Hace
seis meses, en el primer discurso como Papa Francisco, el argentino
José Mario Bergoglio, 77 años, refiriéndose a su nacionalidad, afirmó:
“Parece que los cardenales fueron a buscar al nuevo pontífice al fin del mundo”. La frase simplona, dicha en tono de broma, tal vez
haciendo mención a la condición de periferia del mundo desarrollado que
incluye a América Latina, o también al simple hecho de que su país esta
ubicado en el extremo sur del continente americano, ya era un pequeño
indicio de que nuevos rumbos, o por lo menos nuevas posturas y nuevos
discursos, podrían comenzar a ser vistos en la cumbre de la Iglesia
Católica Apostólica Romana.
En exactos 180 días en el liderazgo del
catolicismo del mundo, desde el 13 de marzo de 2013, el Papa Francisco
profiere discursos, adopta posturas, señala hacia la quiebra de viejos
paradigmas, que están rompiendo definitivamente con el conservadorismo
consolidado por sus antecesores, el Papa polaco Juan Pablo
II, que gobernó la Iglesia Católica durante 28 años, y el alemán
Benedicto XVI. Este último, después de menos de ocho años de
pontificado, en una actitud rara a lo largo de la historia de la Iglesia
Católica, ya que renunció en febrero de 2013, aún por motivos poco
explicados, en medio de denuncias de corrupción en el Banco del
Vaticano.
La más reciente novedad proveniente del Papa Francisco parece señalar
hacia otra ruptura de la Iglesia con sus viejas posiciones. Este
miércoles, 11 de septiembre, el sumo pontífice recibió al fundador de la
Teología de la Liberación, el padre dominicano Francisco Gutiérrez. En
el auge del conflicto entre comunismo y capitalismo, en las décadas de
1970 y 1980, la Santa Sede condenó a esa corriente de la Iglesia que
surgía en América Latina, con
una fuerte tendencia marxista y revolucionaria, defendiendo las
necesidades de los pobres y afrontando los intereses de la propiedad
privada y del sistema de producción capitalista. Juan Pablo II declaró,
en 1979, que “la concepción de Cristo como político, revolucionario,
como un subversivo de Nazaret no es para la catequesis de la Iglesia”.
ReproduçãoEl encuentro del Papa Francisco con Gutiérrez, considerado
no oficial, ocurrió pocos días después del amplio espacio que el
Observatorio Romano (L’Oservatore Romano), diario oficial
del Vaticano, dio al libro “En nombre de los pobres, teología de la
liberación, la teología de la Iglesia”, escrito por el arzobispo alemán
Gerhard Ludwig Müller y actual prefecto de la Congregación para la
Doctrina de la Fe, conjuntamente con Gutiérrez, y publicado en Alemania
en 2004. El acercamiento con los teólogos de la liberación habría
comenzado ya en la gestión de Benedicto XVI, mediante visitas realizadas
por el arzobispo Müller a Gutiérrez, en Perú.
En una entrevistaconcedida a Angelo Sarto y publicada en el sitio web
Vatican Insider, Gutiérrez afirma que nunca supo que Bergoglio, todavía
en Argentina, había condenado la Teología de la Liberación, como ha
sido informado por la gran prensa. Él cree que el nuevo Papa está
poniendo en práctica lo que dice el Evangelio y no específicamente la
Teología de la Liberación, como máximo tal vez, una teología que se le
acerque. Gutiérrez también se muestra optimista sobre una posible
reconciliación con el Vaticano. “Hacer previsiones es siempre difícil.
Pero parece que esto puede ocurrir, aunque yo no pueda decir cómo,
porque no puedo responder por aquello que el Papa realizará. ¡Pero este
momento es muy rico, interesante y evangélicamente nuevo! Yo espero que
este clima continúe. No tanto para la teología de la liberación, sino
para ir a la raíz del Evangelio”.
La mayor apertura paraReprodução las manifestaciones de los fieles,
aparentando una inédita accesibilidad en comparación con sus
antecesores, también ha animado a los católicos de todo el mundo. Una
reciente prueba de ello fue la respuesta, de propio puño y letra, a una
carta abierta escrita por el presidente del diario italiano La
Repubblica, Eugenio Scalfari, con dudas sobre la fe cristiana después de
la lectura de la Encíclica Lumen Fide (Luz y Fe), dirigida por el Papa a
los sacerdotes católicos en junio de este año. En ese documento,
Francisco discurre sobre la fe, la verdad y el amor en la Iglesia.
En la respuesta al diario, él ratifica que la verdad no es un
concepto absoluto que los cristianos poseen, sino un bien que debe ser
alcanzado mediante una relación personal con Dios. La fe surge del
encuentro con Jesús, y ese encuentro sólo sería posible en la Iglesia.
Durante su presencia en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ),
realizada en Brasil, en julio de este año, el Papa sorprendió a los
fieles con posturas que pocas veces se vio de un sumo sacerdote. Desde
esquivar la seguridad para acercarse a las miles de personas que lo
acompañaban, hasta dar una entrevista improvisada dentro del avión que
lo llevaría de vuelta al Vaticano.
Reprodução”Yo no podría venir a ver a este pueblo que tiene un
corazón tan grande, protegido por una caja de vidrio. Y en el automóvil,
cuando ando por la calle, bajo el vidrio. Para poder extender la mano,
saludar a las personas. Quiere decir, o todo o nada. O se hace el viaje
como debe realizarse, con comunicación humana, o no se hace”, dijo el
Papa en una entrevista a una red de televisión brasilera. Él predicó
también que los jóvenes tienen el derecho de protestar, cuando fue
indagado sobre su evaluación en relación con las manifestaciones que
tomaron las calles del país en junio y julio de este año. “Un joven que
no protesta no me agrada. Porque el joven tiene la ilusión de la utopía,
y la utopía no es siempre negativa. La utopía es respirar y mirar hacia
adelante”.
Una de las declaraciones más polémicas tiene que ver con su posición
en relación con los homosexuales. En la entrevista que dio en el avión,
afirmó: “Si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad,
quien soy yo para juzgarlo”, declaró. “El catecismo de la Iglesia
explica esto muy bien. Dice que ellos no deben ser marginados por su
condición, sino que deben ser integrados en la sociedad”, insistió. Las
declaraciones dividieron opiniones, pero sin duda, indicaron una postura
más abierta de la Iglesia Católica hacia los gays.
Otra práctica deReproduçãol Papa que viene convirtiéndose en algo
frecuente Reproduçãoserían las respuestas directas que viene dando a los
fieles que le escriben cartas. Dos episodios recientes ilustran bien
esa característica. La primera de ellas habría ocurrido con el joven
francés, Christophe Trutino, de 25 años, que es homosexual y cuenta que
recibió la vinculación del líder católico después de haberle escrito una
carta relatando que sufre por prejuicios por su sexualidad. “Recibí la
carta que me envió (…) Su homosexualidad no es un problema. Usted debe
mantenerse valiente, es preciso continuar creyendo y orando para estar
bien”, le habría dicho el Papa al joven.
Otra vinculación del Papa se habría producido con la italiana Anna
Romano, de 35 años, que, planeando hacer un aborto, escribió al
Pontífice. Ana cuenta que el Papa le habría dicho a ella que el bebé es
un don de Dios, una señal de la providencia, y hasta se ofreció para ser
padrino del niño. Sobre esos hechos, el Vaticano no habría,
inicialmente, confirmado o negado, pero recientemente el portavoz
oficial de la Santa Sede, Federico Lombardi, negó vehementemente esas
informaciones. Cabe resaltar que las declaraciones del Papa han
demostrado que no está dispuesto a tratar la cuestión del aborto, ni la
posibilidad del ejercicio sacerdotal por parte de las mujeres. Ahora, el
celibato sacerdotal es un asunto que puede ser discutido, conforme
afirmó recientemente el segundo hombre del Vaticano, el secretario de
Estado, Pietro Parolin.
La situación de los migrantes y refugiados también ha sido objeto de
la atención del Papa Francisco. Después de visitar la isla de Lampedusa,
en el sur de Italia, en julio último, considerado hoy uno de los
principales puertos de llegada de inmigrantes africanos ilegales a
Europa, que muchos mueren durante la travesía, él estuvo recientemente
en el Centro Astalli de refugiados en Roma y ha sugerido que la Iglesia
utilice los conventos actualmente cerrados para albergar a esas
personas. La última semana, el anuncio de la invasión de Siria por
Estados Unidos también llamó su atención. El papa convocó a los fieles
de todo el mundo a hacer una jornada de oración y ayuno, el último
sábado 7, en apoyo a los sirios afectados por la guerra civil.
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com
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