FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

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miércoles, 13 de noviembre de 2019

CUÍDAME. Letra: Jorge Drexler y Pedro Guerra. Interpreta: CANTO ALEGRE

¿Es diosa la pachamama?



Monseñor Arizmendi invita a no juzgar sin conocer

Monseñor Felipe Arizmendi, obispo emérito de la diócesis de San Cristóbal de las Casas en Chiapas, México, reflexiona en el L’Osservatore Romano acerca de las imágenes de la pachamama presentes durante el Sínodo
“No juzguemos ni condenemos como idolatría lo que no es. Conozcamos más a fondo las culturas originarias. Y es nuestra tarea compartir el Evangelio de Jesús, que nos libera de idolatrías, cuando las hubiere”

OTRA CUMBRE DEL CLIMA


col munarriz
Todo indica que lo único que puede quebrar el proceso de destrucción de nuestro hábitat, es un cambio generalizado de costumbres que instaure una sociedad mucho más austera regida por un modelo económico muy diferente al que tenemos. Pero claro, esto nunca se va a plantear en una cumbre del clima porque es un plato demasiado fuerte para este tipo de evento. Por esa razón seguirán proponiendo soluciones técnicas para atajar lo que en realidad es un problema de índole netamente política o sociológica.
Acabará la cumbre y nuevamente nos propondrán más recursos para la ciencia, más molinillos, más coches eléctricos, más placas solares, y en definitiva, más tecnología, más negocio, más economía... es decir, más de lo que nos ha abocado al desastre... Más huída hacia adelante como pollos sin cabeza. Luego brindarán con champán por el éxito de la cumbre delante de las cámaras, y nos dejarán a todos con la sensación de que nos estamos esforzando en poner los medios para detener el problema. Acallarán su conciencia y nuestra conciencia, y todos contentos.
Y así, cumbre tras cumbre, se irá consumando la tragedia, pues la única solución pasa por dinamitar nuestra forma de vivir, y esto lógicamente da mucho vértigo. Pero la realidad es que solo tenemos dos caminos entre los que elegir: una austeridad controlada desde ahora, o una austeridad caótica a la vuelta de unos años. Y si alguien afirma que hay una tercera vía tecnológica, si dice que podemos seguir derrochando y destruyendo porque la ciencia acabará encontrando la salida de este laberinto, o se está engañando o nos está engañando. Resulta temerario vivir permanentemente confiados en que aparezcan nuevos logros científicos que nos saquen de los atolladeros en que nos han metido otros “logros” anteriores, y de hecho, esta actitud está produciendo una situación incontrolable y cada vez más difícil de superar.
Hemos hablado de vértigo, pues es evidente que si dejamos de derrochar se enfría notablemente la economía y aumenta notablemente el paro. Pero es lo que hay. Hemos inflado de tal modo la burbuja que ahora no la podemos desinflar sin que nos explote en las narices. Quizás se pudiese paliar el efecto apostando por otro modelo económico más doméstico y mucho más intensivo en mano de obra, pero en cualquier caso, la situación es de tal gravedad, que si alguien piensa que vamos a salir indemnes de ella, es que no se está enterando de nada.
En buena lógica, no podemos esperar que sean los líderes mundiales los que vayan a promover este camino, pues bastante tienen con conservar la poltrona sin meterse en números de caballería que disparen su impopularidad. Han convertido el bienestar en un ídolo y ninguno de ellos va a tener el valor de derribarlo. Pero los ídolos exigen sacrificios, y en este caso el sacrificado es el hábitat del que depende nuestra supervivencia.
La alternativa sería que la promoviésemos nosotros; el pueblo llano. Que arrepentidos de la vileza que estamos cometiendo con nuestros descendientes decidiésemos bajar nuestro tren de vida; cada uno el suyo. Pero nosotros tampoco estamos por la labor. Hacemos permanente profesión de ecologismo, nos indignamos con la pasividad de los dirigentes, pero no estamos dispuesto a modificar un ápice nuestros hábitos para darle alguna oportunidad a este mundo.
No, nada mueve al optimismo; ni al más mínimo optimismo. Por una parte, la promesa de redención con la que se presentó la ciencia se ha convertido en la mayor amenaza de la historia. Por otra, cuando más precisa la humanidad de una ética que conjure la catástrofe que se avecina, menor carga moral existe en la conciencia ciudadana.

CHILE. HISTORIA DE UN ESTALLIDO ANUNCIADO


col varios autores
El presidente Piñera anunciaba, tras semanas de protestas, la remodelación completa de su gabinete y la cancelación de celebrar en el país dos cumbres internacionales, por la imposibilidad de garantizar la seguridad: el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), programada para noviembre, y la del Cambio Climático de Naciones Unidas (COP 25), programada para diciembre.
“No por dramático en su secuela de muerte y destrucción, el estallido chileno ha sido sorpresa. Es una constante histórica.” Así de rotundo se muestra Pablo Sapag, profesor de Historia de la Comunicación Social de la Complutense de Madrid. Es un gran conocedor de lo que allí pasa porque tiene mitad de sus orígenes en Chile y la otra mitad en Siria. “El modelo chileno reproduce una desigualdad que se arrastra de la época colonial y se profundizo hace 200 años”, explica como contexto de la inequidad. Chile es una colonia española especialmente militar, y tras su independencia, se reforzó con inmigrantes europeos que propugnaron el modelo de explotación intensiva de recursos naturales con mano de obra sin cualificar. “Se los repartirán los viejos encomenderos reconvertidos en terratenientes e inmigrantes ávidos de prosperidad. Su color de piel y su supuesta superioridad cultural justificaron hasta hoy el despotismo ilustrado para gobernar a la gran masa”, puntualiza seguro.
Pero, ¿cómo se ha llegado a estas cotas de descontento y contestación populares en una espiral que recorre toda América Latina, aunque el caso chileno es especialmente sangrante por las desigualdades sociales, la falta de redistribución en los impuestos, la ausencia del Estado en los servicios públicos, el descontento con las pensiones y el aumento de la carestía de la vida (no olvidemos que la subida del precio del metro fue el detonante de las revueltas)?  En palabras de Gabriel Salazar, historiador chileno: “el reventón social más extendido, violento y significativo que ha vivido el país en toda su historia”.
Chile es hoy una realidad con dos vértices. Tras varias semanas de levantamiento popular, el país está sumido en una crisis de gobernabilidad y de representatividad política que deja a los líderes sin ningún aval social. La clase política ha demostrado su peor cara y hay un gobierno ineficaz que ha tratado de implementar, con mayor fuerza y de manera drástica, cambios económicos ultra liberales para mantener el crecimiento económico sostenido que Chile había logrado en las últimas décadas. Para conseguirlo no ha dudado en ejercer la acción represiva de las fuerzas policiales y la salida del ejercito a las calles, lo cual revive heridas del pasado de la dictadura.
En el lado opuesto; la ciudadanía se manifiesta ejerciendo el derecho constitucional y, lo que es hasta esperanzador, la comunidad se alza, mostrando un Chile indignado por la falta de dignidad y justicia social. Millones de personas han salido a exigir cambios para el bien común. El pueblo se ha organizado dando el primer paso fuerte y claro contra el miedo y el autoritarismo, lo cual ha contagiado a universitarios, trabajadores, y pensionistas. Los medios de comunicación han manipulado las imágenes y el discurso sobre las manifestaciones, que ha provocado incertidumbre en la población, acudiendo en masa a supermercados para abastecerse por miedo a una crisis de alimentos. Esa desinformación provocó caos y desorden social que incitó los saqueos, incluso bajo la vigilancia de las fuerzas del orden.
Parte de esa tensión social se deriva de los enfrentamientos de la comunidad con policías y militares, dotados de armamento, gases lacrimógenos, bastones, balines de goma, perdigones, armaduras, escudos, que dirigen contra civiles. El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), ha entregado antecedentes a Amnistía Internacional y Observadores de las Naciones Unidas, dónde se han denunciado 120 acciones judiciales en curso de las cuales 91 son por torturas cometidas por agentes en dependencias policiales.
Casi 50 años de descontento social acumulado
Las protestas son producto del descontento histórico tras más de 47 años de vulneraciones a los derechos de chilenas y chilenos. No fue la subida del billete de metro lo que generó esta crisis. Es una más de las tantas medidas injustas que han aplastado a la clase obrera del país. Las personas afectadas hoy son esas capas medias de la sociedad junto con las clases populares, las trabajadoras de Chile, que se sienten explotadas, desprotegidas y vulnerables desde el periodo de la dictadura hasta la democracia liberal actual.
Algunas fechas que marcan ese camino, partiendo del año 1973 cuando se impuso de manera violenta y sangrienta el modelo neoliberal a Chile a través de una dictadura cívico-militar. En este periodo se procedió a crear una nueva constitución en el año 1980, dejando cimentado el camino para la implementación de este nuevo modelo económico. Después, el primer evento de nuestra memoria social es el llamando al plebiscito del año 1988, siendo uno de los actos políticos más masivos de la historia de Chile, el cual logró llamar a las primeras elecciones democráticas después de 17 años de dictadura, y que nos llevó a elegir en 1990 un presidente de manera democrática. Este prometió grandes cambios para la sociedad chilena. El descontento y desconfianza con la clase política fue creciendo durante esta espera mientras unos producían para incrementar la riqueza de los ultra ricos.
En 2001, surge el primer chispazo de indignación con el denominado Mochilazo de estudiantes de secundaria (los “pingüinos”, por el color de sus uniformes) quienes gritaban “la asamblea manda”. Luego, el 2006 nuevamente esos estudiantes convocaron las marchas más tumultuosas de la época, para exigir la derogación de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE) y la gratuidad de la educación (de esto sólo se consiguió la gratuidad parcial de la educación superior). En 2011 las universitarias exigían mejoras en las becas y tasas accesibles. En el 2016 surge la marcha convocada por diversas organizaciones sociales en protesta contra el modelo de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), sin que se materializaran cambios ni en la ley ni a las pensiones de la población. En 2018, hubo movilizaciones pidiendo el aborto libre, gratuito y seguro, y después en todo el país se exigió la despenalización de este y leyes que aseguren las libertades de todas las mujeres (solo se logró una ley de aborto por 3 supuestos, y la derecha oficialista revirtió los avances con algunos subterfugios legales que hacen que muy pocas mujeres hoy tengan acceso a ese derecho). En 2019, en el Día internacional de las Mujeres, salimos a las calles a protestar por la igualdad de derechos, la protección contra la violencia y la penalización de los feminicidas, pero ninguna ley cambió y las penas de los agresores siguen siendo bajas o nulas.
En este repaso cronológico queda de manifiesto que la sociedad chilena hace mucho tiempo que está acumulando descontento, pero la clase política no ha estado a la altura. Sólo se preocuparon de pulir el modelo económico hasta llegar a ser el ejemplo perfecto del neoliberalismo aplicado. También, avalaron la generación de ganancias a costa de la explotación de recursos naturales y de la mano de obra, también liberalizaron el accionar de las grandes empresas nacionales e internacionales, entre tantas otras medidas reprochables. Así sumamos 47 años de desigualdades, explotación, vulneración y transgresión de derechos.
Chile es un país que se ha privatizado, con transnacionales que tienen adjudicaciones de servicios públicos como el transporte, carreteras, recursos marinos, minerales o el agua. La educación chilena es considerada un bien de consumo, de calidad desigual según sea el tipo de institución que puedas pagar (pública o privada) acrecentando así las brechas de desigualdad entre pobres y ricos. Existe un sistema de capitalización individual de pensiones que permite a las empresas quedarse con los excedentes de los ahorros mientras las personas jubiladas reciben pensiones que no alcanzan el monto del salario mínimo nacional.
Las protestas, expresión de la falta de diálogo
La última semana de noviembre se producía una gran marcha ciudadana bajo el lema Chile despertó, y la esperanza está en que nunca más se vuelva a dormir. Por primera vez se han reunido tantos chilenas y chilenos por un mismo fin, durante horas, caminando kilómetros, desafiando el toque de queda impuesto por el Gobierno, pero principalmente sin miedo.
Esa movilización fue el punto culminante de varias semanas de protestas en el ámbito nacional, dónde la comunidad salió a las calles de forma pacífica con sus ollas para golpear al son de los gritos y cánticos de protesta, reunidos en los lugares más emblemáticos de cada ciudad, frente a edificios públicos. Las movilizaciones en principio, eran una forma de denuncia del descontento, luego pasaron a manifestar el repudio por las medidas adoptadas por el Gobierno, y las autoridades no se dieron por enteradas, lo cual indignó aún más a la población, teniendo que aclarar que el centro de la demanda no era el congelamiento del precio del metro, sino una necesidad de cambios necesarios para que la clase obrera logre la justicia social.
Los manifestantes demandan un sistema de ahorro de pensiones que permita pensiones dignas, rebajas en los salarios de los diputados/as y senadores/as, mejoras sustanciales en la financiación del sistema de salud, aumento del salario mínimo en concordancia con el coste de la vida y niveles de productividad del país y rebajas en las tarifas del agua, transporte y peajes de las carreteras. Todas las demandas apuntan a exigir un cambio de Constitución a través de una Asamblea Constituyente y Plebiscitos Ciudadanos.
El papel de la Iglesia, ante el desgarro social
Desde la óptica de una militante de la JEC en Chile, Camila Jara Aparicio, desde el corazón de las protestas, arroja luz con su testimonio. “Lamento ver que la cúpula de la iglesia chilena ha guardado silencio absoluto. No existen declaraciones respecto a lo que está sucediendo. Quienes ha sacado la cara en estos momentos han sido nuestros curas obreros, los que viven en los campamentos y cerca de las poblaciones, además de algunos grupos de jóvenes que se han atrevido a salir y manifestar su convicción y apoyo a las demandas sociales basadas en la pregunta ¿qué haría Cristo en mi lugar hoy?”.
“Ahora, no hay que olvidar que la iglesia chilena viene saliendo de una gran crisis eclesial producto de los escándalos de pedofilia que hizo que a mediados de 2018 todos los obispos pusieran sus cargos a disposición del Papa Francisco. Claramente, en estos momentos, no conviene recordarle a la comunidad los pecados de nuestra iglesia. Creo, a manera muy personal, que la iglesia calla por miedo y vergüenza”, concluye.
El sacerdote obrero Mariano Puga lo ve como un apostolado sobre el que no puede existir equidistancia. “Nos han quitado todo, menos la humanidad, que es un don de Dios y nadie puede quitar lo que Dios nos dio, ni el peor de los dictadores puede quitar esa condición”. Yo también creo que Chile es hoy, a pesar del dolor, un país más humano y más consciente. Dice Puga, “cada uno de estos seres humanos, los que tocan las ollas, los que rompen el metro, los que silenciosamente buscan, arriesgan, dan la vida por un mundo distinto, todas y todos tenemos algo de Dios”.
La nota de esperanza puede darse tras conseguir alzar la voz. “Tengo fe en un Chile nuevo, en una nueva generación con valores humanos, democráticos que comprenda el enfoque de Derechos Humanos que debe ser transversal a la vida de una sociedad, sus políticas, sus leyes”.
“Estoy feliz de ver que no decae la lucha, de que todas las generaciones se han encontrado en las calles, han compartido, se apoyan y se cuidan. Además, Chile marcará un precedente para el continente entero, el que también ha sido masacrado por décadas”, asegura Camila Jara, quien no ve otro camino del cambio social en toda América Latina que no pase por la justicia social. “Tengo una esperanza infinita en que por fin veremos con claridad la forma de cambiar nuestros modelos de producción, que disminuiremos las brechas económicas y sociales. Espero ser parte de esa generación que construya este Chile nuevo, espero ver los cambios consolidados, espero que se haga justicia, para que mi pueblo que ha sido crucificado resucite con Cristo en la esperanza de la buena nueva”, asegura.
“Sentí la necesidad de difundir lo que sucede en Chile y denunciar lo que nuestras autoridades hacen con nuestro pueblo. He querido arriesgarme, dejar el miedo y salir. Gritar mi descontento, el descontento de todas y todos, porque quiero un Chile nuevo, más justo, más igualitario y democrático. Y a pesar del cansancio salir a las calles “hasta que la dignidad se haga costumbre” (frase de Jacinta Francisco)”, concluye.
Esta información ha sido elaborada con el testimonio directo de la Trabajadora Social Camila Jara Aparicio y la colaboración del asistente social Guillermo Saavedra Jiménez.

DIOS NO PUEDE HACE PROMESAS PORQUE NO TIENE FUTURO


col fraymarcos

Lc 21,5-19
Estamos en el penúltimo domingo del año litúrgico. El próximo celebraremos la fiesta de Cristo Rey que remata el ciclo. Como el domingo pasado, el evangelio nos invita a reflexio­nar sobre el más allá. El lenguaje apocalíptico y escatológico, tan común en la época de Jesús, es muy difícil de entender hoy. Corresponde a otra manera de ver al hombre, a Dios y la realidad material. Desde aquella visión, es lógico que tuvieran también otra manera de ver lo último, el "esjatón". Una vez más los discípulos están más interesados por la cuestión del cuándo y el cómo, que por el mensaje.
El pueblo judío estuvo siempre volcado hacia el futuro. La Biblia refleja una tensión, esperando la salvación que solo puede venir de Dios. A Noé se le ofrece algo nuevo después de la destrucción de lo viejo. A Abrahán, salir de su tierra para ofrecerle algo mejor. El Éxodo promete salir de la esclavitud a la libertad. Pero todas las promesas, en realidad, son la expresión humana de una carencia fundamental de hombre.
Los profetas se encargaron de mantener viva esta expectativa de salvación definitiva. Pero también introdujeron una faceta nueva: El día de esa salvación debía de ser un día de alegría, de felicidad, de luz, pero a causa de las infidelidades del pueblo, los profetas empiezan a anunciarlo como día de tinieblas; día en que Yahvé castigará a los infieles y salvará al resto. El objetivo de este discurso era urgir a la conversión.
Los primeros cristianos no tienen inconveniente en utilizar las imágenes que le proporciona la tradición judía, que era el ámbito religiosos en el que se desenvolvían. A primera vista parece que entra en esa misma dinámica apocalíptica, muy desarrollada en la época anterior y posterior a la vida de Jesús. El NT pone en boca de Jesús un lenguaje que se apoya en los conocimientos y las imágenes que le proporciona el AT.
En tiempo de Jesús se creía que esa intervención definitiva de Dios iba a ser inminente. En este ambiente se desarrolla la predicación de Juan Bautista y de Jesús. Las primeras comunidades cristianas acentuaron aún más esta expectativa de final inmediato. Pero en los últimos escritos del NT es ya patente una tensión entre la espera inmediata del fin y la necesidad de preocuparse de la vida presente. Ante la ausencia de acontecimientos en los primeros años del cristianismo, las comunidades se preparan para la permanencia.
Con los conocimientos que hoy tiene el ser humano y el grado de conciencia que ha adquirido, no tiene ninguna necesidad de acudir a la actuación de Dios, ni para destruir el mundo y poder crear otro más perfecto (apocalíptica), ni para enderezar todo lo malo que hay en él para que llegue a su perfección (escatología). El Génesis nos dice que al final de la creación Dios “vio todo lo que había hecho y era muy bueno”. ¿Por qué, nosotros, lo vemos todo malo? Para Dios todo está siempre en total equilibrio.
La justicia de Dios no es un trasunto de la justicia humana, solo que más perfecta. La justicia humana es el restablecimiento de un equilibrio perdido por una injusticia. Dios no tiene que actuar para ser justo ni inmediatamente después de un acto, ni en un hipotético último día donde todo quedará definitivamente zanjado. Dios no hace justicia. Él es justicia. Todo acto, sea bueno, sea malo, en sí mismo lleva ya el “premio” o el “castigo”, Dios no necesita ninguna acción posterior. Ante Dios todo es justo en cada momento.
Dios es justicia y toda la creación está siempre de acuerdo con lo que Él es. Nuestra contingencia es consecuencia de nuestra condición de criaturas. El dolor, el pecado, la muerte no son un fallo, sino que pertenecen a nuestra misma naturaleza. La salvación no consistirá en que Dios nos libre de esas limitaciones, sino en darse cuenta de que Él está siempre en nosotros, y todo hombre puede alcanzar plenitud de ser, a pesar de ellas.
Lo que en el mundo creemos que está mal y no depende del hombre, no es más que una falta de perspectiva. Una visión que fuera más allá de las apariencias nos convencería de que no hay nada que cambiar en la realidad, sino que tenemos que cambiar nuestra manera de interpretarla. Lo que nos debía preocupar de verdad es lo que está mal por culpa del hombre. Ahí nuestra tarea es inmensa. El ser humano está causando tanto mal a otros seres humanos y al mismo mundo que debíamos estar aterrados.
No nos debe extrañar la referencia a la destrucción del templo. Este evangelio está escrito entre el año 80 y el 90, por lo tanto ya se había producido esa catástrofe. Para un judío, la destrucción del templo era el “fin del mundo”. Era lógico asociar la destrucción del templo al fin de los tiempos, porque para ellos el templo lo era todo. De ahí la pregunta: ¿Cuándo va a ser eso? Pero Jesús responde hablando del fin de los tiempos, no del templo. La única preparación posible es la confianza total en lo que Dios nos está dando.
Jesús introduce elementos nuevos que cambian la esencia de la visión apocalíptica. En la lectura de hoy podemos apreciar claramente estos matices. A Jesús no le impresiona tanto el fin, como la actitud de cada uno ante la realidad actual (“antes de eso”). ¡Que nadie os engañe! La advertencia vale para hoy. Ni el fin ni las catástrofes tienen importancia ninguna, si sabemos mantener la actitud adecuada. La realidad no debe perturbarnos. Sabemos que la realidad material termina, pero lo esencial dura.
La seguridad no la puede dar la falta de conflictos (siempre los habrá), ni la promesa de felicidad, sino la confianza en Dios. Tampoco debemos seguir edificando “templos” que nos den seguridades. Ni organigramas ni doctrinas ni un cristianismo sociológico, garantizan nuestra salvación. Todo lo contrario, puede ser que la desaparición de esas seguridades nos ayude a buscar nuestra verdadera salvación. Decía ya San Ambrosio: “Los emperadores nos ayudaban más cuando nos perseguían que cuando nos protegen”.        
Lo esencial del mensaje de hoy está en la importancia del momento presente frente a los miedos por un pasado o las especulaciones sobre el futuro. Aquí y ahora puedo descubrir mi plenitud. Aquí y ahora puedo tocar la eternidad. Hoy mismo puedo detener el tiempo y llegar a lo absoluto. En un instante puedo vivir la totalidad, no solo de mi ser individual, sino la TOTALIDAD de lo que ha existido, existe y existirá. Para el despierto, no hay diferencia ninguna entre el pasado, el presente y el futuro.
Jesús venció a la muerte, muriendo. Su muerte no fue un paripé para recuperar la misma vida que perdió. Fue la aceptación total de su limitación lo que le proyectó a lo absoluto. Solo descubriendo y aceptando plenamente mi limitación, podré entrar en la dinámica de lo eterno que hay en mí. El mayor peligro que nos acecha es que busquemos en la vida espiritual la manera de potenciar lo material. El tiempo material es una sucesión de puntos. La eternidad es un punto que se encuentra a en todos los lugares de la línea.

Meditación
Cuidado con que nadie os engañe.
Nos convence lo que halaga el oído
Cuando la verdad nos exige esfuerzo,
profundizar en la realidad de nuestro propio ser,
es el único camino para escapar de las voces de sirena.
Las promesas de futuro son falsas, porque Dios no tiene futuro.
Fray Marcos

Nota: Si eres asiduo lector de Fray Marcos te puede interesar el último libro que acaba de publicar, “A la fuente cada día”. Es un comentario al evangelio de cada día del año que incorpora los tres ciclos litúrgicos. Así es válido para todos los años. La intención al escribirlo fue que todo el que quiera hacer un rato de meditación cada día, tenga un punto de apoyo en el evangelio. Está muy resumido, pero en dos minutos puede abrir horizontes nuevos de comprensión.

EL FIN DEL AÑO Y EL FIN DEL MUNDO


col sicre

Domingo 33 Ciclo C
Para la Iglesia, el año litúrgico no termina el 31 de diciembre sino a finales de noviembre. De ese modo puede reservar cuatro domingos antes del 25 de diciembre para celebrar el Adviento, que forma ya parte del nuevo ciclo. El último domingo del tiempo ordinario se dedica en los tres ciclos a celebrar la fiesta de Cristo Rey. Y el penúltimo, el 33, a recordar el fin del mundo y de la historia. Algo que puede parecer bastante ajeno a nuestra mentalidad y cultura, pero que fue esencial para los primeros cristianos y que ofrece materia interesante de reflexión.
Del entusiasmo ingenuo a la esperanza apocalíptica
La gran tragedia experimentada por el pueblo judío a comienzos del siglo VI a.C., cuando parte importante de la población fue deportada a Babilonia, Jerusalén y el templo quedaron en ruinas, y el pueblo perdió la independencia, provocó al cabo de unos años un florecimiento de profecías que anunciaban la vuelta de los desterrados, la prosperidad y esplendor de Jerusalén, la gloria futura del pueblo de Dios. Los profetas rivalizaban entre ellos por ver quién anunciaba un futuro mejor. Y la gente, durante siglos, alentó esas esperanzas. Hasta que la realidad se impuso, dando paso a una gran decepción: ni independencia, ni riqueza, ni esplendor. La decepción fue tan fuerte, que algunos grupos vieron la solución en la desaparición del mundo presente, radicalmente malo, y la aparición de un mundo futuro maravilloso, del que sólo formarían parte los buenos israelitas. La primera lectura de hoy lo afirma con toda claridad.
Primera lectura (Malaquías 3,19-20a)
En este breve pasaje, lo único que precisa comentario es la metáfora final. Para nosotros, «un sol de justicia» es un sol terrible, del que buscamos refugio bajo cualquier sombra. Pero este no es el sentido aquí, sino todo lo contrario: «un sol salvador, que nos salva con sus rayos». ¿De dónde viene esta extraña metáfora? Probablemente de Egipto, inspirándose en la imagen del sol alado, que representa su acción benéfica sobre todo el mundo.
senales fin
El cálculo del momento final y las señales
Ya que la mentalidad apocalíptica considera inminente el fin del mundo, desea calcular el momento exacto en que tendrá lugar y las señales que lo anunciarán. Las dos preguntas que formulan los discípulos a Jesús en el evangelio de hoy recogen muy bien ambos aspectos: ¿Cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder? Los Testigos de Jehová, cuando afirmaban a mediados del siglo pasado que el fin del mundo sería en 1984 (70 años después de la gran conflagración, marcada por el comienzo de la Gran Guerra en 1914) son los mejores exponentes modernos de esta forma de pensar. Para la mentalidad apocalíptica, cualquier acontecimiento trágico, sobre todo si era de grandes proporciones, anunciaba el fin del mundo. Por eso, en el evangelio de este domingo, cuando los discípulos oyen anunciar la destrucción de Jerusalén, inmediatamente piensan en el fin del mundo.
El peligro de esta mentalidad es que resulta estéril. Todo se queda en cálculos y señales, sin comprometerse con los problemas del mundo que nos rodea. Y eso es lo que pretenden evitar los evangelios sinópticos cuando ponen en boca de Jesús un largo discurso apocalíptico, que la liturgia se encarga de mutilar abundantemente (en nuestro caso, los 29 versículos de Lucas 21,8-36 quedan reducidos a los doce primeros; menos de la mitad).
La respuesta de Jesús
Las palabras de Jesús recogen un buen catálogo de las señales habituales en la apocalíptica: 1) a nivel humano: guerras civiles, revoluciones y guerras internacionales; 2) a nivel terrestre: epidemias y hambre; 3) a nivel celeste: signos espantosos.
Pero nada de esto anuncia el fin del mundo. Antes, y aquí radica la novedad del discurso, ocurrirán señales a nivel personal y comunitario: persecución religiosa y política, cárcel, juicio ante tribunales civiles; incluso la traición de padres y hermanos, la muerte y el odio de todos por causa de Jesús. Esta parte abandona la enumeración de catástrofes apocalípticas para describir la dura realidad de las primeras comunidades cristianas. En todas ellas habría algunos juzgados y condenados injustamente, traicionados incluso por sus seres más queridos. Sólo dos frases alivian la tensión de este párrafo tan trágico.
La primera resulta casi irónica, pero no lo es: Así tendréis ocasión de dar testimonio. La persecución, la cárcel y los juicios injustos no se deben ver como algo puramente negativo. Ofrecen la posibilidad de dar testimonio de Jesús, y así lo interpretaron los numerosos mártires de los primeros siglos y los mártires de todos los tiempos.
La segunda alienta la confianza y la esperanza: ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas. Más bien habría que decir que perecerán todos los cabellos de vuestra cabeza, pero salvaréis vuestras almas, que es lo importante.
Si siguiésemos leyendo el discurso, todo culminaría en la aparición de Jesús, «el Hijo del Hombre que llega en una nube con gran poder y gloria». Es el sol del que hablaba Malaquías, que ilumina y salva a todos los que creen en él.
Frente a la curiosidad, testimonio
Las lecturas de este domingo corren el peligro de ser interpretadas en el Primer Mundo como mero recuerdo de lo que ocurrió entre los primeros cristianos. Muy distinta será la interpretación de bastantes iglesias africanas y asiáticas, que se verán muy bien reflejadas y consoladas por las palabras de Jesús. También nosotros debemos recordar que, sin persecuciones ni cárceles, nuestra misión es aprovechar todas las circunstancias de la vida para dar testimonio de Jesús.

CON VUESTRA CONSTANCIA GANARÉIS VUESTRAS VIDAS


comentario editorial
La constancia es un puente entre el deseo y la aventura de alcanzar su logro (Rafael Carvajal)
17 nov. 2019. DOMINGO XXXIII DEL TO
Lc 21, 5-19
Con vuestra constancia ganaréis vuestras vidas
Con la constancia, no sólo ganamos nuestras vidas, como nos recuerda Lucas, sino también otras muchas cosas, como ocurre cuando perseveramos en la realización de los ejercicios propuestos.
Investigadores de la Universidad del Sur de California, con la ayuda de la Inteligencia Artificial, han descubierto cómo la música afecta al cerebro, al cuerpo y a las emociones humanas
La música impacta poderosamente en el cerebro: se ilumina como un árbol de navidad y desencadena una montaña rusa de emociones ante la dinámica, el registro, el ritmo y la armonía de la canción.
En otras palabras, el contraste es crucial para encender en el cerebro el árbol de navidad: “Si una canción es ruidosa en todo momento, no hay mucha variabilidad dinámica, y la experiencia no será tan poderosa como si el compositor usara un cambio en el volumen, explica el autor principal del estudio, Tim Greer, en un comunicado.
m rusa
El trabajo del compositor es llevarte a una montaña rusa de emociones en menos de tres minutos, y la variabilidad dinámica es una de las formas en que esto se logra, añade.

El equipo también descubrió que la respuesta galvánica de la piel, básicamente, una forma de medir la sudoración, aumenta después de la entrada de un nuevo instrumento o el inicio musical de un crescendo.

Cuando cada nuevo instrumento entra, se puede ver un pico en la respuesta colectiva de la piel, señala Tim Grier.

Además, los momentos más estimulantes de la música fueron precedidos por un aumento en el nivel de complejidad de la canción. En esencia, cuantos más instrumentos hay en la canción, más personas responden a la percepción musical. 
En términos de un ilustre poetaLa constancia es un puente entre el deseo y la aventura de alcanzar su logro.
Con vuestra constancia ganaréis vuestras vidas, dijo Jesús en Lc 21, 19, ¿y es que puede existir alguna recompensa mayor que ésta? ¡Personalmente, al menos yo, creo que no!; aunque haya muchos cristianos que dicen que el premio es el reino de los cielos. Y todos los musulmanes, que afirman que el Paraíso con bellas huríes celestiales que les esperan con copas de hidromiel llenas para ofrecérselo. Si algún cristiano de los que ya se han ido ha comprobado que esto es cierto, por favor que me avise: sin duda alguna me convertiré a la fe del Profeta con promesa formal de no retractarme de ella. Lo que me apena, es que Jesús, a quien el Corán tiene por profeta, no dijera tan santa doctrina a los cristianos.
El poeta ecuatoriano Rafael Carvajal (1818-1881) lucía un lenguaje puro y elegante, que sirvió a su país como Vicepresidente de la República durante varios años, y trabajando por hacer a los demás y a sí mimo más humanos.

MADRE AMOROSA
Sólo la madre amorosa,
de sus hijos cuidadosa,
yace en vela;
y a su afecto reverente
es, de la vida inocente,
centinela.

¿Qué del hombre sucediera,
si a su lado no tuviera
en la infancia,

de una madre el dulce anhelo,
sus caricias, su consuelo,
su constancia?

Brasil se viste de Lula


Emir Sader

LulaBrasil nunca se había acostumbrado a la ausencia cotidiana de Lula. Pero recibe de vuelta su mejor hijo de las formas más emocionadas.
“La primavera trajo Lula de vuelta”, “Lula trajo la primavera de vuelta”, “Brasil se viste de Lula”, “Perdón, pero ese hombre sabe hacer el país feliz”. Algunas de las tantas expresiones, mescladas con canciones, con las que la gente conmemora tener a Lula todos los días a su lado.
Cuando lo fui a visitar, la alegría y la emoción de abrazarlo de nuevo, de reencontrarlo, solo es comparable a la tristeza de despedirse de él, de uno sentirse canalla de salir y dejarlo preso, en medio de los canallas. Las ganas eran las de agarrarlo por la mano y llevarlo hacia fuera, diciéndole: “Ven, Lula, tu lugar no es ahí, alguien como tu tiene que vivir en libertad, ven, a reencontrarte con la gente, con tu gente, ven a tu lugar, en medio del pueblo”. ··· Ver noticia ··

Nace ‘Teología para una Iglesia en salida': Una plataforma de teólogos españoles para apoyar a Francisco


Religión Digital

Papa Francisco7Religion Digital lanza este espacio de reflexión teológica para orientar al pueblo que rema con el Papa
Es obvio que las reformas del papa Francisco necesitan apoyo de las élites teológicas
Más de 30 teólogos se han sumado ya a la iniciativa y sus aportaciones irán apareciendo semanalmente en RD
La plataforma sigue abierta a nuevas incorporaciones. Únicos requisitos: Ser teólogo y apostar por el Vaticano II y las reformas de Francisco
El objetivo de la plataforma es ofrecer una reflexión orientadora y creíble para los cristianos, fieles de otras religiones, y no creyentes en ninguna religión ··· Ver noticia ···

¿DESDE DÓNDE NOS PLANTEAMOS EL FUTURO?


col labrador

Lc 21,5-19
Podemos imaginarnos la escena: Un grupo de gente está asombrada ante la belleza del templo que construyó Salomón. Por todas partes se ven mármoles y madera del Líbano; la cúpula está recubierta de oro y deslumbra con el sol. Además de ser un edificio deslumbrante, el templo era el “banco central” del judaísmo: no solo se guardaban allí grandes riquezas sino que se acuñaba una moneda propia.
En el interior del templo se guardaba el arca de la alianza, y a través de ella Dios se hacía presente en medio de su pueblo, con una intensidad superior a la de cualquier otro espacio o símbolo religioso.
Jesús no resalta la belleza del templo, sino que habla de su destrucción. Se inserta así, en la tradición de los profetas. Para ellos, la destrucción del templo sería señal de que se había roto la alianza entre Dios y su pueblo. Lo trágico no era la pérdida de este edificio impresionante, sino la dimensión teológica, porque creían imposible el culto a Dios al margen, o fuera, del templo de Jerusalén. Así lo habían expresado los profetas:
  • “Mejorad vuestro proceder y vuestras obras y yo moraré con vosotros en este lugar… si no oprimís al extranjero, al huérfano y a la viuda, si no derramáis sangre inocente en este lugar, si no vais, para daño vuestro en pos de dioses extranjeros, entonces yo me quedaré con vosotros en este lugar” (Jeremías 7, 1-15)
  • En otro momento, el profeta Jeremías recibió el encargo de anunciar al pueblo que, si no dejaban de hacer el mal, destruiría el templo del mismo modo que había destruido el templo de Silo. (Jr. 26, 1-19)
  • El profeta Ezequiel tuvo una visión de todas las abominaciones e idolatrías que se cometían en el templo. (Ez. 8, 1-18)
Cuando Lucas escribió este texto, Jerusalén y el templo habían sido destruidos unos años antes. Las comunidades cristianas eran cruelmente perseguidas por Roma y por el judaísmo oficial; muchos hombres y mujeres habían abandonado sus pueblos por temor al martirio y algunas personas renegaban de su fe.  
Lucas recuerda las palabras de Jesús, para que guíen a las comunidades, en medio de la confusión, el miedo y las persecuciones. Estas son las claves del mensaje que pueden ayudarnos también ahora:
a) Que nadie os engañe. Había charlatanes que se aprovechaban del miedo de la gente para conseguir seguidores, y tenían la desfachatez de decir que hablaban en nombre de Jesús. También hoy hay charlatanes que usan el miedo como arma, proponiendo una sociedad que no tiene nada que ver con el proyecto de Jesús. El evangelio nos invita a estar atentos a los mensajes engañosos de las redes sociales, a no atontarnos con la televisión que nos enreda con sus personajes-marioneta, olvidando las historias reales de quienes nos rodean y nos necesitan.
b) Os perseguirán… pero yo os daré palabras y sabiduría y podréis dar testimonio. Hoy sigue siendo imprescindible un testimonio valiente y coherente, no es fácil, pero no podemos olvidar que recibimos la fuerza del Espíritu para darlo.
C) Hasta vuestra familia os traicionará y odiará por causa mía. ¿Por qué era importante la perseverancia? Porque el ambiente en que vivían los discípulos no facilitaba la vivencia de los valores que Jesús les había propuesto, y la tentación de tirar la toalla y volver a la vida anterior, pagana, era muy fuerte y habitual.
Lamentablemente, también hoy son frecuentes las discusiones y enfrentamientos en las familias por motivos religiosos. ¡Cuántas veces callamos o disimulamos nuestros principios por una falsa paz!
Con estas tres claves podemos revisar el año litúrgico que acaba y hacer gestos de conversión para que la Palabra se haga carne en nuestra carne
Que el mensaje de este domingo nos lleve a afrontar el presente y el futuro con la confianza de que el Espíritu está en nosotros, aunque nos veamos en medio de persecuciones y dificultades que nos parezcan insalvables.