Artículo de “El Guardián del Areópago” sobre la equiparación PP=Caritas Jesús Mª Urío Ruiz de Vergara

Ya que los obispos callan, este pobre cura hablará.

He buscado en algún portal cristiano, y no he encontrado, ninguna manifestación, hablada o escrita, de obispos españoles, o de la CEE, sobre el insulto proferido por el partido del Gobierno contra Caritas. Solo he encontrado el artículo de Religión Digital que cito más abajo.Mientras no se decida lo contrario, Caritas es una ONG de la Iglesia, y, por cierto, una de las más estimadas, apreciadas y valoradas entre todas las ONGs del país. Y eso porque se sabe la seriedad, responsabilidad, generosidad, y ¡voluntariedad!, con las que trabaja.

Es, además, un espejo de la solidaridad de los católicos, o incluso, de ciudadanos no practicantes, o ni siquiera creyentes, que consideran de gran valor social y democrático, características definitorias del reino de España, colaborar en una ONG que, fundamentalmente, se dedica a paliar las miserias y penurias de los más necesitados. Pues bien, el Gobierno actual de nuestro país ha decidido que su partido, el partido que lo sustenta, el PP, tiene, como Caritas, unos fines absolutamente altruistas, y es una organización sin ánimo de lucro. Ni siquiera, parece, de la ventaja evidente de ostentar el poder, y tener la autoridad para dirigir el flujo y las corrientes de los dineros públicos en una u otra dirección.

Porque, y eso es evidente a la vista de la historia partidista de nuestro país, los partidos políticos están compuestos por personas de una moral intachable, con un encendido y ferviente amor a la causa pública, y las ayudas que tienen en la época electoral, por ejemplo, son empeladas, ¡no faltaba más!, para ayudar a otros partidos menos potentes, para que éstos, también, puedan preparar, organizar y realizar sus mítines y máquinas de propaganda, que cuestan un pastón, y sería una injusticia que unos partidos tuviesen más medios que otros para conseguir sus propósitos, siempre democráticos, y únicamente interesados por la cosa pública. Exactamente como Caritas, que ayuda por igual a católicos, ortodoxos, protestantes, musulmanes, para que todos tengan alguna oportunidad, por lo menos, de vivir con dignidad. Así que el PP, a partir de ahora, va actuar con esa altura de miras, y no solo el presidente del Gobierno va a ser declarado por aclamación presiente de Caritas, como anuncia y aboga Faustino Vilabrille Linares en su blog, que publica Religión Digital, (RD), y que os animo a leer, sino que en consonancia con el nombramiento va a retirar las vallas, adornadas de concertinas, de Ceuta y Melilla, y va a disponer de presupuesto suficiente para atender muy bien a nacionales e inmigrantes, y hasta para ayudar a que muchos voluntarios de Caritas se jubilen, agotados por el esfuerzo de tener que reclamar a las fueras celestiales todos los días para realizar la multiplicación de los panes, y de los dineros, y la conversión de corazón de tantos jueces sin entrañas que, todos los días, están mandando a tanta familia necesitada a la p… calle. Y otras ventajas preeminentes que advendrán con ese nombramiento.

Y todo esto viene a cuento por el descaro, la desfachatez y la machada de comparar los fines del PP, a los de Caritas, a efectos del pago a Hacienda, cuyos peritos y profesionales han venido obstruyendo la labor del juez Ruz en el cálculo del montante de la multa que el partido político debe de pagar a Hacienda. O sea, que no contentos con esa actitud chulesca de dar lecciones al juez, y de su pretensión de usurpar las funciones legislativas, han tenido la obscena idea de insinuar que su partido político tenga las mismas deducciones impositivas que ONGs tan reconocidas como Caritas o Cruz Roja. Por una parte, para justificar las trabas a la Justicia para el pago de la multa que le ha impuesto, y, por otra, a largo plazo, para ver si, a río revuelto, cae el dulce de esa inicua, infame y canalla identificación de los partidos políticos con las hermanitas de la Caridad. Espero que nuestros jueces, todavía honestos y rectos, ¡no sabemos!, no se dejen embaucar por esa idea descabellada, abusiva e intolerable.

¿Es motivo, o no, para que nuestros obispos, algunos individualmente, o la CEE (Conferencia Episcopal Española) en su conjunto, denuncie la prepotencia y desmesura de nuestros gobernantes?