FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA
SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA
ESTAMOS EN LARREA,4 - 48901 BARAKALDO

BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

ATALAYA
ATALAYA NOVIEMBRE DE 2024

SESIÓN DEL REPARTO DE PREMIOS

SESIÓN DEL REPARTO DE PREMIOS
PINCHAR LA FOTO PARA IR AL ÁLBUM

jueves, 16 de enero de 2014

Barakaldo: Un superviviente de Auschwitz se pone en contacto con alumnos de 1º de Bachillerato


H_1   Oscar Gonzalez-ek, gure ikastetxeko Historia-irakasleak, Auschwitz-en zegoen judutar bati gutun bat idatzi zion eta honek erantzun. Garai eta egoera haren izugarrizko lekukoa da eta Batxilergoko Historia-ikasleek gurekin partekatu nahi dute.
  El día 8 de enero, los alumnos de Historia de 1º de Bachillerato recibimos una agradable sorpresa: era la contestación a la carta que en diciembre nuestro profesor Óscar mandó a Darío Gabbai, superviviente del campo de exterminio de Auschwitz Birkenau.
No era la primera vez que recibíamos noticias suyas, pues en noviembre ya nos habíamos puesto en contacto con él. Pero contar con la palabra y el testimonio directo de un superviviente del horror nazi nos conmovió, y decidimos enviarle varios regalos, entre ellos, nuestra foto y una camiseta con el lema PEACE AND TOLERANCE (paz y tolerancia)Daríonos ha enviado un vídeo en el que aparece con esta camiseta y nos saluda, hablando en perfecto castellano, junto a su amigo Robert —que le ayuda en todo momento—.
Esta carta ha sido importante para nosotros, ya que, tras el esfuerzo realizado, nos permite conocerle de manera más cercana. Esperamos seguir en contacto con él, que nos siga contando algo de su historia y su vivencia personal. Dejamos a continuación una breve biografía.
Darío Gabbai nació el 2 de septiembre de 1922 en la ciudad griega de Salónica. El 24 de marzo de 1944 fue capturado por los nazis y el 1 de abril fue mandado a Auschwitz (Polonia) en tren. Allí, donde fue registrado con el número 182568, la mayor parte de su familia fue exterminada. Él, en cambio, consiguió salir vivo, aunque se vio obligado a trabajar en las cámaras de gas formando parte de un “Sonderkommando”, judíos forzados a trabajar en los hornos crematorios. Darío trabajó ayudando a la gente a desvestirse antes de morir en las cámaras de gas, moviendo los cuerpos a elevadores que posteriormente irían a los hornos.
Cuando las SS evacuaron Auschwitz, fue mandado a Austria; allí fue obligado a trabajar cavando túneles y también fue tomado como prisionero en el campo de concentración de Ebensee de donde fue liberado definitivamente el 8 de mayo de 1945 por el ejército estadounidense.
El testimonio de Darío ha aparecido en los documentales ‘Auschwitz: The Nazis And The Final Solution’ (BBC, 1995) y ‘Los últimos días – The Last Days’ (documental producido por Steven Spielberg en 1998).
Texto: José Manuel Simón y Borja Ordóñez

El estreno del neocardenal Antonio Duato



Ya saltó el anunciado cardenal honorífico de España.
Si llena de brumas se nos presentó la elección papal (¿de quién se deja aconsejar Francisco para ese tipo de elecciones? ¿qué conocía Francisco de Fernando Sebastián?) más desconcierto aún nos deja la manera como ha arremetido en su primera ocasión (ver El Periódico y La Opinión, contra las mujeres, atreviéndose a sentenciar sobre sus intenciones ocultas y a dogmatizar sobre la naturaleza de niño con plenos derechos humanos que tendría el cigoto o el embrión.

creerse inteligente y “elegido” puede ocultar la mayor ignorancia sobre la vida real. Y esto le lleva a meterse en todos los charcos, como cuando recomendó votar al Tercio católico y Falange Española y de las JONS, -¡en 2007, siendo obispo en Navarra!- porque eran con otros dos los únicos partidos que “quieren ser fieles a la doctrina social de la Iglesia en su totalidad”.
Personalmente lo conozco desde hace cuarenta y cinco años, le sucedí en 1971 como director de la revista Iglesia Viva y hemos tenido nuestras tensiones que son historia. De más tiempo le conoce su condiscípulo Pedro Casaldáliga, pero me consta que su amitad y sus visitas tampoco pudieron seguir. Pero no creía que sería capaz de empezar así su cardenalato, un regalo del papa Francisco, cuando hay tantos niños y mujeres en el mundo real, víctimas reales de las injusticias reales que podrían haber atraído un pco su atención, en vez de tenerla fija en el útero de las mujeres. No se me ocurre sino decirle que sea congruente con lo que piensa y que lleve sus premisas hasta las últimas consecuencias. Como hace José Ignacio Calleja en estos comentarios a su entrevista en Religión Digital.

· José Ignacio Calleja

miércoles 15 enero 2014, 11:47

Fernando Sebastián: “Todas las mujeres que quieren abortar lo que buscan es quitarse del medio a sus hijos para disfrutar de la vida. ¿Cuántas niñas hay que quieren abortar por ser violadas? Esa es la pregunta. De los 120.000 abortos al año ¿cuántos son por violación? Este debate esta pervertido. Nadie quiere reconocer la verdad que es que se está matando a un niño que empieza a vivir en el vientre. El aborto es matar un niño y nadie quiere mirar al frente. Esta hipocresía está pervirtiendo las conciencias”. Si lo cree en estos términos exactos, ¿por qué cobra él un salario de un Estado que lo permite? ¿Por qué trata amistosamente con sus autoridades? ¿Cómo es que duerme en paz en una residencia con buen clima? ¿No tenía que estar en la calle, ejerciendo del deber de resistencia día y noche contra los supuestos asesinos y el Est…ado que lo consiente, en la persona de los más inocentes? ¿Cree que cumple con el sagrado deber de dar la vida por ellos, si preciso fuera, solo por responde.
• ¿Cree que cumple con el sagrado deber de dar la vida por ellos, si preciso fuera, solo por responder con rotundidad a una entrevista o a mil? ¿Cómo acepta ser cardenal de un Estado (la Iglesia) que reconoce y pacta con todos los Estados, el español entre ellos, donde esa masacre de niños inocentes asesinados, – según sus palabras -, es permitida? ¿Cómo se reconoce en ciudadano de esos Estados y de sus democracias? Me parece que todos entendemos lo que quiere decir, – con la verdad fundamental a la que apunta -, pero en el decirlo, es un bárbaro moral, es decir, temerario y cruel. Lo siento de veras.
Por cierto: ¿No debía oponerse tajantemente Fernando también al nuevo proyecto de la ley de Gallardón porque permite el asesinato de un niño sólo por el hecho de que su padre fuese un violador? ¿Desde cuándo los hijos son culpables de los pecados de sus padres? Fernando, ya que estás dispuesto a dar la vida por Cristo como indica el rojo de la que será tu nueva vestidura, arremete en serio contra la ley de Gallardón pues sigue siendo una invitación al asesinato de inocentes.

Gamonal como síntoma Esther Vivas


Luchamos por nuestros barrios, vecinos, derechos. Luchamos por todo aquello que nos han robado o nos quieren robar. Esta es la esencia de los tiempos que corren. Época de desengaño, angustia, desesperación, pero, también, de rabia, indignación, rebeldía. Gamonal no es una anécdota más sino un síntoma del ahora.
Aún recuerdo como quince años atrás salíamos a la calle para decir que los pobres del Sur no tenían porque pagar su deuda, que era ilegítima e ilegal. Luego nos movilizaríamos contra el Banco Mundial, la Unión Europea, el G8, la Organización Mundial del Comercio. A la calle contra una globalización neoliberal que mercadeaba con derechos y libertades. Después llegaría la guerra en Afganistán y la guerra en Irak y el Trío de las Azores. Millones de personas salimos al frente para decir “No a la guerra”. Solidaridad con lo desconocido, internacionalista y esencial, que sabíamos formaba parte de nosotros.
Allí en el Sur, veíamos experiencias de auto-organización popular y resistencia. En Sudáfrica, las campañas contra los desahucios, las anti-eviction campaign, en barrios pobres y humildes. Vecinos que se organizaban para detener los desahucios, los cortes de agua y electricidad. En Brasil, movimientos campesinos ocupando tierras, devolviendo la dignidad a los de abajo. En Bolivia combatiendo la privatización y el negocio del agua. En Argentina, poniendo en marcha cooperativamente fábricas, tras el cierre patronal, organizando asambleas barriales y cortando carreteras para reivindicar empleo. Me acuerdo de marchas en Senegal que decían “no” al pago de la deuda, con pancartas contra el FMI y el Banco Mundial. Gente corriente obligada a saber de las bambalinas del tablero global. Aquí, vivíamos en la supuesta abundancia.
La crisis, sin embargo, nos hizo abrir los ojos a Matrix. Despertamos de la fiesta del Capital. De repente, vimos como la pobreza, los desahucios, el paro y el hambre habían entrado, sin avisar, en casa. Hoy nuestras ciudades y barrios se parecen un poco más a las villas miseria del Sur global. Lo vemos día a día a nuestro alrededor. Ya no luchamos solamente por aquellos que viven a miles de kilómetros de distancia. Lo hacemos ahora por nosotros, por dignidad, derecho y justicia. Las gentes de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y tantos otros que combaten los desahucios, aquellos que se rebelan contra la estafa de las preferentes, los que se organizan contra el copago sanitario, los que dicen “basta” al aumento abusivo de tarifas del transporte público son el mejor ejemplo. Historias invisibles, anónimas, pequeñas y esenciales que configuran nuestra resistencia colectiva.
Gamonal no es una lucha más es un síntoma de los tiempos que vivimos y del profundo hartazgo y malestar social. Muchos se preguntan donde está la imprescindible revuelta ante tanto dolor. Los procesos de cambio, las rupturas, sin embargo, son inesperadas e intempestivas. Quién hubiese dicho que un joven universitario y vendedor ambulante quemado a lo bonzo sería el detonante de la revolución tunecina y la Primavera árabe o que la férrea voluntad por salvar unos árboles de un parque daría lugar a la masiva protesta en Turquía. De lo aparentemente anecdótico puede saltar la chispa que prenda la llama. Todo depende de cuánta gasolina haya concentrada. Y como hemos visto, estos días en el Gamonal, hay mucha.

¿Podemos esperar? José Arregui, teólogo


No me refiero a si podemos esperar algo que desearíamos que suceda. Esperar no es estar a la espera. Tampoco me refiero a si tenemos razones para esperar. No necesitamos razones para esperar. Necesitamos esperar sin razones, como respiramos, como vivimos. Una flor no se abre ni exhala su perfume por algo exterior, sino por sí misma, por su propia razón de ser, por la misteriosa ley de la vida, con sus propios motivos y fines. Así es todo el universo, y es todo el universo el que se mueve en cada vida.
Nadie ama de verdad porque se lo manden desde fuera, como nadie vive o respira por convicciones ni por motivos extraños a la propia vida, al propio aliento vital. El amor, el aliento, la vida nos mueven por dentro. Un impulso misterioso nos abre y nos atrae, nos empuja a ser, a vivir. Ser significa inter-ser. Vivir significa con-vivir. Basta que el impulso esté vivo y nos dejemos llevar. Amamos porque amamos, respiramos porque respiramos, vivimos porque vivimos. Entonces nos sentimos libres y plenos.
Nadie espera verdaderamente por razones externas: porque Dios exista o porque haya impuesto leyes o hecho promesas, o porque Jesús haya resucitado y corroborado la fe en la vida eterna después de la muerte. Ésas son creencias, y cambian con los tiempos y las culturas. Las creencias, como las leyes, pueden ayudar a sostener la esperanza, pero no la suscitan, no son su fuente. La esperanza verdadera, como la fe auténtica, no depende de creencias y de normas. Esperar es una forma de vivir. Esperar es ser fiel al dinamismo profundo de la vida, dejarse llevar simplemente por el espíritu que nos habita. El Espíritu universal que todo lo une y libera, que todo lo mueve y atrae. Esperar es vivir en respiro y respeto, en libertad y comunión. Esperar es simplemente vivir, dejarse llevar por la secreta ley o, más bien, por el Espíritu de la vida.
Lo expresa muy bien el relato bíblico de la creación, una bella metáfora de la esperanza como energía vital que lo recorre todo y de la esperanza como manera de vivir que lo transforma todo. El relato del Génesis no expone motivos para seguir esperando, sino que nos abre los ojos al movimiento que mueve la creación entera que está creándose, que gime y goza, buscando el Sábado del descanso. Es la esperanza de la creación que nos mueve a todos los seres.
“Al principio creó Dios el cielo y la Tierra” (Gn 1,1). “Al principio” no se refiere a un tiempo pasado, al comienzo temporal absoluto del mundo, que no sabemos ni si existió. Se refiere más bien al fundamento y la fuente permanente del ser y de la vida. La creación no tuvo lugar en algún pasado remoto, sino que está teniendo lugar hoy, aquí, ahora. La creación está en permanente acto, está teniendo lugar sin cesar.
Cada día es el primer día de la creación. Cada instante es el principio. Estamos siendo creados. No estamos acabados y abandonados, no estamos condenados a un plan predeterminado y frío. La creación está dándose y renovándose en cada instante, y una Energía profunda y buena nos acompaña, anima y mueve. En tiempos de desesperanza es bueno recordar y decirnos: “Somos criaturas, estamos siendo amorosamente creados e impulsados a crear. Hay esperanza”.
“El Espíritu aleteaba sobre las aguas” (Gn 1,1). “Aleteaba” puede traducirse también por “vibraba”. Todo vibra en el universo: vibran las partículas y vibran los átomos, vibran las estrellas y vibran las galaxias, vibran el canto y la danza. Cada sonido es vibración y también el silencio es vibración. Dicen que el Big Bang surgió de la vibración del vacío cuántico. No entiendo lo que eso pueda ser, pero sí entiendo que el corazón de cada ser, pequeño o grande, piedra, planta o animal está vibrando. La vida es vibración.
El Espíritu que aleteaba sobre las aguas es la imagen de la vibración divina que habita y mueve en el corazón de cuanto existe. El Espíritu es la respiración universal. Todo respira, y es el Espíritu divino el que respira en todo, también en el fondo de eso que llamamos materia y que consideramos equivocadamente algo inerte y estático. No hay ninguna oposición entre lo que llamamos materia y lo que llamamos espíritu, pues la materia es una forma de la realidad, la matriz o el soporte de todo ser viviente, sintiente, pensante, consciente, y el espíritu es otra forma de la realidad, la manifestación o la emergencia consciente del soporte que llamamos materia y que, en última instancia, es energía.
Todo es energía, movimiento, relación, y de ahí brotan maravillosamente todas las formas de todos los seres, como de una misteriosa matriz materna. “El Espíritu –o la Ruah, femenina en hebreo– que aleteaba sobre las aguas” es una bella imagen de la matriz o del útero originario fecundo de todo cuanto es. Cuanto existe es amorosamente acogido, fecundado, gestado, portado en ese cálido útero que podemos llamar divino: “Dios”.
Mirar de este modo la realidad nos mueve a confiar, esperar, respirar. Mirémosla así: la realidad entera alentada y sin cesar fecundada por el Espíritu materno; la realidad entera cargada de infinitas nuevas posibilidades, cargada de Infinito. Podemos esperar.