fe adulta
Basta abrir los ojos a la realidad y vemos que algo que existe en el mundo a todos los niveles es la diferencia, la riña, los grupos opuestos, la división. Y una de las cosas más difíciles de conseguir es vivir en paz.
Guerras en todo el mundo, riñas, peleas, mala convivencia. Caín y Abel en todos los aspectos, Ahora me están comentando las dificultades que están sufriendo en muchos colegios, al restringir las normas de castigo a los niños porque estamos habituados al castigo.
Veo que en el mundo, en general, hay mediadores, personas e instituciones dedicadas a crear diálogo con las personas de convivencia más difícil. Y a otros niveles están la ONU, los jueces y personas o instituciones para fomentar la convivencia partiendo del diálogo. Pienso en instituciones como la comunidad de san Egidio…
Tenemos soluciones terribles como pueden ser las guerras, las cárceles, los hogares protegidos.
Es mucho más fundamental ayudar a que cada persona se valore en su justo ser, en su saber vivir en compañía. Y eso a todos los niveles personales, vecinales, autonómicos, estatales, mundiales.
Me gustaría que la ONU fuese más efectiva y más activa, que tuviera mayor valor y autoridad entre países, que los mediadores pudieran ejercer con autoridad.
Tenemos actualmente divididas a las personas. A los que no cumplen con las reglas de la sociedad, les metemos en cárceles, pisos tutelados, les infringimos castigos. Pero lo cierto es que como adultos trabajamos poco ayudando a sacar lo bueno que hay en cada persona y tratar de que aflore lo positivo de cada uno. Con castigos, a nivel que sea, no conseguimos educarnos, ser personas responsables y no aprendemos a convivir en paz. Es preciso luchar y trabajar hasta que consigamos aquello que nos lo dice el profeta Isaías:” Habitarán juntos el lobo y el cordero”. Y todos tenemos dentro un poco de lobos y otro poco de cordero. Dejemos aflorar la paz, la Justicia, el amor, la fraternidad, y habrá paz.
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