FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

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ATALAYA

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lunes, 16 de julio de 2012

FIESTAS DE BARAKALDO Y PREGÓN

Desde este blog queremos, en primer lugar, felicitar a Isidro por haber sido elegido PREGONERO DE LAS FIESTAS DE BARAKALDO, un honor que tiene merecido por la trayectoria de entrega y servicio a los habitantes más desfavorecidos del Pueblo.
No sabemos por qué razón hizo un pregón que no era el suyo. Indagando nos consta que fue mal aconsejado por alguien que vive ajeno totalmente a la realidad del sentir de este Pueblo por lo que,cosa que casi nunca suele ocurrir, se vio interrumpido por silbidos y gritos en contra de las cosas que leía.
Creemos que Isidro ha pecado de ingenuidad al confiar en esa persona y creemos que otro pregón basado en las cosas por las que él lucha y por las que está quemando su vida de entrega, habría despertado el aplauso más sonoro del público presente. De todos modos, Isidro, nosotros sabemos lo que ha pasado y desde aquí te reiteramos nuestra admiración por todo lo que haces y...esperamos que hayas aprendido la lección para no dejar en manos de nadie lo que tienes que decir que, simplemente es lo que tú sientes.

Pitidos y gritos contra el pregón y la reivindicación por los presos marcan el inicio de las fiestas


 

 FOTO Y TEXTO DE BARAKALDO DIGITAL

 El vallado del parque infantil y el escenario apenas permiten que el acto sea contemplado por 400 personas  La Herriko Plaza estaba medio vacía  La música de la Banda Municipal apenas se escuchaba mientras en el quiosco sonaban bilbainadas por megafonía • El acto ha carecido de emoción • El presidente del Barakaldo Club de Fútbol ha lanzado el chupín 
El inicio de las fiestas del Carmen 2012 será recordado por el polémico pregón. La decisión de Isidro Pérez de hacer una loa de la gestión delAyuntamiento del Barakaldo ha provocado el enfado de parte del público, además de las indisimuladas sonrisas de los corporativos socialistas presentes en el balcón del Ayuntamiento—no estaba el alcalde, Tontxu Rodríguez—. Silbidos e incluso gritos de "Fuera, fuera" han recibido la enumeración de una veintena de supuestos avances del municipio realizada por Pérez, entre los que ha citado desde los centros comerciales hasta la limpieza. Por el contrario, el pregón de Kantarte Gazteder, en euskera y castellano, no ha provocado protestas. El segundo protagonista ha sido la reivindicación en favor de los "presos políticos", que ha sido ampliamente difundida con carteles y gritos de "Euskal presoak, etxera". Los corporativos de Bildu también han mostrado pegatinas y los micrófonos de los pregoneros tenían anudados sendos globos de la plataforma en favor de los reclusos Herrira. También los trabajadores del taller Usoa
, para personas con discapacidad, han protestado por el bloqueo de la negociación del convenio.SEGUIR LEYENDO EN BARAKALDO DIGITAL




El dinero y el Evangelio: insensibles al sufrimiento

Teología sin censura       José M. Castillo, teólogo
El efecto más perverso que seguramente produce la abundancia de dinero (“chrêma”) (Mc 10, 23; Lc 18, 24) es que, en un número de casos muy alto y muy alarmante, al rico, al que disfruta de patrimonio y fortuna (“hypárchonta”) (Lc 8, 3; 11, 21; 12, 15. 33. 44; 14, 33; 16, 1. 14; 19, 8), lo hace insensible ante el sufrimiento de los demás.
Lo estamos viendo estos días. Y España entera lo sabe. Para recortar 65.000 millones de euros, este año y el que viene, el Gobierno del PP ha tomado una serie de medidas que agravan más el sufrimiento de los que menos tienen y menos ganan, al tiempo que amplía y mejora la ya privilegiada situación de los ricos.
Y cuando el presidente Rajoy anuncia sus medidas de ajuste en el Parlamento, la gente de su partido aplaude las decisiones que van a hundir más en la miseria a los que peor lo pasan, sin que faltara el repugnante grito de la elegante rubia: “¡Que se jodan!”. ¿Puede haber mayor insensibilidad ante el sufrimiento ajeno? Como acaba de decir el conocido escritor Juan José Millás, “a la mierda los enfermos, los pobres y los viejos y bienvenidos los chorizos de siempre. ¿Viva Gürtel!”
Se comprende que el Evangelio sea tan duro cuando habla de la insensibilidad ante el sufrimiento de los más desgraciados. El relato más duro sobre este penoso asunto es la parábola del rico epulón y el pobre Lázaro (Lc 16, 19-31). El hecho es que Jesús presenta el caso de dos hombres que viven en la misma casa: uno bien instalado en su mansión; el otro en el “portal” (“pylôn”, parte del edificio que está dentro de la puerta) (M. Zerwick). Uno, el rico, vestido con refinamiento y “banqueteando todos los días”; el otro, un pobre, tirado en el portal, y tan rematadamente mal, que estaba “cubierto de llagas” y anhelando poder comer algo de lo que tiraba el rico. Y ni eso se lo daban, Más aún, la miseria de este hombre era tal, que “incluso se le acercaban los perros para lamerle las llagas”.
Una situación así, mantenida durante ni se sabe el tiempo, es el retrato perfecto de una gran canallada: la insensibilidad del rico ante el dolor del pobre. La misma insensibilidad del sacerdote y el levita, que, según la parábola del buen samaritano (Lc 10, 30-35), pasaron de largo cuado vieron al moribundo, robado y apaleado, en la cuneta del camino. En este caso, la insensibilidad que es, no sólo egoísta sino además inconsciente, cuando a la seguridad “egoísta”, que proporciona el dinero, se suma la seguridad, “con buena conciencia”, que nos da la religión. Los observantes, que no tienen problema económico alguno, son la gente seguramente más insensible ante el sufrimiento humillante de los pobres. Su “generosidad” no suele pasar de la limosna, pero manteniendo la desigualdad y la distancia entre el rico y el pobre. Y para eso, la resignación que proporcionan las creencias es un argumento bastante eficaz.
Lo que estamos pasando y sufriendo con esto de la crisis tiene mucho que ver con la insensibilidad ante el sufrimiento de los pobres. ¿Qué explicación tiene, si no, que los obispos se pongan a hablar del amor familiar cuando hay tanta gente al borde del suicidio? ¿Cómo se explica que la “derecha más religiosa” sea la que ha legislado las medidas más duras contra los pobres, haciendo la vista gorda ante la abundancia de los más ricos? Y nuestros obispos siguen callados. ¿Por qué no se echan ahora a la calle como lo hicieron cuando aquello de los homosexuales? ¿Por qué será que la religión hace a los hombres de Iglesia tan sensibles en unas cosas y tan insensibles en otras? ¡Qué raro es todo esto!

ACOGIDA QUIERO Y NO DESALOJO


 catedral almu

CATEDRAL DE LA ALMUDENA (Madrid) 29 junio 2012. Desalojo por la policía de un grupo de personas de la Plataforma Anti-desahucios (EL PAIS)
Supe del suceso tres días después de los hechos. La información me llegó por la red. La foto mostraba la majestuosidad del altar mayor de la catedral de La Almudena, delante, en los escalones de acceso al altar, una sábana blanca a modo de pancarta, con la siguiente inscripción: “Salvad a las personas, no a los bancos. ¡¡Primero la gente!!. Stop desahucios. Dación en pago. Alquiler Social. Plataforma Afectados-as por la Hipoteca (P.A.H.)” y, delante de la pancarta, un policía nacional.
Un extraño escalofrío me recorrió el cuerpo mientras hacía el recorrido a la inversa por la foto: policía, pancarta, altar… crucifijo, modernas cristaleras, cúpula… Luego, una profunda sensación de tristeza.
El silencio es buen compañero para digerir muchas cosas y lo adopté como acompañante en la semana, junto con la oración pidiendo luz para entender, si es que se puede, y paz interior, si no se consigue.
Como le pasó a Martin Luther King “anoche tuve un sueño” y ya sabemos que en los sueños la realidad se ve con gran angular y zoom, lo que permite reflexionar después en detalle. En ello estoy.
En el mismo espacio de la foto, un joven de unos treinta y tres años, con melena y barba, vaqueros y una camiseta blanca, se levantó de su posición orante al ver que las gentes que habían desplegado la pancarta se disponían a abandonar el templo requeridos por los policías que habían sido llamados para tal fin.
Se acercó al grupo y, cogiendo un lado de la pancarta, les dijo: “Dejadme que ayude, os veo cansados y agobiados” (Mt 11,28-30). Tras salir el último, un bedel cerró la gran puerta y un grave silencio inundó el templo, al tiempo que una ligera ráfaga de aire apagó, sin que nadie lo percibiera, la vela roja encendida al lado del sagrario. La paz de los mausoleos reinó de nuevo.
En el exterior -continuando con el sueño-, alguien dijo en voz alta dirigiéndose al joven: “¿A dónde vamos? Nos desalojan de todas partes. Creíamos que de aquí no nos echarían, pero ya ves…” Él se volvió y miró a todos, el grupo se iba haciendo cada vez más grande. Sus ojos brillaban con una luz que recordaba a los abrazos, a la ternura, a la solidaridad, a la entrega… en silencio echó a andar con ellos, y les iba hablando con palabras que sólo pueden entender quienes se sienten desalojados de la sociedad.
Sonó el despertador y acabó con el sueño, pero no con el pensamiento, que me trajo el recuerdo de una fórmula de acogida de la Iglesia en la Edad Media: “acogerse a sagrado”. Cualquier persona podía permanecer dentro de sus muros sin importar de qué huían, incluyendo si eran perseguidos por la justicia. Podían ser verdaderos maleantes. No creo que sea el caso de los que pretendían permanecer el fin de semana en la catedral de La Almudena. Nadie es un delincuente por el hecho de no poder pagar la hipoteca y pedir alternativas justas como la dación en pago.
¡Qué diferente hubiera sido todo si hubieran sido acogidos, si se hubiera hablado de lo que les motiva a iniciar una acción así como denuncia de su situación! Todo ello antes de invitar a las fuerzas del orden a entrar en lugar sagrado.
A lo largo del día recordé también una sabia máxima de San Benito, que ya en el siglo V invitaba a los monjes a “acoger a quien se acercara al monasterio como al mismo Cristo” (RB-LIII).
Sé que hay muchos riesgos en la acogida, sé que quien acoge ha de abrirse a la escucha, ha de atender a las necesidades básicas de quien llega, ha de ofrecer su tiempo que, seguramente, ya tenía previsto invertir en otra cosa. Acoger es un arte que se practica con ingentes cantidades de amor que consiguen neutralizar el peso, en toneladas, del miedo al otro: al pobre, al sufriente, al inmigrante, al del otro “bando”, al de otro color, al de otro sexo, al que me rompe los esquemas o, sencillamente, el que me hace perder mi valioso tiempo.
Llegó la noche, y con ella el merecido descanso y el regalo de otro sueño: de nuevo en el interior de la catedral de La Almudena, pancarta, altar, crucifijo, vidrieras, cúpula… pero esta vez no había ningún policía.
Los manifestantes, silenciosamente sentados alrededor de la pancarta, empezaron a ver llegar a algunos sacerdotes que se interesaron por sus problemas: si estaban en paro, cuánto tiempo llevaban sin pagar la hipoteca, si preveían que pronto llegaría el desahucio; cuántos hijos tenían a su cargo, quién los cuidaba mientras ellos estaban allí…
Al poco rato unos cuantos canónigos de la catedral hicieron acto de presencia y se unieron al grupo, cada vez más numeroso. Preguntaron si, además de “hambre y sed de justicia” (Mt 5, 6), tenían ganas de tomar un bocadillo y algo de beber. Les dijeron: “Quedaos con nosotros, porque es tarde y está anocheciendo” (recuerda a Lc 24, 29); se os ve “cansados y agobiados” (Mt 11,28), os ayudaremos a llevar vuestras preocupaciones de hoy y mañana continuaremos viendo como resolver esta situación. Sentiros en casa… en la Casa de Dios”.
De detrás de una de las columnas apareció el joven de melena y barba, con vaqueros y camiseta blanca, esta vez llevando de la mano a dos pequeños que habían acompañado a sus padres. No sé notaba la presencia de los niños en el templo, estaban muy entretenidos jugando con Él. Al verlos, las madres hicieron el gesto de atraerlos para que no molestaran, pero el joven dijo: “Dejad que los niños se acerquen a mí, porque de los que son como ellos es el Reino de Dios” (Mc 10, 14-15) y, viendo que todo estaba controlado y en buenas manos, siguió atento a los pequeños para que no distrajeran al grupo que necesitaba descanso.
En los sueños podemos elegir quedarnos con los que nos gustan. En la realidad hay que ponerse en marcha para que otro mundo sea posible, por que el Reino de Dios empieza aquí y ahora… especialmente en tiempos de crisis y de injusticia indiscriminada.

El por qué de los recortes

Este artículo señala que una de las causas reales de los continuos y constantes recortes de gasto público incluyendo el gasto público social que están debilitando enormemente el Estado del Bienestar español es la exigencia de que España pague la deuda a los bancos europeos, y muy en especial, a la banca alemana.
Una de las tesis que se promueven con mayor ahínco en los círculos neoliberales del país es que España entró y permanece en crisis por su excesivo gasto público y falta de disciplina fiscal. De esta tesis se concluye que hay que reducir el gasto público y recuperar la famosa disciplina fiscal, reduciendo el déficit público para alcanzar el nivel exigido por el Pacto de Estabilidad (el 3% del PIB).LEER MÁS EN Vicenc Navarro