El portavoz de la Conferencia Episcopal Española, jesuita como Francisco, se despide del cargo con titubeos para alabar al Pontífice
A los obispos españoles les cuesta opinar sobre el papa Francisco y,
cuando lo hacen, despachan el compromiso con retruécanos que hacen
difícil resumir si son favorables o recelosos. Ocurrió este mediodía en
la sede de la Conferencia Episcopal Española (CEE), cuando su portavoz,
secretario general y prelado auxiliar del cardenal Antonio María Rouco
en el arzobispado de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, fue preguntado por las recientes y muy jaleadas declaraciones del pontífice romano a dos medios de comunicación italianos.
Dijo, con titubeos: “¿Qué quiere que le
diga? Los papas del siglo XX y del siglo XXI han sido grandísimas
personalidades. Los católicos estamos siempre con el Papa, sea quien
sea, no porque sea este o aquel, sino porque es el sucesor de Pedro, el
vicario de Cristo y la cabeza del Colegio Episcopal. A veces es muy
fácil, y otras menos. Al Papa no se le enjuicia, sino que se reza con
él. Con Francisco es muy fácil porque tiene perfil de santo. Ni juicios
destructivos, ni juicios aduladores, que son propios de la corte mundana”.
Martínez Camino, jesuita como Francisco aunque en orilla bien
distinta, comparecía por última vez ante la prensa como portavoz
episcopal, después de diez años en el cargo (elegido en dos quinquenios
consecutivos), la inmensa mayoría junto al cardenal Rouco, que le aupó
al episcopado en contra de la opinión de la Compañía de Jesús, que tiene
prohibido aceptar cargos y dignidades jerárquicas salvo en contadas
excepciones. Los obispos elegirán su sustituto en noviembre, en la
asamblea general de otoño, y este mediodía aprovechó su comparecencia
ante la prensa para hacer balance. “Estoy muy contento”, dijo como
resumen de su largo mandato.
Elegido después de una larga etapa al frente del secretariado de la
Congregación para la Doctrina de la Fe en España, que ejerció con sumo
celo inquisitorial, el portavoz saliente aprovechó la despedida para
subrayar su perfil combativo ante el poder político.
Así, reiteró que el Gobierno sigue incumpliendo los Acuerdos firmados
en 1979 entre el Estado de la Santa Sede y España en materia de la
enseñanza de la religión en las escuelas y que, pese a todo, tiene la
esperanza e incluso la certeza de que el PP remediará esa situación
durante la tramitación de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad
Educativa (LOMCE) en el Congreso y en el Senado.
Dijo: “Los Acuerdos, como pacto internacional
entre Estados, es una ley de obligado cumplimiento y estamos en
conversaciones con el Gobierno para enmendar lo que ahora está mal en el
proyecto”. Se refería a cómo queda la enseñanza de la religión y moral
católica en el bachillerato. Según el portavoz episcopal, no está claro
en la ley que todos los centros vayan a ofertar religión a los alumnos,
ni queda bien contemplado el estatuto de los profesores de esa materia,
docentes que son contratados por los obispos para cada curso escolar,
pero pagados por el Estado, por un monto de algo más de 700 millones de
euros anuales. “Estamos en conversaciones y esperamos que el Gobierno
asuma nuestros criterios. No es un privilegio de la Iglesia católica,
sino de los padres”, sentenció.
más información
El Papa: “Jamás he sido de derechas”
Francisco: “Es el inicio de una Iglesia con organización más horizontal”
La Teología de la Liberación respira
En el balance de gestión, Martínez Camino presumió de ser el alma de
las masivas beatificaciones de “mártires de la fe”, asesinados en los
primeros meses de la guerra civil que se desató en el verano de 1936 por
un golpe militar que los obispos de la época, en su inmensa mayoría,
procuraron o apoyaron con entusiasmo. Los papas Pío XII, Juan XXIII y
Pablo VI se opusieron con energía a elevar a los altares del catolicismo
a las víctimas católicas en aquella contienda. Juan XXIII prohibió
incluso que se calificase en su presencia aquella terrible contienda
civil como Cruzada, como hacen los prelados españoles.
Fue el polaco Juan Pablo II, a instancias del cardenal Rouco y de su
obispo auxiliar, quien aceptó nada más llegar al pontificado que la
Conferencia Episcopal iniciase las causas de beatificación de varios
miles de esas víctimas. Ya son beatos o santos unos mil, a los que se
unirán otro medio millar los próximos días 12 y 13 en una beatificación
masiva convocada en Tarragona, en medio de una gran polémica incluso en
el interior del catolicismo.
Pese a que los obispos criticaron la llamada Ley de la Memoria
Histórica con el argumento de que pretendía reabrir heridas de la guerra
civil”, Martínez Camino ha llegado a afirmar ahora que la II República,
cuya legalidad cuestiona, maquinó “un plan trazado con toda precisión
para la exterminación de la Iglesia”.
Otro contraste de este portavoz con el papa Francisco es la promoción
de manifestaciones de católicos para torcer el brazo al poder político
legitimamente constituido, con presencia de numerosos obispos, contra
leyes del Parlamento español, como la del matrimonio entre homosexuales.
También orquestó una campaña afirmando que los niños estaban menos
protegidos en España que el lince ibérico, en una ofensiva mediática de
la que hoy presumió con el argumento de que fue “famosa en todo el
mundo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario