Las respuestas a la encuesta mundial encargada por el Papa solicitan más misericordia y menos prohibiciones
En un gesto sin precedentes, el papa Francisco decidió en noviembre
pasado pulsar la opinión de los católicos del mundo entero sobre asuntos
corrientes, como los niños nacidos fuera del matrimonio, la
contracepción, las parejas de hecho, los divorciados que se han vuelto a
casar, las uniones homosexuales o el aborto; y lanzó una consulta
universal a través de las parroquias sobre 38 cuestiones que para
algunos sectores de la Iglesia son delicados o directamente tabú.
La idea de Jorge Mario Bergoglio era
conocer de primera mano cuáles son los principales desafíos para las
familias, tema central del consistorio que se celebrará en el Vaticano
los días 20 y 21 de febrero y del sínodo del próximo otoño, para
averiguar si los católicos comparten o no la doctrina oficial de la
Iglesia.
El 90% de suizos pide que se bendiga al divorciado que se vuelve a casar
Las respuestas a las 38 cuestiones que envió el Vaticano a los
obispos han empezado a llegar a Roma, y los primeros datos sugieren que
el sondeo puede convertirse en un bumerán para el Papa, o tal vez en
combustible para la renovación emprendida por el jesuita argentino.
Muchos fieles europeos, algunos de los cuales han respondido a las
preguntas a través de Internet, se muestran especial y mayoritariamente
críticos con las enseñanzas de la Iglesia sobre la contracepción y el
divorcio, por ejemplo.
Alemania y Suiza, dos países muy secularizados, recomiendan con
nitidez al Vaticano que abandone su doctrina sobre los divorciados que
se vuelven a casar y sobre las parejas homosexuales.
La encuesta realizada por los obispos suizos entre 23.636 feligreses
revela que el 90% de los preguntados espera que la Iglesia reconozca y
bendiga a los divorciados casados por segunda vez, y que el 60%
reconozca y acoja a las parejas gais. Al mismo tiempo, un 80% de los
católicos suizos considera que el matrimonio religioso es importante.
Los obispos helvéticos afirman, además, que las respuestas son
convergentes entre las distintas generaciones y sexos.
Los alemanes discrepan del matrimonio sin convivencia previa
En Alemania, lo más destacado es que los jóvenes católicos reconocen
abiertamente que no siguen las enseñanzas de la Iglesia sobre la
convivencia prematrimonial, que es casi universal en el país, y
recuerdan a la jerarquía católica que es irresponsable casarse sin haber
probado antes la solidez de la relación. Además, los fieles alemanes
creen que el protocolo de anulación de las bodas en el Tribunal de la
Rota puede ser “deshonesto”, y muchos divorciados admiten que se alejan
de la Iglesia porque les trata “sin misericordia”.
En Francia, el vicepresidente de la Conferencia Episcopal,
Pierre-Marie Carré, ha afirmado que los católicos piden a la Iglesia más
apertura a la vida, menos oposición a los anticonceptivos y la
abolición de la prohibición de la comunión a los divorciados unidos en
una segunda boda. Sobre la sexualidad, la mayoría de los encuestados
cree que la Iglesia debería dar algunas orientaciones y dejar el resto a
la conciencia de cada cual. Y se oponen a que la Iglesia legisle sobre
el deseo de las parejas a tener hijos.
El sondeo ha suscitado mucho interés en las comunidades cristianas de
los países desarrollados, y una recepción más tibia en lugares como
África, donde muchos asuntos planteados se consideran un tabú. El papa
Francisco, que ha afirmado que la Iglesia debe acoger a quienes “no
están en regla”, mantiene de momento una posición más conservadora sobre
temas doctrinales, especialmente sobre el matrimonio gay.
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