Bergoglio era entonces provincial de la Compañía en Argentina
Bergoglio intercedió ante Videla por dos jesuitas secuestrados
La Justicia argentina confirma el procesamiento de Videla por el asesinato del obispo Angelelli
Bergoglio actuó con mucha discreción para salvarlos, pero los militares
del dictador argentino hicieron creer a los dos religiosos que había
sido justamente el actual Pontífice quien los había denunciado y
abandonado a su suerte
Abrazo y encuentro entre Papa
Francisco y el padre Franz Jalics, el jesuita húngaro, que hoy tiene 87
años y que en 1976 fue secuestrado por el régimen militar de Videla,
junto al también jesuita Orlando Yorio. Los dos fueron torturados y
estuvieron detenidos durante 5 meses.
Jorge Mario Bergoglio era el provincial de los jesuitas y actuó con
mucha discreción para salvarlos, pero los militares del dictador
argentino hicieron creer a los dos religiosos que había sido justamente
el actual Pontífice quien los había denunciado y abandonado a su suerte.
Tuvo que pasar mucho tiempo para que Jalics reconociera en público toda
la buena fe de su entonces superior.
Jalics y Yorio dejaron incluso la Compañía de Jesús. Jalics volvió a ella, pero Yorio, que ya ha fallecido, se negó. Sobre todo
el periodista Horacio Verbitsky esgrimió acusaciones en contra de
Bergoglio, pero algunos indican que ambientes cercanos a la presidencia
de Cristina Kirchner las fomentaron, como respuesta a las críticas del entonces cardenal de Buenos Aires.
Como sea, el padre Jalics disipó cualquier duda con respecto a Bergoglio: en el sitio jesuiten.org
el anciano religioso, que hoy vive en Alemania, afirmó el 21 de marzo
que había creído durante mucho tiempo que había sido víctima de un
delator, pero que desde la década de los 90 se convenció de que no hubo
ninguna denuncia, mucho menos del actual Pontífice.
Jalics, uno de los jesuitas secuestrados durante la dictadura militar
del teniente general Jorge Rafael Videla, en 1976, precisó en marzo
pasado que el entonces padre Jorge Maria Bergoglio y provincial de la
Compañía de Jesús en Buenos Aires no fue el responsable de la acusación
ante la Junta Militar que llevó a su secuestro y el del padre Yorio,
también jesuita. De hecho, considera que “por su parte el asunto está
cerrado”.
En un segundo comunicado publicado en la página de la congregación en
Alemania, el padre Jalics escribió que “se siente casi obligado” a
corregir los comentarios que circulan porque “el hecho es que Yorio y él
mismo no fueron acusados por el padre Bergoglio”. Aún así, admitió que
“durante unos años pensó que habían sido víctimas de una acusación”
aunque indica que a finales de los ’90 llegó a la conclusión de que “la
sospecha era infundada”. Además, aseguró que “ya se reconcilió con
Bergoglio celebrando misa juntos”.
Por otra parte, señala en ese portal que en los círculos de los
jesuitas “se difundió la información falsa de que habían sido detenidos
porque pertenecían a la guerrilla”.
En este sentido, afirmó que estos rumores pudieron verse provocados por
el hecho de que permanecieran encerrados varios meses, en lugar de ser
liberados de inmediato.
La detención de los dos jesuitas se debió a la conexión que ambos
tenían con una catequista que había trabajado con ellos en los barrios
pobres de Buenos Aires y que más tarde había entrado en la guerrilla. Se
agrega el hecho de que cuando los militares argentinos vieron en los
documentos del padre Jalics que había nacido en Budapest, pensaron que
era un espía ruso, explicó el mismo jesuita.
El padre Jalics y su compañero Yorio fueron secuestrados en 1976 y
sometidos a un interrogatorio durante cinco días, según explicó el
primero en un comunicado el pasado 15 de marzo. Al terminar el proceso,
el oficial al mando de la investigación les aseguró que “no tenían la
culpa” y que “se aseguraría de que pudieran volver a trabajar en los
barrios pobres”. Pese a ésto, “los mantuvieron esposados, con los ojos
vendados y bajo custodia durante cinco meses más”, narró.
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