FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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viernes, 31 de marzo de 2017

ANDA... LEVANTATE DE ALVARO FRAILE

LA IMPORTANCIA DEL SILENCIO

col enrique art

Florence Nightingale, una mujer extraordinaria considerada precursora de la enfermería moderna, afirmó: “El ruido innecesario es la falta de atención más cruel que se le puede infligir a una persona, ya esté sana o enferma”. Casi dos siglos más tarde, la ciencia ha confirmado que nuestro cerebro necesita el silencio casi tanto como nuestros pulmones el oxígeno.
El silencio contribuye a regenerar el cerebro
Hasta hace poco se pensaba que las neuronas no podían regenerarse y que nuestro cerebro estaba condenado a un declive progresivo e inexorable. Sin embargo, con el descubrimiento de la neurogénesis todo ha cambiado, y ahora los neurocientíficos se centran en descubrir qué puede promover la regeneración neuronal.
En este sentido, un grupo de investigadores alemanes del Research Center for Regenerative Therapies Dresden han descubierto que el silencio tiene un impacto enorme en el cerebro. Estos científicos comprobaron que en el cerebro de los ratones que se quedaban en silencio durante dos horas cada día crecían nuevas células en el hipocampo, la región del cerebro relacionada con la memoria, las emociones y el aprendizaje.
Además, constataron que esas nuevas células eran capaces de diferenciarse e integrarse en el sistema nervioso central para cumplir diferentes funciones. Por tanto, reservar algunos minutos al día para estar en completo silencio podría ser muy beneficioso para nuestro cerebro, ayudándonos a conservar la memoria y a ser más flexibles ante los cambios.
 El silencio permite que el cerebro le dé sentido a la información
Nuestro cerebro tiene una “red por defecto” que se activa cuando estamos descansando. Esa red se encarga de evaluar las situaciones e información a la que nos hemos expuesto a lo largo del día y las integra en nuestra memoria o las descarta si son irrelevantes.
Básicamente, esa red funciona reclutando una serie de regiones del cerebro, que son las encargadas de seguir trabajando por debajo del nivel de la conciencia. También es la principal responsable de los destellos de genialidad ya que se encarga de ir atando cabos y buscar soluciones a los problemas.
Recientemente, investigadores de la Universidad de Harvard descubrieron que esa red se activa de forma especial cuando reflexionamos sobre nosotros mismos, por lo que sería esencial para reafirmar nuestra identidad. Estos investigadores también apreciaron que la red por defecto se activa cuando estamos en silencio y con los ojos cerrados ya que cualquier estímulo del medio que nos distraiga la “apagaría”.
El silencio es el mejor antídoto contra el estrés
Las ondas del sonido provocan vibraciones en los pequeños huesos del oído, los cuales transmiten el movimiento a la cóclea, donde esas vibraciones se convierten en señales eléctricas que llegan hasta el cerebro. El problema radica en que nuestro cuerpo está programado para reaccionar de manera inmediata ante esas señales, incluso en medio de un sueño profundo. Por eso, el ruido provoca una activación de la amígdala, la cual responde estimulando la producción de hormonas como la adrenalina y el cortisol, que incrementan nuestro nivel de estrés.
Por eso, no es extraño que un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cornell haya descubierto que los niños que viven en zonas cercanas a los aeropuertos, donde hay mucho ruido, son más vulnerables al estrés. De hecho, estos niños tenían una presión arterial más alta y niveles más elevados de cortisol.
Afortunadamente, el silencio tiene el efecto opuesto en nuestro cerebro. Mientras el ruido causa tensión y estrés, el silencio tiene un efecto sanador y relajante. Así lo comprobaron investigadores de la Universidad de Pavia, quienes descubrieron que tan solo dos minutos en silencio absoluto son más beneficiosos que escuchar música relajante y provocan una mayor disminución de la presión sanguínea.
Por tanto, ahora ya lo sabes: disfruta del silencio. Tu cerebro, tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.

CREYENTES FUNDAMENTALISTAS, ¿SON AUTÉNTICOS CREYENTES?

col bastante

(Manuel Mandianes, antropólogo del CSIC).- Un terrorista islamista puede actuar sólo pero no es un solitario sino que piensa y actúa como miembro de una comunidad de creyentes. En general, son creyentes fundamentalistas: que siguen un texto, el fundamento, al pie de la letra: la literalidad tal como ellos la entienden, y fanáticos: que se guían ciega y exclusivamente por sus ideas, sin prestar atención ninguna al resto del mundo circundante. Parafraseando aquella frase célebre entre los primeros cristianos se puede decir: "sangre de fieles (islámicos), semilla de creyentes".
Ha podido recibir sus creencias de sus padres, en la mezquita, de un grupo, de un maestro. La única manera de defender su religión y extenderla hasta el confín de la tierra es actuar, desplegar el que ellos creen que es el mensaje de Alá: extender la UMMA, la comunidad de creyentes, hasta los confines el mundo. Para lograrlo hay que convertir a los infieles y al que no quiera convertirse hay que hacerle la guerra santa. También el Evangelio envía a los apóstoles a predicar al mundo entero para que el que oiga se convierta si quiere.
Muchos dicen: "Eso (el terrorismo) no es Islam porque no está en el Corán", tampoco la devoción a San Antonio está en la Biblia y sin embargo es practicada por millones de católicos. Una cosa es la ortodoxia teológica y otra la religión vivida y practicada por los fieles. El terror es uno de los medios para lograr sus propósitos y fines. El terror es uno de los medios para preparar el camino, para que los infieles se conviertan; son maquiavélicos, los fines justifican todos los medios.
Los terroristas islámicos no son bárbaros, ni idiotas, ni cobardes, ni bastardos, ni locos porque saben perfectamente lo que hacen, ni incoherentes porque lo hacen para desplegar la esencia del mandato de Alá, ni mercenarios porque no actúan por grandes sumas de dinero puesto que la mayoría de ellos se auto inmolan y los otros saben que, en la mayoría de los casos, antes o después, serán atrapados por la policía.
Tanto da que nazcan en Francia como en Alemania, Inglaterra o España; ellos son islámicos. La inadaptación a un estado no islámico hace parte integrante y constitutiva de su identidad. Los islamistas no se adaptan "Es la voluntad de Alá que todos los demás se adapten a ellos", piensan ellos. Su fe está por encima de cualquier otra circunstancia que identifique al ciudadano.
Los líderes, muchos columnistas y tertulianos y parte de la inteligencia de Europa no entienden esto porque no han pensado en ello, y porque muchos de ellos son ateos y desprecian la fuerza de la fe. Por eso, porque desconocen los términos del problema, todo lo que dicen se reduce a pura y vana palabrería que sólo sirve para desahogo y confesar la angustia que atenaza a las comunidades. Porque es una cuestión de fe, la solución del problema no es sólo cuestión policial y de armas.

LA CRUZ DE FRANCISCO

col velasquez

Cualquier evaluación de los cuatro años de Francisco a la cabeza de la Iglesia, ha de comenzar por recordar la crisis profunda que ésta vivía en los últimos días del Papado de Benedicto XVI.
En esos días era público el desprestigio de una curia vaticana asediada por graves escándalos, que incluían la violación de la correspondencia personal del Papa; camarillas de poder enquistadas en torno a las oscuras finanzas del Instituto de Obras para la Religión y eficientes redes de protección a pederastas y cómplices. La imagen pública de la Iglesia aparecía llena de contradicciones a su naturaleza y misión esencial.
En la esfera social, la crisis de credibilidad y confianza era severa, refrendada por una acelerada y aguda pérdida de feligresía. El magisterio era majadero en condenar los males del mundo, sin reparar en los propios defectos. La dictadura del relativismo era señalada como la causa de esos males, mientras la increencia y el silencio de Dios caracterizaban la cultura occidental.
El magisterio era pudorosamente moralizante y los documentos eclesiales se multiplicaban a raudales, marcando pautas, conductas y verdades irrefutables. Cundían persecuciones, amenazas, censuras e investigaciones canónicas contra hombres y mujeres libres de espíritu. Eran habituales las reducciones al estado laical y profusas las excomuniones.
En ese contexto, la renuncia de Benedicto XVI fue desconcertante. Un acto de desprendimiento y de generosidad sin parangón en la historia de la Iglesia.
Tan sorprendente como la renuncia de Benedicto XVI fue la elección del cardenal Bergoglio, quien desde su primera aparición pública marcó un cambio de estilo, caracterizado por la desacralización y humanización del Papado. Bastó el sencillo saludo de un Papa con la cabeza gacha, para derribar siglos de pompa y papolatría, gesto con el que Francisco se ganó las primeras desconfianzas curiales.
Luego, a sólo quince días de regir como Papa, las indignaciones subieron de tono, en aquel Jueves Santo, cuando vulneró los estrictos cánones litúrgicos al lavar los pies a mujeres, entre ellas algunas musulmanas.
En el corazón del mundo, y en breve tiempo, Francisco conquistaba el cariño incondicional de fieles, agnósticos y ateos, incluyendo a los líderes de las naciones. Era el reencuentro de la Iglesia con el mundo, pero no era la Iglesia universal, era -ayer como hoy- la Iglesia personal de Francisco, ya que más allá de los aplausos episcopales, la conversión pastoral que ha promovido nunca ha llegado a ser universal.
Hoy, como nunca, hay clara evidencia que las resistencias pastorales, y particularmente episcopales, han sido y serán la cruz de Francisco. Pero, más allá de los dolores y divisiones que ello provoca, esas resistencias son el signo inconfundible de la autenticidad de la misión apostólica del Papa de la Misericordia.
Mientras algunos quisieran detener la marcha de la Iglesia, Francisco no ha cesado de movilizarla en la dirección de tres ejes estratégicos: la reforma de la curia, el aggionamento de la Iglesia y la atención a los signos de los tiempos.
Con la reforma de la Iglesia, Francisco busca responder, con obediencia ignaciana, al mandato recibido en el cónclave, de ordenar la decadente estructura de la Iglesia, precisamente porque ella se había vuelto ingobernable. Lo que para los cardenales es primodial, para los fieles es carente de todo interés.
El aggionamento conlleva el intento de recuperar el impulso del Concilio Vaticano II, y como tal es una respuesta a esa Iglesia Pueblo de Dios que espera una renovación verdadera, no desde las estructuras, sino desde las comunidades de base. Es ahí donde la impronta liberadora de la Iglesia latinoamericana que formó a Bergoglio encuentra su mayor incidencia. El Papa sabe que la fuerza de la Iglesia está en el pueblo y no en las estructuras, precisamente porque en la Iglesia Pueblo de Dios la jerarquía se expresa en servicio y no en mandar.
Un eje fundamental del pontificado de Francisco es que le ha tocado en suerte vivir y sufrir la conjunción de poderosos signos de los tiempos, que con una densidad de elementos se conjugan en torno a los mayores peligros del presente y del futuro para la humanidad entera.
Ahí están ese fenómeno gigantesco de uno de los mayores desplazamientos humanos que tenga recuerdo la historia, donde enormes poblaciones humanas continentales migran escapando de la muerte, del terrorismo, del hambre y de la sequía, en busca de esperanza.
Ahí está como nunca ese “grito de la tierra”, que se expresa en el cambio climático, que amenaza con signos apocalípticos la sobrevivencia de todo el planeta.
Ahí están el resurgimiento de esos nacionalismos y fanatismos, que como una maldición de la historia vuelven a hacerse presente, después de dos grandes guerras mundiales. Hoy, es innegable el retorno renovado de la “banalidad del mal”, como Hannah Arendt denominó la aberración del exterminio y del holocausto.
Y ahí está esa otra Bestia insaciable, ancestral y poderosa de la Codicia, que ha conseguido hacer endémica y sideral la Corrupción, un Demonio de múltiples nombres que destruye las frágiles democracias de países emergentes.
En la conjunción de todos estos males se multiplica el poder de unos pocos y la pobreza de millones, haciendo de la explotación la Ley universal de la sobrevivencia.
Son signos poderosos y elocuentes del tiempo presente que ensombrecen el horizonte del futuro, y que afloran en medio de un kairós de la historia, en el que Dios quiere comunicar la esperanza con el temple y la fuerza de un hombre llamado Francisco. Dios y el pueblo de Dios esperan mucho de Francisco.
Y con seguridad algunos verán en Francisco el rostro de no pocas contradicciones, especialmente en el doloroso tema de la lucha contra la pederastia, contra sus responsables y cómplices.
Y entonces, habrá que caer en la triste cuenta que la pederastia será la cruz de la Iglesia, la de Francisco y la de todos los cristianos, porque cualquier justicia siempre será insuficiente, precisamente porque Dios ha querido que la mugre y la pestilencia de la Iglesia sea visible y perceptible, para mantener una memoria viva que de tanto mirar la paja en ojos ajenos, la viga de las propias culpas traspasó la visión de una Iglesia que se había henchido con la desfachatez de una perfección y santidad que nunca tuvo.
Sólo así, el corazón endurecido de la Iglesia podrá volver a palpitar con todos los sufrimientos humanos, y la Iglesia ya no podrá revestirse de ese señorío ni de esa gloria propia de Dios, porque no supo cuidar aquel tesoro que el mismo Señor le confiara.

LAS MIL PEDRADAS DEL INQUISIDOR KRZYSZTOF CHARAMSA

col delgado

Un Inquisidor del Santo Oficio, de la Congregación para la Doctrina de la Fe (el lugar más selecto de la Iglesia) abandona el sacerdocio y la congregación, y publica un libro en donde revela los secretos del "martillo de herejes" de La Iglesia. Esto supone un auténtico regalo del cielo para cualquier investigador de la fe y de la religión.
Leyendo el libro La Primera Piedra del ex sacerdote, teólogo y ex miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Krzysztof Charamsa; lo primero que hay que decir es que nadie necesita justificar su condición sexual, ni tan siquiera está obligado a manifestarla. En la cuarta línea de su libro se afirma como gay. Es una manera de condicionar la lectura e incluso el juicio, pero él quiere hacerlo así y está en su derecho. No son muchos los sacerdotes y teólogos escogidos para integrar la Congregación de Ratzinger, al que admiraba y en la que deseaba estar.
En un proceso de exculpación "naif e ingenuo" por emplear sus propias palabras y quizá no necesario, porque la orientación sexual no necesita ser justificada, se tiende a señalar hacia los que le rodean cuando uno cree ser descubierto en algo. Así afirma, con exageración indemostrable, que la mitad de la Curia Romana y del clero católico es homosexual. En el caso de que así fuese, no supondría menoscabo alguno, como tampoco lo es la heterosexualidad o el lesbianismo. Lo único que exige la Iglesia Católica es la obligación del celibato, y tampoco con demasiado celo por lo que cuenta el teólogo de la Doctrina de la Fe, quién escribe que un cardenal curial afirma "ser un padre feliz".
Fue expulsado de la Congregación, pero por presentar a su novio formalmente al Prefecto, algo que también hubiese ocurrido presentando una novia al Papa. Lo que la Santa Iglesia no acepta es la ruptura pública de la obligación del celibato. No es así en la tradición ortodoxa, en la que el sacerdote puede casarse.
El segundo paso es hacer retraer la condición sexual, homosexual en este caso, hasta los tiempos remotos, como posible justificación, tampoco necesaria. Como él mismo reconoce, la relación sexual entre hombres en el pasado, como Grecia o Persia, no era considerada como homosexualidad. En cualquier caso, Krzysztof Charamsa ofrece dos regalos teológicos. El de la 2ª de Corintios 12, 7; y la alusión de Pablo: "se me dio una espina en mi carne, emisario de Satanás, para que me apuñee". Es una cita muy oscura de imposible interpretación. Aluda a lo que aluda, no hace desmerecer la obra teológica y fundadora de Saulo de Tarso, pero tampoco le añade un valor posterior.
La lectura en clave homosexual del episodio narrado por Lucas 7, 1-10, resulta sorprendente, algo que inimaginable, pues se trata de la frase más célebre de la Liturgia Católica: "No soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme". En estos párrafos y en su desarrollo, Charamsa muestra de dónde procede. Están a gran altura. El libro es denso y más allá de las anécdotas, parece enviar mensajes cifrados y también abiertos a la Curia Vaticana. ¿Existe un lobby gay en el Vaticano, como afirmara Ratzinger?, ¿Hay una dictadura hetero y homofóbica, como expone Charamsa? ¿Justifica una afirmación la otra?
Sin embargo, la fuerza de su testimonio, valiente y honesto, se diluye en una diatriba ingenua contra La Iglesia, a la que lapida. Esto ya lo hizo Martín Lutero en 1517, en sus insuperables 95 Tesis contra Roma. El enfrentamiento de Lutero provocó la reforma protestante y la mayor fractura conocida del mundo católico. Charamsa invita a que el clero homosexual, que calcula en la mitad, abandone el sacerdocio para dejar así las iglesias vacías, lo que forzaría a la aceptación de la condición homosexual en el sacerdocio.
Hay una frase, realmente buena, para alguien que ha tenido en sus manos la salvaguarda de la fe, cuando al describir su primera ruptura del celibato con otro sacerdote, dice de él: "Sus prejuicios le impedían disfrutar del momento de su pecado mortal". Disfrutar del pecado mortal, una antítesis excelsa.
A estas alturas, si alguien conoce mejor que cualquiera la carnal condición humana, es la propia Iglesia, cuyos ministros han cometido todos los pecados del catálogo. Si alguien no se asusta de nada, es también ella. Sentirse pues engañado resulta una afirmación sorprendente, para quien procede de su parte más exigente y elevada, la de la Doctrina de la Fe. En su sentido más amplio, y también en el más ceñido: la Iglesia no engaña a nadie. En algunas partes su libro destila verdadero odio a La Iglesia.
La iglesia no necesita quien la defienda, ni quien la ataque. Cinco siglos después, no se puede decir sobre ella una barbaridad superior a cualquiera de las que dijo Lutero. Escribo esto, porque el ex inquisidor y teólogo sigue refiriéndose a ella como "mi iglesia, mi Dios o mi Jesucristo". Es tan simple como que no tiene nada que ver la fe, la creencia, o el sentimiento de pertenencia a la iglesia, con la condición sexual y la bondad de la persona.
Tan buen sacerdote puede ser un hetero como un gay (uso el término utilizado por Charamsa) incluso como podría serlo una mujer, que son las negadas en la Iglesia de Cristo, salvo en aspectos secundarios. En algún momento del libro alude a la especial sensibilidad para lo espiritual de los homosexuales, aunque luego rebaja la afirmación y afirma no estar de acuerdo con ella.
¿Se puede cambiar a la Iglesia? Sería antes necesario hacerlo con la sociedad patriarcal y su ideología machista, que oprime tanto a los hombres, como a las mujeres, pero sobre todo a estas últimas. La sociedad patriarcal no acepta disidencias entre sus filas. La ideología feminista se les escapó y por eso la combaten duramente. Aun así creo que la persecución contra la homosexualidad ha sido más dura en países de tradición protestante (Inglaterra, Alemania o Estados Unidos), como también lo fue la Inquisición en ellos. Calvino y Lutero fueron infinitamente más intolerantes que la Iglesia de Roma.
Krzysztof Chaamnsa, 12 años en la Doctrina de la Fe, profesor de la Gregoriana de Roma, sacerdote, pide "la ilegalización" de la Congregación a la que perteneció. ¿Puede ser homofóbica una Iglesia que tiene a la mitad de sus integrantes como homosexuales ocultos?, según sus apreciaciones. Hay homófobos, pero sobre todo misóginos, pero no solo en la Iglesia, sino en cualquier lugar. Es el caldo de cultivo del Patriarcado.
Que la Congregación para la Doctrina de la Fe no debate sobre la prueba indubitable de la resurrección de Cristo, o sobre la aparición del enésimo y definitivo 5º evangelio, es algo que conoce todo el orbe, pero deben tener un trabajo más serio que dictaminar si un médico surafricano puede masturbarse para una prueba de fertilidad, como escribe Chraramsa
El ex inquisidor resulta a veces demasiado disperso, pretende sacar categorías de las anécdotas, pero posee una formación sólida y apunta muy alto. Su confesión de que las afirmaciones doctrinales del Papa Francisco hacen temblar hasta las vigas del Santo Oficio, dibujan una lucha feroz en el seno de La Iglesia. Su calificación de Benedicto XVI como feroz homófobo a la vez que se refiere a su pontificado como el más gay de la historia, no se corresponde con la admiración que despertaba en él. En lo que lleva razón es en que no se puede odiar a nadie por su condición sexual, pero esto lo sabemos hace mucho.

Escuelas agrosilvopecuarias para el desarrollo de Honduras

Enviado a la página web de Redes Cristianas

Rodolfo Cortés Calderón

El desarrollo de Honduras es una urgencia. Aquí todo es urgente. A pesar de que tenemos un país bendecido por la naturaleza en bosques, mares, fuentes de agua dulce, riquezas del subsuelo, paisajes, rica cultura histórica y biodiversidad, vivimos en completo atraso y subdesarrollo con el engaño, una gran mentira, que en tantos años saldremos de esta situación. Esto, además, no por voluntad de una Divinidad Creadora—sino de una manada de políticos, empresarios, policías, militares y religiosos corruptos enquistados en todos los partidos políticos y adueñados del Estado—. En muchos aspectos todavía estamos en la época feudal: se siembra con chuzo, se queman los rastrojos y la vida del suelo; se contaminan las aguas y el ambiente con agroquímicos y semillas transgénicas; los empresarios pagan sueldos de hambre (ni el salario mínimo cumplen); hay cientos de escuelas unidocentes; 30% de analfabetismo en el área rural; miles de familias no consumen agua potable; cientos de madres pariendo sin atención médica; se depreda irracionalmente la biodiversidad sin reparar en el daño que hacemos a la sociedad presente y futura.

El Instituto de Conservación Forestal, IFC, la Secretaría de Agricultura y Ganadería, SAG, el Banco Nacional de Desarrollo, BANADESA, son elefantes blancos, así como las escuelas y universidades de agricultura y ciencias forestales, poco o nada hacen. En los dos últimos años según las autoridades estatales se perdieron medio millón de hectáreas de bosque conífero a causa del gorgojo. Pero tampoco queremos escuelas agrícolas como la “Pompilio Ortega” de Macuelizo, Santa Bárbara, que teniendo tierras y un novedoso sistema de irrigación sus tierras están improductivas y abandonadas

Es una vergüenza nacional que existiendo la Escuela-Universidad Forestal en Siguatepeque se hayan desperdiciado millones de metros cúbicos de madera de pino atacada por el gorgojo que hubiesen servido para construir muebles a precios módicos para cubrir las necesidades mobiliarias de tantas familias rurales hondureñas que no disponen ni de una mesa, sillas o camas.
La vocación productiva del territorio hondureño es por su orden silvícola, agrícola y pecuario. No obstante no hay un uso racional y planificado de estas actividades, todo se improvisa y se da méritos a los “empresarios” que no lo merecen. La economía del Estado está basada principalmente en los casi 4,000.00 millones de dólares que anualmente aportan los sacrificados hondureños y hondureñas desde Estados Unidos, España, Canadá, Centroamérica y otros países, mientras las tierras están ociosas.

Pero tampoco es cierto que en Honduras no hay capacidades. Sobran, con tierras y capitales. Sino veámoslo. En los últimos cinco años el Estado de Honduras ha confiscado de grandes terratenientes dedicados al lavado de activos, actividades ilícitas y al narcotráfico fértiles y productivas tierras agrícolas; enormes áreas boscosas; cuantiosas cabezas de ganado caballar y vacuno; un zoológico bien organizado; grandes y bien montadas haciendas; bancos y millones de dólares en efectivo que han sido decomisadas a las familias MATTA BALLESTEROS, ROSENTHAL OLIVA, VALLE-VALLE, RIVERA MARADIAGA y otras famosamente conocidas que están siendo dilapidadas por funcionarios del actual gobierno como si de una piñata se tratara. Se habla por ejemplo, de un gran lote de ganado depositado en custodia en la Universidad Nacional Agrícola de Catacamas, que ha “desaparecido” o de funcionarios de la Oficina Administrativa de Bienes Incautados, OABI, que se han apoderado de algunos de estos bienes.
Se hace urgente que el gobierno actual o el venidero destine esta inmensa cantidad de bienes, capitales y fortunas para crear escuelas o universidades de agricultura, forestación, veterinaria o centros de investigación agroalimentaria, donde los campesinos y medianos agricultores puedan formarse para incorporarse a la producción de una manera tecnificada para mejorar su nivel de vida y generar beneficio a la sociedad y al Estado.

Pero que estas escuelas o universidades no sean rincones de solaz y esparcimiento para “hijitos de papá y mamá” o de politiqueros traficantes de los bienes estatales, sino centros de verdadera formación para jóvenes, hombres y mujeres del área rural que puedan utilizar estos bienes para generar desarrollo y bienestar familiar y estatal.
No debemos además olvidar que el Estado hondureño está en deuda con el sector agrarista hondureño necesitado de tierras y capital de trabajo para cubrir las necesidades de sus afiliados. Las organizaciones Movimiento Campesino del Aguán, MCA; Movimiento Auténtico Reivindicador Campesino del Aguán, MARCA y el Movimiento Unificado Campesino del Aguán, MUCA, todos de aquella región, son los mejores ejemplos y referentes, pero hay otros movimientos campesinos y rurales en todo el país.


Ojalá que los patriotas hondureños reaccionemos y actuemos con rapidez Y exijamos que estos millones de lempiras y dólares que han sido generados creando una vergüenza y dolor nacional, sirvan para generar una obra tan urgente y vital como es la formación y desarrollo de los sectores más postergados y no vayan a parar a los bolsillos de tantos delincuentes del bipartidismo cachureco Nacional-Liberal que ha convertido a Honduras en su propio feudo y potrero.
¡Estaremos vigilantes!

El sacerdote que se enfrenta al presidente de Honduras


Emiliano Ruiz Parra


PROGRESO, Honduras — Berta Cáceres tenía las llaves de la casa del padre Melo. Si pasaba por la ciudad de Progreso se quedaba en alguno de los cuartos vacíos en el hogar del sacerdote.
Ismael Moreno Coto, mejor conocido como el padre Melo, era amigo íntimo de la líder ecologista y de su esposo, Salvador Zúñiga, desde hacía más de dos décadas. Esa pareja fundó el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas (Copihn) en 1993. Durante 25 años de matrimonio, Berta y Salvador pasaron por diversas separaciones y reconciliaciones, y Moreno fue amigo y consejero de ambos. ··· Ver noticia ···

El aumento global de temperatura, factor clave en el incremento de catástrofes naturales y humanitarias

Santiago Sáez


lamarea
Es oficial. 2016 batió, de nuevo, el récord de temperatura global media. La Declaración anual sobre el estado del clima mundial, publicada el pasado 21 de marzo por la Organización Meteorológica Mundial plantea un escenario preocupante: La temperatura ya ha subido más de un grado sobre niveles preindustriales y la concentración de dióxido de carbono ha superado las 400 partes por millón, superando en aproximadamente 14% el nivel considerado seguro (350 ppm).


Durante el año pasado, según el informe, el cambio climático ha sido el principal factor en desastresnaturales como las sequías que han azotado al sur y el este del continente africano, o el Huracán Matthew, que dejó al menos 603 muertos, la mayoría en Haití. Matthew provocó, además, pérdidas económicas por valor de más de 15.000 millones de dólares en Cuba, Bahamas, Haití y Estados Unidos.
A la actividad humana hay que sumar, en 2016, el calentamiento marino producido por El Niño, un episodio natural que eleva la temperatura en el Pacífico Sur, y que se repite en un intervalo irregular de entre dos y siete años, afectando sobre todo a América del Sur y el Subcontinente Indio. El Niño ha sido especialmente intenso este año y su combinación con el cambio climático ha influido directamente en desastres naturales como las sequías en África Oriental y Centroamérica.
El ártico, en situación crítica
El informe avisa de que el aumento de las temperaturas ha sido especialmente severo en el ártico. En algunas zonas (como el norte de Rusia, Alaska y Canadá) se han registrado temperaturas medias anuales 3ºC por encima de la media registrada entre 1961 y 1990. En las islas Svalbard (Noruega), la temperatura superó en 6,5 ºC la media histórica.
Estas temperaturas han significado una caída en picado de la cantidad de hielo en el norte del planeta. Las reservas árticas de hielo suelen derretirse en primavera y verano para recuperarse en otoño e invierno. Sin embargo, nunca ha habido tan poco hielo en el ártico: El punto álgido de congelación de 2016, alcanzado el 24 de marzo del año pasado, ha sido el más pobre desde que hay registros. Según el informe, la superficie congelada incluso se contrajo durante algunos días del mes de noviembre.
El hielo del ártico es fundamental para el mantenimiento de la configuración actual de las corrientes oceánicas. Funcionando como una especie de noria de agua, el hielo del ártico enfría las aguas procedentes de zonas más cálidas, aumentando su densidad y haciendo que se hunda al fondo marino. Esto pone en marcha las corrientes marinas mundiales en lo que se conoce como “cinta transportadora oceánica”. Sin embargo, de acuerdo con la Declaración, el deshielo está modificando estas corrientes, “afectando a las condiciones meteorológicas en otras partes del mundo”.
Avance de los desiertos en España
En España, los efectos del cambio climático amenazan al suelo de las zonas áridas, que constituyen aproximadamente un 74% del país. De acuerdo con el Informe Especial de Eventos Extremos de 2012, publicado por el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), en el sur de Europa va a llover cada vez menos (aunque más intensamente) durante el próximo siglo.
Los efectos del cambio climático, unidos a otros factores como la sobreexplotación agrícola y forestal, han encendido las alarmas en el Gobierno. El pasado 13 de febrero, el Portal de Transparencia publicó un informe del Ministerio de Medio Ambiente en el que se avisa que al menos un 74% del territorio nacional se encuentra en riesgo de desertificación, del cual el 18% está en riesgo alto o muy alto. En las próximas ocho décadas, no obstante, las zonas susceptibles de desertificarse podrían aumentar hasta abarcar el 80% del país.
En terreno desconocido
El factor decisivo asociado a los devastadores efectos del cambio climático sigue siendo la creciente concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera. David Carlson, director del Programa Mundial de Investigaciones Climáticas de la OMM, admitió en una nota de prensa que la inacción a la hora de reducir las emisiones han empujado al mundo a “terreno desconocido”: “Aun sin la presencia de un episodio de El Niño en 2017, se observan otros cambios notables en todo el planeta que ponen a prueba los límites de nuestra comprensión del sistema climático”, afirmó.
La Declaración es un informe breve presentado por la Organización Meteorológica Mundial que se basa en los datos proporcionados por los servicios meteorológicos de más de 80 países y agencias de la ONU.

El Papa pide “protección imperativa y urgente” para la población civil atrapada en Mosul


José Manuel Vidal


Papa Francisco7“Abrid vuestros corazones y la fuerza de Dios hará milagros en vosotros”
Francisco: “Lo que Dios promete, lo cumple. Nunca deja de cumplir su palabra”
Dia soleado en Roma para la audiencia papal. El Papa Francisco abordó, en su catequesis, el tema de la fe, que va de la mano de la esperanza, que nos abre a la promesa de Dios que “siempre cumple”. Con la única contrapartida: “Abrid vuestros corazones y la fuerza de Dios hará milagros en vosotros”. En el saludo en italiano, Bergoglio pide “protección imperativa y urgente” para la población civil atrapada en Mosul. ··· Ver noticia ···

Desarme de ETA en cristiano

Gabriel Mª Otalora

ETA deja oficialmente las armas, ya era hora. Lo mejor que nos podía ocurrir es que nadie siga organizado en torno al terror. ETA nació contra una dictadura y sus durísimos efectos en el País Vasco, pero bien pronto abrazó la ideología marxista leninista de la que solo ha quedado una mal disimulada huida infernal a ninguna parte con más de ochocientos muertos, damnificados varios y la reacción de los grupos terroristas de signo contrario: GAL, Batallón Vasco Español y asimilados, con su carga de muerte y dolor que a lo peor ha sido pagada con el dinero público.

Esta noticia, en plena Cuaresma, nos debe llevar a la reflexión de los cristianos si somos verdaderamente personas constructoras de paz, no solo amantes de una paz idílica que no existe en la vida real. Ni siquiera Jesús de Nazaret la tuvo: sus constantes tensiones con los letrados y fariseos le llevó a una muerte especialmente violenta. Y desde aquí, me parece importante compartir algunas reflexiones:
* La violencia incluso por una causa justa, pronto acaba al servicio de su propia agresividad; reducida a la mera autoafirmación de ella misma. Somos seres libres capaces tanto de pegar un tiro en la nuca como de orar ante el pelotón de fusilamiento. Libres para oprimir y para liberar.
* Ante las injusticias y el rebelarse ante ellas, Martín Luther King llamaba nada menos que esclavos a los que prefieren esconderse en silencio ante una realidad que les conviene. Al final, los que hacen imposible una revolución pacífica, hacen inevitable la revolución violenta.
* En esta sociedad tenemos una grave carencia en educación sobre la paz, sobre todo en los colectivos más sensibles, desde el hogar, la escolarización básica hasta la universidad. Ser agente de paz es un reto muy difícil. Pocas personas conozco que transmitan paz al corazón. Y las que son ejemplares no son noticia aunque sean agentes efectivos de concordia en la política, en la familia o la ansiada paz interior. Lo cierto es que sobran razones y faltan gestos que lleguen al corazón de las personas.
* Ni siquiera ha existido -ni existe- un único concepto universal del término paz, como lo reflejan estos dos ejemplos: la pax romana y su status quo quedaba restringida a la ausencia de guerra, a un mero orden sin violencia que hoy también se lleva mucho en Occidente. En el otro extremo, la paz de Gandhi entiende al conjunto de los humanos como una unicidad por la que cualquier bien que hagamos hace bien a todos y hacer daño a uno supone dañarnos a todos.
* A lo peor, somos mayoría los que vemos la paz principalmente como una ausencia de guerra. No nos sentimos capaces de ser portadores de paz porque constatamos a diario la dificultad de las luchas cotidianas con nosotros mismos ni con los demás en la calle, en el trabajo, en casa. Pero aceptemos mansamente la generosa ración de sucesos violentos que la televisión nos sirve a diario: las imágenes de una guerra convencional, el último episodio de violencia de género, la corrupción política y los programas que pagan para descalificar e insultar… ¿Estamos educando en la paz?
* Cada persona es generadora de paz y de violencia incluso detrás de la violencia estructural que aplasta pueblos enteros. Porque son personas concretas quienes la generan y alientan. Si apuesto por el odio, sirvo al odio; si apuesto por la fuerza, sirvo a la fuerza. Los que devuelven mal por mal lo único que consiguen es duplicarlo ¿Qué espacio queda así para la paz? ¿Qué esconde la indiferencia?
* La verdadera fuerza, incluida la fuerza de la paz, es una virtud de sabios. Me adhiero a Séneca cuando dijo que toda ferocidad procede de debilidad, y le doy una vuelta más: toda generosidad y comprensión procede de fortaleza.
* Sé que la paz es posible, entre otra cosas porque existen experiencias maravillosas de paz, de personas que viven grandes experiencias de paz, épocas enteras de pueblos en paz, moribundos que se nos van con paz… Quizá la paz perpetua no es cosa de este mundo por nuestras limitaciones, pero todos podemos crear espacios de paz donde ahora no existe, o no arrancarla donde ya ha germinado.
* Tenemos que hacernos algunas preguntas: ¿Qué actitud tomar? ¿Cómo mitigar tantas heridas y dolores asentados en años de tremendas injusticias? ¿Cómo sobrellevar el doloroso día a día, a veces en tu propia casa, otras veces viendo que todo un pueblo es víctima de una injusticia que lo lamina sin compasión alguna? ¿Cómo aportar a los tuyos paz en las relaciones cotidianas? ¿Qué hacer ante las víctimas de las diferentes clases de violencia, incluidos los refugiados?
* Entre derechos y responsabilidades crece la paz. Algunas respuestas salen solas: querer escuchar, querer perdonar, incluso aprender a olvidar. Saber sonreír. Querer compartir. Estar dispuesto al riesgo de que alguno se violente con nosotros precisamente por buscar la paz. Ser pacíficos (no pánfilos) asumiendo nuestra responsabilidad. Volver a empezar a pesar del desaliento. En el día a día es donde se hacen las personas de paz, en cada una de las situaciones concretas que exigen tomar la decisión de tratar a los demás como objetos o como personas. Que tratar con dignidad a las personas transforma a quien lo hace en agentes de paz.
Dicho todo lo anterior, ¿cómo es posible que los católicos seamos incapaces de ponernos de acuerdo en una Memoria Histórica? El perdón nos parece una debilidad que al orgullo le parece intolerable. Y la reconciliación, una cosa muy bonita aunque imposible. Sin embargo las enseñanzas de Cristo dicen lo contrario: hemos vivido episodios maravillosos de perdón y reconciliación entre nosotros, entre víctimas de ETA y del GAL, entre victimarios que cumplen condena y víctimas del terrorismo. Varias decenas de casos que, sin embargo, nuestros obispos han dejado pasar de largo sin darle el valor evangélico y heroico que tienen.
Todavía estamos en tiempo de conversión. La vida toda es tiempo de gracia.

Domingo 2 de abril, 5 Cuaresma – A (Juan 11,1-45): Así quiero morir yo

José Antonio Pagola

Jesús nunca oculta su cariño hacia tres hermanos que viven en Betania. Seguramente son los que le acogen en su casa siempre que sube a Jerusalén. Un día, Jesús recibe un recado: «Nuestro hermano Lázaro, tu amigo, está enfermo». Al poco tiempo Jesús se encamina hacia la pequeña aldea.
Cuando se presenta, Lázaro ha muerto ya. Al verlo llegar, María, la hermana más joven, se echa a llorar. Nadie la puede consolar. Al ver llorar a su amiga y también a los judíos que la acompañan, Jesús no puede contenerse. También él «se echa a llorar» junto a ellos. La gente comenta: «¡Cómo lo quería!».
Jesús no llora solo por la muerte de un amigo muy querido. Se le rompe el alma al sentir la impotencia de todos ante la muerte. Todos llevamos en lo más íntimo de nuestro ser un deseo insaciable de vivir. ¿Por qué hemos de morir? ¿Por qué la vida no es más dichosa, más larga, más segura, más vida?
El hombre de hoy, como el de todas las épocas, lleva clavada en su corazón la pregunta más inquietante y más difícil de responder: ¿qué va a ser de todos y cada uno de nosotros? Es inútil tratar de engañarnos. ¿Qué podemos hacer ante la muerte? ¿Rebelarnos? ¿Deprimirnos?
Sin duda, la reacción más generalizada es olvidarnos y «seguir tirando». Pero, ¿no está el ser humano llamado a vivir su vida y a vivirse a sí mismo con lucidez y responsabilidad? ¿Solo hacia nuestro final nos hemos de acercar de forma inconsciente e irresponsable, sin tomar postura alguna?
Ante el misterio último de la muerte no es posible apelar a dogmas científicos ni religiosos. No nos pueden guiar más allá de esta vida. Más honrada parece la postura del escultor Eduardo Chillida, al que en cierta ocasión le escuché decir: «De la muerte, la razón me dice que es definitiva. De la razón, la razón me dice que es limitada».
Los cristianos no sabemos de la otra vida más que los demás. También nosotros nos hemos de acercar con humildad al hecho oscuro de nuestra muerte. Pero lo hacemos con una confianza radical en la bondad del Misterio de Dios que vislumbramos en Jesús. Ese Jesús al que, sin haberlo visto, amamos y al que, sin verlo aún, damos nuestra confianza.
Esta confianza no puede ser entendida desde fuera. Solo puede ser vivida por quien ha respondido, con fe sencilla, a las palabras de Jesús: «Yo soy la resurrección y la vida. ¿Crees tú esto?». Recientemente, Hans Küng, el teólogo católico más crítico del siglo XX, cercano ya a su final, ha dicho que, para él, morirse es «descansar en el misterio de la misericordia de Dios». Así quiero morir yo.

Domingo 2 de abril de 2017, 5º de Cuaresma

Koinonía

5 de CuaresmaA
Francisco de Paula (1507)
Muchos pueblos de la tierra, en el pasado y en el presente, se han visto forzados a abandonar su tierra, a marchar al exilio. Sus habitantes forman las legiones de desplazados y refugiados que, hoy por hoy, las Naciones Unidas, a través de su Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR), se esfuerzan por atender. Para un desplazado no hay peor desgracia que morir lejos del paisaje familiar, de la tierra nutricia, del suelo patrio. ··· Ver noticia ···

miércoles, 29 de marzo de 2017

A los obispos vascos: Joseba Azkarraga

arratiaeliza.blogspot.com

Si. Es a ustedes, Sres. Iceta, Munilla y Elizalde, a los que quiero dirigirme. Lo hago desde mi posición ajena a cualquier Iglesia, y por tanto, también, a la que Vds. representan. Pero soy consciente de la importancia de su Iglesia en una gran parte de nuestro Pueblo. Y es por ello que no puedo permanecer ajeno, ni a sus silencios cómplices, ni a sus declaraciones contemporizadoras con el poder político.


Una vez más, y van muchas, están representando con sus declaraciones a una parte de su Iglesia, de sus fieles.
Unen sus voces, también una vez más, a los que exigen a ETA, que dé más pasos. Que tiene que disolverse, ya que según ustedes, ni la declaración de hace cinco años anunciando el fin de su actividad violenta, ni la que va a producirse el próximo día 8 de abril, con el desarme, son suficientes. Quieren más y más. ¿Hasta cuando, Sres.obispos? ¿Que será lo último que ustedes, les pidan? ¿La delación? ¿El arrepentimiento?
Pero dicen más, dicen que «reconocer el daño causado puede encubrir una estrategia política si no hay arrepentimiento».

Veo lógico que ustedes hablen de «arrepentimiento», es la clave en el funcionamiento de su iglesia.
Olvidan que víctimas de la violencia de ETA han repetido, en diferentes ocasiones, que el arrepentimiento es un planteamiento cuasi religioso, y que lo que ellas quieren es justicia y reparación. Que no necesitan el arrepentimiento, para nada.

Pero ustedes, sí, ustedes, se han embarcado en esa dinámica cruel de buscar un escenario de vencedores y vencidos, y en esa actitud, creo que habrá muchos fieles de su iglesia que no se sentirán representados.

Ustedes han renunciado conscientemente a jugar un papel necesario en favor de la consolidación de la paz en nuestro Pueblo. Se han posicionado de parte.

¿Por qué su silencio ante la práctica de otras violencias que se han venido ejerciendo en nuestro Pueblo? ¿Por qué nunca han levantado su voz y han denunciado a ese Poder político y judicial que continuamente está vulnerando los derechos de los presos y presas vascos y sus familias?

No es su Iglesia, y ustedes como máximos representantes, quienes tendrían algo que decir, cuando decenas de niños vascos cogen un autobús un viernes a la tarde, nada más salir de la ikastola, y recorren, entre ida y vuelta, más de 2.000 kilómetros para poder visitar a su aita o a su ama o a ambos, presos en cárceles tan alejadas de sus domicilios? Regresan el domingo a la noche, exhaustos, y al día siguiente nuevamente a la ikastola, hasta el siguiente viernes que vuelven a montar en ese autobús.

¿No deberían ustedes preocuparse de esos aitas y amas, y ancianos que debido a su edad no han podido, desde hace años, visitar a sus hijos presos y a distancias tan largas de su domicilio?

¿O estas personas no merecen su amparo y solidaridad, y también su denuncia ante ese poder político al que ustedes tanto respetan?

Tienen en sus respectivas diócesis familias que acuden angustiosas a cualquier llamada de teléfono, donde temen el día que les anuncien que su hijo o hija, preso, gravemente enfermo, ha muerto fruto de la venganza de ese Gobierno y de esa Justicia a la que ustedes tanto respetan.

Confieso que me asombra su silencio y me duele.

Hasta que ustedes llegaron a sus diócesis, hubo obispos que les precedieron que se pronunciaron en distintos documentos y cartas pastorales sobre temas referidos a la violencia, a la paz, a la reconciliación o a la justicia.

Quiero recordarles, aunque dudo mucho, que les interese, la Carta Pastoral de los Obispos de San Sebastian y Bilbao en la Navidad de 1976, decían:

«Hemos de liberarnos de la dialéctica inhumana entre vencedores y vencidos, para restañar unas heridas que dividen al Pueblo y son causa de deseos de venganza y represiones».

Aquella Pastoral, de hace 40 años, cobra hoy actualidad, porque hay quienes quieren introducirnos en esa espiral inhumana de vencedores y vencidos, de venganza y de represión. Pero eso a ustedes parece importarles muy poco.
Lo importante para su Iglesia es mirar a otro lado cuando la vulneración de derechos lo comente el Poder.
Considero que hoy, más que nunca, a la silente cúpula de la Iglesia vasca, al menos silente en esta cuestión, debemos exigirle una nueva actitud pacificadora.

Debemos de exigirles que defiendan que no se puede vivir mirando siempre hacia el pasado y que la voluntad de construir un futuro juntos debe de sobreponerse a cualquier revancha o ajuste de cuentas.

Desde que ustedes llegaron a la Iglesia vasca no se escucha ofrecimiento alguno de colaboración.

Da la impresión de que su Iglesia ha considerado que con el fin de la actividad violenta de ETA se ha terminado el problema.

Y no es así. Las consecuencias del conflicto, son las victimas, por supuesto. Pero también lo son la existencia de 350 presos y presas vascos, a los cuales se les vulnera diariamente sus derechos. A ellos y a sus familiares, muchos de ellos pertenecientes a su Iglesia silente.

Sres. Munilla, Iceta y Elizalde, de verdad, ¿es necesario recordarles que deben de posicionarse sobre la aplicación excepcional de leyes a este colectivo de presos y presas que posibilitan que vean anulados sus derechos?

¿Es necesario recordarles a ustedes que estaría muy bien si alguna vez dijeran que existen presos con enfermedades, en algunos casos terminales, que tienen derecho a cumplir los años de prisión que les queden, en sus casas, al lado de los suyos?

Son estas algunas de las preguntas, que estoy seguro, una parte de la Sociedad vasca hace a su Iglesia. A esa Iglesia que supo posicionarse con valentía hace unos años, y que hoy mira hacia otro lado ante tantas vulneraciones de derechos.

Sin embargo, he de decirles que atiendo con especial interés la actitud y los mensajes del Papa Francisco.
La verdad es que Jorge Mario Bergoglio hace que algunos como yo, que no pertenecemos a su Iglesia, nos anime a la esperanza.

Hasta Raul Castro, con ocasión del viaje del Papa a Cuba, dijo: «Iré a todas las misas, que celebre en Cuba». Dudo mucho que estuviera tan animado a ir a ninguna misa celebrada por ustedes.

En resumen, mientras ustedes se posicionan con el Poder y desprecian a una parte de este Pueblo, que también sufre las consecuencias de décadas de violencia, de muchas violencias, el Papa Francisco no elude abordar los problemas más candentes, porque en todos ellos hay cuestiones humanitarias que resolver; cuestiones que tienen que ver con los DDHH, o para recordarnos que los presos y presas son también ciudadanos que tienen derechos.

No olviden, Sres. Obispos, que cerca de 350 presos y presas vascos de sus diócesis están alejados de su entorno social y de sus familias y ven limitados sus derechos.

Por ello, defender el fin de la política penitenciaria de alejamiento supone apostar por la humanización del conflicto y ustedes no pueden continuar dando la espalda a esta demanda.

Hay muchos, muchas vascos y vascas que, por encima de sus ideas políticas, comparten esa apuesta que quiere dar valor a la persona presa, más allá de las responsabilidades penales que puedan haber contraído.

Ustedes se han conformado con la NO violencia. Se han acomodado. Se han olvidado de esa otra violencia estructural que continua cometiendo atropellos y vulnerando derechos.

No olviden que para conseguir la paz, una verdadera paz, se necesita más valor, mucho más, que para hacer la guerra.

Por eso creo, y termino con ello, que huyendo de cualquier estrategia oportunista, quienes, como ustedes, representan a la Iglesia vasca, deberían dar ejemplo de la lucha por la justicia.

Tienen que asumir, que el asentamiento de la paz es hoy un problema que afecta a toda la comunidad vasca, y por eso, también, ustedes deben de participar en la búsqueda de soluciones y no quedarse solo en la critica a una de las partes de este conflicto.

Joseba Azkarraga
Exconsejero de Justicia del Gobierno Vasco

El hambre en África: ¡otra vez!



29/03/2017 - Llama poderosamente la atención que haya cinco países subsaharianos (Sudán del Sur, ya declarada, Nigeria, en la región noreste, Etiopía, Kenia y Somalia), más Yemen (que aunque no esté exactamente en la región, está muy próximo y sufre el mismo problema) en riesgo de hambruna y que no sea noticia de primera línea en el mundo. Naciones Unidas considera que aproximadamente 20 millones de personas pueden verse afectadas. Uno se da cuenta, con indignación, que África no existe, es invisible, no importa. (...)

¿ES EL PAPA CATÓLICO?

col acebo

Este título escandaloso es el que lleva un artículo en el último Economist. Su autor señala que la autoridad papal nunca se ha visto más mermada que cuando monseñor Lefebvre se negó a cerrar la tradicionalista sociedad de San Pío X.
El autor abunda en las razones que todos conocemos: malestar dentro de la Ciudad del Vaticano por unos monseñores que ven su nivel de vida amenazado y malestar fuera, entre los católicos conservadores, que no están de acuerdo en que la misericordia pase antes que la ley. No quieren que los divorciados puedan recibir la eucaristía, están en contra de las relaciones prematrimoniales, de los métodos anticonceptivos y de la homosexualidad que el Papa se ha prestado a modificar.
Para mí resulta novedosa una noticia y es que el mes pasado todo el personal que trabaja en el Vaticano recibió una falsa copia del L'Osservatore Romano ridiculizando a Francisco bajo el epígrafe "Ha contestado", haciendo referencia a la negativa del Papa a responder a los cuatro cardenales disidentes con la encíclica Amoris Laetitia. En el panfleto contesta de una forma sibilina por la que parece estar de acuerdo con el sí y con el no. Esta táctica de agresividad contra el pontífice va en la misma línea que los anuncios que llenaron Roma criticando al Papa, al que llamaban, Frankie, con una indignante falta de respeto.
En general el autor es respetuoso con Bergoglio aunque le echa en cara más contundencia con la pedofilia eclesial. Se queja, como Marie Collins, de la actitud que ha tomado la Congregación para la Doctrina de la Fe, especialmente el cardenal Müller, con la Comisión que fue nombrada para la protección de menores a la que presuntamente bloquearon. No conozco quién tiene razón pero soy consciente de que la pedofilia eclesial ha alejado a muchos de la Iglesia Católica, a los mismos que tienen relaciones prematrimoniales, que usan métodos anticonceptivos y que intentan abrir su pensamiento a los divorciados y vueltos a casar como a los homosexuales.
No es el materialismo la principal causa del abandono eclesial sino que hay muchas otras, a las que el Papa intenta ponerles freno con una actitud menos legalista y más compasiva y misericordiosa. Pero como le sucedió a Cristo, determinada casta eclesiástica, quiere acabar con él. Pienso que son menos, aunque con frecuencia peco de optimismo, lo que me llena de esperanza.

Isabel Gómez Acebo
Religión Digital

'ROMA VEDUTA. MONSEÑOR SE DESNUDA': UNA VENTANA A LOS SECRETOS DEL VATICANO

col aradillas

Presiento que determinados apartados y temas expuestos en el libro de Celso tendrán que ser leídos, releídos y meditados de rodillas y con propósitos de enmienda.
El aforismo que con cierta pudicicia se asoma en el título del libro de Celso Alcaina -"Roma Veduta"-, se completa con el "Fede Perduta", es decir, "que quien visitó o vivió en Roma, perdió la fe", que con tanta ascendencia y "malignidad" está recogido en los diccionarios de no pocos idiomas y sobre todo, como patrimonio, y de uso común.
Celso Alcaina se integró en Roma durante un condensado puñado de años y, como testigo y excepcional protagonista de cuanto acontecía en el Vaticano y en sus aledaños, con cargos de relevancia en la administración de la Iglesia en sus más altas esferas, escribe este libro de memorias, con participación activa y siempre religiosa, pese a los condicionamientos burocráticos que les eran exigidos.
Esas experiencias, responsabilidad y vivencia cristianas, al dictado de su fe y servicio a la Iglesia, instigado por el noble sentido de responsabilidad como persona y la imposición del bien de la colectividad al que se consagró y comprometió por vocación son irrefutables razones que explican su redacción y publicación, con el subtítulo de "Monseñor se desnuda" editado por "Liber Factory", con sus 338 páginas.
El Papado, la Curia, el Cónclave, el Colegio Cardenalicio, el celibato eclesiástico, el ecumenismo, los seminarios, las canonizaciones, el matrimonio... son temas-ejes y vectores que sugieren los pasos a seguir por los vericuetos misteriosos y arcanos, de los diversos dicasterios, órganos, organismos, burocracias, Congregaciones, Secretarías, Subsecretarías, prelaturas, Comisiones, Oficios Santos -y no tan santos- , denuncias y delaciones, leyes procesales, diplomacias y maquinaciones... que configuran parte importante -principal, para algunos- de lo que fue y es la Iglesia - institución, de la que es justo y elemental asegurar que cualquier semejanza con el esquema esbozado por Jesús en su vida y en su evangelio, no pasaría de ser "pura coincidencia".
Adelanto que el libro de Celso marca un "antes" y un "después" en relación con el conocimiento de realidades eclesiásticas fundamentales en su concepción burocrática, propia también de su condición de Estados Pontificios, uno más de los 206 países libres e independientes que configuran el mapa político en la actualidad.
Desvelar secretos y abrir de par en par las puertas para que todo el conjunto se ventile y la luz de la transparencia se abra paso en las tenebrosidades con reduplicativas semejanzas a las "cuevas de ladrones", a tenor del lenguaje franciscano, es un atrevimiento que con bíblica seguridad provocará insomnios y hasta dolores de cabeza, pero que reavivará la condición de vigilancia, atención y cuidado -"vigías", es decir, "epíscopos"- en los responsables jerárquicos y en todos los miembros del pueblo de Dios.
Sin paliativos "misericordiosos", y con la verdad por delante, avalada por testimonios de vida, orales y escritos, es obligado advertir que el libro de Celso Alcaina constituirá para muchos un monumental escándalo. A otros, -muchos también-, su lectura les aportará las razones que precisan para que su fe verdadera se sustente y reafirme, al margen de ritualismos paganos y arcaicos, así como de misterios difusos y enredados entre los sutiles argumentos, a veces, hasta apodados "dogmáticos", que ocultaban y santificaban leyes, decisiones y comportamientos, no solo anticristianos, sino hasta deshonestos y antihumanos.
Para los obispos y para todos los que de alguna manera viven "en" la Iglesia, y más los que lo hacen "de" la Iglesia, "Roma Veduta" es manual de inexcusable lectura. También lo es para quienes estén a punto de exiliarse, o de que sean exiliados, de la Iglesia.
Con este libro de Alcaina no se pierde la fe. Esta se profundiza y se hace consciente. Sobre todo, se desvelan razones suficientes para convencerse de que la elección del Papa Francisco fue y es una gracia de Dios, cuya valoración contribuirán a ponderar con certera y salvadora aproximación, que quienes, pese a todo y a casi a todos, siguen confiando en esta Iglesia -Vaticano, por más señas- de cuyas informaciones y "misiones" dan fe certera y lastimosa capítulos de "Monseñor se desnuda", prescindiendo de capisayos y protocolos, pero con firmeza aferrado a convicciones cabalmente religiosas.
Presiento que determinados apartados y temas expuestos en el libro de Celso tendrán que ser leídos, releídos y meditados de rodillas y con propósitos de enmienda. Con lágrimas y arrepentimientos. Devotos y eficaces. Todos somos, o hemos sido, culpables, aunque unos más que otros.
El tema de las canonizaciones es bochornoso. Hay santos, cuyas beatificaciones-canonizaciones claman al cielo. Menos mal, por citar un ejemplo, que, por fin, no tenemos que invocar en las letanías a la "Beata Evita de Perón, ora pro nobis". El del "carrerismo eclesiástico, sus protagonistas y medios y métodos para progresar en la institución", es lastimoso. De cuanto se relaciona con el celibato, por activa o por pasiva, es preferible "no meneallo". Ya lo harán -lo hacen- los tribunales y los psiquiatras. Del dinero es mejor no hablar. Ni del Opus Dei. Tampoco de cuanto es y significa la mujer en la Iglesia y fuera de ella.
¿Qué tal van las gestiones ya iniciadas para que los Estados Pontificios se integren en el Estado de Italia? ¿Cómo fue posible, y explicable, la "educastración" teológico-pastoral -"teólogos en pelotas o amordazados"-, a la que fueron sometidos tantos, tan santos y tan buenos pensadores, con sus cátedras y emolumentos?
¿A quién o a quiénes, se les debe la idea y la redacción de importantes y discutidas encíclicas pontificias? ¿Cómo se explican las beatificaciones-canonizaciones de los Papas, sin que no se piense a la vez en una especie de "nepotismo" ilustrado e interesado? ¿Milagros imposibles o pueriles? ¿Revelaciones divinas imposibles a niños y a niñas? ¿Cómo, quién y quiénes suplieron el déficit de dinero que le supuso al Vaticano la muerte del norteamericano cardenal Speelman? ¿Se tuvo, y se tiene, conocimiento de las verdaderas dimensiones de cuanto se relaciona con la pederastia, con capisayos o sin ellos? ¿Cómo encajar, por ejemplo, el juicio "oficial" que el Cardenal Seper, entonces Prefecto de la Congregación respectiva, efectuó sobre el venerable don Álvaro del Portillo aseverando que "huele a polilla, algo así como un armario que se abre después de muchos años de estar cerrado"?
¡Por favor, Celso, esperamos otros libros tuyos, con el fin de que nuestra fe se enraíce en la verdad y resulte ser más -mucho más- religiosa! Gracias.

Antonio Aradillas
Religión Digital

¡YO SOY LÁZARO, MARTA Y MARÍA!

col marife

Jn 11, 1-45
Lázaro… ¿Está dormido? ¿Está inconsciente? El evangelista nos dice que lleva cuatro días enterrado. Es una expresión judía para decirnos que está muerto y bien muerto. Los rabinos enseñaban que durante tres días el alma podía andar dando vueltas alrededor del difunto, como si le rondara; pasados estos días, el alma se separaba definitivamente del cuerpo y no había posibilidad de retorno a la vida.
El texto nos sitúa en un contexto de muerte, en el que resuenan las palabras de Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre”.
¡Yo soy Lázaro! ¡Tod@s somos Lázaro! Salgamos de nuestras tumbas. Unas veces tienen forma de biblioteca que huele a rancio, con aislamiento acústico, para no captar las voces de la humanidad. ¡Es tan cómodo investigar, buscando respuestas a preguntas que no se hace nadie! Salgamos de los lugares de muerte en los que hay abuso infantil y malos tratos, en cualquiera de sus formas. Salgamos de todos los castillos feudales en los que aparentemente estamos a salvo, pero dentro de sus paredes también está presente la muerte, de múltiples formas.
Cuando han ido muriendo “el amor primero” y la pasión por el evangelio, los miedos se extienden como una niebla por todas las estancias y ya no se percibe la Buena Noticia.
“Lázaro, sal fuera…” es un mandato y una invitación. Conecta con el deseo del papa Francisco y con las necesidades de la humanidad.
Marta… está en el sitio que le ha asignado la sociedad de su tiempo; representa el sentir de esa sociedad y responde con lo que se espera de ella. Es trabajadora, se afana, pero de vez en cuando se pasa de rosca, se estresa y pierde valores fundamentales.
En otro encuentro con Jesús, trabajó tanto para que todo estuviera a punto, que al final le brotó el reproche: “Dile a mi hermana que…”. Ahora ella sale al encuentro de Jesús, como mandaban los cánones de acogida a los huéspedes y vuelve a reprocharle: ¡Llegas tarde, Jesús! Y eso que te avisamos con tiempo suficiente…
Cuando Jesús invita a quitar la losa, ella replica que ya huele mal. El caso es puntualizar, protestar, intentar colocar a Jesús en su sitio y que haga lo que se espera de él.
Ella se había nutrido con lo que había oído en la sinagoga, y creía que la resurrección no llegaría hasta el último día; así lo proclamó abiertamente, en presencia de Jesús y de los demás. Pero Jesús, como a la samaritana, a Zaqueo, a Pedro y a cada persona que se encontró con él, le interroga para invitarle a ir más allá de lo que se sabe de memoria.
Jesús le invita a creer, a fiarse, sólo así puede entrar en otra dimensión, expresada con la frase “verás la gloria de Dios”. Ella responde con una de las confesiones más completas del Nuevo Testamento: “Creo que tú eres el Mesías (el Salvador), el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo”. Efectivamente, ha visto la gloria de Dios.
¡Yo soy Marta! ¡Tod@s somos Marta! ¡Cuánta hondura hemos perdido en aras del activismo! ¡Cuánta gente valiosa de las comunidades y grupos cristianos se ha quemado! ¡Cuántas parcelas valiosas de nuestra vida se han chamuscado!
Porque tod@s somos Marta… ¡rompamos los esquemas! Escuchemos nuestro interior, para tomar conciencia de nuestras carencias y necesidades. Aprendamos a distinguir con claridad el servicio del servilismo.
María… parece que esta fuera de su lugar, porque se lo dicen los demás, pero ella ha encontrado su sitio. Lo encontró un día a los pies del Maestro, como mujer-discípula que se situaba en un lugar que no le correspondía, según la ley judía, en lugar de trabajar afanosamente en las tareas caseras.
Ungió a Jesús. Había sido transgresora y no recibió reproches, sino la promesa de que su atrevimiento se perpetuaría en la memoria de todos.
El evangelista nos dice: “Habían ido a casa de María”. Ella, la mujer llena de vida, que ha comprendido lo que es el discipulado, es la referencia de una casa quese convierte en “tienda del encuentro”, en lugar donde muchas personas se encuentran con Jesús, el dador de Vida. Quienes habían ido por motivos convencionales, para acompañar un duelo, salen transformados, llenos de vida.
¡Yo soy María! ¡Tod@s somos María! ¡Sigamos apostando por el discipulado sin límites, hasta encontrar nuestro lugar en las comunidades y en la Iglesia! Sigamos rompiendo barreras de todo tipo para que las comunidades recuperen el sueño de Jesús y el discipulado salga de las estructuras que lo ahogan.
Quienes acuden a las celebraciones y exequias cristianas ¿qué encuentran? ¿Cómo intentamos que sean una ocasión para que cada persona se encuentre con el Viviente? ¿Cuidamos cada palabra y cada gesto de modo que reaviven el rescoldo de la fe? ¿O nos unimos al coro de plañideras que canturreamos canciones pidiendo cansinamente a Dios que tenga piedad y acoja a la persona difunta? ¿No deberían ser siempre manifestaciones de fe viva y de esperanza sin fisuras? ¿Por qué contaminamos las celebraciones, hasta el punto de que muchas veces dejan de ser Buena Noticia y se convierten en funerales? ¿Cómo podemos recuperar esas celebraciones para que sean “tienda del encuentro”?
Tomás… tenía un apodo, le llamaban “el mellizo”. Tan pronto se come el mundo y se ofrece para acompañar a Jesús a Judea y morir con él como se refugia en la increencia, buscando unos signos palpables y evidentes en el cuerpo de Jesús. Sólo cuando se encontró con Él, en el seno de la comunidad, pudo dar su testimonio de fe y confesar: “Señor mío y Dios mío”.
¡Yo soy Tomás! ¡Todo@s somos Tomás! Hoy, con cariño, vamos a llamarle “el bipolar”. Así somos cada uno de nosotros, a menudo. Nos comemos el mundo, dudamos, volvemos a comérnoslo… nos movemos en un ejercicio continuo de fe e incoherencia. Hasta que un día nos rindamos y nos pongamos al servicio del Reino, con más coherencia.
Jesús… es un hombre que ama, llora y se conmueve. Pedro le negó tres veces. Él llora tres veces ante su amigo; este número indica la totalidad, siempre. Él expresa el amor hacia Lázaro con tal claridad que los presentes exclaman: “¡Cómo lo quería!”.
El evangelista podía haber sido pudoroso y evitar esta descripción de Jesús, que lo ponía en ridículo, por ser varón judío y maestro, pero nos muestra a Jesús con transparencia.
Ir a Betania, situada a unos tres kilómetros de Jerusalén, significaba poner su propia vida en peligro; acercarse a Jerusalén significaba aproximarse al lugar donde estaban los poderosos que querían matarle. Ya intentaron apedrearle allí y logró salir ileso ¿para qué correr de nuevo un riesgo, volviendo a una aldea que distaba solo 3 kilómetros de Jerusalén?
Pero Jesús, en su momento, rechazó convertir las piedras en panes y no quiso que los ángeles le allanaran el camino. Si huía de la confrontación y vivía escondido en Galilea, por miedo a los judíos, era como si viviera en la noche, en las tinieblas. Y Jesús, que se había manifestado como luz, quiere que sus obras sean expresión de esa luz.
Vuelve junto a los amigos porque quiere ayudarles; los tres hermanos están fuera de su sitio, los tres están descolocados vitalmente y les ayuda a resituarse ante la vida y ante la muerte.
Jesús conecta vitalmente con su Abbá y le da las gracias porque le ha escuchado. Este es uno de los núcleos más importantes de esta catequesis. Juan no nos presenta un espectáculo de magia, de resurrección, que deja atónitos a los presentes. Los otros tres evangelistas ni siquiera nos ofrecen una catequesis similar. A través de la conexión de Jesús con su Abbá la vida fluye y se reavivan todos los presentes. Se despierta la fe y muchos creyeron de nuevo. De esta conexión brotan la vida y la liberación: hay que quitar vendas y desatar ataduras.
Jesús es el amigo que hoy conversa conmigo, invitándome a vivir en mi centro, a tomar conciencia de lo que me ha desquiciado y de lo que está muriendo en mi vida y genera mal olor.
Jesús nos invita a toda la Iglesia a salir de las tumbas: de la comodidad (con sus poltronas y sillones), de las cañadas oscuras, de la injusticia, del silencio cómplice, del miedo… El papa Francisco también nos invita a salir de esas tumbas y romper las vendas que inmovilizan a personas y colectivos.
Hoy soy Lázaro, Marta y María. Hoy Betania es mi vida, los lugares en los que habito, la comunidad y la Iglesia. Y Jesús, el AMIGO que nos ama, ha venido a visitarnos. Sabe que estamos dormidos, y viene a despertarnos.
Nos pregunta ¿en qué crees? ¿En qué creéis? Quiere arrancarnos una confesión de fe que sea respuesta personal, que atraviesen todo nuestro ser. No le interesan las respuestas del catecismo que nos hemos aprendido de memoria.

“Carta de Dios a un humano”

Baruch Spinoza, teólogo y filósofo


*No puedo decirte si existo o no, pero si puedo regalarte unas palabras…*
*Deja de rezar, deja de darte golpes en el pecho, lo único que quiero es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida; que goces, que cantes, que hagas arte, que llores, que rías…*
*He dejado las estrellas en el firmamento, las flores del campo, el amanecer y el atardecer para que me veas; las aves cantoras, el murmullo de la brisa para que me oigas; he dejado los frutos y nada he querido negarte para que siempre me recuerdes y sepas que te amo.*


*Olvida los templos, las iglesias… mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti, mi casa está en ti , en todo los hombres y mujeres, animales y plantas, en todas las cosas que existen; esa es mi casa.*
*Yo no tengo sacerdotes, pastores, gurús, rabinos; no busques tu camino con ellos… la vida se trata de encontrar tu camino mirando hacia tu interior, descubriéndolo por ti mismo.*
*No podrás encontrarme en ninguna Biblia, en ningún Corán, Canon pali, Torá, Araniaka o en algún otro libro… Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus padres, en los ojos de tus hijos o los del ser amado… No me encontrarás en ningún libro.*
*Deja de culparme de tu vida; eres tú mismo que te has encadenado a ti mismo, a tus vibraciones negativas; te has encadenado a la envidia, al egoísmo, al odio, a la vanidad, a los celos, a todo eso te has atado; eres sólo tú quien ha querido sufrir. Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.*
*No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de vivir…*
*Yo puedo existir para ti si tu eliges que exista, puedes darme la imagen que tú desees; puedes creer en mi si tú lo deseas, pero… no es lo que yo deseo… no quiero que creas en mí, quiero adores a la vida, que adores a tu propio cuerpo, quiero que creas en el respeto, en la naturaleza. Quiero que sientas toda la vibración del universo cuando besas a tu ser amado, cuando logras ver los ojos de tus hijos, cuando me ves en la sonrisa de tus padres.*
*Y si en realidad deseas buscarme, comienza por buscar dentro de ti, descubrirás que soy parte de ti y tú eres parte de mi… y sobretodo, descubrirás que ambos formamos este hermoso, perfecto y poético ente llamado universo.*
(No hemos podido saber el autor de esta carta preciosa)