FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA
SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA
ESTAMOS EN LARREA,4 - 48901 BARAKALDO

BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

ATALAYA
ATALAYA

viernes, 30 de junio de 2017

Amor no convencional - 13º Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

alvaro fraile · permanecer · (con siro lópez)

col salome 2

"Se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: "si quieres puedes limpiarme"
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó diciendo: "quiero, queda limpio"

(Mc.1, 40-45)
"Quiero, queda limpio"... Jesús no tenía ninguna necesidad de tocar a aquel leproso. Significaba rebajarse, hacerse impuro.... Pero no sólo quería curar su enfermedad. Al tocarlo, Jesús restauró su dignidad como persona, porque para El, nunca dejó de ser un igual, ser humano, hermano, criatura de Dios. Eso es lo que hace cada día, cada momento, con cada uno de nosotros. Nos toca para "re-cordarnos" (traer de nuevo a nuestro corazón) nuestra dignidad de hijos de Dios.



Me tocas cuando la brisa enmaraña mi cabello,
me tocas cuando la luz dibuja mi sombra en el suelo
me tocas cuando susurras en las alas de un pájaro en vuelo
me tocas y me acaricias, liberando temores viejos

Me tocas cuando me hablan preguntando por mis sueños
me tocas cuando me miran sin juzgar mis sentimientos
me tocas cuando las cosas no salen como yo quiero
me guías, me salvas, me quieres, me tocas sin yo saberlo

VIVO SUMERGIDA EN TI, ENVUELTA EN TU ABRAZO ETERNOVIVO SEDIENTA DE UN AGUA QUE ME RODEA POR ENTERODESPIÉRTAME OJOS Y OÍDOS, MI OLFATO, MI PIEL, MI SABORPARA SENTIR QUE ME TOCAS CON TUS MANOS, CON TU AMORPARA SABER QUE ME BUSCAS AÚN CUANDO ME ESCONDA YO
Me tocas aunque el rechazo de otros sea mi etiqueta
me tocas aunque mis miedos no me dejen vivir atenta
me tocas aunque no crea que yo me lo merezca
me tocas, me abrazas, me alzas sin dejar que desfallezca

VIVO SUMERGIDA EN TI, ENVUELTA EN TU ABRAZO ETERNOVIVO SEDIENTA DE UN AGUA QUE ME RODEA POR ENTERODESPIÉRTAME OJOS Y OÍDOS, MI OLFATO, MI PIEL, MI SABORPARA SENTIR QUE ME TOCAS CON TUS MANOS, CON TU AMORPARA SABER QUE ME BUSCAS AÚN CUANDO ME ESCONDA YO
Me tocas...

Salomé Arricibita


Para descargar la canción pinche el siguiente enlace: Me tocas.mp3 y dele al botón derecho del ratón y guardar como...

LA FE COMO IDEOLOGÍA

col sepulveda

Como la luz del alba se encarna en el día, el discernimiento es palabra del Espíritu. La exhortación de Francisco en Santa Marta, a finales del mes florido, fue la de “dejarse inquietar”, es decir, dejarse interpelar por el Espíritu Santo que nos hace discernir, es decir, rechazar una fe ideológica. El resto, podría ser religión que, en palabras de Gutiérrez, invocando a Karl Barth o Dietrich Bonhoeffer, rechazaba la amalgama entre cristianismo y religión.
Francisco ha metido el dedo en la llaga de la incredulidad, de los sermones que no se encarnan en la vida. Es un pulso a la conciencia de tantos cristianos bloqueados en una imposible ideología cristiana, pero no en el seguimiento a Jesús. Es la denuncia de una Iglesia fundamentalmente ideológica, que pretende y evita que los oprimidos perciban su estado de opresión. En cambio, si se opta por los pobres, se opta contra el opresor.
El término ideología fue acuñado por Destutt de Tracy para denominar a la ciencia que estudia las ideas y las relaciones entre los signos que las expresan, pero fue Karl Marx quien transformó el término, que se convirtió en el conjunto de ideas cuya relación con la realidad es menos importante que su objetivo. Por eso Marx, afirma que la ideología genera una falsa conciencia sobre las condiciones materiales de existencia del hombre.
El cristianismo no pretende conservar o transformar el sistema social, económico, político o cultural existente, como sí hace la ideología, sino que del seguimiento de Jesús, por conversión, acercamiento y simpatía, se transforma el sistema social, económico, político o cultural. El cristianismo no elabora un plan de acción para acercarse a lo que la ideología considera como la sociedad ideal. No.
Las bienaventuranzas y un corazón de carne que discierne se convierten en ideal. Ese es el drama, dice Francisco, de aquellos doctores de la ley que se enfadaban con Jesús. Ahora aquellos doctores son los pastores que no saben interrogarse acerca de la propia relación con el Espíritu Santo. No conocen del seguimiento de Jesús y han convertido el cristianismo en ideología.
Francisco recuerda que el libro del Apocalipsis comienza invitando a las “siete Iglesias” —las siete diócesis de aquel tiempo— a escuchar lo que el Espíritu Santo les dice: “Pidamos también nosotros esta gracia de escuchar lo que el Espíritu Santo dice a nuestra Iglesia, a nuestra comunidad, a nuestra parroquia, a nuestra familia” y a “cada uno de nosotros”.
No se trata de subir a un cerro doctrinal, esto es, a una religión cultual, sino de adorar en Espíritu y Verdad, para convertir el seguimiento de Jesús, que no es una idea, en vida: “Entonces Job se levantó, rasgó su manto, se rapó la cabeza, y postrado en tierra adoró”.

El artículo 2.000 de mi blog, “el Guardián del Areópago”

Jesús Mª Urío Ruiz de Vergara


Cuando comencé este blog ni imaginaba que llegaría hasta este abultado número. Por eso, voy a intentar resumir, sintetizando, las “ideas madre” que han movido, y, sobre todo, dirigido, mis reflexiones, mis críticas, mis denuncias, y las alegrías de sentirme testigo de la Palabra, y miembro de la comunidad de seguidores de Jesús.
1. Revelación, o Religión. En los años del Vaticano II se puso de moda afirmar que el Cristianismo “no es una Religion”. Para muchos fue una moda, y como tal pasó. Para mí no lo era: se trataba, más bien, de localizar el mayor drama que vivió la Iglesia en los siglos IV-VI, cuando al poder desarrollarse sin persecución, primero, y como Religión oficial del Imperio, después, eligió mal, y adoptó modos, tics, rituales, y organigrama que tenían gran parecido con dos realidades muy presentes, entonces, como eran, A), la organización del Imperio Romano, y B), las religiones naturales, del Imperio o de los pueblos circundantes.


Y eso se hizo a cambio del abandono progresivo del Evangelio, el anuncio del Reino de Dios, y los primeros pasos de la Iglesia primitiva. Y este abandono, creciente e imparable, nos llevó hasta extremos que, por demasiado conocidos, consiguieron no ser considerados preocupantes, aunque lo fuesen en grado sumo. En el siguiente apartado señalo algunas de esas realidades clara, y evidentemente, antievangélicas.
2.1. Búsqueda e identificación con el poder. Fenómeno que alcanzó casi exclusivamente a la Jerarquía: Tanto la máxima, la papal, como la episcopal. Que en esas épocas de la alta Edad Media los jerarcas eclesiásticos pudieran dormir tranquilos con la ostentación de poder, y la naturaleza de los medios empleados para conseguirlo, es hasta comprensible. Pero que no haya habido todavía en la comunidad eclesial una poderosa y eficaz autocrítica, que hubiera llevado a la Iglesia a una conversión, a una “Metanoya” fulgurante, casi hasta nuestros días, esto sí que es incomprensible. (HA habido una tentativa, sincera, pero ha sido malograda, como veremos más abajo)
2.2 Fracasos conciliares en alguna supuesta tentativa de conversión. Los primeros concilios ecuménicos, que consiguieron de manera brillante legarnos el Símbolo de la Fe, el Credo, sucedieron antes de los siglos de la gran traición. Después, los concilios fueron tocando puntos muy concretos, poco importantes, a veces, totalmente prescindibles, de la formulación de la doctrina oficial. Se fueron multiplicando, haciendo incluso caer al Magisterio de la Iglesia en ideas peregrinas, como la Doctrina “de las dos Espadas”, del mando y jurisdicción universales del Papa, etc, que mejor serían “no meneallas”. Y cuando, por fin, la Iglesia, y el emperador, (pues fue éste, Carlos V, quien lo convocó), se decidieron en serio a dar un giro copernicano a la Iglesia, en el Concilio de Trento, éste, y su interpretación y aplicación posterior, resultaron un gran fiasco. Que hasta hoy, por desgracia, no ha sido reconocido, ni asumido. Y todos los laureles que oficialmente se llevó la Contra-Reforma no han sido otra cosa que las campanadas funerarias de una Iglesia decadente, que llegó así hasta el Concilio Vaticano II.
2.3 El Concilio Vaticano II. Desde el Concilio de rento la Iglesia era un monstruo: un cuerpo con una cabeza inmensa, y un cuerpo minúsculo, casi enano. Así que el Concilio hincó los dientes a una situación instalada, y ya casi irreversible. O eso parecía, y eso querían los grandes prebostes vaticanos. Pero esta vez sí que el Espíritu trabajó y sopló con fuerza: Así que los padres conciliares a se enfrentaron a la dura tarea de resolver tres frentes fundamentales: 1º, desclerizar a la Iglesia, (cuya definición queda en: Iglesia = “Pueblo de Dios”): 2º, limpiar de “material religioso”, fruto de la religiosidad natural, la Liturgia, y volver a la eucaristía-cena del Señor-Pascua: 3º, estricta separación Iglesia-Estado, no solo en lo político, sino en lo social y ético, sin interferencias mutuas. Había que poner al día a la Iglesia, y volver a los orígenes del Evangelio. El resultado “oficial” del Concilio fue, sin exageración, óptimo. Lo malo vino en su aplicación, con las fuerzas conservadoras actuando a todo trapo en la curia Vaticana, con el liderazgo inapreciable de la máxima autoridad de la Iglesia, el papa, en la ocasión Juan Pablo II, que supuso no solo un freno de momento, sino una rémora que, visto lo visto, va a ser difícil de superar.
2.4 El pontificado de Francisco. Algunos se enfadan de que al hablar de este papa, a quien “los cardenales fueron hasta la pampa argentina a buscar para obispo de Roma”, sea preciso insistir en su denodada intención de ser fiel al Evangelio, con lo que otros antecesores en la sede de Pedro podrían quedar retratados. Pues muy bien, que lo queden. Coherente con mi repaso a vista de águila de la Historia de la Iglesia, me resulta escandaloso que mucho antes de nuestros días no se elevaran voces afeando el estilo de vida, los atributos de poder, los signos de ostentación y de lujo, la elevación por encima de todas las cabezas y todos los parámetros que los papas, durante siglo, aceptaron, sin protestar, y, todavía más, demostrando agrado y gusto por esas deferencias, reverencias, que no se avenían, en nada, con el humilde título de “servus servorum Dei”. Así que podemos decir, sin miedo a error, que “por fin, parece que un Papa cree en el Evangelio, y procura seguirlo”. Otro que creyó, y salió pitando, fue San Pedro Celestino, que duró en el trono de Pedro unos meses, los suficientes para comprobar que ese poder, esa ostentación, y esa sacralidad de aspectos tan mundanos, no eran sino una farsa, casi sacrílega, y propiciaban un paripé insoportable, para un creyente y seguidor de Jesús. ¿O es que vivir en un palacio, para el primero de los seguidores de Jesús, tenía un mínimo de lógica evangélica?
Mi opinión, que expreso a menudo en este blog, es que con Francisco, y buscando a propósito trazos muy gruesos, la Iglesia ha conectado, por fin, con la salida de las catacumbas, y, ahora, la Iglesia está a punto de poder iniciar una fase que supere la religiosidad, y se adentre en la realización de la Palabra, y de crear comunidades evangélicas poderosas, como lo fueron las de los primeros siglos de la Iglesia. Poderosas en fuerza de convicción, que provoque, como entonces, comentarios, como los que pronunciaban los paganos, “¡mira cómo se aman!”, y que no solo convirtió al Imperio Romano, sino que lo venció a fuerza de un cúmulo de valores evangélicos, como el amor, el perdón, la misericordia, la solidaridad, la verdad, la justicia, el respeto a la idiosincrasia de cada uno, el no juzgar ni condenar, el acoger, el repartir los bienes, el vivir una felicidad que superaba las limitaciones y fracasos inherentes a la vida.
Pero no soy un ingenuo despistado. Esta revolución en la Iglesia tiene enemigos. A Francisco le están haciendo la vida imposible algunos cardenales, instalados en la aparentemente inmune impunidad. Y muchos obispos solo lo siguen de palabra, con la boca pequeña. Hemos comprobado en la última remodelación organizativa de la Conferencia Episcopal Española, (CEE), cómo todavía comandan a nuestros fuerzas escondidas, “de cuyos nombres no queremos acordarnos”, que no solo se contentaron con frenar, hasta casi parar, la energía del Vaticano II, sino que ahora temen que un papa evangélico, -¡por fin, esa especie que creíamos imposible, un sueño!-, consiga, con su buen hacer y sus pasos enérgicos en el seguimiento de Jesús, volver al Concilio su prístina fuerza y pureza, que nunca nos deberían haber arrebatado.
(PD: me voy de vacaciones, por mi tierra, y por la parte francesa de la Provenza. Hasta la vuelta no pienso escribir, ni, por lo tanto, cansaros con mis elucubraciones. Que lo paséis tan bien como yo pretendo, buscando el descanso, la contemplación del mundo, las relaciones humanas, y, si es posible, que casi todos los años lo es, el arte y la buena música. ¡Gracias!, por vuestra lealtad).

El pecado estructural de la Iglesia en la Venezuela de hoy


Óscar Fortín


venezuelaEN RESPUESTA AL PECADO ESTRUCTURAL DE LA VENEZUELA ACTUAL
El pecado de la Iglesia venezolana consiste en le hecho que silencia de completo el intervencionismo de Estados Unidos y de sus distintos servicios para desestabilizar a un gobierno que no quiere entregárselo las riquezas del petrolero, tampoco las de las minas. Mas que todo no quiere hacer del Estado de Venezuela una dependencia del Imperio. Quiere asegurar la independencia y la soberanía del pueblo. ··· Ver noticia ···

Dos años con mordaza: las libertades que te han robado a golpe de ley


Alejandro Torrús


Ley mordazaEste sábado se cumplen dos años de la entrada en vigor de las conocidas como leyes mordaza, es decir, la Ley de Seguridad Ciudadana y las reformas del Código Penal y de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Expertos denuncian el retroceso en libertades que ha sufrido España en los dos últimos años.
Hubo un tiempo en España, no hace demasiado, en el que era inconcebible que un ciudadano fuera condenado por un mensaje irónico en Twitter. En el que los activistas de la PAH podían realizar una perfomance en la sucursal bancaria responsable de su desahucio sin miedo a entrar en prisión y en el que Greenpeace podía desplegar una pancarta enorme en el edificio España de Madrid sin que fueran multados. Pero ese tiempo acabó hace ahora dos años. El 1 de julio de 2015 el Gobierno de Mariano Rajoy aprobó las conocidas como ‘leyes mordaza’ poniendo un más que polémico coto al ejercicio del derecho a la libertad de expresión y manifestación en España. ··· Ver noticia ···

Domingo 2 de julio, 13 Tiempo ordinario – A (Mateo 10,37-42): La familia no es intocable

José Antonio Pagola

Con frecuencia, los creyentes hemos defendido la «familia» en abstracto, sin detenernos a reflexionar sobre el contenido concreto de un proyecto familiar entendido y vivido desde el Evangelio. Y, sin embargo, no basta con defender el valor de la familia sin más, porque la familia puede plasmarse de maneras muy diversas en la realidad.
Hay familias abiertas al servicio de la sociedad y familias replegadas sobre sus propios intereses. Familias que educan en el egoísmo y familias que enseñan solidaridad. Familias liberadoras y familias opresoras.
Jesús ha defendido con firmeza la institución familiar y la estabilidad del matrimonio. Y ha criticado duramente a los hijos que se desentienden de sus padres. Pero la familia no es para Jesús algo absoluto e intocable. No es un ídolo. Hay algo que está por encima y es anterior: el reino de Dios y su justicia.
Lo decisivo no es la familia de carne, sino esa gran familia que hemos de construir entre todos sus hijos e hijas colaborando con Jesús en abrir caminos al reinado del Padre. Por eso, si la familia se convierte en obstáculo para seguir a Jesús en este proyecto, Jesús exigirá la ruptura y el abandono de esa relación familiar: «El que ama a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí. El que ama a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí».
Cuando la familia impide la solidaridad y fraternidad con los demás y no deja a sus miembros trabajar por la justicia querida por Dios entre los hombres, Jesús exige una libertad crítica, aunque ello traiga consigo conflictos y tensiones familiares.
¿Son nuestros hogares una escuela de valores evangélicos como la fraternidad, la búsqueda responsable de una sociedad más justa, la austeridad, el servicio, la oración, el perdón? ¿O son precisamente lugar de «desevangelización» y correa de transmisión de los egoísmos, injusticias, convencionalismos, alienaciones y superficialidad de nuestra sociedad?
¿Qué decir de la familia donde se orienta al hijo hacia un clasismo egoísta, una vida instalada y segura, un ideal del máximo lucro, olvidando todo lo demás? ¿Se está educando al hijo cuando lo estimulamos solo para la competencia y rivalidad, y no para el servicio y la solidaridad?
¿Es esta la familia que tenemos que defender los católicos? ¿Es esta la familia donde las nuevas generaciones pueden escuchar el Evangelio? ¿O es esta la familia que también hoy hemos de «abandonar», de alguna manera, para ser fieles al proyecto de vida querido por Jesús?