FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

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ATALAYA

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viernes, 14 de octubre de 2016

Examen de izquierdas


José Ignacio González Faus

González Faus
Jesús en el temploEs tópica la afirmación de que la derecha está siempre unida porque la unen intereses, y la izquierda siempre desunida porque la unen ideales. La imagen vuelve a ser desgraciadamente actual. Pero, para afrontarla mejor, convendría examinar un poco más la identidad de la izquierda. ··· Ver noticia ···

Nos escucha - 29º Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C

QUE NOS GUÍE TU JUSTICIA

col salome

Que nos guíe tu justicia y la esperanza de que un día
entenderemos que no hay vida sin bondad, sin armonía
que nos guíe tu justicia y tu mirada compasiva
que nos ponga en el lugar de quien nos necesita

Que nos guíe tu justicia y tu reloj para la vida
sin agobios, y sin plazos, esperando más sonrisas
descubriendo lo pequeño, mano a mano, día a día
compartiendo espacio y tiempo, compartiendo compañía

Que nos guíe tu justicia, y la fe en el pan de cada día
sin ambicionar o pedir más garantías
que nos cambie el corazón y nos crezca la alegría
que la vida se nos llene de caricias

que nos cambie el corazón y nos crezca la alegría
que la vida se nos llene de caricias

que la vida se nos llene de caricias

Salomé Arricibita


Para descargar la canción pinche el siguiente enlace: Que nos guíe tu justicia.mp3 y dele al botón derecho del ratón y guardar como...

ACOSOS, RUEGOS Y PERSECUCIONES


col aleixandre art


Lc 18, 1-8
A cada parábola se puede entrar por diferentes puertas y, sea la que sea la que elijamos, a ratos tenemos que avanzar un poco a oscuras hasta dar con un punto de luz.
Si entramos por la puerta del juez, en seguida nos detenemos: ¿cómo vamos a comparar a Dios con alguien tan cruel y depravado? Pero si seguimos intentando comprender algo, llegamos a un lugar luminoso: a Dios también “le pasa” lo que a ese juez: “se derrite”, cede, consiente, cambia y se deja vencer por la insistencia de quien se acerca a él con una súplica desvalida y confiada. Nosotros somos entonces el personaje de la viuda, ella nos representa y nos comunica además una increíble noticia: somos poseedores de un misterioso poder sobre el corazón de Dios y es precisamente nuestro desvalimiento confiado lo que nos da capacidad para “derrotarle”.
Pero la parábola tiene también otra puerta de acceso y nos invita a adentrarnos sin miedo en la imagen de un Dios-viuda-insistente que llama constantemente y sin cansarse a la puerta de nuestro corazón esperando darnos alcance. En ese caso no nos resulta difícil reconocernos en el juez de corazón endurecido y esta perspectiva de ser buscados, deseados y perseguidos, nos deslumbra como una ráfaga de luz: estamos llamados a creer que el deseo de Dios precede siempre al nuestro, que le resulta un regalo nuestra presencia, que tiene planes e iniciativas y palabras que dirigirnos y que lo mejor que podemos hacer es rendirnos a su persecución.
Dios nos “acosa” para conseguir de nosotros “justicia”, una manera de relacionarnos con él en la que, de una vez por todas, nos decidamos a fiarnos perdidamente de su amor.

ORACIÓN, FIN DEL MUNDO E INJUSTICIA

col sicre

Un enfoque distinto de la oración
Los cristianos para los que Lucas escribió su evangelio no estaban muy acostumbrados a rezar, quizá porque la mayoría de ellos eran paganos recién convertidos. Igual que muchos cristianos actuales, sólo se acordaban de santa Bárbara cuando truena. Lucas se esforzó por inculcarles la importancia de la oración: les presentó a Isabel, María, los ángeles, Zacarías, Simeón, pronunciando las más diversas formas de alabanza y acción de gracias; y, sobre todo, a Jesús retirándose a solas para rezar en todos los momentos importantes de su vida.
El comienzo del evangelio de este domingo (Lucas 18, 1-8) parece formar parte de la misma tendencia: “En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola”. Sin embargo, el final nos depara una gran sorpresa. El acento se desplaza al tema de la justicia, a una comunidad angustiada que pide a Dios que la salve. No se trata de pedir cualquier cosa, aunque sea buena, ni de alabar o agradecer. Es la oración que se realiza en medio de una crisis muy grave.
Los elegidos que gritan día y noche
Recordemos que Lucas escribe su evangelio entre los años 80-90 del siglo I. Algunas fechas ayudan a comprender mejor el texto.
Año 62: Asesinato de Santiago, hermano del Señor.
Año 64: Nerón incendia Roma. Culpa a los cristianos y más tarde tiene una persecución en la que mueren, entre otros muchos, según la tradición, Pedro y Pablo.
Año 66: los judíos se rebelan contra Roma. La comunidad cristiana de Jerusalén, en desacuerdo con la rebelión y la guerra, huye a Pella.
Año 70: los romanos conquistan Jerusalén y destruyen el templo.
Años 81: sube al trono Domiciano, que persigue cruelmente a los cristianos y promulga la siguiente ley: “Que ningún cristiano, una vez traído ante un tribunal, quede exento de castigo sin que renuncie a su religión”.
En este contexto de angustia y persecución se explica muy bien que la comunidad grite a Dios día y noche, y que la parábola prometa que Dios le hará justicia frente a las injusticias de sus perseguidores.
Sin embargo, Lucas termina con una frase desconcertante: «Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?»
La venida del Hijo del Hombre
¿Por qué esta referencia al momento final de la historia, que parece fuera de sitio? Para comprenderla conviene leer el largo discurso de Jesús que sitúa Lucas inmediatamente antes de la parábola de la viuda y el juez (Lc 17,20-37). Algunos pasajes de ese discurso parecen escritos teniendo en cuenta lo ocurrido el año 79, cuando el Vesubio entró en erupción arrasando las ciudades de Pompeya y Herculano. Muchos cristianos pudieron ver este hecho como un signo precursor del fin del mundo y de la vuelta de Jesús. Ese mismo tema lo recoge Lucas al final de la parábola para relacionar la oración en medio de las persecuciones con la segunda venida de Jesús.
La fe de una oración perseverante
El tema de la vuelta del Señor es esencial para entender el evangelio de Lucas, aunque subraya que nadie sabe el día ni la hora, y que es absurdo perderse en cálculos inútiles. Lo importante es que el cristiano no pierda de vista el futuro, la meta final de la historia, que culminará con la vuelta de Jesús y el final de las persecuciones injustas.
Pero esa no era entonces la actitud habitual de los cristianos, ni tampoco ahora. Lo habitual es vivir el presente, sin pensar en el futuro, y mucho menos en el futuro definitivo, que nos resulta, hoy día, mucho más lejano que a los hombres del siglo I.
Eso es lo que quiere evitar el evangelio cuando termina desafiándonos: Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra? Que nuestra fe no se limite a cinco minutos o a un comentario, sino que nos impulse a clamar a Dios día y noche.
La primera lectura
Los amalecitas, un pueblo nómada, atacaban a menudo a los israelitas durante su peregrinación por el desierto hacia la Tierra Prometida. Una persecución parecida a la que sufrieron los cristianos por parte de Roma. Pero Moisés no espera que Dios intervenga para salvarlos; ordena a Josué que los ataque. Lo interesante del relato es que mientras Moisés mantiene las manos en alto, en gesto de oración, los israelitas vencen; cuando las baja, son derrotados. ¿Y si se cansa? A los judíos nunca le faltan ideas prácticas para solucionar el problema.
Este texto se ha elegido porque va en la misma línea del evangelio: orar siempre sin desanimarse. Pero usar la oración para matar amalecitas no parece una idea muy evangélica.

“No a la Perpetua”. La prisión permanente revisable es “inconstitucional y vulnera los derechos humanos”


APDHA

La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) continua con su campaña ‘No a la Perpetua’, que tiene como objetivo eliminar la prisión permanente revisable del código penal.
La prisión permanente revisable es el término eufemístico que el gobierno ha utilizado para nombrar la cadena perpetua, atenta contra los derechos humanos, vulnera la Constitución Española que prohíbe penas inhumanas y degradantes y dilapida el principio de reinserción social que ha de tener cualquier condena.



El 4 de octubre, esta pena fue de nuevo debatida en el Congreso de los Diputados, gracias a una proposición no de ley presentada por el PNV. La mayoría absoluta del Congreso pidió derogarla.
Es la segunda vez que el Congreso de los Diputados se pronuncia en contra de esta condena. El 4 de abril, en la pasada legislatura, ya la mayoría del Congreso se pronunció en contra de esta reforma del Código Penal realizada por el Partido Popular.

Desde la APDHA consideramos muy importante la movilización social con el fin de mostrar el claro rechazo de la sociedad contra esta medida y lograr su derogación.
Por ello reiteramos el llamamiento al Gobierno para que “no se incorporen a la Ley penas que vulneran la Constitución y los derechos humanos, que cuestionan la concepción de Estado social y democrático, que deshumanizan nuestra sociedad y que nos conducen a más violencia de la que pretendían evitar”, y con este fin os animamos a apoyar la campaña “NO A LA PERPETUA”, cumplimentado el formulario que encontrareis en el siguiente link: http://www.apdha.org/no-a-la-perpetua/
Os dejamos el enlace con toda la información sobre la campaña http://www.apdha.org/no-a-la-perpetua/
También podéis ver el documental que hemos realizado sobre la prisión permanente revisable y el desconocimiento de la población sobre el sistema penal español:

Documental NO A LA PERPETUA de APDHA comunicación
Vídeo documental de análisis y reflexión sobre la prisión permanente revisable, realizado por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), con la colaboración de Intermedia Producciones. La campaña “No a la Perpetua” tiene como objetivo eliminar la prisión permanente revisable incluida en la última reforma del código penal. …

Justicia redistributiva


PEDRO SERRANO

Por interés o cerrazón, a veces permanecemos en posturas inamovibles hasta que los hechos nos demuestran el error en el que estábamos instalados. De poco sirven las llamadas a la sensatez y a la lógica elemental, pues solo cuando nos damos de bruces con los hechos consumados somos capaces de entender, aunque para entonces el daño pueda ser ya irreversible.
Tal es el caso de los errores en la política económica comunitaria desde comienzos de la crisis. Una política empecinada en exigencias drásticas de austeridad que han dado como resultado un crecimiento de salarios muy por debajo de la productividad y, como consecuencia, un peligroso e injusto aumento de la desigualdad, además de un frenazo en la demanda y el gasto privado de las familias.


Por eso ahora, ante la bofetada de realidad recibida, Mario Draghi ha dicho recientemente que “ha llegado la hora de subir los salarios”. Lástima que este cambio de criterio no este motivado por un deseo de justicia hacia la clase trabajadora, sino pensando en el beneficio de los de siempre.
Algún día deberían de comprender que lo más ético y ventajoso para la economía y estabilidad de cualquier sociedad es una justicia redistributiva en la que todos ganemos equitativamente.

El Papa pide “un inmediato alto al fuego en Siria”, para la evacuación de civiles, sobre todo niños


José Manuel Vidal

Papa Francisco7
“Las obras de misericordia son el mejor antídoto al virus de la indiferencia”
“Con sencillos gestos cotidianos podemos realizar una auténtica revolución cultural”
Dia soleado en la audiencia papal. En su catequesis el Papa Francisco invita a los católicos a poner en marcha una “auténtica revolución cultural”, basada en los pequeños gestos cotidianos de misericordia, que reflejan “el amor preferencial de Jesús por los pobres” y son “el mejor antídoto al virus de la indiferencia”. ··· Ver noticia ···

29 Tiempo ordinario – C (Lucas 18,1-8): El clamor de los que sufren

José Antonio Pagola

La parábola de la viuda y el juez sin escrúpulos es, como tantos otros, un relato abierto que puede suscitar en los oyentes diferentes resonancias. Según Lucas, es una llamada a orar sin desanimarse, pero es también una invitación a confiar en que Dios hará justicia a quienes le gritan día y noche. ¿Qué resonancia puede tener hoy en nosotros este relato dramático que nos recuerda a tantas víctimas abandonadas injustamente a su suerte?
En la tradición bíblica la viuda es símbolo por excelencia de la persona que vive sola y desamparada. Esta mujer no tiene marido ni hijos que la defiendan. No cuenta con apoyos ni recomendaciones. Solo tiene adversarios que abusan de ella, y un juez sin religión ni conciencia al que no le importa el sufrimiento de nadie.
Lo que pide la mujer no es un capricho. Solo reclama justicia. Esta es su protesta repetida con firmeza ante el juez: «Hazme justicia». Su petición es la de todos los oprimidos injustamente. Un grito que está en la línea de lo que decía Jesús a los suyos: «Buscad el reino de Dios y su justicia».
Es cierto que Dios tiene la última palabra y hará justicia a quienes le gritan día y noche. Esta es la esperanza que ha encendido en nosotros Cristo, resucitado por el Padre de una muerte injusta. Pero, mientras llega esa hora, el clamor de quienes viven gritando sin que nadie escuche su grito, no cesa.
Para una gran mayoría de la humanidad la vida es una interminable noche de espera. Las religiones predican salvación. El cristianismo proclama la victoria del Amor de Dios encarnado en Jesús crucificado. Mientras tanto, millones de seres humanos solo experimentan la dureza de sus hermanos y el silencio de Dios. Y, muchas veces, somos los mismos creyentes quienes ocultamos su rostro de Padre velándolo con nuestro egoísmo religioso.
¿Por qué nuestra comunicación con Dios no nos hace escuchar por fin el clamor de los que sufren injustamente y nos gritan de mil formas: «Hacednos justicia»? Si, al orar, nos encontramos de verdad con Dios, ¿cómo no somos capaces de escuchar con más fuerza las exigencias de justicia que llegan hasta su corazón de Padre?
La parábola nos interpela a todos los creyentes. ¿Seguiremos alimentando nuestras devociones privadas olvidando a quienes viven sufriendo? ¿Continuaremos orando a Dios para ponerlo al servicio de nuestros intereses, sin que nos importen mucho las injusticias que hay en el mundo? ¿Y si orar fuese precisamente olvidarnos de nosotros y buscar con Dios un mundo más justo para todos?

Domingo 16 de octubre de 2016, 29º del tiempo Ordinario



29 del tiempo ordinarioCMargarita María de Alacoque (1690), Eduviges, religiosa (1234)
Jesús propuso esta parábola para invitar a sus discípulos a no desanimarse en su intento de implantar el reinado de Dios en el mundo. Para ello, además de trabajar duro, deberán ser constantes en la oración, como la viuda lo fue en pedir justicia hasta ser oída por aquél juez que hacía oídos sordos a su súplica. Su constancia, rayana en la pesadez, llevó al juez a hacer justicia a la viuda, liberándose de este modo de ser importunado por ella. ··· Ver noticia ···