fe adulta
Recientemente he leído el proceso de pasar de discusiones elucubrativas sobre la religión…a una experiencia viva de la Vida, de la mano de una mística actual.
Hoy ante este evangelio complicado que mantiene a los círculos del poder económico y religioso entretenidos buscando respuestas, sólo me nace una reflexión que deseo compartir: las elucubraciones y preguntas mentales no nos introducen en el inmenso pozo de la Vida, más bien, nos dejan más secos y más sedientos.
Siento una invitación enorme a sugerir a los lectores que leen y leen y tratan de acoplar y entender…que paren y respiren.
El evangelio no es un manual de conducta ni de respuestas a todo lo que la mente desea conocer.
El evangelio es una brújula hacia dentro, hacia nuestro centro, donde habita la vida. Y desde allí, a donde el silencio nos indique.
De cada vez percibo con más claridad lo confuso de los diálogos sobre Dios…sin una experiencia interior que nos haga hacer silencio porque roza lo sagrado.
Es en ese pozo infinito de sabiduría del silencio habitado que el corazón se explaya y la mente se centra en el silencio que lo explica todo.
Somos cientos de miles las personas que después de tratar de entender, de estudiar, de profundizar, de buscar…hemos llegado a la conclusión tan acariciada por personas que nos han precedido “te buscaba fuera y estabas dentro”.
Recientemente he asistido a la profesión de los Consejos Evangélicos de una mujer médico, siempre en contacto con la vida, buscadora empedernida del Amor en las personas, en la naturaleza, en los pobres… era el pasado domingo, donde ante sus amigos y familiares nos decía: ahora lo entiendo todo, esa entrega de todo mi ser al silencio, me hace feliz, me llena, me da la respuesta a todas las preguntas posibles, a todas mis ansias.
Sentarte en un rincón de tu casa o jardín silencioso, respirar, entrar y acoger ese espacio sagrado que vas descubriendo, como una gran tienda de refugio en el silencio de la noche de la vida, ahí, acompañada por millones de personas que practicamos el mismo silencio consciente, te descubrirás hermana y hermano de todo el Universo, de todo lo que es vida porque habrás entrado en la Vida. Y como dice el evangelio ahí todos somos iguales, hermanas y hermanos, disfrutando de la Vida que por un tiempo se nos regala, para que la compartamos y disfrutemos.
Si deseas acompañamiento en ese silencio, ponte en contacto, tenemos sesiones presenciales y online, totalmente gratuitas y gratificantes.
Feliz Semana.
Magda Bennásar Oliver, sfcc
espiritualidadintegradoracristiana.es
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