FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

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miércoles, 21 de septiembre de 2022

Vender armas

 


  • Martin Gelabert

    Levadura para pensar

    El dinero que se gasta en armas se podría emplear para fertilizar muchas de las zonas más estériles del planeta y solucionar así el problema del hambre en el mundo.
    La facilidad que hay en Estados Unidos para que cualquier persona mayor de edad pueda comprar armas de fuego, es un asunto menor (no digo que no sea un asunto serio), comparado con el gran negocio que supone la venta de armas a niveles amplios y globales, siendo los gobiernos los principales vendedores y compradores
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  • Javier Ruiz saca la pizarra y es demoledor con el PP: lo que dice se comparte ya masivamente

     


    HuffPost

    Señala tres incoherencias importantes.
    El periodista de la Cadena Ser Javier Ruiz ha explicado los argumentos a favor y en contra del impuesto al patrimonio que va a suprimir Andalucía a partir del año que viene. Y lo ha hecho de tal forma que ese vídeo se ha convertido en uno de los más compartidos del día y se ha visto más de 100.000 veces en apenas siete horas.
    El periodista comienza resaltando que ese impuesto se conoce como el “impuesto a la riqueza” porque es el que pagan quienes tienen más de 700.000 euros de patrimonio, excluidos los 300.000 de su vivienda: “Así que es el impuesto para quienes tienen más de un millón. Y normalmente lo pagan quienes tienen una media de 2.700.000 euros de patrimonio”.
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    ¿Qué es el Congreso de Líderes Religiosos Mundiales y Tradicionales al que asiste el papa Francisco?

     Redes Cristianas

    Fuente: Observatorio Eclesial
    En los seis congresos anteriores los invitados distingui-dos han sido dos: el Rey Abdullah II de Jordania y el Secretario General de la ONU Ban Ki-moon. El Papa Francisco será el tercero en la lista de grandes personalidades invitadas que han aceptado asistir a es-ta séptima edición. El papa Juan Pablo II visitó Kazajistán en 2001

    El Papa Francisco será el invitado de las autoridades civiles de Kazajistán y los días 14 y 15 participará, de nuevo en la capital Nursultán, en la 7ª edición del Congreso de Líderes de las Religiones Mundiales y Tradicionales,deseado y convocado por primera vez el 23 y 24 de septiembre de 2003 por el entonces pre-sidente del país asiático Nursultan Abishev. Nazarbayev fue presidente entre 1990 y 2019, décadas en las que organizó y consolidó un régimen dictatorial muy represivo. Su historia política anterior, antes y des-pués de la disolución de la Unión Soviética (URSS), du-rante la época de Michail Gorbačëv, es singular y turbu-lenta.

    En 2022, tras las protestas callejeras a gran escala que dejaron al menos 200 muertos, Nazarbáyev fue desti-tuido de todos los cargos que había ocupado incluso después de ser destituido por Moscú(marzo de 2019), en particular del Consejo de Seguridad de Kazajistán al frente del cual se había autodesignado, con carácter vitalicio, en 2018. Entre las curiosidades del político kazajo de 82 años está la del 23 de marzo de 2019, cuando -antes de despedirse-cambió el nombre de la capital Astana por decreto presidencial por el suyo propio: Nursultán.

    Los Congresos de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionalesfueron una idea del expresidente que cultivó con tenacidad y habilidad. El de 2018 fue elúlti-mo que se celebró en su presencia. La delegación de la Iglesia católica de entonces, octu-bre de 2018, estuvo encabezada por el Card.

    Frances-co Coccopalmerio, Presidente Emérito del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos; Mons. Khaled Akasheh, Jefe de la Oficina de la Sección sobre el Is-lam en el Consejo Pontificio para el Diálogo Interre-ligioso;Mons. Francis Assisi Chullikatt, Nuncio Apostó-lico en Kazajistán; por el Padre Vladimír Fekete, Prefec-to Apostólico de Azerbaiyán; por el Padre SalimDacca-che, Presidente de la Universidad Saint Joseph de Bei-rut; y por la Profesora Paola Bernardini del Holy Cross College de Notre Dame en Estados Unidos.(religiondigital.org) 13/09/2022

    La Tierra va camino de alcanzar varios puntos de inflexión climática

     


    Rebelión

    Fuentes: Agencia SINC [Imagen: Ubicación de los elementos de inflexión climática. / Earth Commission]
    Cruzar importantes líneas rojas del calentamiento global como el deshielo de Groenlandia, la pérdida del permafrost boreal y la desaparición masiva de los arrecifes de coral tropicales tendrá graves consecuencias para nuestro planeta, según un estudio internacional.
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    Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional: “Arabia Saudí descuartizó a un periodista y España le vende armas”

     


    Danilo Albin

    Público

    El mundo se abre sobre el escritorio de Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España. Aparecen quienes mueren en Yemen bajo las armas de Arabia Saudí, uno de los principales clientes de la industria militar europea; suenan también aquellas voces que protestan bajo amenazas de multa o cárcel. Es allá lejos, pero también acá cerca. En una entrevista ofrecida a Público, Beltrán plantea las claves en torno a los derechos humanos en España y otras partes del mundo.
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    “Se dice que los cambios de Francisco no deberían ser tan rápidos, pero Juan Pablo II fue rapidísimo”


    Pablo Batalla

    nortes.me

    Javier Martínez Andrade, cristiano, gay y militante de izquierdas repasa su trayectoria política y personal.
    Es licenciado en Historia. Ha sido colaborador en medios como La Voz de Asturias o Atlántica XXII y en la actualidad coordina la revista digital El Cuaderno y dirige A Quemarropa, el periódico de la Semana Negra de Gijón. Su último libro es “La virtud en la montaña. Vindicación de un alpinismo lento, ilustrado y anticapitalista” (Trea Ensayos).
    En 2001, Javier Martínez Andrade (Barakaldo, 1961) impartió una conferencia en el Club de Prensa de La Nueva España. La inició así: «Hola, me llamo Javier, soy cristiano y soy gay». Martínez había dejado solo poco antes de ser fraile; hermano de San Juan de Dios para más señas.
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    Los obispos españoles advierten de los “pensamientos dañinos” que ven a los migrantes como “estorbo, invasores o ciudadanos de segunda”

     


    Jesús Bastante

    Religión Digital

    Jornada del Migrante: ‘Construir el futuro con los migrantes y los refugiados’
    “Es inaceptable que los cristianos compartan esta mentalidad y estas actitudes, haciendo prevalecer a veces ciertas preferencias políticas por encima de hondas convicciones de la propia fe: la inalienable dignidad de
    cada persona humana más allá de su origen, color o religión, y la ley suprema del amor fraterno”
    “Es tiempo de atreverse a mirar el futuro de las migraciones con los ojos de Dios”
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    Kazajistán: Concluye Congreso de Religiones con un compromiso por la paz

     Redes Cristianas

    Fuente: Observatorio Eclesial
    La mayoría de los participantes en la séptima edición del evento, celebrada en el país centroasiático, adoptó una amplia declaración con la que condenan toda forma de extremismo, destacan el documento de la fraterni-dad humana firmado por el Papa y el Imán de Al-Azhar, Ahmed Al-Tayyeb, y confirman la intención de realizar el próximo Congreso en 2025.

    Bajo el signo de la unidad y el diálogo, este jueves 15 de septiembre llegó el punto culminante de la ―peregrinación de paz‖ del Santo Padre Francisco a Kazajistán. En el Palacio de la Inde-pendencia de Nursultán, se efectuó la lectura de la De-claración final y la clausura de la séptima edición del Congreso de Líderes de ReligionesMundiales y Tradi-cionales.La declaración es un proficuo documento de 35 artícu-los, en los que los participantes en el evento, así como los políticos y responsables de organizaciones interna-cionales, guiados por el deseo compartido de un mundo justo, pacífico, seguro y próspero, expresan sus posi-ciones en común y asumen una serie de compromisos.

    El comunicado está siendo transmitido a las autorida-des, líderes políticos y figuras religiosas de todo el mundo, a las organizaciones regionales e internaciona-les, a las organizaciones de la sociedad civil, entre otras instituciones, y se distribuirá como documento ofi-cial en la 77ª sesión de la Asamblea General de la ONU. El contenido puede ser difundido a todos los niveles, ―para ser considerados en todas las decisiones políti-cas, normas legislativas, programas educativos y me-dios de comunicación de todos los países interesados‖.

    En la sección inicial, afirman, entre otras cuestiones, la importancia de los valores compartidos en el desarrollo espiritual y social de la humanidad, reconocen la nece-sidad de combatir toda forma de discriminación, respe-tan la riqueza de la diversidad religiosa y cultural, con-denan ―en los términos más enérgicos‖ el extremismo, el radicalismo y el terrorismo ―que conducen a la perse-cución religiosa y el menoscabo de la vida y la dignidad humanas‖.Acogen con satisfacción todas las iniciativas, en parti-cular los esfuerzos de los líderes religiosos para pro-mover el diálogo interreligioso e intercultural y reafirman la labor del Congreso ―como plataforma internacional de diálogo interreligioso para representantes de muchas religiones, confesiones y credos‖.

    Este encuentro que los ha congregado en Kazajistán es una oportunidad para ―tomar nuevas medidas específi-cas para ampliar el diálogo interconfesional, interreligio-so e intercivilizacional‖, como establece el texto.Estos son algunos de los puntos medulares de la declaraciónEn un mundo herido por la guerra en Ucrania y otras guerras aún en curso, que solo siembran muerte y des-trucción, los líderes religiosos expresan su convicción de que ―el desencadenamiento de cualquier conflicto militar, creando focos de tensión y enfrentamiento, pro-voca reacciones en cadena que perjudican las relacio-nes internacionales‖.

    En este contexto, creen que ―el extremismo, el radica-lismo y todas las demás formas de violencia y guerras, sean cuales sean sus objetivos, no tienen nada que ver con la verdadera religión y deben ser rechazados con la mayor firmeza‖.Los representantes de los múltiples credos exhortana los líderes mundiales a abandonar toda la retórica agresiva y destructiva ―que conduce a la desestabiliza-ción del mundo, y para que cesen los conflictos y el de-rramamiento de sangre en todos los rincones de nues-tro mundo‖.

    En contraposición con la sangre injustamente derrama-da en tantas partes, observan que ―el pluralismo y las diferencias de religión, color de piel, género, raza y len-gua son expresiones de la sabiduría de la voluntad de Dios en la creación‖. Por tanto, ―es inaceptable cual-quier incidente de coerción a una religión y doctrina re-ligiosa en particular‖.La declaración reconoce la importancia y valor del Do-cumento sobre la ―Fraternidad Humana por la paz mun-dial y la convivencia común‖, firmado el 4 de febrero de 2019 por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyib, durante el viaje apostólico del Santo Padre a los Emiratos Árabes Unidos.

    Se trata de un documento que, como recuerda la decla-ración, hace un llamado a la paz, el diálogo, la com-prensión mutua y el respeto entre los creyentes para el bien común. En esta línea, ―constatamos el impacto po-sitivo del diálogo entre los líderes de las religiones mundiales y tradicionales para los procesos sociopolíti-cos en los Estados y sociedades, contribuyendo a la preservación de la paz‖.

    A su vez, los firmantes invitan ―a todas las personas de fe y buena voluntad para que se unan en estos tiempos difíciles y contribuyan a garantizar la armonía y la segu-ridad en nuestro hogar común: el planeta Tierra‖, una preocupación transversal en el Pontificado de Francis-co.Además de agradecer al gobierno kazajo por ―la exce-lente organización del Congreso, y al pueblo kazajo su cordialidad y hospitalidad‖, confirman el interés colecti-vo en continuar las actividades del Congreso y la inten-ción de convocar la próxima entrega en 2025 en Nursul-tán, capital de la nación centroasiática.―

    Que nuestras aspiraciones sean bendecidas y que la paz y la prosperidad se concedan a todos los pueblos y países‖, finaliza la declaración.(vaticannews.va) 15/09/20

    Lo que sabemos sobre las privatizaciones sanitarias


    Marciano Sánchez Bayle y Madalina Crisbasianu

    FADSP

    Fuente original: mientrastanto.org
    Hace tiempo, desde la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) venimos señalando los tremendos problemas y las consecuencias de la deriva privatizadora del sistema sanitario de nuestro país, y aunque inicialmente la mayoría de las evidencias sobre sus nefastos resultados provenían de otros países —el caso de Reino Unido es paradigmático— pasados los años tenemos muchas y numerosas pruebas aquí que nos permiten no solo ratificar las primeras impresiones, sino además señalar nuevos efectos negativos de la llamada eufemísticamente “colaboración público-privada” (CPP) en la provisión sanitaria.
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    Israel asesina niños palestinos


    Reflexión y Liberación

    Palestina

    Muertos, heridos, viviendas destruidas. Aunque el trastorno afecta a toda la población palestina que vive traumatizada a causa de la ocupación y el apartheid. A esa tensión hay que añadir los periódicos bombardeos por parte del Ejército israelí. ¿A quien le importa realmente los derechos humanos y la vidaa de la gente y los niños?
    La ofensiva militar israelí contra la Franja de Gaza se ha detenido, por el momento. Ha dejado un balance de bajas terrorífico.
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    La guerra no es la respuesta a la profunda inseguridad planetaria

     


    Vijay Prashad

    Rebelión

    Fuentes: Instituto Tricontinental de Investigación Social
    Nos llegan graves noticias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
    El último Informe sobre Desarrollo Humano (2021-22) registra que, por primera vez en treinta y dos años, el Índice de Desarrollo Humano ha registrado un segundo año consecutivo de descenso. Los avances de los cinco años anteriores en ámbitos como la salud y la educación se han visto anulados por este retroceso.
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    La guerra en Ucrania después de Samarcanda

     


    Andrea De Angelis – Ciudad del Vaticano

    Vatican News

    UCRANIA2

    Ha concluido la esperada cumbre en Uzbekistán, donde el presidente ruso Putin se reunió, entre otros, con sus homólogos chino, indio y turco. Moscú afirma que no quiere cambiar sus objetivos en Ucrania, mientras espera un rápido final del conflicto. Mientras tanto, la nueva advertencia de Washington: no usar armas químicas y nucleares
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    OCUPADOS, NO PREOCUPADOS

    fe adulta

    col gerardo

     

    Los problemas son muchos. Las realidades difíciles son muy variadas. En la sociedad, en la política, en la economía, en la iglesia, en el mundo de las guerras… Y ante tanto problema y dificultad nos paramos a pensar qué hacemos. Podemos dedicar el tiempo a ver las dificultades, a lamentarnos, a comentar todo ello. Me gustó mucho cuando ayer nos decían en una charla que “lo importante era ocuparnos en resolverlos, no pasar la vida preocupados”; “estar ocupados, no preocupados”. En todo problema hay siempre algún escape de solución, alguna vía alternativa. Y lo importante será dedicar nuestro tiempo, nuestros esfuerzos entregados a resolverlo.

    Por supuesto que necesitamos conocer, estudiar, planear la actuación. Pero no dediquemos el tiempo a darle vueltas. Entremos en la acción, tal y como la vemos.

    Se trata de entregarnos en cuerpo y alma a trabajar en los caminos que veo posibles y mejores. Esto nos lo decía un presbítero de una república sudamericana: siempre hay posibles vías de actuación.

    Son precisas las orientaciones, las cartas, los escritos, los manifiestos, las encíclicas. Pero hay que llegar a la práctica y arremeter con la realidad. Cuanto más nos impliquemos en la acción, mejor.

    Siento que sobran discursos, palabras, escritos, manifiestos… y que hacen falta hechos, compromisos… Siento que en nuestra iglesia hay muchos pronunciamientos y que es hora de pasar a los hechos.

    ¿Qué ha pasado de cualquiera de las encíclicas, de los documentos eclesiales? Quizás salen demasiados pronunciamientos sin haber trabajado lo suficiente los anteriores y nos quedamos envueltos en un mar de escritos.

    Hace 20 años trabajamos a fondo un sínodo en nuestra diócesis y salieron unas conclusiones estupendas, pero ahí se quedaron. Ahora hemos vuelto a realizar otro sínodo como preparación al Sínodo episcopal del 2023. Me da miedo que se queden las conclusiones en propuestas que ahí nacen y ahí mueren.

    Si llegásemos a realizar en los hechos lo que decimos en las oraciones y cantos… Un camino cristiano que Jesús nos planteó: “hacer lo que decimos y creemos”. Ocupados más que preocupados.

     

    LOS 'INFLUENCERS' PIDEN AL VATICANO "VALENTÍA Y COHERENCIA" Y NO JUZGAR A GAYS NI DIVORCIADOS


    religion digital

     

    El Vaticano ha realizado una encuesta online sobre la importancia de contar con una pastoral sobre el mundo digital que ha obtenido 150.000 respuestas en siete idiomas y en la que hay, según sus responsables, una "petición constante": no juzgar a las uniones irregulares ni por la orientación sexual de cada persona, defendiendo la dignidad de cada persona, "como hizo Jesús.

    El Departamento de Comunicación de la Santa Sede y la Red de Información de la Iglesia en América Latina lanzaron este cuestionario, al que respondieron también 'influencers' y expertos en el sector y, entre ellos, algunas personas "agnósticas y ateas".

    Realidad confusa y en continua evolución

    La consulta estuvo promovida por 244 'influencers' y misioneros digitales para el Sínodo que concluirá en Roma en 2023 y ha contado con una "importante participación de personas distantes, no practicantes, agnósticas y ateas", según han indicado los responsables de la iniciativa en el medio oficial del Vaticano 'Vatican News'.

    Las respuestas se han agrupado en cuatro ejes temáticos, como por ejemplo la necesidad de promover una "orientación" práctica en el Iglesia ante "una realidad confusa y en rápida evolución".

    Entre ellas, los participantes piden que los cristianos sean "más auténticos en su comportamiento hacia los demás" y que la Iglesia viva de forma más "coherente y valiente". El documento reclama además "un nuevo perfil y una nueva actitud por parte de los sacerdotes y obispos, siendo más cercanos y abiertos a la participación", promoviendo la misión de los laicos, especialmente de las mujeres.

    Por una Pastoral Digital

    En cuanto al mundo digital, se subraya su potencial para la "formación en la fe", integrando a los "influenciadores/evangelizadores digitales como canal formativo de valor y futuro". "La propuesta es que la Iglesia tenga una Pastoral Digital orgánica, sistemática e institucional", añade el informe.

    "Fue realmente una gracia de Dios, muy importante, que muestra la necesidad de que la Iglesia se ocupe cada vez más del continente digital con una Pastoral Digital organizada y sistemática, para apoyar a los misioneros digitales", según se lee en el informe final de la iniciativa -llamada 'La Iglesia te escucha', difundido por el portal de noticias del Vaticano.

    Entender la red

    El informe también destaca la "verdadera relación humana y cristiana entre los influenciadores/evangelizadores digitales y los seguidores". "No basta con usar la red, hay que entenderla, hay que habitarla, con su lenguaje y su dinámica, porque lo que no se asume no se redime", se puede leer.

    El Sínodo 2021-2023 fue convocado por Francisco y comenzó con una etapa local, en las distintas diócesis y movimientos católicos, que dio lugar a un informe nacional, enviado al Vaticano; la segunda fase es la llamada "etapa continental", que producirá una nueva reflexión, antes del encuentro mundial presidido por el Papa, en octubre del próximo año.

    ALGUNAS PREGUNTAS SOBRE “EL CAMINO FEMENINO”


    col arregi

     

    Galo Martínez de la Pera prosigue con su solitaria reflexión sobre la comunidad, la construcción de la ciudadanía y de la cultura vasca, el feminismo, el futuro de la humanidad y del humanismo. Lo hace con densidad y brillantez. Acaba de publicar Emearen bidea supergizakiaren aroan (“El camino femenino en la era del superhombre”) (Alberdania 2022), escrito con excelente estilo: profundo y ágil, rico en destellos, y minuciosamente tejido de principio a fin.

    El autor es bien consciente del rumbo que lleva el mundo actual y de los graves peligros que se ciernen sobre él. Hace sonar las alarmas sobre las terribles heridas que vive la humanidad y cada pueblo, los pueblos disminuidos y privados de su ser, los seres humanos disminuidos y privados de dignidad, y sobre el futuro aún más desolador que nos amenaza. Es de agradecer su esfuerzo, y en lo fundamental coincido con él. Pero, entre las luces, encuentro también enredos. Me referiré a cinco cuestiones principales que me surgen:

    1. ¿El superhombre de Nietzsche es inhumano? El término superhombre nos remite a Nietzsche, pensador genial y profético. Hace 150 años que, en Así habló Zaratustra, anunció la llegada del superhombre. En el camino hacia su ser pleno, dice, el espíritu humano atraviesa tres metamorfosis: se convierte primero en camello, luego en león, luego en niño. El camello cargado y sumiso debe convertirse en león libre: mostrar sus dientes agudos, sacudirse de encima las cargas que le han impuesto los poderes opresores, sobre todo el cristianismo y las demás religiones. Decir NO, ser libre. Ahora bien, para poder acceder a su pleno poder, el león fuerte debe convertirse en niño que juega, inocente, creativo. Decir SÍ a todo su potencial, ser niño.

    ¡Niño! Galo Martínez, sin embargo, emplea la palabra superhombre como símbolo del deseo de poder caprichoso, nihilista e ilimitado. Hitler sería su encarnación. O Stalin. Cualquier dictador. Y en este siglo XXI, más concretamente, lo sería esa especie transhumana que, gracias a la biotecnología y la infotecnología, quisieran crear Facebook, Amazon, Google…, una máquina inhumana que convertiría al ser humano en dios, un ser transhumano que vencerá para siempre la enfermedad y la muerte, un cruel dictador absoluto que, dotado de conciencia y libertad sin piedad, someterá a esta humanidad normal que padece enfermedad y muerte. La pesadilla de Aldoux Huxley. El suicidio del ser humano y, en definitiva, la ruina de todos.

    Estoy plenamente de acuerdo en que la creación de ese monstruo tenebroso es el peligro más grave al que se enfrenta la humanidad. Pero pregunto: ¿el superhombre que Galo Martínez entiende en el sentido más negativo tiene algo que ver con el de Nietzsche? No en mi opinión. En efecto, Nietzsche proclamó el superhombre en el sentido más positivo, como la potencialidad más alta de que está dotado el género humano: la conciencia en comunión, la libertad solidaria, la bondad feliz. Un superhombre niño.

    2. Harari, ¿profeta del superhombre inhumano? Más injusta aún me parecen las descalificaciones que Galo Martínez lanza contra Yuval Noah Harari, el joven historiador y pensador israelí. Le acusa de “legitimar y justificar el nazismo”, de querer destruir la democracia y los derechos humanos. “Es evidente –afirma– que el superhombre de Harari trae el totalitarismo bajo el brazo”.

    He leído con atención más de 1500 páginas de Harari, y lo que está claro es para mí que Galo Martínez no ha entendido al escritor israelí. Porque éste no defiende al superhombre tecnológico todopoderoso Homo deus. Se limita a describir el monstruo (robot o ciborg) inmortal y totalitario que pueden crear las élites económico-militares; y nos advierte del mayor desafío del siglo XXI, del grave peligro de que se produzca el desastre más apocalíptico: que el monstruo que estamos alimentando convierta a la mayoría de los seres humanos en una masa inútil… La lectura de Galo Martínez me deja estupefacto.

    3. ¿La ciencia y los médicos siervos del superhombre? La pandemia del COVID-19, afirma también, ha permitido aplicar “el totalitarismo sanitario”, con el arma del miedo. Y “la respuesta a todos nuestros miedos tiene un nombre: vacuna”. Todo ello “subordinado a los beneficios del capitalismo financiero”. Me resultan especialmente duras las acusaciones que vierte sobre quienes han sido los héroes de la pandemia, los sanitarios. “La mayoría de los médicos se muestran casi unánimemente a favor de esta estrategia totalitaria”. Como “ejército y policía sanitaria”, forman “una red represiva”, junto con “el ejército y la policía sanitaria”. La memoria me lleva a los miles y miles de médicos/as, enfermeras/os y a todo el personal sanitario que han arriesgado o dado su suya para salvar la nuestra. Que todos ellos nos perdonen.

    4. ¿Revolución cultural sin política? Comparto la “política negativa” que propone Galo Martínez, a saber, el rechazo de la política del superhombre y del Estado autoritario que la vertebra. Concuerdo en que debemos llevar a cabo una revolución cultural, redescubriendo las fuentes vitales originarias del lenguaje, recuperando el alma y el uso de la lengua, respirando el espíritu de los mitos, los ritos, las fiestas, la música y la tierra. Pero me parece más que discutible la oposición entre revolución cultural y revolución política, y la afirmación de que “la revolución se sitúa fuera del ámbito político” o de que “la verdadera comunidad no puede constituirse mediante la política”. ¿Cómo quieres, Galo, llevar a cabo la “política negativa” que propugnas sin practicar algún tipo de política positiva? ¿Cómo hacer posible una conciencia humana más amplia, la sensibilidad, la cercanía, la compasión, la infancia adulta…, sin promover instituciones más humanas (políticas, quiérase o no), sin organizar la investigación científica, la educación, los servicios sanitarios o el transporte? Es imprescindible decir NO; también lo es decir SI.

    5. ¿Dónde quedan los varones en el camino femenino? Para avanzar, Galo Martínez propone “el camino femenino”. También aquí concuerdo con aquello que creo entender: que necesitamos la igualdad de género, la comunidad de seres humanos vulnerables y mortales, de carne y hueso, la revolución de la compasión. Pero algunas afirmaciones me confunden. Por ejemplo, que “la vida es de por sí femenina”, que “se debe reconocer la prioridad de lo femenino”, que “solo el movimiento feminista ocupa el lugar originario de la revolución”, o que sitúe la atención, la fiesta, la música, la danza, la compasión, la sonrisa infantil o la lógica de la vida, así como “la fiesta de los vascos” en el camino femenino. ¿Solo en el femenino, no también en el masculino?

    ¿Habrá que elegir, pues, entre el sometimiento al varón y el sometimiento a la mujer? ¿El camino habrá de ser o masculino o femenino?  No, sino más bien femenino y masculino, todas las orientaciones sexuales e identidades de género, compañeras de camino, sin subordinación ni fronteras, pues el camino de cada una/o es también el camino de todos los demás. Porque nadie ni nada es sin el otro, sin todos los demás. En todos los átomos del mundo se complementan el polo positivo del protón y el negativo del electrón, y ambos originan la danza creadora del universo.

     

    José Arregi

    Aizarna, 12 de septiembre de 2022

    (versión ampliada en: www.josearregi.com)

    ¿DÓNDE ESTÁ LA INTELECTUALIDAD HOY?

    fe adulta

    col fer jim

     

    Muchas veces se me había preguntado, en mis clases universitarias, sobre el significado exacto de ese adjetivo sustantivado “Intelectual”, o sobre el alcance conceptual de ese calificativo que, en los cercanos siglos pasados, se ha aplicado muchas veces, y muy valorativamente, a algunas -siempre escasas- personas, significativas para nuestra vida social, educativa y cultural, y que hoy está en un irresponsable (¿irremediable?) desuso.

    De mis años de profesor universitario me ha quedado la convicción de que la Universidad tendría que ser selectiva por esencia, porque su misión es la formación de “intelectuales”. No me refiero, por supuesto, a una selección injusta por privilegios de clases sociales o de suficiencias económicas. Sino a la selección natural de la convicción, de la decisión personal, desde las aptitudes específicas y desde una motivación individual profunda. En otras palabras: la Universidad como vocación intelectual y científica.

    La “masa” no se determina por vocación, sino guiada ab extrínseco, empujada, condicionada por la propaganda, por los convencionalismos sociales o familiares, que en este caso se resumen en “buscarse un apaño para toda la vida”, no el que uno elija, sino el que le permitan las estrechas rendijas entre los “numerus clausus” de las distintas facultades universitarias. Esta es la razón por la que esta Universidad masificada ha dejado de ser sementera de formación intelectual y de cultura humanística y ha devenido en puramente tecnocrática, es decir: proporcionadora de un entrenamiento técnico -siempre fatalmente insuficiente- en las diversas materias disciplinares, para “ir aprendiendo después con la práctica”. La conclusión a la que llego es que la Universidad tecnocrática hace de la mediocridad un ideal social. Por eso echo de menos una universidad de “elites” intelectuales (no, por supuesto, de clases sociales o poder económico), entendiendo por elite el grupo, más o menos extenso, de personas vocacionadas y movilizadas por ideas superiores.

    Los exámenes de “selectividad”, que pretenderían, por su mismo nombre, una selección eficaz de los intelectualmente aptos e intrínsecamente motivados, solo ha venido sirviendo para desalentar a unos pocos (que evidentemente no estaban motivados por una genuina motivación intelectual), aunque no a otros, social o familiarmente coaccionados o movilizados confusamente por el slogan ideo-operativo de “llegar a ser alguien en la vida”. La mayoría de los restantes quedan frustrados y existencialmente desorientados por tener que conformarse, en virtud del numerus clausus, con unos estudios que no corresponden a su aspiración inicial o a su auténtica vocación. El resultado se constata en unas aulas amorfas, repletas de una masa indolente, frustrada, desmotivada y desorientada, cuya única aspiración es la de “ir pasando” sucesivos exámenes, de materias cada vez más fraccionadas, para que puedan abarcarse en los pocos días que le dedican al estudio de “los folios” que las totalizan. Profesores que dictan apuntes, “dictadores”, o que pasan sucesivos power points, han sustituido al “Maestro universitario”, que piensa y enseña a pensar, a razonar y argumentar, al mismo tiempo que inspira, trasmite, ilusiona, abre horizontes mentales…

    A este propósito, he buscado alguna definición sobre lo que se entiende por “ser intelectual”:

    “El Intelectual es aquella persona que escribiendo, manifestándose o enseñando, testimonia una lúcida posición cuestionadora frente a la situación histórica que vive la sociedad”

    o “Persona consciente de su individualidad, que se sitúa de una manera crítica y razonada ante la sociedad de la que es miembro”.

    Reconozco que hoy lo intelectual no está de moda, ensombrecido por la gigantesca sobrevaloración de lo científico. Pero pienso que el científico, si no es también un intelectual o está asesorado por intelectuales, no dejará de ser un contable (con toda la dignidad que esta función merece, y con toda la necesidad y la utilidad práctica que reporta). El intelectual se mueve en otra órbita no materializable: la del pensamiento intangible, que inspira todo el sentido de la existencia, incluso el que reporta las contabilizadas adquisiciones científicas y tecnológicas. Como le leí a alguien, lo que hoy calificamos como “científico” viene abocado a  sustituir el pensamiento por el cálculo estadístico de datos.

    Pienso que con estas definiciones, disquisiciones y matices he estado dibujando el perfil real de un tipo especial de persona, raro y escaso en nuestros tiempos, al que se podría denominar Intelectual (y que representa, a mi modo de ver, al “homo theoreticus”  alzado a la excelencia, de la tipología de Spanger).

    Añado ahora, como resumen, que, para mi modo de entender,

    1.-el contenido mental de una persona Intelectual son las Ideas;

    2.-su dinámica cognitiva: el cuestionamiento permanente;

    3.-su actitud fundamental: la crítica minuciosa de las ideologías y la depuración de los conceptos que justifican las acciones de los ciudadanos y con las que va construyendo -o reconstruyendo- el mundo, la vida, la civilización, la Historia…

    4.-su instrumento profesional: la razón, pero también la intuición y la imaginación, además de la memoria y la cultura;

    5.-su ocupación diaria: ver, leer, estudiar y preguntar…, después, escribir;

    6.-su objetivo final: la Verdad y la Libertad, “la verdad que nos hace libres” (la alezeia griega, el descubrimiento progresivo, la sorpresa permanente).

    LA FUNCIÓN DE LA  “INTELECTUALIDAD”

    Determinar la función que en nuestra sociedad tienen las personas reconocidas como Intelectuales es complejo. Aparentemente, como he comentado, no es hoy el momento de la inteligencia. La ciencia, la tecnología, las artes, la literatura, han permitido comprender mejor el pensamiento identitario del individuo –hombre o mujer- del siglo XXI. Desde luego, no es momento de una inteligencia entendida como tradicionalmente se ha hecho: instrumento, casi exclusivo, para captar la esencia inamovible de las cosas.

    El devenir histórico, el dinamismo de la conciencia personal, la libertad del individuo, no permiten doctrinas esenciales de fijación estable. Es la hora del “pensamiento débil y líquido”. A pesar de ello, y nadando, quizás contra corriente, la inteligencia y, en consecuencia, la persona que se posiciona como  “intelectual”, está obligada a desvelar lo inmutable del ser, ofreciendo, después, a las demás personas su integración dentro de  la multiplicidad fluyente de las cosas. Y en respuesta a la cuestión que ha servido de título a este ensayo, respondo que sí, que, a pesar de todos los condicionantes negativos, se pueden reconocer, como algo evidente, a personas que se sitúan en la vida, y contemplan su curso fluvial, así como sus avatares, fluidos o arremolinados, desde un neto posicionamiento que los califica como Intelectuales.

    Es posible, como he afirmado anteriormente, que la definición del intelectual de hoy se acerque más al modelo clásico del “homo theoreticus” de Eduard Spranger, expuesto en su libro Formas de vida: crítica razonada y testimonio lúcido, cuestionador frente a la situación histórica que vive la sociedad.

    MATIZACIONES FILOSÓFICAS

    Podríamos entender -ascendiendo a una conceptualización filosófica- que la persona intelectual,  en cuanto pretende ser indagadora de las esencias, tiene como finalidad depurar el “eidos” de Platón, liberándolo de la amalgama con la que se ha impregnado, al mezclarse en nuestro siglo con la  realidad superacelerada y cambiante del devenir concreto*.

    La función del intelectual es la de iluminar el tiempo histórico en el que la realidad de la Historia, siempre  en proceso de cambio, se manifiesta. Aunque el eidos (base de toda actividad intelectual) es siempre el mismo, las manifestaciones y, sobre todo, el valor de verdad que se les atribuyen son, sin duda,  diferentes. Cada época tiene su signo dominante, en base al cual construye “su verdad”. De esta verdad va a depender el desarrollo que haga de su visión conceptual del mundo.

    Mostrar la autenticidad legítima de esa verdad, o su falsedad, es cometido del Intelectual de hoy. La persona intelectual, al ser  “guardián-vigilante” de la verdad del ser, debe mostrar siempre, sin adulterarlo, el auténtico valor de “lo que hay”, pero sabiéndolo encuadrar en el momento histórico en el que la verdad alcanza su sentido. Debe saber armonizar la inmutabilidad del eidos con la circunstancia concreta en la que la verdad se manifiesta.

    Las personas que ejerce la función de “intelectual”, es “vigía” del momento histórico que le toca vivir y, sin perder el norte, ha de saber adecuar el rumbo de la nave, a una ruta exigida por coordenadas trazadas de antemano. No es el intelectual un ser atemporal. Al contrario, realiza siempre su “reducción eidética”, encarnado en el tiempo y viviendo en la historia de una manera crítica y veraz. Es “cronista” de la vida y cuenta, viviendo entre las demás personas, la verdad de los hechos. Las libera, con su testimonio, de falsas utopías racionalistas, evitando siempre que lo humano se construya sobre falsos esquemas deformantes de la realidad.

    Este es el cometido que realiza quien ejerce la función de intelectual con actitud honesta. Se atiene a lo que “hay”. No lo transforma. No debe ser por ello, persona de críticas baratas ni de modas al uso. Tampoco su criterio puede bambolearse por intereses de opiniones sectarias o políticas.

    El análisis podría acabar aquí. Pero aún queda una pregunta clave a la que es conveniente responder: ¿Cuáles son los valores con los que la persona intelectual debe iluminar críticamente el acontecer de la historia en que vive? Sin duda, los valores que dimanan de la persona, exigidos por su dignidad y adecuados al signo de su tiempo. Se trata de actitudes centradas en lo que el hombre “en situación” exige: el valor de la vida, la libertad de toda convivencia, el valor de lo social como medio para realizarse como persona, el respeto a las reglas de que se dota el ser humano para ser más humano y convivir humanamente, etc. Todo aquello que contribuye a que la maduración de la persona y de lo humano vaya alcanzando, cada día, de forma progresiva, nuevas metas de ser. Su acción es cuestionar, de forma minuciosa, las desviaciones conceptuales que afectan a la vida y al ser humano. La persona que ejerce de intelectual, por ser “agente” de la conciencia histórica, debe vigilar para que se preserve siempre el patrimonio que se nos ha entregado: la dimensión profunda de su “ser”. Su palabra tiene que ser palabra de denuncia frente a toda injusticia, mostrando, al tiempo, la utopía como objetivo, y abriendo la esperanza de un mundo siempre mejor y en constante progreso.

     

    Fernando Jiménez

    Fronteras CTR, 19 septiembre, 2022

    FERNANDO JIMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN

    Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación, Psicólogo Clínico

     *Para defender este modelo de polis, pensó Platón que los “gobernantes” de la ciudad debían ser los “filósofos”, contempladores del “eidos”. (Puesto que la doctrina central de la filosofía platónica es la “teoría de las ideas”, era lógico situar, en la escala superior de la estructura social, a quienes, por oficio y vocación, más cerca estaba de la comprensión de los “eidos”, de las ideas esenciales). El verdadero conocimiento (el intelectual) era, para Platón,  patrimonio de la inteligencia. Estaba personificado en el alma racional. En ella estaba afincado el conocimiento de las ideas (entendidas en este caso como imágenes de las cosas que constituyen el reino de lo real) . Las otras almas, la irascible y la concupiscible quedaban muy por debajo del alma “inteligible” –anima rationalis-, la inteligencia. Así, la función del conocimiento racional era la de ayudar, mediante la contemplación de las esencias, a que las otras almas se purificasen, ya que el ser humano, “animal rationalis”,  se encontraba, en un radical estado de impureza. En esta subordinación, y de acuerdo a un orden cósmico preestablecido, se conseguía la justicia social (o antropológica), objetivo fundamental del equilibrio (sofrosyne) y la felicidad (eudaimonía). Esta es la concepción platónica que, seguida y enriquecida por el neoplatonismo de la Escuela de Alejandría, pervivirá e influirá en la cultura occidental durante casi quince siglos.

    EL OCASO DE LOS INTELECTUALES Y EL EXTRAVÍO DE LA RAZÓN


    col isaac

     Redacción de Atrio

    Académico en la Universidad Autónoma de Zacatecas, escritor,  y autor del libro La gran reclusión y los vericuetos sociohistóricos del coronavirus. Miedo, dispositivos de poder, tergiversación  semántica y escenarios prospectivos.

    De otro colaborador de ATRIO (este aporte de textos importantes ajenos es fundamental para lo que quiere ser este lugar de encuentro) nos llega hoy un artículo del mexicano Isaac Enríquez Pérez, de la Universidad Autónoma de Zacatecas, publicado en Tercera Información.es. Creo que en él se expone muy bien uno de los objetivos esenciales que han estado y estarán en nuestro Proyecto Atrio 2022 en elaboración: la búsqueda del sentido profundo de la realidad de la persona humana y su responsabilidad en la historia y la evolución del Universo. AD.

    Quizás una de las ausencias más palpables en la vida pública sea la de los intelectuales. Eclipsados por la comentocracia y sus corifeos bufonescos, dejaron de plantearse las preguntas en torno a los problemas fundamentales de la humanidad, así como los argumentos de peso revestidos de un aura de filósofos y estadistas. La comentocracia les suplantó aupados en el poder y en el alcance de los mass media y las redes sociodigitales; e hicieron de la trivialización de la palabra y de la praxis política –en tanto espectáculo y parodia– el argumento central de su teatralidad mediática.

    Provenientes de la ciencia, la literatura, la filosofía o el cultivo del pensamiento, los intelectuales clásicos (recordemos a Raymond Aron, Pierre Teilhard de Chardin, José Ortega y Gasset, Jean Paul Sartre, Albert Camus, George Orwell, Michel Foucault, Gore Vidal, Frantz Fanon, Carl Sagan, Umberto Eco, Norberto Bobbio, Giovanni Sartori, Edgar Morin, Octavio Paz, Juan María Alponte, Noam Chomsky, entre muchos otros) gozaban de amplios círculos de lectores y audiencias. Dispuestos a ejercer un uso público de la razón, por lo regular gozaban de un sofisticado juicio político y no pocos se identificaban con causas sociales en pro de la justicia y en contra de la opresión. Aunque los hubo –a lo largo del siglo XX– que se identificaron con los fascismos y el nazismo, como fue el caso de Martin Heidegger. De tal forma que la calidad académica e intelectual no es sinónimo, en automático, de coherencia y sagacidad en el juicio político/histórico.

    Al ejercicio del pensamiento crítico, estos intelectuales clásicos aunaban la pretensión de mover y refrescar la conciencia y provocar a sus lectores y audiencias, abriendo con ello nuevas perspectivas sobre los  problemas públicos y evidenciando las contradicciones y sentido de los mismos. Posicionados más allá de falsas dicotomías o dilemas, su mensaje o argumentos abrevan de ciertas dosis de paciencia y sabiduría; aunque también algunos, a lo largo del siglo XX, reincidieron en exageraciones e, incluso, en arrogancias y jactanciosidades.

    Su proclividad a la vanguardia hizo de este intelectual clásico un perspicaz agente que incentivaba el cambio social y despertaba respeto a sus ideas; aunque también existieron aquellos que reivindicaron el statu quo –el caso más emblemático en el mundo de habla hispana sería Mario Vargas Llosa– y se mostraron partidarios o seguidores de alguna corriente ideológica. En esa lógica de las vanguardias fueron capaces de identificar los problemas trascendentales de la humanidad, abrir y difundir argumentos estructurados y orientados a detonar debates públicos, no pocas veces dotados de análisis histórico y de una perspectiva estratégica que pretendía incidir en el curso de los acontecimientos y en la formación de la opinión pública y de la cultura política.

    Sin embargo, el ocaso de los intelectuales se presentó a la par del marchitamiento de la cultura ciudadana y de la desciudadanización de la política. Una especie de anestesiamiento e individualismo a ultranza se cierne sobre la racionalidad de las sociedades contemporáneas, y ese adormecimiento inhibe la posibilidad de ejercer el pensamiento crítico. Ese entorno social, que lo mismo incluye a sujetos, organizaciones como los sindicatos, gremios y universidades, los movimientos sociales y las comunidades de base, constriñe toda posibilidad de razonamiento y de despliegue de procesos cognitivos de largo aliento. En buena medida, ello explica la muerte de la clase intelectual y la entronización de la racionalidad tecnocrática, que privilegia el despliegue de supuestos expertos o especialistas en los mass media y en las redes sociodigitales.

    La dimensión filosófico/histórico/ética que manejaba la clase intelectual fue suplantada por una voz que comenta el acontecer coyuntural pero que no penetra en las raíces profundas de las problemáticas sociales. El comentócrata es un avezado especialista que, si bien puede ofrecer un discurso cuasi técnico –y no pocas veces circular–, no provoca una agitación radical de las conciencias ni forma ciudadanía. Recurre más a un discurso descriptivo y superficial que apela más a las emociones de los sujetos que al pensamiento y la razón, contribuyendo con ello a hacer del espacio público un espectáculo y una arena para el despliegue de la polarización. Este especialista no hace más que acompañar las noticias del día, tras realizar cierto encuadre, pero su análisis no suele escapar de lo coyuntural, ni ofrecer siquiera una perspectiva de conjunto de la realidad. Entonces la especialización se impone a la mirada omniabarcadora del intelectual y se socava toda posibilidad de análisis amplio y reposado. Con ello tiende a ascender la mercantilización de las ideas y de la palabra, en tanto que los intereses creados definen lo que se comenta o difunde o no en los mass media a partir de ciertas agendas de temáticas mediadas por esos intereses y por la forma particular en que esos comentócratas y think tanks observan y conciben los problemas públicos.

    Se comenta sobre la personalidad de Donald Trump, el conflicto ruso/ucraniano, la caída de las Torres Gemelas, la pandemia del Covid-19, etc., pero no se analizan las causas profundas y el sentido histórico de esos acontecimientos, sino que se aborda cierta apariencia de los mismos y se establece desde esos poderes fácticos que controlan los mass media y las redes sociodigitales lo que es verdad o lo que no lo es. En estos discursos de los especialistas se entrecruzan también los rasgos de la era de la post-verdad con una narrativa hegemónica que encauza unos temas y no otros, que apela a los sentimientos del homo videns o del homo digitalis y no a sus procesos cognitivos y a las perspectivas de larga duración. Entre esos expertos comentaristas destacan Yuval Noah Harari, ­Niall Ferguson, Paul Krugman, Moisés Naím, Michel Houellebecq, Samuel P. Huntington, Francis Fukuyama, Fernando Savater, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Jorge G. Castañeda, entre otros. Varios de ellos más cercanos al histrionismo, la política-ficción, el maniquismo y la descalificación respecto a aquello que les inspira fobia o ira. Es de destacar que sus planteamientos no soportan el fuego de la contrastación histórico/empírica a que llama la deliberación pública regida por el pluralismo.

    En el extremo, algunos representantes de la comentocracia rayan en lugares comunes y en actitudes de bufones que lapidan a aquel que piensa diferente. Se erigen en todólogos que suponen contar con el elixir ante los problemas públicos sin siquiera lograr diagnósticos certeros y dotados de rigor metodológico. Más preocupados por el teléfono móvil y los trending topics del Twitter, su obscenidad llega a los set de televisión, comentando casi de todo sin pudor y sin temor a equivocarse. Fungen más como voceros de algún partido político o de los intereses corporativos y financieros del gran capital. Con la pandemia del Covid-19 lo mismo opinaban –sin respeto ni rigor alguno– de sus orígenes, que de epidemiología, vacunas, omisiones de los Estados, el uso de la mascarilla, etc.

    La sociedad de los extremos regida por la polarización ideológica pulsiva cancela toda posibilidad de reinvención del intelectual, y hace de los comentócratas simples ideólogos que abogan por una u otra causas. Se impone, entonces, un discurso faccioso que apela a la división y a la ausencia de posibilidades de conciliación. No hacen más que poner en palabras intereses creados de distinto signo para inundar las redes sociodigitales y apelar a las emociones pulsivas de los internautas, sin reparar siquiera en la posibilidad de ejercicio del pensamiento autónomo y en la articulación de una narrativa mínimamente coherente.

    El ocaso de los intelectuales marcha a la par de la pérdida de sentido en las sociedades contemporáneas, así como de la erosión de la función orientadora que éstos desplegaban respecto a los grandes problemas mundiales y nacionales. Si bien existen intelectuales de peso hoy día (Jürgen Habermas, o el mismo Noam Chomsky, por ejemplo), su influencia tiende a ser menor y a diluirse en medio de la industria mediática de la mentira y de la tergiversación semántica. Esta pérdida de valor del intelectual y de sus funciones, también son experimentadas por organizaciones como las universidades, las editoriales, los periódicos, las revistas de análisis, etc. Arrasa, entonces, un pensamiento rapaz y socavador que fortalece consignas ideológicas al ritmo no de argumentos y sí de opiniones sin sustento y de golpes de voz que opacan a quien piensa y actúa diferente.

    Salir de las prisiones

    col isaac

     

    De otro colaborador de ATRIO (este aporte de textos importantes ajenos es fundamental para lo que quiere ser este lugar de encuentro) nos llega hoy un artículo del mexicano Isaac Enríquez Pérez, de la Universidad Autónoma de Zacatecas, publicado en Tercera Información.es. Creo que en él se expone muy bien uno de los objetivos esenciales que han estado y estarán en nuestro Proyecto Atrio 2022 en elaboración: la búsqueda del sentido profundo de la realidad de la persona humana y su responsabilidad en la historia y la evolución del Universo. AD.

    Quizás una de las ausencias más palpables en la vida pública sea la de los intelectuales. Eclipsados por la comentocracia y sus corifeos bufonescos, dejaron de plantearse las preguntas en torno a los problemas fundamentales de la humanidad, así como los argumentos de peso revestidos de un aura de filósofos y estadistas. La comentocracia les suplantó aupados en el poder y en el alcance de los mass media y las redes sociodigitales; e hicieron de la trivialización de la palabra y de la praxis política –en tanto espectáculo y parodia– el argumento central de su teatralidad mediática.

    Provenientes de la ciencia, la literatura, la filosofía o el cultivo del pensamiento, los intelectuales clásicos (recordemos a Raymond Aron, Pierre Teilhard de Chardin, José Ortega y Gasset, Jean Paul Sartre, Albert Camus, George Orwell, Michel Foucault, Gore Vidal, Frantz Fanon, Carl Sagan, Umberto Eco, Norberto Bobbio, Giovanni Sartori, Edgar Morin, Octavio Paz, Juan María Alponte, Noam Chomsky, entre muchos otros) gozaban de amplios círculos de lectores y audiencias. Dispuestos a ejercer un uso público de la razón, por lo regular gozaban de un sofisticado juicio político y no pocos se identificaban con causas sociales en pro de la justicia y en contra de la opresión. Aunque los hubo –a lo largo del siglo XX– que se identificaron con los fascismos y el nazismo, como fue el caso de Martin Heidegger. De tal forma que la calidad académica e intelectual no es sinónimo, en automático, de coherencia y sagacidad en el juicio político/histórico.

    Al ejercicio del pensamiento crítico, estos intelectuales clásicos aunaban la pretensión de mover y refrescar la conciencia y provocar a sus lectores y audiencias, abriendo con ello nuevas perspectivas sobre los  problemas públicos y evidenciando las contradicciones y sentido de los mismos. Posicionados más allá de falsas dicotomías o dilemas, su mensaje o argumentos abrevan de ciertas dosis de paciencia y sabiduría; aunque también algunos, a lo largo del siglo XX, reincidieron en exageraciones e, incluso, en arrogancias y jactanciosidades.

    Su proclividad a la vanguardia hizo de este intelectual clásico un perspicaz agente que incentivaba el cambio social y despertaba respeto a sus ideas; aunque también existieron aquellos que reivindicaron el statu quo –el caso más emblemático en el mundo de habla hispana sería Mario Vargas Llosa– y se mostraron partidarios o seguidores de alguna corriente ideológica. En esa lógica de las vanguardias fueron capaces de identificar los problemas trascendentales de la humanidad, abrir y difundir argumentos estructurados y orientados a detonar debates públicos, no pocas veces dotados de análisis histórico y de una perspectiva estratégica que pretendía incidir en el curso de los acontecimientos y en la formación de la opinión pública y de la cultura política.

    Sin embargo, el ocaso de los intelectuales se presentó a la par del marchitamiento de la cultura ciudadana y de la desciudadanización de la política. Una especie de anestesiamiento e individualismo a ultranza se cierne sobre la racionalidad de las sociedades contemporáneas, y ese adormecimiento inhibe la posibilidad de ejercer el pensamiento crítico. Ese entorno social, que lo mismo incluye a sujetos, organizaciones como los sindicatos, gremios y universidades, los movimientos sociales y las comunidades de base, constriñe toda posibilidad de razonamiento y de despliegue de procesos cognitivos de largo aliento. En buena medida, ello explica la muerte de la clase intelectual y la entronización de la racionalidad tecnocrática, que privilegia el despliegue de supuestos expertos o especialistas en los mass media y en las redes sociodigitales.

    La dimensión filosófico/histórico/ética que manejaba la clase intelectual fue suplantada por una voz que comenta el acontecer coyuntural pero que no penetra en las raíces profundas de las problemáticas sociales. El comentócrata es un avezado especialista que, si bien puede ofrecer un discurso cuasi técnico –y no pocas veces circular–, no provoca una agitación radical de las conciencias ni forma ciudadanía. Recurre más a un discurso descriptivo y superficial que apela más a las emociones de los sujetos que al pensamiento y la razón, contribuyendo con ello a hacer del espacio público un espectáculo y una arena para el despliegue de la polarización. Este especialista no hace más que acompañar las noticias del día, tras realizar cierto encuadre, pero su análisis no suele escapar de lo coyuntural, ni ofrecer siquiera una perspectiva de conjunto de la realidad. Entonces la especialización se impone a la mirada omniabarcadora del intelectual y se socava toda posibilidad de análisis amplio y reposado. Con ello tiende a ascender la mercantilización de las ideas y de la palabra, en tanto que los intereses creados definen lo que se comenta o difunde o no en los mass media a partir de ciertas agendas de temáticas mediadas por esos intereses y por la forma particular en que esos comentócratas y think tanks observan y conciben los problemas públicos.

    Se comenta sobre la personalidad de Donald Trump, el conflicto ruso/ucraniano, la caída de las Torres Gemelas, la pandemia del Covid-19, etc., pero no se analizan las causas profundas y el sentido histórico de esos acontecimientos, sino que se aborda cierta apariencia de los mismos y se establece desde esos poderes fácticos que controlan los mass media y las redes sociodigitales lo que es verdad o lo que no lo es. En estos discursos de los especialistas se entrecruzan también los rasgos de la era de la post-verdad con una narrativa hegemónica que encauza unos temas y no otros, que apela a los sentimientos del homo videns o del homo digitalis y no a sus procesos cognitivos y a las perspectivas de larga duración. Entre esos expertos comentaristas destacan Yuval Noah Harari, ­Niall Ferguson, Paul Krugman, Moisés Naím, Michel Houellebecq, Samuel P. Huntington, Francis Fukuyama, Fernando Savater, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Jorge G. Castañeda, entre otros. Varios de ellos más cercanos al histrionismo, la política-ficción, el maniquismo y la descalificación respecto a aquello que les inspira fobia o ira. Es de destacar que sus planteamientos no soportan el fuego de la contrastación histórico/empírica a que llama la deliberación pública regida por el pluralismo.

    En el extremo, algunos representantes de la comentocracia rayan en lugares comunes y en actitudes de bufones que lapidan a aquel que piensa diferente. Se erigen en todólogos que suponen contar con el elixir ante los problemas públicos sin siquiera lograr diagnósticos certeros y dotados de rigor metodológico. Más preocupados por el teléfono móvil y los trending topics del Twitter, su obscenidad llega a los set de televisión, comentando casi de todo sin pudor y sin temor a equivocarse. Fungen más como voceros de algún partido político o de los intereses corporativos y financieros del gran capital. Con la pandemia del Covid-19 lo mismo opinaban –sin respeto ni rigor alguno– de sus orígenes, que de epidemiología, vacunas, omisiones de los Estados, el uso de la mascarilla, etc.

    La sociedad de los extremos regida por la polarización ideológica pulsiva cancela toda posibilidad de reinvención del intelectual, y hace de los comentócratas simples ideólogos que abogan por una u otra causas. Se impone, entonces, un discurso faccioso que apela a la división y a la ausencia de posibilidades de conciliación. No hacen más que poner en palabras intereses creados de distinto signo para inundar las redes sociodigitales y apelar a las emociones pulsivas de los internautas, sin reparar siquiera en la posibilidad de ejercicio del pensamiento autónomo y en la articulación de una narrativa mínimamente coherente.

    El ocaso de los intelectuales marcha a la par de la pérdida de sentido en las sociedades contemporáneas, así como de la erosión de la función orientadora que éstos desplegaban respecto a los grandes problemas mundiales y nacionales. Si bien existen intelectuales de peso hoy día (Jürgen Habermas, o el mismo Noam Chomsky, por ejemplo), su influencia tiende a ser menor y a diluirse en medio de la industria mediática de la mentira y de la tergiversación semántica. Esta pérdida de valor del intelectual y de sus funciones, también son experimentadas por organizaciones como las universidades, las editoriales, los periódicos, las revistas de análisis, etc. Arrasa, entonces, un pensamiento rapaz y socavador que fortalece consignas ideológicas al ritmo no de argumentos y sí de opiniones sin sustento y de golpes de voz que opacan a quien piensa y actúa diferente.

    Salir de las prisiones de este pensamiento hegemónico que diezma y lastra el oficio intelectual es una urgencia en las sociedades contemporáneas ante el constante asedio mediático de trogloditas de la palabra que pretenden espectacularidad y no la construcción de argumentos razonados. Solo el ejercicio del pensamiento crítico y la diversidad de ideas salvarán de esa lógica implacable impuesta por la comentocracia y los fastuosos intereses que reivindican. Lo contrario nos conduciría a un nuevo oscurantismo y a la definitiva pérdida de rumbo y proyecto en el curso del colapso civilizatorio contemporáneo.

      de este pensamiento hegemónico que diezma y lastra el oficio intelectual es una urgencia en las sociedades contemporáneas ante el constante asedio mediático de trogloditas de la palabra que pretenden espectacularidad y no la construcción de argumentos razonados. Solo el ejercicio del pensamiento crítico y la diversidad de ideas salvarán de esa lógica implacable impuesta por la comentocracia y los fastuosos intereses que reivindican. Lo contrario nos conduciría a un nuevo oscurantismo y a la definitiva pérdida de rumbo y proyecto en el curso del colapso civilizatorio contemporáneo.