FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

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viernes, 25 de septiembre de 2020

AÑO DE LA BIBLIA (SEPTIEMBRE). LOS PROFETAS (IV). PROFECÍAS APOCALÍPTICAS


col haya

 

Apocalipsis” significa revelación, pero suele referirse a una revelación expresada en forma críptica para que solamente la entiendan los sabios o los elegidos, a los que les descubre un trágico fin de este mundo, con la salvación de los buenos y la destrucción de los malos.

Este género parece una prolongación del profetismo, especialmente el de Ezequiel, Joel, Malaquías y Zacarías II, con las referencias al “día del Señor”. La gnosis, conocimiento exclusivo de los sabios o perfectos, puede considerarse también como prolongación de la apocalíptica, aunque sin el tremendismo del juicio final.

Hay una apocalíptica dura que desarrolla una lucha de los poderes enemigos de Dios y los ángeles que defienden a los hombres justos, sin que éstos puedan hacer o decidir nada. Esta apocalíptica que niega la libertad humana no ha sido incluida en el canon hebreo ni en el cristiano.

La apocalíptica blanda cree en la libertad y en la capacidad humana de intervenir, protegidos por los buenos espíritus, en esa guerra que los poderes superiores libran en este mundo.

El género apocalíptico no suscita mucho interés en el pensamiento actual, porque se desarrolla en escenarios imaginativos e irreales, es tremendista y críptico, difícil de interpretar y poco convincente. Y para eso ya está el género de la ciencia ficción. Nos identificamos más con el humanismo de Jonás, y para qué quebrarnos la cabeza si luego no van a resultar esos anuncios; y en todo caso “cuán largo me lo fiais”.

No obstante la apocalíptica blanda influyó mucho en el judaísmo y en los primeros cristianos, como queda patente en el capítulo 13 del evangelio de Marcos, en los capítulos paralelos de Mateo y de Lucas, en las epístolas a los Tesalonicenses y en otras epístolas canónicas, y especialmente en el Apocalipsis de la escuela de Juan. También prosperó la apocalíptica dura, aunque no ha sido recogida en el canon hebreo ni en el cristiano.

Daniel

El libro de Daniel es una obra muy compleja. Su redacción definitiva es de mediados del siglo II a. C., final del período helenístico, porque narra acontecimientos acaecidos bajo Epifanio IV (175-164 a. C.). Se atribuye a su protagonista Daniel, un joven israelita llevado a la corte de Nabucodonosor que fue nombrado consejero por su sabiduría al interpretarle el sueño de la gran estatua de los cuatro reinos, destruida por una piedrecita que rodó desde el monte Sion.

Es compleja porque consta de dos partes muy diferentes, que pueden ser obra de diferentes autores. La primera (c. 1-6) es de tipo sapiencial con historias edificantes, y la segunda (7-12) describe unas visiones apocalípticas; la primera escrita en arameo y la segunda en hebreo, ambas con adiciones en griego; y reflejan situaciones históricas diferentes, la primera en Babilonia y la segunda refiere situaciones acaecidas en Palestina bajo el dominio de Epifanio IV, aunque situadas también en Babilonia.

Tienen en común la exaltación de la resistencia judía que defiende su identidad religiosa frente a las imposiciones de la dominación extranjera; resistencia pasiva, no violenta, en contraposición a la resistencia armada de los Macabeos; y una teología política: la Historia está en manos de Dios, que ha escogido a Israel como su pueblo; y los imperios que no reconozcan esta soberanía acabarán destruidos.

La primera parte (c.1-6): narra la historia de Daniel, apodado como Baltasar, prototipo de judaísmo ascético y sabio; que interpreta la visiones del rey: la imagen de la estatua que representa los cuatro imperios (c. 2); la historia de los tres jóvenes en el horno de fuego; el sueño del gran árbol que va a ser talado y que representa al mismo Nabucodonosor, el banquete del rey Baltasar con las misteriosas frases escritas en la pared, y la conocida escena de Daniel en el foso de los leones.

La segunda parte (c.7-12) más apocalíptica, trata de las extrañas visiones de Daniel sobre los acontecimientos que acontecerían al pueblo hebreo con diversos invasores, y que corresponden a los futuros imperios de Media, Persia y Grecia hasta la crisis de los Macabeos. Todas las visiones se describen con símbolos extraños de bestias con múltiples cuernos, ángeles, figuras humanas y números, que luego los ángeles le van explicando a Daniel, como símbolos de la situación política de aquella época, que ahora nos resultan difíciles o imposible de entender. Termina con la visión de un hombre aterradoramente resplandeciente a orillas del río Tigris, que viene a revelarle lo que está escrito en El libro de la Verdad y el secreto del libro sellado. El texto griego añade los capítulos 13 y 14 con el relato de los ancianos que intentaron violar a Susana.

El libro de Daniel tuvo gran influencia en la elaboración de los evangelios, especialmente su apocalíptica. Marcos (13,14) y Mateo (24,15) citan como señal un texto de Daniel 9,27: “cuando veáis la abominación de la devastación, anunciada por el profeta Daniel, erigida en el lugar santo...”. Quizás Lucas recordó el pasaje de Daniel 7,28: “yo Daniel… guardaba en mi corazón todas aquellas cosas” para aplicárselo a la madre de JesúsNosotros deberíamos recordar la súplica que Daniel dirige al Señor: “Te presentamos nuestras súplicas no porque seamos justos, sino confiados en la grandeza de tu misericordia” (9,18).     

Pero lo que más ha influido en la vida cristiana ha sido la afirmación de la resurrección, y la visión de “el hijo del hombre. La resurrección per reivindica la justicia de Dios que en la otra vida premia a los buenos y castiga a los malos: “Entonces se salvará tu pueblo: todos los inscritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo despertarán: unos para vida eterna, otros para ignominia perpetua” (12,1-2).

El término “hijo del hombre” en hebreo significa simplemente “hombre” y ya había sido empleada por otros autores bíblicos, especialmente por Ezequiel, pero en la visión de Daniel (7,9-14) adquiere caracteres divinos: “vi venir del cielo una figura humana, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio: todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin” (7,13-14) (literalmente “un hijo de hombre” BTI).

El Nuevo Testamento repite esta expresión 84 veces y generalmente es Jesús quien se refiere a sí mismo como “el hijo del hombre”, resaltando unas veces su identificación como ser humano “que no tiene donde reclinar la cabeza” y otras su poder de perdonar los pecados (Mc 2,10) o viniendo “entre las nubes del cielo, con gran fuerza y majestad” (Mc 13-26-27), como en la parábola del juicio final: “Cuando el Hijo del hombre venga con todo su esplendor y acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todos los habitantes del mundo serán reunidos...” (Mt 25,31-46) en clara alusión a la visión de Daniel.

La Mala fe fuente de grandes injusticias

 


Óscar Fortin

Humanismo en Jesus

De lo que sabemos, Jesus tuvo un lenguaje de verdad tanto con sus discípulos como con su pueblo. Sus palabras radicaban en la voluntad de su Padre y nadie otro podía someterlo a su voluntad, como lo vimos en las tres tentaciones en las cuales, Satan, el padre de la mentira, trato sometérselo con las promesas de darle el control del mundo con tal que se ponga de rodilla ante él.
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Jaume Asens: “Hay una operación en marcha para tumbar al Gobierno subvirtiendo el orden constitucional”

 


Arturo Puente

eldiario

Entrevista — Presidente del Grupo Parlamentario Unidas Podemos
El presidente del grupo de Unidas Podemos asegura que el PP se ha “atrincherado” en el Consejo del Poder Judicial para “ganar con la Justicia lo que ha perdido en las urnas”
Informe especial — El monopolio del PP en el Supremo: 25 años de bloqueos para controlar la Justicia
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CARTA AL PAPA FRANCISCO


Castillo

José M. Castillo, teólogo

Granada, 22. Sept. 2020
Muy estimado P. Jorge Mario, Obispo de Roma-Papa Francisco
Desde hace más de dos años, siento el deseo intenso de escribirle unas letras, para expresarle mi gratitud por el bien que está haciendo al mundo y a la Iglesia. He querido enviar esta carta en privado. Pero veo que no es seguro que una carta así, llegue al Papa.
Mi deseo, al escribir esta carta, es destacar e insistir que el centro y el eje de la Iglesia no es la Religión cristiana y la fiel observancia de sus ritos y sus normas. El centro y el eje de la Iglesia es el Evangelio de Jesús. Tal como presentan los evangelios lo que acabo de indicar, la Religión y el Evangelio son incompatibles. Por eso los dirigentes de la Religión condenaron y mataron a Jesús.

La sumisión a las observancias religiosas tranquiliza las conciencias. Por eso nuestra experiencia religiosa ya no es de fiar. La voluntad de Jesús quedó resumida en los tres mandatos que el mismo Jesús nos dejó en la última cena. No sólo en un mandato, el de la eucaristía, sino en tres: 1º) Lavar los pies a los demás, es decir, vivir sirviendo como esclavos; 2º) Compartir el pan y el vino, en los que Jesús se hace presente en nuestras vidas; 3º) Aceptar y vivir el “mandamiento nuevo”, en el que la “novedad” está en que ya Jesús no habla de amor a “Dios” y al “prójimo”, sino sólo del “amor mutuo”. En esto está el distintivo que define y caracteriza al cristiano. Y por esto mismo, en el juicio final, que anuncia Jesús en Mt 25, tampoco se menciona a Dios: “Lo que hicisteis por uno de estos, a mí me lo hicisteis”.

La “Iglesia en salida” es la Iglesia que deja de vivir bloqueada por los ritos y normativas de siglos pasados. Es la Iglesia que vive para humanizar este mundo tan deshumanizado y sobrecargado de sufrimiento para los más débiles.
A partir de este proyecto, el Espíritu del Señor nos llevará a la verdad plena, viviendo unidos al Obispo de Roma, cabeza del Episcopado según la sucesión apostólica.
Cordialmente unidos y bajo la protección de la Virgen Madre,
José María Castillo

Fermín Salvochea: Toda una referencia de vida para nuestro mundo actual

 Juan Cejudo

El Blog de Juan Cejudo

Mis documentos 3103

El próximo 27 de septiembre se cumple el 113 aniversario de la muerte de Fermín Salvochea.
Un personaje, no para recordarlo con nostalgia, como algo del pasado, sino como un gran referente para los hombres y mujeres de hoy, del siglo XXI.
Si hay algo que destaca en su vida es su gran compromiso por los más desheredados de la tierra, por los sectores populares, que tanto sufrían en aquellos años las consecuencias de una monarquía que los ignoraba y les hacía sufrir de mil maneras.
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El Papa denuncia que “se escucha más a las multinacionales que a los movimientos sociales y a las farmacéuticas que a los sanitarios”

 José Manuel Vidal

Religión Digital

Papa Fracisco

“No intentemos reconstruir el pasado, especialmente el que era injusto y ya estaba enfermo”
El principio de subsidiariedad “tiene un doble dinamismo: de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba”
“Cada uno debe tener la posibilidad de asumir la propia responsabilidad en los procesos de sanación de la sociedad de la que forma parte”
Francisco denuncia “ciertas actividades extractivas en algunas zonas del planeta” que no tienen en cuenta las culturas de los pueblos indígenas
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Lo que no se dice sobre la privatización y fusión de Bankia con CaixaBank

 

Vicenç Navarro

Público

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La posible privatización de Bankia y su fusión con CaixaBank ha sido una noticia que, como era de esperar, ha creado gran interés en los principales medios de información españoles, los cuales se han centrado primordialmente en la manera cómo se llevarían a cabo. Pero se ha prestado escasa atención al contexto político y económico en el cual se producirían tales intervenciones (que requerirían la aprobación de las autoridades y, muy en especial, del gobierno español, cuyo presidente, el Sr. Sánchez, parece inclinado a favorecerlas) y sus consecuencias para la sociedad española, no solo para los usuarios de tales entidades bancarias, sino también para la población en general, y para las clases populares en particular, que constituyen la mayoría de la ciudadanía de este país.
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Crisis de los refugiados en Europa

 

Patrick Cockburn

Rebelión

Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo
Sin ninguna consideración, los desesperados refugiados que llegan apiñados en pequeños botes a las playas de guijarros del sur de Kent son vistos como invasores. El pasado fin de semana manifestantes contra la inmigración explotaron esos miedos y bloquearon la carretera principal hacia el puerto de Dover para “proteger las fronteras británicas”. Mientras tanto, el secretario del interior Priti Patel culpaba a los franceses de no hacer nada por evitar el flujo de refugiados a través del Canal de la Mancha.
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Julian Assange y la libertad de prensa van a juicio en Londres

 

Amy Goodman, Denis Moynihan

Alainet

El papel de la prensa libre es hacerle rendir cuentas al poder, especialmente cuando aquellos poderes están involucrados en una guerra. Sin embargo, es la propia libertad de prensa la que está siendo juzgada actualmente en Londres mientras Julian Assange, fundador y editor en jefe del sitio web de denuncia Wikileaks, lucha contra la extradición a Estados Unidos por una serie de cargos de espionaje y piratería informática que van cambiando constantemente.
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Derecho a algo más que la eutanasia

 Gabriel María Otalora

Redes Cristianas

Siguen adelante los trámites parlamentarios sobre la ley de eutanasia que afecta a las personas con una enfermedad “grave e incurable” o, en su caso, “crónica e invalidante” y que provoque un sufrimiento “intolerable”. La finalidad legal de la proposición de ley es hacer compatibles el derecho a la vida y el derecho a “la dignidad, la libertad o la autonomía de la voluntad”, según consta en el preámbulo del texto y desde la base al derecho a una buena muerte.

Para solicitar la eutanasia se propone que no sea un requisito que el médico dé su permiso, ya que la decisión de presentar esa petición será del paciente. Lo que sí se contempla en el borrador legal es que los facultativos que intervienen en el proceso tengan el deber de determinar que el paciente cumple los requisitos; y la posibilidad de la objeción de conciencia.

El tema es serio, sin duda: personas llenas de lucidez atrapadas en medio de enfermedades irreversibles y con grandes dolores que disparan el sentimiento de inutilidad, depresión o la falta de sentido vital, poniendo a prueba sus fundamentos éticos y morales y los de sus familiares. Contra lo que cree mucha gente, la eutanasia activa así entendida, está prohibida en casi todo el mundo. Cosa distinta es alargar la vida de modo irracional (distanasia) u otorgar al paciente todos los tratamientos para disminuir el sufrimiento y eviten largas agonías (ortatanasia).

Cada vez que no se acepta que una persona tiene valor en sí misma se abre la puerta al precipicio del utilitarismo (tanto vales, tanto cuentas) que nos aboca a dejar de respetarnos y a considerar inútiles y costosos a colectivos enteros. Precisamente porque cada ser humano es valioso por serlo, su autonomía es una consecuencia de su dignidad. Pero algunos lo entienden al revés: la dignidad es una consecuencia de la autonomía, sin valorar demasiado las consecuencias. Es una de las dos razones por las que soy contrario a la eutanasia activa.

El problema es serio y por eso hay que verlo también desde otro ángulo que se habla y se discute menos, quizá porque no se han hecho los deberes y ni siquiera existe soporte ideológico para contrarrestarlo, cuando todavía estamos a tiempo de considerar la futura ley de la eutanasia con ojos más abiertos. Me refiero al derecho a los cuidados paliativos, al que una gran parte considerable de la población no tiene derecho (posibilidad de acceso) ante la escasa implantación hospitalaria del mismo. Los cuidados paliativos en sentido amplio, es decir, atención médica, social, emocional y espiritual que la enfermedad plantea., incluyendo los cuidados para enfermos terminales. Cuando las personas se sienten mejor en estas áreas, tienen una mejor calidad de vida y la eutanasia deja de ser una prioridad en muchos casos.

Según datos de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos y la Asociación de Enfermería y Cuidados Paliativos (abril 2019), casi 80.000 personas que necesitaban cuidados paliativos, no los recibieron. España muy por debajo de los estándares de los países más desarrollados. El problema añadido es que, incluso cuando exista una ley que acompañe a la tramitación de la ley de la eutanasia, si no está dotada de presupuesto, la universalización de este derecho puede quedarse en papel mojado.

Como afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS), los cuidados paliativos son pilares esenciales en la atención en los pacientes en fases avanzadas y terminales, como en el caso del cáncer, por ejemplo. En este sentido, Los médicos tienen que recibir mucha más formación sobre el proceso de morir en la carrera universitaria, sobre inteligencia emocional. Junto a la necesidad de medicalizar el sufrimiento en el final de la vida, deben coexistir los aspectos más subjetivos, valores, emociones, cuidados, etc.) para tratar a cada paciente desde todas las dimensiones de la persona: bio-psico-social y espiritual

Si todos los enfermos terminales tuvieran la posibilidad de solicitar y recibir este derecho de los cuidados paliativos, es posible que sería necesario la regulación legal de la eutanasia como la única garantía de la muerte digna. Pero para que exista una decisión libre y se respete la dignidad en el proceso de morir hace falta que exista la alternativa de unos cuidados paliativos. Esto exige, claro, repensar nuestra concepción de la dignidad humana y el uso que hacemos de la libertad, porque el resultado no es indiferente. El poner un buen punto final a la vida es tan importante como nacer. Ponemos mucho énfasis en los avances en torno al parto y morir es igual de importante. Es fundamental ayudar a que la persona se sienta querida hasta el final, que sepa que no está sola y que no sufra en la etapa final de la enfermedad.

Si ganan los políticos que solo piensan en bajar impuestos, no será posible. Y si se dicen cristianos, es que no han entendido nada.

Pedro Libertad Casaldáliga. In memoriam

José Arregui

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  El texto que sigue es parte de un artículo un poco más largo publicado en 2010 a raíz de la presentación en Vitoria del libro Pedro Casaldáliga. Las causas que dan sentido a su vida (editado por Benjamín Forcano en Ed. NUEVA UTOPÍA, 2008). Lo vuelvo a publicar aquí con emoción, en homenaje al profeta místico y poeta de la libertad y de la liberación.

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“Surgió un profeta”, repite la Biblia. Siempre ha habido profetas, y, cada vez que se alzaban, la historia recobraba aliento. El Espíritu de la luz y del consuelo, el Espíritu de la bondad y de la libertad sigue aleteando sobre las aguas, fecundándolas e incubándolas, reordenando el caos, recreando el mundo. Siempre ha habido profetas, salvadores de la Tierra, antes y después de la Biblia, antes y después de todas las fronteras, en todos los tiempos, en todos los pueblos, en todas las culturas, y también en todas las religiones, gracias a la religión y a pesar de ella.

Surgió un profeta en Sâo Felix de Araguaia, en el Estado de Mato Grosso, en la verde y martirizada Amazonía brasileña: Pedro Casaldáliga. Era claretiano catalán, e iba dispuesto a no mirar atrás, sino solo adelante, una vez empuñado el arado para arar la tierra y sembrar el Reino. Nunca ha vuelto a su país desde aquel 1968 en que se fue. Y no por ningún principio ideológico, sino por esa voluntad tan suya de ser coherente hasta el fin y de darse enteramente, sin radicalismo pero con radicalidad, y con alguna pizca de esa terquedad amable que los brasileños llaman “teimosía”. Evangélica terquedad de Jesús. Pedro, o Pere, se ha quedado allí desde que se fue, porque quería ser verbo encarnado y liberador a orillas del Araguaia, como los tapirapés, a quienes evangelizó y por quienes, sobre todo, se hizo evangelizar. Se ha hecho uno de ellos en cuerpo y en alma, en comida y ropa (tres camisas y dos pantalones, ni uno más, como los indios) y, claro está, también en los viajes. Ha imitado a sor Genoveva, una mujer “hermanita de Jesús” de Charles de Foucauld, que había decidido antes que él vivir con los indígenas y ser como ellos; ella le inició en la profecía, enseñándole a descubrir la Palabra hecha carne y mente y vida, incluso religión, entre los tapirapés y todos los indígenas. Cuando, muy a su pesar, fue nombrado obispo (en 1971), siguió viviendo y vistiendo y profetizando como antes. Y allí se quedó cuando se jubiló (en 2005), con la fe y la lucha de siempre: la tierra y los indígenas. Y allí sigue hoy, prácticamente recluido en casa a causa del “hermano Parkinson”, pero sin perder en absoluto la luz de la mente, la llama del corazón, la chispa de la palabra. Profeta en pie hasta el fin, o hasta el principio final que llegará cuando llegue.

Como todos los profetas, Casaldáliga tiene el corazón lleno de santa compasión y de sagrada ira: la compasión hasta la ira, la ira desde la compasión. Así fue Jesús, compasivo y subversivo, desde el monte de las Bienaventuranzas hasta el monte del Calvario, desde las aldeas miserables de Galilea hasta el suntuoso Templo de Jerusalén. Una vez, mientras acompañaba a peones que talaban árboles de la selva amazónica bajo la pistola de los hacendados, con su navaja y el corazón ardiente escribió Casaldáliga sobre una hoja de palmera silvestre: “Somos un pueblo de gente, / somos el Pueblo de Dios. / Queremos tierra en la tierra, ya tendremos tierra en los cielos”. Una nueva tierra que él imagina como “un plato / gigantesco / de arroz,/ un pan inmenso y nuestro, / para el hambre de todos”. Una tierra sin males, una tierra sin hambre. Es el sueño de Dios para la tierra y el cielo. “Todo es relativo menos Dios y el hambre”, declaró Casaldáliga en uno de sus geniales aforismos que debiera figurar en la cabecera de todos nuestros libros de teología, encíclicas y rituales. No dan gloria a Dios nuestras palabras, dogmas y cultos, como no han cesado de gritar los profetas ante reyes y sacerdotes. No crece Dios porque se llenen los templos de incienso y de fieles, ¡bendito incienso y benditos fieles! Sólo crece Dios cuando se llenan de pan todas las mesas, ¡bendito todo pan y benditas todas las mesas! Tierra libre y pan sabroso fueron el sueño de Jesús.

Pere Casaldáliga se ha rebelado y ha gritado contra todos los poderes económicos y políticos responsables directos de la miseria en el mundo, y contra todas las estructuras religiosas que pactan con ellos por acción u omisión. Casaldáliga es una rara especie de obispo y profeta subversivo, para gloria de Dios en la tierra y salvación del planeta. (Y para honra y credibilidad de la Iglesia, tan necesitada). “Me llaman subversivo / y yo les diré: lo soy,/ por mi pueblo en lucha, vivo./ Con mi pueblo en marcha, voy”. Hasta el ritmo de las palabras es profético y subversivo, un ritmo de marcha esforzada y alegre al son del Evangelio, al son de las Bienaventuranzas para los pobres, al son de las maldiciones contra la riqueza (“a favor de los ricos, pero contra su riqueza, sus privilegios, su posibilidad de explotar, dominar y excluir”; “a favor de la propiedad privada, pero en contra de la propiedad privadora”). Y remacha: “Creo que hoy solo se puede vivir sublevadamente. Y creo que sólo se puede ser cristiano siendo revolucionario, porque ya no basta con pretender ‘reformar’ el mundo”. Y explica por qué: “el Evangelio es la subversión de los intereses, porque es la demolición de los ídolos”. El acomodo y/o la cobardía le sublevan: “Yo me rebelo contra los tres mandamientos del neocapitalismo, que son: votar, callar y ver la televisión”.

He ahí el profeta de ojos iluminados, de oídos atentos, de corazón apasionado, de labios inspirados, enamorado de Jesús y airado por la injusticia hasta el arrebato. He ahí el profeta libre, hijo de la Libertad del Espíritu o de la Ruah. Una vez escribió: “Si me bautizas otra vez, ponme por nombre Pedro Libertad”.

Domingo 27 de septiembre, 26 Tiempo ordinario – A (Mateo 21,28-32)

 José Antonio Pagola

LAS COSAS NO SON SIEMPRE LO QUE PARECEN

La parábola es una de las más claras y simples. Un padre se acerca a sus dos hijos para pedirles que vayan a trabajar a la viña. El primero le responde con una negativa rotunda: «No quiero». Luego lo piensa mejor y va a trabajar. El segundo reacciona con una docilidad ostentosa: «Por supuesto que voy, señor». Sin embargo, todo se queda en palabras, pues no va a la viña.

También el mensaje de la parábola es claro y fuera de toda discusión. Ante Dios, lo importante no es «hablar» sino hacer; lo decisivo no es prometer o confesar, sino cumplir su voluntad. Las palabras de Jesús no tienen nada de original.

Lo original es la aplicación que, según el evangelista Mateo, lanza Jesús a los dirigentes religiosos de aquella sociedad: «Os aseguro: los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios». ¿Será verdad lo que dice Jesús?

Los escribas hablan constantemente de la ley: el nombre de Dios está siempre en sus labios. Los sacerdotes del templo alaban a Dios sin descanso; su boca está llena de salmos. Nadie dudaría de que están haciendo la voluntad del Padre. Pero las cosas no son siempre como parecen. Los recaudadores y las prostitutas no hablan a nadie de Dios. Hace tiempo que han olvidado su ley. Sin embargo, según Jesús, van por delante de los sumos sacerdotes y escribas en el camino del reino de Dios.

¿Qué podía ver Jesús en aquellos hombres y mujeres despreciados por todos? Tal vez su humillación. Quizá un corazón más abierto a Dios y más necesitado de su perdón. Acaso una comprensión y una cercanía mayor a los últimos de la sociedad. Tal vez menos orgullo y prepotencia que la de los escribas y sumos sacerdotes.

Los cristianos hemos llenado de palabras muy hermosas nuestra historia de veinte siglos. Hemos construido sistemas impresionantes que recogen la doctrina cristiana con profundos conceptos. Sin embargo, hoy y siempre, la verdadera voluntad del Padre la hacen aquellos que traducen en hechos el evangelio de Jesús y aquellos que se abren con sencillez y confianza a su perdón.

Domingo 27 de Septiembre, 26º del tiempo Ordinario

 


Koinonía

26 del tiempo ordinarioA

Vicente de Paúl (1660)
La conversión de aquellos que el sistema religioso considera pecadores debería ser una señal profética con el poder de arrastrar a todos hacia el camino del bien. Sin embargo, esto no es lo que ocurre. Cada sistema religioso organiza sus valores en escalas jerárquicas en las que cuenta más la posición que la propia conciencia. El profeta Ezequiel y el evangelio se refieren a esta terrible realidad: los que se consideran a sí mismos salvados son incapaces de cambiar su manera de pensar para abrirse a la acción de Dios.
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LOS PUBLICANOS Y LAS PROSTITUTAS NOS PRECEDEN EN EL REINO

FE ADULTA

col pepa torres com

(Mt 21, 28-32)

El texto evangélico de este domingo nos sorprende de nuevo por su claridad y radicalidad.  Su contexto es tremendamente provocador: Una discusión en el Templo mantenida entre Jesús, los fariseos y los sumos sacerdotes. Jesús denuncia su hipocresía desenmascarando su modo de actuar. Dicen querer hacer la voluntad del Padre y sin embargo con su conducta la niegan. Paradójicamente quienes tienen fama de pecadores, como son los publicanos y las prostitutas se abren a la novedad de Dios y su Buena Nueva de misericordia y liberación, por eso les precederán en el reino. Estas palabras también están dichas para nosotros y nosotras hoy cuando nuestra fe no coincide con nuestras prácticas, cuando está descomprometida con la hospitalidad, la justicia, la inclusión y la misericordia con los más excluidos y excluidas.

Por eso este tiempo de pandemia, con toda su dureza, es también una oportunidad y un desafío para nuestra vida como creyentes. Podemos blindarnos, atrincherarnos desde el miedo y la desconfianza hacia los otros y otras, o poner la vida en el centro, pero no solo la propia, sino especialmente las más amenazadas y vulneradas. Desde el evangelio es inaceptable el sálvese quien pueda o la estigmatización y culpabilización de los más pobres por el hecho de serlo.

Conectando este texto con la realidad vienen a mi memoria dos hechos que hemos vivido en estos días. El primero es el confinamiento de los barrios obreros y marginales de Madrid, responsabilizándoles por sus formas de vida, de la extensión de la pandemia. El segundo, el cierre de los burdeles. Con esta última medida se ha ignorado la situación de vulnerabilidad aún mayor en que han quedado las mujeres que trabajan en ellos, ya que esta decisión no ha ido acompañada de ninguna medida de protección para quiénes no solo tienen en estos clubes su principal o única fuente de ingresos sino, además, su única residencia.

El Evangelio va en contra de toda forma de estigmatización. Antepone la mirada de justicia y misericordia a la de la moralidad. Por eso, como cristianos y cristianas, hemos de estar muy atentos a que en la gestión de la crisis sanitaria y social que actualmente estamos atravesando, las vidas y la dignidad de los últimos no sean costes para sacrificar, sino la brújula que nos oriente, por muy políticamente incorrecto que resulte. La inclusión, la acogida y la misericordia no pueden darse de baja en tiempos de pandemia, sino activarse.

RECTIFICAR ES MÁS HUMANO QUE ACERTAR A LA PRIMERA

FE ADULTA

col fraymarcos

Mt 21,28-32

Jesús acaba de realizar la “purificación del templo”. En el episodio inmediatamente anterior, los sumos sacerdotes y los senadores, preguntan a Jesús con qué autoridad actúa así. Él les responde con otra pregunta: “¿El bautismo de Juan era cosa de Dios o cosa humana?”. No se atreven a contestar y Jesús les cuenta esta parábola. Mateo trata de justificar que la comunidad cristiana se apartara del organigrama religioso judío, pero quiere advertir, también a la nueva comunidad, que no debe caer en el mismo error.

En este capítulo siguen las advertencias a la comunidad. Es muy peligroso creerse perfecto. Lo importante es descubrir los fallos y rectificar lo que se ha hecho mal. La pura teoría no sirve para nada, solo la vida salva. Lo que digamos o lo que proclamemos son palabras vacías, mientras no vayan acompañadas por una actitud vital que, inevitablemente, se manifestará en las obras. En el evangelio de Juan, Jesús pone como instancia definitiva sus obras: “Si no me creéis a mí, creed a las obras”.

El domingo pasado nos hablaba de jornaleros. Hoy nos habla de hijos. En el AT, el pueblo en su conjunto, se consideraba hijo de Dios. Jesús distingue ahora dos hijos: los que se consideran verdaderos israelitas y los que los jefes religiosos consideran pecadores. Recordemos que ser hijo significaba hacer en todo la voluntad del padre. Un buen hijo era el que salía al padre. El que dejaba de hacer la voluntad del padre, dejaba de ser hijo. ¿Quién hizo la voluntad del padre? quiere decir: ¿Quién es verdadero Hijo?

Jesús se enfrenta a los jefes religiosos, como respuesta a la oposición que los evangelios manifiestan. Todos los evangelios dejan clara esa lucha a muerte de las instancias religiosas contra Jesús. Sin embargo, no podemos sacar de estas parábolas argumentos antisemitas. Las prostitutas y los recaudadores de impuestos, que Jesús pone por delante de los jefes religiosos, eran también judíos. Y los primeros cristianos eran todos judíos.

Los fariseos no tenían nada de qué arrepentirse. Eran perfectos porque decían “sí” a todos los mandamientos. Consideraban que tenían derecho al favor de Dios, por eso rechazan de plano el cambio que les propone Jesús. Como los de primera hora del domingo pasado, exigen mayor paga por su trabajo. Para ellos es intolerable que Dios pague lo mismo al que no ha trabajado. No se dan cuenta de que su respuesta es solamente formal, sin compromiso vital alguno. El espíritu de la Ley les importaba un pito.

El escándalo está servido: Para Jesús no hay duda, los que se consideran buenos son los malos y los malos son los buenos. Los primeros eran los estrictos cumplidores de la Ley, los segundos ni la conocían ni podían cumplirla. Los primeros ponían su empeño en el cumplimiento externo de las normas. Los otros buscaban una posibilidad de hacerse más humanos, porque se sabían pecadores. Jesús deja claro cuál es la voluntad de Dios, y quién la cumple. Pero Jesús deja claro que tanto los unos como los otros son hijos.

“Los recaudadores y las prostitutas os llevan la delantera en el Reino”. Es una de las frases más hirientes que pudo decir Jesús a los jerifaltes religiosos. Eran las dos clases de personas más denigradas y odiadas por las instancias religiosas. Pero Jesús sabía muy bien lo que decía. El organigrama religioso-social de su tiempo era represivo e injusto. Que esa situación se mantuviera en nombre de Dios no podía aguantarlo quien había descubierto un Dios que lo único que quiere es el bien del hombre.

No se alude en el relato a las otras dos situaciones que se pueden dar: El hijo que dice sí y va a trabajar a la viña, y el hijo que dice no y no va. En estos dos casos no hay posibilidad de equivocarse ni cabe la pregunta de quién cumple la voluntad del padre. Lo que pretende el relato es advertir sobre el engaño en que puede caer el que interprete superficialmente y a la ligera, la situación del que dice “sí” y del que dice “no”.

No debemos engañarnos. La simplicidad del relato esconde una enseñanza fundamental. Como conclusión general, tenemos que decir que los hechos son lo importante y que las palabras sirven de muy poco. La praxis prevalece siempre sobre la teoría. El evangelio no nos invita a decir primero no y después sí. El ideal sería decir sí y hacer; pero lo maravilloso del mensaje está precisamente ahí: Dios comprende nuestra limitación y admite la posibilidad de rectificación, después de “recapacitar”, dice el texto.

Nuestras actitudes religiosas son incoherentes. Llevamos muchos siglos haciendo una religión de ritos, doctrinas y preceptos. Desde el bautismo decimos: “sí voy”, pero nos quedamos siempre donde estamos. No hay más que ver lo que se entiende por “practicante”, para darse cuenta de que no tiene nada que ver con la vida real. Nos estamos yendo cada vez más por las ramas y alejándonos de la raíz del evangelio.

Se nos llena la boca proclamando pomposamente que somos cristianos, pero hay muchos que, sin serlo, cumplen el evangelio mucho mejor que nosotros. El fariseísmo se ha convertido en moneda corriente entre nosotros, y damos por hecho que basta hablar del evangelio, u oír hablar de él, para tranquilizar nuestra conciencia. Hay un refrán que lo expresa muy bien: “Una cosa es predicar y otra dar trigo”.

En la primera lectura ya se nos dice que ni siquiera los mayores fallos son definitivos. Podemos en cualquier momento rectificar la trayecto­ria equivocada. Los errores cometidos pueden ayudarnos a encontrar el camino verdadero. Somos limitados y tenemos que aceptar esta condición porque es parte de nuestra naturaleza. No podemos pretender, ni para nosotros ni para los demás, la perfección. Cuando exigimos a un ser humano ser pluscuamperfecto, estamos exigiéndole que deje de ser humano.

Solo la experiencia me dice qué es lo que me deteriora como ser humano y qué es lo que me enriquece. Cuando damos por absoluta una norma, nos anclamos en el pasado y nos negamos a progresar. El gran peligro para esta fijación es creer que Dios nos ha dado directamente esa norma. Desde esa perspectiva se siguen cometiendo verdaderas barbaridades en contra del ser humano. El Dios de Jesús nunca puede ir en contra del hombre; las normas que hemos promulgado en su nombre, sí. Entender la religión como verdades, normas y ritos absolutos, es fundamentalismo puro y duro.

También hoy podemos ir un poco más allá de la parábola. Ni siquiera las obras tienen valor absoluto. Las obras pueden ser la manifestación de una actitud vital, pero pueden ser reacciones automáticas desconectadas de nuestro verdadero ser, y conectadas solo al interés egoísta. Los fariseos cumplían escrupulosamente todas las normas, pero lo hacían mecánicamente, sin ninguna sinceridad de corazón. No pierdas el tiempo tratando de situarte en una de las partes. Todos estamos diciendo: “no”, cada tres por cuatro, y todos estamos diciendo: “sí”, con una pasmosa ligereza. La vida es una constante rectificación.

 

Meditación-contemplación

Si a la primera no somos capaces de decir “sí”,
Dios acepta siempre nuestra rectificación.
Casi siempre acertamos a costa de rectificaciones.
Nadie es capaz de descubrir la meta a la primera.
No deben preocuparme los fallos.
Ser incapaz de rectificar es lo frustrante.

SEMANA SANTA EN SEPTIEMBRE

FE ADULTA

col sicre

 

Domingo 26. Ciclo A

La pandemia ha hecho que este año bastantes niños estén celebrando su Primera Comunión no en el mes de mayo, sino en septiembre. Pero la Iglesia católica no necesita ningún virus para alterar el orden de los hechos. Como el año litúrgico termina dentro de dos meses (el 22 de noviembre) a partir de este domingo nos ponemos en contacto con las últimas enseñanzas de Jesús, durante lo que solemos llamar el Lunes Santo.

Lucha a muerte en el recinto del templo

El día antes, Jesús ha entrado triunfalmente en Jerusalén, ha purificado el templo, expulsando a vendedores de animales y cambistas de monedas, y ha curado en el recinto sacro a cojos y ciegos, unos enfermos a los que les estaba prohibida la entrada en el templo. Es fácil imaginar la indignación de los sacerdotes y de los escribas (representantes de moralistas, canonistas y teólogos). Ese día, domingo de ramos, se limitan a protestar. Al día siguiente, cuando Jesús vuelve a Jerusalén y al templo, todos los grupos con poder religioso y político se irán turnando para ponerlo en aprieto con las preguntas más comprometidas y poder condenarlo.

La primera la formulan los sacerdotes y los senadores (representantes del poder político) pensando en lo ocurrido el día antes: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado esa autoridad?». Jesús se encuentra ante una disyuntiva. Si responde: «De Dios», lo pueden acusar de blasfemo. Si dice: «de mí mismo», lo considerarán un loco o un vulgar revolucionario. Evita la respuesta directa y les tiende una trampa. Ya que ellos son los jueces religiosos de Israel, que den su opinión sobre otro personaje famoso: Juan Bautista. «El bautismo de Juan, ¿de dónde venía?, ¿de Dios o de los hombres?». Ellos, viendo el peligro de comprometerse en un sentido o en otro, responden: «No lo sabemos». Y Jesús termina con un escueto: «Pues yo tampoco os digo con qué autoridad hago esto». E inmediatamente pasa al contrataque con la parábola que leemos este domingo: la de los dos hijos (Mt 21,28-32).

Obras son amores, y no buenas razones

La historieta que propone Jesús es tan fácil de entender que sus enemigos caen en la trampa. Un padre y dos hijos. ¿Quién cumple la voluntad del padre? ¿El hijo protestón y maleducado que termina haciendo lo que le piden, o el hijo amable y sonriente que hace lo que le da la gana? La respuesta es fácil: el primero. Lo importante no es decir palabras bonitas; tampoco importa protestar mucho. Lo importante es hacer lo que el padre desea. «Obras son amores, y no buenas razones».

Pero Jesús saca de aquí una consecuencia asombrosa. Es preferible vivir de mala manera, si al final haces lo que Dios quiere, que vivir de forma aparentemente piadosa y negarse a cumplir la voluntad de Dios. Dicho con las palabras hirientes del evangelio: es preferible ser prostituta o ladrón, si al final te conviertes, que pertenecer a cualquier organización o institución religiosa y ser incapaz de convertirse.

¿En qué consiste la conversión? Nueva sorpresa. No se trata de aceptar a Jesús y su mensaje, sino a Juan Bautista, que mostraba el camino de la justicia, de la fidelidad a Dios, como primer paso hacia el evangelio. Con ello, Jesús responde indirectamente a la pregunta que no habían querido responder las autoridades: «¿De dónde procedía el bautismo de Juan, de Dios o de los hombres?». El bautismo de Juan era cosa de Dios, su predicación marcaba el camino recto. Las prostitutas y los recaudadores, representados por el hijo protestón, pero obediente, creyeron en él. Las autoridades religiosas, representadas por el hijo tan amable como falso, no le creyeron.

¿Tirando piedras contra el propio tejado?

Lo curioso de esta interpretación de la parábola es que parece volverse contra Juan y contra Jesús. Los que dan testimonio a su favor son gente indigna de crédito, prostitutas y explotadores; quienes lo rechazan o se abstienen, personalidades religiosas de buena fama, los sacerdotes. Puestos a elegir, ninguna persona piadosa aceptaría la opinión de unos cuantos drogatas y unas pocas prostitutas en contra de lo que decida una Conferencia Episcopal.

Además, el judío piadoso de tiempos de Jesús (como muchos cristianos piadosos de nuestro tiempo) está convencido de que no necesita convertirse. Y si en algo tiene que cambiar, el camino no deben indicárselo personas tan extrañas y discutibles como Juan Bautista, Martin Lutero King, Oscar Romero, Pedro Casaldáliga o el Papa Francisco.

Así adquieren pleno sentido las palabras de Jesús: «Los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios». Para entrar en ese reino hay que abrirse a una nueva forma de vida, aunque suponga un corte drástico y doloroso con la vida anterior. La institución religiosa seguirá firme en sus trece, incluso utilizará el argumento de la parábola para recha­zar a Juan y a Jesús. Pero el Reino se irá incrementando con esas personas indignas de crédito, pero que creen en quien les muestran el camino de una nueva forma de fidelidad a Dios. Esas personas que, como dice el profeta Ezequiel en la primera lectura, son capaces de recapacitar y convertirse.

 

EL CAMINO DE LA JUSTICIA

FE ADULTA

comentario editorial

Los dones que provienen de la justicia son superiores a los que se originan en la caridad (Khalil Gibran).

27 de septiembre. DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO

Mt 21, 28-32 Porque vino Juan enseñando el camino de la justicia

La Justicia es uno de esos ideales que desde la Antigua Grecia ha sido estudiado y debatido por cualquier intelectual de prestigio. Definida como “aquel principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde”, la Justicia un principio ineludible que debería regir nuestras sociedades.

Una sabia ley, que debería regir la conducta de toda la humanidad, si no quiere caer en el desorden, pues como dice Paul Auster: “Si la justicia no existe, ya no será justicia”.

Y Aristóteles, filósofo griego, decía: “Se piensa que lo justo es lo igual, pero no para todos, sino para los iguales. Por el contrario, se piensa que lo justo es desigual, y así es, aunque no para todos, sino para las desigualdades.

Para el Antiguo Testamento, figura como una le fundamental de conducta. Dios hace justicia con los débiles y oprimidos, deseando que se le reconozca como tal.

Dirán: “Solo el Señor tiene la justicia y el poder” (Isaías 5, 24)

(Salmo 51, 6): “Que tus argumentos te hagan justicia y resultes inocente en el juicio” 

“Amad la justicia los que regís la Tierra” (Sabiduría 1, 1)

“Y su marido, José, como era justo, y no quería difamarla, quiso dejarla en secreto” (Mateo, 1, 19)

“Amigo, no te hago injusticia. ¿No nos apalabramos, un denario?”  (Mateo 20, 13)

Y en Romanos 3, 20 “Por eso nadie será justificado ante Dios por haber cumplido la ley”

Blas Pascal argumentaba que “la justicia sobre la fuerza es la impotencia, y la fuerza sin justicia es tiranía solemne”.

Jesús nos lo mostró de esa manera cuando recorría los caminos de Palestina hasta posiblemente cuando dijo aquello de:

 “Yo soy el camino, y la verdad, y la vidanadie viene al Padre, sino por mí”.

justicia y razon

Juan Bautista vino para predicarnos que existe un largo camino que hemos de recorrer y, si es posible, acompañados.

Un camino muy audaz, cuya oferta no comprada, sería una gran locura, pues es un saldo.

Un poeta libanés lo cantó de este modo ingenioso:

Khalil Gibran dijo: “Los dones que provienen de la justicia son superiores a los que se originan en la caridad”

Un soneto de Lope de Vega titulado “Pedro, a la sangre que por vos vertida”, dice:

Sangre que por vos vertida
mostró para su fe tanta firmeza,
ofrece la católica nobleza
la limpia suya, a vuestros pies rendida.

De las cuatro azucenas guarnecida,
que dejó de Domingo la pureza,
esta Junta os elige por cabeza
puesto que la tenéis tan dividida.

Tended vuestro crucígero labaro,
Capitán general desta milicia,
que contra el fiero apóstata levanta.

La fe de vuestra muerte, ejemplo raro;
pues para el tribunal de su justicia
hizo las gradas vuestra sangre santa

lunes, 21 de septiembre de 2020

Francisco, a las farmacéuticas: “La vacuna tendrá que ser universal, para todos”

 Religión Digital

Papa Fracisco

El Papa aboga por una “distribución más equitativa de los medicamentos”
El Vaticano pide una vacuna universal para el coronavirus
“Conocemos el peligro de la globalización de la indiferencia; en cambio, propongo globalizar la cura, es decir, la posibilidad de acceso a esos medicamentos que podrían salvar tantas vidas para todas las poblaciones”
El Pontífice recordó que, la reciente experiencia de la pandemia, además de una gran emergencia sanitaria en la que ya han muerto casi un millón de personas, se está convirtiendo en una grave crisis económica, que sigue generando personas y familias pobres que no saben cómo salir adelante
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El silencio de la Conferencia Episcopal

 José M. Castillo, teólogo

Castillo1

Fuente: Teología sin censura
El 28 de marzo de 1919 escribí una breve reflexión, que trataba también del silencio de nuestros obispos. En aquella ocasión, hablé del silencio episcopal porque España estaba en vísperas de unas elecciones generales. Y me resultaba extraño que nuestros obispos no dijeran ni palabra, no ya a favor o en contra de un determinado partido político, sino a favor de la honestidad ciudadana. Los representantes oficiales de la Iglesia no deben pronunciarse a favor o en contra de una determinada opción política. No es esa su misión. Pero sí tienen la obligación de orientar a los católicos en cuanto se refiere a la conducta más honrada, más humanitaria y más evangélica. Pero, como es bien sabido, nuestra Conferencia Episcopal no se ha pronunciado sobre este asunto, en ningún sentido.

No voy a insistir en la gravedad y en la urgencia del problema que estamos afrontando en España. De sobra lo sabemos y lo estamos padeciendo. Pero hay cuestiones de enorme importancia, sobre las que muchos ciudadanos no están debidamente informados. Y en no pocos asuntos graves, se palpa la ignorancia o la desorientación.

Concretamente, es un hecho – ya demasiado comentado, pero no resuelto – que la pandemia, que es un problema sanitario, se ha politizado. Lo que está teniendo como consecuencia el creciente resurgimiento de las “dos españas”, que nos divide y, en consecuencia, hace mucho más difícil cualquier posible solución.
Es también un hecho que el covir19 está afectando más a los pobres que a los ricos. Entre otras razones, porque el nivel económico es un factor decisivo y determinante del nivel sanitario. ¿No tienen nada que decir nuestros prelados a nuestros gobernantes?

Y, por último, es igualmente un hecho que, hasta este momento, si el clero de la Iglesia se ha preocupado por los problemas, que está provocando esta pandemia, son los problemas relacionados con la celebración de las ceremonias sagradas y de las fiestas religiosas. Lo cual es comprensible. Pero, al menos hasta este momento, no he advertido una preocupación eclesiástica especial por el problema que más preocupó a Jesús, según los Evangelios, que fue el problema de la salud de los enfermos, aunque para curar a tales enfermos, fuera necesario quebrantar determinadas leyes religiosas, así como conflictos con los sacerdotes del templo y los dirigentes del culto sagrado del templo. Sin duda alguna, la Conferencia Episcopal Española no ha dado, hasta este momento, señales de andar preocupada por los problemas sanitarios de los pobres en España.

Quiero y debo destacar que el ejemplo, que nos está dando el papa Francisco – y con él no pocos obispos, sacerdotes ejemplares, religiosas y religiosos – en parroquias y comunidades, con frecuencia desconocidas, todo eso, ¿no debería motivar a la Conferencia Episcopal Española a hacer presente y actual la ejemplaridad de Jesús, el Señor?

El Tribunal eclesiástico de Sevilla dicta sentencia contra las pretensiones de Zornoza de quedarse con la Iglesia y el convento de los carmelitas de Cádiz

 José Manuel Vidal

Religión Digital

Iglesia-convento-Carmen

Los dos inmuebles emblemáticos están valorados en más de cinco millones de euros
El abogado de los carmelitas, Antonio García-Berbel: “Se trata de una sentencia magistral y ejemplar, dictada unánimemente por 3 jueces”
“Este tipo de pleitos causan perjuicios irreparables a quienes tienen que sufrirlos, como en este caso, nuestros clientes, que han debido defenderse de un ataque sin fundamento, en un costoso pleito”, explica el abogado
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Cientificismo y teísmo: ¿es posible tender puentes para superar fronteras?

 Leandro Sequeiros

Fronteras

En un artículo anterior de FronterasCTR (15 de julio de 2020) publicamos un artículo titulado “Cientifismo y teísmo: dos visiones del mundo”, y en el que se abordaba el problema del aparente conflicto (para algunos irremediable e irresoluble) entre dos visiones del mundo, dos cosmovisiones aparentemente excluyentes, dos programas de investigación (Lakatos): el del cientifismo y el del teísmo. ¿Son incompatibles? ¿Son posibles los puentes entre ellos? ¿Es posible el encuentro o al menos el diálogo? Se esbozan aquí tres propuestas para un encuentro entre ambas.
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El estado mínimo de Bolsonaro destruye a Brasil

 Emir Sader

Alainet

Bolsonaro

Hay una lógica en esta locura del gobierno de Bolsonaro. La lógica de la destrucción del Estado brasileño y la imposición de la centralidad del mercado.
La derecha, en su era neoliberal, se esfuerza sistemáticamente por descalificar al Estado, acusándolo de ineficiente, burocrático, corrupto. Promueve al Estado mínimo, una forma de promover la mercantilización de la sociedad, de promover una sociedad en la que todo es mercancía, todo tiene precio, todo se vende, todo se compra.
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