.
Destacaría la calidad humana de todos los que forman parte de Paciencia y Penas, especialmente de aquellos que, durante todo el año, trabajan para que todo esté a punto en estos días.
Y del miércoles santo me debo quedar con el cortejo en general. El recorrido, el recogimiento, la dificultosa salida y entrada en San Matías con la escalinata, la simbiosis con las bandas de música que nos acompañan...

4.- Defíneme en una palabra tu sentimiento en Semana Santa.

Si fuese sólo una palabra, evidentemente debería ser DEVOCIÓN.

Óscar José Simón Montenegro, hermano mayor de la Hermandad de Cristo despojado de sus vestiduras y compasión de Nuestra Señora, de Zaragoza

1.- Espero que todos los actos que nuestra hermandad lleva preparando con cariño durante estos últimos meses, den a conocer ese corazón humano y cercano de cada uno de los hermanos que conforman la familia despojada y con su manifestación y catequesis, de fe en las calles y acerquen a todo el mundo a nuestro cristo despojado y a esta hermandad. (Acercamos en actos en colegios de educación especial, residencias de ancianos, un poquito del aroma de estas fechas además de nuestras procesiones y actos religiosos).

2. Para mí, la Semana Santa significa una transformación y renovación en lo personal, donde a través de oración, el silencio, el tronar de los tambores y bombos y compartiendo los actos con mis hermanos, hace que se renueven mis creencias, sentimientos cada año, viviéndolo intensamente.

3.- Siendo una de las más pequeñas hermandades de Zaragoza, es de las que hay más participación en cualquiera de sus actos. Muy familiar donde todos se quieren, grandes y pequeños, viviendo cada año nuevas experiencias en pasajes y lugares característicos de nuestras procesiones, como la basílica del Pillar, calle Alfonso, calle Mayor, san Bruno, arco del deán, con un paso sencillo pero con una imagen muy querida y a la que se tiene mucha devoción, de hecho mucha gente se nos acerca a contarnos sus experiencias personales y que gracias a Él han sanado en sus enfermedades y en sus malos momentos del día a día les ha ayudado a ver un rayo de esperanza.

4.- No puede ser una palabra, sino esta frase: “Orgulloso de mi familia despojada”

Manuel Antonio Couso Sobrado, Presidente de la Hermandad de Santa Marta de León

1. Lo principal que el tiempo nos acompañe, el cual ayudaría a que los Hermanos/as participaran en las procesiones. Desear que los Hermanos/as se impliquen en las distintas secciones y sobre todo los braceros/as tengan una buena Puja.

2. La Semana Santa para el Presidente es como un examen de todo un trabajo a lo largo de todo el año de la Hermandad. Implica la motivación a los Hermanos/as para la participación en todos los actos que organizamos. Como Presidente la vivencia es total. La Semana Santa es cada minuto de celebración, el pensamiento es total de la misma.

3. Principalmente el valor humano de nuestros Hermanos/as. Destacaría dentro de los pasos de nuestra Hermandad El Paso de la Sagrada Cena, el paso más grande y voluminoso de nuestra Semana Santa de León. Sin olvidarme también del resto de Pasos, "La Casa de Betania ", "Unción en Betania " y "Lavatorio ", pujados por Hermanos/as. Secciones de Manolas, Samaritana, Galileos y Hermanos/as de filas.
Las procesiones me gustan como habitualmente las llevamos con seriedad y religiosidad.

4. Sentimiento de ayuda y colaboración con mis Hermanos/as y apoyarles en todas mis posibilidades.

Luis Planes Mur, Vicepresidente de la Cofradía de San José de Barbastro

1.- Esta Semana Santa queremos poner en valor el lema ser "Fan de San José", un hombre humilde, trabajador y buena persona, es una figura que nos ayuda a ser mejores, imitando su forma de ser y de actuar.

2.- Como cofrade y cristiano vivo la Semana Santa con la convicción que nos enseña el Evangelio, con esperanza. Desde un punto de vista de pertenencia a la cofradía de San José, atareados por todos los preparativos necesarios para poder celebrar la Pasión de Cristo y convencidos de que el trabajo y esfuerzo personal son una buena forma de imitar a San José.

3.- La cofradía de San José es una de las siete cofradías de Semana Santa de la ciudad de Barbastro. Celebramos nuestra procesión particular el Domingo de Ramos, este año es el 24 de Marzo. Somos una cofradía formada por algo menos de cien cofrades y eso nos hace sentirnos una verdadera familia. 

4.- Hermandad y trabajo en equipo.

Jesús Bastante

Religión Digital

UNA INVITACIÓN UNIVERSAL A HUMANIZARNOS


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“Semana Santa” es la Semana Mayor en la liturgia católica. En ella, conmemoramos los principales acontecimientos en la vida de Jesús de Nazaret: su pasión, muerte y resurrección, que - al mismo tiempo - se constituyen en los acontecimientos por los que, sus discípulos creemos que, en seguimiento de Jesucristo, alcanzamos nuestra salvación, nuestra vida plena, abunda

La Semana Santa se abre con el llamado Domingo de Ramos, en el que conmemoramos la entrada de Jesús a Jerusalén, aclamado por las gentes con mantos y ramos de olivo, como “el que viene en el nombre del Señor”. (Mc 11,9-10) Misma ciudad y mismas gentes que, pocos días después, serán lugar, testigos y cómplices de la condena al inocente Jesús y de su muerte en cruz.

Jueves, Viernes y Sábado de esta misma Semana, son tres días conocidos como el Triduo Pascual

El Jueves Santo, los cristianos conmemoramos la Cena-Testamento y despedida de Jesús, en la que, nos da ejemplo de un nuevo modo de ejercer el poder sirviendo, hasta lavar los pies de sus discípulos (Jn 13) y nos deja, como nueva y única ley para sus discípulos, el mandamiento del amor. Amor que brota del reconocimiento de Dios como Padre y de todos como hermanos. Amor con el que, en adelante, sus discípulos han de entablar todas sus relaciones y será la “señal” de que son cristianos (Jn 13,35).

La fracción del pan, cena del Señor o eucaristía (1 Cor 11,23-32) será, en para los discípulos, signo de la presencia de Cristo en la comunidad: “Haced esto en conmemoración mía” (Lc 22,19). Como el pan cotidiano convoca, hermana y fortalece la vida de los comensales, alrededor de la misma mesa, Cristo – confesado como Pan de Vida – es quien convoca a la comunidad eclesial, quien nos reúne como hermanos y nos hace “uno” (Jn 17,21-23) y quien nos da la vida, vida nueva y abundante (Jn 10,10).

El Viernes Santo, con la lectura del texto del evangelio de Juan, conmemoramos la pasión de Jesús, el juicio injusto, la condena, los padecimientos, burlas y desprecios sin cuento como al peor malhechor, el camino hacia el Gólgota y la muerte en cruz del nazareno.

El Sábado Santo, permanecemos, en oración y silencio litúrgico, junto a la tumba de Jesús y, al filo de la medianoche, celebramos la vigilia pascual: el acontecimiento más importante en la vida de los creyentes: la resurrección, la pascua, el paso, la renovación de la mente (Ef 4,23-32), la transformación de la vida que experimentaron y experimentan hoy los que se encuentran con Cristo. “Paso” a una vida nueva por la que, los cristianos, confesamos al Crucificado Resucitado, Viviente entre nosotros, Señor de la Vida y de la historia. 

Dos mil años después de estos acontecimientos, una celebración válida de la Semana Santa nos pide, no sólo hacer memoria o recordación de los hechos pasados acaecidos en la persona de Jesús sino conmemorar, es decir, revisar nuestro presente histórico a la luz de aquellos acontecimientos, para constatar, mirando hacia el futuro, que la vida, hechos y palabras de Jesús iluminan nuestras propias vidas, que también hoy millones de inocentes siguen siendo condenados injustamente, para confesar que hoy seguimos necesitados del mandamiento del amor y de la transformación de nuestras vidas que celebramos en la pascua de la resurrección. 

Conmemoramos que todo lo acontecido en el pasado de Jesús continúa teniendo repercusiones actuales y aconteciendo en la vida de quienes – como Jesús – viven en la verdad, aman, sirven, trabajan por la paz y la justicia y anhelan un mundo mejor, más humano, más fraterno y solidario.

En nuestra cotidianidad, desgraciadamente, nos hemos ido acostumbrando a las injusticias que engendran violencias, a los mil atropellos contra los derechos humanos, a los exterminios en masa y a la muerte. Pero no estamos acostumbrados a que un hombre entregue su vida por lo que cree y en favor de los otros. 

La Semana Santa, especialmente el Viernes Santo, nos recuerda que en la hondura del alma humana también existe la bondad, la capacidad de servicio y entrega por los otros. A este estilo de vida es al que nos invita Jesús de Nazaret. A ser capaces de “negarnos a nosotros mismos” (Mt 16,24-26) con tal de servir con nuestras vidas a mejores causas, a causas más nobles, a interés más altos, al bien común y a todos los valores, ideales, anhelos y aspiraciones más propios, connaturales y ciertos de todo ser humano.

El Viernes Santo nos recuerda que también hoy – como en aquel tiempo ocurrió con Jesús - hay inocentes condenados a muerte, hay millones cargando con cruces que otros les imponen injustamente, que hoy también hay caídos en el camino de la vida – tres y muchas veces - y en todos los rincones de la tierra. 

Caídos por hambre, por vicios, por el abandono, abatidos por las faltas de oportunidades sociales, abatidos por el peso de existencias sin esperanza, clavados en la cruz de situaciones de vida indignas que no eligieron o que no logran cambiar, despojados de sus derechos como personas y como ciudadanos. 

Hoy también hay miles de profetas, hombres y mujeres, perseguidos, mártires por la verdad. Hoy, también urge la presencia de cireneos y de verónicas, de hombres y de mujeres que ayuden a cargar la cruz de sus hermanos, que enjuguen el rostro de sus semejantes. Urge la presencia de hombres y de mujeres que, en seguimiento del hijo del carpintero y maestro de Nazaret, entiendan la convivencia humana como una oportunidad para servir y compartir el pan cotidiano y como un espacio para la fraternidad, con la certeza de que “hay más alegría en dar que en recibir” (Hc 20,35)

La vida de Jesús, como la de ningún otro personaje en la historia, está marcada por los contrastes, por lo desconcertante, por las paradojas. Su vida, hechos, palabras, actitudes, mensaje e invitación siguen vigentes hoy, como una invitación universal a humanizarnos, amándonos y sirviéndonos los unos a los otros para construir en el mundo el reinado de Dios, para acercar a nuestra humanidad la divinidad, para hacer cielo en la tierra (Ap 21,1), para que donde hay mal abunde el bien, para que la anhelada paz sea posible, para construir un mundo fraterno según las enseñanzas del Evangelio.

 

Mario J. Paredes

Religión digital

Domingo de Resurrección JESÚS TENÍA QUE RESUCITAR TRIUNFANTE DE LA MUERTE PASCUA DE RESURRECCIÓN (B) (Jn 20, 1-9)

col labrador

 


Este pasaje, al igual que los relatos pascuales, no es una simple crónica de un acontecimiento pasado extraordinario. Es un testimonio personal de fe que trata de provocar la fe de los demás. Por eso conviene leerlo, no como meros espectadores, sino como protagonistas de un hecho que nos sigue interpelando, nos suscita preguntas, nos invita a salir de nosotros mismos, “al amanecer”, “el primer día de la semana”, nos hace “asomarnos”, “cuando aún está oscuro”, nos acerca a Jesús para tratar de comprender la causa de su muerte, es decir, la pasión por el reino. Todo ello nos concierne personal y comunitariamente.

Es el testimonio de Juan que entró, “vio y creyó”; le sobran todas las palabras y cree. María Magdalena y Pedro, “llegan corriendo” y, tras unos momentos de asombro, de aturdimiento, experimentan el despertar de una nueva vida para el mundo. Se dan cuenta de que la muerte, la losa quitada del sepulcro, ha sido transformada en vida, las vendas y el sudario enrollado en un sitio aparte. Se ilumina una certeza y se experimenta una Presencia: Cristo ha resucitado.

Al igual que Juan, a quien Jesús quiere, nosotros/as también contemplamos la escena y experimentamos, sin exigir “pruebas” o “argumentos” racionales, intelectuales, una mirada nueva que trasciende el tiempo, el espacio, la lógica de la mente, algo nuevo que acontece en el corazón humano, allí donde reside y se expresa el amor.

La Pascua nos remite a ser levadura nueva que hace fermentar toda la masa. Es un cambio de perspectiva. Se vislumbra un horizonte inesperado. Los símbolos de la luz, el fuego, el agua, quieren significar aquello que es imprescindible para la vida. Por eso recordamos nuestro bautismo; no es algo estático, una foto del pasado que ocurrió un día concreto, sino que la realidad significada de esa Vida divina en mí, he de hacerla presente y vivirla durante mi vida biológica, finita, temporal. No hay, pues, muerte sino vida. “La muerte está absorbida en la victoria. ¿Dónde está, muerte, tu victoria”? (1 Cor 15,55). “Por el bautismo hemos sido sepultados con Cristo quedando vinculados a su muerte, para que así como Cristo ha resucitado… por el poder del Padre, así también nosotros llevemos una vida nueva. Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya”. (Rom 6, 4-5).    

Jesús, como ser humano, alcanzó la plenitud de Vida del mismo Dios. Supo morir a su condición terrenal, a su egoísmo, al poder, a la opresión y se entregó por entero a los demás, llegando a la plena humanidad como hombre mortal. Manifestó que esa era la meta de todo ser humano, el único camino para hacer presente lo divino de Dios en él. Esa consciencia fue posible al haber experimentado a Dios como Don. La Vida definitiva, la vida eterna es la de Dios.

Lo divino no es asunto de la razón, solo puede ser objeto de fe. Se trata de una experiencia interior a la que no puede llegarse por razonamientos o demostraciones. La resurrección nos habla de una fe que se vive en medio del camino, que no rehúye la cruz, el sufrimiento, el sinsentido. Dicho de otro modo, “El verdugo no triunfó sobre la víctima” (Jon Sobrino). Jesús sabe lo que se le viene encima, pero en fidelidad y coherencia radical a su Padre, lo acoge, lo abraza y se abandona en manos de su Abbá.  Sólo amando como él nos amó, podemos hacer nuestra la Vida de Dios que es Amor.

Hagamos nuestra la resurrección de cada día…

Si descubrimos signos de compasión, sensibilidad y esperanza  en medio de un mundo desgarrado por el dolor, el sufrimiento y el sinsentido.

Si sabemos renacer cada día, re-animarnos y morir a nuestro ego, a nuestro individualismo, al mercantilismo imperante.

Si construimos un mundo más habitable a nuestro alrededor, convencidos de que las guerras, el odio, la venganza y la maldad no pueden triunfar jamás.

Cuando ponemos nuestra gota en el océano, nuestros recursos (aun limitados) a disposición de quienes lo han perdido todo en desastres naturales, en guerras genocidas, o circunstancias concretas: incendios, pérdida de trabajo, salud…

Cuando “nos mojamos” y nuestro compromiso se dirige y beneficia a hermanos y hermanas nuestras, más allá de lazos familiares, fronteras y divisiones de cualquier tipo.

Cuando damos testimonio y somos mediadores del evangelio de Jesús en nuestro entorno y en la comunidad de una iglesia sinodal.

Si somos capaces de enterrar la semilla, es decir, ir más allá de lo que sabemos y pensamos, tener la sabiduría de esperar y confiar en que se desarrollará la potencialidad de mi ser.

Si nos hemos dejado cautivar por el testimonio de otros/as cristianos/as, creyentes o no, que nos han dado ejemplo y han guiado nuestra existencia.

Si creemos en el Dios de la vida, en una humanidad más justa y en paz junto con quienes compartimos la pasión por el Reino, por la tierra que amamos, por el universo que nos acoge en su grandeza y  vulnerabilidad.

Cuando confiamos, aun con dudas y paso a paso, en que la muerte no tiene la última palabra, sino la Vida definitiva que el buen Dios soñó para cada uno/a de nosotros/as.

Cuando me abrazo a mí mismo/a confiando en el plan de Dios que ha trazado desde el principio para mí, aun en los momentos de oscuridad, temor o desesperanza, pues sólo Él abraza mi vida llevándola a su plenitud.

Hoy, canto de gozo en esta nueva Pascua, al percibir que todo mi ser fluye en Él, en la misma vida de Dios, Amor Trinidad.

¡Feliz Pascua! ¡Shalom!

 

Viernes Santo ¡MIRAD AL SER HUMANO!

col labrador

 


Los relatos de la pasión, muerte y resurrección de Jesús constituyeron muy pronto el centro del kerigma, del anuncio y la predicación. Se utilizaron al hablar de Jesús, al recordarle, al realizar el memorial de la cena… Las narraciones sobre lo sucedido aquellos días en Jerusalén pasaban de boca en boca, no porque se quisiera recordar una crónica, sino desde la profunda necesidad de compartir una experiencia de fe que les había transformado y que les ofrecía –en ese momento de ausencia física del Maestro– un sentido a todo lo vivido. Aún más, un Sentido a sus vidas.

Desde muy pronto, estos relatos relacionaron la Pasión con la Resurrección. Sin esta última, aquella no encontraría significado. Pero sin aquella, la segunda no hubiera sucedido. Hoy, Viernes Santo, la liturgia nos invita a permanecer en la primera, a ahondar en ella sin prisa, a realizar el recorrido –junto a Jesús– desde el huerto de los olivos, al otro lado del torrente Cedrón (cf. Jn 18,1), hasta ese otro huerto que se hallaba en el sitio donde lo crucificaron y donde había un sepulcro nuevo (cf. 19,41).

El evangelio según Juan, que se distingue en gran medida de los sinópticos, presenta, al llegar a la pasión y muerte, una narración que se asemeja mucho a las de los demás evangelios. No obstante, también muestra significativas diferencias. Por ejemplo, Juan omite la agonía en Getsemaní o el detalle del beso de Judas, todo el proceso judío ante el sanedrín, los insultos y maltratos experimentados en casa del sumo sacerdote o en la cruz y el simbolismo de las tinieblas en el momento de la muerte de Jesús. De algún modo, Juan no hace hincapié en los aspectos más trágicos y dolorosos porque contempla todo desde la clave del cumplimiento de la historia de la salvación.

En cambio, este evangelio es el único que señala aspectos no mostrados por los sinópticos, fruto de sus acentos teológicos: la autoridad de la palabra de Jesús que es capaz de hacer caer por tierra a quienes van a detenerle, el interrogatorio de Anás, el amplio proceso ante Pilato, la discusión ante lo escrito en el cartel clavado en la cruz, la presencia de María y el discípulo amado a los pies del crucificado o la referencia a la sangre y el agua que brotaban del costado de Jesús tras la lanzada.

Mucho podríamos detenernos, pues muchos son los acontecimientos que se narran y los matices propios de este evangelio. La persona que lea estas palabras, queda invitada a hacerlo: detente, contempla cada escena, deja que lo contemplado te toque el corazón y percibe las mociones que experimentas ante ello. Es día para contemplar al Amor dando la vida hasta el extremo y eso requiere tiempo, sosiego y silencio. ¡Ojalá se te haga posible!

Pero sí deseo hacer una invitación explícita. Si observamos, en el centro de esta gran narración se encuentra el gran diálogo entre Pilato y Jesús en torno al reinado de este último. Respondiendo a las preguntas, Jesús muestra el verdadero significado de su realeza. En el núcleo de esta sección, es coronado de espinas y echado sobre sus hombros un manto de púrpura, los soldados le dan bofetadas al tiempo que le gritan: “¡Salve, rey de los judíos!” (19,2-3). Torturado, humillado, maltratado como el Siervo del que habla el profeta Isaías, Jesús es presentado ante el pueblo con aquella expresión que hoy repetimos en latín: Ecce homo y que en nuestras biblias encontramos traducido como “¡Este es el hombre!” (19,5).

Esta locución, más allá de sus resonancias veterotestamentarias (en 1Sam 9,17 se utiliza cuando Samuel busca al hombre que Dios ha elegido como rey de Israel) y del profundo contenido teológico que tiene en el evangelio de Juan, traduce la expresión griega ἰδοὺ ὁ ἄνθρωπος, que literalmente significa “he aquí el ser humano” “mirad al ser humano”.

En ese cuerpo herido, desgarrado por la violencia, despojado de su dignidad, se nos invita a posar nuestra mirada para ser capaces de descubrir en él al ser humano, a la persona, criatura de Dios hecha a su imagen y semejanza... A ese cuerpo, del que el profeta dice que “no parecía hombre, ni tenía apariencia humana”, “ante el cual se ocultan los rostros”, se nos insta a fijar los ojos y a reconocer en él a Dios mismo. Hoy somos invitados a poner nuestra mirada sobre:

J15 (Papa Moussa Diouf) llegó a El Hierro después de una larga y penosa travesía. En Senegal quedaron su mujer y sus hijos de uno y tres años. J15 (así son nombrados cuando desembarcan, por centenares, de sus cayucos en la isla ante la imposibilidad de hacer un registro pausado) murió el pasado noviembre a causa del pie de patera, una infección letal provocada por mantener durante días sus piernas y pies –llenos de pequeñas heridas– en contacto con el agua contaminada por las heces que se acumula en el fondo de las embarcaciones. ¡Mirad al ser humano!

Karina es mamá a los 15 años. Atrás quedaron los estudios, los juegos… y la infancia. Su cuerpo, delgado y pequeño, amamanta a una niña de cuatro meses en una habitación de la casa de la familia de su exnovio, el papá de la pequeña, que ya vive fuera, con otra pareja. A Karina sus abuelos le echaron de casa y ahora se encuentra allí, en un rancho humilde en la frontera entre Colombia y Venezuela. “Al menos tuve suerte con mis suegros”, expresa. Karina y a sus diez hermanos fueron abandonados por su madre cuando ella tenía apenas unos meses. “Voy a criar a mi hija mejor que ella a mí”. ¡Mirad al ser humano!

Salah Awad El Sousi, doctor en Farmacia, dejó la ciudad de Gaza prácticamente con lo puesto. A sus 73 años se encontró, de repente, sin nada… Bajo los escombros quedaron sus libros, sus títulos, sus pertenencias… su vida. Para comer él, sus hijos y nietos, han de hacer fuego con la madera que encuentran y cocer pan, aunque la harina escasea. Los niños tienen la prioridad, pero hasta ellos padecen ya los efectos del hambre y la deshidratación. “No hay un momento de calma. Hasta lo más simple se ha convertido en un problema enorme: cómo conseguir comida, agua o un poco de electricidad para cargar el móvil. Estamos viviendo como animales y nos hemos transformado en números: números de muertos, números de heridos, números en las colas para comprar un poco de pan…”. ¡Mirad al ser humano!

María, a sus 17 años, se ha herido los brazos con una cuchilla por enésima vez. Entre los más jóvenes, uno de cada 20 adolescentes asegura haberse intentado quitar la vida, según el estudio PsciCE (Psicología en Contextos Educativos). Un tercio de los intentos de autolisis que atiende el teléfono de información toxicológica es de menores de 20 años y las llamadas a los números de atención al suicido entre los jóvenes se está disparando. “No, yo no me quería matar, yo estaba sufriendo y quería que dejara de pasar…”. ¡Mirad al ser humano!

Cada uno podremos seguir poniendo nombres propios y seguir contemplando, en este Viernes Santo, a Jesús en la Cruz.

 

Inma Eibe, ccv