Continúa la guerra, pero regresan los Campamentos de verano

 

14/06/2016 | ANS

La guerra en Siria no apaga el ambiente salesiano. Los niños y niñas en Alepo disfrutan de los campamentos de verano, en un marco de alegría y fiesta.

Después de más de cinco años de guerra en Siria, se sigue derramando mucha sangre en Siria. Los líderes militares y políticos de las diversas facciones continúan persiguiendo sus propios fines, en detrimento de los intereses públicos. Sin embargo, hay algunos que son más obstinado que estos líderes; estos son: los salesianos, que siguen proporcionando a los jóvenes la llamada Ciudad Martir de Alepo el “Verano para los muchachos”.

El campamento de verano del oratorio salesiano se dio inicio hace una semana y asisten 800 niños, muchachos, muchachas. Participan y asisten a la comunidad Salesiana unos 85 animadores de diferentes edades y de diferentes grupos de la Familia Salesiana en Alepo.

“A pesar de la guerra y la oscuridad que viene después de tanta violencia, tratamos de iluminar con esperanza el corazón de los muchachos de Alepo. Con mucho cuidado, tratamos de llevar a los niños del oratorio en autobús, para que puedan vivir unas pocas horas en alegría y en serenidad”, explica don Pier Jabloyan, Salesiana Siriano.

Este año el tema del campamento de verano gira en torno al tema de la misericordia, a partir de la historia del profeta Jonás. "Es un tema de gran actualidad para nosotros, no sólo porque este año es el jubileo, sino porque nos toca profundamente: nuestra tierra tiene necesidad de la misericordia que proviene de Dios".

En esta guerra sin piedad, la ciudad vive la mayor contradicción: por un lado, todos los ciudadanos se ven obligados a vivir en medio de la guerra, con el miedo a la guerrilla y a los francotiradores, a las explosiones, a la falta de servicios públicos, a la muerte, a las enfermedades... por otra parte, la comunidad educativa se esfuerza por vivir el día a día tanto como sea posible, pero en paz. Tan pronto como sea posible se piensa y se hace todo lo posible para restaurar la escuela y las actividades.

"En todo esto, como hijos de Don Bosco tratamos de hacer la mayor parte de nuestros esfuerzos y trabajar sobre todo con jóvenes más pobres. Sólo el Señor sabe cómo hacer las cosas aquí. Nosotros les pedimos que sigan orando por nosotros, porque en estas fechas parece que esperamos días muy difíciles”, concluye don Jabloyan.