FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

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ATALAYA

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miércoles, 18 de julio de 2018

LA MISA DEL DOMINGO Domingo XVI, T.O. ciclo B (Día 22 de julio de 2018)



LECTURAS de la Palabra de Dios. 

. 1ª. Lectura del libro del profeta Jeremías (23, 1-6)  Hoy escucharemos del profeta Jeremías una queja de Dios contra los malos pastores del pueblo de Israel. Hay una promesa de un pastor especial para reanimar al rebaño disperso. 

. Salmo responsorial (Salmo 22): “El Señor es mi Pastor nada me falta” El salmo para este día no podía ser otro que el 22, con el que aclamamos a Dios como nuestro pastor.  

. 2ª Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (2, 13-18) Ante la gran rivalidad y división entre griegos y judíos, ahora conviviendo en una misma comunidad cristiana, San Pablo les presenta a Cristo como la unificación entre los dos pueblos bajo la categoría de la pacificación.  

. Lectura del santo evangelio según san Marcos (6, 30-34) El buen pastor anunciado por el profeta Jeremías llega verse como realidad en la persona de Jesús de Nazaret. El evangelista san Marcos resalta hoy los sentimientos de misericordia de Jesús, que -tras su retiro/descanso-, atiende a la muchedumbre que le busca, como ovejas sin pastor. IR A LA PÁGINA

Antonio García, nuevo director de Salesianos Ourense

- Por: Lupi Peña


El domingo 15 de julio tuvo lugar la presentación del nuevo director de la obra salesiana de Ourense, Antonio García.





La eucaristía parroquial de las 13:00 h. fue el marco en el que se desarrolló el acto oficial. Estuvo presidido por Juan Carlos Pérez Godoy, inspector, acompañado por el director saliente, Isidro Lozano, así como un buen grupo de sacerdotes de la comunidad y otros procedentes de Santiago y del consejo Inspectorial.
Se hicieron presentes miembros de los diversos grupos de la familia salesiana, profesores, padres, animadores del centro juvenil y una representación de las religiosas Adoratrices de las que los Salesianos en Ourense son capellanes. Asimismo D. Antonio estuvo acompañado por varios seglares cercanos a la comunidad de Santiago.
Al comienzo de la eucaristía fueron leídos algunos artículos de las constituciones salesianas que hablan del director e incluso el oficio recibido de Roma por el que es nombrado director de la casa de Ourense Antonio García.
Al igual que Don Bosco dio unos consejos a Don Rua cuando lo envió como director a Mirabello, en su homilía, el Sr. Inspector también le dio unos consejos a Antonio  para orientar su tarea de animación: tienes que hacer de Don Bosco en Ourense; procura hacerte querer antes que temer; cuentas con un gran equipo de salesianos, de magníficos seglares y de la familia salesiana para realizar una gran labor evangelizadora en Ourense; aunque tu mamá no está físicamente contigo, como lo estuvo con Don Rua en Mirabello, ella desde el cielo te guía y acompaña.
Posteriormente tuvo lugar la recitación del credo por parte del nuevo director y la firma del acta de la presentación.
Ya en el exterior de la iglesia el director saliente y el entrante recibieron las felicitaciones por parte de algunos de los asistentes a la ceremonia.
Por último, tuvo lugar la comida con la comunidad, en la que a los postres Adolfo Requejo, sdb leyó unas sentidas palabras de agradecimiento a Isidro y de bienvenida a Antonio.
El próximo 19 de julio, jueves, tendrá lugar la siguiente presentación en Parla. Las presentaciones se están desarrolando a lo largo del mes de julio

Un lugar para descansar - 16º Domingo Tiempo Ordinario, Ciclo B.

EL CUSTODIO DEL SECRETISMO ECLESIAL


col velasquez

Como en una interminable y recurrente pesadilla, la Iglesia chilena no deja de sorprender con su impresionante historial de vergüenzas que indignan a moros y cristianos. Los delicta graviora, como denomina el derecho canónico a los delitos de mayor gravedad cometidos por el clero, no cesan de escandalizar a una sociedad que hace ya rato dijo, ¡basta!
Pareciera que ese temido infierno, tantas veces predicado para evangelizar a una feligresía infantilizada, no estaba en esa eterna hoguera magistralmente escenificada en la Divina Comedia de Alighieri, sino que ha estado, para demasiadas víctimas, en las entrañas misma de la jerarquía eclesiástica.
Los crímenes, que en un comienzo eran identificados con las pasiones desatadas de no pocos miembros del bajo clero, paulatinamente fueron escalando hasta comprometer a todos los estamentos de la pirámide jerárquica de la Iglesia.
Con esto, el secretismo, que por muchos siglos ha sido el principal bastión defensivo de las contradicciones evangélicas, comenzó a ser derribado, primero por el coraje de las víctimas, y más recientemente gracias al poder de la justicia civil. Prueba de ello son los vergonzosos allanamientos de los obispados de Santiago, Rancagua, Temuco y Villarrica.
Y como un hecho especialmente significativo, el Canciller del Arzobispado de Santiago ha sido formalizado por un Tribunal de Garantía, quedando en prisión preventiva para investigar graves delitos sexuales contra menores.
La significancia de este hecho dice relación con la responsabilidad del cargo ejercido en la Iglesia de Santiago por el acusado. En efecto, el Derecho Canónico encarga al Canciller la responsabilidad de ser ministro de fe para que ciertos actos del obispo tengan efecto jurídico, por lo que su "principal función consiste en cuidar de que se redacten las actas de la curia, se expidan y se custodien en el archivo de la misma." Para tales funciones, el mismo Código establece que el Canciller debe ser una persona "de buena fama y por encima de toda sospecha".
Y para resguardar la información confiada al Canciller, el Derecho Canónico lo obliga a mantener dos archivos, donde uno es el "archivo secreto", donde se guardan "con suma cautela los documentos que han de ser custodiados bajo secreto".
Es ahí donde el secretismo de la Iglesia cobra realismo absoluto.
Luego, con los mismos principios de la moral cristiana, y dejando fuera el caso del sacramento de la Confesión, cabe preguntarse con honestidad ¿para qué la Iglesia necesita el recurso del secreto de los actos humanos? Ello acaso, ¿no está reñido con la justicia y la igualdad que garantiza la dignidad cristiana para todos los bautizados, por ser todos hijos e hijas de Dios?
De hecho, el mismo Jesucristo enseña que "nada hay secreto que no llegue a descubrirse ni nada oculto que no llegue a conocerse.  Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz del día; lo que os digo en secreto, proclamadlo desde las azoteas de las casas." (Mt 10, 26b-27)
En consecuencia, el secretismo de la Iglesia no es, sino un recurso humano establecido para afianzar esa desviación histórica que asumió, cuando abandonó el camino del servicio y del Evangelio, para convertirse en un enclave de poder, que en el curso de la historia ha permitido ocultar horrores y maldades tan graves como los abusos de menores, su complicidad y su ocultamiento.
Luego, el secretismo en la Iglesia es esa "arcana imperii" que tantas veces se esgrime como "razón de estado" para justificar los secretos del poder. Esto, moralmente puede ser comprensible y necesario como recurso de la política, pero jamás como recurso eclesiológico.
Entonces, la detención del Canciller del Arzobispado de Santiago, llevada a cabo por la justicia chilena, bien podría ser un atisbo de esa justicia divina que tanto esperan y necesitan las víctimas, los fieles y sociedad entera, especialmente porque pudiera ser el camino para ventilar esos oscuros secretos en los que se ha amparado demasiada impunidad. Así también, podría conducir al camino de retorno al Evangelio, de una Iglesia menos imperial, menos jerárquica, más servicial y con genuino espíritu cristiano.

INSTRUCCIÓN COR ORANS


carta escri
8 junio, 2018
Queridísima Mara: Recibí tu correo preguntándome cómo me había sentido con la nueva Instrucción -Cor Orans-, que nos ha mandado el Vaticano y qué me ha parecido. A decir verdad, cada uno reaccionamos según somos, y yo, ya sabes, pasión y fuego. Y ante este documento, lo que siento es sublevación, viendo que se nos trata como a menores de edad, quedando de manifiesto que las mujeres en la Iglesia seguimos siendo personas de segunda categoría. 
La Instrucción es control subyugante a las monjas de vida monástica-contemplativa. Me subleva sobre todo la imposición de un asistente, ajeno a nuestra vida, que sea sacerdote, no puede ser mujer, para que tenga presencia en todas nuestras reuniones y encuentros federales, tome nota de todo y sea él quien informe al Vaticano de cuánto hacemos, decidimos y vivimos. Esto deja al margen a la presidenta, como si ella -por ser mujer-, no pueda dar razón ante el Vaticano y dondequiera que sea, de nuestra actividad y vida. Nos obligan a nosotras mujeres, no obligan a los varones monjes a tener un asistente. Una Constitución y una Instrucción para nosotras, no para ellos.
En fin, lo que me toca en este momento de convulsión interior, es entrar en mi cueva orante y serenarme a fuerza de oración y espera. Dejar que pase el huracán, el fuego, el terremoto, hasta el silbo suave y delicado del Amado, que me ayude a integrar esta injusticia hacia nosotras. Integrar sí, pero no silenciar esta injusticia, porque estas maneras impositivas no son evangélicas, el Evangelio defiende lo más libre y humano.
La verdad es que tengo pena por aquellos que lo han dispuesto y elaborado de esta manera, porque tenían la posibilidad de mostrar su adhesión al Papa, haciendo efectiva su fidelidad al pensamiento y magisterio que viene señalando sobre las mujeres, y han discrepado totalmente, prescindiendo de su posicionamiento hacia nosotras. Una Instrucción agarrada a la ley y poco evangélica, obsoleta para este momento de nuestra historia y su porvenir. Un documento obsesivo con la clausura, la nombra 77 veces, la oración solo 22. En fin, esto nos han impuesto sin poder hacer nada para quitarnos este yugo. Una Instrucción que podría haber sido elaborada desde presupuestos más evangélicos, con misericordia, bondad, belleza y con alegría como corresponde a todo lo evangélico, mostrando plena comunión y simpatía hacia nosotras. Lamentablemente el resultado final es imposición, control, avasallando la más elemental dignidad humana de la libertad. Porque lo que las mujeres hemos de vivir, las mujeres lo hemos de decidir, no los prelados eclesiásticos.
Solo añadir que, esta Instrucción viene de lejos, porque en el año 2012 ya nos mandaron un decreto en el que intentaron imponer la figura del asistente como obligatoria. Luego, al dimitir Benedicto XVI y con el nuevo Papa Francisco, con sus aires más renovadores, aquello quedó olvidado; pero está claro que ellos no lo olvidaron y finalmente se han salido con la suya, imponiendo la obligatoriedad del asistente para todas las federaciones del mundo. Uniformidad total, ninguna acogida a la pluralidad. Parece que, más que la misericordia, prevalece la ley.
Bien, Mara, no me alargo más, solo decirte que, en aquella ocasión del decreto del 2012, escribí al cardenal Joao Braz, prefecto de la Sagrada Congregación y le expresé el desagrado que sentía ante la falta de libertad para las mujeres monjas. No recibí ni acuse de recibo. La verdad, Mara, ¿a qué tanta Constitución, tanta Instrucción, tanta obligatoriedad para unas mujeres que lo único que pretendemos es vivir una sencilla vida para el Evangelio desde nuestros puestos orantes? Con el Evangelio y las Constituciones de la Orden vamos más que servidas. A qué añadir mil documentos más, ¡qué asfixia, qué impertinencia, qué desagradable!
Mi impulso, siempre primario, sería irme, dejarlo todo, alejarme para no pertenecer a una institución que así nos trata. Pero sé que estos impulsos los debo orar y frenar ante Dios, ser humilde y seguir junto a mis hermanas haciendo verdad una vida para el Evangelio, sirviendo, amando, orando. Pero con Teresa de Jesús expreso este lamento: “Pues no sois Vos, Criador mío, desagradecido para que piense yo daréis menos de lo que os suplican, sino mucho más; ni aborrecisteis, Señor de mi alma, cuando andabais por el mundo, las mujeres, antes las favorecisteis siempre con mucha piedad y hallasteis en ellas tanto amor y más fe que en los hombres/ que no hagamos cosa que valga nada por Vos en público, ni osemos hablar algunas verdades que lloramos en secreto, sino que no nos habíais de oír petición tan justa; no lo creo yo, Señor, de vuestra bondad y justicia que sois justo juez y no como los jueces del mundo, que como son hijos de Adán, y, en fin, todos varones, no hay virtud de mujer que no tengan por sospechosa/ Veo los tiempos de manera que no es razón desechar ánimos virtuosos y fuertes, aunque sean de mujeres. Cuando os pidiéremos honras, no nos oigáis, Señor mío, o dineros, o cosa que sepa a mundo; mas para honra de vuestro Hijo, ¿por qué no habéis de oír, Padre Eterno, a quien perdería mil honras y mil vidas por Vos?”  (CE 4,1). Y orar por los  que ostentan cargos de autoridad, sean religiosos o políticos, para que el Espíritu Santo les conceda mentes airosas, sabiduría del Evangelio y corazones generosos, capaces de disfrutar regalando libertades y no recortándolas.
Te escribiré pronto para mandarte la carta que entonces escribí al cardenal Joao Braz, quiero que conozcas su contenido, que sería el mismo que utilizaría si le escribiera en este momento. Yo espero que las comunidades nos manifestemos de alguna manera ante esa realidad. Hay mucho descontento con la frustrante Instrucción. Lo que desearía y propondría es que fuésemos capaces de apelar al Papa y que nos libre él de esta imposición poco afín a sus criterios como Papa. De mí, también daría comienzo a una actitud de desobediencia responsable, ante lo que creo una auténtica injusticia. Jesús no trató así a las mujeres, las trató con mucho cariño y las favoreció siempre.
Mara, acoge este desahogo en tu oración y comprensión, lo necesito, porque mi momento es delicado por hartazgo y desencanto, espero superar la prueba con la gracia de Dios que nunca falta. Un abrazo y hasta pronto.   

DESCANSAR: DEL DESIERTO AL JARDÍN


col depalma
(Mc 6,30-34)
Curaciones y enseñanza. En esto se resume a grosso modo, en Marcos, la misión de Jesús y de los apóstoles, enviados de dos en dos, sin nada para el camino, aceptando la hospitalidad de la gente. Los apóstoles ungen con aceite a los enfermos y enseñan. Y los siguen multitudes. Tienen mucho trabajo y nada de tiempo para descansar, ni siquiera para comer.
El Jesús de Marcos se retira en repetidas ocasiones a la montaña o se sube a una barca para que las multitudes no lo alcancen. Y ahora propone eso mismo a sus apóstoles: “Vengan conmigo a un lugar solitario para descansar un poco”.
Jesús los llama a un lugar solos, a un lugar despoblado, para descansar. Sin embargo, el desenlace no es el esperado porque en el lugar desierto los esperan multitudes hambrientas, necesitadas de enseñanza y de pan. La búsqueda de soledad y de tranquilidad se ve interceptada por la urgencia de una palabra pedagógica, de un alimento que sacie. Solo después de enseñarles y darles de comer, despiden a la gente y Jesús, y solo Jesús, se retira solo a orar al monte. El relato no nos dice nada de lo que hicieron los apóstoles.
Este evangelio es muy significativo para nosotros, los que vivimos en una sociedad definida como “sociedad del cansancio” (Kuhn), donde experimentamos el sobre-crecimiento y el activismo como parte de la cotidianeidad. Estamos, como sociedad, cansados y nos viene muy bien este ofrecimiento de Jesús de soledad, de compañía tranquila, de pausa. Jesús invita en el evangelio de hoy a ir al desierto, a estar con él. A dejar el trabajo y a la gente e ir con él, al desierto.
Hoy, además, recordamos a santa María Magdalena. María, apóstol de los apóstoles, es un modelo de liderazgo para nuestra Iglesia. Pionera en la experiencia de la resurrección, anunciadora a los apóstoles y líder de comunidades. Mujer sanada y aprendiz, maestra y pionera de la resurrección.
Pero además, así como no sabemos si los apóstoles del relato anterior consiguen llegar a un lugar solitario para estar a solas con Jesús (y podemos suponer que no ya que de haberlo conseguido seguramente constaría en los textos evangélicos), sí podemos decir a partir de los textos joánicos que María es aquella que se encuentra en soledad con Jesús, ya vivo para siempre.
Y con una originalidad:  el lugar, ciertamente desierto de personas, no es un desierto de arena y sequía sino un huerto, un jardín. El jardín es el lugar bíblico del amor, de la belleza, de la contemplación y, desde el encuentro del Resucitado con Magdalena, el lugar de la vida, la vida plena, de la abundancia que dura, la que llena.
Con María Magdalena, el desierto o despoblado se convierte en jardín. Y el evangelio de Juan nos sitúa, solos con el Resucitado, en este jardín de las flores y los frutos, el jardín del Maestro y de la Mujer con nombre propio, pronunciado en alto.
Descansar en la sociedad del cansancio puede significar, entonces algo más que el mero separamos del bullicio. Puede significar buscar y encontrar, en medio de los signos de la muerte, a aquel que nos enseña, al Maestro, y reconocernos a nosotros mismos, con nuestro nombre propio, en una vinculación profunda con la vida, y la Vida en abundancia.

LO MÁS IMPORTANTE PARA JESÚS ES LA PERSONA


col fraymarcos

Mc 6, 30-38
Hoy tenemos que tener presente el contexto. Los apóstoles acaban de volver de la misión a la que Jesús les ha enviado (evangelio del domingo pasado). Entre el envío y el regreso, nos ha contado la muerte de Juan Bautista. Terminada la misión de los doce, se vuelven a reunir y se cuentan las peripecias de la tarea que acaba de concluir. Parece ser que les ha ido bien y vienen encantados (Lc lo dice expresamente). La euforia de la gente que les busca ratifica esa visión. El éxito se les está subiendo a la cabeza y no les deja tomar la postura adecuada.
Para entender este pasaje, debemos recordar que después de los primeros éxitos en Cafarnaún, Jesús se retira al desierto para poner en orden sus ideas. En este pasaje, son los enviados los que tienen éxito y deben ser también ellos los que se retiren a examinar su actitud vital. Mc nos está diciendo que los discípulos necesitan una seria reflexión sobre el éxito de su misión, como Jesús necesitó meditar sobre su mesianismo.
“Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco”. El mismo Jesús que les empujó a una actividad febril entre la gente, les lleva ahora a un alejamiento de esa misma gente para dedicarse a ellos mismos. No se trata solamente de la preocupación por su cansancio. Se trata, sobre todo, de que entiendan bien el sentido de lo que está sucediendo y no se dejen llevar por falsos espejismos. Por dos veces se dice que van al desierto, para dejar claro que necesitan una reconversión.
El texto griego no dice ‘lugar tranquilo’ o despoblado sino lugar desértico. La diferencia es importante si tenemos en cuenta el significado que Mc da al desierto, como lugar de lucha contra el mal. Inmediatamente después de ser bautizado, Mc coloca a Jesús en el desierto, para que allí aclare cual va a ser su verdadera misión, superando la tentación del un mesianismo triunfalista. Después del éxito en la sinagoga de Cafarnaún y la curación de la suegra de Pedro y cuando todo el mundo le busca, se marcha él solo al desierto. Ahora Jesús pretende que una reflexión calmada haga superar el estado de euforia.
“Se les adelantaron”. Los planes van a ser frustrados por una urgencia mayor, la de la gente. En la profunda humanidad manifestada hoy, tenemos que descubrir su verdadera divinidad. El relato habla del grupo. “Los reconocieron”, “se les adelantaron”. Al incorporar a los doce a su propia misión, queda establecido el grupo como comunidad. La búsqueda de la gente refleja una carencia de apoyo y estímulo que posibilita la tarea de Jesús. Como la hemorroísa, como Jairo, el pueblo oprimido necesita salvación y la busca en Jesús.
“Como ovejas sin pastor”. Es una imagen clásica en el AT. En una cultura en que la ganadería era el principal medio de sustento, todos sabían perfectamente lo que se estaba insinuando con la imagen del pastor. Siguiendo la primera lectura, Jesús hace una crítica a los dirigentes que, en vez de cuidar de las ovejas, las utilizan en beneficio propio. Siempre ha pasado lo mismo. Nunca han faltado pastores, pero han sido tantas las falsas ofertas y hechas con tanta persuasión, que el pueblo se ha sentido indefenso ante las tales ofertas.
“Le dio lástima”. Hoy no le conmueve un ciego o leproso, sino la gente normal, que anda descarriada. La ‘compasión’ sería una manera más adecuada de expresar el amor, superando los malentendidos que la palabra ‘lástima’ puede comportar. Podemos sentir lástima de una persona, pero no mover un dedo para sacarle de su lastimosa situación. En todos los tiempos podemos constatar políticos y eclesiásticos que no tienen en cuenta al pueblo a la hora de tomar sus decisiones. La actitud de Jesús (enseñar y dar de comer) es el mejor antídoto contra la tentación de buscar en la gente el aplauso sumiso.
“Y se puso a enseñarles con calma”. Por encima de los planes de Jesús, está la necesidad de la gente. Por cierto, el texto griego no dice “con calma” sino “muchas cosas”. Del contexto se deduce que dedicó todo el día a esa tarea pues, a continuación, Mc narra la primera multiplicación de los panes, que empieza advirtiendo de que ‘se hizo tarde’. El tiempo es lo más preciado que tenemos. Tener tiempo para los demás es la mejor manera de responder a las exigencias del evangelio. La vocación del cristiano es ser para los demás.
Se cumple la promesa de Jeremías. Jesús es el único pastor. Como dice Jn, él es el modelo de pastor, el único que no nos va a engañar ni se va a aprovechar de nosotros. Con todos los demás hay que tener cuidado, porque nos pueden desviar poniendo sus intereses por delante de los nuestros. Es una tentación en la que los seres humanos caemos casi siempre; incluso cuando hablamos de Dios, es para manipularlo y ponerlo a nuestro servicio.
Hoy, más que nunca, andan las ovejas desorientadas. Si hay una característica de nuestro tiempo es, precisamente, la desorientación. Es urgente distinguir el verdadero mensaje del evangelio de tanta ideología y partidismo en que hoy está envuelto. Cuando Pablo dice que derribó el muro que los separaba, no se refiere a una situación externa, sino a una actitud de fidelidad a sí mismo, que permite superar la barrera del odio. Lo que nos separa es siempre nuestro falso yo. Nuestro verdadero ser, lo que hay de Dios en nosotros, es idéntico en todos.
Cuando en el evangelio Jesús invita a los apóstoles a retirarse al “desierto”, está tratando de decirnos que solo en el silencio y en el recogimiento interior, podemos encontrar el verdadero ser y solo después de encontrarlo, podemos indicar a los demás el camino. Sin vida interior, sin meditación profunda, no puede haber espiritualidad. Sin esa vivencia no podemos ayudar a los demás a descubrir el manantial de vida que llevan dentro. Si encontramos a Dios en nosotros,  llevarlo a los demás será la tarea más urgente y más fácil de nuestra existencia.
El evangelio de hoy es un reconocimiento de la necesidad del silencio para recuperar la armonía interna, amenazada por el exceso de actividad en cualquier orden de cosas. El estrés que hoy padecemos se debe a que no tenemos tiempo para nosotros mismos. Esta falta de tiempos tranquilos nos impide asimilar y ordenar los acontecimientos, que de esa manera, nos pueden destrozar, como la comida no digerida y por lo tanto indigesta.
Busca en tu interior y descubre allí el verdadero guía. No mendigues más agua que se te da a cuentagotas y por un precio; busca la fuente que está siempre manando y a tu entera disposición. Las mediaciones serán buenas en la medida que no se conviertan en fines o en medios para que otro se aproveche. Te ayudará todo aquel que te ayude a entrar dentro de ti y a ser fiel a las exigencias que nacen de lo hondo del ser. La exigencia fundamental del ser humano es el amor. Sin ser amado puedes desplegar tu humanidad. Sin amar, nunca.
El dedicarse a los demás y la dedicación a uno mismo no son dos aspectos que se puedan separar. La contemplación y la acción no pueden disociarse. Ni una ni otra serían auténticas si las separáramos. Todo acercamiento a Dios lleva directamente a los demás. Todo verdadero acercamiento a los demás, nos acerca inevitablemente a Dios. Si en nuestra vida somos capaces de olvidar uno de los dos aspectos, será la señal de que nos estamos equivocando de objetivo y además, nos estamos alejando del evangelio.

Meditación
La acción sin contemplación sería programación estéril.
La contemplación sin acción sería una falacia.
La vida espiritual te llevará a la preocupación por el otro.
Un verdadero contacto con Dios en la oración,
es ya en sí, una acción en beneficio de todos.


DESCANSO MERECIDO Y FRUSTRADO


col sicre

¿Un relato imposible o un relato simbólico?
El evangelio empalma con el del domingo anterior, cuando Jesús envía a los discípulos de misión. A primera vista se entiende tan bien que casi da vergüenza comentarlo. Pero hay un detalle sorprendente e inexplicable: cuando Jesús y los discípulos se montan en la barca en busca de un lugar solitario, cuenta Marcos que muchos los vieron marcharse, fueron corriendo y llegaron allí antes que ellos. Escribo estas líneas en el centro de la bahía de Cádiz, cuya forma y dimensiones me recuerdan un poco al lago de Galilea. Imagino que Jesús se embarca hacia un lugar solitario. ¿Es posible que la gente vaya corriendo desde Rota, El Puerto de Santa María, Puerto Real y llegue antes que la barca a un sitio que nadie sabe cuál es? Imposible. Esto demuestra que el relato no hay que leerlo desde un punto de vista meramente histórico (lo que ocurrió aquel día) sino simbólico.
El primer aspecto que subraya Marcos es el enorme interés de la gente por Jesús. Ya lo ha dicho antes, indicando que eran tantos los que iban y venían en su busca que no tenían tiempo ni para comer. Cuando Marcos leyese este texto en su comunidad, le obligaba a preguntarse: ¿sentimos nosotros el mismo interés por Jesús? ¿Vamos corriendo detrás de él, o preferimos quedarnos cómodamente sentados en casa?
El segundo aspecto es la dedicación de Jesús a la gente. Cuando se acercan a la orilla y ve a la multitud reunida, no le dice a Pedro que reme mar adentro y busque otro sitio. Siente compasión de ellos porque los ve abandonados, como ovejas sin pastor. Si el primer aspecto sirve de autoexamen a la comunidad, este se dirige a sus responsables. ¿Siento compasión de la gente, o procuro quitarme de en medio cuando me van a fastidiar mi merecido descanso?
El tercer aspecto, muy importante, es que Jesús, al sentir compasión, no se dedica a hacer milagros, sino a enseñar. Y la gente parece satisfecha con eso. El viaje en busca de Jesús ha merecido la pena.
Pastores malos, pastores buenos, descendiente de David (1ª lectura)
El texto recoge ideas típicas de mediados del siglo VI a.C., durante el destierro de Babilonia. Por entonces era frecuente acusar a los reyes, los pastores, de haberse despreocupado del pueblo y provocar que marchara al destierro.
En esas circunstancias, los profetas están convencidos de que Dios no abandona a su pueblo, pero esa esperanza adquiere matices muy distintos. Es frecuente la idea de que Dios mismo reunirá al pueblo de todos los países donde se encuentra disperso. ¿Qué ocurrirá después? En unos textos se dice que el mismo Dios será su rey; en otros se habla de una restauración de la monarquía, con buenos reyes; en otros, de un rey maravilloso.
El texto elegido por la liturgia mezcla las dos últimas ideas: en un caso se habla de "pastores", en plural; al final, de un descendiente de David que gobernará rectamente, practicando el derecho y la justicia.
Administrar justicia – enseñar
Ya que esta lectura se ha elegido por su relación con el evangelio, es importante advertir que la esperanza política depositada en el descendiente de David, que administra justicia y practica el derecho, adquiere un matiz muy distinto en Jesús, que centra su actividad en enseñar.

HUMANIDAD DE LA NATURALEZA


comentario editorial

Una sinfonía debe ser como el mundo, debe abarcar todo (Gustav Mahler)
22 de julio. Domingo XVI del TO
Mc 6, 30-34
Al desembarcar, vio un gran gentío y se compadeció porque eran como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles muchas cosas
El pintor inglés William Hogarth en su célebre grabado Los cuatro estados de la crueldad, muestra la historia de un hombre a través de cuatro grabados. En el primero se le ve de niño martirizando a un perro.  En el segundo, como cochero, maltrata brutalmente a su caballo caído en el suelo. En el tercero lo detienen por haber asesinado a su amante, y en el cuarto un perro devora su corazón, que yace en medio de sus entrañas. Cuando el hombre no respeta a los demás seres vivos, éstos acaban perdiéndole a él dicho respeto.
En general la tradición cristiana ha hecho poco caso de los animales. Entre las raras voces discordantes, tenemos el ejemplo de Francisco de Asís, que en el siglo XIII pedía a sus hermanos que “honrasen a todo lo que vive”. Se cuenta que predicaba a los pájaros, que volvió pacífico a un lobo feroz que aterrorizaba a los habitantes de Gubbio. Y otro, éste del siglo XXI, que ha querido rendir homenaje a su santo patrón publicando una encíclica consagrada a las cuestiones ecológicas, Laudato si, que preconiza el respeto a los animales: “El corazón es único, y la misma miseria que nos lleva a maltratar al animal, no tarda en manifestarse en la relación con otras personas”, dice hyZurbarán le pintó en actitud contemplativa. Un Poverello de Assisi -verdadero pobre de Dios-, reconocido hasta por los ecologistas como un hombre de nuestro tiempo, que vela sin descanso por la salud de mundo entero.
Como prototipo de tropelías tenemos al obispo Barthélemy Boganda (1910-1959), líder político nacionalista de la actual República Centroafricana, que declaró malditos y excomulgados a ratones y hormigas que estropeaban las cosechas. Su osadía le costó también a él la vida. Hormigas y ratones conmemoraron aquel día, como el perro de Hogarth, la tragedia.
“No tenemos dos corazones, uno para los hombres, otro para los animales. O se tiene corazón o no se tiene”, dijo el escritor, poeta y político francés Alfonso de Lamartine (1790-1869).  p 9 Escritores, filósofos, científicos, y psicólogos que saben que un ser humano solo puede crecer en humanidad siendo lo más respetuoso posible con todos los seres sensibles que pueblan la tierra. p 19 Todos ellos, como Jesús de Nazareth -maestro ilustre, conocedor de la vida campestre.  ¿No dijo un día -y yo con él lo digo, pues también nací en un pueblo-“Fijaos en las aves del cielo: no siembran ni cosechan, ni recogen en graneros, y sin embargo vuestro Padre del cielo las alimenta (Mt 6, 26). Y en 6, 28-29, “Mirad cómo crecen los lirios silvestres, sin trabajar ni hilar. Os aseguró que ni Salomón, con todo su fasto, se vistió como uno de ellos.
Frédéric Lenoir (1962), filósofo, sociólogo, -escritor francés y doctor de la Escuela de altos estudios en ciencias sociales- escribe en la contraportada de su obra Carta abierta a los animales y a los que no se creen superiores a ellos lo siguiente: Porque mostrar humanidad no significa simplemente respetar a los otros seres humanos, sino a todo ser vivo con sensibilidad y conciencia. Y es precisamente ahí, en nuestra posición de especie más consciente y más poderosa del planeta, donde como seres humanos tenemos que expresar nuestra superioridad moral, utilizando nuestro privilegio no para explotar y destruir a las otras formas, sino para protegerlas”.
El concepto de relaciones del ser humano con el resto de los seres ha variado sustancialmente a lo largo y ancho de su existencia. En sus inicios, por ejemplo, el Homo sapiens consideraba que la naturaleza entera estaba habitada por fuerzas y espíritus: el denominado animismo, derivado del término latino anima. Idea que engloba diversas creencias en las que tanto objetos de uso cotidiano como cualquier elemento del mundo natural (montañas, ríos, el cielo, la tierra, plantas, animales, árboles, etc.) están dotados de alma o consciencia propia. Esto se puede expresar simplemente como que todo está vivo, es consciente o tiene un alma. En África el animismo se encuentra todavía hoy en su versión más compleja y acabada, incluyendo el concepto de magara: fuerza vital universal, que conecta a todos los seres animados, así como la creencia en una relación estrecha entre las almas de los vivos y los muertos. En el Neolítico, dejó der considerar estaba encantado y poblada de espíritus, remplazándoles por los dioses de la ciudad, a los que rendía culto, con objeto de obtener su protección contra sus enemigos, y la ayuda necesaria para vivir: lluvia para las cosechas, fecundidad de los ganados… etc.
Finalizaremos nuestro comentario mencionando lo referente al reconocimiento de los derechos de los animales. En la Declaración Universal de los Derechos del Animal, aprobada en Londres en 1977, de sus catorce artículos, los dos primeros manifiestan:
Artículo 1.
Todos los animales nacen iguales ante la vida y tienen los mismos derechos a la existencia.
Artículo 2.
a) Todo animal tiene derecho al respeto.
b) El hombre, en tanto que especie animal, no puede atribuirse el derecho de exterminar a los otros animales o de explotarlos violando ese derecho. Tiene la obligación de poner sus conocimientos al servicio de los animales.
c) Todos los animales tienen derecho a la atención, a los cuidados y a la protección del hombre.
En nuestro Poema, cantamos las glorias de una de esas humildes criaturas -el cedro-, en cuyo seno acoge junto al hombre, a cuantos seres viven hermanados en el Planeta Tierra, pues Una sinfonía debe ser como el mundo, debe abarcar todo”, escribió Gustav Mahler).

EL CEDRO
Sueñas los sueños de Dios en el bosque.
¡Vanos sueños!
Tu olor piadoso no tolera
ni gusanos ni insectos.

¡Templos de Salomón, en oleaje
 incesante de oración hacia el cielo!
Copa piramidal; pero tus ramas,
horizontales siempre sobre el suelo.

¡Árbol con alma que el espacio llenas
resonando vida hacia los muertos, 
acógenos a todos los humanos
como acoges las aves en tu seno!

Te canta Gilgamesh en su Epopeya,
y el Salmista lo entona en este verso:
“florecerá como la palma el justo,
Crecerá inmarcesible como el cedro”.

¿Será crecer sin marchitarse, el modo
de revolucionar el universo?

Más que de un Efecto Llamada, tendríamos que hablar de un efecto huida


Antonio Zugasti

Hablan de “Efecto llamada”. Pero eso es sólo una muestra más de “la posverdad”, ese magma de confusión y mentira que domina todo el discurso neoliberal. Ocultación o deformación de la verdad, que se impone en los grandes medios de comunicación y en las palabras de los políticos del sistema. Lo que realmente se da es un “Efecto huida”, huida de unas condiciones de vida miserables o de unos conflictos mortíferos. Conflictos que se libran en gran parte con armas fabricadas en Europa o Estados Unidos, cuando no con la intervención directa de tropas de esos países.
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Lenguaje, verdad y ética

Antonio Gil de Zúñiga
www.atrio.org
Da la impresión de que la verdad tiene los días contados, si echamos una mirada crítica a los medios de comunicación de masas, a los uasaps, a los tuiters…, a las llamadas redes sociales, que actúan con frecuencia desde el anonimato. El lenguaje va por un lado, la verdad por otro y la ética ni está ni se la espera. Parece que el lenguaje tiene barra libre para referirse a la realidad a su antojo. Los tertulianos/as televisivos o radiofónicos, los uasaps, los tuiters… lanzan sus afirmaciones sin verificar que lo que sostienen se adapta a la realidad, a la verdad.

Si el “lenguaje es la casa del ser”, según la máxima de M. Heidegger, hay que cuidarlo como tal, con esmero y con la intencionalidad de acercarse al referente, a la realidad, con la mayor exactitud posible. No en vano afirmaba la filosofía escolástica que la verdad es “adaequatio intellectus cum re“; es decir, nuestro entendimiento debe hacer una fotografía de la realidad. Y para ello el ser humano posee una potente herramienta que es el signo lingüístico. Ahora bien, su objetivo primordial es captar la realidad que está fuera del sujeto para transmitírsela a otro, al receptor. Sin embargo, el lenguaje como producto humano y social, no siempre cumple con esa función primordial de transmitir la realidad tal cual; no siempre se comporta de manera inocente, sino que, a diferencia del lenguaje animal, como advierten CK. Ogden y IA. Richards, puede llegar a la perversión, a un intento de engañar al receptor mediante una “verdad” camuflada.
          Esto no ocurriría si la ética estuviese presente en este contencioso y formara parte como la tercera coordenada de la comunicación. Así nuestro lenguaje se adaptaría a la realidad objetiva si la ética estuviese presente como árbitro imparcial, que marcara las líneas rojas en cada acción comunicativa. Es cierto que para J. Habermas, gran defensor de la teoría de la acción comunicativa, mediante la comunicación se busca el entendimiento con el otro, con el oyente, pues hay un presupuesto pragmático, que da pleno sentido a la acción comunicativa y es que hay un reconocimiento mutuo de igualdad entre los interlocutores.
          Sin embargo, cuando el comunicador, el tertuliano, el tuitero… hablan, lo hacen desde su posición de verdad; una verdad, por cierto, incuestionable e inamovible, una verdad absoluta, que ya A. Machado ponía en cuestión: “¿Tu verdad? No, la verdad y ven conmigo a buscarla”. No hay, pues, reconocimiento mutuo de igualdad entre emisor y receptor; a éste se le considera un mindundi y un desconocedor del asunto. Es más, la palabra está “protegida” por la libertad de expresión de una sociedad democrática y que esta palabra mía se adecue a la realidad, siendo entonces una palabra verdadera, importa menos y aquí la ética no tiene nada que decir y, por supuesto, nada que corregir ni señalar los límites de mi lenguaje. Dentro de esta reflexión me fijaré en unos sectores concretos de nuestra sociedad:
1. Tertulianos/as. Un día sí y otro también los tertulianos/as televisivos o radiofónicos, más de uno, se explayan a sus anchas buscando más el titular impactante que el reflejar la opinión conforme a los parámetros de la verdad y de la ética. Desde posiciones de hooliganismo, sobre todo político, lanzan la frase abiertamente denigrante y falsa o camuflada bajo la apariencia de verdad. Con la llegada de Pedro Sánchez, PSOE, al gobierno se han disparado los discursos abusivos, carentes de verdad y, por lo tanto, sin control ético. Aquello que se atribuye a J. Goebbels, que una mentira repetida mil veces se hace verdad, es un hecho preocupante y que ahora no es necesario ni siquiera repetirla mil veces.

          En estos tiempos parece más rentable socialmente decir una falsedad que una verdad; el que así dice falsamente es una persona con agallas y defensora de unos valores patrios (?). Ejemplos, los hay para muchas páginas. Hace unos días en una conversación privada con una persona, una monja de vida activa, hablando de lo divino y de lo humano, sin duda más de lo humano que de lo divino, porque dimos un repaso a la política actual, me dijo lo que se ha repetido hasta la saciedad entre tertulianos/as y redes sociales: que Pedro Sánchez no ha sido elegido democráticamente, porque no ha habido elecciones de por medio. Intenté convencerla, no sé si lo conseguí, que se trata de una frase engañosa y muy lejana de la verdad.
Si el Parlamento ha sido elegido democráticamente, todo lo que emana de él es democrático; es más, la democracia se rige por mayorías y la moción de censura contra Rajoy ha obtenido la mayoría parlamentaria; por lo tanto, la verdad es que Pedro Sánchez ha sido elegido democráticamente. Entre otras cuestiones, mi interlocutora se refirió al traslado del Valle de los Caídos de los restos del dictador Franco; para ella con este gesto no se consigue la reconciliación, porque entre otras razones, si Franco fue malo también lo fue la República. Sabía que esta expresión no era propia de la monja, porque la he escuchado en alguna tertulia televisiva. Una expresión que no se adapta a la verdad, porque la República fue elegida democráticamente y el golpe de Estado de Franco fue contrario a la democracia, independientemente de que algunas acciones de la República o realizadas bajo su paraguas fuesen correctas.
2. Políticos. El lenguaje de muchos políticos desconoce qué es eso de la verdad y de la ética; son palabras que no existen en su diccionario. Ya no importa tanto el título que va a salir en los medios de comunicación, cuanto su rentabilidad política, puesto que la expresión falsa y engañosa más de uno la convierten en verdad. Se ha repetido en estos días en las redes sociales y en las tertulias que el Presidente del Gobierno usa el helicóptero para ir al aeropuerto y que Rajoy no lo hacía, con el consabido gasto público que conlleva el uso de un helicóptero para un desplazamiento corto. Así expresada esta realidad tiene visos de ser verdadera, pero la ética nos dice que en este discurso lingüístico hay un comportamiento y una actitud de falsear la realidad.
Al parecer Rajoy no usaba el helicóptero para ir al aeropuerto, pero había una razón personal: su accidente de helicóptero en la plaza de toros de Móstoles. Si el político con su lenguaje, falseando la realidad, busca su propio beneficio, debería tener en cuenta el consejo de Aristóteles en su Ética a Nicómaco: “Conducirse éticamente significa querer el bien por sí mismo. El bien es ciertamente deseable cuando interesa a un individuo pero se reviste de un carácter más bello y más divino cuando interesa a un pueblo”.
3. Eclesiáticos. No son muy ejemplares muchos eclesiásticos o clérigos, principalmente obispos, en esto del lenguaje social o político. Parece que actúan más desde el hooliganismo político que desde la actitud ética de ofrecer una palabra veraz y en consonancia con la realidad, aunque ésta no sea del agrado clerical. Es curioso que estos clérigos tan amantes y defensores de la verdad absoluta y denostadores, por lo tanto, del relativismo, se refugien en la llamada posverdad, la mentira emotiva, que la RAE define como distorsión deliberada de la realidad. Todos los días se producen posverdades clericales, más ahora con el socialista Pedro Sánchez en el gobierno: la memoria histórica y el traslado de los restos del dictador Franco a una tumba privada, clase de religión en la escuela pública, ley de género, sexólicos anónimos del obispo de Alcalá, etc.
         

Si nos fijamos en el primer tema señalado: resignificación del Valle de los caídos y traslado de los restos del dictador Franco a una tumba privada, esto es para los obispos españoles, según el comunicado de la Conferencia episcopal española después de su reunión ordinaria de estos días, un perturbar la concordia y la reconciliación alcanzada por la transición española y plasmada en la Constitución de 1978. La posverdad episcopal es llamativa, porque no puede haber reconciliación mientras existan los miles de muertos franquistas enterrados y abandonados en cunetas o lugares no identificados.
Ellos, expertos en reconciliación, han de saber que la reconciliación conlleva el perdón. “Si vas a presentar una ofrenda ante el altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar, ve primero a reconciliarte con tu hermano y luego vuelve a presentar tu ofrenda” (Mt 5,23-24). Con el perdón se restablece el diálogo y el encuentro con el otro, la verdadera reconciliación. Al aceptar ese encuentro se establece una relación de projimidad, como señala P. Laín Entralgo, de reconocimiento mutuo entre el yo y el otro. Que yo sepa, los obispos españoles, oficialmente, no han entonado un mea culpa por las implicaciones de la jerarquía católica en el golpe de Estado del general Franco, que tanto sufrimiento causó a la sociedad española, y por el apoyo incondicional a la posterior dictadura franquista. Es bueno y saludable para la sociedad española, desde los parámetros del perdón y de la reconciliación, que se lleve a cabo la ley de Memoria histórica con todos sus detalles.

         La verdad es, pues, posible y el lenguaje su mejor herramienta de expresión, por más que filósofos, como Locke, Kant, Bertrand Russel…, adviertan de la posible arbitrariedad de la palabra en referencia al objeto. Pero la posverdad o mentira emotiva o distorsión deliberada de la realidad no puede acampar a sus anchas en las relaciones humanas. La ética es la que tiene la última palabra. Ahí está el consejo de Pablo de Tarso a los de Éfeso: “Dad de lado a la mentira, hable cada uno verazmente con su prójimo, ya que todos somos miembros unos de otros” (Éf 4,25).