FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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martes, 4 de diciembre de 2018

Catolicismo no cristiano


José Ignacio González Faus

González Faus
La frase puede parecer dura, pero no es mía. Hacia 1933, Fernando de los Ríos (uno de los pioneros de la Institución libre de Enseñanza) escribió: “¡pobre catolicismo español que no ha llegado nunca a ser cristiano!”. Quítese la dosis de exageración que pueda tener. Pero hoy prefiero fijarme en la dosis de verdad que tiene.
Pocos después, Romano Guardini publicó una de sus obras más famosas (La esencia del cristianismo). En ella venía a decir que la esencia del cristianismo es sencillamente Jesús como el Cristo. Y lo que ahora quisiera destacar es que hay algunas formas de catolicismo conservador donde Jesús está prácticamente ausente y parece sustituido por otros pseudocristos.
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Elecciones andaluzas. Así piensa Vox hacer la “reconquista”


J. A. R.

Andalucía
El programa electoral de la fuerza de ultraderecha que ha logrado 12 escaños en Andalucía rechaza el Estado autonómico, la ley de violencia de género o el Tribunal Constitucional
Vox ha logrado entrar como un ciclón en el Parlamento de Andalucía con un programa único para toda España, sin un solo punto específico para la región, ya que esta fuerza de ultraderecha rechaza el Estado autonómico que consagra la Constitución y no cree en el sistema electoral que le ha reportado casi 400.000 votos y 12 escaños en el viejo Hospital de las Cinco Llagas (sede del legislativo andaluz, en Sevilla).
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Paraguay palpita en una cámara. “Una sociedad deseosa de mirarse a través de la pantalla”

Sergio Ferrari, Berna, Suiza
Redes Cristianas
Paraguay palpita en una cámara / “Una sociedad deseosa de mirarse a través de la pantalla”
Entrevista con el cineasta Marcelo Martinessi
Con su primer largometraje en la mochila y toda la experiencia militante de haber sido uno de los fundadores de la televisión pública paraguaya durante el Gobierno de Fernando Lugo, el realizador Marcelo Martinessi pasó por Suiza este mes de noviembre. A pesar del éxito de Las Herederas en varios festivales, incluyendo dos Osos de Plata en el de Berlín en febrero 2018, el joven comunicador, director y guionista relativiza el valor de las preseas. Y aprovecha cada espacio mediático para hablar de su país, Paraguay, de las frustraciones históricas, así como de sus perennes convicciones.

“Una película ganadora no es la que obtiene premios sino la que vive en el tiempo”, afirma Marcelo Martinessi para relativizar el éxito significativo de su primer largometraje, Las Herederas, cuya presentación acompaña tal como padre a hijo en un periplo internacional que tuvo inicio, pero pareciera no tener fin.
Y agrega, “no me quiero confundir con los premios hasta ahora obtenidos”. Si bien significa que el film tocó a muchas personas y motivó reacciones positivas, es también cierto que existen tantas producciones de excelente calidad que nunca tuvieron premios, explica. “Es genial y positivo constatar que se reconoce que es una película que se realizó con honestidad. Sin embargo, el reconocimiento máximo para mí en tanto realizador sería que mis películas vivan en el tiempo”.
Y esa ambición parece ser ya un signo de la breve pero significativa producción de Martinessi. En todo caso si se contabiliza el impacto de su film anterior, el corto documental de solo 11 minutos La voz perdida, sobre los campesinos masacrados de Curuguaty el 15 de junio del 2012, hecho que luego desencadenaría, en tanto pretexto, el juicio político contra el entonces sacerdote/presidente Fernando Lugo.
Hablar sobre ese documental, así como rememorar esa breve etapa histórica de un gobierno progresista, periodo en el cual fue uno de los fundadores y director de la naciente Televisión Pública, resucita dolores y frustraciones. “2012 fue un año crucial. Dirigía entonces la televisión pública cuando se da el Golpe de Estado contra el gobierno de Fernando Lugo. Había un sector oscuro de la sociedad que necesitaba ese Golpe, que tuvo un impacto directo y doloroso en las pequeñas conquistas de los sectores menos privilegiados de la población. enfatiza. Y que, a nivel personal, completa, significaba “distanciarme definitivamente de esos sectores privilegiados que apoyaron un Golpe de Estado sólo porque sentían amenazados sus privilegios. Yo tenía entonces 39 años. Fue algo difícil, pero a la vez hermoso, porque a pesar de la crisis y el dolor, fui perdiendo el sentido de pertenencia a ese lugar social que siempre – de una u otra forma – ha sido una cárcel. Y eso me permitió buscar nuevos espacios, abrir nuevos horizontes.
Y desde entonces, el *autoexilio* en Brasil; la carrera cinematográfica en explosión; La voz perdida y el premio al mejor cortometraje en la sección Horizontes de la 73 Muestra Internacional de Arte Cinematográfico de Venecia en septiembre del 2016; así como el posterior parto de Las Herederas, que permite enfocar -aunque sea por instantes- las cámaras y reflectores internacionales en el país sudamericano de cinematografía incipiente y con una historia de contradicciones y resistencias pendiente de ser contadas.
“La película se escapó de la pantalla”
La coproducción de Paraguay / Uruguay / Alemania / Brasil / Noruega y Francia narra la vida cotidiana de Chela (Ana Brun) y Chiquita (Margarita Irún), una pareja lesbiana, ambas con más de 60 años, de origen acaudalado, y que producto de una crisis económica deben desmontar la lujosa vivienda que ocupan en los suburbios de Asunción. El inesperado derrotero carcelario de Chiquita permite confrontar no solo dos realidades sociales extremadamente polarizadas, sino que empuja a la pareja a recorrer caminos personales inimaginables.
“La pregunta de dónde está realmente la libertad es eje del film. Habiendo pasado gran parte de mi vida en ese mundo de mujeres de clases privilegiadas y habiendo conocido muy bien, como realizador de reportajes documentales, el mundo de esa cárcel de mujeres”, explica Marcelo Martinessi. Y junto con esa pregunta, nacen respuestas abiertas – e inconclusas-, impregnadas de una llamativa sensibilidad femenina que hacen de este drama, según la crítica especializada, una verdadera locomotora de referencia para la joven cinematografía paraguaya.
“Está llena de diálogos y situaciones de un mundo femenino que conozco muy bien desde niño. Desde el orden simétrico en una bandeja de plata – muy similar a la de una tía – hasta el mundo de chismes – que conocí de niño cuando acompañaba a mi madre a la peluquería. Todo era muy nuevo y fuerte para mí. Para narrar mejor este mundo conté con el apoyo enorme de las actrices que aportaron significativamente a la fuerza de los personajes. “Paraguay es tierra de mujeres” y más allá de los cánones machistas son ellas quienes tejen la fibra interna de la sociedad” insiste.
“Ahora trato de establecer un poco de distancia con la película y con el impacto que tuvo fuera y dentro de Paraguay. En mi país, creo que se escapó de la pantalla para generar nuevos debates en una sociedad donde se reflexiona muy poco. Eso me parece significativo” subraya Martinessi. Y en ese sentido, completa, son muy importante estas exhibiciones en Suiza, en Europa. Ya que “podemos desde aquí presentar nuestro continente de una forma lúcida y sin la urgencia de lo cotidiano. Aportar, así, a darle visibilidad a mi país y a América Latina” a través de la cámara.
Imposible separar a Martinessi de su Paraguay natal ni a Paraguay hoy del exitoso realizador, vanguardia de la producción fílmica de un país que busca identidad en sus imágenes. Sin olvidar, como lo recuerda en diversas entrevistas, que no se puede separar al cine paraguayo de las seis décadas de oscuridad, de un mismo partido en el gobierno con fuerte presencia militar, que devastó todo, incluso, las ideas.
A pesar de todo, existe una generación ávida de contar historias. Y como lo demostró la proyección de Las herederas, un país fascinado en mirarse a sí mismo, a través de su propio espejo, mostrado por una cámara. Y un Martinessi para quien su país no solo es un escenario más, sino una necesidad esencial de su obra.

*Sergio Ferrari, en colaboración con swissinfo.ch

Francisco y Abbas pidieron “urgentes caminos de paz” para “combatir toda forma de extremismo y fundamentalismo” en Oriente Medio


Hernán Reyes Alcaide

Palestina5
Abogan por “alcanzar la solución de dos Estados” y llaman a “preservar” el estatus de Jerusalén
El líder de la ANP denunció “las violaciones de Israel contra el pueblo palestino, sus tierras y lugares sagrados”
Esfuerzos para reactivar el proceso de paz entre israelíes y palestinos y alcanzar la solución de dos Estados, auspiciando un esfuerzo renovado de la Comunidad Internacional para alcanzar las legítimas aspiraciones de los dos pueblos
El papa Francisco y el presidente palestino Mahmud Abbas coincidieron hoy en reclamar “urgentes caminos de paz” para Medio Oriente, al tiempo que plantearon la necesidad de rechazar “toda forma de extremismo y fundamentalismo”:
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Se valen de cualquier motivo para atacar al Papa


Papa Francisco35
Massimo Borghesi, profesor y ensayista italiano. Es autor de la biografía intelectual del Papa Francisco, afirma que los sectores conservadores utilizarán cualquier excusa para desestabilizar el Magisterio de Francisco.
-¿Por qué el libro?
Con este Papa ha sucedido algo que no se había producido hasta ahora en la historia de la Iglesia. Otros pontífices (Pablo VI, Juan Pablo II o Benedicto XVI) habían sufrido críticas, pero nunca tan violentas. A Francisco le achacan ser un pontífice sin una formación intelectual adecuada, no comprender la cultura europea y todo porque es latinoamericano.
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Reyes Mate: El tiempo, tribunal de la historia


Josep Cobo

[La modificación] El otro día, Reyes Mate impartió una conferencia en Cristianisme i Justícia sobre los diferentes modos de vivir el tiempo. No es una cuestión menor. Hay un tiempo profano, el que se impone como fatalidad, como el eterno retorno de lo mismo, una concepción de tiempo que, según Reyes Mate, hunde sus raíces en el antiguo gnosticismo, y un tiempo sagrado o, en términos bíblicos, apocalíptico, aquel en el que irrumpe lo absolutamente nuevo o imposible, lo que el mundo no puede admitir como su posibilidad.
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¡Guerra al neoliberalismo!

Pedro Pierre

Hay guerras declaradas y otras no declaradas. El neoliberalismo es una guerra no declarada que causa más muertos que la Primera y la Segunda Guerra Mundial juntas. Desde que el gobierno de Estados Unidos decidió detener y tumbar los gobiernos progresistas latinoamericanos, la pobreza y la violencia de Estado han vuelto a aumentar en América Latina. Sabemos que la miseria mata más gentes que la violencia.
Eso estamos volviendo a sufrir los latinoamericanos. Lo vemos en este momento con 4 caravanas de varios miles de personas, principalmente hondureñas, que se dirigen o han llegado algunas a la frontera con Estados Unidos, huyendo de la miseria, la violencia y la persecución en sus respectivos países.

Ya varios de ellos que habían empezado un proceso más democrático, más participativo, más equitativo, más integrador del continente han visto sus sueños troncados por golpes blandos o mañosos y sus gobiernos han implementado situaciones de miseria, violencia y persecuciones contra las protestas populares. El primero a caer fue Honduras desde 2,009. Luego vinieron Paraguay y Argentina. Y ahora son Brasil y Ecuador por obra y gracia del actual presidente que traicionó sus electores que se lo eligieron para continuar la Revolución Ciudadana del presidente Rafael Correa, del que había sido vicepresidente… El ‘Tío Sam’, en la persona de Donald Trump, ha vuelto con su política colonialista e imperial para imponerse en la que considera su ‘patio trasero’ donde quiere hacer lo que le da la gana. El gobierno del Ecuador vuelve a serle sumiso imponiendo progresivamente un neoliberalismo puro y duro. Y la pobreza que había disminuido de 20% en el gobierno de Rafael Correa empieza a aumentar nuevamente.
Pero hay otra guerra no declarada en el país. Se nos dice y hasta se ha escrito que los indígenas del Ecuador están en “vía de desaparición”. La alerta había sido dada con el último censo de 2,011, donde ¡sólo 7% de la población ecuatoriana se reconocía indígena! En la Amazonía, ni hablar… Las empresas petroleras, madereras y turísticas son las nuevas máquinas de guerras tanto o más destructoras que un tanque o una ametralladora. El racismo muchas veces feroz contra los indígenas es otra arma de destrucción masiva… mientras que la 4/5ª parte de la población ecuatoriana tiene sangre indígena. Estamos en el camino hacia la autodestrucción!

¿Qué hemos hecho este 30 de noviembre con los “Movimientos Sociales y Populares Lationamericanos hacia el ALBA” (Alianza Bolivariana para América) que nos convocaron a una ‘Jornada Internacional Antiimperialista’, desde Argentina? Allí se reunieron ese mismo día los jefes de Estado de los 20 países más industrializados para fortalecer el neoliberalismo.
Recordemos lo que decía un tal Jesús de Nazaret: “No pueden servir a Dios y al dinero: amarán el uno y aborrecerán al otro”, porque el proyecto del ídolo ‘Dinero’ es la acumulación de riquezas a casta de la vida de los pobres y el proyecto del Reino de Dios promueve una fraternidad universal hecha de compartir, de justicia y de fe. ¿Hemos optado de verdad?

SAPIENS. DE ANIMALES A DIOSES


col haya
    
Confieso que todavía no he terminado de leer este libro de Y. N. Harari, pero necesito escribir para aclarar mis ideas y dialogar sobre el tema.
Planteamiento
Se trata de una “Breve historia de la Humanidad” pero, como es frecuente en estas grandes síntesis, resulta una interpretación sesgada de esta historia; ciertamente muy sugerente, porque combina estadísticas y ejemplos de la vida diaria, que no sólo no aburren sino que devuelven vida a una narración que ha captado a más de seis millones de lectores...
La tesis nos llega disuelta en la selección y explicación de los acontecimientos narrados. Los cazadores-recolectores se extendieron por territorios habitados por especies más grandes y potentes que ellos; para defenderse tuvieron que agruparse y colaborar, basados en la confianza mutua porque se conocían en el día a día. A medida que se fue desarrollando “la revolución cognitiva”, y que crecieron estos grupos, esta confianza se fue debilitando, porque los miembros ya no se conocían entre sí. Entonces el homo sapiens tuvo que inventar unos mitos que unificaran, y motivaran a colaborar, a todos los miembros para defenderse de otras tribus (o para disputarles su territorio).
Estos mitos versaban sobre dioses, leyes, religión (hoy diríamos patria, cultura, derechos humanos, nacionalismos, clase social; y serían mitos en el sentido débil de ficciones, no en el sentido de relatos sobre verdades que no pueden expresarse conceptualmente).
Para mostrar que esos mitos eran, y son, meras ficciones, el autor muestra cómo han variado en cada tiempo, y lo visualiza comparando el Código de Hammurabi con la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El primero se basa en la desigualdad de los hombres -superiores, plebeyos, y esclavos- mientras que el segundo se basa en su igualdad, pero “ambos están equivocados”. En consecuencia, igualdad y desigualdad serían igualmente ficciones, útiles para lograr la cooperación de grandes grupos humanos según las circunstancias.
El autor no menciona la posibilidad de que, de modo semejante al lenguaje y la inteligencia, la conciencia ética se ha ido desarrollando progresivamente. Hammurabi vislumbró una cierta igualdad en el derecho de todos a recibir una indemnización por los perjuicios sufridos aunque, por sus circunstancias e intereses, mantuvo una diferencia en estas indemnizaciones. Pasados los siglos, la humanidad ha ido extendiendo esta igualdad (hasta cierto punto) a todos sin distinción; aunque todavía está por aceptar que esta igualdad sea efectiva e intercontinental.
Para mayor plasticidad del relato, el autor desarrolla un caso concreto actual de ficción útil, el caso Peugeot. Antiguamente el comerciante que iniciaba un negocio corría el riesgo de que, si fracasaba, tenía que responder con su propio patrimonio e incluso someterse a esclavitud junto con toda su familia; esto disuadía a muchos emprendedores y, para evitarlo, la sociedad inventó la figura ficticia de una sociedad comercial que sería la responsable, liberando así al emprendedor de responder con su vida o con su patrimonio personal.
Comentario
Por lo que entiendo, para el autor, toda la ética se reduciría a una ficción sin “validez objetiva”, un engaño, “un orden imaginado”, impuesto mediante la educación, útil para facilitar la cooperación de grandes grupos humanos y, si es necesario, contra otros grupos humanos. Así mismo reconoce que, para que este sistema de mitos funcione, tiene que ser verdaderamente creído por la mayoría de la población (¿nuevos plebeyos y esclavos? Esta interpretación, sin más pruebas o discusión, sería la realidad surgida en el proceso histórico.    
El autor no contempla la posibilidad de que esos mitos sobre patria, dioses, deberes éticos, o derechos humanos, tengan un fundamento real, aunque la historieta sea imaginada. Discutamos en qué consiste ese fundamento, pero no creo que pueda descartarse un fundamento real. La realidad no se comprueba solamente por  experimentos o sucesos históricos, sino también por experiencia ética interna. Pensar que lo real es solamente lo físico y medible sería como confundir el amor con el sexo.
Los Derechos Humanos pueden ser aumentados, recortados, o interpretados pero, si fueran ficciones sin ningún fundamento ¿Por qué tendrían que respetarlos los países fuertes o las grandes corporaciones internaciones? Podrían corromper a políticos, policías, y jueces (si éstos no tienen una ética real) ¿Por qué no exterminar a los aborígenes de las selvas sudamericanas si eso beneficia la economía de un grupo, o incluso internacional? ¿Por qué abolir la esclavitud si resultaba tan productiva para el desarrollo de algunos países? ¿Por qué reconocer los derechos de la mujer?
Por mi parte creo en el valor real de los derechos humanos, de la justicia, de la solidaridad, de la compasión. Admiro a los que arriesgaron, o perdieron, su vida por salvar a los judíos de la persecución nazi, o a quien se enfrentó a una escavadora que derribaba las casas de los palestinos. Admiro al inmigrante que se echó a las vías del tren para salvar al niño que se había caído. No son víctimas de una ficción sin fundamento, sino héroes que han percibido los verdaderos valores del deber y la compasión.
Creo que este planteamiento de Harari, intencionadamente o no, justifica el más crudo capitalismo.

DERECHOS HUMANOS 70 AÑOS DESPUÉS


col bermudez

El 10 de diciembre de 1948, después de los horrores de la Segunda Guerra Mundial, la Asamblea de Naciones Unidas emitió la Declaración Universal de los Derechos Humanos, lo cual significó un avance para la humanidad en orden a la construcción de una sociedad libre de discriminaciones, justa y digna.
Este acontecimiento fue un paso trascendental en la toma de conciencia de la dignidad de la persona humana sin importar raza, cultura, lengua nacionalidad, credo religioso, género o condición social.
Estos derechos son la materialización del deseo de un mundo más justo, equitativo y solidario, constituyéndose en el criterio fundamental de la ética social. Ha habido avances en la igualdad de género, que afecta a los derechos humanos no solo de las mujeres sino también de las personas discriminadas por su condición sexual. Hay un rechazo generalizado a la pena de muerte, siendo cada vez menos los países que la aplican y se ha generado una condena unánime a la tortura. Crece la conciencia sobre los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.
Los creyentes reconocemos que el fundamento teológico de los Derechos Humanos radica en que Dios se hace presente en cada hombre y mujer, particularmente en el pobre y marginado. Jesús constituye como único criterio para el juicio de la historia el respeto a todo ser humano y el servicio a los necesitados al identificarse con ellos.
"Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, pasé como forastero, inmigrante, y me recibisteis en vuestra casa, anduve sin ropa y me vestisteis, estuve enfermo o en la cárcel y vinisteis a verme... Os aseguro que todo lo hagáis a uno de estos, mis hermanos menores, conmigo lo hacéis" (Mt 25,31-46).
Por eso, todo atropello a la dignidad humana es un atropello al mismo Dios, de quien es imagen. Jesús nos ofrece la clave: "Todo cuanto queráis que os hagan los demás, hacedlo vosotros con ellos". Estas palabras de Jesús constituyen la regla de oro de los Derechos Humanos.
Después de 70 años de aquella Declaración, constatamos que los derechos humanos siguen violándose. Los ideales que la motivaron están siendo olvidados. El mundo vive sumergido en una profunda crisis de valores, una crisis humanitaria, ética y espiritual.
Un movimiento fundamentalista, extremista e inhumano va invadiendo el planeta. Trump en Estados Unidos, Orban en Hungría, Salvini en Italia, Duda en Polonia, Kurz en Austria, Netanyahu en Israel, Hernández en Honduras, Bolsonaro en Brasil, y el auge de la extrema derecha en Francia, Alemania, España... son un indicador de la crisis de derechos humanos que golpea a la humanidad. A todos ellos les caracteriza un discurso de odio, incitación a la violencia étnica, racismo, xenofobia, aporofobia y un desinterés frente al cambio climático.
A esta realidad se suma el fundamentalismo religioso de los movimientos neopentecostales, sobre todo en América Latina, y el salafismo, apoyado por Arabia Saudí, que actúa a través de Al Qaeda, Estado Islámico, Boko Haram y Al Sabah, imponiendo una versión rigorista del islam y cometiendo crímenes y atentados terroristas en países árabes e incluso en Europa.
Resalta, asimismo, la oleada de inmigrantes africanos que huyen del hambre y de la violencia en sus países de origen. Tratan de llegar a Europa con la esperanza de encontrar una vida digna y en paz. Los que no mueren ahogados en el Mediterráneo (que son 33.816 en los últimos años), llegan a nuestras costas exhaustos y chocan con el rechazo europeo. En la población española se siente una creciente hostilidad hacia los inmigrantes, lo cual es un indicador de la degradación del espíritu humanista y solidario que nos ha caracterizado. Y esto es sumamente preocupante, porque los valores humanos deberían primar sobre el "bienestar" socioeconómico. Una sociedad sin valores no tiene futuro.
Los artículos 13 y 14 de la Declaración Universal de Derechos Humanos están siendo flagrantemente violados por Europa y Estados Unidos. Estos países, que son los más ricos del mundo, cierran sus puertas a los inmigrantes y refugiados que tratan de buscar un lugar seguro donde vivir. Este comportamiento de los países ricos del norte global responde a una tendencia de proteger su status de vida económico y social. Un egoísmo colectivo.
Desde el 16 de octubre avanza la caravana de inmigrantes centroamericanos rumbo a Estados Unidos. Más 10.000 personas, hombres, mujeres y niños, huyen del hambre y la violencia. Buscan en este país un lugar donde trabajar y vivir dignamente. Pero Trump les cierra las puertas, enviando más de 10.000 militares para impedir que crucen el muro. Contrasta esta política con la solidaridad de la gente humilde y sencilla de Guatemala y México, que salió al encuentro de la caravana ofreciéndoles agua, comida y, sobre todo, acogida fraterna. Comunidades cristianas y organizaciones de derechos humanos, no solo los acogieron sino que los acompañan en su largo caminar. Pero también de organizaciones norteamericanas que se han desplazado a la frontera para recibirlos.
El clima de extrema pobreza, consecuencia de la injusticia del sistema capitalista imperante en estos países es la razón fundamental por la que los centroamericanos abandonan sus países de origen en dirección al norte. La caravana salió de San Pedro Sula, Honduras, considerada como una de las ciudades más peligrosas del mundo. En Honduras, un país de 9 millones de habitantes, el año 2017 fueron asesinadas un total de 3.792 personas. La delincuencia y la represión policial tienen atemorizada a la población. Asimismo, Guatemala vive una situación crónica de hambre y violencia. Líderes de organizaciones campesinas que resisten a la política extractiva de las multinacionales, son asesinados.
A nivel global es cada vez más profunda la brecha entre países enriquecidos y países empobrecidos. El sistema económico de libre mercado está arrinconando en la miseria al 85% de la población mundial y matando de hambre a los pobres de la tierra. La desigualdad crece progresivamente. Esta es la causa estructural del fenómeno migratorio
La conmemoración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos nos reta a soñar que es posible cambiar de rumbo, para que las estructuras socioeconómicas y políticas cambien y aseguren la paz que nace de la justicia y una vida digna para todo hombre y mujer, sin necesidad de emigrar. Urge una revolución de la conciencia de los ciudadanos del norte global, para que se logre una nueva humanidad.

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col rosario com
Lc 3, 1-6
Este 2º Domingo de Adviento nos sitúa ante el inicio del Capítulo 3 del Evangelio de Lucas. Ya hemos dejado atrás los capítulos de la Infancia cuya intención no era mostrar un rigor biográfico de Jesús sino la historicidad de su persona y su impacto socio-religioso. El personaje central de este texto parece ser Juan. Sin embargo, ya sus palabras enfocan al que será el verdadero protagonista de la trama que se irá desarrollando a lo largo de todo el Evangelio. Sin perder la tradición, Lucas va a desvelar a un Jesús que trasciende la historia, pero en la misma historia a través de sus hechos y dichos. 
Comienza el texto con una datación histórica: “…el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio…”  que no pretende una precisión del dato concreto sino mostrar a Jesús como un elemento nuevo en la cultura socio-religiosa de Palestina. Aunque no existe acuerdo entre los biblistas, seguimos preguntándonos si podríamos encuadrar a Juan en la colectividad de los esenios. Los esenios formaban una comunidad (¿secta?) en el extrarradio de las ciudades, aunque algunos de ellos se fueron de estos lugares al entrar en conflicto con el Templo y desacuerdos con el sacerdocio. Estos esenios formaron la comunidad de Qumrán en el desierto del Mar Muerto, pues creían ser el último resto del verdadero Israel. Los esenios estaban totalmente convencidos de la proximidad de la llegada del Reino de Dios, que vendría tras la lucha contra el mal, representado por todos aquellos pueblos que rechazaban la Ley de Moisés, principalmente los romanos. El Bautista, claramente, no desentonaría en este grupo pero lo que nos interesa es que intuye la palabra de Dios en el desierto “…Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados…” y fiel a la tradición profética recupera “…lo que está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías…” La figura de Juan aparece como un paso previo a la transformación que traerá Jesús, un anuncio-voz para despertar la necesidad de encontrar una ruta alternativa a lo que ya iba careciendo de sentido en el judaísmo más excéntrico.
Es en esta cita de Isaías donde podemos encontrar el origen de un nuevo tiempo anunciado por Juan. Anunciará al Mesías como restaurador del nuevo pueblo de Israel que será transformado en una nueva Humanidad cuyas raíces serán el Reinado de Dios. Juan, retomando a Isaías, nos invita a preparar el camino del Señor, a allanar sus senderos. Está claro que Jesús va a irrumpir en la historia y trae un mensaje que no todos pueden comprender. Pero en nuestro momento Jesús ya está, ya vino y se quedó y lo divino se hizo unidad con lo humano. Este es el profundo sentido de la Encarnación: Dios en la realidad humana para que la humanidad se haga consciente de su profunda identidad.
Cuando conectamos con la esencia de lo que somos, las murallas de nuestra mente se convierten en contornos que podemos traspasar, como bien indica el profeta. Se genera un nuevo paisaje existencial por una fuerza, una nueva energía creadora que va transformando todo aquello que parecía imposible. No se están violentando las leyes de la naturaleza, simplemente es el inicio de una nueva percepción de lo que somos. Los valles serán rellenados, los montes y colinas serán rebajados: todo hueco, todo vacío no existe en la experiencia de un Dios que forma parte de nuestra realidad más radical; todo aquello que sobresale, que va haciendo puntiaguda la vida, va perdiendo su aspecto para apreciar una nueva visión que ordena nuestro conocimiento más allá de las fronteras que conocemos.
Como consecuencia “lo torcido será enderezado”; se da, pues, el enderezamiento de la persona haciendo pie en ese espacio compartido con lo Divino. En este sendero de conexión con la Fuente, lo escabroso se diluye para mostrar un camino llano porque, muchas veces, lo pedregoso de nuestra mente nos va liando hasta que el camino puede llegar a ser intransitable. Revisemos nuestra capacidad de ser desde una nueva interpretación de lo que verdaderamente nos mueve en la vida. Esta nueva percepción impacta claramente en nuestras relaciones humanas, en la visión de la vida, en el compromiso con ese Reinado de Dios, la nueva Humanidad que está llegando permanentemente y que cambia el orden de lo que superficialmente podemos percibir, creer y crear.
Termina este texto con un oráculo profético: Y toda carne verá la salvación de Dios. El Adviento no es para “hacer” mucho sino para conectar con otro nivel de conciencia. Es un momento que litúrgicamente recorremos en cuatro semanas; ahora bien, si trascendemos lo temporal, nos invitaría a vivir cada momento conscientes del suelo que nos sostiene en camino hacia la plenitud. “Ver la salvación” es recuperar una nueva mirada hacia la realidad interior y exterior, una oportunidad para experimentar que la Encarnación de lo Divino en lo humano es una acción permanente que vigoriza nuestra capacidad de avanzar en la vida en coherencia y profundidad. Escuchemos la voz que nos anuncia una vida llena de posibilidades y de transformación de aquello que daña nuestro mundo y nuestros pequeños mundos.
¡¡FELIZ DOMINGO!!

JESÚS APRENDIÓ DE JUAN PERO FUE MÁS ALLÁ

col fraymarcos
Lc 3, 1-6
Las tres figuras de la liturgia de Adviento son: Juan Bautista, Isaías y María. El evangelio de hoy nos habla del primero. La importancia de este personaje está acentuada por el hecho de que hacía trescientos años que no aparecía un profeta en Israel. Al narrar Lc la concepción y el nacimiento de Juan, antes de decir casi lo mismo de Jesús, manifiesta lo que este personaje significaba para las primeras comunidades cristianas. Para Lc la idea de precursor es la clave de todo lo que nos dice de él. Se trata de un personaje imprescindible.
Los evangelistas se empeñan en resaltar la superioridad de Jesús sobre Juan. Se advierte una cierta polémica en las primeras comunidades, a la hora de dar importancia a Juan. Para los primeros cristianos no fue fácil aceptar la influencia del Bautista en la trayectoria de Jesús. El hecho de que Jesús acudiese a Juan para ser bautizado, nos manifiesta que Jesús tomó muy en serio la figura de Juan, y que se sintió atraído e impresionado por su mensaje. Juan tuvo una influencia muy grande en la religiosidad de su época. En el momento del bautismo de Jesús, él era ya muy famoso, mientras que a Jesús no le conocía nadie.
Es muy importante el comienzo del evangelio de hoy. Estamos en el c. 3, y curiosamente, Lc se olvida de todo lo anterior. Como si dijera: ahora comienza, de verdad, el evangelio, lo anterior era un cuento. Intenta situar en unas coordenadas concretas de tiempo y lugar los acontecimientos para dejar claro que no se saca de la manga los relatos. Hay que notar que el “lugar” no es Roma ni Jerusalén sino el desierto. También se quiere significar que la salvación está dirigida a hombres concretos de carne y hueso, y que esa oferta implica no solo al pueblo judío, sino a todo el orbe conocido: “todos verá la salvación de Dios”.
Como buen profeta, Juan descubrió que para hablar de una nueva salvación, nada mejor que recordar el anuncio del gran profeta Isaías. Él anunció una liberación para su pueblo, precisamente cuando estaba más oprimido en el destierro y sin esperanza de futuro. Juan intenta preparar al pueblo para una nueva liberación, predicando un cambio de actitud por parte de Dios pero que dependería de un cambio de actitud en el pueblo.
Los evangelios presentan el mensaje de Jesús como muy apartado del de Juan. Juan predica un bautismo de conversión, de metanoya, de penitencia. Habla del juicio inminente de Dios, y de la única manera de escapar de ese juicio, su bautismo. No predica un evangelio - buena noticia- sino la ira de Dios, de la que hay que escapar. No es probable que tuviera conciencia de ser el precursor, tal como lo entendieron los cristianos. Habla de "el que ha de venir" pero se refiere al juez escatológico, en la línea de los antiguos profetas.
Jesús por el contrario, predica una “buena noticia”. Dios es Abba, es decir Padre-Madre, que ni amenaza ni condena ni castiga, simplemente hace una oferta de salvación total. Nada negativo debemos temer de Dios. Todo lo que nos viene de Él es positivo. No es el temor, sino el amor lo que tiene que llevarnos hacia Él. Muchas veces me he preguntado, y me sigo preguntando, por qué, después de veinte siglos, nos encontramos más a gusto con la predicación de Juan que con la de Jesús. ¿Será que el Dios de Jesús no lo podemos utilizar para meter miedo y tener así a la gente sometida?
La verdad es que la predicación de Jesús coincide en gran medida con el mensaje de Juan. Critica duramente una esperanza basada en la pertenencia a un pueblo o en las promesas hechas a Abrahán, sin que esa pertenencia conlleve compromiso alguno. Para Juan, el recto comporta­miento personal es el único medio para escapar al juicio de Dios. Por eso coincide con Jesús en la crítica del ritualismo cultual y de la observancia puramente externa de la Ley.
Dios no tiene ni pasado ni futuro; no puede “prometer” nada. Dios es salvación, que se da a todos en cada instante. Algunos hombres (profetas) experimentan esa salvación según las condiciones históricas que les ha tocado vivir y la comunican a los demás como promesa o como realidad. La misma y única salvación de Dios llega a Abrahán, a Moisés, a Isaías, a Juan o a Jesús, pero cada uno la vive y la expresa según la espiritualidad de su tiempo.
No encontraremos la salvación que Dios quiere hoy para nosotros si nos limitamos a repetir lo políticamente correcto. Solo desde la experiencia personal podremos descubrir esa salvación. Cuando pretendemos vivir de experiencias ajenas, la fuerza de atracción del placer inmediato acaba por desmontar la programación. En la práctica, es lo que nos sucede a la inmensa mayoría de los humanos. El hedonismo es la pauta: lo más cómodo, lo más fácil, lo que menos cuesta, lo que produce más placer inmediato y es lo que motiva nuestra vida.
Más que nunca, nos hace falta una crítica sincera de la escala de valores en la que desarrollamos nuestra existencia. Digo sincera, porque no sirve de nada admitir teóricamente la escala de Jesús y seguir viviendo en el más absoluto hedonismo. Tal vez sea esto el mal de nuestra religión, que se queda en la pura teoría. Apenas encontraremos un cristiano que se sienta salvado. Seguimos esperando una salvación que nos venga de fuera.
En la celebración de una nueva Navidad, podemos experimentar cierta esquizofrenia. Lo que queremos celebrar es una salvación que apunta a la superación del hedonismo. Lo que vamos a hacer en realidad es intentar que en nuestra casa no falte de nada. Si no disponemos de los mejores manjares, si no podemos regalar a nuestros seres queridos lo que les apetece, no habrá fiesta. Sin darnos cuenta, caemos en la trampa del consumismo. Si podemos satisfacer nuestras necesidades en el mercado, no necesitamos otra salvación.
En las lecturas bíblicas debemos descubrir una experiencia de salvación. No quiere decir que tengamos que esperar para nosotros la misma salvación que ellos anhelaban. La experien­cia es siempre intransferible. Si ellos esperaron la salvación que necesitaron en un momento determinado, nosotros tenemos que encontrar la salvación que necesitamos hoy. No esperando que nos venga de fuera, sino descubriendo que está en lo hondo de nuestro ser y tenemos capacidad para sacarla a la superficie. Dios salva siempre. Cristo está viniendo.
El ser humano no puede planificar su salvación trazando un camino que le lleve a su plenitud como meta. Solo tanteando, puede conocer lo que es bueno para él. Nadie puede dispensarse de la obligación de seguir buscando. No solo porque lo exige su progreso personal, sino porque es responsable de que los demás progresen. No se trata de imponer a nadie los propios descubrimientos, sino de proponer nuevas metas para todos. Dios viene a nosotros siempre como salvación. Ninguna salvación puede agotar la oferta de Dios.
Es importante la referencia a la justicia, que hace por dos veces Baruc y también Pablo, como camino hacia la paz. El concepto que nosotros tenemos de justicia es el romano, que era la restitución, según la ley, de un equilibrio roto. El concepto bíblico de justicia es muy distinto. Se trata de dar a cada uno lo que espera, según el amor. Normalmente, la paz que buscamos es la imposición de nuestros criterios, sea con astucia, sea por la fuerza. Mientras sigan las injusticias, la paz será una quimera inalcanzable.

Meditación-contemplación
Vivir lo que vivió-experimentó Jesús,
ha hecho libres a muchísimas personas.
¿Te está ayudando a ti a alcanzar la libertad total?
Ese es el primer objetivo de tu existencia.
El segundo es ayudar con tu Vida a liberar a otros.



DIOS ESTÁ EN MARÍA Y ESTÁ EN CADA UNO DE NOSOTROS

col fraymarcos




Lc 1, 26-38
Estamos celebrando una fiesta entrañable, como todas las de María. Es una fiesta a la que podemos sacar mucho más jugo hoy que en ningún momento anterior de la historia. Si no existiera, tendríamos que inventarla. Vamos a intentar profundizar en su significado. El que me siga, intentando comprender, podrá descubrir una increíble riqueza de contenido. Os recuerdo que no escribo para que penséis como yo, sino para que os atreváis a pensar.
Un primer paso sería superar el error de confundir Inmaculada concepción con concepción virginal. La ‘Inmaculada’ hace referencia a la manera en que fue concebida María en el seno de su madre. La concepción ‘virginal’ se refiere a la manera de concebir María a su hijo Jesús. Son dos realidades completamente diferentes, y de muy diversa importancia desde el punto de vista teológico. Hoy tratamos de María totalmente pura desde su concepción.
Otra aclaración imprescindible es que ser fiel a los dogmas no es repetirlos como papagayos sin enterarnos del contenido teológico, que siempre está más allá de las palabras. En el caso que nos ocupa, hay que tener en cuenta que, aunque solo ha pasado siglo y medio de la proclamación del dogma, la manera de entender a Dios, al hombre y el pecado (sobre todo el original) ha cambiado drásticamente. Esta distinta perspectiva permite que el sentido teológico del dogma se profundice y se enriquezca.
Hoy sabemos que la grandeza del ser humano consiste en manifestar a Dios, no en su poder o en su grandeza, sino en su capacidad de darse, de amar. María es grande por su sencillez, porque acepta ser nada, separada de Dios. María no es una extraterrestre, sino una persona humana exactamente igual que cada uno de nosotros. Lo único extraordi­nario fue su fidelidad y disponibilidad, su capacidad de entrega. Toda la grandeza de María esta encerrada en una sola palabra: "FIAT". María no puso ningún obstáculo a que lo divino que había en ella se desplegara totalmente; por eso, llegó a la plenitud de lo humano. Debemos alegrarnos de que un ser humano pueda enseñarnos el camino de la plenitud, de lo divino.
¿Cómo fue posible que María alcanzara esa plenitud? Para mí, está aquí el verdadero sentido del dogma. Dentro de cada uno de nosotros, constituyendo el núcleo de nuestro ser, existe una realidad trascendente, que no puede ser contaminada. Lo divino que hay en nosotros, permanecerá siempre puro y limpio. María desplegó esta parte de su ser hasta empapar todo lo que ella era, alma y cuerpo, si queremos hablar así. Lo que celebramos es su plenitud, no un privilegio que consistiría en quitarle una mancha antes de tenerla.
Sabemos que Dios no actúa a la manera de las causas segundas. Dios es siempre causa primera. Dios no puede hacer o deshacer, poner o quitar, restar o sumar. Dios es acto puro. Actúa siempre, pero desde el ser, no desde fuera de él. Dios es la causa de que todo ser, mi propio ser, sea lo que es en su esencia. Dios no puede tener privilegios con nadie. Pablo nos acaba de decir que nos ha predestinado, a todos, a ser santos e inmaculados ante Él por el amor. (la Vulgata traduce amomous, por “immaculati”) ¿Hay que romperse la cabeza para traducirlo por “inmaculados”? Cuánto nos cuesta aceptar la evidencia.
No caigamos en la trampa de pensar que la elección de Dios es como la nuestra. Nosotros somos limitados y la elección lleva consigo siempre una exclusión. Dios no funciona así. Dios puede elegir a uno sin excluir a nadie, es decir puede elegir a todos con la misma intensidad. Si no entendemos esto, devaluamos a Dios y la fiesta perderá su verdadero sentido, que consiste en descubrir en nosotros lo que hemos descubierto en María. Lo que tiene de original María, lo puso ella, no Dios. Lo que celebramos es su respuesta a Dios. Si consideramos a María como una privilegiada, podemos decir: si yo hubiera tenido los mismos privilegios, hubiera sido igual que ella; y nos quedamos tan anchos. No, tú tienes todo lo que ella tuvo, porque Dios se te ha dado totalmente como a ella. Si no has llegado a lo que ella llegó, es por tu culpa. En todo caso, sigue siendo tu meta.
En el fondo, esta fiesta nos hace descubrir en María, lo que hemos descubierto en Jesús, la absoluta presencia de Dios en un ser humano. El único título que Jesús se dio a sí mismo fue “Hijo de hombre”, es decir modelo de hombre, hombre acabado. Claro que cuando decimos que Jesús es el “Hombre” queremos decir “ser humano”, es decir varón y mujer. Pues bien, María es la “Hija de mujer”, es decir la mujer acabada.
Lo que de verdad celebramos en esta fiesta es la posibilidad de descubrir en todo ser humano lo divino. Tú, hombre o mujer, descubrirás que eres inmaculado si eres capaz de ir más allá de toda la escoria que envuelve tu verdadero ser. Ese caparazón que confundimos con nuestro ser, es el “ego”. Jesús lo dejó muy claro, no solo cuando nos habla del tesoro escondido, de la perla preciosa, etc. sino cuando nos descubre el valor interior de una prostituta, de un pecador público o de una adúltera.
En María, como en Jesús, podemos descubrir que Dios es encarnación. Ya algunos santos dijeron hace mucho tiempo que en María se había dado una “casi encarnación”. Yo me atrevo a quitar el “casi”. Es muy fácil de comprender. En Dios, el obrar y el ser son lo mismo, pertenecen ambos a su esencia. Dios, todo lo que hace, lo es. Si en Jesús descubrimos que Dios se encarnó, podemos decir que Dios es encarnación. Si en la figura de Jesús, esto se nos escapa, porque tendemos a pensar que es un extraterrestre, en María lo podemos descubrir con total transparencia.
El núcleo íntimo de María es inmaculado, incontaminado porque es lo que de Dios hay en ella. Es el don de sí mismo que Dios hace a todos. Lo que debemos admirar en María es el haber vivido esa realidad y haber transparentado lo divino a través de todos los poros de su ser humano. María deja pasar la luz que hay en su interior sin disminuirla ni tamizarla. De esta manera, María nos ayuda a descubrir el auténtico Jesús: Dios hecho hombre.
Que nadie saque conclusiones apresuradas. No estamos hablando de una auto-salvación. Dios es el que salva al 100 por 100 y además salva siempre. Sin esa salvación, que se manifestó en Jesús, no tendríamos nada que hacer. Pero si Él salva siempre y a todos, que uno la alcance y que otro no alcance la salvación, no depende de Dios, sino de cada uno, porque mi salvación depende también al 100 por 100 de mí mismo.
En esta fiesta que estamos celebrando queda meridianamente claro el principio de que Dios no reacciona a las acciones de la criatura, sino que Él es el primero en actuar, y siempre por pura gracia y sin que lo merezcamos. María está llena de gracia desde el principio de su existencia, como todos los seres. Es curioso que el evangelio dice “llena de gracia” y el dogma diga: “preservada de pecado”. Podemos descubrir ahí, el maniqueísmo, que desde S. Agustín, enseña la oreja por todas partes en nuestro cristianismo.
Imagina tu “yo”, tu individualidad, como una cáscara, como un caparazón cerrado. Siempre has creído que no eras más que eso. Incluso la religión ha insistido que eras algo vacío, y lo has aceptado. Intenta romper ese cascarón y deslízate dentro de él... No has salido de ti, si no que has entrado hasta tu verdadero ser. No tenías ni idea. No lo conocías. Es el tesoro escondido. Es la perla preciosa. Es mucho más que eso. Es lo que hay de Dios en ti. Es la parte de ti, aún no manchada, que ni tú mismo puedes deteriorar. Ahí, eres inmaculado, eres inmaculada. Todo lo que no es esa realidad, son vestidos, son capisayos, son adornos o suciedad que impiden descubrir lo que cubren.


GOZAR DEL ESPLENDOR, DEJAR ATRÁS LA OSCURIDAD


comentario editorial

Esta noite chora uma gitarra, (Fado portugués)
9 de diciembre. DOMINGO II DE ADVIENTO
Lc 3, 1-6
Una voz grita en el silencio: y verá todo mortal la salvación de Dios
La misión mesiánica no podrá ser asimilada si no hay una disposición interior, un camino “allanado” para recibir a Jesús.
Ese camino a que hace referencia el profeta Baruc en 5, 7 en el que Dios mostrará su esplendor: “Dios ha mandado aplanarse / a los montes elevados / y a las colinas perpetuas, / ha mandado llenarse a los barrancos / y a las colinas perpetuas / hasta allanar el suelo, / para que Israel camine / con seguridad / guiado por la gloria de Dios”.
La Navidad se acerca y es preciso que abajemos a flor de tierra el orgullo de nuestros montes elevados, y la presunción de nuestro henchido ego. En otro caso el Niño, no podrá recorrerlo. Quizás haya que cruzar también ríos y pantanos. Y entonces, precisaremos estar bien pertrechados de energías para que, como el gigante San Cristóbal, podamos subirlo a nuestros hombros, y llevarlo hasta la orilla opuesta sin cansarnos.
Jesús cargó sobre los suyos a quienes tenían necesidad de algo. Necesidad de atravesar desiertos, de desprender las hojas en otoño, de tiritar en invierno, de florecer en primavera, y de dar frutos en verano.  Sólo así se garantiza que podamos cruzar con júbilo el Mar Rojo (Éxodo 14, 16), apagar nuestra sed con el agua de la roca golpeada por el bastón de Moisés (Números 20,) y saciarnos de maná, blanco como la semilla de cilantro y gusto parecido a obleas de miel (Éxodo 16, 31).
Allí estaba la voz recia del Profeta manteniendo continuamente en Ley a los israelitas, y aquí la de Juan Bautista, clamando en el desierto, porque tampoco a él le hacían mucho caso.
Situación triste y tensa, en cuya noche de los tiempos lloraron las guitarras. Sobre el Negueb hebreo y el Algarbe portugués se oyó en la oscuridad un fado lusitano, compuesto y entonado por Maja Milikovic, que decía:
Esta noite chora uma guitarraSó por mim, só para mimEsta noite saudade amarra. 
Llegó el amanecer, y con él un “Gozar del esplendor, dejar atrás la oscuridad”, que acallaba el silencio, y permitía ver a todo mortal la salvación de Dios.

Ó LUZ DA ALEGRÍA
Eu ouvi um sereno canto
Nas alturas do céu cantar
E as montanhas da minha terra em silêncio a escutar...
Eu ouvi um canto sereno
Nas douradas ondas do mar
E nas praias da minha terra, muita gente a escutar...
Ó Luz da Alegria, Ó Alma da Vida!
Ó Luz da Alegria, só te vê quem dá...

Das montanhas da minha terra
Às sagradas praias do mar
Toda a gente escutando espera o Divino Cantar...
Ó Luz da Alegria. Ó Alma da Vida!
Ó Luz da Alegria, só te vé quem dá...
não tem fim.