FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
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ATALAYA

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viernes, 27 de marzo de 2020

¿POR QUÉ DIOS PERMITE LA PANDEMIA Y CALLA? ¿ES UN CASTIGO? ¿HAY QUE PEDIRLE MILAGROS? ¿DÓNDE ESTÁ DIOS?


Afortunadamente, junto a los terroríficos y casi morbosos noticiarios televisivos sobre la pandemia, aparecen otras voces alternativas, positivas y esperanzadoras.
Algunos recurren a la historia para recordarnos que la humanidad ha pasado y superado otros momentos de pestes y pandemias, como las de la Edad media y la de 1918, después de la primera guerra mundial. Otros se asombran de la postura unitaria europea contra el virus, cuando hasta ahora discrepaban sobre el cambio climático, los inmigrantes y el armamentismo, seguramente porque esta pandemia rompe fronteras y afecta a los intereses de los poderosos. Ahora a los europeos les toca sufrir algo de lo que padecen los refugiados e inmigrantes que no pueden cruzar fronteras.
Hay humanistas que señalan que esta crisis es una especie de “cuaresma secular” que nos concentra en los valores esenciales, como la vida, el amor y la solidaridad, y nos obliga a relativizar muchas cosas que hasta ahora creíamos indispensables e intocables. De repente, baja la contaminación atmosférica y el frenético ritmo de vida consumista que hasta ahora no queríamos cambiar.
Ha caído nuestro orgullo occidental de ser omnipotentes protagonistas del mundo moderno, señores de la ciencia y del progreso. En plena cuarentena doméstica y sin poder salir a la calle, comenzamos a valorar la realidad de la vida familiar. Nos sentimos más interdependientes, todos dependemos de todos, todos somos vulnerables, necesitamos unos de otros, estamos interconectados globalmente, para el bien y el mal.
El mal
También surgen reflexiones sobre el problema del mal, el sentido de la vida y la realidad de la muerte, un tema hoy tabú. La novela La peste de Albert Camus de 1947 se ha convertido en un best seller. No solo es una crónica de la peste de Orán, sino una parábola del sufrimiento humano, del mal físico y moral del mundo, de la necesidad de ternura y solidaridad.
Los creyentes de tradición judeo-cristiana nos preguntamos por el silencio de Dios ante esta epidemia. ¿Por qué Dios lo permite y calla? ¿Es un castigo? ¿Hay que pedirle milagros, como pide el P. Penéloux en La peste? ¿Hemos de devolver a Dios el billete de la vida, como Iván Karamazov en Los hermanos Karamazov, al ver el sufrimiento de los inocentes? ¿Dónde está Dios?
No estamos ante un enigma, sino ante un misterio, un misterio de fe que nos hace creer y confiar en un Dios Padre-Madre creador, que no castiga, que es bueno y misericordioso, que está siempre con nosotros, es el Emanuel; creemos y confiamos en Jesús de Nazaret que viene a darnos vida en abundancia y se compadece de los que sufren; creemos y confiamos en un Espíritu vivificante, Señor y dador de vida. Y esta fe no es una conquista, es un don del Espíritu del Señor, que nos llega a través de la Palabra en la comunidad eclesial.
Todo esto no impide que, como Job, nos quejemos y querellemos ante Dios al ver tanto sufrimiento, ni impide que como el Qohelet o Eclesiastés constatemos la brevedad, levedad y vanidad de la vida. Pero no hemos de pedir milagros a un Dios que respeta la creación y nuestra libertad, quiere que nosotros colaboremos en la realización de este mundo limitado y finito. Jesús no nos resuelve teóricamente el problema del mal y del sufrimiento, sino que a través de sus llagas de crucificado-resucitado nos abre al horizonte nuevo de su pasión y resurrección; Jesús con su identificación con los pobres y los que sufren, ilumina nuestra vida; y con el don del Espíritu nos da fuerza y consuelo en los nuestros momentos difíciles de sufrimiento y pasión.
Víctimas del coronavirus
¿Dónde está Dios? Está en las víctimas de esta pandemia, está en los médicos y sanitarios que los atienden, está en los científicos que buscan vacunas antivirus, está en todos los que en estos días colaboran y ayudan para solucionar el problema, está en los que rezan por los demás, en los que difunden esperanza.
Acabemos con un salmo de confianza que la Iglesia nos propone los domingos en la hora litúrgica de las Completas, para antes de ir a dormir:
“Tú que vives bajo el amparo del Altísimo y pasas la noche bajo la sombra del Todopoderoso, di al Señor: refugio, baluarte mío, mi Dios en quien confío.
Pues él te libra de la red del cazador, de la peste funesta: con sus plumas te protege, bajo sus alas hallas refugio: escudo es su fidelidad.
No temerás el terror de la noche, ni la saeta que vuela de día, ni la peste que avanza en las tinieblas, ni el azote que devasta a mediodía” (Salmo 90,2-7).
Quizás nuestra pandemia nos ayude a encontrar a Dios donde no lo esperábamos.

Las repercusiones de la crisis del coronavirus en los migrantes vulnerables


Cristina Manzanedo

Partimos de la certeza de que hoy, más que nunca, vivimos tiempos que urgen de la mejor disposición personal y colectiva, de un actuar científico y responsable en cada uno de los países, y del compromiso absoluto de no dejar a nadie “fuera”.
La migración forzada conlleva realidades que suelen ser dejadas de lado, cuando no se culpabiliza a quienes abandonan sus países y se ponen trabas a su llegada y estancia legal al país de destino. Desde Europa y desde América Latina, Entreculturas y la Red Jesuita con Migrantes (RJM) latinoamericana hemos difundido hoy un comunicado para visibilizar algunas consecuencias específicas de la crisis sobre la población migrante y la necesidad de las siguientes medidas:··· Ver noticia ·

Una solidaridad nueva

REDES CRISTIANAS
Juan Antonio Mateos Pérez

“Toda vida verdadera es encuentro… Cada uno de nosotros hemos sido un nosotros antes de ser un yo”-Martin Buber
“La solidaridad nace en la experiencia del encuentro afectante con la realidad del otro herido en su dignidad de persona y que se nos manifiesta como no-persona desde el momento en que es tratado como cosa, como excluido, como nadie”-J. L. Aranguren
Nos creíamos que estábamos inmunizados para todo tipo de tragedias, parecía que estaban lejos, más allá de los mares, en África o en Asia, en otros mundos. Como mucho, nos podía tocar el drama de los inmigrantes en las fronteras, pero nos parapetábamos detrás de los muros, en nuestras tareas cotidianas, inmunizados contra el dolor en nuestro individualismo intrascendente.··· Ver noticia ··

LA MISA DEL DOMINGO V Domingo de Cuaresma 29 de marzo de 2020


Llevamos dos semanas de reclusión con lo que ello conlleva. Todos nos vemos un poco más tristes y desconcertados a la vez que las noticias del exterior van haciendo mella en “los adentros” de cada uno. Es inevitable también la pregunta sobre Dios en esta circunstancia. Algunas personas vuelven a la pregunta después de mucho tiempo viajando por la superficie de la vida. ¿Será el miedo, la duda, la necesidad de dar sentido? Ahí está en todo este mejunje la “última frontera”, que dirían los filósofos; la cuestión sobre la finitud y la muerte. En definitiva, es ésta la única cuestión para los humanos, pues arrastra todas las demás. IR A LA PÁGINA

MISA CON NIÑOS DOMINGO V de CUARESMA (A) “Lázaro, el amigo” 29 de marzo de 2020


 (Ante todo, hay que situar esta celebración, y el modo como se vaya a usar, en el contexto de la situación social que estamos viviendo. Ojalá aporte un poco de esperanza. El evangelio de hoy se sitúa dentro de la catequesis de preparación al bautismo: el agua (la samaritana); la luz (el ciego de nacimiento); la vida resucitada (Lázaro). Por lo tanto, se puede dar una cierta unidad a las celebraciones de los tres últimos domingos de Cuaresma.