FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

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miércoles, 21 de noviembre de 2018

MISA CON NIÑOS “Jesús, amigo y Rey” 25 de noviembre de 2018



(Celebramos la solemnidad de Jesucristo, Rey del universo. La fiesta tiene sabor de “final de año”, “final de un tiempo”… así se puede presentar y ambientar. En la celebración de hoy se pueden destacar elementos festivos: flores, colorido, una cierta procesión de entrada con monaguillos y monaguillas llevando la cruz procesional adornada, un mayor cuidado de los cantos… y hasta se pueden repartir o echar al aire, en la puerta de salida, unos caramelos, que siempre vienen bien). 

Un signo para la celebración: la cruz procesional adornada u otra cruz destacada, adornada con flores o cintas de colores, para señalar con más fuerza el texto del evangelio de hoy. 

Una canción para la celebración: “Gloria, gloria a Dios” (Misa joven). Se puede cantar o escuchar, escenificando, en el momento del “Gloria”. Si no se cantara esta canción se puede cantar otra de triunfo y gloria, por ejemplo: “Gloria, gloria, aleluya”. 

DOMINGO 34 DEL TIEMPO ORDINARIO/ CICLO B


25 NOVIEMBRE DE 2018 

LA PALABRA DE DIOS 

 Daniel (7,13-14): “Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.” 

 Sal 92: “El Señor reina, vestido de majestad” 

 Apocalipsis (1,5-8): “Jesucristo es el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra.” 
  Juan (18,33b-37): “Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad.”

El mundo de Dios - Cristo Rey, Ciclo B

REY DE REYES


col salome 2

El que toca a los leprosos
el que ilumina a los ciegos
el que comparte la mesa
con los que hacemos de menos
con los que hacemos de menos
El que sale a los caminos
para ir a nuestro encuentro
el que regala su vida
el que comparte su tiempo
el que comparte su tiempo
REY DESCALZO, REY SIN TRONO
REY DE REYES, REY DE TODOS
SIN HERENCIAS, SIN TESOROS
CODO A CODO ENTRE NOSOTROS
REY MENDIGO, REY AMIGO
SÓLO CON AMOR VESTIDO
SÓLO CON AMOR VESTIDO
SÓLO CON AMOR VESTIDO
El que conoce las leyes,
pero antepone a los hombres
el que derrama sus lágrimas
cuando el corazón se rompe
cuando el corazón se rompe
El que confía en el Padre
y se hace, de su Amor, testigo
el que crece con María,
y nos enseña a estar vivos
y nos enseña a estar vivos
REY DESCALZO, REY SIN TRONO
REY DE REYES, REY DE TODOS
SIN HERENCIAS, SIN TESOROS
CODO A CODO ENTRE NOSOTROS
REY MENDIGO, REY AMIGO
SÓLO CON AMOR VESTIDO
SÓLO CON AMOR VESTIDO
SÓLO CON AMOR VESTIDO
SÓLO CON AMOR VESTIDO
PARA MÍ, MAS REY QUE NUNCA
ENCARNÁNDOSE EN UN NIÑO

Salomé Arricibita


Para descargar la canción pinche el siguiente enlace: Rey-de-reyes.mp3 y dele al botón derecho del ratón y guardar como...

Anuncio Ruavieja 2018 – Tenemos que vernos más

LA FIESTA DE CRISTO REY DEBERÍA DESAPARECER DE INMEDIATO


col faustino

Tradicionalmente se habla de soberanos y de súbditos. No nos gusta nada este lenguaje, porque no debe haber ni soberanos ni súbditos, sino ser todos iguales y hermanos. Llamarle a Jesucristo Rey es una verdadera ofensa, porque el testimonio que tenemos de los reyes de este mundo, salvo alguna rarísima excepción, es verdaderamente nefasto: llenos de boato, de privilegios, de corrupción, de aforamientos, de lujos y ostentación.
Por eso esta fiesta debería desaparecer de inmediato del calendario de la liturgia de la Iglesia, porque además esta celebración la "inventó" la Iglesia Oficial el año 1925 como reacción contra las ideologías republicanas y anticlericales de amplios sectores europeos y pretendiendo seguir ejerciendo su influencia y dominio, como una monarquía absoluta, sobre los gobernantes y los pueblos como en tiempos medievales, como si Jesucristo fuera el Rey de Reyes de este mundo. Nada más lejos de lo que fue Jesús. Él lo dijo: "Mi reino no es de este mundo".
Jesús no es rey, es todo lo contrario. Él dijo: "Sabéis que los jefes de las naciones las gobiernan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande será vuestro servidor, y el que quiera ser primero que sea esclavo vuestro, de la misma manera que el Hijo del Hombre (Jesus) no ha venido para ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por todos".
Jesucristo no es Rey de este mundo. Fue un esclavo, y por tanto acusado y condenado a muerte de cruz como un esclavo por ir contra el sistema de poder absoluto impuesto por la religión judía y sus representantes oficiales de Jerusalén, y por Roma, por lo que es acusado de subversivo contra el orden establecido. De ahí su condena a morir crucificado, como establecía la Ley romana para los esclavos.
Hoy el mayor poder absoluto lo ejercen los bancos, las compañías multinacionales y los gobiernos que los apoyan con sus dictaduras económicas en connivencia con el FMI, el BM y la OMC, contra los oprimidos de la tierra a los que empobrecen hasta la miseria, quitándoles sus tierras (más de 227 millones de Has. en fincas de más de 1000 Has. con sus aguas correspondientes), así como sus materias primas de alto valor tecnológico (como el coltán en la Rep. Dem. del Congo), contaminándoles sus aguas (como la canadiense Montana Explotadora en Guatemala para extraer el oro de sus yacimientos), y así obligándolos a refugiarse en los basureros de las grandes ciudades para a vivir en y de la basura, o hasta forzarlos a emigrar pasando mil penurias como los africanos hacia Europa (el Mediterráneo ya es un cementerio de africanos) y los suramericanos hacia Norteamérica, como estamos viendo estos días desde Honduras.
Es muy triste que ese poder absoluto lo hayan ejercido, aun en nuestro tiempo, las "autoridades" romano-vaticanas contra muchos teólogos comprometidos con la liberación de los oprimidos y la dignificación de los pobres, y por el contrario hayan dado la mano y la comunión a dictadores sanguinarios como Pinochet o reconocimiento público y reiterado al más largo dictador español del siglo XX, y por el contrario, esas mismas "autoridades" durante muchos años hayan mirado para otro lado ante la horrible pederastia que estaba infectando a la Iglesia como un cáncer.
¿Dónde estuvieron esas autoridades romano-vaticanas que no daban la cara públicamente por personas muertas por la misma causa de Jesús como los Jesuitas de la UCA, Óscar Romero, Gerardi, Rutilo Grande, Gaspar García Laviana, muchos catequistas de Guatemala asesinados por causa de su fe, etc., que muchos siguen sin ser reconocidos como testigos eminentes de la fe. Gracias al Papa Francisco que con la reciente canonización de Monseñor Romero ha dado un giro radical a la actitud de sus dos predecesores inmediatos. Pero aún falta un largo camino por recorrer para rehabilitar a muchos represaliados, como las mujeres en la Iglesia, que no son reconocidas con la misma consideración y misión que los hombres. Tendrá que ser con otra Iglesia.
No le llamemos a Jesucristo Rey, sino el Libertador, porque fue uno de los seres humanos más comprometidos con la dignidad del hombre, con la justicia, con la verdad, la libertad, el amor, la igualdad, la vida, la esperanza, la solidaridad, la defensa de los débiles, el compromiso con los pobres, la denuncia de las injusticias y los injustos, la reivindicación específica y absoluta de la dignidad de la mujer y de los niños porque entonces lo necesitaban más (y aún ahora), la apertura a la dimensión trascendente de la persona humana, la claridad absoluta con que veía el camino que debería seguir la humanidad, el descubrimiento humano de Dios a nivel de la persona humana concreta, la fe y la seguridad con que afrontó las exigencias y los retos hasta la muerte que le pedía su misión liberadora integral. Esa es la verdad del hombre.
De esa verdad fue testigo Jesús hasta su misma muerte. Y todo esto lo hizo El desde abajo y desde dentro, no desde arriba y desde fuera. Fue a su destino con los pobres de la tierra. De toda esta verdad sí es Jesucristo el verdadero Lider y Libertador que estamos necesitando aun hoy los hombres y mujeres de nuestro tiempo, junto la Madre Tierra que El contemplaba en los lirios del campo, en los pájaros del cielo, en la abundancia los peces de Tiberíades, en las mieses de los campos de Galilea.
Sí, veamos a Jesús como lo que fue: el Libertador de los pobres de Galilea, de los pobres de todos los tiempos. Lo que llamamos milagros o signos de Jesús hemos de verlos como hechos o actos continuos de liberación, a los que El daba el significado más profundo con sus palabras: "dichos los que tienen hambre y sed de justicia, dichosos los pobres porque vuestro es el Reino de los Cielos, dichosos los perseguidos por causa de la justicia, "porque El hará justicia a los humildes del pueblo, salvará a los hijos de los pobres. Porque El librará al pobre suplicante, al desdichado y al que nadie ampara, se apiadará del débil y del pobre, la vida de los pobres salvará. De la opresión, de la violencia rescatará su vida. Su sangre será preciosa ante sus ojos" (Salmo 72).
Es muy gratificante comprobar que en nuestro tiempo hay creyentes totalmente comprometidos con este gran mensaje de Jesús: Oscar Romero, Monseñor Gerardi, Los Mártires de la UCA, Rutilo Grande, Pedro Casaldáliga, Gaspar García Laviana, que escribía, atormentado por la miseria de los pobres campesinos de Nicaragua a los que oprimía ferozmente de la dictadura de Somoza: "Me hieren tus mortajas prematuras de hambre, me hieren tus huesos entubados en pieles sedientas, tu eterna tristeza, tus ojos humillados, y tu impotencia".
Dentro de pocos días recordaremos y celebraremos su compromiso junto con el VI encuentro nacional de Redes Cristianas en Gijón, a la que invitamos encarecidamente a todos cuantos podáis asistir, todos intentando retornar a la coherencia con el mensaje liberador de Jesucristo, a donde el Papa Francisco sea capaz de llevar la Iglesia para que retorne a ser camino, verdad y vida para los hombres, mujeres y la Madre Tierra de nuestro tiempo.

MUJER CRECIENTE, ¿PAREJA MENGUANTE?


col romasanta
    
"Mujer Creciente, ¿pareja menguante?" -"entre interrogaciones", apuntó- ha sido el título elegido por nuestro compañero el escritor, periodista y sacerdote Antonio Aradillas para celebrar, en Azuaga (Badajoz) unas muy singulares "bodas de diamante": hace sesenta años abandonaba a sus feligreses de la parroquia de Nuestra Señora de la Consolación rumbo a otras feligresías, después de que este imponente templo gótico-isabelino viviera su primer destino como sacerdote tras ordenarse en su pueblo de Segura de León en 1951.
Desde ese año hasta 1958 fue destinado a aquellos lares. Tres curas entonces, uno solo hoy para atender a Azuaga y a un montón de poblaciones más. Va a tener razón este hombre que recientemente publicó su penúltimo libro, con un título que no deja lugar a dudas: "La Iglesia que se acaba".
Sesenta años después, el Ateneo de Azuaga, una entusiasta asociación de la comarca que preside, con una productividad digna de encomio, la escritora local Pepa Gómez Bustamante (ojo a su última novela, "Tumbas en el alma"), tuvo el viernes como invitado a nuestro colaborador, en un escenario que merece una consideración especial por su afán de incrementar el uso de la razón (es decir, el ejercicio de la lectura), la librería-espacio de ocio Alejandría.
Se trata de un espacioso y relajante lugar de encuentro de toda la comarca que, desde sus comienzos en 1999, luce en su página web el lema de Cervantes: El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho.
Un escenario idóneo para reivindicar el papel de la mujer en un mundo, religioso y social, gobernado por los hombres.
Ante un auditorio que llenó el local, Aradillas hizo un encendido elogio del papel de la mujer y de la bochornosa marginación que ha padecido a lo largo de la historia.
Sus primeras diatribas las recogió de la Biblia, citando al historiador romano Josefo Flavio: "la mujer es inferior al hombre en todo; el protagonista, siempre, según la Torá, es el varón. Fuera del hogar la mujer no podía existir".
Lo malo es que esta marginación, añadió, la ha cultivado la Iglesia católica a lo largo de los siglos y en la Constitución vaticana. La mujer solo puede dar la comunión. Sin embargo, "ningún artículo del dogma impide que la mujer pueda acceder al sacerdocio".
Aradillas fue también crítico con las opiniones de algunos pensadores históricos al respecto, y citó en concreto a Santo Tomás de Aquino, para quien "la mujer es inferior al hombre en virtud y dignidad".
Para el conferenciante, de igual modo que el celibato sacerdotal debe ser opcional ("Cristo contó con hombres casados para su Iglesia, no lo olvidemos"), que la mujer aún no pueda acceder al sacerdocio resulta una humillación y hasta un insulto.
"La mujer tiene derecho a irrumpir en la Iglesia en todas las competencias de ésta, naturalmente incluida la de ser cura. No se entiende cómo alguien pueda impedirlo hoy".
"Uno de los grandes mensajes que Cristo nos dejó fue el trato de los apóstoles a la mujer. Porque lo que Cristo quiso comunicarnos no fue la muerte, sino la resurrección, y esta idea básica se la encargó Jesús a una mujer, María Magdalena. O sea que el gran mensaje de la vida lo transmitió Cristo a través de la mujer".
Aviso a navegantes... Atacó Aradillas ferozmente ese "vil insulto de que la mujer procede de la costilla del hombre, idea transmitida para justificar sencillamente sumisión. Algo que debió corregirse hace muchísimos siglos, y que no se ha hecho".
Y que tampoco, a su juicio, lo ha hecho la Iglesia actual, una "Iglesia del amén, donde no siempre el diálogo es factible, cuando debe ser algo esencial". Por ejemplo, respecto a la jerarquía. "Pero vamos a ver: ¿qué significa jerarquía? Ese concepto encierra un servicio a los demás, no una pleitesía al jefe".
Y para remediarlo insinuó el conferenciante el registro de una advocación nueva: "Nuestra Señora del Diálogo, rogad por nosotros".
Para Aradillas, el papel de la mujer en la sociedad en general, y en la Iglesia católica muy en particular, tiene que alcanzar un plano de igualdad con el hombre. Primus interpares, la mujer entre iguales. Esta es una realidad imparable, y el conferenciante pasó a examinar a continuación una derivada de esta constatación: a medida que crezca la mujer, ¿qué va a pasar con la pareja?
En su opinión, no debería ocurrir nada grave, si el varón toma conciencia -como ya lo está haciendo- de una situación que, simplemente, está alcanzando el nivel que debería haber alcanzado hace siglos. De aquí que justificara el título de su charla. "Mujer creciente, pareja menguante", fue el título de un libro que escribí, sin interrogantes, cuando la democracia echaba a andar, en unos tiempos en que se decía que el matrimonio era indisoluble, pero en verdad era indisoluble solo para los pobres, puesto que quienes tenían dinero compraban su separación sin problemas".
Y añadió más: me preocupa la expresión "lo que Dios ha unido... ¿Ha unido Dios a una pareja que se gusta y decide contraer matrimonio?".
La sala se fue animando según el orador exponía sus tesis, y no faltaron después quienes le preguntaron directamente por su opinión sobre lo que piensa el papa Francisco sobre el asunto.
"En mi opinión, sin duda no cabe otra conclusión que la aceptación de la mujer en la Iglesia hasta sus últimas consecuencias teológicas. Y si digo en la Iglesia, que es una institución conservadora por naturaleza, no hará falta que insinúe siquiera el papel que debe cobrar la mujer en la sociedad actual. Es una aberración que pueda encontrarse marginada, sea en la faceta que sea".
El coloquio añadió más calor aún a una noche de viernes calurosa en Azuaga, donde Aradillas comenzó su andadura de cura, como él recordó, allá por 1951, y desde 2012 es grato constatar que una asociación como El Ateneo de la localidad lucha por difundir la cultura en todos sus ámbitos.
Como final de charla, imagínense ustedes: clamor unánime exigiendo que la Patrona de Extremadura, la Virgen de Guadalupe, pase a depender eclesiásticamente del lugar donde está, y no de la diócesis de Toledo.
Un asistente lo dejó claro: "Si Toledo quiere seguir adueñándose de Guadalupe como trofeo de guerra, hoy por razones de economía de ingresos, ¿qué más dará que dependa de Extremadura que es su lugar, si la empresa recaudadora es la misma, y la Iglesia debe estar presidida por la transparencia y la igualdad sin discriminación alguna?". Ahí quedó eso....

EL USO DE LA PALABRA IGLESIA ESTÁ LLEVANDO A LOS CATÓLICOS AL SUICIDIO


col costa

El uso de la palabra Iglesia está llevando a los católicos al suicidio. La institución eclesiástica, principalmente los obispos, pero también los curas, cuando hablamos de la Iglesia lo hacemos para referirnos a nosotros mismos. Los laicos, por su parte, embisten contra "la Iglesia" cuando critican a la jerarquía eclesiástica. Pero la Iglesia son los bautizados y bautizadas, los cristianos en general, incluidos quienes pertenecen a otras iglesias. No puede decirse que el cristianismo esté en crisis de la misma manera que lo está la institución eclesiástica.
Parte importante del problema que vive hoy la Iglesia católica es haber olvidado la jerarquía católica su misión de servicio a la humanidad. Lo recordó el Papa a los obispos chilenos. Dejaron de ser profetas, les dijo, se pusieron al centro cuando el centro siempre ha debido ser el Cristo que ama a los que nadie ama.
Pero lo que no se ve -precisamente porque suele ser callado y humilde como el cristianismo auténtico- son las innumerables organizaciones e iniciativas de tantísimos católicos en favor de los ancianos, los niños sin hogar, los adictos, las embarazadas adolescentes, los presos hombres y mujeres, la educación gratuita de los más pobres, los enfermos de todo tipo, los migrantes, la gente cuyo hogar es la calle y otras personas que sufren; son las comunidades cristianas en las que personas sencillas comparten sus vidas, comienzan a celebrar eucaristías de otras maneras y crean nuevos apostolados.
¿Quién pudiera decir que, a este respecto, la Iglesia es innecesaria? Si usáramos la ficción para imaginar un país sin cristianismo, nos quedaría un Chile ciertamente con muchos logros de generosidad, pero más triste.
El Papa Francisco sopla en esta dirección. Su opción preferencial por los pobres confirma la intuición mística de la Iglesia latinoamericana que, desde la conferencia episcopal de Medellín (1968), no cesa de proclamarla. "Cuanto querría una Iglesia pobre y para los pobres", proclamó años atrás Francisco, dejando claro por dónde iría. Por lo mismo algunos quieren defenestrarlo. Pero el Papa solamente inspira cambios. No los realiza.
Ha debido reformar la curia romana que tiene asfixiadas a las iglesias de los diferentes continentes, pero a estas alturas parece que ya no lo hizo. Los esperados cambios estructurales no llegan. Ejemplo: se acaba de aprobar un documento titulado Veritatis gaudium que le da todavía más poder a la Congregación para la Educación Católica en la gestión de las facultades de teología. Mala noticia para la catolicidad de la teología: más miedo, menos creatividad.
¿Qué alternativa queda a los católicos, cristianos que vagan como zombis en busca de reconocimiento? ¿Cuánto más resistirán sin autoridades que representen la unidad de la Iglesia a la que pertenecen? Una institución eclesiástica a la altura de los tiempos puede tomar décadas en reconstituirse, ¿o siglos? Por de pronto, los católicos debieran usar con más cuidado la palabra Iglesia.
Reservarla para aquella comunidad de comunidades con que Cristo quiso acoger a los desamparados. Y, sobre todo, usar menos tiros contra una institución anacrónica que se derrumbará sola y más tiros en combatir los abusos de poder, los crímenes sexuales se den donde se den, la discriminación de la mujer, la humillación de la dignidad humana y la catástrofe ecológica en curso.

JOSÉ IGNACIO LÓPEZ VIGIL: "SAN PABLO INVENTÓ EL CRISTIANISMO Y LA IGLESIA CATÓLICA HOMÓFOBA Y MACHISTA"


col jmvidal

"Pablo de Tarso, que no conoció a Jesús de Nazaret, inventó a Jesucristo y, además, como era misógino, esclavista y homófobo, creo una Iglesia a su imagen y semejanza". Lo dice todo de un tirón y, al terminar, pregunta a los presentes: "¿He dicho muchas herejías?" Y la verdad es que, con su barba larga, su pelo cano y sus gafas, José Ignacio López Vigil parece un santo padre más que un hereje. Eso sí, habla y escribe muy claro, como viene demostrando, desde hace años, en sus programas de radio y en sus libros.
Ayer, precisamente, presentaba su última obra '¡Frente a frente! San Pablo Apóstol, el que inventó a Cristo y María Magdalena, la que conoció a Jesús' (feadulta), ante un numeroso público, que llenaba el auditorio del colegio mayor Chaminade. Un nuevo libro que, como todos los anteriores, está escritos a cuatro manos, con su hermana, María López Vigil, también periodista.
La presentación de la mesa, en la que figuraba el autor, junto al teólogo Xabier Pikaza, corrió a cargo de África de la Cruz, profesora emérita de psicología de la Universidad autónoma de Madrid, que comenzó recordando "el importante papel que los dos hermanos escritores desempeñaron en mi evolución espiritual". Con varias de sus obras, pero sobre todo con 'Un tal Jesús', la más famosa y la más polémica, pero que sirvió de alimento a generaciones de creyentes, que, de su mano, "dieron el salto mortal del Jesús del credo al 'Moreno de Nazaret', de un Dios al que hay que temer y, en el fondo, odiar, al Dios amor y sólo amor"
Del nuevo libro, objeto de la presentación, la profesora alabó su "estilo desenfadado e irreverente, su aparente sencillez y su simplificación e, incluso, su sentido del humor y su forma de narrar periodística que engancha".
A continuación, se proyectó un video del teólogo José María Castillo, autor de varios libros sobre el tema y que suele decir que "el problema empezó con Pablo". Tras saludar a los presentes, calificó a los hermanos López Vigil de "personas de una profundidad evangélica importante y de una notable competencia intelectual".
Respecto a la obra, Castillo quiso subrayar que la sencillez expositiva no está reñida con la profundidad, aunque "hay personas que confunden la sencillez y la clarividencia de la comunicación directa con la falta de profundidad intelectual". A su juicio, hablar sencillo y claro, como Jesús, "no es bajar el nivel de fiabilidad" y, además, de esta forma se llega a mucha más gente.
"Hay mentalidades formadas en la alta especulación, que dan más valor a las teorías, pero Jesús hablaba en parábolas y su enseñanza era teología narrativa, una teología que es tan valiosa como la puramente especulativa y, en muchas ocasiones, va más allá y llega a lo más profundo de la fe de los sencillos", concluyó el teólogo, asegurando que los autores "tienen ese don de la teología narrativa". Un don "que pocos tienen".
Tras dar las gracias a Castillo, que aparece en la serie, compuesta inicialmente como crónicas de radio, uno de los autores, José Ignacio López Vigil salta a la arena, coge el micrófono y con su acento mezcla de español de Asturias pasado por Latinoamérica durante muchos años (y allí sigue), va directo al grano desde el principio. Como si tuviese ganas de sacudir y provocar a los presentes, que, por otra parte, venían con ganas de ser zarandeados.
Y lanza una serie de afirmaciones claras y tajantes: "Pablo escribió sus cartas sin saber nada, absolutamente nada de Jesús. Ni conoció a Jesús ni comió pescado con él. Sólo tuvo una revelación camino de Damasco y se puso a escribir, sin ni siquiera regresar a Jerusalén a hablar con María, su madre, ni con María Magdalena, su compañera".
Por eso, "en las cartas de Pablo no hay geografía ni historia". Tanto es así que Pablo, el viajero, el intelectual de la escuela farisaica de Gamaliel, que sabía tres idiomas (arameo, hebreo y griego) y que sabía escribir, mientras "los demás discípulos y el propio Jesús eran analfabetos", ese Pablo "inventó a Jesucristo".
Más aun, "Pablo de Tarso no sólo era homófobo, misógino y esclavista, sino que, además, inventa la teoría del pecado original y, como consecuencia, la tesis de la expiación. Para redimir al mundo de ese terrible pecado, Dios, enfurecido, manda a su propio Hijo, para que lo maten y con su sangre lave el pecado y Dios quede tranquilo. Algo terrible".
La cara opuesta del cristianismo naciente la ofrece, según López Vigil, María Magdalena, "la fundadora del cristianismo, la que proclamó 'esta vivo y su proyecto no terminó en la cruz'". La que se opone en el libro, a la homofobia de Pablo de Tarso. Entre otras cosas, porque "todos los que van a comulgar han rezado antes la oración de un gay, el centurión romano, que le dice a Jesús: 'Señor. No soy digno de que entres en mi casa (a curar a mi pareja), pero una palabra tuya bastará para sanarlo".
Lo peor de estos dos cristianismo enfrentados es, para López Vigil, que "la Iglesia optó por el de Pablo de Tarso y marginó por completo el de María Magdalena". Por eso, a su juicio, "es urgente recuperar los Evangelio y a María Magdalena".
Terminada la primera intervención del autor, Xabier Pikaza, como gran biblista que es, quiso matizar un poco las afirmaciones de López Vigil y aseguró que, en contra de lo que se suele pensar, "el Pablo del que tú hablas es el Pablo popular, al que se le atribuyen algunas afirmaciones que son evidentes intrapolaciones, como lo que dice sobre las mujeres".
Según Pikaza, "Pablo hizo cosas admirables y la más importante: dijo que Jesús era Dios". El biblista reconoce que "parece que Pablo tuvo un problema de misoginia, pero en su Iglesia las mujeres eran iguales que los hombres". Y terminó subrayando que "Pablo fue fundamental y, sin él, el cristianismo no podría seguir adelante" y pidiendo a los autores nuevas entregas de su obra sobre el Pablo auténtico.
López Vigil aceptó el reto de seguir discutiendo y escribiendo sobre Pablo de Tarso en nuevos libros, para someterse a continuación a las preguntas de los presentes. En sus respuestas, recordó, por ejemplo, que escribió 'Un tal Jesús' "en los bellos tiempos de la Teología de la Liberación, que Juan Pablo II se ocupó de arruinar".
Preguntado, de nuevo, sobre Magdalena, aseguró que, "aunque la Iglesia, para marginarla, la calificó de prostituta, era, en realidad, una vendedora de pescado, que se enamoró de Jesús y Jesús de ella, una mujer extraordinaria, una galilea peleadora". Por eso, a su juicio, "hay que reivindicarla, porque ella fue la apóstol de los apóstoles".
Para conectar la Iglesia actual con el cristianismo de María Magdalena, López Vigil pidió al Papa "una Iglesia que abola el celibato y una Iglesia con mujeres protagonistas, no sacerdotas, porque si la Iglesia no tiene rostro femenino, no es la Iglesia de Jesús".
Preguntado sobre la relación entre el celibato y los abusos del clero, López Vigil negó una relación directa, pero aseguró que "la Iglesia prohibió el matrimonio a los curas para defender su patrimonio e impuso el celibato para que no heredasen las mujeres de los curas" y proclamó que "el celibato es una ley antinatural, que puede provocar reacciones antinaturales y, por eso, tiene que ser abolida".
En contra de lo que suele sostenerse, López Vigil aseguró que "Jesús era un campesino alegre y dicharachero, al que le gustaba contar chistes y adivinanzas, así como alguien radicalmente revolucionario, aunque no sabía escribir y leía a duras penas, trastabillándose".
Y terminó proclamando que la Iglesia tiene que "quitar miedos y culpas, porque, si se cree en el infierno, no se cree en Dios" a invitando a la esperanza, porque "otro Dios es posible", como reza el título de otra de sus obra.

CRISTO ¿REY?


col depalma
A lo largo de toda su predicación y especialmente en el inicio de su misión, Jesús nos habla de un reino y de su inminencia. Este reino aparece en los evangelios innumerables veces, para indicar que hay una nueva realidad que está naciendo, que está entre nosotros o que vendrá en un futuro no muy lejano.
No sin razón algunos grupos judíos, como los zelotas, comprendieron este Reino en clave política de salvación del pueblo de Israel. Pero Jesús no parece cumplir las expectativas políticas, por lo menos a primera vista. Su reino es claramente especial y escatológico y para entenderlo hay que hacerse con el lenguaje paradójico y amplio de las parábolas y aceptar su implicancia entre pobres, enfermos, excluidos…
Pero el final de la vida de Jesús abre explícitamente el interrogante: ¿es Jesús el rey de los judíos? Podríamos decir que en los evangelios sinópticos Jesús no quiere responder a la pregunta por posibles interpretaciones erróneas de esta realeza. Pero Jesús no lo rechaza: “Tú lo dices”. Y, si bien los judíos no aceptan el título, este se mantiene firme como testimonio en el letrero de la cruz: “Jesús Nazareno, rey de los judíos”. En el evangelio de Juan, Jesús no solo no lo rechaza sino que además lo confirma “Sí, yo soy rey”.
Así, en todos los casos, el final de Jesús está marcado por la pregunta acerca de esta realeza. Y aparece en comparación con la autoridad romana. El confrontamiento entre Pilato y Jesús abre la comparación entre dos tipos de realeza. ¿Pilato o Jesús? ¿Cuál es el modelo de liderazgo? ¿Quién está del lado de la verdad? En definitiva, ¿qué tipo de rey y qué tipo de reino?
La pregunta se mantiene abierta y la comprensión de la realeza va progresando y adquiriendo nuevos significados tras la muerte de Jesús. Las primeras comunidades entendieron a Jesús Rey por encima de todos los poderes y lo cantaban en sus himnos. Así lo entienden, por ejemplo, los colosenses:
Él es la imagen del Dios invisible,
el primogénito de toda creación,
porque por medio de él fueron creadas todas las cosas
en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles,
sean tronos, poderes, principados o autoridades:
todo ha sido creado
por medio de él y para él.
Él es anterior a todas las cosas,
que por medio de él forman un todo coherente.
Él es la cabeza del cuerpo,
que es la iglesia.
Él es el principio,
el primogénito de la resurrección,
para ser en todo el primero.
Porque a Dios le agradó habitar en él con toda su plenitud
y, por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas,
tanto las que están en la tierra como las que están en el cielo,
haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz.
Muchos autores contemporáneos, por su parte, afirman que se trata de un reino político y social. Es decir, seguir a Jesus implicaría regirse por normas económicas y políticas como el cuidado, la austeridad (si no pobreza), el servicio, la no violencia y la afirmación de principios “hasta dar la vida”. También hay interpretaciones más individualistas o sociológicas que hablan de un reino que va naciendo y creciendo en nuestro interior, en nuestros grupos, en la Iglesia. Otros afirman que se trata de un reino escatológico en el que se hará justicia al final de los tiempos. Otros dan una interpretación cristológica que asocia la cruz a la imagen verdadera y plena de la misericordia del Padre y por ello la verdadera imagen de Cristo y su realeza.
Hoy celebrarnos a Jesús como el líder de este reino, el Rey. La Iglesia propone la fiesta de Cristo Rey como el final del año litúrgico. Así, junto a las comunidades de los orígenes y a las de los siglos siguientes y, sea cual sea la interpretación que adoptemos, estamos invitados a posicionarnos respecto a qué realeza y qué tipo de rey queremos. Podemos nosotros buscar nuestra propia comprensión de esta realeza.
Con esta fiesta se cierra el año litúrgico. A partir de ahora comenzaremos el tiempo Adviento y un nuevo ciclo litúrgico.

SERÁS REY DE TI MISMO SI DESPLIEGAS LAS EXIGENCIAS DE TU VERDADERO SER


col fraymarcos
Jn 18, 33-37
Es muy importante que tengamos una pequeña idea del momento y el motivo por el que se instituyó esta fiesta. Fue Pío XI en 1925, cuando la Iglesia estaba perdiendo su poder y su prestigio acosada por la modernidad. Con esta fiesta se intentó recuperar el terreno perdido ante un mundo secular, laicista y descreído. En la encíclica se dan las razones para instituir la fiesta: “recuperar el reinado de Cristo y de su Iglesia”. Para un Papa de aquella época, era inaceptable que las naciones hicieran sus leyes al margen de la Iglesia.
Ha sido para mí una gran alegría y esperanza el descubrir en una homilía sobre esta fiesta del papa Francisco, una visión mucho más de acuerdo con el evangelio. Pio XI habla de recuperar el poder de Cristo y de su Iglesia. El papa Francisco habla, una y otra vez, de Jesús poniéndose al servicio de los más desfavorecidos. No se trata de un cambio de lenguaje sino de la superación de la idea de poder en el que la Iglesia ha vivido durante tantos siglos. El cambio debía ser aceptado y promovido por todos los cristianos.
El contexto del evangelio que hemos leído, es el proceso ante Pilato, a continuación de las negaciones de Pedro, donde queda claro, que Pedro ni fue rey de sí mismo ni fue sincero. Es muy poco probable que el diálogo sea histórico, pero nos está transmitiendo lo que una comunidad muy avanzada de finales del s. I pensaba sobre Jesús. Dos breves frases puestas en boca de Jesús nos pueden dar la pauta de reflexión: “mi Reino no es de este mundo” y “yo para eso he venido, para ser testigo de la verdad”.
¿Qué significa un Reino, que no es de este mundo? Se trata de una expresión que no podemos “comprender” porque todos los conceptos que podemos utilizar son de este mundo. ¿En qué estamos pensando los cristianos cuando, después de estas palabras, nombramos a Cristo rey, no solo del mundo sino del universo? Con el evangelio en la mano no es fácil justificar el poder absoluto que la Iglesia ha ejercido durante siglos.
Tal vez encontremos una pista en la otra frase: “he venido para ser testigo de la verdad”. Pero solo si no entendemos la verdad como verdad lógica (adecuación de una formulación racional a la realidad) sino entendiéndola como verdad ontológica, es decir, como la adecuación de un ser a lo que debe ser según su naturaleza. Jesús siendo auténtico, siendo verdad, es verdadero Rey. Pero lo que le pide su verdadero ser (Dios) es ponerse al servicio de todo aquel que le necesite, no imponer nada a los demás.
No se trata de morir por defender una doctrina. Se trata de morir por el hombre. Se trata de dar testimonio de lo que es el hombre en su verdadera realidad. El “Hijo de hombre” (único título que Jesús se aplica a sí mismo), nos da la clave para entender lo que pensaba de sí mismo. Se considera el hombre auténtico, el modelo de hombre, el hombre acabado, el hombre verdad. Su intención es que todos lleguen a identificarse con él. Jesús es la referencia para el que quiera manifestar la verdadera calidad humana.
Poco después del párrafo que hemos leído, Pilato saca afuera a Jesús, después de ser azotado, y dice a la multitud: “Este es el hombre”. Jesús no solo es el modelo de hombre, sino que exige a sus seguidores que demuestren con su vida, que responden al modelo que ven en él. Jesús dice: “soy rey”, no: soy el rey. Indicando así que todo el que se identifique con él, será también rey. Esa es la meta que Dios quiere para todos los seres humanos. Rey de poder solo puede haber uno. Reyes servidores debemos ser todos. No se trata de que un hombre reine sobre otro, sino de un Reino donde todos se sientan reyes.
Cuando los hebreos (nómadas) entran en contacto con la gente que vivía en ciudades, descubren las ventajas de aquella estructura social y piden a Dios un rey. Esto fue interpretado por los profetas como una traición (el único rey de Israel es Dios); pero al final tienen que ceder. El rey era el que cuidaba de una ciudad o un pequeño grupo de pueblos. Tenía la responsabilidad de que hubiera orden en las relaciones sociales. Les defendía de los enemigos, se preocupaba de los alimentos, impartía justicia... El Mesías esperado siempre respondió a esta dinámica materialista. Los primeros cristianos no pudieron aceptar un cambio tan radical como el que Jesús les proponía y siguieron con el Mesías glorioso.
Solo en este contexto podemos entender la predicación de Jesús sobre el Reino de Dios. Sin embargo el contenido que él le da es más profundo. En tiempo de Jesús, el futuro Reino de Dios se entendía como una victoria del pueblo judío sobre los gentiles y una victoria de los buenos sobre los malos. Jesús predica un Reino de Dios muy distinto; un Reino del que nadie va a quedar excluido, y del que forman parte las prostitu­tas, los pecadores, los marginados. También los gentiles están llamados, pero muchos judíos se quedarán fuera. El Reino que Jesús anuncia no tiene nada que ver con las expectativas de los judíos de la época. Por desgracia tampoco tiene nada que ver con las expectativas de los cristianos hoy.
Hay otros datos que pueden darnos luz. Jesús, en el desierto, percibió el poder como una tentación: “Te daré todo el poder de estos reinos y su gloria”. En Jn, después de la multiplicación de los panes, la multitud quiere proclamarle rey, pero él se escapa a la montaña, él solo. Toda la predicación de Jesús gira entorno al “Reino”; pero no se trata de un reino suyo, sino de “el Reino de Dios”. Jesús nunca se propuso él mismo como objeto de su predicación. Es un error confundir el “reino de Dios” con el reino de Jesús. Mayor disparate es querer identificarlo con el poder de la Iglesia, que es lo que pretendió la fiesta.
La característica fundamental del Reino predicado por Jesús es que ya está aquí, aunque no se identifica con las realidades mundanas. No hay que esperar a un tiempo escatológico, sino que ha comenzado ya. "No se dirá está aquí o está allá, porque mirad: el reino de Dios está dentro de vosotros”. No se trata de preparar un reino para Dios, se trata de un reino que es Dios. Cuando decimos “reina la paz”, no estamos diciendo que la paz tenga un reino. Se trata de hacer presente a Dios entre nosotros, siendo lo que tenemos que ser. No es un reino de personas físicas, sino de actitudes vitales.
¿Es éste el sentido que le damos a la fiesta? Cualquier connotación que el título tenga con el poder, tergiversa el mensaje de Jesús. Una corona de oro en la cabeza y un cetro de brillantes en las manos de Jesús, son mucho más denigrantes que la corona de espinas y la caña que le pusieron los soldados. Si no nos damos cuenta de esto, es que estamos proyectando sobre Dios y sobre Jesús nuestros propios anhelos de poder. Ni el “Dios todopoderoso” ni el “Cristo del Gran Poder” tienen absolutamente nada que ver con el evangelio. El Dios de Jesús es el “Abba”, padre y madre que cuida de nosotros.
Hace unos domingos nos decía Jesús que el que quiera ser primero, sea el último y el que quiera ser grande, sea el servidor. Ese afán de identificar a Jesús con el poder y la gloria, ¿no será una manera de justificar nuestro afán de poder y de estar por encima de los demás? Nuestro yo, creado y sostenido por la razón, no ve más futuro que potenciarse al máximo. Como no nos gusta lo que dice Jesús, tratamos por todos los medios de hacer le decir lo que a nosotros nos interesa. Eso es lo que siempre hemos hecho con la Escritura.

Meditación
Jesús está hablando de la autenticidad de su ser,
Falso es todo aquello que aparenta ser lo que no es.
Ser Verdad es ser lo que somos sin falsearlo.
El objetivo de tu vida, es descubrir tu verdadero ser
y manifestarlo en todo momento.

FIESTA DE CRISTO REY


col sicre
Como la Iglesia siempre va por sus caminos, el próximo domingo termina el año litúrgico, con más de un mes de anticipación al año civil. Los domingos de diciembre los dedicaremos a preparar la Navidad (tiempo de Adviento) y a celebrarla. Pero ahora nos toca cerrar el año, y la Iglesia lo hace con la fiesta de Cristo Rey.
Motivo y sentido de la fiesta
No se trata de una fiesta muy antigua, la instituyó Pío XI en 1925. Por eso, cuando se buscan imágenes de Cristo Rey en Internet, aparece una serie de estampitas horribles, de pésimo gusto, en las que siempre lleva una corona en la cabeza. En cambio, el arte románico y el gótico, cuando representan a Jesús en majestad lo hacen como Maestro, con la mano derecha levantada en señal de enseñar, no como Rey.
¿Por qué quiso Pío XI subrayar este aspecto? Para comprenderlo hay que recordar la fecha de la institución de la fiesta: 1925. La Primera Guerra Mundial ha terminado hace siete años. Alemania, Francia, Italia, Rusia, Inglaterra, Austria, incluso los Estados Unidos, han tenido millones de muertos. La crisis económica y social posterior fue tan dura que provocó la caída del zar y la instauración del régimen comunista en Rusia en 1917; la aparición del fascismo en Italia, con la marcha sobre Roma de Mussolini en 1922, y la del nazismo, con el Putsch de Hitler en 1923. Mientras en los Estados Unidos se vive una época de euforia económica, que llevará a la catástrofe de 1929, en Europa la situación de paro, hambre y tensiones sociales es terrible.
Ante esta situación, Pío XI no hace un simple análisis socio-político-económico. Se remonta a un nivel más alto, y piensa que la causa de todos los males, de la guerra y de todo lo que siguió, fue el “haber alejado a Cristo y su ley de la propia vida, de la familia y de la sociedad”; y que “no podría haber esperanza de paz duradera entre los pueblos mientras los individuos y las naciones negasen y rechazasen el imperio de Cristo Salvador”. Por eso, piensa que lo mejor que él puede hacer como Pontífice para renovar y reforzar la paz es “restaurar el Reino de Nuestro Señor”. Las palabras entre comillas las he tomado del comienzo de la encíclica Quas primas, con la que instituye la fiesta.
La posible objeción es evidente: ¿se pueden resolver tantos problemas con la simple instauración de una fiesta en honor de Cristo Rey?, ¿conseguirá una fiesta cambiar los corazones de la gente? Los noventa años que han pasado desde entonces demuestran que no.
Por eso, en 1970 se cambió el sentido de la fiesta. Pío XI la había colocado en el mes de octubre, el domingo anterior a Todos los Santos. En 1970 fue trasladada al último domingo del año litúrgico, como culminación de lo que se ha venido recordando a propósito de la persona y el mensaje de Jesús.
Ahora, la celebración no pretende primariamente restaurar ni reforzar la paz entre las naciones sino felicitar a Cristo por su triunfo. Como si después de su vida de esfuerzo y dedicación a los demás hasta la muerte le concedieran el mayor premio.
Las lecturas
La primera lectura, de Daniel, anuncia el triunfo del Hijo del Hombre, que recibe el poder y la gloria.
La segunda, del Apocalipsis, llama a Jesús “Príncipe de los reyes de la tierra”. Pero no se considera por encima de nosotros ni lejos de nosotros. “Nos ama y nos ha lavado con su sangre”, y nos hace compartir su dignidad convirtiéndonos en un “reino de sacerdotes”. Tras la desaparición de la monarquía judía, esta expresión significaba que el pueblo estaría regido por sacerdotes. El Apocalipsis lo enfoca de manera distinta: no exalta el poder de los sacerdotes, sino el carácter sacerdotal del pueblo de Dios.  
La tercera, del evangelio de Juan, ofrece una visión más crítica de la realeza. Es un auténtico interrogatorio, en el que Pilato formula cuatro preguntas; pero Jesús no es un acusado que se limita a responder. A la primera pregunta responde con otra pregunta casi insultante para un prefecto romano. A la segunda, “¿Qué has hecho?”, tampoco responde. Se remonta a la pregunta inicial de Pilato sobre si es el rey de los judíos, y se expresa de forma tan desconcertante, hablando de “un reino que no es de aquí”, que a Pilato no le quedan las ideas claras. Su pregunta final no es “¿Eres tú el rey de los judíos”, sino “¿Luego tú eres rey?”. La dimensión nacionalista desaparece; lo importante es la realeza misma de Jesús. Después de lo anterior, lo lógico sería que Jesús se limitase a responder: “Sí, soy rey”. En cambio, añade algo absolutamente nuevo: no ha venido a gobernar, ni a recibir honor y gloria, sino a dar testimonio de la verdad. Si recordamos que él es “el camino, la verdad y la vida”, Jesús ha venido a dar testimonio de sí mismo, a darse a conocer, a demostrar a la gente que “tanto amó Dios al mundo, que le dio a su hijo unigénito”. Un testimonio por el que lo acusarán de blasfemo y que, entre otros motivos, le costará la vida.
Reflexión personal
Generalmente esperamos de la homilía que nos ilumine y nos anime a ser mejores, a vivir de acuerdo con la enseñanza y el ejemplo de Jesús. Y esto es esencial si tenemos en cuenta las últimas palabras del evangelio: “Todo el que es de la verdad escucha mi voz”. Pero la fiesta de Cristo Rey nos invita también a felicitar, dar la enhorabuena a quien tanto ha hecho por nosotros.
Al mismo tiempo, el sentido primitivo de la fiesta encaja perfectamente con la situación que vivimos hoy de problemas sociales, políticos y económicos. No podemos ser ingenuos en las soluciones, pero tampoco podemos negarle la razón a Pío XI: si el mundo viviese de acuerdo con el evangelio, otro gallo nos cantaría.

UN REY QUE NACE EN UN ESTABLO


comentario editorial

“A los galgos del rey no se les escapa liebre alguna” (Refrán español)
25 de noviembre. Domingo XXXIV. Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo
Jn 18, 33b-37
Tú lo dices, soy Rey
No hay cuna real en el establo, ni hay ministros; ni tampoco partera. Tan sólo hay un pesebre, una vaca y un buey, y una mujer y un hombre con aire de criados. Luego nacerá un niño que un día dirá a un gobernador: Soy rey. Sin embargo, los ángeles, en lugar de entonar el Gloria in excelsis Deo, le cantarán al recién nacido esta canción popular:
“Pobre y con honormadre me parió a mí”.
En un sarcófago antiguo puede verse la escena de un zapatero y un hilandero trabajando.   San Pablo, al igual que ellos, era un trabajador manual, (Hechos 18, 3). Se dedicaba a trabajar el cuero…, predicaban mientras trabajaban, para no tener que vivir a costa de nadie. Si quis non vult operari nec manducet”; es decir, “Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma”, como dijo el apóstol en su Segunda Carta a los Tesalonicenses.
He recorrido mi ciudad, y en ella he visto calles, iglesias, palacios, supermercados, tiendas de lujo, y pobres que demandaban limosnas. En mi parroquia he visto también a la puerta de entrada a un mendigo que, desde hacía años recibía de los feligreses compasivos, sonrisas y dinero. Yo me he negado a hacerlo, y me entristecía el dinero y las sonrisas de los feligreses, porque pensaba que aquellas donaciones empobrecían al pordiosero, que le condenaba a ser un pedigüeño para siempre. A no ser libre y pensar por sí mismo. ¿O recibe quizás órdenes de otros para ello?, como le ocurrió a Quinto, a quien el Emperador romano Cómodo le dijo, según nos cuenta el autor del último Premio Planeta Yo, Julia: “Tú no piensas, ya pienso yo por los dos, por la urbe entera”. Y aquel día, en la misa de domingo, en el momento que se dan limosnas, pensé en un niño nacido pobre en un establo y di la mía rezando esta plegaria:
¡Señor, cómo me gustaría que cambiaras su eterna profesión al pedigüeño!
Cerré los ojos, borré la figura del mendigo de mi mente, y dibujé el rostro de Jesús en ese lienzo.
La realidad es que Jesús, de Rey nada de nada. En su último libro Simón Pedro, Pablo de Tarso y María Magdala dice Bart D. Ehrman: “El Jesús histórico era un campesino analfabeto de una zona rural, remota y atrasado, del Imperio romano. Cuando nos abrimos paso entre las leyendas que rodean su mundo posterior, lo que encontramos es un hombre común y corriente”. En lo que sí fue Rey, es evidente en su doctrina, en ella sentó cátedra de riqueza infinita. Aquí sí fue todo de todo.
Cátedra rica e insondable, de la que seguimos y seguiremos viviendo los cristianos desde hace más de XX siglos. En su extensa y profunda biblioteca, las enseñanzas de salen de las páginas de los libros.
¡¡Derrama, Señor, la ciencia de tus libros en los nuestros!! 
Dice nuestro refranero que “A los galgos del rey no se les escapa liebre alguna”.
Y un proverbio chino dice: Siempre queda algo de fragancia en la mano que da rosas.

LA LEYENDA DEL REY POBRE (Fragmentos)
El más pobre de un pueblito, que poco le importaba la guerra, sólo podía pensar en una cosa, y eso era comer. No tenía nada, ni techo, ni ropa decente. El vocero del rey había estado viajando pueblo por pueblo para reclutar los hombres más valientes y fuertes. Él no era fuerte, pero tenía algo que muchos hombres no poseían, y eso era experiencia, el vivir en la calle era una guerra constante, y muchas veces había tenido que pelear por un pedazo de comida o un lugar para dormir tranquilo. Era hábil y veloz, y había aprendido a ganar una pelea. Así que lo pensó, el ejército tiene comida para todos los días y una cama para dormir. Sonaba tentador, y como la muerte no le asustaba se enlistó al ejército.
Tuvieron varias semanas de entrenamiento antes de partir a la guerra. La dama de la nobleza, Circulina, le había visitado en varias ocasiones. Incluso le había llamado su amigo y le había hecho prometer que volviera de la guerra como un héroe de batalla nombrado capitán. Finalmente fue ascendido a capitán general una vez que el reino vecino fue vencido. Seios tenía el puesto más alto en toda la milicia y era el hombre más cercano al rey, ya que este le debía su reino a su fuerza de voluntad y su diligencia.   
La boda con Cicurina no tardó en llegar. Y se rumoreaba que fueron muy felices en su vida de casados. El rey hizo llamar al capitán general Seios, el hombre que él consideraba de más confianza, a su alcoba. Allí le informó sus intenciones, sabía que no podía detener su final, y que, con su único hijo muerto, no había heredero legitimo para la corona, y sólo había un hombre en el que confiaba lo suficiente para dejar el reino en sus manos y poder morir tranquilo.
El general se resistió, ahora podía vivir en una casa grande y pertenecer a la nobleza, pero nunca pudo olvidar de donde venía, las calles estaban grabadas en sus recuerdos y constantemente le recordaban quien era en realidad. “Que un hombre pobre como yo tenga la corona, será un deshonor para usted y para todo el linaje real que en paz descanse”, “No eres un hombre pobre, eres un hombre fuerte, capaz de salvar a un reino entero, si no te hubiera tenido en el ejército este reino tendría a un mercenario por rey”. El rey le entregó la corona, confiándole el reino entero a sus manos, y le hizo prometer que velaría por el reino con el mismo espíritu indomable con el que lo había hecho en batalla.  
La leyenda del rey pobre nunca fue olvidada en aquel reino, y nadie se atrevió ni una sola vez a cuestionar su lugar, porque su mandato fue regido con su espíritu inamovible, así como se lo prometió a su anterior rey.

Bolsonaro, una amenaza para el Amazonas

Redes Cristianas
Ulises Noyola Rodríguez
Bolsonaro
Fuente: Amerindia
ALAI AMLATINA, 13/11/2018.- La región del Amazonas está amenazada por las actividades de las empresas del agro-negocio tras el triunfo electoral de Jair Bolsonaro. El futuro presidente designó a Tereza Cristina, líder del Frente Parlamentario de la Agropecuaria, como ministra de Agricultura. Este grupo parlamentario, respaldado por las empresas del agro-negocio, ha impulsado varias iniciativas en el Congreso. Entre ellas destacamos el uso de agrotóxicos; el cultivo de transgénicos; y la explotación de los recursos naturales de las zonas protegidas en el Amazonas. Al tener el territorio brasileño la mayor parte del Amazonas, Bolsonaro amenazará la preservación de la biodiversidad y las comunidades indígenas.

La región tiene una enorme importancia por diversas razones: posee una gran diversidad de recursos naturales (agua, minerales, petróleo, madera, entre otros); mitiga los efectos del cambio climático a través de la absorción de emisiones de carbono; y representa un espacio vital para las comunidades indígenas. Por estas razones, la selva amazónica es un espacio geográfico que necesita ser preservado para la supervivencia de la raza humana. En caso de llevar adelante la explotación de las riquezas naturales del Amazonas, el gobierno de Bolsonaro enfrentará una fuerte oposición.
Actualmente el gobierno brasileño protege la región amazónica por medio de la designación de parques nacionales, bosques protegidos, corredores ecológicos, entre otros espacios. En este régimen, las áreas protegidas reciben financiamiento del gobierno para la construcción de obras públicas y la prestación de servicios enfocados a la preservación de las comunidades y los ecosistemas. Sin embargo, la ganadería y el cultivo de soja en grandes extensiones de tierra han contribuido a su deforestación. El gobierno de Bolsonaro tendrá que echar mano de cambios en la ley para explotar las riquezas naturales localizadas en áreas protegidas, pues en la Constitución está estipulado que las áreas protegidas sólo pueden ser alteradas mediante la aprobación de una ley.
Pese haber obtenido una amplia ventaja sobre Haddad, Bolsonaro consiguió solamente 52 de los 520 escaños del Congreso; con lo cual, tendrá que negociar con los demás partidos para poder explotar los recursos del Amazonas. Los congresistas del Partido Social Liberal piensan apoyarse en los partidos de diversos grupos políticos (católico, armamentístico y agro-negocio). Así estas iniciativas serán apoyadas por los sectores más conservadores de la sociedad brasileña, que sin duda alguna tratarán de crear un clima de miedo para conseguir el aval de la sociedad hacia las reformas.
Si los partidos de izquierda no hacen un trabajo de base con la población, el conservadurismo tomará fuerza entre la sociedad, fortaleciendo la xenofobia, la discriminación y la intolerancia.  
La polarización social afectará a las comunidades indígenas del Amazonas que sufren constantemente la discriminación de la clase media. Por el abandono del Estado brasileño, las comunidades indígenas padecen analfabetismo, desnutrición e inseguridad, entre otros problemas. Para resolver estos males, el gobierno brasileño tendría que potenciar el gasto social por medio de la provisión de servicios básicos, además de garantizar la protección de la tierra. Sin protección de sus tierras ancestrales, los indígenas no logran sobrevivir ya que su forma de vida está íntimamente ligada a la naturaleza.  

Por otra parte, las actividades del agro-negocio, al destruir los ecosistemas del Amazonas, seguirán incrementando las emisiones de carbono. En cuanto a la emisión de carbono, Brasil se ha mantenido en el séptimo lugar a escala global pues el gobierno ha venido incumpliendo sus compromisos en el Acuerdo Climático de París. En el acuerdo, el gobierno se comprometió a disminuir la deforestación y aumentar el número de áreas protegidas. Bajo el gobierno de Bolsonaro, el cambio climático se agravará mediante actividades que atenten contra el medio ambiente como el monocultivo de soja, la minería a cielo abierto y la instalación de grandes presas eléctricas en el Amazonas.
Estas actividades provocarán la destrucción de parte del Amazonas y el aumento de la temperatura del planeta. Entre las repercusiones de este fenómeno, encontramos la desertificación, la extinción de especies, la alteración del ciclo del agua y desastres naturales, entre otros. Al depender de la naturaleza, la raza humana se encuentra amenazada por el cambio climático, de suerte que la preservación del Amazonas es clave para poder revertir el calentamiento global. De hecho, el futuro presidente Jair Bolsonaro mencionó recientemente que evaluará si Brasil abandonará el Acuerdo Climático de París, pero no ha asegurado la preservación del Amazonas.
Además, la respuesta de los organismos internacionales ante la política de Bolsonaro no sería tan fuerte como es esperado. Para combatir el cambio climático, los mandatarios de varios países han suscrito el Acuerdo Climático de París en donde se comprometieron a reducir la emisión de dióxido de carbono. Pero el acuerdo es letra muerta, pues no obliga a los gobiernos a aplicar estrictas regulaciones ni impone sanciones en caso de incumplimiento. En este contexto, el gobierno de Bolsonaro dejaría la puerta abierta a las empresas trasnacionales para explotar las riquezas naturales del Amazonas.
No menos importante es que la supervivencia de las comunidades indígenas está en riesgo, ya que representan apenas un 0.4% de la población total. Bolsonaro declaró, en su campaña electoral, que no les iba a dar un centímetro cuadrado más de tierra. Cabe recordar que las comunidades indígenas han sido continuamente exterminadas a lo largo de la historia de Brasil. Desde los tiempos de la colonia, las comunidades fueron sometidas bajo la prolongada esclavitud de Portugal y hasta nuestros días son perseguidas por oponerse a las actividades extractivistas. La resistencia de las comunidades aumentará ahora con el gobierno de Bolsonaro, que no dudará en intensificar la militarización de la región amazónica.
Ya el Amazonas ha sido objeto de una fuerte presencia de las Fuerzas Armadas de Brasil por problemas de narcotráfico, trata de personas y violencia producto de la pobreza extrema. Actualmente, el Comando Militar de la Amazonía realiza de manera regular ejercicios militares (Curaretinga, Curare y Relâmpago, entre otros) en la frontera norte de Brasil con el fin de hacer frente al crimen organizado, de acuerdo con el gobierno brasileño. Las Fuerzas Armadas, al entrenarse continuamente en la selva amazónica, conocen a fondo el territorio, las comunidades indígenas y las condiciones climáticas. Con ello, el ejército ha logrado poner a raya la resistencia de las comunidades indígenas y despojarlas de sus territorios. Con Bolsonaro, las operaciones militares se incrementarán para despojar a las comunidades de sus territorios.

El triunfo de Jair Bolsonaro constituye un retroceso para América Latina. El de Bolsonaro será un gobierno que apoyará la destrucción de la naturaleza, el despojo de tierras de las comunidades indígenas y la criminalización de la protesta social. Será necesario que la población brasileña se movilice para frenar las reformas que el Partido Social Liberal se propone llevar adelante. De lo contrario los brasileños verán cómo son privatizadas las riquezas naturales del Amazonas.
– Ulises Noyola Rodríguez es Colaborador del Centro de Investigación sobre la Globalización.
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