En el XXI Domingo del Tiempo Ordinario, el obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, inició su comentario al Evangelio diciendo que “comenzamos la última parte del discurso del pan de vida. Por allá había comenzado con la multiplicación de los panes, la gente estaba enfervorizar, había comido y había sobrado, querían hacer Rey a Jesús, Jesús se les escabulle de las manos y luego en la otra orilla comienza a intentar purificar su corazón para que crean en él”.
Creer en su humanidad
“Él es el pan de vida, él se identifica con ese pan que es comido, él ha venido a dejarse comer; ha venido a hacer la vida de los otros, pero muriendo, entregando la vida, como ese pan que muere para ser comido por nosotros; entonces claro es su carne el pan”, insistió Ojea. Según el presidente del episcopado argentino, “para acercarse a Jesús es necesario creer en su humanidad, es necesario hundirse en su humanidad, es el misterio de la Encarnación”.
Recordando que Pablo decía que esto “es escándalo para los judíos y locura para los gentiles”, afirmó que “esto ponía en crisis a todos, también a sus Apóstoles. Poco a poco Jesús ve cómo se le va yendo gente. Jesús, no es un líder populista, Él ha venido a decirnos la verdad, por eso nos cuestiona y nos pone en crisis”. Citando el texto evangélico: “No quisimos escuchar”, señaló que “no querían escuchar, por eso el corazón se cierra ante estas palabras”.
Jesús los pone en crisis y apela a su libertad
En palabras de Ojea, “Él se identifica con el pan y el pan es su carne”, considerando que “esto es lo que ellos resisten, son duras estas palabras. Y Jesús, entonces, se anima a decírselo a sus íntimos, ha llegado el momento: ‘¿Ustedes también quieren irse?’ Jesús los pone en crisis y apela a su libertad. Para acercarse a Jesús lo hacemos desde nuestra libertad”.
En esa tesitura, “aparece la voz de Pedro, esto es como la confesión de Pedro en el Evangelio de San Juan: ‘¿A dónde vamos a ir Señor? ¿A quién vamos a ir?’ Ante la pregunta de Jesús: ‘¿Ustedes también quieren ir y correr el riesgo de quedarse solos?’, Pedro responde: ‘¿A quién vamos a ir?’”. A eso respondió que “la fe es una adhesión a la persona de Jesús. La fe es un tender hacia la persona de Jesús y unirse a ella a través de comer el pan de vida, este es el misterio de la Eucaristía. La fe se expresa en ese comer el pan de vida, y ese comer el pan de vida me compromete con la carne de Jesús y con la carne de mi hermano”.
No evadirse de la realidad
Para el obispo de San Isidro, “no puedo creer en Jesús fuera de la historia, no puedo creer en Jesús evadiéndome de la realidad. Jesús se identifica con esta historia, con esta realidad y esta con este hermano y en esta hermana concreta que sufre y que él me ha puesto en el camino de la vida. ‘¿A quién vamos a ir?’ Esta fe es adhesión total a una persona, abandono en esa persona, confianza en esa persona que es la persona de Jesús”.
Finalmente, invitó a pedir al Señor como corolario de este discurso del pan de vida, “crecer en la fe y ayudarnos juntos a sostenernos en la esperanza por este pan que nos da la vida verdadera”.
Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica
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