Reconozco que aburro hasta a las ovejas, pero hay dos asuntos que no
comprendo cómo podemos dejar de prestarle atención ni un solo minuto por
amargos que sean. Uno, el paro, auténtico cáncer de nuestra
sociedad, y el otro el asesinato social que prepara el Gobierno con la
reforma de las pensiones, de la que dependen nada menos que nueve
millones de españoles, más familias. Según Comisiones Obreras esta
propuesta supondrá una disminución de la capacidad de compra de hasta un
28% en incómodos plazos. O esto es así o CCOO debe ser arrojada a las
tinieblas de la ignorancia por especular en falso y alarmar con un tema
capitalísimo. En cualquier caso se puede dar por sentado que la rebaja
será sustancial.
Sí, ya sé, señora ministra del ramo, que
usted alega e insiste en que nunca más se congelarán las pensiones en
España, en un claro ataque a lo que hizo el PSOE, pero evita decir que
en el computo de la legislatura el PSOE las subió bastante más que
ustedes, con congelación o sin ella, y se ufana usted de afirmar que
ocurra lo que ocurra subirán un 0,25%, que no sé cómo no se le cae a
usted la cara de vergüenza de decirlo, justo después del dato de que en
este mes de agosto pasado los alimentos, eso con lo que come la gente,
sufrieron la mayor subida de los últimos diez años, 7,6% para los alimentos frescos
por las patatas y la fruta, y una subida con fuerza para los aceites.
Es decir, que no subirán lo mismo que el índice de la vida, y además,
para mayor desfachatez, lo ligan ustedes a la demografía y esperanza de
vida, cuando más vivas menos cobras, como si tus gastos disminuyeran.
Si no tienen dinero sáquenlo de las cajas fuertes
de los poderosos, vulgo ricos, de toda la borrachera de dispendios que
han causado ustedes, de impuestos con un mínimo de justicia
distributiva, que los empresarios paguen las cuotas que haga falta, de
múltiples sitios, pero no condenen a nueve millones de españoles a
rebajarles un 20% sus pensiones, que ya son ridículas y de las más bajas
de Europa, eso que tanto cacarean ustedes y ponen de ejemplo.
Por lo visto y padecido, se puede rescatar a la banca con cifras
mareantes, que además no se recuperan en su inmensa mayoría, pero no se
puede impedir que los españoles caigan en la estrechez de vida, rayana
en la pobreza. Me lo
expliquen. Son ustedes unos repugnantes representantes del capitalismo
más duro y nauseabundo, al capital ni tocarlo. Son ustedes unos
auténticos asesinos sociales. Éste es el colofón del incumplimiento de
sus promesas. No hay disculpas ni circunstancias posibles sobrevenidas.
Como siempre, le van a meter ustedes una puñalada trapera a los más
débiles e indefensos.
Lo que resulta increíble es que ante este anuncio la gente no se tire
a la calle, y no solo eso sino que encima la mitad de los pensionistas
actuales o futuros les sigan votando. ¿Pero están ciegos, no ven cómo
los poderosos y semipoderosos, con tantas y tantas pensiones de
jubilación obscenas, no sufren las consecuencias de esta política del
Gobierno? ¿Por qué tienen que pagarlos los pensionistas? ¡Qué falta hace
una cadena gigantesca de pensionistas! Nueve millones son más de 20
veces la fantástica cadena catalana. Entre cadenas y votos, los
pensionistas, si quisieran, podrían enviarles a ustedes al infierno que
se merecen.
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