¡Así, no!, Don Ricardo. (Carta abierta al presidente de la CEE) Jesús Mª Urío Ruiz de Vergara (párroco de Nª Sª de la Piedad, Vicaría IV, Madrid)

Don Ricardo Blázquez:

Me tomo la libertad evangélica de dirigirme a Vd. como presidente de la Conferencia Episcopal Española. El tema es la noticia que, a través de Redes Cristianas, he leído en elplural.com. Y le pido permiso para presentar los asuntos de mi carta a modo escolástico, con orden y claridad.

Si es verdad lo que informa ese medio digital sobre la reunión de la comisión permanente de la CEE, animando al canal 13TV a continuar con la línea, según ellos mejorada, de los últimos meses, mal vamos. Y no sé cómo los obispos catalanes, y los vascos, por lo menos, y otros obispos, no ya con sentido común, sino con sentido evangélico, no han protestado con energía contra el apoyo mostrado por la permanente a un medio de comunicación que, en opinión de muchos que estamos metidos de lleno en la tarea de evangelización, está en las antípodas de lo que podríamos, no ya soñar, sino humildemente pedir de un medio decentemente llamado cristiano. Y no digo católico, porque ya sabemos cómo esta nota esencial de la Iglesia se ha convertido en logos identitario de lo que se puede llamar, y algunos así denominan, extrema-derecha-católica. ¡Dios nos libre! Que les pregunten a mis parroquianos sobre la Cope y esta televisión impresentable.

Si hay obispos que, conociendo el escándalo de los contenidos, y, sobre todo, de los modos y estilo de esta cadena, no la denuncian en público por miedo a no se sabe quién, pues yo tendré, desde aquí, que denunciar a esos obispos de ser malos pastores, de dejar que el lobo campee abiertamente en el redil, y que haga estragos. Porque, ¿a quién interesa que los ¿profesionales?, y la mayoría de tertulianos de 13TV, ganen dinero destruyendo lo poco que podemos hacer evangelizando a nuestros fieles? ¿Han oído alguna vez en sus programas estrellas recordar enseñanzas del Señor-Maestro como: “el perdón de los enemigos”; el “no juzgar, el no condenar”; el “no se puede servir a Dios y al dinero”; o, “¿cómo quieres quitar la mota del ojo de tu hermano, si primero no te quitas la viga del tuyo? ¡Hipócrita!, quítate antes tu viga, y después verás para retirar la mota el ojo de tu hermano”; o, “si cuando vas a presentar tu ofrenda, (vas a misa) te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda junto al altar, y vete a reconciliarte con tu hermano”; o, “da la que te pide, y no des la espalda a quien te pide prestado”, etc., etc. No. Nunca hemos oído nada de esto, porque dicen todo lo contrario.

¿Conocen, tan siquiera, estos contertulios, que Jesús se identificó con los más desfavorecidos, (sí, Jesús de Nazaret, no ningún comunista, que todavía no existían, ni ningún seguidor de “podemos”; que tampoco), y aseguró que cuando atendíamos al hambre, o la sed, o el desabrigo, o la enfermedad, o la soledad, de cualquiera de nuestros semejantes, lo atendíamos a Él? ¿Se atreverían a afirmar que Jesús era un populista y un demagogo?¿Cómo pueden nuestros obispos confiar un medio de comunicación, que teóricamente va ayudar a propagar la Palabra del Evangelio, a periodistas, -que ni siquiera lo son, no en grado excelso, sino que casi no llegan al de aceptable-, que demuestran desconocer, o, lo que sería peor, despreciar, las enseñanzas de Jesús, y la firme orientación evangélico-social que el papa Francisco, de acuerdo con el Evangelio de Nuestro Señor, está imprimiendo a la Iglesia? ¿O será que hay obispos que quieren positivamente poner palos a la rueda del carro que está intentando mover Francisco?

Don Ricardo, no sé si alguna noche se ha quedado, no digo todo el programa, sino solo media hora, -que más tiempo lo podría intoxicar-, viendo y oyendo las barbaridades que, para un oído medianamente cristiano, sueltan los comunicadores (¿?¿?¿?) del programa estrella de la 13TV, “El Cascabel”, (antes “El cascabel al Gato”). Le pido que lo haga una vez, por lo menos, y nos comunique su opinión. Espero que, de acuerdo con su celo pastoral, y su responsabilidad de presidente de la CEE, de las órdenes pertinentes para eliminar ese programa, y, aun perdiendo dinero (“no se puede servir a Dios y al dinero”), cerrar la cadena. Muchos estamos seguros de que así actuando harían un gran servicio al Pueblo de Dios.

Un abrazo en la Paz y el Espíritu del Señor.