FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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domingo, 28 de marzo de 2021

¿Creer en el hombre?

 ATRIO


      Un amigo al que no veía desde hace bastante tiempo me entrega un escrito que anuncia como su renuncia definitiva a la Iglesia católica. Se titula Credo con honestidad y comienza diciendo: “Creo en la creación, creo en los hombres, creo en el espíritu”.

      Lo curioso es que justo en esos días se leía en el evangelio de Juan (2,24) que “Jesús no se fiaba de ellos porque conocía todo acerca de las personas. No hacía falta que nadie le dijera sobre la naturaleza humana, pues él sabía lo que había en el corazón de cada hombre”.

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¡OLÉ POR FRANCISCO!

RELIGIÓN DIGITAL

col jesus mart

 

Una tarde de agosto de 2014, me cuenta Pilar, recibimos una llamada desde Irak que transformó todo. Nunca olvidaré cómo comenzó la conversación: “¡¡¡Mamá, están cortando cabezas!!!”. Fue así como ella y Carlos, su marido, se enteraron de que en Erbil se estaba produciendo un drama. “Mamá, son personas y familias que están a 20 kilómetros de aquí, de la capital. Huyen a las montañas y dejan todo atrás porque los persiguen, matan y -reiteró horrorizada- les cortan las cabezas”.

Quien así se expresaba telefónicamente era Teresa, su hija. Se encontraba allí realizando las prácticas de fin de carrera en un banco con sede en “la Dubai del Kurdistán”, como se la llama últimamente. Había ido los meses de julio y agosto para conocer otra cultura, otra gente, totalmente diferente, pobre, pero con ganas de salir adelante y montar granjas o pequeños negocios gracias a los microcréditos. Irak no era un país estable y seguro. Ninguno de sus compañeros lo había aceptado como destino. A ella, con 22 años, le había gustado el reto.

Es cierto que no le inquietaba tanto el trato que, por ser mujer, presumiblemente recibiría, cuanto el conflicto en el que parecía estar sumido un país desgastado por cuatro décadas de guerras y violencia casi continua. Pero también es cierto que los tutores y profesores de la Universidad le habían dicho que ya no había problema; y también los responsables del banco. Ello no había obstado para que, Teresa y sus padres, se informaran por su cuenta.

Erbil era la capital política y económica de la región autónoma del Kurdistán, en el norte; el lugar en el que se controlaba el 40 % de las reservas del petróleo de Irak, la segunda nación productora del mundo. Por eso, no les extrañó saber que había experimentado un desarrollo meteórico después de la invasión liderada por Estados Unidos y el Reino Unido con el apoyo de España en 2003 ni que, desde entonces, fuera una ciudad bastante segura.

Quizá, por eso, se quedaron horrorizados cuando el Estado islámico (ISIS o también Dáesh) se apoderó, encontrándose Teresa allí, de la llanura de Nínive. Fue entonces cuando decenas de miles de cristianos tuvieron que huir de Mosul y Bagdad buscando refugio apresuradamente en las iglesias, jardines públicos y edificios sin terminar de Anikawa, un antiguo pueblo cristiano, a veinte kilómetros de Erbil. Allí y en sus alrededores se estaba desarrollando la tragedia de la que era testigo Teresa y que ni ella ni sus padres lograban explicarse.

“¿A quiénes persiguen?, preguntaron Pilar y Carlos, ¿a los kurdos, a los occidentales, a gente normal?”. “A los cristianos”, logró balbucir su hija. “¿A los cristianos? ¿En pleno siglo XXI?”. “Yo me había imaginado -me comenta su madre- a los mártires en el circo romano, pero nada así en nuestros días”. Teresa no salió del banco durante tres o cuatro días. Siguió las noticias por la prensa y también por los compañeros de trabajo hasta que la entidad bancaria decidió evacuarla a Jordania, visto que la situación se recrudecía.

Después se enteraron, como yo, de la existencia -desde hace siglos- de dos almas en lo que Philip Jenkins denomina “la interacción entre el cristianismo y el islam”: la que apuesta, como así sucedió durante el régimen de Saddam Hussein (1979-2003), por una pacífica coexistencia bajo la tutela de una autoridad políticamente musulmana y la que viene decantándose por una persecución y destrucción del cristianismo de tal calibre y crueldad que los especialistas se han visto en la obligación de acuñar una nueva palabra: la de genocidio.

Las religiones, sentencia el mismo Jenkins, pueden enfermar y decrecer, pero nunca mueren por propia iniciativa. Por eso, hay que matarlas. Es lo que explicaba la tragedia de aquel verano de 2014. Ni a ellos ni a mí se nos escapaba que esta tragedia, recrudecida desde entonces, era otra consecuencia (y no, la menor) de la maldita guerra de 1991. Era, como ya entonces se indicó, el precio de sangre que se seguía pagando por el petróleo; sangre que, en este caso, era la de los cristianos y otras minorías.

Supongo que éste es, junto con el de Lampedusa, el segundo de los “viajes-denuncia” del Papa Francisco. Si el primero de ellos, a los pocos días de ser elegido, puso en el mapa la dramática situación de los migrantes en el Mediterráneo y en otras partes del mundo, en éste lo son los cristianos martirizados en Oriente Medio y silenciados en Occidente. De dicho viaje retengo, de manera particular, su mano tendida y su búsqueda de entendimiento, consciente de que es una utopía, insoportable provocación para los fundamentalistas, pero, a la vez, motivo de esperanza para las minorías perseguidas. He aquí el corazón de este singular viaje, culminado el 7 de marzo en el estadio de fútbol de Erbil.

“El Papa, me confía Pilar, ha ido a una zona peligrosa. Sé que es una visita que ha confortado a mucha gente. Y sé que, porque te llega al corazón, no se paga con nada”.

¡Olé por Francisco!

 

LA FUENTE DE LA MORALIDAD NUNCA EMANA DE LA VOLUNTAD DEL QUE MANDA O PROHÍBE SINO DE LA REALIDAD MISMA

RELIGIÓN DIGITAL

col forcano

En el tiempo que va de 1962 a 2020, hemos vivido en la Iglesia Católica situaciones y momentos en que las dos posturas –integrista y renovadora– eran de oposición radical. Ni pensar en un diálogo sereno que llevara a descubrir la parte de verdad de una y otra parte. El planteamiento era excluyente: o todo o nada, de un bando o de otro.

Creo que semejante hecho se da cuando se enfrentan personas y sectores bajo doctrinas de un mismo patrimonio histórico, pero en el que una de ellas se ha impuesto casi con predominio absoluto.

Es el hecho que precedió al concilio Vaticano II, con una tradición larga de oposición al mundo moderno y la más corta pero indomeñable de la necesidad de una renovación eclesial.

El peso de la autoridad fue decayendo y subiendo el de la autonomía de la razón y de las ciencias. Pero, la cristiandad en general estaba modelada en el obedecer y no en el pensar.

Esta tensión compareció irremediable en el preconcilio y durante la celebración del mismo. Y unos la celebraban de una manera y otros de otra. Pero, pese a la actitud reaccionaria de la Curia, el concilio logró avanzar mayoritariamente hacia el cambio y la renovación.

Sin embargo, al poco tiempo, los perdedores del concilio levantaron cabeza y reafirmaron el rumbo involucionista que, se quiera o no, prevaleció durante los 37 años de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI. ¡El llamado y deplorado invierno eclesial!

La evocación de todo esto, acaso puede servir para entender lo que voy a contar.

Estamos en el año 2006. Y a los que nos consideramos hijos del concilio Vaticano II, nos tocó poner a prueba nuestra fidelidad entre la tendencia oficial, la más visible y aplaudida, y la que con dificultad y en medio de incesantes controles y censuras seguía proponiendo el espíritu y pautas del concilio Vaticano II. El caso es el siguiente.

Una prestigiosa editorial me pidió colaborar en una colección particular con la preparación de un libro. El contenido del mismo aparecía bajo el título “10 palabras clave sobre temas de nuestro tiempo”.

Tal como se ve en la portada del libro, las palabras eran:

Paradigma

Ética

Interreligiones

Bioética

Sexualidad

Homosexualidad

Revolución

Laicidad

Izquierda

Profetismo

La editorial, propiedad de una congregación religiosa, puso en marcha el proceso de impresión. El religioso, que coordinaba el grupo de trabajo, me comentó que como pocas veces los empleados hablaban del libro, un tanto extrañados con admiración y entusiasmo.

Se congratuló conmigo por el interés que estaba suscitando y me auguraba una incitante y buena salida. Tan pronto como lo tuvo impreso, me llamó para satisfacción y alegría mutuas.

Pasada una semana, volvió a llamarme, pero esta vez con tono preocupado y entristecido: —¡Ay Benjamín, no sé cómo comunicarte lo que ha ocurrido!

Le repuse enseguida: —No sufras, que ya sé lo que te pasa. (En ese tiempo era arzobispo de Navarra D. Fernando Sebastián, con el que de alguna manera la editorial quedaba relacionada y subordinada).

Continuó diciéndome el religioso: —Yo, como de costumbre, he dejado sobre una mesa en la sala de la Comunidad provincial, en la que vivo, un ejemplar de tu libro.

Uno de los consejeros nada más poner su vista y manos en la palabra homosexualidad, gritó: “Pero, dónde vais, esto nos va a armar un cirio, un gran problema”. Y de inmediato vino la orden de que la edición debía desaparecer, ser quemada o destruida como fuera.

El amigo religioso estaba desolado y no sabía cómo hacer para disculparse. Trataba de atemperar mi frustración y me propuso que yo podía disponer del libro para poder publicarlo en otra editorial, retirando lo pertinente a la suya.

Y, en eso quedamos, sin ninguna dificultad.

Les escribí una carta en tono y términos evangélicos y le rogué, eso sí, que me enviase algunos ejemplares, que me sirvieran de testimonio y testigo de lo ocurrido.

Me llegaron los libros. Visto todo, y atendiendo al contexto eclesial dominante, pensé que no habría editorial católica que se atreviera a publicar el libro y renuncié a hacerlo, aunque no del todo. Me limité a quitar el capítulo de la homosexualidad y suplirlo por otro –para mí mucho más peligroso– “Jesús y el poder, ayer y hoy”, y lo ofrecí a otra editorial, que sí lo publicó, bajo el título “Con la libertad del Evangelio”.

Como se ve, los tiempos oficiales de entonces, ya posconciliares, no apostaban por el cambio. La trama autoritaria de la Curia romana estaba bien fortalecida y quienes no hacían gala de pensar por cuenta propia y obrar con libertad, prestaban un plus de autoritarismo al que les venía de más arriba.

A este respecto, creo que puede enseñarnos algo recordar las palabras que mi profesor Bernard Häring me dijo cuando fui llamado a Roma para explicarme ante mi Gobierno General, por el proceso extraordinario que se me había abierto por mi libro Nueva Etica Sexual.

Tras casi una hora en qué mi profesor se explayó detallándome cómo lo habían maltratado y humillado, yo le dije: “Pues mire, Padre, el cardenal Ratzinger me comunica que mi libro ha perturbado a los fieles de la Iglesia”. Movido como por un resorte, se levantó y gritó: “Lei ha turbato la Chiesa entera”.

Llegó la hora de despedirnos, cariñosamente me acompañó hasta la calle y, abrazándome, me dijo: “Coraggio, Padre, Dio é grande, Ratzinger é piccolino”.

Puedo también ahora recordar las palabras que, en carta entrañable, me escribió luego: “Recuerdo con mucho gusto su visita y admiro el don de serenidad que ha recibido de Dios. He leído su libro. Ciertamente es expresión de gran sinceridad y también de gran amor a la Iglesia y de un gran esfuerzo para que la Iglesia muestre su verdadero rostro a imagen de Cristo misericordioso”.

Sus palabras me sirvieron mucho, porque un compañero de curso, sospecho que incitado por la autoridad, me llamó y trataba de persuadirme en tono áspero y violento: “Es la hora de obedecer, de aceptar la cruz, porque si no todo lo que has hecho en tu vida, no vale para nada”. Y me lo recalcó varias veces.

Concluyo este breve relato con unas palabras más del profesor que tanto me apoyó y que ha sido uno de los mejores moralistas de la Iglesia, perito del concilio y confesor de Papas.

“Los teólogos del Santo Oficio miran al pasado, encubren un concepto de Iglesia-Magisterio estático y ahistórico. No se acepta prácticamente que la Iglesia “encarnada” en el Santo Oficio pueda errar y tenga que aprender algo de los esfuerzos unidos de los teólogos y de los expertos en otras disciplinas. … No piensan en lo que se ha dicho durante el concilio Vaticano II, es decir, en el grave daño que se puede inferir a la credibilidad de la Iglesia”.

“¿Qué hacer? Sufrir con Cristo y por su Iglesia y también reclamar justicia y fórmulas más respetuosas para con el teólogo acusado… Repito, querido amigo: quien quiere servir a la Iglesia como teólogo, debe estar dispuesto a sufrir y también a progresar en el discernimiento con el Magisterio, con todo el pueblo de Dios y con la gran comunidad de los teólogos de todo el mundo”.

OTILIA: EL ÁNGEL DE LA GUARDA DE LOS SIN TECHO DE OURENSE DURANTE LA PANDEMIA

RELIGIÓN DIGITAL

col de la torre

Otilia es una monja gallega y a sus 85 años se ha convertido en una suerte de ángel de la guarda de las personas sin hogar de la ciudad de Ourense, en especial en este año marcado por la dureza de pandemia que amenaza con agravar todavía más la situación de las personas que están en riesgo de exclusión social.

Otilia angel guarda Ourense pandemia

Cada mañana esta mujer sale a la calle con su hábito, dispuesta a aportar su grano de arena entre los más necesitados, haga sol o llueva, labor que no le resulta ajena después de década y media dando esperanza a los más pobres.

Basta acercarse cualquier mañana sobre las 11 por las calles del casco histórico para conocer la labor desinteresada que realiza esta monja franciscana que reparte las piezas de pan, fruta o cualquier otro alimento con la ayuda de su carrito, el cual empuja con tesón.

"Con agua y pan no muere nadie"

"Reparto desde que llevo jubilada. La comida que sobra, fruta, pan, todo lo que hay la llevo al día siguiente para repartir", explica Otilia, sabedora de que su labor es, si cabe, todavía más importante en este año de pandemia marcado por la crisis económica, sanitaria y social.

Haciendo suyo el dicho de que "con agua y pan no muere nadie", regala en cada entrega un poco de conversación a estos ciudadanos, que se muestran agradecidos por ese pequeño gesto, que puede suponer comer ese día.

Uno de los beneficiarios, que prefiere no desvelar su nombre, ofrece su testimonio sobre estos convulsos tiempos. "En el año y medio" que lleva en la calle, este hombre, que era técnico de sonido, confiesa que vive de las ayudas que le prestan personas como Otilia y de entidades sociales como Cruz Roja.

Los efectos de las vacas flacas también se han dejado notar en las limosnas. "Hay días en que se saca muy poco. Si antes tenías bastante para pasar el día, ahora no llega", apunta este señor. Desde que comenzó la pandemia, las colas del hambre se han disparado no sólo en Orense sino también en el resto de ciudades gallegas y en España. Tan sólo en el último año, Cruz Roja ha atendido a más de tres millones de personas, más de 111.000 en el caso de Galicia.

El perfil de personas que acude a estas entidades como Cáritas o Cruz Roja y grupos parroquiales ha cambiado y ya se estima que casi la mitad de personas que pasa por estas instalaciones "nunca" habían tenido que solicitar este tipo de ayudas.

El perfil que llega es similar, y a las personas vulnerables ahora se suman casos de familias que se han encontrado con esta situación "sobrevenida" y "sin capacidad de ahorro", explica la coordinadora provincial de Cruz Roja Marisa Casero.

Trabajadores en ERTE, personas que se ha quedado sin trabajo o con un empleo en precario, son sólo algunos perfiles que han recibido en este año complejo donde se han multiplicado las necesidades básicas de alimentos o higiene, prosigue. A estas problemáticas, la coordinadora suma la brecha digital. "Es gente que no tiene medios o que los tiene muy limitados".

En la misma línea, Óscar Diéguez, coordinador del programa de acogida integral y empleo de Cáritas, coincide en que el perfil ha cambiado "bastante" por la Covid-19.En su caso, reconoce que cerca del "45% de personas nunca" habían tenido que recurrir a este tipo de ayudas.

"Hay quienes están trabajando o en ERTE y que están teniendo problemas para cobrar la prestación", explica. Entre los sectores especialmente castigados, hace especial hincapié en la difícil situación que atraviesan profesionales de la hostelería, así como servicio doméstico y pequeño comercio.

Muchas de las personas que acuden son "parejas con hijos" (30 por ciento, concreta) y también familias monoparentales a las que no les llegan los ingresos. Todo un desafío para estas entidades que redoblan esfuerzos para atender la elevada demanda, mediante el reparto de alimentos, ayudas para el pago de suministros y también a través de orientación laboral y formación para facilitar la búsqueda de empleo que les permita salir de la situación de precariedad.

LA RESPUESTA CORTA ES QUE EL SER HUMANO PUEDE VIVIR DE 3 A 5 DÍAS SIN AGUA

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col jl sanchez

 

(UCV).- Con motivo del Día Mundial del Agua, la Cátedra de Teología de la Caridad Santo Tomás de Villanueva de la Universidad Católica de Valencia (UCV) quiere recordar que el agua es un bien universal necesario e imprescindible que no debería faltar a nadie. El acceso al agua es un derecho humano básico e inalienable ya que disponer agua potable y sistemas de saneamiento son dos elementos esenciales para la realización de todos los derechos humanos.

José Luis Sánchez, Vicario Episcopal de Cultura, RR.II. de la Archidiócesis de Valencia y director ejecutivo de la Cátedra ha señalado que “casi 844 millones de personas en el mundo, tienen dificultades para cubrir la necesidad más básica de la vida: la posibilidad del agua. El agua es un bien común que ha de considerarse un derecho universal, cada persona debe poder acceder a ella más allá del mercado, todos deben tener derecho a este bien escaso y necesario para vivir. La falta de acceso al agua potable en algunos lugares supone terribles situaciones sanitarias por la falta de disponibilidad y calidad”.

"La respuesta corta es que el ser humano puede vivir de 3 a 5 días sin agua. A partir de un determinado momento, el cuerpo sería incapaz de realizar sus funciones básicas, debido a la falta de este motor natural. Además, en un momento de pandemia como el actual, el acceso al agua es fundamental para frenar el avance del COVID-19 ya que mantener una higiene adecuada lavándose las manos es esencial para contener la propagación del virus y de otras enfermedades infecciosas. El Papa Francisco en su encíclica Laudato Si muestra su preocupación por la calidad y el acceso generalizado al agua. El pontífice deplora los actos tendientes a malgastar, tirar y agotar el agua (punto 27). Además, nos advierte, por un lado, que la provisión del líquido precioso es menos abundante que en el pasado y, por otro, que la demanda actual de agua excede la oferta (punto 28)", añade Sánchez.

De este modo, "el agua es un bien común escaso que debemos proteger y preservar porque todos hombres tenemos una responsabilidad respecto a la Creación. Como señalan las cifras oficiales de Naciones Unidas el uso global de agua se ha multiplicado por seis en los últimos 100 años y sigue aumentando de forma constante. En este sentido, el Papa Francisco nos recuerda: Dios Creador no nos abandona en este trabajo para dar a todos y a cada uno acceso al agua potable y segura. Pero el trabajo es nuestro, la responsabilidad es nuestra”.

"Con motivo del Día Mundial del Agua queremos denunciar que la escasez de agua que sufren los más desfavorecidos les condena de un modo injusto al hambre y la pobreza. El agua debe ponerse al servicio de todos los hombres siguiendo el principio del destino universal de los bienes de la Doctrina Social de la Iglesia: Dios ha destinado la tierra y cuanto en ella contiene para uso de todos los hombres y pueblos. En consecuencia, los bienes creados deben llegar a todos en forma equitativa bajo la égida de la justicia y con la compañía de la caridad", concluye.

Congreso "El agua bien universal el reto ante la pobreza y el hambre en el mundo"

En 2019, la Cátedra de la Caridad organizó el Congreso “El agua bien universal el reto ante la pobreza y el hambre en el mundo” que, bajo un planteamiento interdisciplinar, reunió a filósofos, ingenieros, empresarios y otros expertos en el debate sobre la búsqueda de las soluciones que pueden darse ante el grave problema del agua en el mundo y su relación con la pobreza y el hambre. El curso fue propuesto por el Gran Canciller de la UCV, Antonio Cañizares, quien se hace testigo de la llamada del Papa Francisco en su encíclica Laudato Si sobre el cuidado de la casa común.

Se contó con intervenciones destacadas del Cardenal Arzobispo Antonio Cañizares; de Marcelo Sánchez Sorondo, Canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias; y de Enrique Cabrera, Catedrático de Mecánica de Fluidos en la Universitat Politènica de València, entre otros.

Línea de investigación sobre Pobreza y Hambre

Con el apoyo del Colegio Mayor Seminario de la Presentación y Santo Tomás de Villanueva, la Cátedra de Teología de la Caridad promueve, desde 2014, una línea permanente de trabajo e investigación sobre pobreza y hambre en el mundo que bajo la dirección de Sánchez García, director ejecutivo de la Cátedra, integra a más de 60 expertos de la UCV y diferentes universidades cuyos trabajos se encaminan a la búsqueda de soluciones a estos temas.

 

41 años después, el magnicidio de Romero sigue sin investigarse

 


Religión Digital

Óscar Romero

Los abogados de la causa penal denuncian los obstáculos para el proceso
El Juzgado Cuarto de Instrucción de San Salvador dictó en mayo de 2017 la reapertura de la causa por el homicidio de monseñor Romero y en octubre de 2018 ordenó a la Fiscalía realizar una nueva investigación
Romero fue asesinado por un francotirador el 24 de marzo de 1980 cuando oficiaba misa en la pequeña capilla del hospital de cáncer La Divina Providencia, en San Salvador
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He leído el libro de Juan José Tamayo “La internacional del odio”

 


Juan Cejudo Caldelas, miembro de Moceop y de Comunidades Cristianas Populares

El Blog de Juan Cejudo

Tamayo4

La internacional del odio

Debo decir de entrada que me ha impactado comprobar en el libro de Tamayo, editado por Icaria, la cantidad de pruebas que aporta sobre las conexiones que existen entre los grupos ultraderechistas y fascistas del Mundo con grupos y personalidades muy importantes de las religiones, incluyendo por supuesto a la católica.
El libro de Tamayo no es una disquisición teórica sobre la existencia de lo que él llama el cristoneofascismo. Es fruto de su propia experiencia, cuando estuvo en Brasil en 2019 dando unas conferencias sobre su libro “Teologías del Sur. El giro descolonizador”, estando ya encarcelado Lula.
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Fatiga eclesiástica

 


Charo Mármol

Alandar

Domingo 21 de marzo. Me dispongo a seguir la Eucaristía por la 2 de TVE. Lo hago en algunas ocasiones desde que empezó la pandemia. Estoy en mi mecedora violeta.
Empieza la Eucaristía. Hacia el altar desfilan en procesión sacerdotes, diáconos y el obispo de Córdoba Monseñor Demetrio Fernández. (¿recuerdan? Uno de los primeros en ponerse la vacuna del coronavirus, 71 años, pero no quiero desviarme del tema principal). Por supuesto ninguna mujer les acompaña. No me extraña, esto es lo habitual.
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¿Por qué los que no quieren la libertad utilizan tanto esa palabra?

 


Joaquín Sánchez, ‘el cura de la PAH’

eldiario

Joaquin Sanchez

Quieren que creamos que aceptar su poder y seguir sus dictados es de ser libres. El autoengaño y la autocensura juegan un gran papel
“Entra el primer candidato:
-¿Entiende usted que esto no es más que un simple test que queremos hacerle antes de darle el trabajo que usted ha solicitado?
-Sí.
-Perfectamente. ¿Cuántas son dos y dos?
-Cuatro.
Entra el segundo candidato.
-¿Está usted listo para el test?
-Sí.
-Perfectamente ¿Cuántas son dos y dos?
-Lo que diga el jefe.
El segundo candidato consiguió el trabajo”.
(Anthony de Mello)
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El gobierno de Bolsonaro ha terminado ¿y ahora qué?


Emir Sader

Alainet

Bolsonaro

Hay una sensación de vacío de gobierno, de que el país está en un precipicio, sin que nadie intente detenerlo. La desesperación se apodera de la población.
Bolsonaro atraviesa su peor momento -hasta ahora- en la presidencia de Brasil. La convergencia de varios fenómenos proyecta una perspectiva de futuro muy negativa, en la que su principal proyecto, la reelección, está muy cuestionado. Peor aún, transmite incluso a sus partidarios la imagen de que ha perdido la gobernabilidad, que ya no gobierna, que no tiene respuestas a los grandes problemas que afectan a Brasil.
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Aznar: como siempre, soberbio

Pedro Serrano

 Redes Cristianas

La declaración de Aznar sobre la caja B del partido no ha defraudado. En su declaración como
testigo ha estado soberbio. Soberbio en la acepción peyorativa, es decir, ha estado altivo,
impertinente, arrogante, petulante, magnifico, divino. Eso sí, en su declaración ha hecho grandes aportaciones a la causa abierta contra su partido.

Ahora ya sabemos que no se enteró de nada y que él no era inspector de cajas fuertes ni de
despachos en la sede de Genova; y que se siente muy orgulloso de su partido y de todos los
presuntos implicados en esa caja negra, donde, además de dinero turbio, había una minuciosa y
alargada lista de cantidades supuestamente entregadas a iniciales y nombres que resultan de
cajón, pero que ahora nadie reconoce, salvo esa persona de la que usted me habla, que diría en
su día el otro inefable negacionista de los sobresueldos y del clima, Mariano Rajoy, para referirse al señor Barcenas.

En fin señores, parafraseando a José Mota, “Si hay que ir a declarar se va, pero ir pa na es
tontería”.

34 millones de personas a un paso de la hambruna

 


Rebelión

hambre1

La guerra, el coronavirus o los fenómenos climáticos extremos son tres elementos que agravan la inseguridad alimentaria de millones de personas en todo el planeta. Un informe de la FAO alerta del inminente paso a situación crítica de 34 millones de personas.
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miércoles, 24 de marzo de 2021

¿TEÍSMO O NO-TEÍSMO?

Comentario al Esquema de J M Vigil en Koinonía

col haya

El No-teísmo es una tendencia actual entre algunos teólogos protestantes y católicos (Spong, Lenaers) que rechazan la idea de dios que “nos viene acompañando ya por 7.000 años” a partir de la Biblia y la doctrina de la Iglesia. J M Vigil dice expresamente: “Nos referimos a Theos, no a lo que objetivamente pueda ser eso que hemos venido llamando tradicionalmente Dios, ni Misterio, ni Transcendencia... sino a un constructo cognitivo, construido por el ser humano”. Así pues, el No-teísmo no es ateísmo.

Este rechazo a nuestra imagen de Dios no es algo nuevo en la Iglesia. Dionisio Areopagita (s. V) escribió un tratado sobre Los nombres divinos (los atributos), y posteriormente escribió la Teología mística, en la que desarrolla la via negationis en la que niega la validez de esos atributos. Y el Concilio IV de Letrán reconoce que todo lo que ha dicho sobre Dios tiene más de error que de acierto. Necesitamos conocer a Dios, pero todas nuestras palabras serán siempre inadecuadas.

Es importante reflexionar por qué se produce ahora este rechazo. Se produce principalmente por las consecuencias que hemos deducido de unos atributos que deberíamos tomar como incompletos y provisionales. Destacaré dos aspectos muy significativos.

En primer lugar, el teísmo considera a Dios como un ser personal, y con una imagen muy antropomórfica. Jesús nos lo presentó como Padre, y esta imagen tan entrañable ha arraigado fuertemente entre nosotros.

En el mundo oriental ha prevalecido por el contrario una concepción de Dios como impersonal, y tiene un arraigo semejante en su espiritualidad como la de un dios personal en la nuestra.

Otros autores del No-teísmo tienden a considerarlo como transpersonal; término con un contenido poco claro, pero que pretende salvar lo mejor de lo personal y de lo impersonal.

Por una parte nos parece que considerar a Dios como impersonal lo rebajaría respecto a las cualidades personales, pensamiento y voluntad, que tenemos los humanos. Por otra parte, lo personal acentúa la separación entre tú y yo, entre él y nosotros. Difícilmente podemos identificarnos con nuestro Padre, o verlo en nuestros hermanos y en la vitalidad y belleza de la naturaleza.

La Biblia nos ofrece el término Espíritu, que puede valer tanto para lo personal como para lo impersonal. El espíritu sobrevuela el caos poniendo orden (cosmos, mundo), inspira a los profetas, y unge a Jesús en el Jordán para su misión; pero está al mismo tiempo y sin división alguna en ti, en mí, y en todo el universo.

En segundo lugar, el teísmo considera a Dios como todopoderoso (quizás el adjetivo que le acompaña con más frecuencia) y de ahí que intervenga, o pueda intervenir, a su voluntad en la naturaleza, contraviniendo sus leyes, o en nuestra historia, revelando su enseñanza y dictando sus leyes, suplantando de ese modo nuestra libertad y autonomía. Y esta intromisión de Dios ofende nuestro orgullo.

En cuanto a la intervención de Dios en la Historia, creo que el No-teísmo corre el peligro de caer en un deísmo, con un dios ajeno e insensible a nuestra vida, o diluido en las leyes de la naturaleza. Dios no impone nada desde fuera de nosotros pero ejerce su influencia en la Historia a través de nosotros, de nuestro espíritu. Como popularmente se dice, somos las manos de Dios.

La caricatura de los dos pisos, el de arriba y el de abajo, que hace el No-teísmo, ha tenido mucho éxito por su referencia al brusco cambio sobre la imagen del universo que nos ha proporcionado la cosmología. Esta caricatura es válida para rechazar la separación radical que hemos hecho entre lo natural y lo sobrenatural, pero llevarla al extremo nos conduce a una unidad que contradice la múltiple variedad de cada día. Es el antiguo problema filosófico de lo uno y lo múltiple.

¿Es válido el No-teísmo? Es válido para contrarrestar las exageraciones; pero tanto el teísmo como el No-teísmo son interpretaciones de una realidad que se nos escapa; son lenguajes deficientes para expresar esa realidad, y deben complementarse (a pesar de que se nos presentan como sistemas contradictorios) y encontrarán mayor o menor acogida según la situación de cada pueblo o persona.

Nuestra inteligencia racional no tiene capacidad para comprender la realidad en toda su profunda simplicidad; al menos no tiene capacidad en el estado actual de nuestra evolución. Sin embargo nuestra inteligencia sentiente percibe valores como el amor, la justicia, la dignidad, los derechos humanos, que no se pueden demostrar racionalmente, aunque sean razonables.

La razón solamente nos acerca a Dios en términos razonables; en cambio la experiencia del amor gratuito es la que llega a conocerlo por identificación con él (unión del sujeto con el objeto conocido).

La mística especulativa, ha tenido que traspasar la razón y ha llegado a Dios por “el vacío”, “el no conocimiento”, “La docta ignorancia”, “La nube del no saber”. San Juan de la cruz lo expresó en sus poesías.

Cuanto más alto se sube,

tanto menos entendía

que es la tenebrosa nube

que a la noche esclarecía;

por eso quien la sabía

queda siempre no sabiendo

toda ciencia trascendiendo.

El pueblo sencillo, como el buen samaritano o la viuda del templo, ha llegado a Dios por la vía del amor gratuito, por la identificación con Dios en el amor.

Así lo expresó Jesús con su exagerado lenguaje emocional:

“Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes, y las has revelado a los pequeños” (Mt 9,25).

 

Gonzalo Haya


NUEVA PRIMAVERA

ECLESALIA

col carmen rodas

Cuando paseo por algún parque, en estos días de primavera, siento y me emociono con el despertar de la vida: las lilas, los celindos, los castaños en flor; el canto del mirlo, del herrerillo, del petirrojo; los largos atardeceres, la luz nítida e intensa de la mañana. Todo es nuevo, exuberante, vivo. Aunque se repita cada año siempre sorprende, conmueve e inspira. No me pasa lo mismo con el mundo al que siento gastado y decadente. El mundo necesita una nueva primavera. Una primavera de nuevos y fecundos brotes, de cantos y amaneceres que nos despierten; de intensa y clara luz que nos cure la ceguera.

Necesitamos recuperar las estaciones o fases de la vida:

Que nuestros niños vivan, plenamente, la infancia, sin ser empujados a la precocidad que se percibe en muchos ambientes.

Que los jóvenes se rebelen ante tantos modos y modas perniciosos. Que sean la savia viva que renueve e impulse una nueva convivencia, un nuevo orden, un nuevo pensar, un nuevo sentir.

Que las personas maduras, sobre las que recae la responsabilidad de la familia, del trabajo, de la organización social, sean conscientes del importante papel que se les otorga en esta etapa estelar de la vida.

Que la vejez adquiera la dignidad y el prestigio que merece haber recorrido tan largo camino. Los niños y los jóvenes necesitan tener referentes de hombres y mujeres maduros y de personas mayores en la culminación de sus vidas.

Necesitamos mirar, con  intención de ver, los problemas de nuestro tiempo, asumiendo, cada uno, nuestra tarea. Nadie puede excluirse ni considerarse inocente de los males que padecemos.

Necesitamos respetar, reverenciar y cuidar, con esmero, el entorno natural que nos acoge. Ser ecologistas no es un esnobismo sino un requisito imprescindible para sostener la vida en nuestro Planeta Tierra.

Necesitamos fraternizar la economía. ¿Cómo podemos acumular tantos bienes -muchos de ellos superfluos- cuando millones de seres se ven privados del alimento, la educación, la vivienda y la sanidad?

Necesitamos darnos cuenta de que nuestra vida en la Tierra es una estancia corta, sometida al constante devenir del cambio. Asumida esta certeza, viviríamos intensa y fructíferamente.

Necesitamos mejorar nuestras relaciones familiares, laborales, vecinales, etc… Urge una política ejercida con integridad, coherencia y auténtico servicio a los ciudadanos. Por su parte, los ciudadanos, debemos ser más responsables, más comprometidos y más exigentes. Se necesita la unión para defender derechos y libertades y un cierto grado de altruismo para anteponer el bien común al propio.

Necesitamos mejorar la calidad de la comida, del lenguaje, de los medios de comunicación, del ocio. Tenemos cantidad de casi todo, pero calidad de muy poco.

Necesitamos transmitir a los niños, con el ejemplo de nuestras vidas, el respeto a uno mismo, el respeto a los demás y la responsabilidad de todos nuestros actos. La regla de oro “no hacer a otro lo que no quieras que te hagan a ti”, debería ser una guía para la convivencia.

Necesitamos una sociedad de mejores modales; más estética y más sosegada. Creo que en todos nosotros subyace el anhelo por lo bueno, lo bello y lo verdadero. ¿A quién interesa fomentar la violencia, la vulgaridad, la distorsión de la verdad?

Necesitamos valorar y potenciar la vida. Vida que es una oportunidad, un desafío, un don, un camino, una tarea, un misterio. Vida que es única e inédita para cada uno de nosotros. ¿Hay mayor necedad que infravalorarla o malgastarla?

Necesitamos…, necesitamos una nueva primavera de valores esenciales, salud mental y física, de armonía, de equilibrio, de agua y aire limpio; de conocimiento profundo de nuestro Ser.

Si después de esta breve reflexión nos hemos reconocido necesitados y en peligro, ésta puede ser nuestra oportunidad. La necesidad y el peligro han sido siempre, para el espíritu inquieto e innovador del ser humano, acicate que agudiza los sentidos y hace aflorar la genialidad.

Francisco, ocho años de un pontificado desde las periferias

 


Gerardo Cruz González

Cristianismo y Justicia

Papa Francisco7

El cónclave que lo eligió papa inició el 11 de marzo de 2013, tras la inédita renuncia de su predecesor; dicha reunión de cardenales electores duró poco más de un día. Parece que el Espíritu tenía prisa. Pero si éste tenía prisa, el nuevo papa también.
Sucesor de Benedicto XVI, el nuevo papa tiene en su nombre su programa. Bergoglio recién electo parece tener prisa porque no tiene que esperar a publicar su primera encíclica para mostrar su programa, como sus antecesores. En su nombre, Francisco, ya muestra su idea de Iglesia y sus preocupaciones.
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Las farmacéuticas y las vacunas según Le Monde Diplomatique “El hombre: un lobo para el hombre” (Y las empresas farmacéuticas una jauría para la humanidad)

 


José I. González Faus

Miradas cristianas

González Faus

“No se puede servir al hombre y al dinero”
“Estas informaciones es difícil encontrarlas en los medios de comunicación habituales (que pese a su buena voluntad -cuando la tengan- están más al servicio del Capital que de la verdad)”
Las multinacionales hacen competir entre sí a los países para lograr el precio deseado
Esta crisis ha demostrado otra vez que la Unión Europea no existe en el plano geopolítico e industrial…
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Francisco ‘contesta’ a Doctrina de la Fe: “El anuncio del Evangelio requiere la valentía de escuchar la realidad”

 


Religión Digital

Papa Francisco7

“Es necesario atestiguar que el derecho siempre significa solidaridad”
“Invito a los teólogos morales, a los misioneros y a los confesores a entrar en una relación viva con los miembros del pueblo de Dios, y a mirar la vida desde su perspectiva, para comprender las dificultades reales que encuentran y ayudar a curar sus heridas, porque sólo la verdadera fraternidad sabe mirar la grandeza sagrada del prójimo, que sabe descubrir a Dios en cada ser humano”
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Domingo 28 de Marzo Domingo de Ramos Enrique Susso (1365)

KOINONIA

 Un año más, pedimos disculpas a quienes buscarán un comentario bíblico-teológico «normal» para un domingo de Ramos; esperamos que podrán encontrarlo fácilmente en la red. Nosotros esta vez queremos volver a tratar de hacer un comentario pensando en aquellas personas que –como también nosotros ante el comentario que teníamos ya redactado– se sienten mal ante ese conjunto de conceptos bíblicos que se repiten y enlazan indefinidamente sin salir de un bucle teológico-litúrgico dentro el cual muchos de nosotros –que pensamos como personas seculares, de la calle, con las preocupaciones diarias de la vida– sentimos que casi nos asfixiamos.IR A LA PÁGINA

Domingo de Ramos – B (Marcos 14,1 – 15,47) JESÚS ANTE SU MUERTE

 JOSÉ ANTONIO PAGOLA


Jesús ha previsto seriamente la posibilidad de una muerte violenta. Quizá no contaba con la intervención de la autoridad romana ni con la crucifixión como último destino más probable. Pero no se le ocultaba la reacción que su actuación estaba provocando en los sectores más poderosos. El rostro de Dios que presenta deshace demasiados esquemas teológicos, y el anuncio de su reinado rompe demasiadas seguridades políticas y religiosas.

Sin embargo, nada modifica su actuación. No elude la muerte. No se defiende. No emprende la huida. Tampoco busca su perdición. No es Jesús el hombre que busca su muerte en actitud suicida. Durante su corta estancia en Jerusalén se esfuerza por ocultarse y no aparecer en público.

Si queremos saber cómo vivió Jesús su muerte, hemos de detenernos en dos actitudes fundamentales que dan sentido a todo su comportamiento final. Toda su vida ha sido «desvivirse» por la causa de Dios y el servicio liberador a los hombres. Su muerte sellará ahora su vida. Jesús morirá por fidelidad al Padre y por solidaridad con los hombres.

En primer lugar, Jesús se enfrenta a su propia muerte desde una actitud de confianza total en el Padre. Avanza hacia la muerte, convencido de que su ejecución no podrá impedir la llegada del reino de Dios, que sigue anunciando hasta el final.

En la cena de despedida, Jesús manifiesta su fe total en que volverá a comer con los suyos la Pascua verdadera, cuando se establezca el reino definitivo de Dios, por encima de todas las injusticias que podamos cometer los humanos.

Cuando todo fracasa y hasta Dios parece abandonarlo como a un falso profeta, condenado justamente en nombre de la ley, Jesús grita: «Padre, en tus manos pongo mi vida».

Por otra parte, Jesús muere en una actitud de solidaridad y de servicio a todos. Toda su vida ha consistido en defender a los pobres frente a la inhumanidad de los ricos, en solidarizarse con los débiles frente a los intereses egoístas de los poderosos, en anunciar el perdón a los pecadores frente a la dureza inconmovible de los «justos».

Ahora sufre la muerte de un pobre, de un abandonado que nada puede ante el poder de los que dominan la tierra. Y vive su muerte como un servicio. El último y supremo servicio que puede hacer a la causa de Dios y a la salvación definitiva de sus hijos e hijas.

LA MUERTE DE JESÚS IMPORTA POR SER MANIFESTACIÓN Y CONSECUENCIA DE SU VIDA

FE ADULTA

col fraymarcos

 

Mc 14-15

Como en el caso de la purificación del templo, no podemos pensar que la entrada en Jerusalén fue una manifestación multitudinaria. Hubiera sido la ocasión ideal, que los dirigentes judíos estaban esperando, para prender a Jesús. Probablemente se trató de un pequeño grupo de seguidores que se unieron a los discípulos en aclamaciones espontáneas. Jesús había desarrollado toda su actividad en Galilea, y la mayor parte de los peregrinos que venían a la fiesta eran galileos. Muchos de ellos reconocerían a Jesús, que también subía a Jerusalén, y se unieron a su grupo.

Lo verdaderamente importante en el relato de la pasión está más allá de lo que se puede narrar. Lo esencial de lo que ocurrió no se puede meter en palabras. Lo que los textos nos quieren trasmitir, hay que buscarlo en la actitud de Jesús que refleja plenitud de humanidad. Lo importante no es la muerte física de Jesús sino descubrir por qué le mataron, por qué murió y cuales fueron las consecuencias de su muerte para los discípulos. Semana Santa es la ocasión privilegiada para plantearnos la revisión de nuestros esquemas teológicos sobre el valor de la muerte en la cruz.

Estamos en el mejor momento del año para tomar conciencia de la coherencia de toda la vida de Jesús. Dándose cuenta de las consecuencias de sus actos, no da un paso atrás, y las acepta plenamente. Es una advertencia para nosotros, que estamos siempre acomodándonos para evitar consecuencias desagradables. Sabemos que nuestra plenitud está en darnos a los demás, pero seguimos calculando nuestras acciones para no ir demasiado lejos, poniendo límites “razonables” a nuestra entrega; sin darnos cuenta de que un amor calculado es egoísmo camuflado.

¿Por qué le mataron? La muerte de Jesús es la consecuencia directa de un rechazo frontal y absoluto por parte de los jefes religiosos de su pueblo. Rechazo a sus enseñanzas y a su persona, por intentar purificar su religión. No pensemos en un rechazo gratuito y malévolo. Fariseos, escribas y sacerdotes no eran gente depravada, que se opusieron a Jesús porque era bueno. Eran gente religiosa que pretendía ser fiel a la voluntad de Dios, que ellos encontraban en la Ley. También para Jesús era prioritaria la voluntad del Padre, pero no la buscaba en la Ley sino en el hombre.

Era Jesús el profeta, como creían los que le seguían, ¿o era el antiprofeta que seducía al pueblo? La respuesta no era tan sencilla. Por una parte, Jesús iba claramente contra la interpretación de la Ley y el culto del templo, signos inequívocos del antiprofe­ta. Pero por otra, los signos de amor eran una muestra de que Dios estaba con él, como apuntó Nicodemo. Lo mataron porque denunció a las autoridades que, con su manera de entender la religión, oprimían al pueblo. Le mataron por afirmar, con hechos y palabras, que el valor del hombre concreto está por encima de la Ley y del templo.

¿Por qué murió? No podemos saber lo que Jesús experimentó ante su muerte. Ni era un inconsciente ni era un loco ni era masoquista. Tuvo que darse cuenta de que los jefes querían eliminarlo. Lo que nos importa a nosotros es descubrir las poderosas razones que Jesús tenía para seguir diciendo lo que tenía que decir y haciendo lo que tenía que hacer, a pesar de que estaba seguro de que eso le costaría la vida. Tomó conscientemente la decisión de ir a Jerusalén donde estaba el peligro. Que le importara más ser fiel a sí mismo que salvar la vida, es el dato que nosotros debemos valorar. Demostró que la única manera de ser fiel a Dios es ponerse del lado del oprimido.

No se puede pensar en la muerte de Jesús, desconectándola de su vida. Su muerte fue consecuencia de su vida. No fue una programación por parte de Dios para que su Hijo muriera en la cruz y de este modo nos librara de nuestros pecados. Jesús fue plenamente un ser humano que tomó sus propias decisiones. Gracias a que esas decisiones fueron las adecuadas, de acuerdo con las exigencias de su verdadero ser, nos ha marcado a nosotros el camino de la verdadera salvación. Si nos quedamos con el Hijo, que murió por obediencia al Padre, hemos malogrado su muerte y su vida.

¿Qué consecuencias tuvo su muerte? Hay explicaciones teológicas de la muerte de Jesús que se siguen presentando a los fieles, aunque la inmensa mayoría de los exégetas y de los teólogos las han abandonado hace tiempo. No debemos seguir interpretando la muerte de Jesús como un rescate exigido por Dios para pagar la deuda por el pecado. Además de ser un mito ancestral, está en contra de la idea de Dios que el mismo Jesús desplegó en su vida. Un Dios que es amor, que es Padre, no casa muy bien con el Señor que exige el pago de una deuda hasta el último centavo.

Para los discípulos, la muerte fue el revulsivo que los llevó al descubrimiento de lo que era verdaderamente Jesús. Durante su vida lo siguieron como el amigo, el maestro, incluso el profeta, pero no pudieron conocer el verdadero significado de su persona. A ese descubrimiento llegaron por un proceso de maduración interior, al que solo se puede llegar por experiencia. La muerte de Jesús les obligó a esa profundización en su persona y a descubrir en aquel Jesús de Nazaret, al Señor, al Mesías al Cristo y al Hijo. En esto consistió la experiencia pascual. Ese mismo recorrido debemos hacerlo nosotros.

A nosotros hoy, la muerte de Jesús, nos obliga a plantear la verdadera hondura de toda vida humana. Jesús supo encontrar, como ningún otro ser humano, el camino que debemos recorrer todos para alcanzar plenitud humana. Amando hasta el extremo, nos dio la verdadera medida de lo humano. Desde entonces, nadie tiene que romperse la cabeza para buscar el camino de mayor humanidad. El que quiera dar sentido a su vida, no tiene otro camino que el amor total, hasta desaparecer.

La interpretación de la muerte de Jesús determina la manera de ser cristiano. Ser cristiano no es subir a la cruz con Jesús, sino ayudar a bajar de la cruz a tanto crucificado que hoy podemos encontrar en nuestro camino. Jesús, muriendo de esa manera, hace presente a un Dios sin pizca de poder, pero repleto de amor, que es la fuerza suprema. En ese amor reside la verdadera salvación. El “poder” de Dios se manifiesta en la vida de quien es capaz de amar entregando todo lo que es.

 

Meditación

Ningún sufrimiento salva por sí mismo, tampoco el de Jesús.
Lo que salva es la fidelidad a su verdadero ser,
Vivir una verdadera humanidad, es perder todo miedo.
El miedo a la muerte es la esclavitud más difícil de superar.
Toda opresión nace de esta esclavitud.

EL SILENCIO DE JESÚS

col lozano art

 

Domingo de Ramos

28 marzo 2021

Mc 15, 1-39

En el relato del proceso que culminaría en muerte, llama la atención el silencio de Jesús, apenas roto por una primera respuesta simple y las llamadas “siete palabras”, ya en la cruz; palabras que, seguramente, fueron creadas con posterioridad por los propios evangelistas.

Sabemos que el silencio puede nacer de distintos “lugares” y encerrar actitudes muy diferentes: del miedo al desprecio, de la cerrazón a la ira contenida. Sin embargo, en una persona sabia como Jesús, el silencio parece estar dotado de una doble intencionalidad: por una parte, significa acallar la mente al haber comprendido la imposibilidad de entender lo que está sucediendo desde el plano mental; por otra, implica una actitud aceptación profunda y de rendición consciente a lo que es.

Es, con seguridad, el silencio más elocuente: no hay discusión, justificación ni reproche; no hay gemidos de necesidades ni gritos de condena. El yo está acallado. La persona está anclada y viviéndose desde “otro lugar”. Un lugar que se rige por parámetros completamente distintos a aquellos con los que se maneja el ego.

Tal silencio es elocuente porque no es un mero gesto o comportamiento, sino que manifiesta un estado de ser, en el que la persona, transcendida la identificación con el yo, se comprende y se vive desde su (nuestra) verdadera identidad, ahí donde somos y nos reconocemos en unidad con todo lo que es.

Decir que el silencio es un estado de ser equivale a afirmar que, en lo profundo, más allá de la locuacidad del mundo mental y su jungla de palabras, pensamientos, emociones y deseos, somos silencio consciente.

En el estado mental nos debatimos constantemente porque no hacemos sino girar en torno al yo, con sus miedos y sus necesidades, sus frustraciones y sus anhelos… Y el yo siempre va a necesitar explicar, justificar, gritar, condenar, suplicar. Es su modo de funcionar.

Sin embargo, cuando acallamos la mente y se silencian los pensamientos –cesa nuestra identificación con ellos–, se abre ante nosotros –cada cual puede experimentarlo– una espaciosidad silenciosa que permite la entrada al estado de presencia, en el que se modifican por completo nuestras referencias anteriores. Desde ahí, todo se ve y se vive de manera radicalmente distinta.

Es un estado de quietud y de luz, de ecuanimidad, de paz y de plenitud. Seguimos notando en nuestra persona todo aquello que la afecta, sigue habiendo sensaciones de todo tipo y movimientos mentales y emocionales. Pero estamos en ese “otro lugar” que, en realidad, es nuestra “casa”, Aquello que somos en profundidad.

El silencio del sabio queda reflejado –hasta donde el lenguaje puede hacerlo– en estas palabras de Nisargadatta: “Compare usted la conciencia y su contenido con una nube. Usted está dentro de la nube, mientras que yo la miro. Está usted perdido en ella, casi incapaz de ver la punta de sus dedos, mientras que yo veo la nube y otras muchas nubes y también el cielo azul, el sol, la luna y las estrellas. La realidad es una para nosotros dos, pero para usted es una prisión y para mí un hogar”.

¿Cuál es mi experiencia de silencio?