Jornada de formación de las Juntas de ADMA

28 noviembre, 2011 Por Aurelio

El sábado 26 de noviembre se ha celebrado la jornada de formación de las Juntas de ADMA en el Colegio Nuestra Señora de Begoña, de la FMA de Barakaldo Arteagabeitia.

Texto: Josean Hernández
Fotos: Arcadio Cuadrado

Era el día 19 de noviembre. Faltaban pocos días para el evento. Las previsiones pintaban mal para las organizadoras de la Junta de Barakaldo-Salesianas. Apenas un grupito de 38 personas había anunciado su presencia. Las cosas se ponían mal para la intendencia, en especial para las previsiones de la comida. Con tan poca gente, habría que renunciar a una comida “como Dios manda”, y tendría que pagarlo el sufrido “bocadillo”.

Unas amorosas miradas a la Madre y Auxiliadora hicieron que algunas personas más se acordasen de que estaban a punto de pasar de la fecha señalada como “ultimátum” para apuntarse. Casi saltándose el límite marcado, fueron llegando las tímidas llamadas telefónicas que pedían perdón y decían: De nuestra Asociación iremos “tres”…
Así, poco a poco, llegamos a los CINCUENTA. La comida caliente y en plato estaba asegurada.

Con estas cifras en la mano, los sufridos conferenciantes fueron preparando los materiales para el encuentro: “Vamos a fotocopiar cincuenta y, por si acaso, algunos ejemplares más”. Dicho y hecho.

Pero el día 24 (qué otro día podría ser), llegó el aviso con un nuevo número mágico: SESENTA Y UNO. Así que vuelta a la fotocopiadora para hace algunas copias más: “Por si acaso hagamos hasta setenta (70)”. Y así fue.

Y amaneció el sábado 26 y allí fueron llegando todas (y unos pocos “todos”). Faltaba gente de algunas Asociaciones. A ver si se animan para los años venideros.

Como siempre, nos acogieron muy bien. Como siempre, nos sentimos en casa.
Como siempre, comenzamos un poco tarde. Como siempre, aceptamos las cosas como salen.

La mañana la repartimos en dos charlas separadas por un momento de descanso y de café.

A lo largo de esas tres horas, D. José Antonio nos fue ayudando a descubrir descubriendo el libro que teníamos entre manos: “Memorias del Oratorio. Escritas por San Juan Bosco”. Se nos entregaron tres cuadernitos:
El primero nos acercó a la cronología de Don Bosco y su obra.
El segundo para explicarnos cómo y por qué escribió Don Bosco ese libro.
El tercero era un resumen para que lo entendiéramos mejor.

Para que no tuviéramos ni las manos, ni los oídos, ni los ojos sin hacer nada, se nos dio mucho para leer, y algunas fotos y diapositivas para que nos entrase mejor.

Al final de la mañana, el señor Inspector, don Félix Urra (que estuvo todo el día con nosotros), presidió la eucaristía. Se ve que no la tenía preparada bien, porque nada más empezar se armó un jaleo de “padre y muy señor mío” con las estolas,  los colores y la casulla que se tenía que poner. Menos mal que había por allí gente con mucha experiencia de sacristías y parroquias, y al final, entre todos, pudimos ayudarle y le vestimos de morado.

Pero el muy astuto de él resulta que sí que tenía todo preparado y muy bien atado. Lo de los colores era una excusa para “ponerse morao”, porque quería invitarnos a comenzar el nuevo año litúrgico y comenzarlo con el “Adviento”. Así que, durante la misa, nos “pusimos morados” de Palabra de Dios y de muchas otras cosas.

Y nos seguimos “poniendo  morados” en el comedor. Bastó y sobró. Tuvimos hasta “cava” y no pudimos con él. El grupo de Cruces nos hizo reír con las aventuras de Chindasvinto. Alfonso Aldasoro nos hizo sacar más alegría con algunos cantos regionales.

Acabado lo cual, don Arcadio nos hizo un estupendo recorrido por algunos de los personajes que más ayudaron a Don Bosco a ser lo que llegó a ser: Mamá Margarita, don Calosso, Luis Comollo, don Cafasso, don Cocchi, la marquesa de Barolo… y más que se tuvo que dejar en el candelero. Y es que, sin darnos cuenta, habíamos llegado a las diez de la mañana y eran más de las seis de la tarde… y aguantando como unos campeones. Y, pese al permiso explícito del conferenciante de “caer en la tentación”, casi nadie se durmió. Algo hubo. Pero, mirando bien no eran cabezadas. Simplemente estaban dando su acuerdo, y diciendo “sí”  a todas las buenas cosas que escuchaban.

Al final, ya oscurecido, cada mochuelo a su olivo. Y por cierto, no sobró ninguna de las SETENTA fotocopias que se hicieron. Llegaron para todos, y faltaron. Misterios de las matemáticas del amor fraterno: Algunas cogieron las que sobraron para llevar a las que no pudieron venir.

Y otras, con suma discreción, entregaron participaciones de lotería a algún conferenciante. Esperamos que toque para poder cubrir los gastos. Pero, aunque no toque, no pase nada, tranquilos… con esta gente de Adma:  ¡YA NOS HA TOCADO LA LOTERÍA!