FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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ATALAYA

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miércoles, 29 de agosto de 2018

Marco Tosatti admite que ayudó a Viganò a escribir y difundir su panfleto


J.B/Agencias

El vaticanista ultraconservador convenció al ex nuncio para publicarlo tras el escándalo de Pensilvania
Decidieron publicar la carta durante el viaje del Papa a Irlanda, para que el impacto de la ‘bomba’ se multiplicase
El exnuncio guarda silencio desde la publicación de su ataque al Papa, y se desconoce su paradero. Así, la reconstrucción que ofrece Tosatti es la única versión sobre la elaboración del documento
El vaticanista ultraconservador Marco Tosatti reveló que ayudó a Carlo Maria Viganò a redactar y difundir en medios afines su brutal acusación de encubrimiento contra el Papa Francisco, y que fue él quien convenció al ex nuncio a hacerla pública después del escándalo de Pensilvania.··· Ver noticia

Los cardenales norteamericanos desmontan las acusaciones de Viganò Jesús Bastante


Wuerl niega que el ex nuncio le comunicara sanción alguna contra McCarrick
Tobin expresa su “conmoción, tristeza y consternación” ante el ataque de los ultras al Papa
La trama orquestada contra el Papa Francisco sigue desinflándose. Tras las duras acusaciones de Carlo Maria Viganò, la respuesta de los cardenales no se ha hecho esperar, desmintiendo de forma contundente al ex nuncio en EEUU, y proclamando, sin fisuras, su apoyo a Bergoglio.··· Ver noticia 

¿Está EEUU tras el complot contra el Papa Francisco?


Germán Gorráiz López, analista

Redes Cristianas
Papa Francisco7El Papa Francisco pasará a la Historia por su lucha contra el establishment vaticano, su innegable carisma personal y un estilo revolucionario plasmado en un estilo apologético propio basado en el desapego de las formalidades y en su don de gentes, teniendo como hito de su Papado el finiquito de la concepción eurocéntrica de la Iglesia Romana y la irrupción de la Iglesia centrífuga.
La cruzada de Bergoglio contra el establishment vaticano
Parafraseando a Wright Mills en su libro “The Power Elite” (1.956), el establishment vaticano sería “el grupo élite formado por la unión del lobby europeocentrista, el lobby curial, el lobby masón y el lobby gay”, grupos de presión que serían los verdaderos detentores del poder en la sombra y del que serían rehenes los últimos Pontífices tras el golpe de Estado virtual urdido en los sótanos del Vaticano y que concluyó con la misteriosa muerte de Juan Pablo I. Así, Albino Luciani se impuso como tarea vital el desarrollo de los postulados de un Concilio Vaticano II lastrado desde sus inicios por el filibusterismo del establishment conservador vaticano, pero para lograrlo debía antes desinfectar las estructuras del Vaticano de los virus patógenos inoculados por dichos lobbys de presión.
Por su parte, Bergoglio, a pesar de tener un corazón franciscano y un cerebro jesuítico, habría desoído la máxima del fundador de la Compañía de Jesús, el vasco Ignacio de Loyola: ” En tiempos de crisis, malo es hacer mudanza” y habría adoptado como suya la frase atribuida al frailecillo de Asís: “Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible”. Así, tras la detención de monseñor Nunzio Scarano por orden de la Fiscalía de Roma bajo la acusación de fraude y corrupción, Bergoglio habría iniciado el proceso de descabezar el Banco Vaticano y ponerlo bajo sus órdenes directas y en aras de dotar a la Institución bancaria de una mayor transparencia, la Autoridad de Información Financiera del Vaticano habría firmado un acuerdo con el Banco de Italia para el intercambio de información en un intento de reforzar el control y la supervisión de los flujos de activos.
¿Es la América Latina el escenario de la lucha entre la CIA y el Papa Francisco?
Bergoglio, adoptó el nombre papal de su admirado Francisco de Asís (il poverello d’Assis) y nada más ser elegido Papa, exclamó: “Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres”, frase que sería un guiño al espíritu de pobreza de los primeros cristianos y a los ideales de justicia social de Monseñor Romero, quien hace tres décadas decía: “La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres” , así como un mensaje de esperanza para los que todavía sueñan con hacer factible dicha utopía en América Latina. Así,en América Latina hemos asistido en las dos últimas décadas al fenómeno de la irrupción de las iglesias evangélicas (sectas o cultos según la jerarquía vaticana), surgidas en la década de los 80 bajo inspiración y patrocinio de la CIA con el objetivo inequívoco de desbancar al catolicismo romano como religión dominante y que habría conseguido dibujar una nueva arquitectura espiritual en el llamado patio trasero de EEUU, ya en su versión de iglesias evangélicas latinoamericanizadas. Las diferencias serían no tanto dogmáticas como pastorales y de estructura organizativa, pues los movimientos evangélicos tienen una estructura horizontal y no jerárquica como la Iglesia Católica.
Ello ha contribuido a extender su influencia ya que el pueblo identifica a la Iglesia Católica como una institución centrada en las élites dominantes y encardinada en las estructuras del poder político de la mayoría de dichos países ( excepción hecha de los países del ALBA), por lo que a pesar de reconocer la labor social de los sacerdotes católicos en sus múltiples campos de actuación, se habría producido una fuga masiva de ex-feligreses católicos a las iglesias evangélicas protestantes, entras la que descollaría el pentecostalismo que englobaría al 75 % del total de fieles evangélicos de América Latina y el Caribe. Así, según el Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS) , los evangélicos representan un 25% de los cristianos en el mundo con más de 560 millones de fieles, (107 de ellos en América Latina y el Caribe), siendo Guatemala paradigma de la nueva geografía espiritual latinoamericana con un 50% de su población evangélica. En consecuencia, el Papa Francisco ha puesto especial en la tarea de supervisar dicha geografía espiritual para intentar detener la incesante sangría de fieles de la Iglesia Católica Latinoamericana, para lo que deberá respaldar los movimientos de regeneración que ya están surgiendo en la Iglesia Latinoamericana si quiere evitar la fosilización de la Iglesia Católica en América Latina y proseguir con el desarrollo de los postulados del Concilio Vaticano II. Una de las claves de esa reforma es que las iglesias nacionales, los laicos y las mujeres adquieran un protagonismo creciente en la conducción de los asuntos generales para lo que resulta imprescindible que el otrora poder omnímodo de obispos y cardenales se vaya diluyendo y delegando en las estructuras de base.
¿Está EEUU tras el complot contra el Papa Francisco?
En la actualidad, estaríamos asistiendo a una lucha soterrada entre Francisco y el establishment vaticano en la cruzada personal que dirige el actual Pontífice para desinfectar las actuales estructuras de la Iglesia de los virus patógenos inoculados por dichos grupos de presión (lobbys de sotana) para lo que resulta imprescindible que el otrora poder omnímodo de la curia romana se vaya diluyendo y delegando en las estructuras de base. Ello supondría un auténtico “golpe de mano” de Francisco contra el endémico establishment vaticano por lo que el proceso encontrará resistencias crecientes por parte de los grupos de presión, no siendo descartable la gestación de una trama endógena que intente reconducir a la Iglesia Romana a la senda de los pontificados tutelados por el verdadero poder en la sombra (establishment vaticano), trama que contaría con las bendiciones de la Administración Trump representada por el ex-Jefe de Estrategia Steve Bannon y estaría encabezada por ex-altos cargos del Vaticano defenestrados por el Papa Francisco pilotados por el Cardenal Raymon Burke y tendría su plasmación en la Carta publicada por el arzobispo Carlo María Vigano “J´accuse”, en el que acusa a Francisco de “encubrir los abusos del Cardenal Theodore MacCarrik” al tiempo que exige su “dimisión”. Así, según advierte Michael Sean Winters en una editorial publicada en el semanario católico National Catholic Reporter, “Un golpe está en marcha y si los obispos estadounidenses no defienden en bloque al Santo Padre en las próximas 24 horas, se corre el riesgo de un cisma en la Iglesia Católica”.

1ª) Propuesta, sobre el clericalismo

Jesús Mª Urío Ruiz de Vergara
Redes Cristianas
1ª) Eliminar la división canónica Clero-Laicado.
Prolegómenos: (Hago aquí algo parecido a lo que jamás olvidaban los clásicos escolásticos medievales: la “explicatio terminorum”, explicación de los términos, palabras y conceptos que iban a usar)
I. Clericalismo: En primer lugar explicaré dos conceptos, Clericalismo y Religión, que considero necesarios para poder explicarme. El propio Papa ha expresado en numerosas ocasiones, siguiendo la línea del Vaticano II, que fue seguida e los primeros momentos, pero que después, a raíz sobre todo del pontificado de Juna Pablo II, se dejó atrás, el Propio Francisco, decía, ha reiterado casi machaconamente, que uno de los mayores males de la Iglesia, ha llegado a decir, que ¡el mayor!, es el clericalismo.
El diccionario de la RAE, Real Academia Española de la Lengua, lo define así: “1. m. Influencia excesiva del clero en los asuntos políticos. 2. m. Intervención excesiva del clero en la vida de la Iglesia, que impide el ejercicio de los derechos a los demás miembros del pueblo de Dios. 3. m. Marcada afección y sumisión al clero y a sus directrices”. Si dejamos de lado la 1ª acepción, que sirve, evidentemente, o servía del todo en épocas anteriores, a España, nos atenemos a la 2ª y 3ª acepción, pues ambas reflejan, con matices, lo que el Papa quiere decir, y todos entendemos con nitidez- Matizo, pues: el sentido de la 2ª significación abarca por completo todo lo negativo que queremos expresar con ese concepto, y sirve, por igual, a lo que antes se llamaba clero bajo, curas de a pie, y a los laicos. El 3º sentido se refiere más a los laicos excesivamente apegados a la autoridad de los clérigos.
El Vaticano II quiso luchar con los signos más evidentes de ese clericalismo dominante, y los que por esa época estrenábamos el presbiterado, lo entendimos, y nos quitamos los signos externos más visibles del mismo, como sotanas, hábitos y otros capisayos. (Nadie es capaz de imaginar a los “epíscopoy” y “presbiteroy” de aquella época con alzacuellos, o algo parecido. Y hay que recordar que después de que la Iglesia Católica dejase de lado, y casi con desprecio, a los “protestantes”, ahora muchos visten felices su uniforme de “clergyman”).
II. Religión: Define la RAE: 1. f. Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto. 2. f. Virtud que mueve a dar a Dios el culto debido. 3. f. Profesión y observancia de la doctrina religiosa. El significado de los sentidos 2º y 3º no presentan problemas de entendimiento, por el lado negativo. Todos entienden que una persona que tiene la virtud de dar a Dio el culto debido, o de profesar y observar sinceramente la doctrina religiosa es un ser religioso.
Es la primera acepción, que supera la manera individual de entendimiento, y se refiere más a fenómenos colectivos y sociales, la que me interesa en este momento. Se suele hablar, ateniéndonos a la 1ª) acepción, que el Cristianismo es una Religión, y no es verdad. En algunos aspectos se puede usar el concepto aplicado a los seguidores de Jesús, pero de ninguna manera el primer sentido: los seguidores de Jesús no tenemos sentimientos de temor, ni siquiera veneración a la Divinidad, que no existe para nosotros, porque la predicación del Reino de Dios del Señor enseña, y así nos aconseja a orar, que Dios es Padre. El cristianismo, dando una tremenda “revira vuelta” incluso al Judaísmo, pone el centro de la fe y de la praxis “¿religiosa?”, -vamos a llamarla así para entendernos-, en el hombre, en la humanidad, en la Persona, y vive su vida iluminado y arrebatado por el misterio de la Encarnación.
Además, el seguidor de Jesús no tiene unas normas morales que el Maestro haya querido transmitirle, porque la moral y la ética son parcelas comunes al acerbo cultural y social de los pueblos, y de cada época, van cambiando a mejor con la Historia, y lo que algunos denominan normas morales no son otras cosa que verdades recibidas de lo alto por la revelación, a través de los profetas y escritores sagrados, y completados y puntualizados por Jesús. Esto sí que es el cristianismo; una Revelación, y el mandato del amor supera toda ética y toda moralidad. A nadie se le puede enseñar como norma moral obligatoria el perdón hasta “setenta veces siete”, ni el amor al enemigo.
III. El Reino de Dios. Jesús anunció el Reino de Dios. Hay una cierta confusión entre Reino de Dios y Reino de los cielos. Las dos expresiones quieren decir lo mismo, pero el evangelista Mateo usa más la expresión “Reino de los Cielos” para evitar usar la palabra Dios. La explicación de esta peculiaridad es muy simple: Mateo es el único que escribió su evangelio para una comunidad compuesta al 100% por fieles judíos convertidos, y quiso respetar la admirable delicadeza de los judíos en el respeto al nombre de Dios, que solo lo podía pronunciar el Sumo Sacerdote un día al año, el del Yom Kipur, o día de la expiación. La expresión sustitutoria “de los Cielos”, por “de Dios” ha propiciado el error de algunos de pensar que las parábolas que se hablaban de ese Reino se referían al Reino futuro, o al cielo. Nada de eso. Jesús se refiere a este mundo, donde Dios establecerá su Reino en el corazón de los que escuchen la Palabra de Jesús, y lo sigan.
Que es un “Reino de la verdad y la vida, el reino de la santidad y la gracia, el reino de la justicia, el amor y la paz”, como proclama el prefacio de la fiesta del Cristo Rey. EL Maestro de Nazaret no predicó, ni se propuso, ni fundó una nueva religión. Es sorprendente, para los que no están habituados al estudio del Nuevo Testamento, o, por lo menos, a su asidua lectura, la figura de Jesús en su diatriba antirreligiosa oficial, su batalla dialéctica continua con los Sumos Sacerdotes, y cómo desenmascara la hipocresía de los santones religiosos de su tierra y de su tiempo.
Hasta finales del siglo IV, y después, durante los siglos V-VI, los cristianos no tienen la ocurrencia de vivir su vida comunitaria, su Eucaristía, y su amor fraterno como la ritos o prescripciones de una Religió, con sus preceptos, sus sacrificios, sus sacerdotes, su jerarquía. En el Nuevo Testamento no hay un solo texto en que a un cristiano se le llame “sacerdote”, y solemne proclamación de Cristo como el único y eterno sacerdote, en la carta a los Hebreos, no deja la más mínima duda. Durante esos primeros siglos no había clérigos y laicos.
Todos eran bautizados, y todos bebían de un mismo Espíritu el agua viva de los diversos ministerios, pero siempre con la coletilla “del mismo Espíritu”. Afirman muchos historiadores que ocurrió un fenómeno muy común en las historia de los cambios históricos: el atractivo del Poder, y el olvido de la esencia que el Evangelio marcaba para el mismo, el servicio, fue dejado de lado, y se puso una jerarquización, a lo romano, pero de ninguna manera inspirada en los valores evangélicos. Pero la imitación del estilo de la administración romana sirvió de pretexto y feliz excusa para la gran, tremenda, irreparable traición al Evangelio.
Por eso muchos opinamos que para salir del pozo de podredumbre que manifiesta el delito de la pederastia, nada mejor que intentar valientemente dejar de vivir nuestra fe como una Religión, con su parafernalia de organización y de presencia poderosa en el mundo, y prestar el gran servicio a los que nos seguirán, de abandonar esta tremenda, pero en el fondo, ridícula división entre clero y laicado, sin olvidar la otra, más ilógica y contradictoria todavía, de varón y mujer.
Y quiero terminar este escrito, que no puede ser de ninguna manera un tratado teológico, pero sí un apunte de lo que pensamos, con sinceridad y profundidad muchos de los que trabajamos y sufrimos con la Iglesia, que no ha habido en la historia de la evangelización una campaña más fuerte, práctica, eficaz, y resolutiva que la propia vida de las comunidades cristianas primitivas, que, sin alharacas, convirtieron el Imperio Romano, (“se tragaron”, escribió el gran historiador inglés Arnold J. Toynbee), en menos de tres siglos. Y eso sin clérigos, ni curas, ni obispos, ni cardenales, ni papa, como los de hoy, sino solo gente de servicio, y con voluntad de lavarse los pies unos a otros.

La Iglesia latinoamericana denuncia el ataque “vergonzoso” contra Francisco


Rubén Salazar: “Antes atacaban a la institución, hoy atacan a la persona”
Durante la clausura del congreso ‘Medellín 50 años’, organizado por CELAM
“El pontificado de Francisco “está cargado de espinas y sacrificios fortalecido con el bálsamo de la gracia”. Por ello “le ofrecemos nuestro homenaje de fidelidad, de cercanía y colaboración para que la verdad brille por encima de todo pecado”, señaló el cardenal Rubén Salazar, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) en la clausura, este domingo 26 de agosto del congreso eclesial ‘Medellín 50 años’.··· Ver noticia ··

Cambiar la concepción de la sexualidad en la Iglesia: este es el desafío de fondo


Redacción de Atrio

Seguimos asistiendo al chaparrón que cae sobre Francisco. Es el momento de tomar grandes decisiones. Pero no sobre quitarse la paja que ve el hipócrita Viganó de sí sabía bastante sobre el arzobispo de Washington para haberle expulsado de cardenal meses o años antes. Sino para remover la viga más seria que supone una verdadera conversión teórica y práctica sobre la manera con que la Iglesia ha entendido y orientado la sexualidad humana casi desde el inicio. De nuevo hoy publicamos dos artículo sobre esto. Uno del colaborador Javier Elzo y otro del psicólogo chileno Claudio Ibáñez que nos envía Oscar. Invito a todos a opinar, destapando el pastel, con libertad y autenticidad. AD.
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Quién es Carlo María Viganó, el enemigo del papa Francisco


viganoEl arzobispo es soldado del ala conservadora que combate al argentino. Es un lanzador serial de acusaciones sin pruebas y su hermano, también sacerdote, lo llevó a la Justicia por robo y extorsión.
Maria Antonietta Calabró publicó el 16 de marzo de 2013 una nota en el Corriere della Sera que sacaba a la luz un escándalo mayúsculo. Y el principal involucrado era monseñor Carlo María Viganó, en ese momento nuncio en Washington. Una historia de familia con tres sacerdotes como partícipes.··· Ver noticia ··

El arzobispo Viganó declara la guerra abierta al Papa Francisco


Juan Cejudo, miembro de MOCEOP y de Comunidades Cristianas Populares

viganoUn auténtico bombazo ha sacudido a la opinión pública mundial con el informe de tipo panfletario difundido a la prensa por el arzobispo y ex nuncio en Washingthon Carlo María Viganó.
En el documento de 11 folios éste arzobispo se une al grupo de cardenales ultracoservadores, abiertamente contrarios a las reformas del Papa Francisco y lanza-sin pruebas ni documentos- muy duras acusaciones contra Francisco hasta el punto de decir abiertamente que éste encubrió al cardenal Mc. Carrick en relación con los abusos sexuales a menores por parte de muchos sacerdotes. Y pide abiertamente su dimisión.··· Ver noticia ··

Religión es relacion

col notario com
No dejes que la relación se convierta en rutina.
La primera lectura de ese domingo nos remonta al principio de la formación del pueblo de Israel. Pone el libro del Éxodo en boca de Moisés la Palabra de Dios que promete la posesión de la tierra, la sabiduría e inteligencia y sobre todo la cercanía de ese mismo Dios. Los preceptos y mandatos que se derivan de esta relación son siempre en beneficio del prójimo. El pueblo judío conservaba esta tradición pasada de unas generaciones a otras como algo sagrado, intocable.
En la liturgia dominical la primera lectura y el evangelio están siempre profundamente relacionados. Los garantes de la ley, fariseos y letrados critican a los discípulos de Jesús por no llevar esta tradición a rajatabla y le cuestionan a Jesús por ello.
“Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí”. Is.29, 13a, cita Jesús para mencionar una relación que se ha anquilosado con el paso del tiempo. “El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos”. Is.29, 13b; simple rutina, añade otra traducción.
Mientras el pueblo de Dios estaba en camino, a la intemperie, viviendo el día a día, sin saber muy bien a dónde se dirigían necesitaban de un Dios cercano, protector. Con el paso del tiempo y el asentamiento los intereses iban por otro lado y convenía más un Dios lejano que no se entrometiera mucho en su día a día. Los preceptos sirven ahora para distinguir a los que están dentro de los que están fuera, los que pertenecen a los elegidos y los que no. Incluso ayudan a no seguir la propia conciencia y auto engañarse.
Eso es lo que capta Jesús y denuncia claramente: “Dejáis de lado el mandamiento de Dios para aferraros a las tradiciones de los hombres”. Mc 7, 8.
Cuando la religión (relación), se convierte en culto vacío, palabras que se lleva el viento, simple rutina, se acaba la vida y languidece hasta morir. Ya no hay sabiduría, (saboreo), ni inteligencia, ni cercanía de Dios.
La religión no puede ni debe anular la conciencia de la persona. Sería un engaño intentar acallar con preceptos y normas lo que la voz de Dios nos sugiere en el interior.
Formar esa conciencia es la tarea de todo ser humano para llegar a la plenitud de su ser. Por eso tampoco nos podemos dejar llevar por opiniones sin profunda reflexión personal.
De ahí nace la sabiduría fruto del saboreo uniendo mente y corazón. En esa cercanía de Dios que habita en mí y me conecta al universo se fragua mi identidad de hij@ de Dios hermana de tod@s. Cuando conecto con esta realidad toda mi vida se equilibra y cobra sentido. He dado con la fuente.
¿Cómo alcanzo yo esa sabiduría que anhelo profundamente?
“Nosotros somos la Tierra que camina, que piensa, que ama, que venera. Debemos aprender del universo, que es un sistema abierto, a estar también siempre abiertos y atentos para lo nuevo que pueda irrumpir”. Leonardo Boff

Carmen Notario
espiritualidadintegradoracristiana.es

CUMPLIR LA NORMA NO GARANTIZA SALVACIÓN HUMANA

col fraymarcos
Mc 7, 1-23
Terminado el paréntesis de los cinco domingos que hemos dedicado al c. 6 del evangelio de Jn, retomamos el de Mc. Después de la multiplicación de los panes. Jesús se encuentra en los alrededores del lago de Genesaret, en la parte más alejada de Jerusalén, donde eran mucho menos estrictos a la hora de vigilar el cumplimiento de las normas de purificación. No se trata de una trasgresión esporádica de los discípulos de Jesús. El problema lo suscitan los fariseos, llegados de Jerusalén, que venían precisamente a inspeccionar.
Hoy no se requieren mayores explicaciones. El texto contrapone la práctica de los discípulos con la enseñanza de los letrados y fariseos. Jesús se pone de parte de los discípulos, pero va mucho más lejos y nos advierte de que toda norma religiosa, escrita o no, tiene siempre un valor relativo. Cuando dice que nada que entra de fuera puede hacer al hombre impuro, está dejando muy claro que la voluntad de Dios no viene de fuera; solo se puede descubrir en el interior y está más allá de toda Ley.
Podemos seguir manteniendo la Ley y la tradición como norma, pero no debemos olvidar que Jesús desbarató el sentido absoluto que le daban los fariseos. Hoy sabemos que Dios no ha dado directamente ninguna norma. Dios no tiene una voluntad que pueda comunicarnos por medio del lenguaje, porque no tiene nada que decir ni nada que dar. La Escritura es una experiencia personal sancionada por la aceptación de un pueblo. Las experiencias del Éxodo las vivió el pueblo en el s. XIII a. de C., pero se pusieron por escrito a partir del VIII. Los evangelios se escribieron 50 años después de morir Jesús.
Todas las normas que podemos meter en conceptos son preceptos humanos; no pueden tener valor absoluto. Un precepto que puede ser adecuado para una época, puede perder su sentido en otra. Es más, las normas morales tienen que estar cambiando siempre, porque el hombre va conociendo mejor su propio ser y la realidad en la que vive. El número de realidades que nos afectan está creciendo cada día. Las normas antiguas puede no servir para resolver situaciones nuevas. Algunas cosas, que eran importantes para el ser humano en el pasado, han perdido ahora todo interés en orden a dar plenitud humana.
En todas las religiones las normas se dan en nombre de Dios. Esto tiene consecuencias desastrosas si no se entiende bien. Todas las leyes son humanas. Cuando esas normas surgen de una experiencia auténtica y profunda de lo que debe ser un ser humano y nos ayudan a conseguir nuestra plenitud, podemos llamarlas divinas. La voluntad de Dios no es más que nuestro propio ser en cuanto perfeccionable. Eso que puedo llegar a ser y aun no soy, es la voluntad de Dios. Dios es un ser simple que no tiene partes. Todo lo que tiene lo es, todo lo que hace lo es. No existe nada fuera de Él y nada puede darnos que no sea Él.
El precepto de lavarse las manos antes de comer no era más que una norma elemental de higiene, para que las enfermedades infecciosas no hicieran estragos entre aquella población que vivía en contacto con la tierra y los animales. Si la prohibición no se hacía en nombre de Dios, nadie hubiera hecho puñetero caso. Esto no deja de tener su sentido. Si comer carne de cerdo producía la triquinosis, y por lo tanto la muerte, Dios no podía querer que comieras esa carne, y además si lo comías, te castigaba con la muerte.
Lo que critica Jesús, no es la Ley como tal, sino la interpretación que hacían de ella. En nombre de esa Ley, oprimían a la gente y le imponían verdaderas torturas con la promesa o la amenaza de que solo así, Dios estaría de su parte. Daban a la Ley valor absoluto. Todas las normas tenían la misma importancia, porque su único valor era que estaban dadas por Dios. Esto es lo que Jesús no puede aceptar. Toda norma, tanto al ser formulada como al ser cumplida, tiene que tener como fin primero el bien del hombre. Ni siquiera podemos poner por delante a Dios, porque el único bien de Dios es el del hombre.
Las normas de la religión son normas en las que se recoge lo mejor de la experiencia humana, que buscan el bien del hombre. Los diez mandamientos intentan posibilitar la convivencia  de una serie de tribus dispersas y con muy poca capacidad de hacer grupo. En aquella época, cada país, cada grupo, cada familia tenía su dios. Para hacer un pueblo unido, era imprescindible un dios único. De ahí los mandamientos de la primera tabla. Los otros van encaminados a hacer posible una convivencia, sin destruirse unos a otros.
La segunda enseñanza es consecuencia de esta: No hay una esfera sagrada en la que Dios se mueve, y otra profana de la que Dios está ausente. En la realidad creada no existe nada impuro. Tampoco tiene sentido la distinción entre hombre puro y hombre impuro, a partir de situaciones ajenas a su voluntad. Por eso la pureza nunca puede ser consecuencia de prácticas rituales ni sacramentales. La única impureza que existe la pone el hombre cuando busca su propio interés a costa de los demás.       
Las tradiciones son la principal riqueza de un colectivo, hay que valorarlas y respetarlas en grado sumo. La tradición es la cristalización de las experiencias ancestrales de los que nos han precedido. Sin esa experiencia acumulada, ninguno de nosotros podríamos alcanzar el nivel de humanidad que tenemos. Pero no podemos dar valor absoluto a ese bagaje, porque lo convertiremos en un lastre que nos impide avanzar hacia mayor humanidad. En el instante en que nos impida ser más humanos, debemos abandonarla. Es lo que quiere decir Jesús: dejáis a un lado la voluntad de Dios por aferraros a las tradiciones de los hombres.
Todo el que pretenda daros leyes en nombre de Dios, os está engañando. La voluntad de Dios, o la encuentras dentro de ti, o no la encontrarás nunca. Lo que Dios quiere de ti, está inscrito en tu mismo ser, y en él tienes que descubrirla. Es muy difícil entrar dentro de uno mismo y descubrir las exigencias de mi verdadero ser. Por eso hacemos muy bien en aprovechar la experiencia de otros seres humanos que se distinguieron por su vivencia y nos han trasmitido lo que descubrieron. Gracias a esos pioneros del Espíritu, la humanidad va avanzando en el camino de una mayor dedicación a los demás, superando el egoísmo.
Todo lo que nos enseñó Jesús, es la manifestación de su de su ser más profundo. “Todo lo que he oído a mi Padre, os lo he dado a conocer”. Esa experiencia completamente original, hizo que muchas normas de su religión se tambaleasen. La Ley hay que cumplirla porque me lleva a la plenitud humana. Para los fariseos, el precepto hay que cumplirlo por ser precepto, no porque ayude a ser humano. El tema no puede ser más actual. En la medida que hoy seguimos en esta postura “farisaica”, nos estamos apartando del evangelio.
El obrar sigue al ser, decían los escolásticos. Lo que haya dentro de ti, es lo que se manifestará en tus obras. Es lo que sale de dentro lo que determina la calidad de una persona. Yo diría: lo que hay dentro de ti, aunque no salga, porque lo que sale puede ser una pura programación. Lo que comas te puede sentar bien o hacerte daño, pero no afecta a tu espíritu. La trampa está en confiar más en la práctica externa que en la actitud interna. Las prácticas religiosas pueden ser una coartada para dispensarnos de ser.

Meditación-contemplación
Todo culto, que no proceda del corazón
y no lleve a descubrir la cercanía de Dios, es inútil.
Los ritos, ceremonias, sacramentos y oraciones
son útiles en la medida que me llevan al interior de mí mismo,
y me hagan descubrir lo que Dios es para mí en ese instante.

LAS MANOS SUCIAS Y EL CORAZÓN LIMPIO

col sicre

Después de cinco domingos leyendo el evangelio de Juan, volvemos al de Marcos, base de este ciclo B. Durante un mes nos ha ocupado el tema de comer el pan de vida. Este domingo el problema no será comer el pan, sino comer con las manos sucias. Una pregunta malintencionada de los fariseos y de los doctores de la ley (los escribas) provoca la respuesta airada de Jesús, una enseñanza algo misteriosa a la gente, y la explicación posterior a los discípulos. El texto de la liturgia ha suprimido algunos versículos, empobreciendo la acusación de Jesús y uniendo lo que dice a la gente con la explicación a los discípulos. Un ejemplo magnífico de lo que no se debe hacer con los textos bíblicos.
El contexto
Antes de dar la palabra a los fariseos y escribas es interesante recordar lo que cuenta Marcos inmediatamente antes. Después de la multiplicación de los panes y los peces, Jesús ha cruzado a la región de Genesaret, recorriendo pueblos, aldeas y campos, acogido con enorme entusiasmo por gente sencilla, que busca y encuentra en él la curación de sus enfermedades.
La intervención de los fariseos y escribas
De repente, el idilio se rompe con la llegada desde Jerusalén de fariseos (seglares superpiadosos) y de algunos escribas (doctores de la ley de Moisés). No todos los escribas pertenecían al grupo fariseo, pero sí algunos de ellos, como aquí se advierte. Para ellos, lo importante es cumplir la voluntad de Dios, observando no solo los mandamientos, sino también las normas más pequeñas transmitidas por sus mayores. Lo esencial no es la misericordia, sino el cumplimiento estricto de lo que siempre se ha hecho. Por eso, no les conmueve que Jesús cure a un enfermo; pero les irrita que lo haga en sábado.
Con esta mentalidad, cuando se acercan al lugar donde está Jesús, advierten, escandalizados, que algunos de los discípulos están comiendo con las manos sucias. El lector moderno, instintivamente, se pone de su parte. Le parece lógico, incluso necesario, que una persona se lave las manos antes de comer, y que se lave la vajilla después de usarla. Es cuestión elemental de higiene. Sin embargo, aunque en su origen quizá también fuese cuestión de higiene entre los judíos, los grupos más estrictos terminaron convirtiéndola en una cuestión religiosa. Lo que está en juego es la pureza ritual. Por eso, los fariseos no se quejan de que los discípulos coman con las manos sucias, sino con las manos impuras, saltándose con ello la tradición de los mayores. Aunque el Antiguo Testamento contiene numerosas normas, algunas de carácter higiénico, nunca menciona la obligación de lavarse las manos ni de lavar copas, jarros y bandejas; esto forma parte de «las tradiciones de los mayores», tan sagradas para los fariseos como las costumbres de la madre fundadora o del padre fundador para algunas congregaciones religiosas, o de cualquier minucia litúrgica para algunos ritualistas.
La respuesta airada de Jesús
La reacción de Jesús es durísima. Tras llamarlos hipócritas, les hace tres acusaciones: 1) su corazón está lejos de Dios; 2) enseñan como doctrina divina lo que son preceptos humanos; 3) dejan de observar los mandamientos de Dios para aferrarse a las tradiciones de los hombres.
Estas acusaciones resultan durísimas a cualquier persona, pero especialmente a un fariseo, que desea con todas sus fuerzas estar cerca de Dios, agradarle cumpliendo su voluntad.
El problema, según Jesús, es que el fariseo termina dando a esas tradiciones más importancia que a los mandamientos de Dios. Incluso las utiliza para dejar de hacer lo que Dios quiere y quedarse con la conciencia tranquila. Para demostrarlo, Jesús cita un ejemplo que la liturgia ha suprimido. [También nuestro Señor ha sido víctima de la censura eclesiástica.] Dios ordena honrar a los padres, es decir, sustentarlos en caso de necesidad. Imaginemos un fariseo con suficientes bienes materiales. Puede atender a sus padres económicamente. Pero su comunidad le dice que esos bienes los declare qorbán, consagrados al Señor. A partir de ese momento, no puede emplearlos en beneficio de sus padres, pero sí de su grupo. «Y así invalidáis el precepto de Dios en nombre de vuestra tradición. Y de ésas hacéis otras muchas».
Un lector crítico podría acusar a Marcos de tratar un tema tan complejo de forma ligera y demagógica. Conociendo a los fariseos de aquel tiempo (bastante parecidos a los de ahora), la reacción de Jesús es comprensible y su acusación justificada. Sobre todo, para los primeros cristianos, que sufrían los continuos ataques de estos que presumían de religiosos.
Enseñanza a la gente
Como los fariseos y escribas no responden, aquí podría haber terminado todo. Sin embargo, Jesús aprovecha la ocasión para enseñar algo a la gente a propósito de la pureza e impureza: «Nada que entra de fuera puede manchar al hombre; lo que sale de dentro es lo que puede manchar al hombre.»
La explicación a los discípulos
No sabemos si Jesús se quedó contento de esta breve enseñanza. Lo que es seguro es que la gente no la entendió, y los discípulos tampoco. Por eso, cuando llegan a la casa (nuevo detalle suprimido por la liturgia), le preguntan qué ha querido decir. Y él responde que lo que entra por la boca no llega al corazón, sino al vientre, y termina en el retrete. Entra y sale sin contaminar a la persona. Lo que la contamina no es lo que entra en el vientre, sino lo que sale del corazón. Para aclararlo, enumera trece realidades que brotan del corazón. [Resulta raro que Marcos no cite catorce, número de plenitud (2 x 7), pero ningún asistente a misa va a notarlo, y el predicador probablemente tampoco].
Esta enseñanza de que el peligro no viene de fuera, sino de dentro, resultará, para algunos, muy discutible. ¿No vienen de fuera la pornografía, la droga, las invitaciones a la violencia terrorista? ¿No nos influyen de forma perniciosa el cine, la televisión, la literatura?
Lo anterior es cierto. Pero Jesús no entra en estas cuestiones, se refiere al caso concreto de los alimentos. Otra de las frases del evangelio suprimidas en la liturgia de hoy dice que Jesús, con su enseñanza de que lo que entra en el vientre no contamina al hombre, «declaró puros todos los alimentos». Por eso los cristianos podemos comer carne de cerdo, de liebre, de avestruz, gambas (camarones en ciertos países de América Latina), cigalas, langostinos y cualquier alimento que nos apetezca, según nuestra costumbre y nuestra economía. Un cambio revolucionario, porque todas las religiones obligan a observar una serie de normas dietéticas.
Por otra parte, aunque Jesús se centre en los alimentos, su enseñanza tiene un valor más general y desvelan nuestra comodidad e hipocresía. El Papa Francisco habría caído en el error de los fariseos si hubiera culpado de la pederastia y los abusos sexuales en la Iglesia a los influjos externos, a la cultura del goce y el libertinaje. El mal no viene de fuera, sale de dentro. Y con el mismo criterio debe enjuiciar cada uno de nosotros su realidad. Nuestro mayor enemigo somos nosotros mismos. No echemos la culpa a los demás.
1ª lectura: Deuteronomio 4,1-2.6-8.
La importancia que concede Jesús a la ley de Dios frente a las tradiciones humanas ha animado a elegir este texto del Deuteronomio como paralelo al evangelio. Pienso que los responsables de la elección no han caído en la cuenta de un problema. Moisés ordena: «No añadiréis ni suprimiréis nada de las prescripciones que os doy». Y Jesús añadió y suprimió. Por ejemplo, a propósito de los alimentos puros e impuros, como acabo de indicar; tanto el Levítico como el Deuteronomio contienen una extensa lista de animales impuros, que no se pueden comer (Lv 11; Dt 14,3-21). Esta primera lectura no debe interpretarse como una aceptación radical y absoluta de la ley mosaica, porque Jesús se encargó de interpretarla y modificarla.
2ª lectura: Carta de Santiago 1,17-18.21-27.
Los cristianos tenemos el mismo peligro que los fariseos de engañarnos, dando más valor a cosas menos importantes. El final de esta breve lectura ofrece un ejemplo muy interesante. ¿En qué consiste la religión verdadera, la que agrada a Dios? ¿En oír misa diaria, rezar el rosario, hacer media hora de lectura espiritual? Eso es bueno. Pero lo más importante es preocuparse por las personas más necesitadas; el autor, siguiendo una antigua tradición, las simboliza en los huérfanos y las viudas. Cuando recordamos la parábola del Juicio Final («porque tuve hambre…») se advierte que el autor de esta carta piensa igual que Jesús.

Religiosidad verdadera

comentario editorial

“En un estado verdaderamente libre, el pensamiento y la palabra deben ser libres.” (Suetonio) 
2 de septiembre. Domingo XXII del TO
Mc 7, 1-8. 14-15. 21-23
¿Por qué no siguen tus discípulos la tradición de los mayores, sino que comen con manos impuras?
Jesús no ignora las tradiciones de sus antepasados, pero combate el concepto legalista de las mismas que, en 2, 21 pone un ejemplo -el del trozo de tela nueva para remendar un vestido viejo- que justifica esta doctrina. Sus discípulos, a imitación del Maestro, habían empezado ya a liberarse de leyes que esclavizan y no están al servicio de la vida. “Como raposos entre ruinas son tus profetas, Israel”, decía el profeta Ezequiel en 13, 4. Y Jeremías en 23, 1, “¡Ay de los pastores que dispersan y extravían mi rebaño!”.
La libertad es la experiencia esencial de la vida humana. El tema de la libertad es fundamental para entender el Evangelio, porque el mensaje de Jesús es un mensaje liberador: “A los judíos que habían creído en él les dijo: Si os mantenéis fieles a mi palabra, seréis realmente discípulos míos, entenderéis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn  8, 31). El Maestro de Nazaret fue siempre un hombre soberanamente libre y se opuso a toda forma de opresión: ante la Ley: “El sábado se hizo para el hombre, no el hombre para el sábado” (Mc 2, 27); ante la familia: “Y mirando a los que estaban sentados en círculo alrededor de él, dijo: Mirad, estos son mi madre y mis hermanos” (Mc 3, 34), ante las costumbres de su tiempo: “Tú no me diste el beso de saludo; desde que entré, ella no ha cesado de besarme los pies” (Lc 7, 45); ante el templo (Jn 4, 21): “Créeme, mujer, llega el momento en que ni en este monte ni en Jerusalén se dará culto al Padre” (Jn 4, 21).
Los poemas de Hesíodo (s. VII a. C.), poeta de la Antigua Grecia, abrieron la conciencia individual al hombre antiguo, el reconocimiento a un Derecho sancionado por la divinidad y, lo que es más importante, a la organización espacial y temporal, religiosa e histórica del mundo. Una de las figuras más destacadas, entre las ninfas era Lisianasa, señora de la libertad de encantadora figura y belleza que, con hermosa forma de sirena, nada libremente por los espacios del mar sin que la embriden las olas gobernadas por Neptuno. John William Waterhose pintó una de ellas a principios del XIX en estilo prerrafaelista. La criatura mitológica peina su blonda cabellera, y brilla en todo su esplendor con proporciones, luminosidad, colores, fondo y movimiento. Actualmente se encuentra en la Royal Academy, Londres, Reino Unido. ¿Será también el suyo, como el de Jesús, un pincel libre de una legalidad que oprime las conciencias?
El occidente medieval vivió toda una serie de transformaciones de carácter sociocultural, y espiritual del siglo XI al XIV en todos los estratos sociales. Una auténtica rebelión contra el poder y el orden establecido por la Iglesia oficial. La beguina Margarita Porete (1250-1310) fue una mística radical declarada herética y quemada en la hoguera por la Inquisición por no negar ni prohibir la difusión de su obra Espejo de las almas simples y anonadadas.
En una semana de contacto que tuve la suerte de participar en unas sesiones con el Dalai Lama en Freiburg (Alemania) hace unos diez años, a la pregunta de ¿cuál es para Vd. la mejor religión? La respuesta fue rápida y taxativa: “La que a Vd. le haga más feliz”. Aquella noche dormí a pierna suelta con la conciencia plenamente tranquila, pues como ya decía Sócrates: “La buena conciencia es la mejor almohada para dormir.
El historiador y biógrafo Gayo Suetonio (70-126) escribió: “En un estado verdaderamente libre, el pensamiento y la palabra deben ser libres”. Porque, como entona mi Poema de hoy, el viento vive libre en mi casa / y vive bajo mi techo. Y como en mí, en el de toda persona que se precia de ser libre.

PUERTAS AL VIENTO
¿Hay osado que se atrevaa poner puertas al viento?
Mis murallas personales,derribadas hace tiempoestán abiertas al campo.
No hay alarmas ni porterosque me den la voz de alarmaen mis vigilias o sueños.
El viento es libre en mi casa,y vive bajo mi techo:Yo le acojo y él me acoge.
Mis murallas se rindierona sus vitales poderesy al soñar de su misterio.
Él me inhala, yo le inhalo,él me siente, yo le siento,
Somos una misma vidaque vive en un mismo cuerpo.¡¡En él estamos fundidosen un solo ser eterno!!
(EL LEGENDARIO REINO DE LOS SENTIMIENTOS. Ediciones Feadulta)