Cuando el pasado diciembre, el obispo
de Lleida, en España, Joan Piris, asistió a una reunión para escuchar a
quienes son expulsados de sus hogares por no poder hacer frente a sus
hipotecas, conmovido les hizo un ofrecimiento.
“Sólo por el hecho de estar compartiendo un problema dije: ‘No sé si
tengo solución pero puedo aportar algo. ¿Qué puedo aportar? De momento
ahí hay un edificio, si les sirve, vamos a ver qué podemos hacer con
él’. Y es la parte del antiguo seminario que estaba cerrada muchos años ya”.
A los tres
días de lanzar su propuesta, un arquitecto sin trabajo se unió al
equipo ofreciendo sus servicios completamente gratis. Tras él, muchos
otros. Se generó una ola de solidaridad y comenzaron las obras.
“No son propiamente pisos ni para alquilar ni para vender.
Es una cesión de uso de unos espacios a personas y familias que puedan
necesitarlo unos años. El proyecto está hecho, está aprobado, los
voluntarios arquitectos trabajan maravillosamente. Hay más de 44
personas, casi 50 voluntarios. Técnicos de todas las especies. Eso para
mí ha sido una gran lección y ratifica todas mis convicciones. Eso lo
han convertido en lema: entre todos y para el bien de todos”.
Y así se está recaudando el dinero para hacer la reforma del
edificio; desde donativos pequeños hasta otros más cuantiosos. Este
proyecto del obispado de Lleida sintoniza con el deseo del Papa de que
los edificios vacíos de la Iglesia se destinen a quienes más lo
necesitan. Por eso, Monseñor Piris presentó la iniciativa a Francisco
quien elogió su idea.
Las obras se desarrollan sin prisa pero sin pausa.
El resultado de esta cesión del obispado de Lleida serán 20
apartamentos para ofrecer un techo a las familias que no tengan dónde
ir.
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