FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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lunes, 11 de noviembre de 2019

Fui extranjero y me acogisteis

José María Castillo 
Castillo1Teología sin censura
La experiencia religiosa de casi todos nosotros ya no es de fiar, porque (sin darnos cuenta) terminamos practicando una religión que nos engaña.
Es la religiosidad que nos empuja a practicar unas creencias, que, en lugar de llevarnos a lo que Dios quiere, en realidad nos llevan a lo que Dios no quiere en modo alguno.
Voy a poner un ejemplo, que es de actualidad. Cuando el Evangelio explica cómo será el “juicio universal”, el Señor de la historia y de todas las naciones, sentado en el trono de su gloria (Mt 25, 31), dividirá a la humanidad entera en dos bloques enormes. Y pronunciará sentencia. A los que se van a salvar, les dirá (entre otras cosas): “fui extranjero y me acogisteis” (Mt 25, 35), mientras que a los que se van a condenar, les dirá: “fui extranjero y no me acogisteis” (Mt 25, 43).
O sea, en el juicio definitivo de Dios, será decisivo el comportamiento que hemos tenido, tenemos o tendremos con los extranjeros. Por consiguiente, o el Evangelio es mentira o lo que hemos hecho – y estamos haciendo – con los extranjeros, nos va a salvar o nos va a condenar.
Por esto, no me cabe en la cabeza que haya tanta “gente de Iglesia” y “amigos de los fanáticos partidarios de la Iglesia”, que no se pierden ni una misa, al tiempo que levantan murallas y alambradas en nuestras fronteras, para que no se cuele entre nosotros ni un extranjero.
Europa, el continente que fue el primero en acoger el cristianismo y en el que está el
centro del cristianismo, ha sido también el continente que, cuando le ha interesado ha sido el extranjero que ha invadido y se ha adueñado de continentes enteros. Y ahora, cuando le interesa lo contrario, convierte el Mediterráneo en un inmenso cementerio en el que fenecen los extranjeros.
Es duro tener que reconocer que vivimos en el continente de las más grandes contradicciones.
Por eso me ha impresionado tanto el Papa que tenemos. El primer viaje que hizo Francisco fue a Lampedusa, donde se acogen los desesperados del Mediterráneo. Y su último viaje ha sido a Sudán del Sur, y allí se ha puesto de rodillas para pedirle perdón al primer mandatario de aquel país.
Y éste es el Papa que más enemigos ha tenido en la reciente historia de Europa. Este Papa “se ha pasado” a los pobres, a los extranjeros y a los extraviados.
Por eso he pensado, tantas veces y entre tantas limitaciones, que el P. Jorge Mario Bergoglio, con todas las limitaciones que se puedan ver en él y su forma de gobernar la Iglesia, lo que no admite duda es que este hombre le ha dado un giro nuevo a la Iglesia. Es el giro y la dirección del Evangelio. ¿Qué los más religiosos son sus más fanáticos enemigos?
No cabe duda. Pero, ¿no fue eso exactamente lo mismo que le ocurrió a Jesús?

LOS POLÍTICOS ESPAÑOLES AL USO

Redes Cristianas 
Jaime Richart jurista y antropólogo 
Ahora que les veo en su salsa en la campaña electoral, me doy cuenta de que estoy sobrepasado por la política. Por la política y por los políticos españoles de dos partidos turnándose cuarenta y tres años, a los que se han sumado después otros dos oportunistas de la crisis catalana. Uno contribuyendo a provo­carla al arremeter contra la aspi­ración de referéndum de una inmensa mayoría de catala­nes, hartos del miserable talante de los gobernantes espa­ñoles, como si fuesen el enemigo a batir. Y el otro aprove­chando la misma coyuntura tras venir preparando con astucia desde hace muchos años, la vuelta del franquismo. Ese cuyos antecedentes se reconocen en un general franquista que con frecuencia soltaba esa frase abyecta que dejó testimonio del canalla: “cuando oigo la palabra cultura, cojo mi pis­tola”.
Pero en cualquier caso todos los políticos de los cuatro partidos mencionados, salvo la excepción de los opacos, hacen de la política una verbali­zación asquerosa y una actividad repulsiva incompatible con un pensamiento mínimamente intelectual. Ese decir y desde­cirse, ese embrutecimiento persistente de la lógica formal, esa am­bición indisimulada por hacerse dueños del poder, ese despre­cio a los desposeídos, ese saberse juguete de los poderes económicos y eclesiales sin hacer nunca alusión a su vasallaje inte­resado ni pedir perdón por ello; ese no alegrarse, en fin, de que otro ciudadano quizá con más merecimientos que ellos sea elegido en su lugar, como cuenta Montesquieu de un senador de la antigua a Grecia, hacen del prototipo de político español un pe­timetre, un lechuguino, un pisaverde, un truhán; y de la polí­tica, un que­hacer grotesco, absurdo y casi irracional. Quien re­cuerde la Se­rie South Park, verá en todos ellos a los adultos estúpidos en contraste con los niños super lúcidos de la Serie, que so­mos todos los demás…
Pero por si fuera poca nuestra frustración casi medio siglo des­pués de la dictadura ellos, su maniobrar constante y lo sucedido a lo largo de ese tiempo me sugieren que si la Historia de la reali­dad del mundo es la historia del consenso de unas cuantas mi­norías, la Historia de la realidad española es la historia de una conspiración permanente de los tres poderes del Estado contra los débiles sociales y contra los territorios indómitos…

Luis Miguel Modino: “La exhortación papal va a ser mucho más valiente que el documento del Sínodo”


Sinodo Amazonia“Podemos decir que el Amazonas ha inundado Roma; que ha inundado el Vaticano” Luis Miguel Modino: “La exhortación papal va a ser mucho más valiente que el documento del Sínodo”
“Creo que el sínodo ha abierto muchas posibilidades. Eso es algo fundamental. Y, sobre todo, ha dejado claro que la Iglesia apuesta por la Amazonía y por los pueblos de la Amazonía”
“Ha habido cierta tensión, porque ha sido la Iglesia de la periferia que viene a ofrecer su forma de ser Iglesia a la Iglesia del centro”··· Ver noticia

El Amazonas pasó por Roma

José Arregi
2019

José Arregui1
¡Bienvenido el Amazonas a las riberas del Tíber, a orillas del Mediterráneo!
La gran Amazonía, “tierra de bosques y de agua, de páramos y humedales, de
sabanas y cordilleras, pero sobre todo tierra de innumerables pueblos, muchos de ellos
milenarios, habitantes ancestrales del territorio, pueblos de perfume antiguo que
continúan aromando el continente contra toda desesperanza” (Documento sinodal, n.
41), ha sido la invitada de honor al Sínodo de la Amazonía del 6 al 27 de octubre.
¡Bienvenida sea a Roma!
¿Habrá supuesto el giro “sin precedentes” que celebran muchos hacia otra
Iglesia, una “Iglesia de rostro amazónico” (86)? Llevo casi siete años –legislatura y
media en cualquier democracia– oyendo que con el papa Francisco ha llegado por fin la
primavera de la Iglesia católica, y que esta vez será irreversible. Con perdón, yo no lo
veo. Palabras, gestos, acentos de mensaje, estilos primaverales, muchos y buenos;
cambios de fondo en el modelo de Iglesia, ninguno. Repaso los dos sínodos anteriores,
el de la familia y el de los jóvenes, y soy incapaz de decir lo que trajeron de nuevo. Lo
mismo me sucede con este último, que ha reunido a más de 300 personas en Roma, de
las cuales 181 obispos, de atuendos y liturgias medievales. ¿Será éste por fin el inicio de
una nueva Iglesia para el siglo XXI? Sigo sin verlo, pero ¡bienvenida sea la esperanza!
¡Bienvenido sea el documento final! Lo digo francamente, con el substancial
reparo que enseguida indicaré. El mensaje social, político, ecológico dirigido al mundo
entero con los ojos y el corazón en la Amazonía, me parece excelente.
Denuncia con firmeza los “atentados” contra la vida de las comunidades indígenas (10), el modelo
económico de desarrollo imperante, “destructivo y extractivista” (69), “depredador y
ecocida” (46), el colonialismo (55) y el neocolonialismo (81), la “evangelización
colonialista” (55). Reclama “una conversión Sinodal, sinodalidad del Pueblo de Dios
bajo la guía del Espíritu en la Amazonía” (86). Reivindica el respeto “a la
autodeterminación y a la libre decisión” de sus pueblos (50). Declara que “la Iglesia
opta por la defensa de la vida, de la tierra y de las culturas originarias amazónicas” (78).
Reivindica reiteradamente la cultura indígena del “buen vivir’ (Sumak Kawsay). Llama
a una conversión ecológica integral (60). Aboga por una “Iglesia aliada de la
Amazonía” (50). Magnífico.
Pero el último capítulo, el más largo, “Nuevos caminos de conversión sinodal”,
donde supuestamente propone las medidas innovadoras para una Iglesia del futuro, me
ha decepcionado profundamente. ¿Nuevos caminos? Propone instaurar el diaconado
permanente de varones (104-106) como auxiliares del sacerdote en la presidencia de
ciertos sacramentos, pero esa figura ya existe. Plantea la posibilidad de ordenar
sacerdotes a hombres casados de probada virtud para “las zonas más remotas de la
región amazónica” (111), pero hay sacerdotes casados en la Iglesia Católica desde 1829
para católicos de rito griego y desde 2009 para sacerdotes anglicanos casados
convertidos al catolicismo. Pide que la mujer pueda ser “lectora y acólita” (102) en la
misa… ¡vaya por Dios!
Y –asunto estrella– propone que se reactive la comisión de estudio sobre una
hipotética ordenación de mujeres como diaconisas (103), comisión que puso en marcha
el papa Francisco y que pronto quedó en standby, pero el mismo papa advirtió que no
tendría por qué ser una “ordenación sacramental”, es decir, que la mujer no será parte
del clero, ni falta que hace. Y aunque lo fuera, la diaconisa seguiría subordinada al
sacerdote y al obispo varón. Nada nuevo, pues, bajo el sol vaticano. Todo sigue bajo la
autoridad del obispo, nombrado por el papa (eso ni se toca). El obispo venido de Roma
es quien discierne el discernimiento y guía al Espíritu que guía. El clericalismo
masculino queda intacto. Y bien claro se vio a la hora de votar: ni una sola mujer pudo
hacerlo en la votación del Documento sinodal. He ahí la mujer en la Iglesia católica.
En conclusión: la Amazonía pasó apenas por el Vaticano. ¿Pasará de verdad el
Vaticano por la Amazonía? ¿Se hará bautizar alguna vez a fondo en las aguas sagradas
del Amazonas, como Jesús en el Jordán? Y quien dice el Amazonas dice el Benarés, el
Congo, el Danubio y el Sena o el Guden danés. ¿Logrará la Iglesia católica liberar la
Buena Noticia de Jesús de su dogmática trasnochada, de sus lenguajes ininteligibles, de
sus estructuras clericales, de sus prejuicios eurocéntricos, de sus pretensiones absolutas?
Es verdad que los grandes viajes empiezan con un pequeño paso, pero a este
paso desaparecerá la Iglesia antes de haberse transformado. Pero el Espíritu de la
Amazonía seguirá alentando la vida, lejos de Roma, soplando donde quiere.
(Publicado en DEIA y en los Diarios del Grupo Noticias el 11 de noviembre de
2019)

UN DESAFÍO:salvaguardar la unidad de la familia humana


Leonardo Boff
Leonardo Boff1Existe el peligro real de que la familia humana se bifurque en dos. Una, la de aquellos que se benefician de los avances tecnológicos de la biotecnología y nanotecnología y disponen de todos los medios posibles de vida y de bienestar, cerca de mil seiscientos millones de personas, pudiendo prolongar la vida hasta los 120 años, que corresponde a la edad posible de las células. Y la otra humanidad, los más de cinco mil cuatrocientos millones restantes, barbarizados, entregados a su suerte, pudiendo vivir como mucho hasta los 60-70 años con las tecnologías convencionales, en un cuadro perverso de pobreza, miseria y exclusión.
Este foso proviene del horror económico producido en la escena histórica por la dominación del capital globalizado, especialmente del especulativo, bajo la regencia cruel del neoliberalismo radical. Considerándose triunfante frente al socialismo real, cuyo derrocamiento se dio a finales de los años 80, aquel ha exacerbado sus principios: la competición, el individualismo, la privatización, la difamación de todo tipo de política y la satanización del Estado, reducido al mínimo. Cerca de 200 megacorporaciones, cuyo poder económico equivale al de 182 países, dirigen, junto con los organismos del orden capitalista como el FMI, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio, la economía mundial según el principio de la competición, sin el más mínimo sentido de cooperación ni de respeto ecológico hacia la naturaleza. Todo se ha vuelto mercancía, desde el sexo a la religión, en un deseo de acumulación desenfrenada de riquezas y servicios a costa de la devastación de la naturaleza y de la precarización ilimitada de los puestos de trabajo.
El peligro consiste en que los muy ricos creen un mundo sólo para ellos, que rebajen los derechos humanos a una necesidad humana que debe ser atendida por los mecanismos del mercado (por lo tanto sólo tiene derechos quien paga y no quien es simplemente una persona humana), que hagan de los diferentes desiguales y de los desiguales no semejantes, a los cuales se les niega prácticamente la pertenencia a la especie humana. Son otra cosa, aceite quemado, ceros económicos.
En Occidente, que hegemoniza el proceso de globalización, la idea de igualdad nunca triunfó políticamente: Quedó limitada al discurso religioso-cristiano, de contenido idealista. Ese déficit de una cultura igualitaria favorecería la bifurcación de la familia humana. Puede triunfar una edad de las tinieblas mundial que se abatiría sobre toda la humanidad. Sería volver a la barbarie.
El desafío a ser enfrentado es hacer todo lo necesario para mantener la unidad de la familia humana, habitando la misma Casa Común. Todos somos Tierra, hijos e hijas de la Tierra, y para los cristianos, creados a imagen y semejanza del Creador, hemos sido hechos hermanos y hermanas de Cristo y templos del Espíritu. Todos tienen derecho a ser incluidos en esta Casa Común y a participar de sus dones.
Para dar cuerpo a este desafío necesitamos una ética humanitaria distinta, que implica rescatar los valores ligados a la solidaridad, la empatía y la compasión. Es importante recordar que fue la solidaridad/cooperación la que permitió a nuestros antepasados, hace algunos millones de años, dar el salto de la animalidad a la humanidad. Cuando salían a recolectar alimentos no los comían individualmente, como hacen los animales, sino que reunían los frutos y la caza, los llevaban a su grupo de iguales y los repartían solidariamente entre todos. De este gesto primordial nació la sociabilidad, el lenguaje y la singularidad humana. Será todavía la solidaridad irrestricta, a partir de abajo, la compasión que se sensibiliza ante el sufrimiento del otro y de la Madre Tierra, la que garantizará el carácter humano de nuestra identidad y de nuestras prácticas. Vergonzosamente fue lo que les faltó a los grandes acreedores internacionales que, ante la tragedia del tsunami del sudeste asiático, no perdonaron los 26 mil millones de deuda de aquellos países flagelados. Solamente pospusieron un año el pago.
Sin el gesto del buen samaritano que se inclina sobre los caídos a la vera del camino o la voluntad de infinita compasión del bodhisatwa, que renuncia a penetrar en el nirvana por amor a la persona que sufre, al animal quebrantado o al árbol reseco, difícilmente haremos frente a la inhumanidad cotidiana que se está naturalizando a nivel brasilero y mundial.
En la perspectiva de los astronautas, de aquellos que tuvieron el privilegio de ver la Tierra desde fuera de la Tierra, Tierra y Humanidad forman una sola entidad, compleja pero una. Ambas están ahora amenazadas. Ambas tienen un mismo destino común y se enfrentan juntas al futuro. Su salvaguarda constituye el contenido principal de un sueño ancestral: todos sentados a la mesa, en una inmensa comensalidad, disfrutando de los frutos de la buena y generosa Madre Tierra.
Si el cristianismo y los demás caminos espirituales no ayudan a realizar este sueño y no llevan a las personas a concretarlo, no habremos cumplido la misión que el Creador nos reservó en el conjunto de los seres, que es la de ser el ángel bueno y no el satán de la Tierra. No habremos escuchado ni seguido a Aquel que dijo: “Vine a traer vida y vida en abundancia” (Jn 10,10).
Es importante que tomemos conciencia de nuestra responsabilidad, sabiendo que ninguna preocupación es más fundamental que cuidar de la única Casa Común que tenemos y lograr que toda la familia humana, superando las contradicciones que existen siempre, pueda vivir unida dentro de ella con un mínimo de cuidado, de solidaridad, de hermandad, de compasión y de reverencia ante el Misterio de todas las cosas, que producen la discreta felicidad durante el corto tiempo que nos es concedido pasar por este pequeño, bello y radiante Planeta.
¿Una utopía? Sí, pero necesaria si queremos sobrevivir.
*Leonardo Boff ha escrito: Proteger la Tierra- salvar la vida. Cómo escapar del fin del mundo, Nueva Utopía, Madrid 2012.

Traducción de Mª José Gavito Milano

Se consumó el golpe en Bolivia: renunció Evo Morales


evo morales“Mi pecado es ser dirigente sindical, ser indígena, ser cocalero”
“Tengo la obligación de buscar la paz”, dijo el mandatario boliviano al anunciar que deja el gobierno para intentar frenar la escalada de violencia desatada por la derecha. Remarcó que su renuncia es “para que Mesa y Camacho no sigan persiguiendo a dirigentes sociales”.
El presidente de Bolivia, Evo Morales renunció a su cargo y se refugió en la localidad de Chimoré junto al vicepresidente Álvaro García Linera. Morales anunció su salida para evitar que siga la escalada de violencia desatada por la derecha contra funcionarios y militantes del Movimiento al Socialismo (MAS).··· Ver noticia