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viernes, 13 de diciembre de 2013

Cáritas y Manos Unidas: “Que muera hoy gente de hambre es una vergüenza” Jesús Bastante



Presentan una campaña para erradicar esta lacra en todo el mundo
Se suman para conseguir poner fin a la situación que padecen 842 millones de personas
“No compartir con los pobres sus propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son nuestros los bienes que tenemos, sino son las suyas”. La frase de San Juan Crisóstomo se hizo hoy más actual que nunca en los ojos de los 842 millones de personas que, en todo el mundo, pasan hambre. Y que mueren por ello. “Que muera gente de hambre hoy en el mundo es una vergüenza”, clamó este mediodía el obispo responsable de Manos Unidas, Juan José Omella.

Omella, junto al obispo consiliario de Cáritas, Alfonso Milián, y los responsables de Cáritas y Manos Unidas presentaron hoy en la Universidad Pontificia Comillas la campaña “Una sola familia humana, Alimentos para todos”, para denunciar el “escándalo mundial del hambre y de la pobreza”, como señaló ayer en su mensaje Francisco, y para conseguir que en 2025 desaparezcan el hambre y la malnutrición. El mensaje papal pudo seguirse en vídeo en la sala, y sirvió como arranque a la oración que supuso el pistoletazo de salida a la campaña.
Milián arrancó su intervención subrayando que “los 842 millones de pobres y hambrientos están especialmente presentes con nosotros y son la razón de estar aquí”. “El hambre continúa siendo uno de los mayores escándalos del mundo actual”, indicó el prelado, incidiendo en que “en el planeta existen alimentos suficientes para todos, pero una persona de cada ocho no come todos los días lo necesario”.
Al tiempo, animó a “no apartar la mirada ante los niños, los ancianos y hambrientos, los campesinos explotados”. La campaña arrancó este mediodía con una ola de oración “que recorrerá de este a oeste todo el planeta” y que busca, según Milián, “no seguir tolerando más que las personas que sufren se vean privadas de alimento”
Por su parte, Juan José Omella recalcó que son varias organizaciones, como Cáritas y Manos Unidas, pero también Redes o las OMP, las que se suman a esta iniciativa mundial desde España. “Si hay hambre en el mundo es porque falta solidaridad. Y esta es la lucha y el objetivo de esta campaña: tomar conciencia de que si hay hambre en el mundo no hemos hecho lo suficiente para erradicarla”.
Tras denunciar la corrupción y la “sumisión de algunos a los poderes de los grandes”, que coloca a las cosas, “y no a las personas, en el centro del mundo globalizado”, Omella clamó por “una firme voluntad política y un sólido compromiso ciudadano” para acabar con el hambre. Cambiar el foco de los problemas, pues “aquí el problema es cómo vencer la obesidad, allí cómo no morir de hambre. Allí hay hermanos nuestros que nacen, viven y mueren en la crisis”.
Tras la intervención de los prelados, la Directora del Área de cooperación de Cáritas, Natalia Peiró, ofreció algunos de los contenidos de la campaña, que se pueden encontrar en esta web: http: www.food.caritas.org.
La campaña “Una Sola Familia Humana, Alimentos para Todos”, se basa en el principio de que cualquier cambio real debe originarse primero y sobre todo en nosotros mismos y en nuestra capacidad de ver el rostro de Jesús entre quienes padecen hambre. Cuando empezamos a buscar profundamente, en nosotros mismos -subraya la campaña-, nuestro sentir sobre los temas vinculados al hambre, tanto en casa como fuera, nos damos cuenta que sólo trabajando como una sola familia humana, con espíritu de compasión y unidad, podremos finalmente poner fin a una grave injusticia: que habiendo alimentos suficientes en el mundo, la gente todavía pase hambre”.
Finalmente, Marco Gordillo, por parte de Manos Unidas, recordó que acabar con el hambre en 2025 “no es un sueño, podemos hacerlo”, aunque para ello haya que ponerse manos a la obra, todos juntos.
Finalmente, el rector de Comillas, Julio Martínez, hizo suya una frase de San Ignacio de Loyola, que recalcaba la importancia de “tener gran horizontes grandes sueños, pero concentrarse en lo pequeño, en lo sencillo, en lo mínimo”. “Erradicar el hambre es un gran horizonte, pero sabemos que pasa por pequeños esfuerzos en los que nos tenemos que concentrar cada día”.

El papa Francisco es elegido “persona del año” por la revista ‘Time’ Eva Saiz



La revista destaca que el pontífice está llamado a “transformar” la Iglesia
El argentino se impone a Edward Snowden, Bachar el Asad, Barack Obama o Miley Cyrus
Bajo el lema, El Papa del pueblo, la revista Time ha designado a Francisco como la “persona del año”. La publicación ha destaco el rol del nuevo pontífice en el cambio de la percepción de la Iglesia católica entre sus fieles y quienes no siguen su credo

El argentino se ha impuesto en la lista de los 10 candidatos finales a Edward Snowden, el responsable de las filtraciones de los programas de espionaje del Gobierno de Estados Unidos, al presidente sirio Bachar el Asad, o a la activista Edith Windsor, cuya lucha logró que el Tribunal Supremo de EE UU garantizara la equiparación de derechos a los matrimonios homosexuales. En la clasificación también se encontraban el presidente Barack Obama, su homólogo iraní, Hasan Rohaní, el senador republicano y favorito del Tea Party, Ted Cruz, o la cantante Miley Cyrus, todos seleccionados por su influencia y presencia en los medios de comunicación a lo largo de 2013.
“Lo que hace a este Papa tan importante es la rapidez con la que ha capturado la esperanza de los millones de personas que habían abandonado toda esperanza en la Iglesia”, explican en el reportaje sobre la figura de Francisco de Time, Howard Chua-Eoan y Elisabeth Dias. “En cuestión de meses, Francisco ha elevado la misión alentadora de la Iglesia -como servidora y confortadora de los necesitados- por encima de la doctrina, tan importante para sus predecesores, Juan Pablo II y Benedicto XVI”.
Los redactores jefe de la publicación son los encargados de realizar la selección de los 10 finalistas, y el orden que ocupan en esa clasificación, a partir de la votación de los lectores -el personaje más aclamado fue el general egipcio y actual ministro de Defensa interino, Abdel Fatá al Sisi, el promotor del derrocamiento del presidente Mohamed Morsi, que ni siquiera ha sido considerado en el grupo de cabeza-. La dirección se ha decantado por Francisco, el primer Papa no europeo en 1.200 años, por el cambio de tono y su comprensión, por encima de la condena, hacia asuntos como la homosexualidad, la presencia de la mujer en la Iglesia, el problema de la pederastia y la reforma del equipo financiero, en particular, y de la cúpula del Vaticano, en general.
“En menos de un año, ha hecho algo notable: no ha cambiado las palabras pero ha cambiado la música. El tono y el temperamento pesan en una iglesia construida sobre la sustancia de los símbolos”, señala en el editorial Nancy Gibbs, la directora de Time. “Francisco se ha puesto en el centro mismo de las principales conversaciones de nuestra época: riqueza y pobreza, imparcialidad y justicia, transparencia, modernidad, globalización, el rol de la mujer, la naturaleza del matrimonio, las tentaciones del poder”, sostiene Gibbs para explicar la elección del Papa como persona del año.
Francisco es el tercer pontífice, tras Juan Pablo II, en 1994, y Juan XXIII, en 1962, que se erige como “persona del año”, desde que la revista inició esta nominación, en 1927. El Vaticano ha reaccionado a la designación asegurando que su dirigente no busca la “fama o recibir honores”. Su portavoz, Federico Lombardi, ha reconocido este miércoles al programa Today, de la cadena NBC, que “si la elección de ‘persona del año’ ayuda a extender el mensaje de que Dios nos ama a todos y cada uno de nosotros, seguro que él está contento con el reconocimiento”.
No todos han reaccionado con satisfacción ante esta elección. Wikileaks, que ha asumido la defensa y asesoramiento de Snowden, desde que éste reveló su identidad, tras sustraer y comenzar a filtrar centenares de documentos sobre las cuestionables prácticas de espionaje de la Administración estadounidense, ha criticado la “cobardía” de la publicación por haber escogido al Papa por encima del exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional, a través de su cuenta de Twitter. Glenn Greenwald, que se ha autoerigido en portavoz de Snowden, ha retuiteado el artículo de Time referido a su protegido en el que se que destaca cómo “su apuesta demostró ser mucho más fructífera de que él mismo podría haber esperado”.

¿Qué harías con un asesino o un violador? José Arregui, teólogo

Recientemente, una amiga sorprendida por mi punto de vista sobre asesinos y víctimas, cárceles y presos, me pidió explicaciones, y me dirigió tres preguntas incómodas. Pero son ineludibles, y no las eludiré, aunque sé de antemano que no despejaré la perplejidad de mi amiga, ni la complejidad del asunto.
La primera pregunta decía: ‘De verdad crees que todo el que hace daño es porque antes se lo han hecho a él?’ ¿Por qué alguien mata, viola, tortura? No lo sé, pero no puedo pensar que lo haga por pura “maldad”, por querer el mal por el mal. No se trata de justificar al malhechor, sino de buscar la raíz de su mal para curarlo mejor. ¿Por qué alguien se corrompe, especula, defrauda a Hacienda a increíble escala y evade lo robado a paraísos fiscales sin fondo, sin alma?
Eso también es matar, es incluso lo que más mata hoy, como acaba de decirlo bien claro el papa Francisco; el terrorismo económico es con mucho el peor, siembra el mundo de muerte y de miseria, de dolor indecible. Y eso sucede también aquí, muy cerca, y hay que decirlo. Y no para diluir la gravedad de una violación, y de los asesinatos y de las torturas de ETA, o del GAL, o del aparato estatal, o del franquismo. No para diluir los crímenes de unos, sino para no restringir la memoria ni mutilar la verdad ni traicionar la justicia.
¿Por qué hacen tanto daño? No lo hacen porque sean malos. ¿Serán, pues, inocentes y buenos? Tampoco se trata de esto. Hay que buscar y sanar la raíz de su mal, y la raíz, en último término, es el error, un inmenso error mortal. Y el error no ha nacido con ellos; también ellos fueron dañados y engañados, antes de engañarse y hacer daño. No curaremos la raíz de su mal si no curamos el error en ellos y más allá de ellos, hasta nosotros mismos. Pues, indudablemente, la raíz de su mal está también en mí. ¿O acaso soy yo mejor que el que especula, mata, viola o tortura? No, no lo soy. Nunca entenderé el mal del otro, mientras no sea capaz de reconocerlo en mí mismo. Y nunca podré curarme de mi mal mientras no quiera curarle al otro del suyo. ¿Pero cómo lo curaremos?
Ésa era y sigue siendo la segunda pregunta: ‘¿Qué sugieres que se haga con los asesinos de personas inocentes, de niños, padres, madres, con los violadores, traficantes, terroristas…’. Faltan en la lista especuladores, corruptos y evasores, asesinos en serie a escala global (solo que éstos no están en prisión, sino gobernando el mundo). ¿Qué haremos con ellos? Lo primero es evitar que hagan daño o vuelvan a hacerlo. ¿Pero cómo? Aflige ver que no hemos inventado todavía nada mejor que la cárcel (selectiva, eso sí), para que esta pobre especie tan vulnerable y tan capaz de herir no cometa tantas atrocidades. Del Norte, sin embargo, nos llegan señales: Suecia cierra cárceles por falta de presos, gracias a otras medidas preventivas y restaurativas. Aquí, mientras tanto, aumentan las penas y proponen incluso la “prisión perpetua revisable”. Aquí persiste y se acrecienta la exaltación de la venganza y del castigo. Pero la cárcel no cura, ni siquiera disuade. Y una cárcel que ni disuade ni rehabilita al malhechor es inhumana (y además contradice a la Constitución española, pero eso parece importar muy poco a los grandes defensores de la Constitución).
¿Qué sugiero, pues, que se haga con el malhechor? Solo aquello que sea indispensable para que no haga daño y todo aquello que sea necesario y posible para curar su error, la raíz de su mal, para devolverle su dignidad y hacerle bueno. Lo segundo será costoso, pero no más costoso que las cárceles que tenemos. Serán necesarias muchas medidas de tratamiento personal y otras tantas medidas de transformación estructural en el sistema educativo, informativo, político o económico. Y en el sistema religioso, también en el sistema religioso. Pero lo primero, necesario y posible, es esto: creer en su bondad y querer su bien. Solo así venceremos el mal. Solo así alcanzaremos la dignidad humana de la que hacemos gala.

La tercera pregunta es personal, pero vale para cualquiera: ‘¿Pensarías igual si hubieran matado a tu padre, hijo, hermano, amigo inocente que pasaba por la calle?’. No sé si pensaría igual, pero debería hacerlo, y me gustaría ser capaz de pensar y actuar de esa manera si me hallara en esa situación. Y en cualquier caso, junto a esa pregunta debemos formularnos siempre otra, decisiva y valedera para todos: “¿Qué pensarías y qué harías si el asesino o el violador fuera tu padre, tu hermano o tu hijo? ¿Y si lo fueras tú mismo? ¿Qué necesitarías que hicieran contigo si tú hubieses tenido la desgracia de violar o matar?”. Pues “haz con tu prójimo como te gustaría que él hiciera contigo”. Lo han enseñado Jesús y todos los sabios. Lo enseñó y vivió Nelson Mandela, el vencedor del odio, el bendito Madiba que VIVE.