FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA
SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA
ESTAMOS EN LARREA,4 - 48901 BARAKALDO

BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

ATALAYA
ATALAYA

jueves, 6 de febrero de 2020

Manos - 5º Domingo Tiempo Ordinario, Ciclo A

ES LA HORA DE LA LAICIDAD


(Publicado en DEIA y en los Diarios del Grupo Noticias el 2 de febrero de 2020)
O la hora del Espíritu, pneuma en griego, ruah en hebreo, spiritus en latín. Es neutro en griego, masculino en latín, femenina en hebreo, pues transciende, acoge y bendice todas las identidades de género. Significa aire, soplo, viento. Es aliento vital profundo. Brisa suave en el sofoco, viento recio en la apatía.
“El viento sopla donde quiere”, dijo el profeta Jesús de Nazaret lleno de Espíritu, aunque poco importaría que, como es probable, no lo hubiera dicho él en persona, sino que otro lo haya puesto en sus labios. Nadie es la fuente primera ni el dueño exclusivo de la palabra. “Oyes su rumor –añade Jesús o quien fuere–, pero no sabes ni de dónde viene ni a dónde va”. Viene de todo y de siempre, nos lleva adonde no sabemos.
Así es el Espíritu –la mayúscula le conviene–, que vibra en la entraña de lo infinitamente grande y de lo infinitamente pequeño, en esta Tierra nuestra y en el universo sin medida. El Espíritu sopla donde quiere, que es como decir en todo, pues lo ama y anima todo. Es el alma de cuanto vive y respira. Es la esperanza invencible, la aspiración irresistible de todos los seres, sin excepción. Es la energía que toma forma en la materia y la hace matriz inagotable de nuevas formas sin fin, desde el fotón invisible hasta la galaxia EGS8pt, cuyo nombre queda fuera de nuestros catálogos y cuya luz, emitida hace 13.200 millones de años, a 300.000 km. por segundo, llega ahora a nuestros telescopios. Y sigue.
Espíritu es, así lo siento y pienso, el nombre por excelencia de Dios, el más allá y el más acá de todo, que ninguna inteligencia puede comprender, que no es un ser ni el conjunto de todos ellos, que todos los seres celebran con un himno de silencio, y por el/lo/la que el deseo universal suspira. “Ven, Espíritu”: es el clamor, el gemido, la oración universal. Mejor tal vez: es el Espíritu quien clama, gime y ora desde el fondo de cuanto es, hasta la liberación universal. El universo es oración.
Que me perdone el lector, la lectora, el haberme desviado tanto, aparentemente, del título de estas líneas: “La hora de laicidad”. En realidad, la reivindicación de la laicidad se funda en la confesión del Espíritu, y la confesión del Espíritu me lleva a la reclamación de la laicidad. Y a eso iba.
El Espíritu es anterior a toda religión, y seguirá soplando, animando la vida o infundiendo espiritualidad, después de que todas las religiones, formaciones culturales recientes –apenas 5000 años las más antiguas, apenas un soplo–, con sus creencias y doctrinas, ritos y normas, jerarquías e instituciones pertenecientes a una cosmovisión que ya no es la nuestra, hayan perecido. Eran formas pasajeras. Nacerán otras formas igualmente pasajeras, que deberán desaparecer para que el Espíritu siga alentando.
El Espíritu es, pues, laico. No es confesional, no está ligado a ninguna forma religiosa, y menos a ningún privilegio de alguna institución religiosa. El Espíritu reclama a las religiones que abandonen sus pretensiones de verdad y de bien. No hay más verdad ni más bondad dentro que fuera de las religiones, como demuestran de sobra el pasado y el presente. No hay más bienaventuranzas de Jesús dentro que fuera de las iglesias cristianas. Él mismo lo dijo.
Me dirijo en particular a los obispos católicos del Estado español, tan aferrados aún a status, prejuicios y poderes del pasado como, por ejemplo, a sus cuantiosas exenciones fiscales. A propósito: me parece bien que queden exentos de impuestos los templos y lugares de servicio público en uso, pero solo eso, nada más que eso, de ningún modo, por ejemplo, los palacios episcopales y las casas y garajes curales, y que se aplique a la Iglesia católica la misma ley que se aplica a las otras iglesias y religiones, la misma que rige para las ONGs, sindicatos y partidos políticos. ¿O es que conocen los obispos algún político o sindicalista o miembro de alguna ONG que no pague el IBI por el domicilio particular y su garaje? Sería un delito. Tan aferrados también a la suculenta casilla de la Declaración de la Renta, por la que la Iglesia católica se queda todavía con el 0,7 del impuesto que pagan religiosamente todos los ciudadanos que no dispongan lo contrario. Tan aferrados a sus vergonzosas inmatriculaciones de bienes que fueron y han de seguir siendo de todos. Y a su insistente exigencia de que se imparta la asignatura de la religión católica en el sistema público de la Enseñanza, y la impartan profesores nombrados por los obispos y sean pagados, eso sí, con fondos públicos, con el dinero de todos. Y por si fuera poco, ahora, de la mano de la derecha más extrema, defienden el veto parental para impedir que los hijos asistan a charlas de educación sexual o de respeto a los LGTBIQ en la escuela de todos. ¡Qué bochorno para los que aún nos sentimos y vamos a la iglesia!
Es la hora de la laicidad. Dejad al Espíritu que sople, para que podamos respirar.

José Arregi

SUEÑO CON VIDA CONSAGRADA “SIGLO XXI”


col bennasar
La vida consagrada, incluyendo el celibato, no tiene “la culpa” de problemas sexuales serios y severos en varones, pertenezcan estos a instituciones religiosas o no.
No es el objetivo de estas líneas analizar esta situación, a la que podríamos sumar la violencia de género, menos atendida por esferas eclesiásticas porque, de nuevo el viejo molde patriarcal, sigue permeando su toxicidad invisibilizando y menospreciando a las mujeres. Deseo iniciar estas líneas en positivo, sin perder la consciencia  de lo que ocurre.
Dios habla en sueños cuando la realidad ensordece y ahí me encuentro: Acojo el sueño de continuar en la vida consagrada de la mano del Espíritu-Ruah que nos habita, llama y convoca en comunidad a transformar la realidad.
Su presencia-actuación en nuestra vida no es piramidal, es de inhabitación mutua. Si podemos afirmar científicamente que casi el 80% del cuerpo humano es agua ¿qué porcentaje podríamos afirmar de la Ruah en nosotras y nosotros? ¿Acaso el Espíritu de Dios “se puede medir”?  Si afirmamos que estamos en Dios, que somos Uno con ese Amor y esa Vida ¿cuál es mi sueño para nuestro hoy?:
Mi sueño es vivir una consagración libre y gozosa en medio de las turbulencias que vapulean nuestra realidad histórica. Yo he encontrado esa comunidad libre y liberadora. Existe y está abierta a laicas y laicos, es ecuménica y por ello no-canónica.
Este estado ecuménico nos permite una libertad de conciencia y responsabilidad comunitaria que va mucho más allá de las conferencias episcopales específicas, pues integra todas las confesiones cristianas e invita a una delicadeza de conciencia enorme ya que todo se decide en el seno de esa corresponsabilidad comunitaria, con sumo respeto con el sentir de las diferentes diócesis donde vivimos.
¿Qué características tendría la vida consagrada de mi sueño?
Una vida en estrecha intimidad con el microcosmos y el macrocosmos. Una vida enamorada de la vida:
*con capacidad para una intimidad sana y madura con todo y con todos signo de madurez, es a lo que se nos invita en la vida consagrada.
*con mujeres y hombres enamorados del Dios y del cosmos que nos habitan. Personas de silencio de ego, trabajo diario del Espíritu en colaboración con nosotr@s,  y de palabra preñada de sentido profético para hoy. Personas capaces de reciclar lo plastificado y acartonado del pasado, lo vidrioso y acumulado en el armario, para “dejar espacio” al hoy.
*Un modelo de “intimidad” con el  microcosmos cuya plasmación la podemos encontrar en las comunidades primitivas. Miembros de estas comunidades fueron itinerantes, que parece ser, la itinerancia, es el estilo de vida que eligió el Maestro en sus años de vida pública, y que sus seguidor@s continuaron.
La itinerancia no es sólo física, pero cuando lo es, ayuda a vivir desprendidos y dependientes de la hospitalidad de las personas que te acogen, introduciéndote en la intimidad de su hogar.
Ahí, en esa desinstalación se forja un carácter abierto y sencillo. Si cargas arrogancia pronto perderás a tus anfitriones. La itinerancia presupone ligereza de equipaje y de ego. Ambos son incompatibles para ser recibidos e iniciar comunidades de fe domésticas y locales…con quienes te acogen, aunque sea por un fin de semana, o un curso…
¿Y si lo probáramos? Yo lo he probado, y me encanta. La gente, las familias, en general, son impresionantemente hospitalarias. No necesitan proponerse compartir, todo está ahí, para todos. Y entre tostadas y risas se crea una cercanía, una intimidad con la vida de esas personas que nos acercan al Dios que cuando decide quedarse elige la forma de pan y vino. De mesa compartida. ¿Hay algo más íntimo que el pan?
Creo que las familias tienen mucho que enseñarnos, en estos tiempos, a la VC. Ellos y ellas tienen que confrontar su intimidad constantemente, si quieren mantener su relación de pareja viva, su relación con los hijos fresca…nosotr@s nos podemos escaquear incluso justificándonos, en el fondo, podemos ser más inmaduros e inmaduras si nos descuidamos.
No es realista que los consagrados podamos tener “todo cubierto” cuando las familias hacen malabarismos para llegar a fin de mes. En mi comunidad religiosa no tenemos propiedades en común, ni casas religiosas. Cada miembro es autosuficiente, incluyendo proveer para su retiro y vejez. Es un reto y una liberación. No tener más que lo que puede tener una familia normal, y lo que se tiene, se hereda…compartirlo con quien más lo necesita.
Y esto me abre la puerta a la dimensión de intimidad con el macrocosmos, con el todo:
Como dice T. Berry, y parafraseo algunas de sus ideas:
“La misma estructura y creatividad del universo depende de la intimidad-interdependencia de todo con todo. Cada ser existe en relación con la totalidad de la comunidad que compone el universo… Así el humano existe gracias a la intrínseca conexión de todo en el universo.
Probablemente la relación humana con el resto del universo ha sido el aspecto más descuidado de nuestra manera de enseñar la espiritualidad. Descuido que nos ha provocado un daño enorme a ambos: a los humanos y al planeta.”
No acabamos de pillar que todo es sagrado. Que nosotr@s no podríamos ser sagrados si no estuviéramos en un mundo que es sagrado.
De ahí la necesidad de una íntima y sagrada relación con todo. Por ello, el amor con-sagrado de las personas convocadas a la vida religiosa es enormemente amplio, grande y concreto a la vez.
No puedo abusar de nadie ni de nada por propio beneficio o placer egoísta, porque así de-sacralizo el universo que se me pone en las manos, consagradas por bautismo e invitadas a ser co-creadoras.
Y sueño pues, como conclusión práctica, con una VC comprometida con la Casa común, donde los edificios indiquen por su sencillez y compromiso con la tierra, que somos uno, que no explotamos los montes para producir cemento, que usamos los bosques inteligentemente programados para construir con madera las casas del futuro, según numerosos estudios del hábitat. Casas minimalistas, en comunión e intimidad con el entorno, usando energías renovables y sobretodo las propias que nos regala la naturaleza del lugar…
Menos cemento, más madera y tierra sembrada. Ciudades menos cargadas de CO2 porque usaremos energías alternativas. Porque comeremos lo que producen los hortelanos más cercanos, repoblando la España vaciada con personas que quieren trabajar, con refugiados que buscan hogar… y llenaremos nuestros pueblos con familias y vida nueva, trabajo y comunidad de cuidadores de la tierra, donde los niños crecerán no sólo con las últimas tecnologías, sino en contacto con la tierra, los frutales, las personas, las estrellas.
Y los religiosos estaremos allí, donde está la vida. En el lado preventivo. Co-creando espacios abandonados con iniciativas oradas y discernidas. Y nuestra comunidad del futuro posiblemente no sea de personas consagradas a la vieja usanza, sino de personas conscientes de que son sagradas: familias, refugiados, religios@s cuidando de todo, en diálogo, igualdad, armonía evangélica.
¿Soñadora? Siiii. Y feliz de serlo. Algo así tenemos entre manos un grupo de personas conscientes de que sus vidas están “consagradas”. ¿Conventos del futuro? Aldeas y comunidades consagradas en medio de la vida.

Magda Bennasar Oliver, sfcc

LAS RELIGIONES SON RECORTES POSIBLES DE INFINITO PARA HACERLO INTELIGIBLE Y ASUMIBLE A ESCALA HUMANA


col melloni
En la etimología de la palabra se halla la clave de lo que buscamos: las religiones son un religare, un relegere y un religere de la aspiración humana por lo Esencial. Religare implica “crear vínculos”, "establecer lazos" con la triple dimensión de la realidad: la divina, la humana y la cósmica. A cada uno de los tres ámbitos le corresponde una característica: las creencias están en relación con Dios; los códigos de comportamiento se relacionan con el grupo humano, y en los ritos nos ponen en relación con el mundo y la naturaleza, en tanto que nos sitúan en las coordenadas de tiempo y espacio.
Relegere significa "releer", "interpretar" el misterio de Dios, el sentido de la vida y de la muerte, de la existencia de cada uno, el porqué del mal... Las religiones son recortes posibles de infinito para hacerlo inteligible y asumible a escala humana. El Misterio permanece inalcanzable, siempre más allá de cualquier interpretación que se haga de él.
Las religiones son dedos apuntando la luna, pero no son la luna. Indican una dirección a seguir hacia un Allá –oculto en cada Acá- que trasciende cualquier palabra y cualquier vehículo, porque Dios permanece siempre más allá de todo y también siempre más acá en todo.
Religere significa elegir una y otra vez, con plena libertad y lucidez, el camino que uno siente ser llamado a recorrer. Las religiones proporcionan el marco donde ejercer el continuo acto de elección por la Vida, estimulando actos cada vez más lúcidos y libres.
Las tres posibles etimologías tienen en común el re- que las precede. El prefijo indica que estos vínculos no son estáticos sino que están en movimiento, en la medida en que son capaces de adaptarse a las situaciones cambiantes que se dan en cada tiempo y generación. Sin este prefijo de reduplicación y de dinamismo, las religiones pueden convertirse en prisiones que, al no renovarse, caen en la inercia o constriñen y acaban en coacción.
Los tres ámbitos que abrazan las religiones (el divino, el humano y el cósmico) están implicados en cada religión simultánea y recíprocamente, ya que el modo de concebir la divinidad marca el modo de comprender la humano y de relacionarse con el cosmos, así como el modo de comprender lo humano determina nuestra relación con lo divino y con lo cósmico, y nuestro modo de estar y relacionarnos con el mundo determina nuestras imágenes de Dios y nuestras relaciones con los demás. Por ello, toda religación es al mismo tiempo una interpretación de la realidad. El modo de vincularse crea una determinada comprensión y desarrolla unos determinados valores.
Los textos sagrados contienen la “revelación” de esos códigos de comportamiento y los momentos fundantes de los actos que después se ritualizarán.
Cada religión ofrece una constelación de creencias, criterios de conducta y rituales para que las personas experimenten que no están solas ni aisladas, sino que forman parte de un tejido de vínculos y relaciones que los hacen entrar en comunión con el Todo liberándolos de la soledad, de la confusión o de la incertidumbre. Cada religión ofrece el legado de una larga tradición donde los diversos elementos tienen coherencia en su conjunto.
Podemos identificar tres grandes constelaciones religiosas en la humanidad: las religiones cósmicas, las personalistas y las oceánicas. En la triple apertura que todas ellas hacen posible hacia lo divino, lo humano y lo cósmico, las religiones cósmicas –fundamentalmente las aborígenes- viven su experiencia humana y de lo sagrado a partir del contacto con la naturaleza; las religiones personalistas –el judaísmo, el cristianismo y el islam- ponen su acento en la dimensión ético-comunitaria y en el valor de cada persona, ya que emanan de la experiencia de un Dios personal; y las religiones oceánicas se caracterizan por la noción de un Todo en el que las individualidades emergen y se sumergen continuamente. Cada religión contiene los elementos que el ser humano requiere para hacer su camino de transformación hacia el origen, pero cada una de ellas ordena estos elementos de un modo particular y único.
Ninguna religión se considera “inventada” por una persona, sino que está fundada a partir de un acontecimiento que sobrepasa la realidad humana y que tiene un origen sagrado. Por esto hablamos de revelación, porque se considera que algo o alguno ha traspasado el velo del Misterio por iniciativa de lo divino que querer mostrarse. Pero el revelarse del Misterio desvela tanto como vela, porque Dios, lo divino, lo trascendente, está atravesado por un excedente que lo preserva en su inagotablidad.
No es posible comprender una religión sin captar su núcleo fundante, aquella experiencia o acontecimiento originario que la excede desde el comienzo y la atrae a la vez desde el fin, porque en toda experiencia religiosa, lo que está al inicio está al final y lo que está al final está al inicio, a la vez que se está llamado a ser vivido en el presente. No es posible captar ese núcleo sin abrirse a la experiencia integral que comporta. Por ello es tan difícil comprender en verdad un camino religioso que no sea el propio.
Hay algo muy importante a considerar: las religiones, siendo vías hacia el absoluto, tienen el peligro de absolutizarse a sí mismas. Aunque ellas mismas tienen el antídoto para no caer en este peligro, ya que todas se remiten a un Origen que las trasciende. En el caso del judaísmo, el nombre de YHVH es un no-Nombre, porque es un nombre impronunciable; en el islam, Allah Akbar, “Dios es siempre mayor”, recuerda que toda imagen o apropiación de Dios es idolatría; en el hinduismo, Brahman solo ha mostrado una cuarta parte de su ser; en el budismo, el vacío (sunyata) preserva de toda tentación de substantivación, lo mismo que en el taoísmo, donde el Tao, el flujo de todas las cosas, no se deja atrapar en ninguna.
Para nosotros, en el cristianismo, se trata del dinamismo del acontecimiento pascual: la muerte y resurrección de Jesús suceden fuera del perímetro de Jerusalén, rasgando el velo del templo. Esto significa que ninguna religión puede delimitar el espacio sagrado donde se manifestará Dios, sino que Dios sobrepasa todos los lugares que le asignamos.
En definitiva, las religiones se han gestado en el corazón de las comunidades y culturas humanas para proporcionar tanto en las personas como en las comunidades la triple apertura a la realidad: hacia la trascendencia abren a la vía mística; hacia las relaciones interpersonales abren la vía ética; y hacia el cuidado y respeto por la tierra abren la vía ecológica.
Siendo completas cada una en sí mismas, hoy descubrimos más que nunca la necesidad de compartir su sabiduría y sus hallazgos milenarios para poder habitar en esta casa común.

Comunicación y Pastoral de la mano en la 6ª Jornada de Comunicación


- Por: Salesianos Comunicación


Tendrá lugar el 25 de febrero en Madrid y contará con la presencia del jesuita, sociólogo y escritor José María Rodríguez Olaizola.

 
1
2
3
4
5
De la mano del jesuita, sociólogo y escritor José María Rodríguez Olaizola se abordará en esta edición una propuesta sobre la relación entre Comunicación y Pastoral para unir a personas e ideas, y hacer uso de ella para construir un mundo mejor desde el Evangelio. 

Durante la tarde los asistentes compartirán una serie de talleres prácticos sobre las nuevas formas de consumo de contenido on line a través del uso práctico del podcast e instragram.  

Esta jornada formativa, desarrollada en la sede inspectorial de Santiago el Mayor, está dirigida a los representantes de las presencias y entidades salesianas interesados por la comunicación y con sensibilidad pastoral en este campo, además de directores y responsables de escuelas, centros juveniles o parroquias.  

El horario completo de la jornada será el siguiente: 

10:00. Acogida de los participantes
10:30. Breve oración, presentación y saludos.
Intervención de Javier Valiente. Delegado Nacional de Comunicación de Salesianos.
11:00. Ponencia: Construyendo puentes desde la comunicación: el papel del comunicador cristiano. A cargo de José María Rodríguez Olaizola.
12:30. Diálogo con el ponente
13:00. Trabajo por grupos e intercambio de experiencias
14:30. Foto de familia y tiempo libre
15:30. Talleres prácticos:
- Instagram. El éxito de la imagen. Cómo sacarle el máximo partido conociendo todas sus funciones y posibilidades.
- Podcast y radio online. El poder del sonido. Grabaciones, edición de audio, emisión en directo, cómo usarlo en presencias salesianas y entidades.
17:30. Evaluación y conclusión de la Jornada.

El coste de inscripción es gratuito y el plazo estará abierto hasta el 21 de febrero o completar aforo. La inscripción se realiza mediante formulario on line.  




Puedes conocer el desarrollo de las cinco primeras ediciones en los siguientes enlaces: 


Más información en el material adjunto y en prensa@salesianos.es