FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
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ATALAYA

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jueves, 8 de octubre de 2020

Tienes un invitación - 28º Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A.

“Un documento largo, intenso, apasionado… he quedado impresionado”

 Xavier Pikaza

El Blog de Xavier Pikaza

Pikaza2

Fratelli tutti, Hermanos todos: Empezando por la Iglesia
La Encíclica de Francisco, obispo de Roma, Fratelli Tutti (¡Hermanos todos!) sobre la fraternidad y amistad social, firmada en Asís (3.10.20), es un documento, largo, intenso, apasionado, que recoge la mejor interpretación franciscana del evangelio para el siglo XXI, desde la perspectiva de la DSI (Doctrina Social de la Iglesia). He quedado impresionado, y así quiero empezar diciéndolo: Gracias, hermano Francisco de Roma, por tus palabras.
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¿Es posible el fin de la especie humana? (II)

Leonardo Boff

Boff

Un hecho que ha impulsado a muchos científicos, especialmente biólogos y astrofísicos, a hablar del eventual colapso de la especie humana es el carácter exponencial de la población. La humanidad necesitó un millón de años para alcanzar en 1850 mil millones de personas. Los espacios temporales entre un crecimiento tal y otro del mismo tamaño disminuyen cada vez más. De 75 años –de 1850 a 1925– pasaron a 5 años actualmente. Se prevé que hacia 2050 habrá diez mil millones de personas. Es el triunfo innegable de nuestra especie.

Lynn Margulis y DorianSagan en el conocido libro Microcosmos (1990) afirman con datos de los registros fósiles y de la propia biología evolutiva que una de las señales del colapso próximo de una especie es su rápida superpoblación. Esto puede ser visto con microorganismos colocados en una placa de Petri (cápsulas redondas de vidrio con colonias de bacterias y nutrientes). Poco antes de alcanzar los bordes de la placa y de agotarse los nutrientes, se multiplican de forma exponencial. Y de repente mueren todas.

Para la humanidad, comentan ellos, la Tierra puede mostrarse idéntica a una placa de Petri. En efecto, ocupamos casi toda la superficie terrestre, dejando solo un 17% libre, por ser tierra inhóspita como los desiertos y las altas montañas nevadas o rocosas. Lamentablemente, de homicidas, genocidas y ecocidas nos haríamos biocidas.

Carl Sagan, ya fallecido, veía en el intento humano de enviar naves espaciales a la Luna y otras como el Voyager fuera del sistema solar, como una manifestación del inconsciente colectivo que presiente el peligro de nuestra próxima extinción. La voluntad de vivir nos lleva a pensar en formas de supervivencia más allá de la Tierra.

El astrofísico Stephen habla de la posible colonización extrasolar con naves, especie de veleros espaciales, impulsadas por rayos láser que les darían una velocidad de treinta mil kilómetros por segundo, pero para llegar a otros sistemas planetarios tendríamos que recorrer miles y miles de millones de kilómetros de distancia y necesitaríamos muchos años de tiempo. Ocurre que somos prisioneros de la luz, cuya velocidad de trescientos mil kilómetros por segundo es hasta hoy insuperable. Incluso así, para llegar a la estrella más próxima – la Alfa Centauro – necesitaríamos cuarenta y tres años, sin saber todavía cómo frenar esa nave a tan altísima velocidad.

Para terminar, recojo la opinión de dos notables historiadores. Arnold Toynbee en su autobiografía: “viví para ver que el fin de la historia humana puede tornarse una posibilidad real, que puede ser traducida en hechos no por un acto de Dios sino del ser humano” (Experiencias 1970,422).

Y finalmente Eric J. Hobsbawn, en su conocida Era de los extremos (1994, 562), al concluir su libro: No sabemos hacia donde estamos yendo. Sin embargo, una cosa es segura. Si la humanidad quiere tener un futuro aceptable, no puede hacerlo mediante la prolongación del pasado o del presente. Si intentamos construir el tercer milenio sobre esa base, vamos a fracasar. Y el precio del fracaso, la alternativa al cambio de la sociedad, es la oscuridad.

Naturalmente, tenemos que tener paciencia con el ser humano. Él todavía no está listo. le falta mucho por aprender. En relación al tiempo cósmico tiene menos de un minuto de vida. Pero con él, la evolución dio un salto, de inconsciente se hizo consciente. Y con la conciencia puede decidir qué destino quiere para sí. En esta perspectiva, la situación actual representa más un desafío que un desastre inevitable, la travesía hacia un estadio más alto y no fatalmente un sumergirse en la autodestrucción. Estaríamos por lo tanto en un escenario de crisis de paradigma civilizacional y no de tragedia.

¿Pero habrá tiempo para tal aprendizaje? Todo parece indicar que el tiempo del reloj corre en contra nuestra. ¿No estaremos llegando demasiado tarde, habiendo pasado ya el punto de no retorno? Pero como la evolución no es lineal y conoce frecuentes rupturas y saltos hacia arriba, como expresión de una mayor complejidad, y como existe el carácter indeterminado y fluctuante de todas las energías y de toda la evolución, según la física cuántica de W. Heisenberg y de N. Bohr, nada impide que ocurra la emergencia de otro estadio de conciencia y de vida humana que salvaguarde la biosfera y el planeta Tierra. Esa transmutación sería, según san Agustín en sus Confesiones, fruto de dos grandes fuerzas: un gran amor y un gran dolor. Son el amor y el dolor que tienen el privilegio de transformarnos por entero. Esta vez cambiaremos por un gran amor a la Tierra, nuestra Madre, y por un gran dolor por las penas que está sufriendo.

De todas maneras, en la hipótesis de una eventual desaparición da especie humana ¿qué consecuencias se derivarían para nosotros y para el proceso evolutivo?

Antes de cualquier otra consideración, sería una catástrofe biológica de inconmensurable magnitud. El trabajo de por lo menos 3.800 millones de años, fecha probable de la aparición de la vida, y de los últimos 5-7 millones de años, fecha de la aparición de la especie homo, y los últimos cien mil años, con la irrupción del homo sapiens sapiens, el trabajo realizado por todo el universo de las energías, las informaciones y las diferentes densidades de materia, habría sido, si no anulado, por lo menos profundamente afectado.

El ser humano, según podemos constatar estudiando el universo, es el ser de la naturaleza más complejo ya conocido. Complejo en su cuerpo con treinta mil millones de células, continuamente renovadas por el sistema genético; complejo en su cerebro de cien mil millones de neuronas en continua sinapsis; complejo en su interioridad, en su psique y en su conciencia, cargada de informaciones recogidas desde la irrupción del cosmos con el Big Bang y enriquecida con emociones, sueños, arquetipos, símbolos provenientes de las interacciones de la conciencia consigo misma y con el ambiente que la rodea; complejo en su espíritu, capaz de captar el Todo y sentirse parte de él y de identificar ese Vínculo que une y reúne, liga y religa todas las cosas haciendo que no sean caóticas sino ordenadas y den sentido y significado a la existencia en este mundo y haciéndonos despertar sentimientos de profunda veneración y respeto por la grandeza del cosmos.

Hasta hoy, no han sido identificadas científicamente y de forma irrefutable otras inteligencias del universo. Por ahora como especie homo somos una singularidad sin comparación en el cosmos. Somos un habitante de una galaxia media, la Vía Láctea, que depende de una estrella, el Sol, de quinta magnitud, en un rincón de la Vía Láctea; vive en el tercer planeta del sistema solar, la Tierra, y ahora está aquí, en este pequeño espacio virtual, discutiendo las consecuencias de nuestro probable fin.

El universo, la historia de la vida y la historia de la vida humana perderían algo invaluable. Toda la creatividad producida por este ser, creado creador, que hizo cosas que la evolución por sí misma nunca haría, como una pintura Di Cavalcanti o una sinfonía de Beethoven, un poema de Carlos Drumond de Andrade o un canal de televisión, un avión e Internet con sus redes sociales. Las construcciones de la cultura, ya sean materiales, simbólicas o espirituales, habrían desaparecido para siempre.

Para siempre las grandes producciones poéticas, musicales, literarias, científicas, sociales, éticas y religiosas de la humanidad se habrían vuelto polvo.

Para siempre habrían desaparecido las referencias de figuras paradigmáticas de seres humanos entregadas al amor, al cuidado, a la compasión y a la protección de la vida en todas sus formas, como Buda, Chuang-tzu, Moisés, Jesús, María de Nazaret, Mahoma, Francisco de Asís, Gandhi entre tantos otros y otras.

Para siempre habrían desaparecido las anti-figuras que enfangaron lo humano y violaron la dignidad de la vida en innumerables guerras y exterminios, y cuyos nombres ni siquiera queremos mencionar. Vale la pena recordar los terribles incendios actuales en la Amazonia y el Pantanal, muy probablemente provocados intencionalmente por codiciosos buscadores de ganancias a cualquier precio. Tales eventos pueden amenazar el equilibrio de los climas de la Tierra.

Para siempre habría desaparecido el desciframiento hecho de la Fuente Originaria de Todo Ser que impregna toda la realidad y la conciencia de nuestra profunda comunión con ella, haciéndonos sentir hijos e hijas del Misterio Innombrable y entendernos como un proyecto infinito que sólo descansa cuando descansa en el seno de este Misterio de infinita ternura y bondad.

Para siempre habría desaparecido todo esto de esta pequeña parte del universo que es nuestra Madre Tierra.

Finalmente, cabe preguntar: ¿quién nos reemplazaría en la evolución de la vida, si alguna forma de vida sobrevive? En la hipótesis de que el ser humano desapareciera como especie, aún así se conservaría el principio de inteligibilidad y de amortización. Él está primero en el universo y luego en los seres humanos. Ese principio es tan ancestral como el universo.

Cuando, en los primeros momentos después de la gran explosión, los quarks, protones y otras partículas elementales comenzaron a interactuar, aparecieron campos de relaciones y unidades de información y órdenes mínimas de complejidad. Allí se manifestó lo que más tarde se llamaría espíritu, esa capacidad de crear unidades y marcos de orden y sentido. Al desaparecer dentro de la especie humana, emergería un día , quizás tras millones de años de evolución, en algún ser más complejo.

Théodore Monod, fallecido en el año 2000, sugiere un candidato presente ya la evolución actual: los cefalópodos, es decir, una especie de molusco parecido a los pulpos y los calamares. Algunos de ellos tienen una perfección anatómica notable, su cabeza está dotada de una cápsula cartilaginosa que funciona como cráneo y tienen dos ojos como los vertebrados. Poseen además un psiquismo altamente desarrollado, hasta con doble memoria, mientras nosotros tenemos solo una (2000, 247-248). Evidentemente ellos no saldrían mañana del mar y entrarían continente adentro, necesitarían millones de años de evolución, pero tienen ya la base biológica para dar un salto hacia la conciencia.

De todas formas urge escoger: o el ser humano o los pulpos y los calamares. Más que optimismo, alimento la esperanza de que vamos a crear juicio y aprender a ser sabios.

Mientras tanto es importante desde ahora mostrar amor a la vida en su mayestática diversidad, tener compasión de todos los que sufren, ejercer rápidamente la justicia social necesaria y amar a la Gran Madre, la Tierra. Nos incentivan las escrituras judeocristianas: “Escoge la vida y vivirás” (Deut 30,28). Caminemos deprisa pues no tenemos mucho tiempo que perder. (continuará)

Papa Francisco versus Venezuela y Bolivia

 Óscar Fortin

Humanismo en Jesús

papa48

En sus distintas declaraciones, el papa Francisco enjuicia severamente el sistema capitalista neoliberal, haciendo de las multinacionales los principales responsables de los problemas d’ilegalidad y de pobreza en el mundo.La problemática social, política y económica lo interpela constantemente y comparte con todos lo que le inspiran los acontecimientos en el cual vivimos.
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La nueva encíclica del papa (Fratelli tutti): comentario y 20 citas escogidas

 Jaume Flaquer

Cristianismo y Justicia

papa48

El papa Francisco acaba de aprovechar la fiesta de san Francisco de Asís para publicar una nueva encíclica inspirada en el carisma de la fraternidad universal de este santo que fue capaz de «ir más allá de las distancias de procedencia, nacionalidad, color o religión» en su visita al Sultán Malik-el-Kamil en Egipto, en plena época de las cruzadas. El papa quiso conmemorar los 800 años de aquel encuentro con una visita a Abu Dabi y la firma de un documento con el Gran Imán de Egipto, Ahmad Al-Tayyeb.
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Pedro Sánchez: “Comparto con el Papa el llamamiento a construir un mundo más justo y solidario”

 Religión Digital

Pedro Sanchez

El presidente del Gobierno alaba el mensaje “contra los efectos del neoliberalismo y el populismo” de ‘Fratelli Tutti’
“Gracias por alzar su voz en defensa de los más vulnerables y clamar contra los efectos del neoliberalismo y el populismo”, afirma el líder del PSOE
“Francisco analiza la crisis que vivimos desde una visión radicalmente social”
El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, ha ensalzado hoy el llamamiento del papa Francisco “a construir un mundo más justo y fraterno” en la vida social, política y en las instituciones y ha agradecido que el pontífice clame “en defensa de los más vulnerables” y contra “los efectos de neoliberalismo y el populismo”.
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La justicia griega declara que el grupo neonazi Aurora Dorada es una organización criminal


María Antonia Sánchez-Vallejo

el país

La policía lanza gases lacrimógenos contra la multitud que protestaba en Atenas contra el movimiento radical, que llegó a ser tercera fuerza del país
Con una sentencia histórica, que declara organización criminal al partido que en 2015 se convirtió en tercera fuerza política del país, la Justicia griega ha enterrado definitivamente este miércoles la amenaza que para las instituciones, la sociedad civil y la población inmigrante ha constituido en los últimos años Aurora Dorada (AD), la formación ultranacionalista e indisimuladamente neonazi –aunque sus líderes abjuraran del término- que en 2012 logró capitalizar los estragos de la crisis económica irrumpiendo en el Parlamento con 18 diputados.
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Jesús Martínez Gordo: “Parece que estamos asistiendo al fin de una época que ha durado 25 años en la diócesis de Bilbao”

 Jesús Martínez Gordo

Religión Digital

Nuevos nombramientos de obispos y “conversión eclesial”
“El problema que había que atajar era la recepción del Vaticano II en curso”
“Tanto mons. Blázquez como mons. Iceta respondían que no había nada de nada al respecto; que todo eran “fantasías conspiranoicas””
“Hoy hay que escuchar a los burgaleses que llevan decenios, como nosotros, los de la ‘Holanda del Norte’, esperando un reajuste de la brújula eclesial y tienen dudas fundadas de que eso sea posible”
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Francisco: “La vacuna contra el coronavirus es patrimonio de la humanidad”

 Carmen Magallón

Religión Digital

Papa Fracisco

El Papa concede una entrevista a ‘Il Mío Papa’ en español
“La grandeza de un alma se puede medir por cómo responde a esta pregunta: ¿qué herencia les vamos a dejar a las generaciones futuras?”
“La cultura del descarte nos amenaza continuamente. Hoy día más que nunca se nos pide fraternidad. Y este es el momento de hacer opciones, salir mejores de la crisis, cambiando todo lo que sea descarte por fraternidad, por inclusión”
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Domingo 11 de Octubre, 28 Tiempo ordinario – A (Mateo 22,1-14)

 José Antonio Pagola

IR A LOS CRUCES DE LOS CAMINOS

Jesús conocía muy bien la vida dura y monótona de los campesinos. Sabía cómo esperaban la llegada del sábado para «liberarse» del trabajo. Los veía disfrutar en las fiestas y en las bodas. ¿Qué experiencia podía haber más gozosa para aquellas gentes que ser invitados a un banquete y poder sentarse a la mesa con los vecinos a compartir una fiesta de bodas?

Movido por su experiencia de Dios, Jesús comenzó a hablarles de una manera sorprendente. La vida no es solo esta vida de trabajos y preocupaciones, penas y sinsabores. Dios está preparando una fiesta final para todos sus hijos e hijas. A todos nos quiere ver sentados junto a él, en torno a una misma mesa, disfrutando para siempre de una vida plenamente dichosa.

No se contentaba solo con hablar así de Dios. Él mismo invitaba a todos a su mesa y comía incluso con pecadores e indeseables. Quería ser para todos la gran invitación de Dios a la fiesta final. Los quería ver recibiendo con gozo su llamada, y creando entre todos un clima más amistoso y fraterno que los preparara adecuadamente para la fiesta final.

¿Qué ha sido de esta invitación?, ¿quién la anuncia?, ¿quién la escucha?, ¿dónde se pueden tener noticias de esta fiesta? Satisfechos con nuestro bienestar, sordos a todo lo que no sea nuestro propio interés, no creemos necesitar de Dios. ¿No nos estamos acostumbrando poco a poco a vivir sin necesidad de una esperanza última?

En la parábola de Mateo, cuando los que tienen tierras y negocios rechazan la invitación, el rey dice a sus criados: «Id ahora a los cruces de los caminos y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda». La orden es inaudita, pero refleja lo que siente Jesús. A pesar de tanto rechazo y menosprecio habrá fiesta. Dios no ha cambiado. Hay que seguir convidando.

Pero ahora lo mejor es ir a «los cruces de los caminos» por donde transitan tantas gentes errantes, sin tierras ni negocios, a los que nadie ha invitado nunca a una fiesta. Ellos pueden entender mejor que nadie la invitación. Ellos pueden recordarnos la necesidad última que tenemos de Dios. Pueden enseñarnos la esperanza.


Domingo 11 de Octubre de 2020, 28º del tiempo Ordinario

 Koinonía

28 del tiempo ordinarioA

Juan XXIII (1963)
María Soledad Torres, fundadora (1887)
El Salmo interleccional y la epístola de Pablo a los cristianos de Filipos ponen de relieve el cuidado y protección de Dios. El primero recurre a las imágenes de pastor y anfitrión señalando el significado del “tú conmigo” (v. 4) en el camino y en el descanso. Por su parte la epístola señala la compañía divina en la vida del apóstol y la seguridad que ella se hará extensiva a los cristianos de la comunidad.
El pasaje del evangelio recurre a la misma imagen y comparte el horizonte universalista. En él podemos distinguir dos partes. En la primera, se presenta el Reino de Dios con ayuda de las acciones de un rey que quiere celebrar la boda de su hijo. Los símbolos de autoridad están expresamente seleccionados ya que esta sección, que tiene lugar en Jerusalén, gira en torno de la autoridad de Jesús.
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TENEMOS UN BANQUETE PENDIENTE

FE ADULTA

col rosario ramos

Mt 22, 1-14

11 de octubre de 2020

El Evangelio de hoy nos sugiere una profunda reflexión sobre la imagen cristiana de Dios, un Dios que pretende atraer al género humano a un banquete inclusivo y no a un juicio excluyente. El Reinado de Dios es un banquete, utilizando el mismo lenguaje metafórico de esta parábola. Es un mensaje que no conviene olvidar en un mundo y en una cultura que ha cuestionado a la religión como una alienación de las personas en oposición a su felicidad. Y es, precisamente la felicidad y plenitud, la meta de lo esencial del cristianismo, superando el mal, el sinsentido y la muerte.

Jesús narra esta parábola en un contexto incierto, polémico y lleno de tensión con el judaísmo institucional. La atmósfera que envuelve al texto son los últimos días de su vida, ya en Jerusalén; un momento en el que está horneándose un doble juicio, político y religioso, por sus discursos, acciones y provocaciones a las autoridades rabinas. Quizá, a través de esta alegoría, pretende expresar su certeza de que el proyecto de Dios se va a realizar a pesar de las contradicciones humanas.

Se podrían extraer tres sugerencias para abordar esta parábola que, por cierto, ya existía con otros matices en el Talmud palestino. Tres invitaciones para poner de manifiesto que el Reinado de Dios supera nuestra visión sesgada del Dios de Jesús.

Por un lado, los invitados al banquete no quieren acudir y se van a sus quehaceres y haciendas, incluso se sienten molestos por la invitación. Una vez más aparece la alarma de vivir la fe en una posición de confort, de búsqueda de seguridades y certezas, de instalación en lo de siempre y de reactividad y resistencia ante lo nuevo. No parece que Jesús esté en sintonía con una visión tan acomodada de la adhesión a su proyecto. Ofrece la posibilidad de la plenitud humana, todo está preparado en el interior de la persona para conectar con la Fuente y vivir desde lo esencial que va más allá de lo que podamos controlar y dominar.

En segundo lugar, la parábola narra que, ante la negativa de los invitados, el banquete se abre a todos los que están fuera, en los caminos y encrucijadas, buenos y malos. La mirada divina no se detiene en un reducto excepcional de su creación; supera toda dualidad y revela una mirada a la esencia humana, a lo que realmente es y no lo que hace. No somos invitados por lo que hacemos sino por lo que somos en profundidad, por lo que nos hace ser en permanente conexión con nuestro origen. Sin duda, una nueva transgresión de la ley judía porque el pueblo elegido ahora es la humanidad sin excepciones.

Y, por último, el polémico traje de bodas para entrar en el banquete que no se trata de una purificación penitencial que sólo me afecta a mí; es el traje sino de la vinculación a la nueva visión de la plenitud que incluye a todos. No se trata de soltar la culpa por “los pecados cometidos” sino trascender las categorías humanas y mirar a todo el género humano desde la fuente de su ser, en su centro existencial. No es una salvación-plenitud individual sino colectiva, de toda la humanidad, aunque incluye una transformación personal que mueve a mirar a los semejantes desde la dignidad y valor que poseen.

Esta parábola comienza preguntándose a qué se puede comparar el Reinado de Dios. Quizá pueda quedar abierta a muchas interpretaciones, pero lo que sí parece expresar con claridad es que somos llamados a participar de la vida divina sin condiciones, donde tenemos pendiente una comida que no es tristeza, ranciedad, martirio, sino un festín que se expande y atrae a tod@s hacia la unidad con Dios.

¡¡¡FELIZ DOMINGO!!!

SOLO QUEDARÁ FUERA QUIEN SE NIEGUE A ENTRAR

FE ADULTA

col fraymarcos

Mt 22,1-14

El domingo pasado el simbolismo se tomaba de la viña, hoy la imagen es el banquete. También es un relato polémico que acusa a los dirigentes judíos, de haber rechazado la oferta de salvación que Dios les hace por medio de Jesús. Mt se dirige a una comunidad que tenía que superar el trauma de la separación de la religión judía y el peligro de repetir los mismos errores. Insiste en el tema de la universalidad, que tantos quebraderos de cabeza produjeron a las primeras comunidades. No es fácil renunciar a los privilegios.

El texto de Is es una joya. El profeta tiene que hablar a un pueblo que atraviesa la peor crisis de su historia. Lo hace con una visión de futuro muy lúcida. Creo que hoy el texto del AT supera al evangelio, en belleza formal y en mensaje teológico. Naturalmente es un lenguaje simbólico. Habla de manjares enjundiosos y vinos generosos, de quitar el luto de todos los pueblos, de alejar el oprobio y enjugar las lágrimas de todos los rostros, de aniquilar la muerte para siempre. Bella oferta para el pueblo hundido en la miseria.

Se trata de una salvación total por parte de un Dios en quien confía el profeta, a pesar de las circunstancias adversas. El intento de Is es que todo el pueblo soporte la dura prueba, confiando en su Dios, en cuyas manos está su futuro. Lo verdaderamente importante del relato de Is, el chispazo apuntado que tenemos que descubrir es éste: “Dios salva a todos”. Y digo apuntado, porque también allí se ponen condiciones: los que no son judíos, se ven obligados a venir a “este” monte (Jerusalén), para encontrar salvación.

En el AT el banquete designa los tiempos mesiánicos. Para Jesús significa el Reino de Dios. Para los que pasan hambre diariamente, el banquete puede ser una ocasión única para quitar las penas. En concreto, el banquete de boda era la única ocasión que tenía el pueblo sencillo de celebrar una fiesta y olvidarse de la dura realidad de una vida cuyo primer objetivo era llenar el estómago. Naturalmente no se trata más que de una metáfora para indicar que Dios está dispuesto a saciar los anhelos del ser humano.

También hoy Mt alegoriza el relato y lo completa con la segunda parte, (ausencia del vestido de boda), que no está en Lc. Es el Padre el que invita a la boda de su Hijo. Los primeros invitados son los jefes religiosos judíos, que se negaron a aceptar el mensaje de Jesús. El prender fuego a la ciudad hace una alusión clara a la destrucción de Jerusalén. Los nuevos invitados son todos los seres humanos, sin importar raza ni condición social y, lo que es más escandaloso, sin importar si son buenos o malos.

Podemos pensar que en el relato, leído literalmente, existe una distorsión del mensaje de Jesús. El Dios de Jesús no es un señor que monta en cólera y manda acabar con aquellos asesinos. Esto no tiene nada que ver con la idea que Jesús tiene de Dios, pero responde muy bien al Dios del AT que a su vez refleja la manera de ser del hombre, proyectada sobre Dios. Es una pena que sigamos insistiendo hoy en esa idea de Dios. Nos sentimos más a gusto con el Dios del AT que con el Dios de Jesús que es amor.

Tampoco el añadido del individuo que no llevaba traje de fiesta, tiene mucho que ver con el evangelio. Si salen a los cruces de los caminos para llamar a toda la gente que encuentren, ¿Qué sentido tiene que se le exija un vestido de boda? ¿Es que la gente va por los caminos vestidos de boda?. Puede hacer referencia a la túnica blanca que se entregaba a los recién bautizados. Claro que la intención del evangelista es buena, pero se ha entendido literalmente y nos ha metido por callejones sin salida.

El texto quiere evitar malas interpretaciones de la pertenencia a la comunidad. Era muy fácil entrar a formar parte de la comunidad y aprovechar todas las ventajas sin vivir de acuerdo con el evangelio. Es fácil confesarse creyente, pero nada más difícil que entrar en la dinámica del evangelio. No basta pertenecer a una comunidad. Solo el que de verdad se revista de Cristo (Pablo), puede estar seguro de entrar en el Reino. Dios no toma represalias contra nadie. Solo se queda fuera el que se niega a entrar.

El mensaje de las lecturas de hoy tiene una acuciante actualidad. Dios llama a todos, hoy como ayer. La respuesta de cada uno puede ser un sí o un no. Esa respuesta es la que marca la diferencia entre unos y otros. Si preferimos las tierras o los negocios, quiere decir que es eso lo que de verdad nos interesa. El banquete es el mismo para todos, pero unos valoran más sus fincas, sus negocios, y no les interesa. Todo el evangelio es una invitación. Si no respondemos que sí con nuestra vida, estamos diciendo que no.

Cuando el texto dice que, “los primeros invitados no se lo merecían”, tiene razón, pero existe el peligro de creer que los llamados en segunda convocatoria son los que lo merecían. El centro del mensaje del evangelio está en que invitan a todos: malos y buenos. Esto es lo que no terminamos de aceptar. Seguimos creyéndonos los elegidos, los privilegiados, los buenos con derecho a excluir: “Fuera de la Iglesia no hay salvación”.

Como parábola, el punto de inflexión está en rechazar la oferta. Nadie rechaza un banquete. Ojo a los motivos de los primeros invitados para rechazar la oferta. La llamada a una vida en profundidad queda ofuscada, entonces y ahora, por el hedonismo superficial. El peligro está en tener oídos para los cantos de sirenas, y no para la invitación que viene de lo hondo de nuestro ser que nos invita a una plenitud humana. La clave está en descubrir lo que es bueno y separarlo de lo que es aparentemente bueno.

No puede haber banquete, no puede haber alegría, si alguno de los invitados tiene motivos para llorar. Solamente cuando hayan desaparecido las lágrimas de todos los rostros, podremos sentarnos a celebrar la gran fiesta. La realidad de nuestro mundo nos muestra muchas lágrimas y sufrimiento causados por nuestro egoísmo. Seguimos empeñados en el pequeño negocio de nuestra salvación individual, sin darnos cuenta de que una salvación que no incorpora la salvación del otro, no es cristiana ni humana.

Dios no nos puede prometer nada, porque ya nos lo ha dado todo. Nuestra existencia es ya el primer don. Ese regalo está demasiado envuelto, podemos pasar toda la vida sin descubrirlo. Esta es la cuestión que tenemos que dilucidar como cristianos. El problema de los creyentes es que presentamos un regalo excelente en una envoltura que da asco. No presentamos un cristianismo que lleve a la felicidad humana, más allá de todo hedonismo.

Efectivamente, es la mejor noticia: Dios me invita a su mesa. Pero el no invitar a mi propia mesa a los que pasan hambre, es la prueba de que no he aceptado su invitación. La invitación no aceptada se volverá contra mí. Sigue siendo una trampa el proyectar la fiesta, la alegría, la felicidad para el más allá. Nuestra obligación es hacer de la vida, aquí y ahora, una fiesta para todos. Si no es para todos, ¿quién puede alegrarse de verdad?

 

Meditación

Acepto la invitación de Dios, cuando invito a los demás.
Mientras haya una sola persona que no come,
el banquete del Reino estará incompleto.
Que todos disfruten de la fiesta depende de mí.
Soy yo el que tengo que eliminar todas las lágrimas.
Esperar un milagro de Dios es idolatría.

UN BANQUETE QUE TERMINA MAL

FE ADULTA

col sicre

 Domingo 28. Ciclo A

El domingo anterior, la parábola de los viñadores homicidas terminaba diciendo que la viña sería consignada «a un pueblo que produzca sus frutos» (v.43). Algo parecido afirma la parábola de hoy, la de los invitados al banquete, que nos ha llegado a través de Mateo y Lucas. Para comprender el enfoque de Mateo es esencial tener en cuenta no solo el texto de la primera lectura (Isaías) sino también la versión de Lucas.

El punto de partida: un festín de manjares suculentos (Is 25,6-10a)

La parábola de los invitados a la boda se inspira en un poema del libro de Isaías a propósito del gran banquete que Dios organizará “en este monte”, Jerusalén, que supondrá la alegría, la salvación y la victoria sobre la muerte para todos los pueblos. Un banquete al que todos están invitados.

La reinterpretación irónica de Lucas (Lc 14,15-24)

El texto de Isaías podía provocar en cualquiera el sentimiento que pone Lucas en boca de un oyente de Jesús: «¡Dichoso el que coma en el Reino de Dios!». Entonces Jesús, con gran dosis de ironía y realismo, cuenta una parábola que podemos dividir en dos actos:

Acto I:

- Un hombre organiza un gran banquete;

- Envía a un criado a llamar a los invitados;

- Los invitados se excusan de buena manera.

Acto II:

- El hombre, irritado, manda al criado a invitar al banquete a pobres, lisiados, ciegos y cojos;

- El criado obedece, pero todavía sobra sitio;

- El hombre vuelve a enviarlo «hasta que se llene la casa».

Moraleja:

- «Ninguno de aquellos invitados probará mi banquete».

En la versión de Lucas, la parábola contada por Jesús explica por qué en la comunidad cristiana (el banquete) no están los que cabría esperar (los judíos), sino otros (los paganos). Del optimismo de Isaías pasamos al terrible realismo con que Jesús enfoca siempre las cuestiones.

La reinterpretación más dura y crítica de Mateo

La versión de Lucas podía suscitar en las comunidades cristianas un sentimiento de satisfacción y de falsa seguridad. Para evitarlo, Mateo añade una última escena e introduce también interesantes cambios. Los dos actos se convierten cuatro:

Acto I:

- Un rey invita a la boda de su hijo;

- Envía criados (en plural);

- Los invitados no quieren ir.

Acto II:

- El rey vuelve a enviar criados;

- Los invitados no hacen caso a los criados e incluso matan a algunos de ellos;

- El rey mata a los asesinos y prende fuego a su ciudad.

Acto III:

- El rey manda a recoger a por las calles a todos, malos y buenos;

- La sala se llena de comensales.

Acto IV:

- El rey descubre a un comensal sin traje de fiesta;

- Manda expulsarlo del banquete.

Moraleja:

- «Hay más llamados que escogidos».

Mateo ha reinterpretado la parábola a la luz de los acontecimientos posteriores y en clara polémica con las autoridades religiosas judías.

En el Acto I, el protagonista no es un hombre cualquiera, sino un rey (Dios), que celebra la boda de su hijo (Jesús). Y no envía a un solo criado, sino a muchos (referencia a los antiguos profetas y a los misioneros cristianos). Los invitados, en vez de excusarse de buena manera, como en Lucas, simplemente no quieren ir.

Entonces introduce Mateo un acto nuevo (II), donde la invitación del rey encuentra una oposición mucho mayor (incluso llegan a matar a algunos criados) y la reacción del monarca es terrible, porque manda su ejército a acabar con los asesinos y a prender fuego a la ciudad (destrucción de Jerusalén por los romanos en el año 70).

El Acto III también representa una novedad con respecto a Lucas: no se invita a pobres, lisiados, ciegos y cojos, sino a todos, buenos y malos. El enfoque socioeconómico de Lucas (en el banquete entran los marginados sociales) lo sustituye Mateo por el moral (todo tipo de personas).

Pero Mateo añade un nuevo Acto, el IV, que es el que más le interesa: un invitado se presenta sin vestido de boda y es echado fuera.

Con estos cambios, la parábola explica por qué la comunidad cristiana está compuesta de personas tan imprevisibles y, al mismo tiempo, contiene un toque de atención para todas ellas. En el Reino de Dios puede entrar cualquiera, bueno o malo. Pero, si se acepta la invitación, hay que presen­tarse dignamente vestido.

Ni frac ni minifalda

Para entrar en una mezquita hay que descalzarse. Para entrar en una sinagoga hay que cubrirse la cabeza. Para entrar en cualquier iglesia se aconseja o exige un vestido digno. Pero el vestido del que habla la parábola no se mide en centímetros ni se debe caracterizar por su elegancia. Es una forma de comportarse con Dios y con el prójimo. O, utilizando una metáfora de san Pablo, hay que vestirse de nuestro Señor Jesucristo. No es un disfraz. Es un modo de vivir y de actuar que recuerde a los demás, dentro de lo posible, como él vivió y actuó.

La generosidad de los filipenses y la de muchas personas actuales (Fil 4,12-14.19-20)

Pablo no quería ser gravoso a las comunidades que fundaba. No aceptaba que le ayudasen económicamente, prefería ganarse de vivir trabajando con sus manos. Pero hay ocasiones en las que no puede hacerlo, como ocurre cuando está preso en la cárcel de Éfeso. Entonces acepta y agradece la ayuda que le envían los filipenses, y les asegura que Dios se lo recompensará con creces.

La pandemia actual, con todo lo que tiene de malo, ha puesto también de relieve la bondad y generosidad de muchas personas, dispuestas a ayudar y a sacrificarse por el prójimo. A ellas puede aplicarse lo que dice Pablo. En recompensa, «Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia».

UN ESTILO DE VIDA

fe adulta

comentario editorial

En la vida no se puede tener todo, sin embargo, es necesario aspirar a ello, ya que la felicidad no es una meta, sino un estilo de vida (Perdona si te llamo amor, Federico Moccia)

11 de octubre. DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO

Mt 22, 1-14. El Reino de Dios se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo (v 2)

En la Biblia de Alonso Schökel, comenta el autor que en el fondo de esta parábola está la respuesta de la comunidad de Mateo a la pregunta ¿qué es el reinado de Dios?, y expresa la relación entre el Señor y sus invitados, entre los cuales hay dos categorías: los primeros, que se autoexcluyen del banquete por intereses propios de poder -uno se fue a su finca, el otro a su negocio-, y los segundos, malos y buenos, que están en los caminos cruces de los caminos.

La sala que se había preparado se llena de estos nuevos comensales, que inicialmente estaban excluidos, porque aceptan y acogen con gozo la invitación al banquete de reino, y por eso este pasaje concluye diciendo que son muchos lo invitados y pocos los elegidos.

En la segunda parte se añade un elemento nuevo a la parábola, que cambia la perspectiva que hasta ahora llevaba el relato: la presencia del rey ofrece la clave del juicio que recae sobre cada uno de los invitados al banquete.

En este marco de referencia tiene sentido la pregunta por el traje de fiesta: para entrar en el reino, es necesario un estilo de vida que ponga en práctica las enseñanzas de Jesús.

No todos los invitados al banquete se encontrarán al fin con los elegidos, pues lo que convierte a los invitados en elegidos es el amor encarnado en las circunstancias concretas de la vida.

El estilo de vida de Jesús es una vida llena de misericordia, perdón, confianza, fe, esperanza, y sobre todo mucho amor hacia nosotros, porque él nos perdonó y enseñó a ser mejores personas, murió en una cruz, no para salvarnos y darnos una nueva oportunidad para ser mejores, sino para que le imitemos en su forma de vivir.

Entre las diversas maneras de vivir, hay diferentes estilos de hacerlo: con amor, con compasión, entre los positivos y entre los negativos, los que perjudican al cuerpo, como las drogas.

En cuanto al estilo positivo de las ideas, las que se tienen sobre la felicidad y el amor a cuantos seres existenReferentes al pensamiento, los que se piensan y sueñan con una conciencia tranquila tienen la mejor almohada para dormir bien.

Podemos decir que la buena conciencia es la mejor almohada para dormir. No hay nada mejor que tener una conciencia limpia, sin preocupaciones ni deudas con nadie, la mejor forma de dormir es hacerlo sin preocupación alguna.

Ser o no seresa es la pregunta. ¿Cuál es la más digna acción del ánimo, sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta, u oponer los brazos a este torrente de calamidades, con atrevida resistencia? Morir es dormir. ¿No más? ¿Y por un sueño, y darlas, diremos, las aflicciones se acabaron y los dolores sin número, patrimonio de nuestra débil naturaleza? (Shakespeare, en el Soliloquio de Hamlet)

Federico Moccia es un italiano autor de novelas para adolescentes, además de director de cine, que escribió en: Perdona si te llamo amor: En la vida no se puede tener todo, sin embargo, es necesario aspirar a ello, ya que la felicidad no es una meta, sino un estilo de vida”.

Y Mateo dijo el versículo 2: El Reino de Dios se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo.

De mi libro Soliloquio, a modo de estilo de vida

 

LAS RANAS

No son Coros Angélicos
los coros de las ranas de mi charca.
No median entre hombres y Dios,
mas como ellos,
ejecutan los divinos juicios
sirviendo y protegiendo a los humanos.

Un Orfeón de voces celestiales
con su sordo croar en Primavera, Otoño y en Verano.

En el Invierno hibernan.
Y yo hiberno con ellas; y como ellas
también me recupero
de fatigas de Otoño, Verano y Primavera.

Como las de Aristófanes, las ranas de mi charca
me invitan a viajar al Tártaro
de mis oscuridades, y rescatar aquello
que me resta en la vida para ser más humano