FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA
SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA
ESTAMOS EN LARREA,4 - 48901 BARAKALDO

BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

ATALAYA
ATALAYA

miércoles, 21 de abril de 2021

José Luis Caravias. Un cura con los pobres

 


Victorino Pérez Prieto

Armonía en la diversidad

Victorino Prieto

En las últimas semanas la noticia del fallecimiento de Hans Küng llenó las páginas de los medios de comunicación, particularmente de la web de Religión Digital; merecidamente por la relevancia de este gran teólogo contemporáneo, del que hablaré en este blog en otra ocasión sobre todo por su importancia en el diálogo interreligioso.
··· Ver noticia ··

Pagola: “Víctimas de esta ‘sociedad-araña’, corremos el riesgo de no escuchar ya la voz de la propia interioridad”

 


Buenas noticias

Pagola1
La necesidad de un guía”
“Son muchas las víctimas de esta ‘sociedad-araña’. Personas que viven ‘según la moda’. Gentes que ya no actúan por propia iniciativa”
“Los cristianos creemos que solo Jesús puede ser guía definitivo del ser humano. Precisamente, cristiano es aquel que, desde Jesús, va descubriendo día a día cuál es la manera más humana de vivir”
··· Ver noticia ··

La Iglesia de Madrid, contra los carteles xenófobos de VOX

 


Religión Digital

Vox

“El alarmismo, el miedo y la xenofobia no pueden ser fomentados y explotados con fines políticos”
Horas después de que la Fiscalía de Madrid haya abierto diligencias de oficio para investigar la presunta comisión de un delito de odio por parte de Vox en un cartel electoral, en el que arremete contra los menores no acompañados
··· Ver noticia ···

Domingo 25 de Abril 4º de Pascua Marcos, Evangelista (s. I)

KOINONIA

 Con la palabra «pastor» se designaba en el Antiguo Oriente con frecuencia también a los reyes. Entre los egipcios, los reyes egipcios eran representados con los dos distintivos del pastor: el azote (o espantamoscas) y el cayado. Tanto en el arte de Mesopotamia como en el griego se encuentra la figura del pastor llevando a hombros un cordero; el dios griego Hermes fue representado llevando un carnero. Los cristianos utilizaron esta imagen para representar a Jesús, como buen pastor. IR A LA PÁGINA

DOMINGO 4 Pascua – B (Juan 10,11-18)

 José Antonio Pagola

LA NECESIDAD DE UN GUÍA

Para los primeros creyentes, Jesús no es solo un pastor, sino el verdadero y auténtico pastor. El único líder capaz de orientar y dar verdadera vida al ser humano. Esta fe en Jesús como verdadero pastor y guía adquiere una actualidad nueva en una sociedad masificada como la nuestra, donde las personas corren el riesgo de perder su propia identidad y quedar aturdidas ante tantas voces y reclamos.

La publicidad y los medios de comunicación social imponen al individuo no solo la ropa que ha de vestir, la bebida que ha de tomar o la canción que ha de escuchar. Se nos imponen también los hábitos, las costumbres, las ideas, los valores, el estilo de vida y la conducta que hemos de adoptar.

Los resultados son palpables. Son muchas las víctimas de esta «sociedad-araña». Personas que viven «según la moda». Gentes que ya no actúan por propia iniciativa. Hombres y mujeres que buscan su pequeña felicidad, esforzándose por tener aquellos objetos, ideas y conductas que se les dicta desde fuera.

Expuestos a tantas llamadas y reclamos, corremos el riesgo de no escuchar ya la voz de la propia interioridad. Es triste ver a las personas esforzándose por vivir un estilo de vida «impuesto» desde fuera, que simboliza para ellos el bienestar y la verdadera felicidad.

Los cristianos creemos que solo Jesús puede ser guía definitivo del ser humano. Solo desde él podemos aprender a vivir. Precisamente, el cristiano es aquel que, desde Jesús, va descubriendo día a día cuál es la manera más humana de vivir.

Seguir a Jesús como buen pastor es interiorizar las actitudes fundamentales que él vivió, y esforzarnos por vivirlas hoy desde nuestra propia originalidad, prosiguiendo la tarea de construir el reino de Dios que él comenzó.

Pero mientras la meditación sea sustituida por la televisión, el silencio interior por el ruido y el seguimiento a la propia conciencia por la sumisión ciega a la moda será difícil que escuchemos la voz del Buen Pastor, que nos puede ayudar a vivir en medio de esta «sociedad de consumo» que consume a sus consumidores.



¿APARICIONES EN DOMINGO?

FE ADULTA

col pelaez

El lenguaje de los relatos evangélicos sobre las apariciones de Jesús resucitado a los discípulos resulta enigmático. Llama la atención el hecho de que ni siquiera en momentos tan importantes se pongan de acuerdo los evangelistas. Entre ellos hay divergencias evidentes en cuanto al número, tiempo, lugar y testigos de los encuentros con Jesús resucitado. Comparadas unas narraciones con otras, un observador atento descubre claras contradicciones que los evangelistas no han tratado en modo alguno de eliminar.

Valgan unos ejemplos como botones de muestra: Las mujeres van a embalsamar el cadáver de Jesús y encuentran la tumba vacía; en el lugar del cadáver hay un joven vestido de blanco que les anuncia la resurrección para que la comuniquen al resto de los discípulos; pero ellas, según Marcos (16,8) "salieron huyendo del sepulcro, del temblor y desconcierto que les entró, y no dijeron nada a nadie, del miedo que tenían". Lucas dice exactamente lo contrario al narrar el mismo acontecimiento: "Las mujeres volvieron del sepulcro y anunciaron todo esto a los once y a los demás (Lc 24,9)". Y si, según Marcos, las mujeres vieron en la tumba a un joven vestido de blanco (Mc 16,5), en el evangelio de Lucas se dice que había dos hombres con vestidos refulgentes (Lc 24,4); para Mateo se trata, por el contrario, de un ángel (Mt 28,2). Según Marcos y Lucas, las mujeres no vieron a Jesús aquella mañana, en contra de Mateo, quien añade que, cuando iban de camino, Jesús les salió al encuentro (Mt 28,9).

Todo esto resulta extraño a ojos de un lector crítico moderno y no digamos a los de un historiador. Algo es cierto: Nadie vio a Jesús saliendo del sepulcro en el momento de resucitar. Tampoco lo vieron resucitado, sino que los textos dicen que se dejó ver (en griego, pasado del verbo “ver” en pasiva: ôphthê). La presencia del crucificado -vivo ahora- es extraña y misteriosa. No lo ve el que quiere, sino solo a aquel al que Jesús se deja ver. Esto explica que no sea reconocido por sus discípulos a la primera: María Magdalena cree estar hablando con el hortelano (Jn 20,15); los dos de Emaús, sin reconocerlo, caminan largamente con él y le reprochan ser el único forastero que no tiene conocimiento de los trágicos sucesos de Jerusalén (Lc 24,18) y lo identifican después de que Jesús les hable, les explique las Sagradas Escrituras, parta el pan o coma con ellos pescado.

Partir el pan, comer pescado y leer las Sagradas Escrituras eran los ingredientes de las comidas eucarísticas que la primitiva comunidad celebraba el primer día de la semana, el domingo, día en que tienen lugar las apariciones en los Evangelios.

Para reconocer al crucificado-resucitado no bastaba, pues, con los ojos de la carne, había que volverse a las Escrituras para disponerse a partir el pan en y para la comunidad.

¿Y qué significa hoy “partir el pan en y para la comunidad”?

Estamos sufriendo  el “shock pandémico”. Y este “shock” terrible ha dejado a muchos en la estacada de la vida: paro, desempleo,  precariedad laboral en el presente e incertidumbre ante el futuro. Nuestro sistema de vida hasta ahora se ha basado en el dogma incuestionable del crecimiento ilimitado, en el hiperconsumo de bienes que no son ni básicos ni necesarios, sino superfluos, en la “obsolescencia programada” (productos con fecha de caducidad de fábrica) o en la obsolescencia psicológica potenciada por un marketing que presenta de manera progresiva nuevos productos con más prestaciones, que nos hacen abandonar los que ya teníamos para conseguir estos nuevos.

Este crecimiento desaforado es un ídolo con los pies de barro, pues se alza sobre un asiento de víctimas, no todas visualizadas: explotación y destrucción de la naturaleza, calentamiento global, explotación de la fuerza de trabajo, colonialismo, explotación y manipulación del papel de las mujeres, colas del hambre... Y lo que es peor: el capitalismo ha alimentado una tremenda desigualdad social. Y se da la gran paradoja de que la economía capitalista, por una parte, ha creado mucha riqueza –“ya hay pan para todos en este mundo”-, pero, por otra, no se ha distribuido adecuadamente, estando en manos de una minoría privilegiada gran parte de lo que pertenece a todos, circunstancia que se ha agravado en los últimos tiempos con la pandemia.

(De todo esto y mucho más trata el Cuaderno “Cristianismo y Justicia”, n. 214, de Joan Carrera i Carrera. Interesantísimo. Se puede pedir gratis en papel o bajarlo de la web:

https://www.cristianismeijusticia.net/sites/default/files/pdf/es214.pdf     

Nuestro mundo no puede seguir así. Esta es la lección que deberíamos sacar a nivel global de esta terrible pandemia. Ahora el milagro no es ya multiplicar los panes –milagro que han hecho la ciencia y la tecnología - sino repartirlos entre todos, o lo que es igual, partir el pan en comunidad y para la comunidad global.

Si, como creyentes, queremos que Jesús –el Señor de la vida- se haga presente, este es el marco y el medio en el que se hará realidad hoy en nuestro mundo. Yo no creo en las apariciones como hecho histórico, hecho por lo demás no probable desde el punto de vista de un historiador que lo más que puede afirmar es que “alguien o algunos vieron vivo a quien había muerto”. La falta de coincidencia de los relatos evangélicos, como he dicho al principio, nos hace pensar que aquellos primeros seguidores de Jesús en la Eucaristía o comida comunitaria, -trágico recuerdo de la muerte, celebración gozosa de la resurrección y compromiso cotidiano de amor fraterno y entrega mutua-, descubrieron y experimentaron  con fuerza la presencia del resucitado en sus vidas, experiencia que fue contada de múltiples maneras a modo de apariciones cada vez más realistas. La ausencia sentida de Jesús, convertida ahora en intensa presencia, los impulsó a gritar por el mundo, sin miedos ni complejos, que “otro mundo era posible”, que es posible otra vida desde ahora, la  anunciada por el nazareno,  en la que todos los seres humanos se sienten a la mesa para partir el pan y compartir la existencia; pan y existencia que nuestra sociedad de consumo, en nombre de unos pocos, niega a la inmensa mayoría.

EL BUEN PASTOR DA LA VIDA POR LAS OVEJAS. TÚ DAS TU VIDA POR MÍ

FE ADULTA

col paret

DOMINGO 4º PASCUA (B)

Jn 10, 11-18

En las democracias actuales, podría parecer que los líderes, jefes y dirigentes actúan en favor de los pueblos, pues no se imponen como si fueran imprescindibles para la comunidad sino que son elegidos. Mas el asunto es algo más complejo. A lo largo de la historia se constata que las actitudes de éstos, inspiradas casi siempre en la voluntad de poder y de dominio, se van alejando paulatinamente de los principios fundamentales del Bien Común general y la convivencia respetuosa. ¿No son éstos capaces de llegar a acuerdos y recuperar el diálogo social que benefician mayormente a las personas que viven y trabajan en un mismo país?       

También en la Iglesia se corre este riesgo, es decir, que los servidores se conviertan en gobernadores y que el trabajo pastoral se confunda con el ejercicio de un poder. Francisco insiste en que no se puede poner un beneficio particular o propio por encima del bien común, y la Doctrina Social nos recuerda sus dos pilares: la dignidad de la persona y el bien común. Pero, lamentablemente, no parece que vayamos por este camino. Ni en la sociedad civil ni en la Iglesia.

La actitud de Jesús en cuanto Pastor, nunca se acaba de aprender. El líder verdadero o el pastor bueno es el que sabe dejar de serlo en beneficio del pueblo. De hecho, da la vida por él, por los demás; no es buen pastor aquel que manipula o vive a costa del rebaño sembrando la división o el odio e incluso entrando en abierta confrontación con otros pastores  para conservar su liderazgo, sus votos. El verdadero dirigente ayuda a que la comunidad sea capaz de afrontar responsablemente su propio destino. Jesús, el Buen Pastor, alienta, exhorta y sostiene al ser humano para que se haga pastor de su propia vida, en solidaridad con los demás, con sus hermanos, e incluso con las “ovejas” de otros rediles.

La autoridad, pues, en la sociedad y en la Iglesia es un servicio comprometido, exigente, no exento de sinsabores y, llegado el caso, expuesto a dar la vida en defensa de la comunidad, de los hombres y mujeres que integran el pueblo de Dios, con sus luces y sus sombras. Jesús encarna el modelo ideal, único de Pastor. Hemos oído hasta la saciedad, que los pastores en la Iglesia son los sacerdotes y obispos y el resto del pueblo, ovejas, borregos. Nada más lejos de lo que nos quiere decir el texto evangélico. Todos somos ovejas del mismo y Único Pastor. Jesús da la vida, es decir, se arriesga, se ofrece él mismo y se implica, desde el inicio de su vida pública, en la liberación y el servicio a los demás, especialmente a los más vulnerables. Se desvive por todos y esa entrega, por amor, se manifiesta día a día.

El vínculo íntimo, profundo que se da entre Cristo resucitado, oculto, y la persona, objeto de su entrega y su amor incondicional, es el conocimiento mutuo que va haciéndose cada vez más perfecto e intenso en virtud del Espíritu que habita en cada ser humano. Y ese vínculo de amor no puede tener otro fin que el llegar a hacerse UNO como el Padre y el Hijo son UNO.

Los lobos, ladrones y oportunistas están al acecho de las almas-ovejas que, distraídas en enredos mentales o ídolos engañosos, no se prestan a escuchar la voz del Pastor, de la Verdad. Mas, llegada su hora, también éstas serán atraídas hacia el Amor, destino final de todas las almas-ovejas.

La división de los cristianos en rebaños diferentes y antagónicos se debe en parte a planteamientos interesados y egoístas por parte de algunos “pastores”. El verdadero centro del ecumenismo o, mejor, del panenteísmo será el compromiso decidido a favor del “rebaño”, como quiera que se llame. ("La creencia de que el Ser de Dios influye y penetra todo el universo, de tal modo que cada parte de éste existe en Él, pero este Ser es más que, y no se agota en, el universo". Es un modelo de relación libre, recíproca: Dios en el mundo y el mundo en Dios, al tiempo que cada uno sigue siendo distinto. La relación es mutua, aunque las diferencias existen y son respetadas. La absoluta diferencia entre Creador y creatura queda envuelta y abrazada por Dios, que es todo en todo).    

La condición de Hijo/a de Dios es gratuitamente ofrecida a todo ser humano. Éste, a lo largo de su vida, buscará en su interior el camino que le conduce hacia Él.

Sin duda, todos hemos conocido y conocemos personas que se han des-vivido y han amado “hasta el extremo”, dándonos ejemplo y enseñándonos que, aun con las limitaciones humanas, es posible darse con generosidad, amar con gratuidad, actuar con valentía, defender lo débil, lo pequeño, lo vulnerable, lo perdido.

Decir hoy Resurrección, significa reconstruir entendimientos, superar desacuerdos, recuperar los sueños rotos, la utopía del ser cristiano, renovar las relaciones humanas, rescatar, a través de diferentes medios, las vidas en peligro, apostar por los crucificados de la historia.

“Creer en la resurrección es un compromiso liberador en el aquí y ahora, haciendo posible una nueva humanidad de justicia y equidad". “Es, asimismo, liberación de todo tipo de esclavitudes interiores, rencores, xenofobias, supremacismos, odios, ataduras al pasado, miedos, pensamientos tóxicos, preocupación por cosas que no tienen sentido, obsesión por acumular dinero, prestigio y placeres", como señala atinadamente, Fernando Bermúdez López.

Decir Buen Pastor es escuchar Su Voz, hacernos partícipes de su Presencia viva en medio de nosotros, sin hacer discriminaciones por razón de sexo, raza, etnia, género, estatus social, motivos religiosos, diferencias físicas, políticas, de edad, etc. (Hch 10,34  ss). En definitiva, es creer que así me conoce a mí, con mis sueños y mis desolaciones, con mis talentos y mis limitaciones. ¿Me dejo/nos dejamos cuidar por Él?

¡Shalom!

JESÚS EL ÚNICO PASTOR QUE NOS DEBE GUIAR A TODOS

FE ADULTA

col fraymarcos

Jn 10,11-18

Este texto está enmarcado en un contexto más amplio de polémica entre Jesús y los fariseos, después de la curación del ciego de nacimiento. Quien no entra por la puerta, es ladrón y bandido. Quien no es dueño de las ovejas, sino asalariado, no está dispuesto a dar la vida por ellas. No se trata de una propuesta anodina sino de una denuncia en toda regla. Todo poder que no se pone al servicio del pueblo es contrario a Dios. Hemos abandonado los relatos pascuales, pero no nos salimos del tema pascual, la Vida.

No es verosímil que Jesús se declarara pastor de nadie. Este evangelio se escribió setenta años después de morir Jesús y nos cuenta no lo que dijo sino lo que aquellos cristianos pensaban de Jesús. Ellos sí se sentían dirigidos por Jesús e intentaban seguir sus directrices. En el AT el título se aplicaba a Dios o a los dirigentes. En tiempo de Jesús, el pastor era, casi siempre, el dueño de un pequeño número de ovejas, a las que cuidaba como si fueran miembros de la familia, incluso, cobijándolas bajo el mismo techo, llamándolas por su nombre propio. De ellas dependía el sustento de la familia.

El pastor modelo está en contraposición con el mercenario. El pastor, que es dueño de las ovejas, actúa por amor y no le importa arriesgar su propia persona para defenderlas de cualquier peligro. El mercenario actúa por dinero, las ovejas le traen sin cuidado. En (4 Esd 5,18) dice: “No nos abandones como pastor a su rebaño en poder de lobos dañinos”. La figura del lobo está en paralelo con la del ladrón y bandido, que arrebata y dispersa. Precisamente lo contrario de lo que hace Jesús, reunir las ovejas dispersas (Jn 11,52)

La imagen del pastor fue muy utilizada en el AT. Se aplicó a los dirigentes, muchas veces para llamar la atención de que no cumplían con su deber. Se aplicó al mismo Dios que, cansado de los malos pastores, terminaría por apacentar Él mismo a su rebaño. La única idea original de Jn es la de dar la vida por las ovejas. Seguramente es una interpretación de la vida y muerte de Jesús como servicio a los hombres. No se trata de un discurso de Jesús, sino de una manera de trasmitir lo que aquellos cristianos pensaban sobre él.

Yo soy el buen pastor. No se trata de resaltar el carácter de bondad o dulzura. La traducción oficial devalúa la expresión. “Bueno” en griego, sería agathosKalos significa bello, ideal, excelente, único en su género. Denota perfección suma. No se dice solo de las personas (el vino en la boda de Caná, Jn 2,10). Pastores “buenos” puede haber muchos. Pastor ideal solo puede haber uno. El tomar el evangelio que acabamos de oír como excusa para hablar de los obispos y de los sacerdotes no tiene ni pies ni cabeza. La tarea de los dirigentes no tiene nada que ver con lo que nos quiere decir el evangelio.

El buen pastor se entrega él mismo por las ovejas. La vida (psukhên) se identifica con la persona. En griego existen tres palabras para designar vida: “bios”, “zoê” y “psukhê”. No significan lo mismo, y por eso pueden causar confusión. Psukhên significa persona, es decir, capacidad de sentimientos y afectos. “Tithesin” no significa dar, sino poner, o mejor, exponer, arriesgar. Como pastor excelente, Jesús pone su persona al servicio de los demás durante toda la vida. Jesús se desvive por los demás.

Desvivirse: Mostrar incesante y vivo interés, solicitud o amor por una persona (DRAE). Es exactamente lo que quiere decir aquí Juan de Jesús. La entrega de la vida física es la manifestación extrema de su continua entrega durante toda su vida. Quien no ama hasta dar la vida no es auténtico pastor. El máximo don de sí es la comunica­ción plena de lo que él es. No se trata de que, por su muerte, se nos conceda algo venido de fuera. Se trata de que su Vida, puesta al servicio de todos, prende y se desarrolla en nosotros.

Conozco a las mías y las mías me conocen. No se trata de un conocimiento a través de los sentidos o de la razón. En el AT el conocimiento y el amor van siempre juntos. Ese conocimiento mutuo es una relación íntima, por la participa­ción del Espíritu. Esta reciprocidad nos lanza a años luz de la simple imagen de oveja y pastor. Este mutuo conocimiento-a­mor lo compara con el que existe entre Jesús y el Padre. La comunidad de Jesús no es una filiación externa, sino una experiencia-vivencia de amor.

Tengo otras ovejas que no son de este atrio. Sitúa Juan su evangelio en el amplio contexto de la creación. De ahí deduce la visión universalista de la misión de Jesús. Los supuestos privilegios del pueblo de Israel desaparecen. Ya en el prólogo habla de la “luz que ilumina a todo hombre”. Nada que ver con creernos elegidos o pensar en un Dios propiedad exclusiva nuestra. Todas las religiones han caído en esa trampa; la nuestra ha sido la más exagerada en esa reivindicación de una exclusividad de Dios.

Un solo rebaño, un solo pastor. La ausencia de conjunción "y" o preposición "con" entre los dos términos, indica que la relación entre Jesús y el rebaño no es de yuxtaposición ni de compañía. Jesús, como fuente de Vida, es el aglutinante que constituye la comunidad como tal. No puede ser encerrada en institución alguna. Su base es la naturaleza del hombre acabado por el Espíritu que da cohesión interior. Jesús no ha creado un corral donde meter sus ovejas; todos los hombres forman parte de su rebaño.

El dar Vida empalma con el tiempo de Pascua, porque la experiencia pascual es que Jesús les comunica Vida. Nosotros tenemos la posibilidad de hacer nuestra esa Vida. Se trata de la misma Vida de Dios. "El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre; del mismo modo el que me come vivirá por mí". El que me come, quiere decir el que me hace suyo, el que se identifica con mi manera de ser, de pensar, de actuar, de vivir. Si Jesús es pan de Vida, no es porque lo comemos sino porque nos dejarnos comer.

En la medida que cada uno de nosotros hayamos hecho nuestra esa Vida, estaremos dispuestos a desvivirnos por los demás. El salir de sí mismo e ir a los demás para potenciar sus Vidas no depende de las circunstancias; es un movimiento que tiene su origen en esa misma Vida. El amor que nos pidió Jesús está reñido con cualquier clase de acepción de personas. No estamos acostumbrados a tener este detalle en cuenta, y así creemos que es amor lo que no es más que recíproco interés o simpatía visceral.

 

Meditación-contemplación

“Yo doy mi vida por las ovejas”.
No se trata de dar la vida muriendo,
sino de poner toda tu vida al servicio de los demás.
Solo lo que se da, se gana.
Todo lo que se guarda, se pierde.

Domingo IV de Pascua 25 abril 2021 Jn 10, 11-18 ¿PASTORES?

col lozano art

 


Para la gran mayoría de nuestros contemporáneos, al menos en nuestro ámbito noroccidental, la imagen del pastor resulta anacrónica, cuando no provoca, además, sarpullidos. En el primer caso, porque nos hallamos muy lejos de aquella cultura agrícola y ganadera en la que nació; en el segundo, porque nos chirrían las imágenes que se mueven en la clave de autoridad/sometimiento, y que arrastran, con frecuencia, una historia de dominación.

En concreto, la imagen del pastor evoca, por sí misma, la de la oveja y el rebaño. Y el contraste entre ambas hace aflorar en la conciencia de muchos la contraposición entre autoritarismo, por un lado, y sumisión y alienación (borreguismo), por otro.

A partir de la modernidad, la autonomía resulta un valor irrenunciable para el ser humano, que ha hecho suya la denuncia de Kant contra los “tutores” y su llamada a la “mayoría de edad”, expresada en el grito “Sapere aude” (atrévete a conocer por ti mismo).

Parece indudable que la imagen del “pastor” -como, en otros casos, la del “gurú” o del “maestro”- sirvió de pretexto para justificar abusos de diverso tipo, todos ellos basados en el poder que aquellas mismas imágenes otorgaban.

La experiencia y el mayor conocimiento de la condición humana nos han hecho ver que también los pastores, gurús y maestros tienen su zona de sombras. Y que el hecho de querer negarlas o disimularlas no logra sino convertirlas en más peligrosas.

Todos somos maestros y discípulos. Todos nos hallamos en un proceso de aprender. Podemos, sin duda, reconocer a personas que nos ayudan y que despiertan lo mejor de nosotros mismos. Pero no será porque se impongan y se empeñen en conducir nuestro camino, sino porque, siendo humildes y transparentes, nos remiten a nuestro propio “maestro interior”.

No necesitamos pastores, sino compañeros de camino, acompañantes lúcidos y humildes, compartiendo aquello que a cada cual se nos ha regalado experimentar.

¿Escucho y sigo a mi maestro interior?

Domingo IV de Pascua PASADO, PRESENTE Y FUTURO

 col sicre art


En los domingos anteriores se han recordado diversas apariciones de Jesús resucitado. A partir de este domingo, y hasta la Ascensión, las lecturas del evangelio, tomadas siempre del evangelio de Juan, se centrarán en diversos aspectos de la relación entre Jesús y el cristiano: buen pastor, vid y sarmientos, mandamiento nuevo, oración sacerdotal.

No es fácil encontrar una relación entre las tres lecturas de hoy porque se usan imágenes muy distintas: Piedra angular para hablar de Jesús (1ª lectura); Padre e hijos para hablar de Dios y nosotros (2ª lectura); pastor y rebaño, para hablar de Jesús y nosotros (evangelio). Buscando una relación entre ellas la vería en el ritmo del tiempo (pasado, presente y futuro) de Jesús y de nosotros.

Pasado y presente de Jesús (Hechos 4,8-12)

El domingo pasado leímos parte del discurso pronunciado por Pedro después de la curación de un paralítico, atribuida a Jesús, condenado a muerte por las autoridades pero resucitado por Dios. Los sacerdotes, el comisario del templo y los saduceos se irritan al escuchar sus palabras, y al día siguiente los convocan ante el Consejo y los interrogan.

En la respuesta de Pedro hay que recordar que, para un judío, el nombre equivale a la persona. El nombre de Jesús es Jesús. En estas pocas palabras se resume su pasado y su presente. El pasado ofrece una imagen de Jesús totalmente pasiva: no se recuerda su predicación ni sus milagros. Solo se cuenta lo que hicieron con él las autoridades judías y Dios. Las autoridades lo rechazaron y crucificaron; Dios los resucitó y convirtió en piedra angular. De esto se deduce su situación presente: él es quien ha curado al paralítico y el único que puede salvarnos a todos nosotros.

Presente y futuro del cristiano (1 Juan 3, 1-2)

La 1ª lectura hablaba del pasado y el presente de Jesús. Esta 2ª habla de nuestro presente y nuestro futuro. El presente: somos hijos de Dios. El futuro: seremos semejantes a Dios. Cuando nace un niño siempre se buscan parecidos con el padre, la madre y otros miembros de la familia. Para el autor de la carta, nuestra semejanza con Dios no es algo que se perciba ya desde ahora; se manifestará en el futuro, cuando veamos a Dios cara a cara. Pero eso no impide que seamos ya realmente hijos de Dios. Lástima que esto no se valore. Si fuéramos hijos de un deportista famoso o de un cantante de moda, todos querrían hacerse una foto con nosotros.

Pasado y futuro de Jesús (Juan 10, 11-18)

La imagen del pastor era frecuente en el Antiguo Oriente para referirse al rey: simbolizaba la relación correcta con sus súbditos, que no debía ser despótica sino preocupada por su bienestar. Jesús se la aplica, pero llegando a un extremo que no se da entre los pastores: da la vida por sus ovejas. Es cierto que un pastor, a diferencia del asalariado, está dispuesto a luchar con el lobo para defender al rebaño. Pero no es normal que esté dispuesto a morir por sus ovejas. A tanto no llega. Jesús, en cambio, ve así su misión: dar la vida por ellas. No lo hace por obligación, forzado, sino libremente. Sabiendo que esa vida que entrega la podrá recuperar. Y esto tampoco puede hacerlo un pastor normal y corriente. Aunque el evangelio hable de Jesús como «el buen pastor» debería haber dicho: bueno y excepcional.

Este pasaje concede también especial importancia al futuro de Jesús: a su labor con respecto a otras ovejas, a las que debe buscar para que haya un solo rebaño y un solo pastor. Es una referencia a las comunidades cristianas que se irían formando en países paganos, y a todos nosotros.

Relacionando las tres lecturas, Jesús, buen pastor, nos ha salvado y nos ha conseguido el ser hijos de Dios. A nosotros nos corresponde escuchar su voz y agradecerle el don que nos ha hecho.

EL BUEN PASTOR DA LA VIDA A SUS OVEJAS

FE ADULTA

comentario editorial

 

El agua que no corre se estanca, se pudre y huele mal. Pero también se pudre y huele mal toda vida que no fluye (Pablo D'Ors)

Domingo IV de Pascua

Jn 10, 11-18

-Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas

Cinco veces aparece en el Evangelio la expresión redentora de "da la vida por sus ovejas". Aunque la realidad salvadora, la cumplió Jesús en el mundo en "dar la vida a" más que en "darla por". El nuevo rebaño –o comunidad mesiánica- con acceso a la salvación (alcanzar la plenitud humana) la otorga el buen pastor comunicando vida a su rebaño: "Yo vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia", dice Juan en el versículo diez del citado décimo capítulo.

A partir de aquí surgen relaciones de mutuo conocimiento, amor y comunión entre Jesús y sus discípulos. Relaciones mantenidas entre todo verdadero Maestro espiritual y seguidores. La palabra religión, de re-ligare -volver a unir- es re-ligazón con el Absoluto, "que irrumpe en nuestras vidas creando unión –comunión- con Él, con todo lo humano y también con el cosmos", como escribe el acreditado teólogo granadino Manuel Gª Hdez, en su última obra Ensayo sobre la vida y espiritualidad. (Ed. Desclée de Brouwer, 2015).

El Nuevo Testamento retoma y aplica a la figura de Jesús –Marcos 12, 10, Hechos 4, 11 y Primera de Pedro 2, 7- la imagen de la piedra angular del edificio cantada por el Salmista y constituido por cuantos escuchan y siguen su doctrina. Una mansión construida al margen de los cánones legales establecidos y, en consecuencia, deshechada por los arquitectos oficiales.

El agua que no corre se estanca, se pudre y huele mal, pero también se pudre y huele mal toda vida que no fluye. Lo sabemos todos y de modo particular, debieran conocerlo los propios interesados. Pues como señala D'Ors en otro momento, y en una dimensión cósmica: "Todo lo que haces a los demás seres y a la naturaleza te lo haces a ti" (Pablo D'Ors, Biografía del Silencio, Ed. Siruela).

Desde esta perspectiva evangélica se funden y confunden ovejas y pastores. Jesús delegó en cada uno de sus seguidores la vigilancia de no contaminación, y el mantenimiento y pertinente desarrollo del edificio del Reino. Desde entonces Jesús somos nosotros. Para llevar a cabo tan vital tarea, el mejor aparejo nos lo brinda el Papa Francisco en la Evangelii Gaudium: "Redescubrir la Iglesia y la alegria de ser cristianos".

En su homilia del pasado Jueves Santo indicó a los sacerdotes que no pueden ser "pastores con cara de vinagre, quejosos ni, lo que es peor, pastores aburridos". Y reiteró la necesidad que tiene la sociedad de pastores "con olor a oveja" y "sonrisa de padre". Que no tienen nada que ver con esos "que huelen a perfume caro y te miran de lejos desde arriba". Con similar talante no es posible dar vida alguna a las ovejas.

Colaborar en la misión de que todos tengan vida y la tengan en abundancia es tarea que a todos nos afecta. Un extraño concierto de ideas sembradas en surcos terrenales que debiera ser forma de vida para todos.

 

LA ALONDRA: UNA MANERA DE PENSAR

Soñé también que alondra era
sobre la era de un pueblo en La Ribera
castellano-leonesa del Bernesga.

Un punto allá en el cielo,
bendiciendo trigales con sus versos.

Los labriegos buscaban su cantar
y su figura en las alturas.

Mas sólo la veían las miradas
comprometidas con lo que cantaba.

............................

Admirados un día se quedaron
todos los del pueblo.

Se anunciaba:
"El Búho y la Alondra darán juntos
un extraño concierto".

Se reunieron todos en la era,
que era un comunal espacio.

Actuaban el Búho Soliloquio
y la Alondra  del pueblo ribereño.

Entonaron celestiales ideas
sembradas en besanas terrenales.

Les escucharon todos y aplaudieron,
porque lo que cantaron
¡era Forma de Vida para Todos!

También estaba Dios en el teatro.

(SOLILOQUIOS, Ediciones Feadulta)