FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
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ATALAYA

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lunes, 24 de abril de 2017

Presentación publicación "Construyendo sueños"

¿Es Creativa la Mente "en Pausa"? | Fernando Tobías Moreno | TEDxUComillas

Eckhart Tolle - Acerca del miedo y ansiedad

Entrevista a Evo Morales, Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia


Cris González


evo morales“Los enemigos saben que si nos dejan solos y en paz seremos capaces de demostrar que otro mundo es posible”
Correo del Alba
“Almagro sabe que no puede aislar a Venezuela, no sólo por el hecho de ser la patria de Miranda, Bolívar, Sucre y Chávez sino también por la valentía y dignidad del pueblo venezolano”. “El secretario general debiera ocuparse de unir a nuestros pueblos y hacer respetar la legalidad de una OEA que ya viene bien desprestigiada”.
“Hemos enseñado que la izquierda puede gobernar y cambiar el orden establecido y torcerle la mano al destino de ignominia al que nos tenían sentenciados”, asegura el dirigente.
A pocas horas de subirse al avión que lo conduciría a la isla de Cuba, para ser intervenido quirúrgicamente de una afección en la garganta, el presidente Evo Morales nos concedió una breve entrevista desde Cochabamba. ··· Ver noticia ···

Castillo: “Si Dios se humanizó en Jesús, el Papado, en Francisco, está humanizando a la Iglesia”


Jesús Bastante


Castillo2San Antón acoge la presentación de “Francisco: palabra profética y misión”
“Este Papa ha generado libertad, que quiere extender a todos los miembros de la Iglesia”
“Le tenemos miedo al Evangelio. Nos da pánico. Nos tranquiliza la ‘religión’. Por eso, lo más genial que ha tenido Francisco ha sido obligar a la Iglesia a afrontar esta cuestión”. José María Castillo, con su voz atronadora, puso la guinda a la presentación de “Francisco, palabra profética y misión”, que tuvo lugar en la madrileña iglesia de San Antón. ··· Ver noticia ···

Un cura con olor a oveja: el padre Cicero Romão Batista

Leonardo Boff

Leonardo Boff2Del 20 al 24 de marzo se realizó en Juazeiro del Norte, Ceará, el V­ Simposio Internacional Padre Cícero, con el tema “Reconciliación… ¿y ahora?” Quedé sorprendido por el alto nivel de las exposiciones y discusiones con presencia de investigadores nacionales y extranjeros. Se trataba de la reconciliación de la Iglesia con el padre Cícero, que sufrió duras penas canónicas, hoy cuestionables, sin quejarse nunca, en un profundo respeto hacia las autoridades eclesiásticas y reconciliación con los miles de romeros que lo consideran un santo.

Indiscutiblemente el padre Cícero Romão Batista (1844-1034), por sus múltiples facetas, es una figura polémica. Pero las críticas se van diluyendo cada vez más para dar lugar a lo que el papa Francisco a través del Secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, en una carta al obispo local don Fernando Panico el 20 de octubre de 2015, dice expresamente: que en el contexto de la nueva evangelización y de la opción por las periferias existenciales la «actitud del padre Cícero acogiendo a todos, especialmente a los pobres y sufrientes, aconsejándolos y bendiciéndolos, constituye sin duda alguna una señal importante y actual».
El padre Cícero encarna el tipo de cura adecuado a la fe de nuestro pueblo, especialmente nordestino. Existe el cura de la institución parroquia, centrada clásicamente en el sacerdote, los sacramentos y la transmisión de la recta doctrina mediante la catequesis. Es un tipo de Iglesia que se autofinaliza, con escasa incidencia social en términos de justicia y defensa de los derechos humanos, especialmente de los pobres.
Entre nosotros surgió otro tipo de cura, como el padre Ibiapina (1806-1883), que fue magistrado y diputado federal y abandonó todo para ponerse como sacerdote al servicio de los pobres nordestinos, como el padre Cícero, fray Damián o el padre José Comblin entre otros. Ellos inauguraron otro tipo acción religiosa junto al pueblo. No niegan los sacramentos, sin embargo es más importante acompañar al pueblo, defender sus derechos, crear por todas partes escuelas y centros de caridad (de atención), aconsejarlos y reforzar su piedad popular. Ese es el tipo de padre adecuado a nuestra realidad que el pueblo aprecia y necesita.

Ese era también el método del padre Cícero, que lo desarrollaba de tres maneras: primero conviviendo directamente con el pueblo, saludando y abrazando a todos; luego visitando todas las casas de los lugares, bendiciendo a todos, la cría de los animales y las plantaciones; finalmente, orientando y aconsejando al pueblo en las predicaciones y novenas; al anochecer reunía a la gente delante de su casa, daba buenos consejos y orientaba al aprendizaje de todo tipo de oficios para que se hicieran independientes.
En este contexto el padre Cícero se anticipó a nuestro discurso ecológico con sus 10 mandamientos ambientales, válidos hasta el día de hoy (“no derribes ni un solo árbol” etc.).

El padre Comblin, eminente teólogo, devoto del padre Cícero, que quiso ser enterrado al lado del padre Ibiapina, escribió con acierto: «El padre Cícero adoptó amorosamente a los pobres e hizo suya la causa de los nordestinos oprimidos, dedicándoles incansablemente 62 años de vida. Y el pueblo pobre lo reconoció, lo defendió, lo consagró, y continuó expresándole su devoción, porque vio en él al Padre de los Pobres. Anticipó en muchos años las opciones de la Iglesia en América Latina. Es imposible negarle la sincera opción por los pobres, como dijo uno de ellos: «Mi padrino es padre santo/como él no hay otro igual/ pues todo lo que recibe/ todo en limosna lo da» (El Padre Cícero de Juazeiro, 2011, p.43-44).

Curiosamente, si recogemos los numerosos pronunciamientos del papa Francisco sobre el tipo de cura que proyecta y quiere, veremos que el padre Cícero se ajusta de maravilla al modelo papal. No hay espacio aquí para presentar la abundante documentación que se encuentra en mi blog (www.leonardoboff.wordpress.com) y recoge mi intervención en Juazeiro: “El Padre Cícero a la luz del Papa Francisco”.
El Papa Francisco ha dicho repetidas veces que el sacerdote «debe tener olor a oveja», es decir, debe ser alguien que está en medio de su “rebaño” y camina con él. Cito solo dos textos emblemáticos, uno dirigido al episcopado italiano el 16 de mayo de 2016 donde dice: «el sacerdote no puede ser un burócrata sino alguien capaz de salir de sí mismo caminando con el corazón y el ritmo de los pobres». El otro, a los obispos recién consagrados el día 18 de septiembre de 2016: «el pastor debe ser capaz de escuchar y de encantar, y atraer a las personas con amor y ternura».


Estas y otras cualidades fueron vividas profundamente por el padre. Cícero, considerado el Gran Patriarca del Nordeste, el Padrino Universal, el Intercesor ante Dios en todos los problemas de la vida, el Santo cuya intercesión nunca falla. Los romeros y devotos saben de eso. Y nosotros secundamos esa convicción.

*Leonardo Boff é articulista del JB online y escribió La nueva evangelización: la perspectiva de los pobres, Sal Terrae 1991.


Traducción de Mª José Gavito Milano

Alcohol al volante, responsabilidad colectiva

Carlos Miguélez Monroy, Periodista


Todo cambia para muchas personas un instante a causa de una serie de decisiones. Como la vida no tiene botón de Rewind, tenemos la responsabilidad de vivir con plenitud y de buscar la felicidad sin poner a otros y a nosotros mismos en peligro.
“Yo siempre pienso, ¿y quién te ha dicho a ti que quiero que conduzcas por mí? Las copas de vino que yo tengo o no tengo que beber déjame que las beba tranquilamente; no pongo en riesgo a nadie ni hago daño a los demás”. Así se refería el ex presidente de España, José María Aznar, hace varios años, a la campaña No podemos conducir por ti que puso en marcha el gobierno de entonces.
Puede parecer una simple anécdota sobre un ex presidente pasado de copas o de bilis contra sus adversarios políticos, pero refleja cierta postura social sobre conducir con alcohol o alguna sustancia en el cuerpo. Las alusiones a la libertad individual no se sostienen cuando está en juego la vida de otras personas.


Un joven de 33 años estrelló su BMW contra un poste a 180 kilómetros por hora con cuatro pasajeros a bordo en una avenida en plena Ciudad de México. Sobrevivió y se encuentra en cárcel preventiva, con una posible condena de más de 20 años por haber matado a las cuatro personas que lo acompañaban y porque las familias de las víctimas le niegan el perdón. Exigen que caiga sobre él todo el peso de la ley, aunque la cárcel como castigo no les devolverá la vida de sus seres queridos que murieron en el trágico accidente, ni garantiza una prevención de futuras muertes, ni reeduca o rehabilita al conductor. El enfoque penal a este problema no ha resultado decisivo en México y en otras partes del mundo.
En Estados Unidos, más de 10.000 personas mueren cada año en accidentes de tráfico relacionados con el consumo de alcohol, según datos de Centers for Disease Control and Prevention. Para poder visualizarlo mejor: 28 personas diarias, una muerte cada 53 minutos. En México, el séptimo país en muertes por accidente de tráfico en el mundo, mueren 24.000 personas cada año por conducir bajo los efectos de bebidas etílicas, según la Organización Panamericana de la Salud, la oficina regional de la OMS; 55 muertos cada día.

En España, cerca del 40% de los conductores muertos en carretera presentaban alcohol o drogas en su organismo en el momento de su muerte, según datos obtenidos de las autopsias que realiza por ley el Instituto Anatómico Forense a quienes mueren de forma traumática.
El endurecimiento de los códigos penales y la reducción de los límites de consumo de alcohol al volante han tenido resultados limitados. A pesar de los puestos de control de la policía y de las medidas penales puestas en marcha, aún existen inercias y resistencias culturales. Muchas personas conducen bajo los efectos del alcohol aunque hayan visto impactantes campañas o hayan escuchado miles de veces las posibles consecuencias. Las personas colocan cierta barrera para afirmar “eso a mí no me puede pasar”.
Se puede abordar un cambio de cultura desde la educación y el diálogo dentro de las familias para que las personas, dueñas de su libertad individual, incorporen también un sentido de responsabilidad colectiva al conducir con alcohol en la sangre. Llevan a sus espaldas su vida y la de las personas que le acompañan en el coche, y la de todas las personas, conductores y peatones, se van a cruzar en su camino hasta llegar a su casa.


Muchas personas no llevan coche cuando saben que, con mucha probabilidad, van a beber. Pero luego, liberados de esa responsabilidad y con el sentido del juicio y de la responsabilidad nublados, se suben, acompañan a conductores que quizá sí han consumido. Por eso no se trata de traspasar la responsabilidad a otros sin más ni de plantear el problema de forma individualista. Con alcohol de por medio, se pueden incentivar medios de transporte públicos o alternativos: Metro, autobuses o taxis. Resulta paradójico negarse a subirse a un taxi por cuestiones de seguridad y preferir en su lugar conducir ebrio o ir de copiloto con alguien que ha bebido o consumido alguna sustancia.
Todo cambia para muchas personas un instante a causa de una serie de decisiones. Como la vida no tiene botón de Rewind, tenemos la responsabilidad de vivir con plenitud y de buscar la felicidad sin poner a otros y a nosotros mismos en peligro.

El Papa denuncia que “los campos de refugiados son campos de concentración, donde se abandona a la gente”


José Manuel Vidal


imagesXLG3IJ4Q“Los acuerdos internacionales son más importantes que los derechos humanos”
“La causa de toda persecución es el odio del Príncipe de este mundo hacia todos los salvados”
El Papa visita la iglesia de los nuevos Mártires de San Bartolomé, regida por la Comunidad de San Egidio. En un acto lleno de emoción, Francisco recordó a la mujer cristiana de un musulmán refugiado en Lesbos, cuyos campos denunció como “campos de concentración” y pidió que lso derechos humanos primen sobre los acuerdos internacionales. ··· Ver noticia ···

La fe entra por los sentidos

José M. Castillo, teólogo


Castillo2Fuente: Teología sin censura
El relato de la incredulidad del apóstol Tomás, que se recuerda a los cristianos en el segundo domingo de Pascua (Jn 20, 19-31), nos viene a decir que la fe entra por los sentidos. Mucho antes que el IV evangelio, el apóstol Pablo había dicho que “la fe entra por el oído” (por lo que se escucha, “akoê”: Rom 10, 17). Pero el Evangelio añade que, no sólo por lo que se escucha, sino también por lo que se ve y se palpa. Que es lo que le pasó a Tomás. Cuando los otros apóstoles le dijeron que habían “visto al Señor” (Jn 20, 25), Tomás respondió lo que dice tanta gente: “Si no lo veo y lo toco, no lo creo”. Hasta que, a los ocho días, Jesús resucitado se plantó delante de Tomás y le dijo: “ven acá, mira, toca, palpa… y no seas incrédulo” (Jn 20, 27). Y Tomás no tuvo más remedio que decirle a Jesús: “¡Señor mío y Dios mío!” (Jn 20, 28).


La cosa, al menos en principio, está clara: la fe entra, no sólo por lo que oímos, sino además por lo que vemos y palpamos. Pero aquí es donde está el problema. Porque, en realidad, ¿qué es lo que vio y lo que palpó Tomás? Vio y palpó llagas de dolor y muerte. Y entonces creyó. Pero el mismo Jesús añadió: “¿Por qué me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto” (Jn 20, 29).

El Evangelio se refiere obviamente a quienes vieron a Jesús resucitado. Pero, ¿y los que no lo vemos, ni podemos verlo? Insisto en que Tomas vio a Jesús. Pero no solo eso. Lo que Tomás dijo es que quería ver las llagas de los clavos y la herida del costado de Jesús. Entonces fue cuando Tomás creyó. No simplemente cuando vio a Jesús, sino cuando palpó sus llagas de sufrimiento y muerte.
Yo me pregunto por qué ahora hay tanta gente a la que no le interesa para nada el asunto de la fe. ¿Porque no vemos a Jesús? Por supuesto, a Jesús no podemos verlo. Pero, ¿y sus llagas de sufrimiento y muerte? ¿dónde las vemos? ¿en quiénes se palpan? Ahí están: en la vergüenza de los que se dejan la vida en las pateras, en las alambradas (con sus concertinas) que les hemos puesto a quienes vienen huyendo de la muerte, en los que se mueren en las hambrunas de África y en las guerras interminables del coltán. Porque nosotros, los “¡creyentes en Cristo!”, los cristianos de los países desarrollados, no soportamos las llagas de los clavos de la muerte de Jesús.


¿Y la Iglesia, que no se cansa de predicar la importancia de la fe? Los “hombres de Iglesia” se preocupan mucho por los que llevan en sus carnes las llagas de Cristo. Pero es que la Iglesia no sólo se preocupa por los que llevan las llagas. Además de eso, necesita mucho dinero para conservar sus templos, sus seminarios, sus palacios y sus curias, para mantener intacta su liturgia y su moral. Y si no, que se lo pregunten al papa Francisco. Este hombre se preocupa tanto por los desgraciados de las llagas, que más que un papa, parece – a veces – un “agitador social”. ¿Y nos vamos a quedar con los brazos cruzados ante semejante desvarío?
Es la pregunta que algunos se hacen. Yo – a lo mejor estoy equivocado – lo que me pregunto es si nos interesa de verdad creer en Jesús. O quizá lo que queremos, a toda costa, es que el solemne montaje religioso que tenemos siga como está. O incluso que, a ser posible, podamos recuperar la solemnidad de antaño.

Por eso, sólo me queda esta pregunta: ¿no nos estará ocurriendo que, en realidad, estamos más cerca de los sacerdotes del templo que de las llagas que tanto anhelaba tocar el apóstol Tomás?