FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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viernes, 11 de septiembre de 2015

Cardenal Walter Kasper: “Francisco es el Papa de las sorpresas”

 


Con el reciente anuncio de que los sacerdotes tendrán la facultad de perdonar a las mujeres que abortaron, el Papa Francisco ha llevado nuevos heridos al hospital de campaña, la imagen con que le gusta definir la realidad de la Iglesia.
Así lo entiende el cardenal Walter Kasper, reconocido teólogo alemán, que guarda plena sintonía con el papa argentino. El religioso advirtió sobre el “cisma práctico” que afecta a la Iglesia cuando la defensa a ultranza de principios y doctrinas empuja a muchos fieles a alejarse. “A muchos, la doctrina de la Iglesia les resulta muy alejada de la realidad. Hay una especie de cisma práctico. Es un problema que hay que pensar, pero del que hoy no se habla”, dijo, en una entrevista con La Nación el destacado teólogo, de 82 años y presidente emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad Cristiana. ··· Ver noticia ···

Domingo 13 de Septiembre, 24 Tiempo Ordinario – B (Marcos 8,27-35): Reconocer a Jesús el Cristo José Antonio Pagola

 


El episodio ocupa un lugar central y decisivo en el relato de Marcos. Los discípulos llevan ya un tiempo conviviendo con Jesús. Ha llegado el momento en que se han de pronunciar con claridad. ¿A quién están siguiendo? ¿Qué es lo que descubren en Jesús? ¿Qué captan en su vida, su mensaje y su proyecto?
Desde que se han unido a él, viven interrogándose sobre su identidad. Lo que más les sorprende es la autoridad con que habla, la fuerza con que cura a los enfermos y el amor con que ofrece el perdón de Dios a los pecadores. ¿Quién es este hombre en quien sienten tan presente y tan cercano a Dios como Amigo de la vida y del perdón? ··· Ver noticia ···

Domingo 13 se septiembre de 2015, 24º del tiempo ordinario

 


24 del tiempo ordinarioBJuan Crisóstomo, obispo y doctor (407)
Cuando los cristianos se propusieron la transformación del mundo esclavista, inhumano y violento que había impuesto el imperio romano, no comenzaron su labor apelando al hambre de la gente, ni a sus deseos de «acabar con los opresores romanos», sino que apelaron a la conciencia. En efecto, los discursos que prometen remediar el hambre, sólo son efectivos en la medida en que la carencia, la desprotección y el abandono son vistos como injusticias ··· Ver noticia ···

Carta abierta de cristianos de Cataluña a cristianos del conjunto de España


Es ésta una carta escrita con pesar, con cierto sentimiento de fracaso en la convivencia hispánica, en lo que atañe a la relación entre la identidad de Cataluña y el conjunto de España. Es, por otro lado, una carta necesaria si queremos proyectar algo de luz en una situación nueva –quizá poco previsible hace todavía poco tiempo- por la que atraviesa actualmente Cataluña y, consecuentemente, España.
Para ayudar a comprender esta situación, trataremos de exponer brevemente su fundamento histórico, su realidad de presente y sus perspectivas de futuro.



1. En primer lugar, parece oportuno poner de relieve que Cataluña es una nación. Es decir, que posee aquellos elementos básicos que constituyen el entramado de una nación: una lengua propia (con su literatura), una cultura específica, un derecho peculiar, una tradición secular, unos símbolos identificadores, entre otros distintivos singulares. Todos los pueblos que reúnen estas características merecen el calificativo de naciones y, tal como afirmó Juan Pablo II, “nadie, – un Estado, otra nación, o una organización internacional – puede sostener legítimamente que una
nación no sea digna de existir.” (Discurso a las Naciones Unidas en el 50 aniversario de su fundación, Nueva York 5 octubre 1995).


2. La nación catalana, aunque con oscilaciones y altibajos en su necesidad de afirmarse como tal en el seno de España, ha existido desde tiempos muy antiguos. Los historiadores citan el año 988,
año de la emancipación de los condados catalanes respecto al rey franco Hugo Capeto.
3. En la transición de la Dictadura a la Democracia, los políticos catalanes, de derecha y de
izquierda, actuaron de forma impecable para hacer posible la construcción del nuevo régimen. El
pueblo catalán apoyó la acción de sus políticos y dejó aparcados los ideales y sentimientos soberanistas en aras de una satisfactoria convivencia en un Estado democrático, que se presumía capaz de acomodar en su seno el hecho diferencial catalán.


4. Durante estos treinta y siete años de democracia, Cataluña ha tratado de consolidar su carácter nacional dentro del marco español. El Estado, por el contrario, ha procurado diluir ese carácter.
Cataluña ha visto combatida y laminada su autonomía en un proceso que ha tenido su punto más álgido en lo drásticos recortes al Estatuto de Autonomía del 2006 aprobado en referéndum por el
pueblo catalán y, lo que resulta paradójico, aprobado también por el Congreso de los Diputados español.


5. No cabe duda de que las cosas hubieran podido ser distintas si el “problema catalán” hubiera tenido un trato adecuado por parte del Estado español. Es decir: una ponderación inteligente del valor de la lengua catalana en relación con su pueblo; una apreciación del catalán como lengua hispánica y auténtica riqueza de España, y no como un idioma desconocido, casi extranjero para la mayoría de los españoles; un trato económico justo que no obligara a una solidaridad desproporcionada y empobrecedora del territorio catalán. En suma, todo hubiera sido diferente si se hubiera aceptado la plurinacionalidad del Estado, no como una rémora que hay que
conllevar, sino como elemento de potenciación del conjunto hispánico.


6. Debemos confesar que ni los cristianos catalanes ni los cristianos españoles, con conciencia y conocimientos políticos, hemos sido capaces de poner sobre la mesa aquellas reflexiones, orientaciones y actitudes que, dirigidas al poder político, hubieran podido abrir nuevas perspectivas, nuevos enfoques, nuevas soluciones en la articulación de la nación catalana en el Estado español.


7. Las convicciones nacionales de los cristianos catalanes se sustentan en la Historia, pero también en la posición firme de su Iglesia, que siempre se ha constituido en garante de los derechos que asisten al pueblo catalán en lo que se refiere a lengua, cultura, educación e identidad. La  jerarquía eclesiástica ha reconocido en dos recientes y solemnes documentos el carácter nacional de Cataluña. También nos reconocemos en las afirmaciones de la Doctrina Social de la Iglesia, que en el nº 157 de su compendio proclama que la nación tiene “un derecho fundamental a la existencia”; a la “propia lengua y cultura, mediante las cuales un pueblo expresa y promueve su ‘soberanía’ espiritual; a “modelar su vida según las propias tradiciones, excluyendo, naturalmente, toda violación de los derechos humanos fundamentales y, en particular, la opresión de las minorías”; a “construir el propio futuro proporcionando a las generaciones más jóvenes una educación adecuada”.


8. Tal como ha constatado el Papa Francisco en su reciente visita a Bolivia, “Los pueblos del mundo quieren ser artífices de su propio destino. Quieren transitar en paz su marcha hacia la justicia.
No quieren tutelajes ni injerencias donde el más fuerte subordina al más débil. Quieren que su cultura, su idioma, sus procesos sociales y tradiciones religiosas sean respetados.” Que Cataluña se plantee un paso adelante hacia la soberanía total es lógico y comprensible en este momento en que el Estado español está introduciendo evidentes medidas recentralizadoras. Si quiere conservar no sólo su identidad como pueblo, sino sacar de dentro de sí misma su potencialidad en todos los órdenes de la vida (político, cultural, económico, científico, educativo, lingüístico), Cataluña no puede seguir dependiendo de un Estado que le niega su condición nacional, que limita sus posibilidades de crecer y desarrollarse, y que se muestra impermeable a una remodelación en base a su carácter plurinacional i plurilingüe.


9. Es evidente que para un pueblo dotado de conciencia y de voluntad nacionales, resulta imprescindible poseer la capacidad de decidir su futuro. Es decir: si quiere tener un Estado propio, soberano, independiente del Estado español o, por el contrario, prefiere seguir en su situación actual de pertenencia a España. Debemos recordar aquí que hasta el día de hoy el Estado se ha opuesto a la celebración de un Referéndum, en que el pueblo catalán pueda elegir cómo concibe y desea su futuro. Como dijo Juan Pablo II: «Cuando no se satisfacen las aspiraciones profundas de un pueblo, las consecuencias pueden ser muy negativas, llevando a soluciones simplistas, que constituyen amenazas para la libertad de las personas y de las sociedades, y que, a veces, incluso se intentan imponer mediante la violencia. Por el contrario, si se abren a los ciudadanos perspectivas de futuro fundadas en una verdadera solidaridad entre todos, se sentirán más impulsados a avanzar por el camino del verdadero progreso del hombre en la justicia y la concordia.»


10. Es conveniente añadir a todo lo dicho que un eventual Estado catalán podría, o no, confederarse con el Estado español. Podría, o no, establecer algún tipo de asociación con el Estado español. Lo
que sí puede asegurarse es que tendría con España las relaciones, tratados, convenios, alianzas, intercambios que convinieran a ambas partes. Relaciones libres, no condicionadas y, por supuesto, más satisfactorias y fraternas que las ahora existentes.

Amigos cristianos de toda España:

Estos puntos intentan recopilar lo que piensa y lo que siente una elevada proporción de cristianos
catalanes. Con todo, somos conscientes de que otros pueden ser indiferentes al planteamiento que  la situación actual de dependencia del poder político español.
Hemos dicho al principio que ésta era una carta escrita con el alma apesadumbrada. Así es pero pensamos que era un deber escribirla. Nadie sabe si el proceso que está siguiendo Cataluña va a terminar o no en una soberanía plena. Son diversas las circunstancias que, con el paso de los días y los meses, pueden influir en la población de Cataluña a la hora de decidir qué futuro prefiere. Los gobernantes españoles todavía pueden hacer propuestas creíbles.


Nos atrevemos a esperar de vosotros, amigos caminantes en la fe cristiana, no que compartáis nuestros planteamientos, pero si un respeto y una actitud de comprensión hacia las opiniones que
manifestamos. Tal como expresaron los obispos catalanes en 1985, “querríamos que fuesen principalmente nuestros hermanos católicos de otros pueblos de España los primeros en comprender
y acoger estas aspiraciones”.


Por otra parte, pensamos que, en una nueva coyuntura civil, nada ha de impedir que nuestras relaciones como cristianos militantes puedan ser mejores y potenciarse mutuamente en iniciativas,
en proyectos, en reflexión común y en la propia vivencia evangélica. Esperamos compartir con vosotros este anhelo.
Con nuestro sincero y fuerte abrazo, 

El papa insta a los obispos a recuperar a los católicos que se fueron “dando un portazo”

 

Papa Francisco7
Aconsejó a los nuevos obispos escuchar a los “desilusionados de la fe”
Más humildad que exigencias, para “que puedan volver a Aquel del que se alejaron”
El papa Francisco instó hoy a los nuevos obispos de la Iglesia católica a intentar recuperar a los católicos que “se marcharon dando un portazo” por haber quedado desilusionados de la fe o haberla considerado “demasiado exigente”. ··· Ver noticia ···

Un inaplazable ajuste de cuentas con la Madre Tierra Leonardo Boff



Leonardo Boff2La encíclica del Papa Francisco sobre “El cuidado de la Casa Común” (Laudato Si) está siendo vista como la encíclica “verde” de manera semejante a cuando decimos economía “verde”. He aquí un gran equívoco. Ella no quiere ser solamente “verde” sino que propone la ecología “integral”.
En realidad, el Papa dio un salto teórico de la mayor relevancia al ir más allá del ambientalismo verde y pensar la ecología en una perspectiva holística que incluye lo ambiental, lo social, lo político, lo educacional, lo cotidiano y lo espiritual. Él se sitúa en el corazón del nuevo paradigma según el cual cada ser posee valor intrínseco pero está siempre en relación con todo, formando una inmensa red como lo dice de manera ejemplar la Carta de la Tierra.


En otras palabras, se trata de superar el paradigma de la modernidad, que coloca al ser humano fuera de la naturaleza y encima de ella como “su maestro y señor” (Descartes), imaginando que ella no tiene ningún otro sentido sino estar puesta al servicio del ser humano que puede explotarla a su gusto. Ese paradigma subyace a la tecnociencia que nos ha traido tantos beneficios pero que simultáneamente gestó la actual crisis ecológica por el saqueo sistemático de sus bienes naturales.
Y lo hizo con tanta voracidad que ha sobrepasado los principales límites que no se podían traspasar (la Sobrecarga de la Tierra). Una vez traspasados, ponen en peligro las bases físico-químico-energéticas que sustentan la vida (los climas, la escasez de agua, los suelos, la erosión de la biodiversidad entre otros). Es hora de hacer un ajuste de cuentas con la Madre Tierra: o redefinimos una nueva relación más cooperativa para con ella y así garantizamos nuestra supervivencia o podemos conocer un colapso planetario.
El Papa inteligentemente se dio cuenta de esta posibilidad. De ahí que su encíclica se dirija a toda la humanidad y no solo a los cristianos. Tiene como propósito fundamental impulsar un nuevo estilo de vida y una verdadera “conversión ecológica”. Esta implica un nuevo modo de producción y de consumo, respetando los ritmos y los límites de la naturaleza, en consideración también de las futuras generaciones a las cuales pertenece igualmente la Tierra. Esto está implícito en el nuevo paradigma ecológico.
Como estamos tratando de un problema global que afecta indistintamente a todos, todos están llamados a dar su contribución: cada país, cada institución, cada saber, cada persona, y cada religión, como el cristianismo.
En razón de esta urgencia, el Papa juntamente con la Iglesia Ortodoxa instituyó el día 1º de septiembre de cada año como “Día Mundial de Oraçción por el Cuidado de la Creación”. Afirma claramente que «debemos buscar en nuestro rico patrimonio espiritual las motivaciones que alimentan la pasión por el cuidado de la creación» (Carta del Papa Francisco de 6/08/2015). Obsérvese la expresión «pasión por el cuidado de la creación». No se trata de una reflexión o algún empeño meramente racional sino de algo más radical, “una pasión”. Se invoca aquí la razón sensible y emocional. Ella es y no simplemente la razón que nos hará tomar decisiones, nos impulsará a actuar con pasión y de modo innovador de acuerdo a la urgencia de la actual crisis ecológica mundial.
El Papa tiene conciencia de que el cristianismo (y la Iglesia) no está exento de culpa por haber llegado a esta situación dramática. Durante siglos se predicó un Dios sin el mundo, lo que propició el surgimiento de un mundo sin Dios. En ninguna catequesis entraba el mandato divino, claramente señalado en el segundo capítulo del Génesis, de “cultivar y cuidar el jardín del Edén” (2,15). Por el contrario, el conocido historiador norteamericano Lynn White Jr ya en 1967 (The historical Roots of our Ecologic Crisis, en Science 155) acusó al judeocristianismo con su doctrina del dominio del ser humano sobre la creación, como el factor principal de la crisis ecológica. Exageró, como lo ha mostrado la crítica, pero de todos os modos suscitó la cuestión del estrecho vínculo entre la interpretación común del señorío del ser humano sobre todas las cosas y la devastación de la Tierra, lo que reforzó el proyecto de dominación de los modernos sobre la naturaleza.
El Papa realiza en su encíclica (nn. 115-121) una vigorosa crítica al antropocentrismo de esa interpretación. Sin embargo, en la carta que instaura el día de oración, suplica a Dios con humildad «misericordia por los pecados cometidos contra el mundo en el que vivimos». Vuelve a referirse a San Francisco con su amor cósmico y respeto por la creación, el verdadero anticipador de lo que debemos vivir en los días actuales.
Cabe concluir con las palabras del gran historiador Arnold Toynbee: «Para mantener la biosfera habitable durante más de dos mil años, nosotros y nuestros descendientes tenemos que olvidar el ejemplo de Pedro Bernardone (padre de San Francisco), gran empresario de tejidos del siglo XIII, y su bienestar material y empezar a seguir el modelo de Francisco, su hijo, el mayor entre todos los hombres que han vivido en Occidente… Él es el único occidental que puede salvar la Tierra» (en ABC, Madrid 19/12/1972, p. 10).


Leonardo Boff es columnista del JB online y ha escrito Opción Tierra: la solución de la Tierra no cae del cielo, Nueva Utopía 2010.